Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conociendo a mamá por Samantha0507

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yurio caminó alrededor de la pista, con los nervios a flor de piel, llevaba los audífonos puestos, buscando desaparecer la voces a su alrededor, pero por mucho que lo intentaba, su mente estaba simplemente perdida en los recuerdos de esa mañana.

 

—¿Yurio? —el rubio dio un pequeño brinco al sentir la mano de su padre sobre su hombro; el rubio había insistido esa mañana en que su padre se quedara junto a Victor, que lo llevara al hospital, que las contracciones que había estado sintiendo eran el aviso más claro de que su hermano estaba por nacer, pero el peliplata se había negado. —¿Te sientes bien? —el japonés acomodó los cabellos de su hijo y continuó. —Sé que te gustaría que Otabek estuviese aquí, pero no podíamos traer a Victor y menos dejarlo solo, aún puedo hablar con Yakov para que se haga cargo de ti y cambiar lugares con…

 

—Papá…—Yurio se apretó al pecho de su padre. — No he competido nada desde que todo en mi vida cambio, no he estado en la pista y no he podido hacer una presentación decente de esta rutina, te necesito a mi lado, a ti y a mamá.

 

—Victor estará pendiente, me lo dijo.

 

—Otabek debe quedarse con él, aunque me encantaría que estuviese aquí, también sé que estaría más nervioso, es mi alfa y no quiero decepcionarlo, quiero ser digno de él.

 

El japonés sonrió, el turno de Yurio se acercaba, era la primera vez que entrenaba a alguien, sentía los nervios de su hijo a flor de piel, los sentía como propios y en realidad, las manos le sudaban terriblemente, solo debían esperar y por sobre todo, guardar la compostura.

 

Otabek miró el reloj nuevamente, las contracciones de Victor eran cada 5 minutos;pero a pesar de que el peliplata trataba de resistirlas, estas se volvían lo bastante obvia para cualquiera, ya que no solo el rostro del otro se contraía en una mueca de dolor, sino que además su ya redondo vientre parecía apretarse cada tanto, además de estar notoriamente más bajo de lo que había estado nunca.

 

—Victor, debemos ir al hospital, las contracciones son demasiado seguidas, deben intervenirte pronto, para poder…

 

—No, quiero ver a mi Yura en la pista, aunque sea desde aquí, vamos Otabek, son 20 minutos más, solo 20 y podremos ir.

 

El moreno dudó un poco, pero se contuvo de decir algo más, tenía la fuerza para sacar a Victor del hogar que todos ellos compartían, pero no era razonable usar la fuerza con el embarazado.

 

Yuuri miró a su hijo, su cabello estaba un par de centímetros más largo y sus facciones parecían incluso más angelicales de lo que el mismo podía recordar que fueran. —Yura, pase lo que pase en la pista, quiero que sepas que me siento orgulloso de ti, de este esfuerzo tan grande y sobre todo, aunque no eres mi hijo sanguíneo, no hay nada que me enorgullezca más, que el que me llames papá.

 

Yurio sintió sus ojos llenarse de lágrimas, quería decir tantas cosas, decirle como el conocerlos a él y a su madre, que haber pasado tiempo con ellos lo había vuelto una persona, no solo feliz, si no que alguien completo, un ser humano diferente, un omega diferente, decirle que ya no tenía miedo a como el mundo podría mirarlo, decirle que ya no tenía miedo a ser un omega; que eso no definía quien era y como el mundo debería verlo, si no que su talento, sus esfuerzos, sus victorias y por sobre todo, sus derrotas, eso era lo que escribía su personalidad, nada más que eso.

 

—Esta presentación es algo tan grande, no solo me siento orgulloso, es más que eso, es mucho, mucho más

 

Yurio abrazó al japonés, retuvo sus lágrimas, cuando el sonido envolvente del vitoreo del público se hizo presente, era su momento, debía encontrarse con la pista.

 

—Hijo, cachorro…

 

—Se sentirán más que orgullosos…

 

Yurio se movió por la pista, calentando, hasta que fue el momento, el hielo era todo suyo, se acomodó en el centro y la música comenzó suavemente.

 

El japonés miró la secuencia, recordando a la primera persona que había visto realizar esa presentación; recordó el cabello de Victor moviéndose cuando sus giros llegaban a lo alto, en como ese mismo traje había mostrado tal pureza, tal pasión, en cómo el talento estaba escrito en su genética, pero algo era diferente, lo que estaban trasmitiendo, el conocía el Agape de Victor y le había contado a su hijo como encontrar su propio Agape, en ninguna practica el rubio había dejado salir tanto como en ese momento, en ningún momento Yuuri se sintió tan cerca de poder leer los sentimientos que se encontraban tras cada giro.

 

 Victor estaba sentado en el sofá, respirando con dificultad, las contracciones parecían ir a cada instante más fuerte que la anterior, pero solo mirar a su hijo, verlo en cada giro, verlo llevando incluso el mismo traje que años atrás había usado, simplemente lo emocionaba, le daba la fuerzas para esperar, para quedarse observando.

 

—¿Victor?

 

—Cuando me embaracé de Yurio, creí que nunca podría sentir la pureza de Agape, del amor puro, ya no había algo puro en mí, pero el amor más puro que existe, es el que siento por Yurio, él es mi agape…—Victor terminó la frase cuando un fuerte gemido lo hizo doblarse sobre sí mismo, sus manos apretaban su redondo vientre, mientras su respiración se entrecortaba. —Ya es hora…

 

Otabek tomó sus llaves, dio una última mirada a la presentación de Yura y caminó a la puerta del hogar.

 

Yurio recordaba la secuencia, pero sentía que no estaba pensando en ella, extendía sus piernas, sus brazos, simplemente en cada salto, recordando a su madre, a esa que lo había criado, esa que a pesar de no ser quien lo parió lo crío; pensó en su padre, ese a quien había sacado sus ojos y su cabello, ese a quien se parecía incluso en personalidad; pensó en su abuelo, en todas esas veces que lo había cuidado, lo había amado, en su sacrificio por mantenerlo cerca de quienes eran realmente sus padres; pensó entonces en Yuuri, en como era su padre, en cómo lo veía, en cómo lo acompañaba y protegía, a pesar de ser la infidelidad de su omega, el que él deseaba conocer, ese que se siente orgulloso, incluso con sus errores, ese que siempre tiene una sonrisa en los labios, pero con la mano firme de un Alfa; pensó en Otabek, en el primer alfa que lo había mirado como lo que era, una persona, un guerrero, no un par de piernas que pariría a sus hijos, ese que no lo había mirado como un simple omega y luego; pensó en Victor, en sus profundos ojos, en sus cálidas y pálidas manos, en su cabeza resonó fuertemente su voz, escuchó cuando lo llamaba, cuando le decía “cachorro” y de la nada, frente a sus ojos, vio la imagen de un bebé, uno de oscuros cabellos negros y ojos color chocolate, que le miraba y sonreía, sintiendo finalmente una revelación, conocer a su madre, ese era su Agape.

 

Terminó exacto con la música, su respiración agitada, su rostro sudoroso, pero por sobre todo, feliz, satisfecho de él mismo, satisfecho con su talento, con su vida y con quienes amaba.

 

Su mirada se encontró con la de su padre, quien lo observaba con una sonrisa en el rostro, mientras las lágrimas bajaban caudalosa por sus mejillas, agradeció de acuerdo a los protocolos y se acercó a su padre, para escuchar su puntaje, cuando el celular del moreno comenzó a sonar, ambos se miraron y como si de un acuerdo silencioso, ambos corrieron, Victor estaba en trabajo de parto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).