-¡Aww!
-Shh
Una enfermera les mira en advertencia mientras entra a la sala de los Neonatos pero ellos no le prestan atención. Había algo mucho más importante.
Un pequeño bebé con un pequeño mameluco blanco con gorrito del mismo color duerme profundamente, aun con los ruidos que sus vecinos hacían.
Su placa decía “Kosei Kaiba”
-Creo que es el bebé más lindo que he visto.- Dice Tea soñadoramente al verlo.
-Para mí es igual a todos los otros bebés.- Dice Tristán para luego recibir un palmazo en la cabeza de parte de la chica que lo mira enojada.- ¡Ouch!
-Cállate, idiota. Arruinas el momento.- Le dice la castaña apuntándolo con un dedo y con mirada aterradora para luego suavizarla en cuanto vuelve a ver por el cristal.
A Tristán se le baja una gota tipo anime por la cabeza por el cambio repentino para luego suspirar.- En serio, cuando se trata de cosas cursis ahí estás tú.
-Claro, soy la chica del grupo.- Dice la castaña sin verlo.- Me da el derecho de ser todo lo cursi que quiera.- Lo mira solo para sacarle la lengua.
En el pasillo de Neonatos al día siguiente de la cesárea de emergencia se encontraban Tristán y Tea peleando; Yami y Yugi, el primero agarrando de la cintura al menor que veía embelesado al bebé; Mokuba tomando fotos, junto a Roland que se secaba los ojos con un pañuelo y un recién llegado Duke Devlin.
-Aunque debo abonarle a Tea.- Dice el fanático de los dados que estaba junto a Tristán, sacando a ambos de la mini pelea.- Realmente Joey hizo un bebé bonito.
-¿Cierto que si? – Dice Tea dándole una sonrisa al chico para luego alzarle una ceja al castaño.- Al menos alguien entiende.
Mokuba no paraba de tomar fotos para mandárselas a Serenity, quien estaba en el aeropuerto esperando su vuelo. Seto le ofreció su avión privado para el viaje, usualmente declinaría pero las ganas de ver a su sobrino pudieron más. Claro que la condición es que no podía traer a su mamá. Le dolía pero entendía el punto.
Ryo estaba en Inglaterra y decidió llegar a Domino en una semana como lo tenía planeado.
El abuelo y la madre de Yugi estaban en casa, decidiendo pasar por la tarde, pues se habían quedado hasta muy tarde el día anterior. Pero la pandilla emocionada no tenía nada de eso, por lo que a primera hora de la mañana estaban viendo al nuevo miembro del grupo.
-Aunque debo decir.- Retoma Devlin mirando a los chicos.- Esos reporteros me tenían hastiado. Me reconocieron en el parqueo y prácticamente tuve que escabullirme para poder entrar.- Dice fastidiado cruzándose de brazos.
Mokuba hace una mueca, dejando su celular de lado.- Te entiendo. Hoy en la mañana había varios noticieros fuera de la mansión.
Tea refunfuña.- Que asco de gente. En serio. ¿No pueden ver que ambos solo quieren privacidad?
-No se preocupen.- Dice Roland guardando el pañuelo en su saco y tomando un aspecto serio en completo contraste con su melancolía de hace unos segundos, sorprendiendo a todos.- Hay guardaespaldas protegiendo la clínica y dos hombres en la puerta del joven Joey. Nadie entrará.
Yugi no prestaba atención a la conversación. Seguía viendo a su nuevo “sobrino” con fascinación. Le parecía tan curioso y pequeño. Realmente le gustaría probar cargarlo cuando tuviera la oportunidad.
Tristán miró de reojo a los pelirraros que no habían participado de la conversación y notó la cara de ensoñadora de su amigo.- Sabes, Yugi. Solo necesitas pedírselo al tipo que tienes al lado y unos meses tendrías tu propio bebé.
-¡Tristán!
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Joey se sentía vacío. Lo peor era que se podía decir eso incluso literalmente, pues su panza grande ya no estaba, solo una curva como si esperara de pocos meses que sabía que debía hacer que desapareciera. Debía volver a su buen abdomen.
Sí, claro que estaba feliz de conocer a su pequeño Kosei pero se acostumbró demasiado a estar juntos todo el tiempo y ahora de repente unos doctores y enfermeras dicen que no, que debían estar separados de la noche a la mañana.
Era ridículo.
Al menos debían darle algo de preparación psicológica.
Se cruzó de brazos con un puchero mientras miraba a la ventana.
En ese momento su prometido sale recién bañado con la camisa abierta y sus ojos obviamente van a su dirección.
Le daba un punto a Seto por la buena distracción.
El castaño se acerca a darle un beso rápido al notar su cara.- ¿Qué pasa? ¿Tienes hambre? – Dice mientras se sienta en la silla al lado del rubio.
Joey muerde su labio.- Pues sí, pero quiero ver a Kosei primero.
Kaiba solo asiente y se traga un suspiro. Ha escuchado eso al menos unas 4 veces durante la noche. Y claro que entendía el sentimiento. Kosei también era su hijo y quería verlo, apenas están familiarizándose.
Toma su mano para besar sus nudillos.- Dijeron que lo traerían pronto para darle de comer. Asi que no te preocupes. Él está bien.
Joey asiente y suspira.- Me siento como un padre sobre protector. ¡Se supone que yo sería el relajado mientras tú el estricto!
El castaño le levanta una ceja con eso. Va a lanzarle un ingenioso comentario cuando la puerta se abre. Una enfermera entra empujando una cuna transparente.
-¡Buenos días! – Dice feliz la chica.- Este pequeño chico ha estado gimoteando por un tiempo por comida.
-Igualito a ti.- Le dice Seto a lo que se gana un puño en el hombro de su prometido.
-Enseguida traeré el biberón con la fórmula.- Dice retirándose.
Ninguno de los dos se despide pues ven la cuna a su lado con el pequeño bebé vestido de blanco haciendo pequeños ruidos adorables y podían ver claramente sus ojos abiertos.
Ambos solo se quedaron ahí viéndolo por solo un minuto. Joey abraza a Kaiba con una sonrisa.- ¡Oh Dios! ¡Es demasiado lindo!
Kaiba asiente besando la frente del rubio.- Es demasiado perfecto - Casi estaba daba miedo cargarlo pues podían corromper todo su aura angelical.
De repente Kosei estornudó lindamente y a ambos no les pareció en lo absoluto desagradable. Joey solo empujó un poco a su novio.- Cárgalo y abrígalo. Debe tener frío. ¿O harás que me levante con todo y rajadura? – Le dice Joey con una sonrisa.
Kaiba ríe pero se levanta y se acerca a levantar a la pequeña criatura. Ayer aprendió lo necesario para poder levantarlo y ya se siente un maestro en eso. Se acerca al sofá de la habitación VIP donde están todos los regalos que han recibido y toma una manta azul bebé con un pequeño oso bordado.
Kosei deja de moverse en cuanto está en los brazos de papá.
Y aunque no lo está sosteniendo, Joey ya no se siente vacío como antes. Es que la simple imagen de ver a sus dos amores juntos es suficiente.
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-Aun no puedo creerlo.- Dice Serenity emocionada con su pequeño sobrino en sus brazos. No se tiene mucha confianza, asi que decidió sentarse en el sillón del cuarto. Pasa su dedo suavemente por la nariz del bebé.- ¡Es toda una monada!
-¿Cierto? – Dice orgulloso Joey. – Solo es un poco más pequeño pero los doctores dicen que no hay problemas. ¿Puedes creer que si fuera por él ya estaríamos en casa? Es por mi que seguimos atorados aquí. – Dice Joey poniendo de repente cara de disgusto.- Estar aquí me enferma más.
Serenity ríe.- Nada más llevas aquí 4 días, no seas exagerado.- Acomoda el gorrito con orejitas de oso de Kosei.- Además escuché por ahí que las enfermeras te consienten con comida gourmet.
Joey se sonroja con eso.- Bueno, eso es gracias a Seto, en realidad.
Kosei de repente abre sus ojos de color azul grisáceo. - ¡OH DIOS! ¡Abrió sus ojos, Joey! ¡Abrió sus ojos! – Se emociona tratando de no moverse mucho para no molestarlo.
Joey ríe con ganas al entusiasmo, pero sería hipócrita se le dijera que se calmara porque él se puso casi igual al verlo.
-Hola~ - Dice feliz Serenity poniendo su cara cerca. Su hermano le dijo que Kosei no ve muy bien aún por lo que debe acercarse.- Eres la cosita más linda que he visto.- Kosei estira su brazo, que Serenity atrapa con facilidad para darle un beso en la palma.
Kosei aun miraba para varios lados, muy curioso.
Joey se ríe.- Es increíble que todo el que conozca se vuelva tan blando cuando ve a Kosei. Mi amiga Amy de la universidad, que es muy rudo, estuvo horas hablándole. Incluso Duke jugaba con sus manos.
Kosei dio una pequeña sonrisita cuando escuchó la voz de Joey. Mucho más lejana que antes, pero igual de cálida.
Serenity lo notó.- ¿Oh? – Dice con una sonrisa.- ¿Quieres ir con papi, cierto? No hay problema. – Dice feliz levantándose con cuidado para caminar a la cama y ponerlo en los brazos de su hermano que con gusto lo recibió.- Es increíble lo quieto que es para ser hijo de ustedes.
-Ja ja.- Dice Joey secamente viéndola.- Invéntate otro, eso ya lo he escuchado mucho.
-Hablando de los padres. ¿Dónde está Kaiba?
Joey volteó su cara a la ventana.- Dijo que debía atender algo rápido del trabajo, pero le dije que se tomara su tiempo y de paso se tomara una siesta en una cómoda cama que no sea ese colchón de mierda.
-¡Joey! – Grita Serenity acercándose para tapar las orejas de Kosei.- ¡Ya no puedes hablar así más!
El rubio solo se sube de hombros.- Aun no puedo entender lo que digo.- Dice acercándose a darle un beso en la frente, muy cerca del gorro.
-¡Por supuesto que sí! ¡Leí como loca libros de bebés en el avión!
Joey ríe con su expresión.- Calma, calma. Era solo una broma. Claro que trataré de evitar hablar así delante de mi bebé.
Serenity suspira.- Gracias.
Joey comienza a pasar su dedo por la cara de Kosei, que había vuelto a cerrar sus ojos pero aun movía un poco sus bracitos. Con sus dedos deslizó el gorrito que había sido regalo de Tea, para mostrar la pequeña pelusa que tenía en su cabeza.
Serenity no se contiene y, sentada en la cama al lado de su hermano, pasa la mano por el pequeño cabello.- Es un poco más claro que el mío.
-Sí, ¿Curioso, no?
Su bebé tenía el pelo liso y de un color un poco más claro que el castaño dorado, pero sin llegar al rubio. Era una mezcla perfecta. Sus ojos aun no tenían la tonalidad definitiva, pero al ser tan claros Joey sabía que heredaría los ojos azules de su papá. Y si se ponía quisquilloso, podía apostar que su bebé heredó las formas de sus dedos de la mano.
-Por cierto, Joey.- El rubio de inmediato levanta su vista para prestarle atención.- Es muy emociónate venir todos los días al hospital en helicóptero y todo eso. Pero ¿Hasta cuándo?
Joey suspira.- Si, los conocidos míos y de Seto han sufrido mucho por eso. ¿Cómo le hacen? ¿Duermen fuera del hospital o qué?
Cuatro días después y los medios seguían locos por las noticias del nuevo bebé. Había visto los periódicos que le traían sus amigos y las noticias de la televisión. Estaba seguro que pasaban más cosas interesantes en el mundo, pero aparentemente una foto de su bebé valía millones para la prensa y prácticamente acosaban a todo el que los conocieras por el número de habitación y fotos de celular. Nunca estaría tan agradecido de los guardaespaldas de su novio como ahora.
-Y me imagino que esto no se calmará hasta que te fotografíen con Kosei.- Serenity mira la mueca de su hermano.- Es decir, no ahora pero en algún momento vas a salir a pasear con Kosei en carriola y hacerlo en la sala de la mansión es imposible.
Joey suspira.- Quiero atravesar ese puente cuando sea el momento. Por ahora solo quiero paz para nosotros.
Serenity le sonríe.- Bueno, no pensemos en eso. A propósito, ¿Qué vas a hacer con todo eso? – Señala a una buena área de la gran habitación VIP.
A Joey se le resbala una gota al ver. Era increíble la cantidad de regalos que habían traído así como flores y globos. Incluso algunos amigos lejanos como Tsunami se habían pasado a saludar y a dejar un montón de peluches a su bebé. Y eso sin contar las cosas que algunos fans enviaron a Seto y él, pero que estaban en la mansión.
-La verdad no hables mucho, hermana. Porque el oso más grande es el tuyo.
-¡Es perfecto para él!
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-¡Por fin!
-Ya era hora.- Dice Joey con una sonrisa
-Bueno, cuando estás en el Amazonas es difícil tener señal hasta Japón. ¡No presiones!
Joey ríe a la imagen en su Tablet de una Mai con ropa de explorador pero aun con mucho maquillaje.
-Tea me mandó un mensaje hace una semana y he estado moviendo cielo, mar y tierra para lograr esta videollamada.
-Bueno, es tu culpa. ¿Qué demonios haces del otro lado del mundo cuando estaba cerca de la fecha?
-Trabajando, Duh. Créeme que mataría estar ahí ahora, pero esto se ha estado moviendo y parece que aun necesito un par de meses.
Mai estaba en una investigación desde hace un mes en el Amazonas, tenía que ver con un hallazgo sobre sus arpías por lo que de inmediato dijo si a la oferta.
-Ahora ya he visto mucho de ti en bata, quiero conocer a mi Kosei.- Dice dando un aplauso de emoción.
-¿Conocerlo? Te he mandado fotos.
-¿Y? No es lo mismo una foto que verlo moverse. Ahora tráelo.
-Que mandona.
Joey llevaba una semana internado pero le informaron que al día siguiente, le desprenderían los puntos y podían irse a casa. Así que con la recuperación podía moverse mucho mejor. La cuna estaba a su lado por lo que levantó a Kosei con todo y mantas, luego tomó la Tablet, acercando la cámara a Kosei.
-¡Ohh! – Joey se ríe con la expresión de Mai y sus manos en la pantalla, casi como si quisiera salirse de ahí para tocar a Kosei directamente.- ¿De dónde sacó tanta lindura? Estoy segura que ninguno de sus dos padres es así de mono.
-Pues gracias. – Rueda los ojos.
-Tengo que conocerlo, me aseguraré de estar allí todo lo pronto que pueda. Espera por mí, Kosei. Tía Mai te consentirá como nadie.
-Créeme esa será una difícil competencia. – Voltea la Tablet a la montaña de regalos que solo se duplicó de tamaño desde hace unos días.
-Vah, eso son regalos comunes. Estoy segura que no tienes nada del Amazonas ahí.
-Si le traes un taparrabos lo tiraré a la basura.
Mai se ríe.- Que poca cultura. Hay más por aquí que solo taparrabos.- Joey pone la cámara para mostrarlo cargando al bebé.- También te ves muy bien, Joey. A propósito, ¿Dónde está ese novio tuyo?
-Fue por la comida y el biberón de Kosei.
-¿Kaiba? ¿Trayendo comida? Ese es un espectáculo.
Joey rueda los ojos.- No es extraño. ¿Acaso olvidas mis antojos o qué? Pero en realidad ayer se equivocaron de fórmula para Kosei.
-¿Qué? – Mai de inmediato frunce el ceño.- ¿Se equivocaron? ¿No están en área presidencial o algo así? Se suponía que se evite con eso.
-Es VIP, Mai. Pero si, se equivocaron. Trajeron una fórmula liquida especial para un niño prematuro que tenía menos vitaminas que la usual que toma Kosei.
-Que desastre. ¿Hubo la guerra?
-Ya sabes cómo es Seto. Casi demanda la clínica pero solo se contuvo porque también afectaría a mi obstetra que ha sido excelente.- Ajustó un poco a Kosei.- Yo también traté de ir a pelear pero Mokuba se quedó conmigo para que no me levantara.
-Espera. ¿Cómo se dieron cuenta que era la equivocada?
-Pues, me dieron la botella y al balancearla vi que no era tan espesa como la formula sino más ligera como el agua. La probé y sabía casi a soya, muy diferente a la de Kosei.- Escucha la risa de Mai. ¿Qué?
Quita una lágrima que cae de tanto reírse.- No, nada. Es increíble que ser un tragón al fin te haya sido útil.
Joey rueda los ojos para luego ver entrar a Kaiba con una botella seguido de dos enfermeras con sus propias bandejas de comida.- Oh, ya volvió.
El castaño se acerca a darle un beso en la cabeza a Joey y luego a Kosei. Cuando escucha el “Aww” saliendo de la Tablet de su prometido.
-Hola, Valentine.- Dice secamente
-Felicidades por el bebé, Kaiba.- El castaño solo le asiente para luego salir de la pantalla diciéndole a las enfermeras dónde poner la comida.
-Sigue tan ácido como siempre. Bueno, Joey. Ha sido un placer, pero esta señal me está costando mucho. Pero mantente atento que pronto te daré otra llamada.
Joey le sonríe.- Vuelve pronto, Mai. Y como secreto te diré.- Se acerca a la pantalla y susurra.- A Kosei le encantan las pizzas, sobre todo las de pepperoni, así que tráele varias.
Mai ríe.- Muy original. Veré que puedo hacer.- Sacude su mano y luego la señal se corta.
Las enfermeras se retiran después de poner las bandejas en la mesa cercana, de las pocas en la habitación sin nada encima.
-¿Puedo, amor? – Kaiba pregunta haciendo un gesto al biberón. Joey ríe asintiendo y le pasa su hijo.
El castaño de inmediato se siente en la silla para comenzar a darle de beber a Kosei.- Es un pequeño tragón.- Dice viéndolo tomar con entusiasmo.
Joey rueda los ojos.- ¿También dirás que por eso se parece a mí?
Kaiba aun ve las facciones del bebé.- Pues sí, se parece mucho a ti.-Joey está a punto de abrir su boca para quejarse pero es interrumpido.- Tiene la misma forma de tu cara, sus manos se parecen, tus mismas pestañas, y es adorable. Son muy parecidos.
Joey se sonroja y mira a otro lado.- Te estás volviendo cursi.
Quedan un rato en silencio mientras Joey acerca su comida y empieza a comer, y Kaiba termina de darle su cena al bebé, cargándolo para que soltara un pequeño eructo.
Lo acomoda con cuidado en la cuna transparente y lo arropa.
Ambos terminan su cena y comienzan a prepararse para la última noche en la clínica.
-Joey.
-¿Hm? – Pregunta recostado contra las almohadas.
-No he querido mencionar esto por tu recuperación y por Kosei, pero creo que es hora que hablemos.
-¿Qué pasa, amor? – Pregunta confundido.
-¿Exactamente qué pasó en la pizzería ese día?
Joey se congela. Por supuesto. Había estado viviendo en una nube esta semana privado del exterior que ya casi ni se acordaba de lo que había provocado todo esto.
Joey ve a Kosei un segundo para luego suspirar y ver a su novio.
-Vi a mi padre ese día.
La cara del castaño se desconfigura entre sorpresa e ira - ¿Qué? – Se abstiene de levantar mucho la voz solo por su hijo.
-Estaba hablando por teléfono con él, para decirle que me dejara en paz y de repente apareció a mis espaldas.- Nota que su novio cada vez frunce más el ceño pero no lo interrumpe así que continua la historia.- Me insultó y lo golpeé, luego me empujó y caí al suelo. Lastimé mi cabeza pero no fue nada grave, lo sabes. Sin embargo el golpe aceleró todo.
-Es un bastardo.- Sisea Kaiba con enojo.- Tenía prohibido ingresar a esta ciudad por orden de alejamiento.
-Pues algo falló. Quizás por su apariencia se ve más viejo, escuálido y pobre que antes. Tristán ni siquiera lo reconoció.- Joey se cruza de brazos frunciendo el ceño.- Billy, el chico de la pizzería, me llamó y me dijo que está en una estación de policías cercana de ahí. Para salir debe pagar una fianza o algo así porque mayores cargos no tiene, o así me dijo.- Fue de repente sujetado de los hombros por su novio, sorprendiéndolo.
-No te preocupes, cachorro. Yo me encargaré de aquí en adelante.- Besa su frente y luego sus labios.- Todo estará bien.-
Joey le sonríe.- Gracias, Seto. – Le abraza. No se siente inseguro ni por un momento con lo que dijo su padre, por eso le pareció innecesario decirlo. ¿Él aprovechándose de Kaiba? Hasta le daba gracia eso. Su bebé fue inesperado pero los dos los aman por igual. Y Joey amaría a Kaiba y estaría con él incluso se fuera dueño solo de una mísera moneda.
-Ahora, ya basta de ese tema. Hay que dormir para poder estar con ganas para llevar a Kosei mañana a casa.- Dice Kaiba con su pijama puesta. Está a punto de retirarse al sofá cuando una mano agarra su manga. - ¿Cachorro?
Joey está sonrojado levemente pero igual le sonríe.- Va una semana ricachón, ya me siento bien. Durmamos juntos, sé que lo extrañas.
Kaiba le sonríe y con cuidado se acomoda al lado de Joey, poniendo su brazo bajo su cabeza en una pose de lo más conocida para ellos.
-Buenas noches.
ESCENA BONUS
Leon mira las cosas que mandarán por correo a Japón para la mansión Kaiba. Él se había encargado de comprar al nuevo integrante de la familia Kaiba un peluche de conejo blanco pequeño junto a unas medias y gorritos, e incluso así sentía que era mucho pues conocía la popularidad de la pareja y la cantidad de amigos de Joey, posiblemente tengan muchas cosas y esto solo se amontone. Pero mandar un detalle no estará de más mientras esperan al viaje de negocios de Japón para hablar con Pegasus sobre Ilusiones Industriales, Sede Europea.
Pero su hermano, reconocido por su clase y desfachatez, no le importó la cantidad y solo quiso demostrar que podía comprar más que los demás.
Incluso demasiado.
-Hermano.- Le llama Leon a Sigfried.- Creo que es demasiado.
-Tonterías, Leon. Nunca es demasiado para un bebé. Te apuesto que al día de que llegue todo con Kaiba me escribirán por agradecimiento.- Toma un sorbo de su té.- Incluso me pedirán ser el padrino. ¿Te imaginas?
Leon mira a su hermano y luego al montón de cosas.- Si, claro. Pero si sabes que es un niño, ¿No?
-Por supuesto. ¿Por qué la duda?
-Pues…
Lo único blanco con azul eran las cosas de Leon, porque lo que compró Sigfried era todo en tonos rosas, violetas y magenta. Incluso varios arreglos de rosas blancas adornaban la cuna rosa pálido con dosel estilo princesa.
Era todo demasiado de niña, e incluso aun peor.
Pero aparentemente su hermano no lo notaba.
-… Por nada.
El pelirrosa sonríe y bebe nuevamente su té. Debería ir buscando un traje nuevo para ponerse en la fiesta del bebé donde lo nombren padrino.