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La nueva vida por MizaiTan

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Notas del capitulo:

En serio, ultimamente subo las cosas un día despues de lo que prometo, pero ultimamente me pasan unas cosas...

El martes estaba haciendo una diligencias sobre mi universidad, pues pronto entro, y cuando iba por la calle pisé un hueco y me caí bobamente... Doblé mi pie izquierdo e ignoré el dolor pero cuando llegué a mi casa estaba hinchadisimo.

Pero mi mamá decía que solo era maltrato pero ayer amanecí coja. Me llevaron a urgencias y demoré HORAS allá... Al final fue un esguinse pero el mas bajo nivel asi que estoy con vendas hasta la otra semana... Que suerte ¬¬

En fin, aqui está la parte dos del extra... Lo pensé por un buen, buen rato y me di cuenta de algo... Espero lo noten XD

Tres días.

Tres miserables días que nunca olvidaría en su vida.

Tres días sentado en el suelo con sus pies y manos amarrados. El primer día fue amordazado por los gritos que daba además de las quejas sin parar.

Tres días donde estaba acompañado. Pero no de los que lo cuidaba, pues ellos esperaban fuera del cuarto cuyas únicas salidas era una ventana de 40 cm2 por donde veía que apenas cabía su pierna, y una puerta de hierro, provocando un calor infernal; sino por ciertas personas que al parecer corrían el mismo destino.

Con él eran cinco. Todos se notaban de preparatoria, había 3 chicas y con él eran 2 chicos. No era que los culpaba, pues la situación no era muy bonita, pero en realidad eran cobardes. El primer día trató de hablar con ellos, para tratar de pensar cómo salir o qué, pues ellos llevaban más tiempo que él, pero nadie decía nada.

Por ello, al notar que no ganaría nada con ellos comenzó él mismo a pensar. Lo único útil que dijeron es que una persona venía a dejarles una plátano, un pan y un vaso de agua al día, por lo que su único escape sería cuando entrara.

-Por favor, no te acerques a él.- Susurra una de las chicas.- Tiene una droga muy extraña que siempre carga. Solo a Frank le han inyectado pero fue horrible.- Su cara muestra una expresión de miedo.

Joey la ignora. El que no arriesga no gana nada. Y no se quedaría ahí esperando a ver lo que harían con él.

Una hora después se arrepiente tanto de no haber hecho caso.

Cuando trató de tirársele encima al tipo lo inyectó en el brazo. Según le explicaron previamente a la paliza que le dieron, la droga le da hipersensibilidad, haciendo que solo rasguños resultaran terriblemente dolorosos a su sistema.

Por lo que los golpes que le propinaron al ser llevado a otra sala, con las miradas angustiadas de los otros cuatro de testigo, lo llevaron a desmayarse y ser reanimado con un electrochoque aproximadamente 4 veces.

Una de las peores experiencias en su vida.

Despertó al día siguiente siendo curado por al aparecer un enfermero para luego meterlo en la habitación de nuevo.

Ya entendía por qué estaban cobardes.

Pero eso no lo hizo detenerse, por lo que al día siguiente volvió a intentar y volvió a ser inyectado. Esta vez le daban latigazos en su espalda, fueron solo 4 pues el aparente jefe llegó a ellos repartiendo unos cuantos golpes.

-¡Incompetentes! ¡Lo vamos a vender, imbéciles! ¡Nadie querrá comprar algo tan machacado!

Solo por el bastardo se salvó y vaya que su orgullo dolió pero el dolor no lo dejaba decir nada.

Le pusieron un vendaje y lo volvieron a meter en el cuarto.

Los cuatro solo lo miraban y ni siquiera preguntaron. No es que le importara.

Al tercer día decidió esperar, no se sentía con fuerzas. Tomó su plátano y pan con la boca. “Si Kaiba me viera ahora no pararía de llamarme perro”. Por alguna razón pensó eso mientras se sentía como dicho animal al inclinar su cabeza para tomar bocados del plato en el piso.

Solo unos mordiscos cuando escuchó unos golpes y al voltear vio con horror como sus cuatro compañeros caían justo después de dar un mordisco. Escupió lo que tenía en la boca y se acercó como pudo a ellos.

Completamente inconscientes.

Se abre la puerta para revelar a 5 hombres que entraban a comenzar a llevarse a los chicos cargados. Joey trató pero ni siquiera pudo levantarse, aún estaba algo débil.

El último en salir llevaba a la chica que le había advertido. Voltea a verlo y nota que es el mismo que lo acompañaba en el coche. Se lame sus labios y Joey solo puede clasificarlo como la expresión que más asco le ha dado.

-Es una pena, pequeño rubio. Te quedarás sin compañeros porque ya les llegó el tren a estos.- Joey abre los ojos al entender de lo que hablaba.- Te quedarás solo por un rato, pero no te preocupes. Con ese cuerpo que te mandas pronto te llegará comprador.- Le guiña un ojo para acto seguido cerrar la puerta ante un atónito Joey.

Muerde su labio con impotencia.

Fueron llevados justo en sus narices y él solo pudo quedarse viendo. Eso le dolió más que los latigazos del día anterior.

Él es fuerte. Ha sobrevivido tantos años casi por su cuenta pero no puede evitar con unas lágrimas comiencen a deslizarse por sus mejillas.

Joey confía en Yugi y sus amigos, y sabe que al no verlo por tres días inmediatamente notarían que algo está mal. Pero es imposible que unan los puntos para llegar, de por si nunca le ha hablado a nadie de su familia. ¿Cómo pensarían que su padre lo vendió?

Mas lágrimas se deslizan mientras se pregunta qué demonios ha hecho en la vida para que todo le salga tan mal.

 

 

Pasó un tiempo, para él fueron horas pero no es algo que pudiera calcular, cuando la puerta volvió a abrirse y entró un hombre con al parecer su nueva víctima. Solo que este incluso venía con una bolsa para taparle su cabeza.

Joey ve como lo ponen en la esquina opuesta de la habitación para luego quitarle su máscara.

Contuvo un grito.

¡¿Mokuba?!

Éste estaba inconsciente por lo que no tenía ni idea en el sitio que fue a parar.

Joey fue inteligente y miró a otro lado, fingiendo no saber nada. No sabe exactamente lo que harían si supieran que tienen una pequeña conexión.

Los hombres se retiran y de inmediato Joey se acerca hasta estar al lado del niño.- Mokuba.- Le susurra tratando de despertarlo, utilizando su cabeza para moverlo un poco.- Mokuba.

El pelinegro comienza a despertar y mira a todos lados notando que está en un lugar desconocido y además sucio, comienza a hiperventilar hasta que mira a su lado al rubio.- ¿Joey?

-Sí, soy yo. ¿Estás bien? – Le pregunta preocupado.

-Sí, no hay problema.- Suspira luciendo abatido.- No puedo creerlo. Otro secuestro.

Joey ríe nervioso, pues Mokuba tiene un largo historial en el tema.- Debe ser duro para ti. ¿Es algo relacionado a los juegos?

Mokuba niega.- Desde hace un tiempo hay una organización que había estado contactando con mi hermano. Querían algo pero Seto ni siquiera les escuchaba. Supongo que se enojaron y vinieron a mi.- Suspira derrotado.

Joey le aplaudiría si pudiera. Realmente no estaba tomando tan mal esto como lo pensó.

-Pero ya me cansé. En cuanto salga de aquí tomaré cursos de defensa personal.- Joey asiente y de repente ve a Mokuba lucir curioso.- A todo esto, ¿Qué haces tú aquí?

Joey suda frío por un momento. Aún no está preparado para contar la verdad.- Asuntos de mi padre en realidad.

Mokuba asiente, pensando que las historias de ambos se parecían.

Se vuelve a abrir la puerta y entran algunas personas, y uno de ellas lleva una cámara.

-Aparta al rubio. Necesitamos una toma perfecta de esto.

 

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En otro lado de la ciudad Yugi, Tristán, Yami y Tea se reúnen en el punto de encuentro pactado hace un par de horas después de correr por toda la ciudad.

-Nada.- Dice Tristán secándose un poco el sudor.- Fui a todos sus sitios favoritos pero nada. Parece como si la Tierra se lo hubiese tragado.

Tres días de desaparición. Eso no era normal en Joey. Pasaron por su casa pero su padre les tiró una botella diciendo que él no había aparecido por eso días.

Yugi los mira esperanzado.- Sigamos buscando, no sé por qué pero tengo un mal presentimiento.

Los cuatro afirman volviendo a separarse y pactar reunirse en casa de Yugi mas tarde.

 

Por otro lado, en una mansión a las afueras había un gran alboroto en la sala de estar. En cuanto se enteró de la desaparición de Mokuba puso a todo su equipo de inteligencia y seguridad a trabajar.

Ya tenía una leve idea de quienes eran los pronto cadáveres que se atrevieron a cometer tal estupidez. Esto no se quedaría así.

Uno de los encargados de inteligencia le mostró un video hackeado de una cámara de seguridad de la calle donde se veía a Mokuba siendo llevado a una camioneta, se movía y revolvía pero cuando le pusieron el pañuelo en la boca ya no había nada más que hacer.

Ver esa escena le dio gran ira. Esos tipos pagarían con sangre.

Inspeccionaba el trabajo de todos desde su posición. En realidad estaba orgulloso. En definitiva despedir a los encargados de su padrastro fue lo mejor que pudo hacer, eran incompetentes y viejos. En cambio estos trabajaban casi a la velocidad de la luz.

Incluso ya habían encontrado la guarida del tipo ese y sus datos principales, así como cuentas bancarias. En cuanto rescatara a Mokuba él mismo se encargaría de guiar al equipo para llevarlo a la bancarrota.

Suena su teléfono. Lo mira y nota que un número desconocido pide hacer una video-llamada.

Esto era lo que todos esperaban. Antes de contestar conecta su teléfono a su móvil para que los datos comienzan a viajar directamente a las computadoras del resto del equipo y comiencen a procesar el lugar.

El proceso es rápido. Por lo que la dirección la tendrán en un segundo. El muy idiota cree que solo por acabar de llevarse a Mokuba él no estaría preparado.

Inicia la video-llamada.

-Se puede saber quién me molesta en medio del trabajo.- Pregunta altanero Kaiba, estando en carácter desenfocado.

La imagen muestra a un hombre con una repugnante sonrisa.- Oh, Kaiba. Te advertí que no te metieras con nosotros.

-¿Oh? ¿En serio? – Mira con mucho cuidado hacia arriba para ver las señas de pulgares levantados, anunciando que ya tenían la dirección. El resto es perder tiempo en lo que su equipo de seguridad prepara los vehículos. Planean ir el helicóptero para llegar más rápido

Le daban ganas de colgar y mandar a esos tipos a la mierda, pero el riesgo sería que movieran a Mokuba de allí, por lo que el acto debía seguir.

-No te pongas altivo, pues conozco tus puntos débiles.- La cámara se mueve, mostrando a un Mokuba amarrado de manos y pies en el suelo.

-¡Mokuba! – Grita mitad en enojo y sorpresa al ver su estado y mitad falso para dar más énfasis.- ¿¡Que crees que haces canalla?!

El hombre ríe.- Es mi advertencia. Quiero que escuches el trato y aceptes. O si no…- Pone un arma en la sien de Mokuba haciendo que este saltara por el repentino contacto y se reflejara el miedo en sus ojos.

-¡No te atrevas, gusano! – Grita molesto

-Oh, vamos. Solo quiero demostrarte que hablo en serio.- Habla bajo con frialdad.- Así que una pequeña advertencia no estaría tan mal.- Apunta ahora a la pierna de Mokuba haciendo ue ambos hermanos Kaiba abran los ojos con sorpresa y miedo.

Kaiba está preocupado pero escucha una conmoción de ese lado y antes de notarlo un individuo se lanza encima de su hermano justo cuando el jefe dispara.

-¡Joey! – Grita Mokuba asustado aun amarrado. Pues el rubio luchó con las cuerdas de sus piernas para lograr correr y saltar a tiempo y recibir la bala en su pierna derecha.

-¿¡Wheeler?! – Pregunta sorprendido de verlo allí y al mismo tiempo aliviado que nada le pasó a su hermano, solo nublado por la vista del rubio comenzando a desangrarse.

-¡Estúpidos! – Escucha gritar con quien hablaba antes, Dejando el celular a un lado por lo que solo el audio se escuchaba.- ¿¡No les dije que lo vigilaran!? ¡Y como ustedes se pasaron con la paliza ahora está incluso en peor calidad para la venta, imbéciles!

Al parecer uno de los sujetos nota el celular y cierra inmediatamente la video-llamada.

-Señor Kaiba, estamos listos.- Anuncia Roland. Tensándose un poco al ver un aura oscura y fría alrededor de su jefe.

-Entonces vámonos ya.

 

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Joey se despierta escuchando unos sollozos. Se levanta un poco para ver que sus piernas están desatadas y una venda estaba en su muslo derecho. Le dolía un infierno eso.

A su lado estaba Mokuba quien estaba sollozando. Aun ambos en la habitación.

Poco a poco recordaba todo.

Como casi no le prestaban atención tomó una de las cuchillas de los matones y comenzó a destarse las piernas. El plan era desatar también sus manos mientras estaban distraídos con el video para buscar una apertura luego. Pero no contó con que el bastardo le dispararía a Mokuba.

No lo pensó dos veces para tratar de protegerlo.

Aparentemente se desmayó, pues no recuerda nada más. Aunque por ser en la pierna no era letal, al menos.

-Ya Mokuba, cálmate. Estoy bien.- Se sienta como puede. Tampoco es que pueda confortar al niño, ambos aun sigues atados de manos, literalmente.

-Joey, no tenías que hacerlo.- Dice aun llorando el pelinegro.- Mírate, estás todo herido y tras de eso ¿Una bala? Lo siento tanto.

Joey niega con su cabeza.- Tranquilo, no duele tanto ahora.- Se levanta de hombros.- Y no sé, quizás asi se demore lo de la venta.

Mokuba lo mira confundido.- Eso les escuché hablando. ¿De qué venta hablan?

Joey mira a otro lado, aun no preparado para hablar todo.- Pues me capturaron y quieren venderme.- Contesta vagamente viendo la cara en shock de Mokuba.

-¡¿Qué?!

-Pero no te preocupes, aun retrasaran todo por mis heridas. Supongo que ya después ocurrirá.

Mokuba aun sacude la cabeza mortificado. No. Su salvador no podía tener ese destino. Se le ocurre de repente.- ¡Mi hermano! ¡Él nos sacará de aquí! ¡Ya verás! – Dice emocionado para luego ver confuso a Joey que ríe en burla con eso.- ¿Qué pasa?

-Oh Mokuba, ¿En serio crees que ese ricachón haría algo para salvarme?

Mokuba sacude la cabeza con el ceño fruncido.- Mi hermano no es malo.

-No lo es, pero me odia.

 

Solo media hora después se escucha un tiroteo. Ambos se asustan y llegan como pueden a la esquina de la habitación, tratando de protegerse como pueda.

Joey se pone delante de Mokuba. Sus instintos de protección le dicen que lo hagan.

Se abre la puerta para ver un rostro conocido por ambos.- ¡Roland! – Grita emocionado Mokuba.

El hombre muestra una mirada de alivio.- ¡Aquí está! – Grita para luego entrar.

Joey se quita de su posición y se pone al lado de Mokuba para que el guardaespaldas pueda llegar con mas facilidad al niño. Este se agacha para comenzar a desatar a Mokuba que luego libre lo abraza.

Joey ve la escena con una sonrisa triste en su rostro.

Ya la compañía se iría otra vez y volvería a quedar solo.

Por lo que le sorprende cuando Roland comienza a desatar sus manos también. Al parecer el guardaespaldas notó la duda en sus ojos.- Es imposible que te deje aquí después de verte en este estado.- Libera a Joey.- Además son ordenes del señor Kaiba.

Eso lo extraña. Aún más del hecho que no puede levantarse.- ¿De Kaiba?

-Asi es.

Todos voltean a ver a Kaiba en el umbral de la puerta acompañado de dos guardaespaldas. De inmediato Mokuba corre y le abraza. Kaiba devuelve el saludo.- Me alegra ver que estás bien.

-¡Hermano! – Grita emocionado Mokuba para luego separarse.- ¡No podemos dejar aquí a Joey! ¡Lo van a…

-¡Mokuba! – Le interrumpe Joey. Lo que menos necesita ahora son las burlas de Kaiba sobre su situación.- Está bien. Con que me hayan desamarrado es más que suficiente.-

Roland y Mokuba lo miran alzando una ceja. Mas malherido no puede estar.

Kaiba se acerca a él para hacer algo que sorprendió a Joey.- ¡Waa! ¿¡Qué haces?! – Pregunta al ser cargado por Kaiba de la nada.

-Deberías dejar de hablar tanta basura. Esto solo es agradecimiento por ayudar a Mokuba.- Le dice bajo solo para que él oyera mientras comienza a caminar a la salida de la habitación.- No te confundas.

Joey abre la boca para pelear por ello pero luego la cierra. Por mucho que lo odio al parecer el amor que le tiene a Mokuba hace que sea amable con él. Pero aun por esa razón Joey sonríe.

Comienza a darle sueño por lo que sin él notarlo se duerme aun en brazos del ojiazul que lo conduce a la salida.

 

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-¡Mas te vale que no le hayas hecho nada, cabrón!

-No hice nada. Que él mismo les explique.

-Está muy malherido.

-En parte es culpa mía. Le dieron una bala por mí.

-¿¡Una bala!?

Son las voces que puede escuchar a lo lejos. Como si estuviese debajo del agua. Siente familiaridad por las voces por lo que trata de abrir sus ojos, para decirles que se callaran porque la cabeza lo estaba matando

-¡Miren, está despertando!

Hay un silencio de repente y se siente agradecido, por lo que es esfuerzo no es tan grande.

Finalmente abre los ojos para ver a sus cuatro amigos alrededor de la cama, Mokuba sentado a su lado, y si levanta un poco la cabeza puede ver a Kaiba recostado en la pared.

-¿Dónde estoy? – Pregunta desorientado.

Tea, que ya tenía lágrimas en los ojos, le sonríe.- Estas es la mansión de los Kaiba. Vinimos en cuanto nos enteramos.

Joey levanta un poco la cabeza pero se queja, haciendo que Yugi lo vuelva a acomodar.- No te muevas mucho. Según el doctor recibiste mucho daño.

-E incluso te obligaron a ingerir drogas.- Voltea lentamente para ver a Yami apretar los puños. Él sabe que si hubiese estado en su poder ya los habría mandado al mundo de las sombras.

-El doctor dice que debes descansar por al menos 4 semanas porque te encontraron dos costillas rotas junto con varias magulladuras.- Dice Mokuba mirándolo seriamente.- La bala no afectó partes importantes de la pierna en movimiento pero lastimó algunos tendones. Necesitas reposo pero estarás bien.

Joey asiente recibiendo toda la explicación. Pronto Kaiba lo echará de su mansión y volver a casa no es una opción. Pero esta vez tiene amigos.- Yugi.- Gana su atención.- De ser así, ¿entonces puedo quedarme en tu casa en ese tiempo?

Yugi se sorprende pero de inmediato asiente.- Claro, no hay problema.

-Claro que no.

Todos miran a Kaiba por lo dicho. Tristán frunce el ceño.- Esto no es asunto tuyo, ricachón de mierda.

Kaiba ni siquiera reconoce la presencia de Tristán mientras se acerca a la cama para estar justo al lado de Joey.- Mokuba me pidió que Wheeler se quedara en ese tiempo y así será.

Tristán vuelve a fruncir el ceño.- ¡Deja el capricho, bastardo! ¡Estamos hablando de la salud de Joey!

-Precisamente de eso hablo. Aquí mi médico personal lo vería todos los días además de contratar las enfermeras que hagan falta.- Todos lo miran sorprendido.

-¿Cuánto me costará eso? – Pregunta Joey pensando que nada vendría gratis.

-Nada, tómalo como agradecimiento por salvar a Mokuba.- Comienza a caminar a la puerta de la habitación.- Pero en cuanto te recuperes te largas.

Todos miran a la puerta extrañados un poco por la actitud de Kaiba.

Nadie nota el ceño fruncido de Mokuba. “Yo nunca dije eso”

Notas finales:

Si, me di cuenta que apresuraba mucho las cosas y creo que se es necesario la tercera parte... Quiero darle una buena conclusión además de explorar un poco sobre la relación del par

Para el nuevo extra he decidido que cuando lleguemos a 100 comentarios lo haré, después del nuevo cap que viene, asi que no se decepcionen si ese sale primero.

Por cierto, mi hermana se gradua el mañana y hasta el sabado es la fiesta asi que lo siento, no habrá capitulo nuevo esta semana.

 

Los quiero!

 

PD: Me sentí algo mal con mi cap pasado, sentí que a pocos les gustó por los comentarios. Agradezco profundamente a los que me apoyaron. Besos!

PD 2: Mi pie ya no duele tanto y estoy siendo consentida en mi casa por todos!

PD3: Me siento tan mal por hacer sufrir a mi cachorro >.<


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