Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conociendo a mamá por Samantha0507

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disculpen la demora, prometo ser más constante ahora...

Yurio entró al cuarto, encontrándose con la habitación en completamente a oscuras, mientras el ruido de entre las cobijas, a su parecer, parecían ser sollozos.

 

—¿Mamá? — Yurio caminó algo inquieto, cuando los sollozos simplemente se acallaron, supuso que Victor estaba evitando que lo viese tan mal.

 

—Cachorro…— La voz de Victor nuevamente se entrecortó, haciendo al rubio estremecer, como si repentinamente, frente a sus ojos, estuviese la más triste escena que hubiese podido presenciar. —Yuri, ahora me gustaría estar solo, ve a la cama, mañana podremos pasear y mostrarte las aguas termales.

 

—No es bueno que te quedes solo…

 

—Bueno…— Victor no dijo mucho más, simplemente se removió entre las cobijas, haciendo un espacio para que el rubio se acomodara a su lado. —Hace frío.

 

—Las noches son realmente frías, me recuerdan a casa, cuando mamá y papá…— el rubio se quedó en silencio, notando como había llamado a sus padres. — Mami yo…

 

—Está bien, ellos fueron tus padres por 15 años, son quienes te cuidaron y te dieron el hogar que tanto necesitabas, sé que puede ser extraño de explicar, tampoco me molesta que bueno, quieras seguir llamándolos mamá y papá. —Victor sacó la cabeza de entre las mantas, sonreía melancólicamente, alargó su brazo y acercó el cuerpo del rubio hacía el propio. — Sé que puede ser extraño y difícil, sé que puedes estar confundido de cómo se siente todo, solo tomate tú tiempo, no necesitas llamarme mamá y a Yuuri papá, si realmente no lo sientes.

 

—Pero es tan poco el tiempo…

 

—Tenemos mucho tiempo, tenemos una vida para disfrutar de todo y no por convertirte en el omega de Otabek dejarás de ser mi hijo, no por eso dejaré de amarte y de verte como mi cachorro, para mí y para Yuuri, el solo tenerte aquí, con nosotros, ya es un sueño.

 

El rubio se acomodó frente a su madre, sintiéndose protegido, el olor de Victor y el de Yuri, se mezclaba perfectamente con el que provenía de las cobijas. —¿Es un nido?

 

—Si…—Victor alejó el cabello de los ojos del rubio y entre el calor de las mantas, continuó hablando. — un nido es el lugar seguro, uno donde nada podrá hacerte daño, pero parecer sorprendido.

 

—Ellos no hacía nidos…— el rubio tomó las sabanas y como si un pequeño minino se tratase, comenzó a acariciar las mantas, buscando dejarlas suaves para recostar su cabeza.

 

—Los omegas preparamos nuestros nidos desde el celo, pero la vida de tus padres es diferente…

 

—Vi los vídeos de mi abuelo, el del día en que nací. — Yuri evitó la profunda mirada de Victor, bajó su rostro y simplemente continuó. — Mi alumbramiento, fue…

 

—¿Doloroso? —Victor dejó escapar una risita y asintió, para luego continuar. — La verdad, las contracciones fueron terribles, era algo que no sabría cómo describir, cuando rompí fuente fue todo peor, sentí que una presión se liberaba, pero las contracciones se volvieron más constantes.

 

—¿Habías preparado un nido?

 

—Si…— Victor cubrió a su hijo con las mantas y deposito un suave beso. —Con las sabanas del cuarto de Yuuri y las camisas sucias. —Dejó salir una risita y continúo. — Cuando volvimos del hospital, te taje metido en un traje blanco, con un bello diseño de gato, eras como un pequeño ángel, eras mi pequeña hada rusa, el nido seguía en el mismo lugar, así que me acomodé contigo, en medio, recuerdo que estiraste tus manitos, la luz te cegaba, eras tan pequeño, pero simplemente te acurrucaste a la altura de mis costillas y te dormiste. —Yuri se acomodó como Victor le mencionó y cerró los ojos, buscando en lo profundo de su mente, alguno de esos recuerdos, respiró profundamente, sintiendo el olor de Yuuri y Victor; una extraña calidez lo embargó, logrando que su cuerpo vibrara.

 

—No puedo recordarlo.

 

—Eras pequeño, un bebé, no importa si no puedes recordarlo.

 

—Es que, no recuerdo el momento, pero me siento protegido. — el rubio apretó la orilla de la pijama de Victor y respiró profundamente. —Cuando vi a Beka, todo en mí se sintió seguro, no era cómo cuando estaba con mi abuelo, era diferente.

 

—Es por ser cariños diferentes, tú omega lo reconoció siendo niño, pero sabías que era tu destinado

 

—Pero cuando estoy contigo o con papá, todo es diferente, me siento pequeño nuevamente y a veces siento hasta ganas de llorar.

 

—Eres un niño todavía, puedes llorar en mis brazos, soy y seré siempre tú madre.

 

Victor y Yuri durmieron esa noche abrazados, como no lo hacían desde que la pequeña hada rusa había llegado al mundo.

 

Los días siguientes trascurrieron con bastante normalidad, Victor y Yuuri se habían reconciliado de la pequeña discusión y el rubio, simplemente se había dedicado a conocer un poco más de su familia y de cómo era su vida antes de que el llegara.

 

El rubio recorrió la pista donde su padre había comenzado a patinar y en como sus inicios habían sido no solo difíciles, sino que además dolorosos, pero escuchó atentamente cada una de las historias.

 

Fue una tarde, 2 días antes de su regreso a casa, que las cosas se volvieron un poco incomodas y el ambiente se llenó de las feromonas de su madre.

 

Victor había representado Agape, a petición del rubio, diciendo que esa sería su próxima coreografía, aunque eso implicara tener que enfrentar a Yullia y Yakov, quienes se opondrían en un principio.

 

El rubio se había quedado en silencio, cuando la música terminó y el rostro de su madre, simplemente se contrajo en una mueca de molestia, mezclado con unos ojos, que parecían podrían matar a alguien.

 

Yuri no perdió el tiempo, siguió la mirada de su madre, encontrándose con nada menos que Kenjirou Minami, quien se había pegado al cuerpo de Yuuri de una forma muy poco educada para un omega.

 

Minami competía directamente con Yuri, pero lo que no sabía el rubio, era el amor jurado que el menor profesaba por su padre y en cómo, en cada competencia en la que Victor lo veía cerca de su esposo, todo terminaban peliando por los celos que el omega dejaba salir.

 

—¿Mamá? — Yurio se acercó preocupado a su madre, quien se había quedado en la mitad de la pista, con la mirada fija, pero sabiendo que las feromonas que ahora se escabullían por el lugar, pertenecían al omega mayor. —¿Mamá?¿qué tienes? —Yuri pensó que simplemente los celos del peliplata habían aflorado y que por eso sus feromonas llenaban el lugar, pero al encontrarse más cerca, pudo notar como las mejillas de Victor se había tornado extremadamente rojas, mientras que su respiración se volvía más agitada.

 

—Yurio…— no pudo decir más, cuando sus ojos se encontraron con los de Minami, quien sonrió depositando un beso en la mejilla del japonés.

 

—¡Mamá! —Yurio gritó cuando las rodillas de Victor chocaron con la pista, logrando que el japonés corriera rápidamente en dirección a su hijo y a su pareja.

 

—Victor…—pero no pudo decir nada más, al notar como las feromonas habían llenado el lugar, logrando que su cabeza y su razón se bloquearan.

 

—Mi celo…—el peligris dejó salir un fuerte jadeo, llevándose la mano al pecho.

 

El japonés contuvo su respiración, cerrando los ojos, estaban lejos de casa, con Victor en celo dejando salir sus feromonas a destajo y con su cachorro de 16 años a su lado, debía ser un adulto y volver a casa, con ambos omegas a salvo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).