Mi Secreto
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SASUKE VS SABAKU
- Naru...¡me gustas! ...Y mucho…
Me encontraba en el café limpiando las mesas, mientras mi mente vagaba aun con aquellas palabras que Gaara había dicho no hace mucho tiempo atrás. En ese momento no supe como reaccionar a su declaración y lo único que hice fue quedarme callado, supongo que eso a él le incomodó y por eso se fue sin mi al café...
- Ahora entiendo por que Shikamaru dice que la vida es problemática - susurré con un leve suspiro
Hoy en día Temari estaba muy ocupada, parecía que su padre vendría a inspeccionar y por eso quería que todo estuviera a la perfección, bueno, un día más en el cual no podrá enseñarme a usar estos malditos patines.
- ¡Mizuki! dile a Kankuro que vaya por más helado - increíble pero, hoy está más mandona de lo normal
Terminado de limpiar las mesas, con algo de dificultad entré a la cocina del café, no sin antes tropezarme claro.
- ¿Estás bien?
- Ouh...eso creo - sentado en el suelo con las piernas abiertas me sobé mi parte trasera que había sido la que recibió todo el golpe
Alcé la mirada y vi a Gaara mirándome a lo que me vino una extraña sensación. No sabría como explicarlo pero, sé que a Gaara también lo puedo considerar mi amigo.
- Deja te ayudo - me ofreció su mano y una tierna sonrisa en sus labios
Me sorprendí ante su amabilidad, pero no dudé en darle la mano.
- Gracias... - sonreí un poco sacando la lengua avergonzado de mi torpeza
- No es nada - ya viéndome en orden se dirigió a sus labores
Por alguna extraña razón no me sentía muy feliz. Era como si me doliera ver a Gaara en ese estado, aparentando estar tranquilo como siempre, cuando en realidad se le ve en la mirada una profunda decepción y melancolía. Y aunque quisiera ayudarle, sabía perfectamente que no podía, ya que el culpable de todo era yo, ante su declaración no puedo corresponderle.
- ¡NARU-CHAN!
Salí de mis pensamientos al escuchar semejante grito, salí de la cocina y vi a un agitado Kiba en la puerta del lugar.
- ¡DEBES HACER ALGO NARU-CHAN! - sus gritos no bajaban el audio, se veía muy alarmado
- Kiba, pero ¿qué..? - antes de terminar mi frase Kiba me sostuvo de los hombros y me miró directo a los ojos
- ¡SASUKE ESTÁ LOCO!...¡PIENSA ENFRENTARSE A LOS SABAKU ÉL SÓLO!
En mis ojos no se notaba expresión. No podía creer lo que acababa de escuchar, mi cuerpo al momento no reaccionó. Al menos no hasta que vi a Gaara salir corriendo del café.
- Sasuke... - susurré sujetándome del uniforme de Kiba mientras miraba partir a Gaara
- ¡Naru-chan, sólo tú puedes hacerlo reaccionar! - continuó diciéndome Kiba ante mi poco movimiento
- Yo... - cerré mis ojos con fuerza y empujé a mi informante apartándolo de mi camino
Pero para variar me caí unos pasos al frente al darme cuenta que seguía con aquellos molestos patines. En el suelo, aferré mis manos al concreto y me quité la diadema que llevaba en mi cabello, mirando decidido al frente. No tenía mucho tiempo, lancé los patines lejos y me quité las mallas de las piernas, para tener libre el camino. Temari intentó detenerme pero no le hice caso, salí corriendo junto a Kiba a donde se encontraba Sasuke.
Mi corazón está muy acelerado. Tengo miedo... miedo de que lo lastimen...
- ¡Maldito Sasuke! - mientras corría comencé a mentar al desgraciado - ¡¿En qué diablos está pensando?!
- Naru-chan... - corriendo a mi lado interrumpió mis palabras el pelicafé - Sasuke no los provocó
- ¿Eh?
- En realidad, los Sabaku aparecieron de pronto y pararon a Sasuke - hizo una pausa corta - No sé que le dijeron, pero nos pidió a Lee y a mi que no interfiriéramos... fue entonces cuando pensé que lo mejor era llamarte a ti, que eres la única que hace que él reaccione
Y no salía de mi sorpresa. De verdad todos piensan que soy la única persona que puede tratar con alguien como él.
A lo lejos logré ver a Lee y una bola de chicos aun más adelante.
- ¡LEE! - finalmente llegamos y al instante decidí informarme de lo sucedido
Kiba y yo miramos la cara aterrorizada de Lee... lo cual no me quitó los nervios de encima.
Dándoles la espalda a Kiba y Lee, corrí enseguida a donde se encontraban los Sabaku. Pero lo que sucedió aquí fue peor de lo que podía haberme imaginado...
Mí mirada temblaba al igual que mis labios, y sentía por mi cuerpo recorrer una extraña y fría sensación.
Ante mi se encontraba Gaara con las manos manchadas... y un Sasuke bañado en sangre...
En segundos mis manos fueron a dar a mi cabello, jalándomelo con fuerza no contuve un sonoro grito de terror.
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Abrí lentamente mis ojos y al recordar lo sucedido me senté de golpe mirando a mis alrededores.
- Naru-chan, ¿estás bien? - mi compañero de peinado exótico Lee me observaba con preocupación
- ¡¿Dónde estoy?... ¿qué ha pasado?...¿dónde está Sasuke?! - cerré mis ojos con fuerza y tapé mi boca exaltado con una sensación de querer vomitar
- Calma Naru-chan, ya todo pasó... perdiste el conocimiento y por eso te sientes así - acarició levemente mi cabello - Estamos en casa de Sasuke-kun
Le miré incrédulo ante lo que había dicho.
- Pero... - me quedé sin palabras, no comprendía nada de lo que estaba pasando o lo que había pasado
- Lo sé, estás confundida - entrecerró sus ojos y comenzó a explicarme - Cuando perdiste el conocimiento los Sabaku se fueron del lugar - pausó un momento - Kiba y yo pensamos en llevar a Sasuke-kun al hospital, pero aun entre su poca conciencia dijo que quería que lo lleváramos a su casa y bueno... - observa los alrededores - Aquí estamos
Me encontraba tan shokeado que no comprendía en absoluto la decisión de Sasuke. Si sus padres lo veían de ese modo es seguro que demandarán a los Sabaku.
Y entre el silenció que se formó apareció de un pasillo Kiba el informante.
- ¡Chicos! - sonríe para nosotros - Sasuke ya está bien - toma aire agitado - Al parecer no fue tan grave como aparentaba, ¡pero vengan!... su hermano dice que ya podemos verlo
Me levanté de aquel sofá con ayuda de Lee, sintiéndome un poco débil y con una gran ansiedad nos dirigimos por aquel largo pasillo.
Nos detuvimos y Kiba llamó a la puerta ante nosotros.
La puerta se abrió unos momentos después y se pudo ver a un joven muy parecido a Sasuke pero más adulto salir de la habitación.
- Hola, mi nombre es Itachi - sonríe amablemente - Soy el hermano mayor de Sasuke
No respondí, solo observé sus facciones tan parecidas a las de mi querido amigo. Y sin decir palabra le miré intrigado, como si con la mirada pudiera expresarle mi preocupación.
- ¿Entrarán a verlo?
Lee me soltó y Kiba me miró con una sonrisa.
- Entra tú Naru-chan, nosotros sólo somos colados - expresó rascándose la cabeza mi compañero pelicafé
Les sonreí y aun sin decir palabra el hermano mayor de Sasuke me dejó entrar, quedándose los tres afuera a esperar.
Entrando a la habitación pude ver a Sasuke sentado sobre la cama con las sabanas cubriéndole de la cintura hacia abajo, tenía en el rostro 3 parches pequeños. Uno sobre la ceja derecha, otro en la frente a la izquierda y el último en la mejilla derecha. Además, llevaba en el pecho desnudo unas vendas que le cubrían más de la mitad, junto con partes de los brazos.
Pegado aun a la puerta sin moverme mientras lo observaba, me mordí el labio inferior soportando lágrimas que rogaban por salir.
Y fue en ese momento cuando él me volteó a ver. Colocando una leve sonrisa en su hermoso rostro.
- Ese traje de mesera se te ve muy bien
- Baka... - sonreí aliviado y caminé hasta la cama, sentándome en la orilla sin dejar de verlo fijamente a los ojos - ¿Por qué?... - le susurré mirándolo con melancolía
Coloqué mi mano izquierda en su mejilla y le acaricié suavemente mientras intercambiábamos miradas.
Sasuke no me respondió. Tan solo me tomó de la blusa y me jaló hacia él, mirándome a los ojos de una forma penetrante.
- ¿Sasu...ke? - me sonrojé un poco por la acción
- Bésame... - me susurró con sus ojos entrecerrados aun mirándome de la misma forma
Mi cuerpo se estremeció al escuchar esa petición suya.
- Aun... estás herido - le dije en un tono tímido sin salir de la vergüenza - Podría lastimarte
Pero parecía que eso no le importaba y me jaló más hacia él.
- No me importa que seas un chico - susurró sensualmente - Me gustas
Sentí que mi corazón se saldría de mi pecho en ese instante. Mis labios tambalearon, estremeciéndome por completo.
Lo sujeté de los hombros y sin pensarlo más tiempo cerré mis ojos uniendo mi boca con la suya.
- Es absurdo... - susurré en una corta separación de nuestros labios
- No Naruto... - sonríe pícaramente - Lo absurdo es que no me hayas mostrado ese uniforme antes
Me sonrojé aun más molesto y le hice un puchero.
- ¡Baka!
Pegando su pecho con el mío con su mano sobre mi espalda, volvió a susurrarme al oído.
- ¿Te gustaría que fuéramos novios?
Introduje mi dedo índice izquierdo en mi boca, avergonzado sin saber que responder. La verdad es que lo que siento ahora por él me confunde demasiado, y siento que es aun más grande que lo llegué a sentir por Sakura.
- Yo... - intenté decirle algo, pero no supe que
Suavemente volvió a colocar su rostro frente al mío. Me miró de una forma muy cautivadora que me puso aun más nervioso.
- ¿Entonces?...- sacó lentamente el dedo que invadía mi boca - ¿Qué dices?
Cerré mis piernas espontáneamente viendo como ahora el que lamía mi dedo era él. Y lo hace de una forma tan tentadora, que me hacía tener mil sensaciones.
Mi mano izquierda se iba empapando de su saliva mientras yo sentía como mis piernas temblaban insistentes.
Aun no sabía que responderle y eso hacía a Sasuke impacientarse.
- Anda... - volvió a susurrar de forma sensual - Dime
Dejando mi mano libre, dirigió sus labios a mi cuello haciendo que mi cuerpo se excitara.
Sus manos volvieron a dar bajo mi falda, apretando con fuerza mis muslos.
- Sasuke... aun, estás... herido - pude apenas hablarle en un tono muy tenue
Ahora me encontraba sobre la cama sentado en su cadera con las piernas abiertas.
- Dime Naruto - susurró acariciando mi cuello con sus labios - ¿Me deseas?
- ¿Po... por qué lo dices? - fijé la mirada en la pared tras él y coloqué de nuevo mis manos en sus hombros
Separó sus labios de mi cuello y volvió a acercarlos a mi oído con una sonrisa burlona.
- Por que... hay algo entre tus piernas que te delata
Me cubrí la boca con mi mano derecha avergonzando, sin decirle nada me sonrojé aun más.
No sé si esto sea por culpa de las perversiones de mi padre...
Pero es verdad...
Yo...
Lo deseo...
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CONTINUARÁ...