Sentado enfrente de su portátil en la comodidad de su oficina una tarde a eso de las 4, Seto Kaiba hace algo que nunca pensó que haría en tal lugar y a tal hora algo diferente al trabajo de forma voluntaria… Estaba buscando imágenes e historias en internet.
Eso sí, en cuanto alguien llegara cambiaba la pestaña y ya. Pero mientras tanto se partía los sesos pensando que llevaba todo el día en las mismas.
¿Qué puede tener tanto tiempo entretenido al gran Seto Kaiba? El contenido era propuestas de matrimonio.
Si, después de debatirlo consigo mismo por solo un segundo decidió que ya era hora. Su bebé venía en camino y al parecer su cachorro aún tenía dudas. Aunque dijera que lo que le dijo a su madre solo era por hacer que se fuera eso no lo convencía. No. Nadie más negaría su conexión, ni su mismo novio.
Pero llegó un problema. ¿Exactamente cómo le pides a alguien matrimonio?
Kaiba no es muy versado en esos temas, y tampoco le interesaba cuando hablaban de eso en reuniones públicas con las grandes damas y caballeros portando sus elegantes y caros anillos mientras discutían del tema tomando una copa de vino de las más caras.
No, eso le parecía superficial. Por lo que le tenía sin cuidado.
Joey es especial, no hay nadie como él, asi que quería darle una boda como se lo merece y por tanto una buena propuesta de matrimonio. Pero he allí el problema que lo lleva buscando sin parar por horas.
-¿Una cena? Muy simple, cenamos todo el tiempo.- Dice comenzando a tachar el pequeño listado que había hecho.- ¿Inclinarme delante de sus amigos? Muy humillante.- Tacha con furia.
Está demasiado concentrado, no importa que tanto busque, simplemente nada se ajusta a Joey y a él.
-¿Qué haces? –
Kaiba respinga ligeramente sorprendido pero vuelve a su estoico ser, volteando el cuaderno con cuidado, relajándose al notar que se trataba de Mokuba.- Mokuba, no debes entrar sin avisar.
-Toqué, Hermano. Varias veces. Al final entré a ver si aún estabas aquí.- Dice Mokuba sentándose en la poltrona enfrente del escritorio.- En fin, ¿En qué proyecto nuevo te concentras tanto?
Kaiba suspira. Había pensado dejar esto en secreto, pero no se le ocurre nada. No como si fuese confesar eso a nadie, ni siquiera su hermano. Solo escucharía sugerencias.
-En realidad, he pensado en pedir la mano de Joey en matrimonio y…- No puede seguir al ver la cara de Mokuba que le levanta de la nada a levantar los brazos.
-¡Si! ¡Por fin! – Grita emocionado. Haciendo que Kaiba lance una sonrisa al ver al aun infantil de su hermano. Con tal de que delante de otros se mostrara profesional está feliz de verlo así.- ¡Pensé que esté día tardaría aún más!
-Sí, sí, ya cálmate.- Dice el castaño señalando la silla enfrente, haciendo que Mokuba poco a poco y aun emocionado se sentara.
-Esto es genial. ¿Y en eso llevas pensando toda la tarde? ¿Si ya era correcta?
Niega con su cabeza.- En realidad estoy pensando en cómo pedirle.- Mira como su hermano levanta una ceja.
-¿Es eso? ¡Pero esa es la parte sencilla! – Se cruza de brazos.- No puedo creer que hayas pensado tanto solo en eso.
Una retumba en la sien de Seto.- Cállate, Mokuba.
-Sí, Seto.- Dice el pelinegro por la costumbre.
-No puedo evitarlo, quiero que sea algo que ambos recordemos pero es difícil pensar en algo que se le ajuste a él. – Dice Kaiba mirando sus notas suspirando.
-Pues, es Joey de quien hablamos, con que sea algo especial y sencillo bastará para él.
Justo eso era lo que buscaba Kaiba pero no lo encontraba.- ¿Ah sí? ¿Y que se le ocurre al genio que puede tener esa descripción?
Mokuba pone una mano en su barbilla pensativo.- Pues se me ocurren varias cosas. ¿Qué tal lo propones en televisión?
Kaiba rueda los ojos.- Acabas de decir sencillo, y ya sabes que ese tipo de atención no la quiere pues puede ser peligroso.
El pelinegro asiente y vuelve a su pose de pensar.- ¿En un parque de diversiones? Joey ama esos juegos.
-Está embarazado así que no le dejarán montarse a nada así que se aburrirá.
Mokuba vuelve a asentir entendiendo ese válido punto. Alza su dedo feliz por su idea.- ¡Lo tengo! ¡Escribes “¿Te quieres casar conmigo?” en la tierra en grande y vuelan juntos en helicóptero! ¡Brillante!
Seto rueda los ojos de nuevo por la idea tan trillada que ha vista varias veces en las redes.- Dijiste “especial y sencillo”, realmente es algo que ahora todos hacen.
Mokuba se cruza de brazos.- Eres un aguafiestas. A Joey le gustaría cualquier cosa.
-Ese es el punto. No se trata de lo que sea, sino de algo que recuerde Joey toda su vida.
-¡Estoy seguro que volar en un helicóptero y ver letras grandes lo recordará!
-Sí, pero piénsalo. ¿De verdad eso parece algo que yo hiciera? – Mokuba entiende rápidamente el punto y se calma.
Piensa unos minutos más.- ¿Qué tal algo relacionado al juego de monstruos?
Kaiba mira a su hermano. Tiene ganas de gritarle que eso sería genial pero mantiene la compostura.- Mm, eso podría funcionar.- Mira su laptop donde empieza a teclear.
Mokuba sonríe.- ¡Al menos dame algo más de crédito!
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Durante la noche Seto encuentra a Joey dormido. No había pasado mucho de la cena, que lamentablemente tuvo que perder por hacer el trabajo que no hizo durante la tarde, pero él sabe que su novio le da mucho sueño últimamente por lo que solo se acerca a besar su frente. Le ve hacer una sonrisa boba.- Esa es mi galleta~ - Y se vuelve a acomodar
Kaiba solo sonríe y va hacia el baño.
Un rato después el castaño se encuentra en el escritorio de la habitación repasando sus planes. Tiene 5 de ellos y necesita escoger solo el mejor. Algo que se ajuste a su novio, que sea especial para ambos y también le gustaría que sea privado. La idea de que chismes vuelen y mostrar demasiadas emociones a otros no le gusta mucho.
Tacha la idea de organizar un torneo y ocultar el anillo de compromiso en su disco de duelo.
Ha tenido la idea de hacer la segunda versión de ciudad batallas pero será en un tiempo, y la verdad por alguna razón tiene prisa. Además puede que el tonto de ese lindo rubio no se dé cuenta y termine atorando el dispositivo.
Tacha la idea de decirle durante una batalla.
La verdad él es conocido por entusiasmarse en las batallas y nunca se la deja fácil a nadie. Él que por decisión propia interrumpa la batalla a la mitad sería negligente de su parte.
Suspira cuando nota que sus demás ideas se parecen. Voltea a ver a su novio. Sigue dormido como un tronco abrazando su almohada.
Se levanta a llega a la mochila del rubio. No es que él sea de los desconfiados que revisan las cosas de sus novios, pero la idea de ver su baraja de cartas podría ayudar a iluminarlo.
-Mm, ¿Quizás podría regalar otro dragón negro de ojos rojos? – Pregunta a la nada al ver dicha carta que tantos problemas le causa cuando se enfrentan. Se niega así mismo.- Ese sería un buen regalo de bodas, pero ahí no encaja la propuesta.-
Piensa un poco aun viendo las barajas y encuentra una que le llama la atención.- ¿“Amistad Yu-Jo”? - Siempre le ha parecido curiosa su descripción ya que es inusual.
Si no se equivocaba esa carta fue un regalo de Yugi por su cumpleaños. Para Joey es especial por el significado que tiene la carta.
Eso le dio una nueva idea, que parecía que superaba todas las demás.
Suspira.
No puede creer que justo debe pedirle ayuda a esa persona en especial.
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-Entonces déjame ver si entiendo.- Dice divertidamente Pegasus mirando a Kaiba a través de la pantalla en su conversación por Skype.- ¿Quieres que cree una carta nueva?
-Creo que ya lo dije una vez y no hay necesidad de repetirle.- Dice Seto comenzando a arrepentirse de hacer esto, pues sabe que su paciencia tiene límites.
-Ohh, querido Seto, no te enojes.- Dicho castaño se le encrispa una vena en la frente del enojo.- Es que es tan raro de tu parte pedirme un favor.-
-No es un favor, estoy cobrando lo que me debes de la última vez que un empleaducho tuyo hizo plagio de uno de mis diseños informáticos y no te demandé. ¿O ya lo olvidaste? – Ve a Pegasus quitar su sonrisa.
-Está bien, cálmate. Te di mi palabra que cumpliría y eso haré.- Dice suspirando en derrota. Solo quería divertirse un poco y la actitud del chico genio cuando es provocado es algo que no se pierde por nada.- ¿Cuál es el tema?
Kaiba lo había pensado, y realmente no quería avergonzarse contándole a este tipo.- Necesito una carta en la que dos monstruos se unan y compartan puntos.- Dice serenamente viendo al otro pensar con una mano en su barbilla.
-¿Algo como una fusión?
-No. Que cada monstruo sea independiente pero que compartan puntos de vida entre si.-
El mayor piensa unos segundos más.- Algo como un matrimonio, ¿Eh? – Piensa un rato más cuando de la nada abre los ojos sorprendido y con una sonrisa.- ¿Le vas a proponer matrimonio al joven Wheeler? Ohh~ ¿Y con mis cartas? Estoy tan conmovido~.
Kaiba chasquea su lengua, no obviando el enojo que le resultó. - ¿Por qué demonios este tarado es tan listo? – Piensa aun enojado. – Pues sí, ya. Para eso es. ¿Algún problema? –
Pegasus ríe un poco más entretenido.- En absoluto, ningún problema. En realidad me emociona. Haré una carta justo a la medida de las circunstancias.
-Más te vale.- Dice a punto de cerrar sesión para luego ver detenidamente a su rival/aliado de negocios.- Y ni se te ocurra decirle a Joey.
-Mm, pues esos ya sería dos favores y solo puedo darte uno.
El castaño frunce el ceño y le da una mirada marca Kaiba.- No me hagas enojar de nuevo, Pegasus.
Una gota resbala por el cuello del mayor.- Tranquilo, solo era broma.
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Después de una semana al fin la tiene.
El nombre le parece algo tonto y completamente de la autoría del idiota de Pegasus pero en realidad hace el juego muy bien.
Matrimonio Feliz.
Los efectos no le importan tanto. Joey podrá encontrarle uso pronto.
Ahora la pregunta es. ¿Qué haría?
¿Sólo entregarla con un anillo y ya? Le faltaba. Quizás un discurso cursi. Solo que él no es de esos. Joey le inspira muchas cosas pero decir mucho de ellas en un largo discurso no le hacía sentir cómodo.
Pero esto era por Joey, por él y el bebé. Debía superarlo.
En su escritorio de su estudio ese sábado por la mañana comenzó a hacer un guion. No dejaría nada al azar, porque la ocasión debía ser perfecta.
Y en eso se dio cuenta que faltaba algo muy importante. ¡El anillo!
Suspira cansado con la situación. Debía medir el dedo de su novio para comprarle un anillo hecho a medida. Aunque eso podría tardar unos días, ser Seto Kaiba seguro le servirá para tenerlo hoy mismo de ser posible.
Bueno, un problema parcialmente solucionado.
Pero en realidad está otra vez en 0 como hace una semana. Tiene la carta pero…
Podría dársela casual o quizás revolverla en su mazo y desafiarlo a una batalla para que revise. O quizás.
-¡Hola! ¿Te gustaría algo de café?
Escucha la voz de Joey y de inmediato guarda de forma disimulada la carta en el bolsillo de su camisa.- Si no estaría mal.- Le ve trayendo una taza de café y un refresco en una bandeja. - ¿No te caia mal?
Una expresión de asco ronda por el expresivo rostro de Joey.- No puedo tomarlo ni aunque quiera. Pero al menos ya puedo tolerar su olor. Deberías de estar agradecido por eso.- Le entrega su taza
-Si, si.- Comenta dando un sorbo. Justo como le gusta, puro.
Joey arrastra una de las sillas y se sienta a su lado.- ¿Y qué haces?
-Pienso un poco sobre un torneo que tengo planeado hacer.- Miente viendo con disimulo las manos de su novio pensando en cómo hacer para medirle su dedo.
Este por otro lado salta emocionado a pesar de su prominente panza de 6 meses.- ¿Un torneo nuevo? ¡No puedo esperar! – Dice aunque luego señala a Kaiba mirando inquisitivamente.- Y que ni se te ocurra hacerlo cuando este en fechas cercanas a mi parto porque te ahorco.- Le advierte.
Lejos de sentirse amenazado Kaiba asiente poniendo una mano en el vientre.- Sería aburrido si no estuvieras.- Ganándose una sonrisa del rubio.
Toma un poco más de su café y habla un rato con Joey. Cuando está terminando el contenido nota algo extraño en el fondo de la taza al ver su fondo cuando lo tiene alzado para tomar y disminuye su contenido. Aunque no le importa mucho, pues podía ser simplemente el modelo de la taza.
-Y entonces la maestra me habló de la mu… Seto ¿Pasa algo? – Pregunta al verlo entretenido con la taza.
Este niega.- No nada, es solo que me pareció ver algo dibujado en la taza.- Toma un poco más y logra ver que son unas letras. No notando la mirada un poco impaciente de Joey.
-Pues, Amor. Solo tómalo todo y averígualo.- Dice Joey comenzando a pararse con cuidado de la silla, quedándose en el lugar.
Seto le levanta una ceja curioso y toma su café rápidamente, encontrándose con algo que lo deja sorprendido. Aunque quizás sorpresa es un eufemismo de lo que siente.
En el fondo de la taza, tallado en una letra muy conocida para él están las palabras:
Te amo, Seto.
¿Te gustaría casarte conmigo?
-Yo…- Comienza a hablar Joey algo temeroso.- Estuve aprendiendo cómo trabajar con cerámica para hacer una taza para ti con un grabado para que siempre lo recordaras. Sé que puedo sonar tonto pero…-
Kaiba primero se siente en shock, luego le dan ganas de reírse, y luego de abrazar a su bonito novio. Que chico tan ingenioso
-¿Amor? – Pregunta algo dubitativo al verlo callado y mirando detenidamente la taza. Se sonroja y mira hacia sus manos - Amor, yo… Lo he pensado y creo que es el momento. Puede parecerte algo pronto pero en definitiva te amo y creo que es la hora de que estamos oficialmente juntos.- Levanta su cara para ver que Seto lo mira detenidamente levantándose.- ¿Entonces qué me dices? ¿Te gustaría casarte conmigo?
El castaño mira la taza y luego mira a su novio, dejando salir una sonrisa. El último toque que le faltaba hallar a él, su cachorro lo hizo en un momento.
-Mira, me arrodillaría pero esta panza no me de…- Es interrumpido por un abrazo, luego un beso y después una buena carcajada por parte de Kaiba. Joey levanta una ceja.- ¿Qué te parece tan gracioso?
Se calma un poco y sigue abrazándolo.- Pues que aun con los años ese toque tuyo de arruinar mis planes nunca ha fallado. Siempre termino más sorprendido que tu.-
Joey mira un poco asustado al escuchar “planes fallidos”.- ¿E-Eso es malo?
Kaiba niega.- Para nada. Yo también te amo.- Le da otro pequeño beso.- Y sería un honor casarme contigo.
Joey le da una gran sonrisa y le muestra un anillo muy elegante pero muy simple, muy al estilo de Kaiba, dentro de una linda caja de terciopelo azul que saca de su bolsillo
Kaiba se la pone con cuidado en su dedo anular de su mano izquierda. Aun sonriendo.
¿Quién lo diría? Él tardó tanto pensando y nunca se le pudo ocurrir nada que combinara bien con el estilo de Joey y viene este y hace algo completamente simple, especial para ambos, privado y algo que definitivamente nunca olvidarían ambos.
Rayos.
¿Cómo se consiguió un prometido tan perfecto?
ESCENA BONUS
-Así como tú me diste algo que siempre atesoraré yo quiero darte algo. Esta carta espero que simbolice… No, muy tonto. Yo no diría algo así.- Regaña su reflejo del espejo de su baño.
Ya estaban comprometidos pero se había prometido darle la carta a Joey, y eso haría. Solo que nuevamente estaba en el dilema de no saber cómo ni cuándo.
Vuelve a intentar.- Espero que cada vez que uses esta carta pienses en… Tsk.- Chasquea la lengua. Esto de planear cursilerías no es lo suyo.
Acomoda su gabardina para salir y encontrar a su lindo prometido que debe estar en el comedor haciendo sus deberes. Haría lo que siempre hacía cuando algo tenía que ver con el chico.
Iría y dejaría que todo fluyera. En algún momento en ese lapso encontraría la ocasión indicada
Por alguna razón les ha funcionado por más de tres años.