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La nueva vida por MizaiTan

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Notas del capitulo:

Hola! Estoy puntual hoy! Si soy sincera tuve muchos problemas con el cap. Al principio no tenía idea de como poner todo lo que quería y borré esto unas 6 veces. Pero al fin quedó! Espero disfruten

Ah, y a proposito, espero nos les moleste pero quiero hacer una mención especial a chemita, Rin y xinislovemeXD, gracias por el apoyo con toda esta locura que se volvió mi vida el mes pasado, sus palabras fueron muy tiernas. Muchas gracias, bellezas!

Esto era… Vergonzoso.

Ni siquiera tenía sentido que tratara de ocultar su cara en el hombro de su prometido.

Todos saben que era él y sabía que nadie lo juzgaría.

Pero eso no quitaba lo malditamente vergonzoso de salir de la camioneta siendo cargado al estilo nupcial por Seto.

Desde su posición podía ver la sonrisa de suficiencia al muy condenado. Se notaba que lo disfrutaba.

Las mucamas y trabajadores se inclinan cuando les abren las puertas.- Buenos días, Señor Kaiba, Señor Joey, Señorita Serenity.

Joey estaba siendo sostenido por su novio durante todo el camino para evitarle caminar y subir las escaleras. Por mucho que se sintiera bien aún tenía una larga recuperación que hacer.

Serenity se sonrojó con la bienvenida de la fila de trabajadores y aún más cuando la miraban con curiosidad. No tanto por ella, sino porque era quien llevaba al nuevo integrante de la familia. Dicho miembro se estaba quejando un poco moviendo sus pequeños brazos y haciendo ruidos bajos, parecía un poco incómodo.

Y francamente Joey se sentía igual de incomodo.- Seto.- Llama a su novio que lo voltea a ver mientras sube cada escalón con cuidado.- Esto es vergonzoso.

-¿Por qué? No es la primera vez que te cargo.

El rubio golpea su hombro.- No, idiota. Pero definitivamente no lo haces delante de tanta gente.

El castaño solo se encoge de hombros.- Trabajan para mí, no dirán nada malo si saben lo que les conviene.

Joey solo se da un facepalm. En serio, lleva años tratando con este chico y aún a veces no podía entender dónde tenía el sentido común.

 

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Instalados en la gran cama de la habitación Joey está de lado mientras toca con cuidado la mejilla de su hijo quien por fin está calmado, aunque aún mueve los brazos. Está envuelto en una cobija blanca con rojo que él mismo eligió.

Kosei da un pequeño bostezo y Joey no se resiste a besar su cabeza.- Eres lo más lindo del mundo.- Le sonríe.- Muy tranquilo, aunque cuando lloras lo haces con ganas.- Se ríe aún mirándolo.

Ya tenía fama de ser tranquilo y lloraba poco pero cuando lo hacía era un gran escándalo.

Kaiba decide entrar en ese momento a la habitación y se acerca al rubio.- ¿Cómo te ha ido? – Le pregunta dándole un beso.

Joey ríe.- Solo te has ido por una hora desde que llegamos a la mansión. No mucho ha pasado, solo que le di de comer y ahora quiere dormir.- Dice volviendo a mirar a Kosei.

Kaiba sonríe y se recuesta del otro lado del bebé para mirarlo y toma su manito con cuidado.- Así que esta es la pequeña cosita con un paladar gourmet.

Joey se sonroja al recodar sus antojos.

Pasan un rato en silencio, solo viendo al bebé que se había quedado dormido. Joey mira a su prometido.- Seto. Aun no hemos hablado de esto.- El castaño de inmediato lo mira.- ¿Cuánto tiempo te quedarás en casa?

Kaiba apoya su mano en la cama para acercarse a la cabeza de Joey y besar su frente.- No te preocupes, ya dejé todo arreglado para que Mokuba se encargue y solo me llame si la corporación se incendia.- Pasa su pulgar por la mejilla del rubio.- Soy todo tuyo por un tiempo.

Joey le sonríe en respuesta.- Eso es perfecto porque créeme que solo caminaré para buscar a Kosei de su cuna e ir al baño. En el resto debes consentirme.

-Oh, cachorro. He esperado años para que me dejes hacerlo. Y al fin tengo la excusa perfecta.

Joey ríe bajo para no molestar al bebé.- Y esta vez no me opondré.- Kosei busca ese momento para estornudar haciendo a ambos reír. Joey lo abriga un poco más.- Y por supuesto que papá también te consentirá.

 

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Si hay alguien que pueda hablar sobre Kaiba, fuera de su familia o personas cercanas, son sus empleados. Pero no la gran cantidad que trabajan a su nombre en las grandes oficinas, establecimientos o fuera de Japón. No, el contacto más cercano es sin lugar a duda los empleados que trabajan dentro de la mansión. Los cuales son de confianza y de agencias de renombre. Kaiba no dejaría nunca que extraños sin experiencias lo atendieran a él o su familia.

Nunca.

Y menos con un bebé que apenas lleva tres días adaptándose a toda la mansión.

Por ello se puede decir que las personas en la casa: cocineros, mucamas, jardineros, ama de llaves, podían decir que al menos conocían de qué trataba la vida de la familia, así como la forma en que se relacionan.

Claramente sin juzgar nunca. Ellos eran sus patrones y ésta su mansión, podían hacer lo que les venga en gana y si no estaban de acuerdo… Pues bien podrían ir buscando otro trabajo.

Los trabajadores conocían a Seto Kaiba desde antes de la llegada de Joey a su vida y sabían a la perfección el gran cambio que ha tenido. Eso no era secreto para nadie.

Pero en definitiva, ésta era una vista nueva.

.

Seto Kaiba salió de su habitación dejando dormido a su novio dentro, pero llevando a un despierto bebé en sus brazos, cubierto cómodamente con una cobija azul.

-Creo que es hora que te muestre la casa. Tu perezoso papi realmente no quiere levantarse de ahí.- Dice hablándole con cuidado al bebé que lo miraba curioso. El castaño suspira.- La doctora dijo que debía caminar de poco pero ese glotón sin duda disfruta de estar acostado.

Kaiba comienza a caminar con su bebé en brazos llegando a la habitación contigua, donde estaba el cuarto que pronto usaría.

-¿Qué tal? ¿Te gusta? – Dice levantando un poco al bebé para que tuviera una amplia visión del lugar. Aunque sabía que quizás ni siquiera supiera lo que era en primer lugar o posiblemente ni la viera bien, pero no importaba.- Tío Mokuba escogió todo minuciosamente.

Kosei lo mira abriendo y cerrando sus manos y Seto solo le sonríe mientras besa uno de sus puños.- Aún estás pequeño para independizarte así que debes quedarte con papi y papá por un rato.

Sale de la habitación para entrar en otra, dos puertas a la derecha, donde se encontraba su oficina.- Aquí suelo trabajar cuando estoy en casa. Puedes venir aquí cuando gustes.- Le dice sonriéndole, recordando por un segundo a su padrastro que odiaba ser molestado.

No le da melancolía ni tristeza el recuerdo. Él es Seto Kaiba. Si algo ha aprendido estos años es que eso no sirve de nada. Si tanto le apena recordarlo pues más le valía cambiar eso para que no vuelva a interponerse en su vida.

Su hijo sería el niño más amado del mundo.

Se acerca a su gabinete y toma una pequeña bolsa con un lazo que está dentro de una de las gavetas. Sostiene a su hijo con un brazo mientras le muestra el contenido.- Papá es un hombre de negocios así que te compré esto que seguro te quedará perfecto.

Dentro hay una pequeña mini versión de un traje de tres piezas negro con corbata y zapatos negros cómodos de bebé.

-Los mandé a hacer para ti con mi sastre. Es aun un poco grande pero se ajustará a ti cuando puedas salir a la oficina conmigo.- Le dice sonriendo. El traje lo mandó a hacer para un bebé de 3 meses, esperaba que fuera el tiempo para que fuera presentado al público con la marea de la prensa en paz.

Por mucho que quiera esconderlo él debe conocer el mundo y poder salir libremente sin temor a ser acosado.

Sale y baja por las escaleras hasta llegar a la sala de estar. Pensó en sentarse en el sofá pero al ver el pequeño gimnasio para bebés que Joey había estado probando y jugando un día antes del parto simplemente se sienta en el suelo mientras pone a Kosei con cuidado en la superficie blanda.

El bebé abre los ojos y mira con curiosidad. Aún está pequeño para que pueda agarrar los juguetes o incluso moverse demasiado. Por lo que el castaño se encarga de moverlos para que hagan sonidos.

Kosei los mira con atención al estar tan cerca.

Kaiba no se contiene y simplemente se agacha para besar la frente de su hijo, apretando un botón de una música muy parecida a la del móvil de Kuribos arriba.

No sabe por qué. Pero estar acostado en el suelo de su sala de estar mientras mueve los juguetes del gimnasio para que su bebé los mire es una de las cosas más relajantes que ha hecho.

Lo dará absolutamente todo por este bebé. Y también por su chico rubio del segundo piso, que no solo ha estado con él desde hace mucho, sino que también le dio a esta pequeña ternura de ojos claros.

Kosei mueve los brazos cuando el girasol de peluche comienza a girar sobre su cabeza.

Y Kaiba sólo ríe con gracia, haciendo mover más el girasol.

.

Esa fue la escena que ven varios trabajadores cuando pasan por la sala de estar.

Las mucamas tenían las aspiradoras listas cuando se detienen.

Una sonrisa se desliza por sus rostros al ver la mirada feliz de su empleador para alguien que no fuera Joey ni Mokuba.

No. Interrumpir no era bueno.

Mejor decirle al ama de llaves que limpiarían la sala después.

 

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La doctora Ximena le dijo a Joey que debía volver a su cita pos-parto en 6 semanas, hasta entonces tenía muchas limitaciones. No podía subir y bajar escaleras hasta las 3 semanas, nada de tareas pesadas y que ni se le ocurriera levantar algo más pesado que el bebé.

La verdad es que Joey se enorgullece a si mismo de ser alguien trabajador desde muy joven, y eso no cambió desde el noviazgo con Seto. Todo lo contrario. Se reafirmó su voluntad para no ser un mantenido y ganarse la vida por su cuenta.

Que Kaiba no esté de acuerdo con eso y ha tratado de evitarlo, es otra cuestión.

Pero francamente también es un perezoso que, cuando no tiene nada que hacer, se levanta tarde, come mucho, juega mucho.

Disfruta de los pequeños placeres de la vida como una cama cómoda.

Y la verdad, a unos pocos días de salir del hospital, se da cuenta de cuanto extrañaba estar acostado sin hacer nada.

Es un paraíso.

Claro que su novio le obliga a levantarse por orden de la doctora y no se queja. Le ayuda con sus músculos para que no se duerman. Pero eso no quita lo feliz que es estar tirado todo el tiempo.

Bueno, claramente aún se ocupaba de su hijo. Era su principal prioridad. De hecho, Kosei pasaba más tiempo en la cama con él que en otro lugar.

Seto era quien buscaba o mandaba a buscar los biberones y ambos se turnaban para alimentarlo y cambiarlo.

Pero por demás estaba acostado en la cama con un tierno bebé dormilón haciéndole compañía.

Y en este tiempo ha hecho tres descubrimientos.

El primero es que las mucamas son unas ninjas. Cada dos días al levantarse al ir al baño y volver solo 30 segundos después descubre las sábanas y colchas cambiadas, listas y hasta perfumadas con colonia de bebé. ¿Qué carajos? ¿Cómo o hacían tan rápido?

Sabía que no querían molestar su descanso y aprovechaban el momento en que se levantara. Pero con que solo le dijeran que debían arreglar la habitación pues podía irse por un momento a la habitación de Serenity o algo así, tampoco está inválido.

No.

En cambio se volvían ninjas completamente.

Su segundo descubrimiento estaba recostado en su pecho.

Kosei había llorado por un buen rato hace dos noches y francamente ni él ni Seto sabían qué pasaba. Pañal limpio, alimentado, buena temperatura. ¿Qué era?

-Amor, ¿Y si está enfermo? – Pregunta Joey angustiado mientras Kaiba sostenía y rebotaba suavemente un lloroso Kosei.

-Calma, calma.- Repetía el castaño pero no se sabía si se lo decía a Kosei, a un preocupado Joey o a él mismo que no entendía qué pasaba.

El rubio se levanta con cuidado y acerca su mano a Kosei. Para sobar su cabecita.- ¿Llamamos al pediatra? ¿Y si son cólicos? – Pregunta frenéticamente.

Kaiba frunce el ceño.- Maldición, es cierto. Puede ser.- Le pasa a Kosei.- Encárgate de él un momento, voy a buscar el teléfono del pediatra.

-Ok.- Responde Joey a lo que el castaño corre a la salida de la habitación hacia su oficina privada.

Joey se vuelve a sentar en la cama con cuidado y mece un poco a su hijo pero nada. Siente lágrimas picando sus ojos. ¿Qué estaba haciendo mal? Su bebé estaba en dolor y no podía hacer nada.

Busca frenéticamente en su móvil a ver si encuentra algo que lo calme.

De repente ve que diferentes sonidos ayudan a calmar a los bebés recién nacidos.

El sonido de la lluvia, el océano, la lavadora, la televisión, ¿El motor del auto? Bueno, no tenía nada que perder. Buscó en Youtube  sonidos del océano y lo puso muy cerca de Kosei quien lloraba con fuerza y ya estaba un poco rojo. Kosei escucha por un rato y, aunque aún lloraba el volumen era considerablemente mejor.

Joey se anima un poco y enciende la televisión. Y pone de inmediato una caricatura infantil de esas que lo estresaban infinitamente.

Kosei seguía llorando al mismo nivel bajo.

-Ok, los sonidos ayudan.- Dice Joey mirando a su pequeño bebé. Mira por la ventana y aún está oscuro pero sin rastros de una lluvia.

Se levanta poniéndose sus pantuflas para bajar a la sala de aseo y encender la lavadora. Se vería estúpido haciéndolo pero le daba igual. Aunque no le gustaba mucho la idea de levantar toda la mansión en cuanto saliera de la habitación.

Mientras se acomoda a su hijo nota que está empezando a hipar en lugar del alto volumen de hace unos minutos.

¿Eh?

Cuando nota, el oído de su bebé está muy cerca del corazón del rubio, por lo que podía oírlo. Aún estaba angustiado pero al parecer eso lo relajaba.- ¿Te gusta? – Le pregunta con una sonrisa nerviosa.- Puedes oír todo lo que quieras.

Apaga el televisor y con cuidado de no molestarlo acomoda las almohadas en el cabecero de la cama, para recostarse sentado sin lastimarse la espalda.

Mantiene la cabeza de su hijo cerca del corazón.

Aún hipea pero es más bajo por lo que Joey se pone feliz pensando que pronto se calmaría. Pero no, de repente el volumen comienza a subir.

Al parecer eso solo distrajo a Kosei.

-¡Oh vamos! – Dice Joey sosteniéndolo. Lo mantiene pegado al corazón.- Vamos, se que te gusta.- Pero Kosei no disminuía y Joey, en su desespero comienza a abrirse los botones de su pijama y lo acerca.- ¿Qué tal? ¡Ahora puedes oír más cerca!

Y en realidad Kosei comenzó a disminuir su llanto. Joey solo levantó una ceja. ¿Qué?

Seto vuelve en ese momento.- Cachorro, ya hice una cita para la maña… ¿Ah? – Dice extrañado acercándose a la cama.- ¿Se calmó?

-Al parecer.- Dice Joey también extrañado viendo a su hijo pegado a su pecho desnudo.- Lo puse a oír mi corazón pero en realidad solo funcionó cuando quité los botones de mi camisa.

Ninguno de los dos sabe realmente que pasaba mientras veían a Kosei recostarse cómodamente en el pecho de Joey casi sin rastro de haber llorado.

Por si las dudas de igual forma en la mañana el pediatra llegó a su puerta y divertidamente les dijo llorar es la forma de Kosei de decirles que está incómodo. Y lo más probable es que el pequeño sea friolento, al haberse calmado con el calor corporal de Joey.

Qué vergüenza, le hicieron llegar a la mansión solo para decirles en su cara que eran padres primerizos.

Pero en realidad tenía razón, Kosei se contentaba en cuanto estuviera calentito. Pero más que todo si estaba piel con piel. Así que ver a Seto y Joey con la camisa abierta ya era normal en su dormitorio.

Incluso mientras estaba despierto Joey se acostaba y ponía a su bebé boca abajo en su pecho desnudo. Sabía que debía estimular que se acostara en su pancita mientras estuviese despierto, por lo que al estar ahí al parecer lo hacía más cómodo.

Su pequeño consentido que quería estar con ellos todo el tiempo.

En cuanto se dormía Joey lo acomodaba boca arriba a su lado o en la cuna, para evitar la muerte súbita.

Ahora mismo su bebé se acababa de dormir después de beber su leche y estaba cómodamente recostado en el pecho de un Joey sentado.

Además se aseguraron de elevar la temperatura de la habitación para que la noche no le sea fría.

-¿Ya se durmió? – Pregunta su prometido que acababa de salir del baño, con su pijama puesto.

Joey le sonríe.- Como un ángel.- Le dice y se lo pasa al castaño con cuidado para que lo acomode en la cuna.

El castaño besa su pequeña cabeza y lo acomoda con cuidado en la cuna vacía.

El rubio lo ve devolverse a la cama y acomodarse a su lado. El oji-azul no pierde el tiempo y de inmediato abraza a Joey, con cuidado de no molestar la cicatriz, que acababa de poner las almohadas para poderse acostar.

Ambos solo se miran entre sí por un tiempo hasta que Kaiba no lo soporta más y se acerca a besar sus labios, primero castamente y luego con sus lenguas, demostrando cuanto se extrañaban.

La verdad ninguno de los dos oculta sus ganas desde hace unas noches. Claro que Joey está adolorido aún, el consejo fue que nada de penetración por las seis semanas de recuperación, pero eso no los quitaba de divertirse tocándose.

La verdad están cansados, cuidar a un recién nacido no es fácil, para nada, pero sus ganas de consentirse mutuamente los hacía estar alertas por un rato más.

Kaiba se aparta un momento recibiendo un gruñido de parte de Joey, haciéndolo reír. Mira el reloj de la habitación.- Mm, son las 12, dentro de tres horas hay que alimentar a Kosei.- Mira Joey con una sonrisa.- ¿Te gustaría quedarte despierto hasta las tres?

Joey rueda los ojos.- Cállate y bésame.

Kaiba se vuelve a inclinar feliz de cumplir con lo que pedía su prometido.

El tercer descubrimiento, piensa Joey mientras gime al sentir a su pronto-marido besando uno de sus pezones, es que después de casi dos semanas de haber tenido la cesárea aún tenía el mismo apetito sexual que antes. Y aparentemente Seto estaba feliz de complacerlo con eso.

Eso es un Ja, para ese foro de maridos diciendo que no podían retomar sus relaciones sexuales después de semanas del parto, pues gran porcentaje de las parejas pierden interés en el sexo los primeros meses por falta de interés de sus parejas.

Joey está feliz de no hacer parte de la estadística mientras siente la mano de Seto comenzando a tocar su miembro.

 

 

 

 

ESCENA BONUS

 

Seto Kaiba camina con elegancia hacia un viejo amigo suyo. O bueno, el hombre juraba que eran amigos. Pero el caso es que ese “amigo” podía ser muy útil en ocasiones.

-¡Señor Kaiba! – Saluda el Señor Mashiba, jefe de policías de ciudad Domino. Este lo esperaba en la entrada de una estación de policías ordinaria de un barrio cercano donde su novio suele llevarlo por pizzas. Es seguido por otros dos policías que lo acompañaban.

-Señor Mashiba.- Asiente el castaño con mucha menos efusividad.- Le agradezco por la confidencialidad del caso.

 -No hay necesidad. En ocasiones el conocimiento público puede ser peligroso tanto para el criminal como para la victima.- Dice con seriedad el jefe de policías que, sin duda era alto pero no tanto como Kaiba.

A Seto le dio un mal sabor de boca llamar a su cachorro “victima” pero no lo transmitió externamente.

-¿El hombre sabe lo que está pasando? – Le pregunta mientras los tres policías, Roland y él entran a la estación.

El policía niega.- No tiene idea en el lío que está metido.

-Perfecto.

Pasa por la rutina. Roland y el castaño son requisados para entrar en la pequeña celda donde un hombre rubio les daba la espalda mientras dormía.

-Déjennos a solas.- Comanda Kaiba a lo que los policías no dudaron en obedecer. Es bueno que sepan quién realmente está a cargo.

En la habitación solo quedaron Seto, Roland y el preso, separados de este último por una reja.

-Jason Wheeler.- Le llama con fuerza haciendo al hombre voltearse. Ve su expresión de sorpresa y parte de miedo al verlo, lo que lo hace complacerse.

-¿Kaiba? – Pregunta algo aturdido para luego sentarse derecho.- ¿Qué haces aquí? Eh… ¿Pagar mi fianza? – Pregunta algo vacilante para luego sonreír.- ¡Pero, claro! ¡Somos fami…

Es interrumpido por un baldazo de agua fría que Roland le tira sin miramientos.

-Nada nos conecta, Señor Wheeler.- Dice calmadamente el castaño. Roland es su guardaespaldas pero también su principal hombre de confianza con más libertades que el resto, por lo que sabe que esa última acción fue algo nacido de él.

El rubio quedó sorprendido por el agua, pero esta oportunidad no la desaprovecharía.- ¿Te recuerdo que mi hijo es tu puta? ¡Y ahora hay bebé de por medio! – Dice arrogantemente.

Roland frunce el ceño y nota que, aunque su jefe se ve tranquilo, sus puños apretados demuestran otra cosa. Pero el joven aprendió a mantener la calma al hablar con peces gordos y esto solo era una pequeñez.

-Es cierto, hay un bebé. ¿Se enteró que nació ya? Parece que con una semana antes de lo planeado.- Dice poniendo su mano en la barbilla pensativo pero con una sonrisa.

-¿Oh, ya nació? Entonces quiero ver a mi nieto, y de paso debo arreglar algunas cosas con mi hijo.- Dijo victorioso de encontrar una forma de salir de ese lugar y más aún tener la oportunidad de extorsionar un poco a ese chico suyo. Era perfecto.

-¿Su nieto? – Dice manteniendo la sonrisa el castaño, pero de la nada la borra y su expresión se vuelve fría y dura.- ¿Al que casi mata?

El hombre se siente temblar por un joven más de 20 años menor que él.- ¿E-Eh?

-Cuando se atrevió a empujar a Joey casi lo mata a él y a su hijo. Doble intento asesinato, Señor Wheeler.- Dice rechinando los dientes.

El rubio pone una mano en alto.- ¡N-No! ¡Fa-Falso! ¡No tengo nada que ver!

-Claro que si.- Avanza Kaiba y el mayor retrocede, a pesar que hay rejas que lo protegen de lo que sea que Kaiba haga, no dude en retroceder.- Casi mata a mi hijo y a mi prometido.-

El hombre tropieza con sus pies y cae.- ¿Q-Qué harás? ¿Ma-matarme? Hasta alguien como tu tendría problemas por eso.

Kaiba pone una mano en el pecho en un gesto ofendido demasiado sarcástico.- ¿Yo? ¿Asesino? Por favor, no me ponga a su nivel.- Retrocede donde Roland tiene lista una maleta abierta y saca un documento que lee con total calma.- Siempre he pensado que la muerte es un camino fácil para los malditos. No. Deben pagar lo que hacen.- Dice casual como hablando del clima pero haciendo temblar al Wheeler.- Aja, aquí está. Según está estipulado en la orden de restricción puesta hace años, no podía acercarse a la misma ciudad donde se encuentre su hijo. ¿Algo que decir contra eso?

El hombre traga en silencio.

-Eso pensé.- Dice Kaiba volviendo a poner el documento en la maleta y agachándose para estar a su nivel.- No solo eso sino que agregaremos dos intentos de asesinato, y hay varios testigos que asegurarán haberlo visto y presenciado lo que pasó. Estás en el fondo.

Jason Wheeler ve con miedo como una risa macabra empiece a extenderse en las facciones de Seto Kaiba.

-Y para que no olvides que mis advertencias son en serio, decidí darte un pequeño recordatorio. Roland.- Llama a su guardaespaldas que de inmediato se acerca.

-¿Señor?

-¿Las llamadas fueron todas realizadas?

-Sí, Señor. Cada una de ellas.

El rubio miró un intercambio que se veía hasta civilizado pero aun temblaba.

-Bueno, deberías estar feliz. Vas a tener compañía en la cárcel donde irás, no estarás nada solo.- Dice levantándose.- Es hora de irse, Roland.

El guardaespaldas se inclina y lo sigue cuando su jefe empieza a caminar a la salida.

-¿Q-Qué? – Se levanta aturdido y nervioso el rubio.-  ¡¿De qué hablas?!

-Lo averiguarás pronto.

Ya en la limosina Kaiba se pregunta si fue demasiado cruel y si se había excedido. Quizás llamar a diversos contactos para que extendieran el mensaje en la prisión que cualquiera que se follara a Jason Wheeler obtendría una 100.000 yenes de recompensa, fue demasiado.

Pero luego recuerda a Joey cargando a su bebé mientras le hablaba con cariño y el ambiente oliendo a talco de bebé.

 El hombre ese casi le quita todo eso si su bebé se hubiese ahogado en el vientre de Joey y matado a su novio en el proceso.

En realidad. Ahora cree que fue demasiado blando, pero lo mejor era no hacer nada más. Le daría un mal ejemplo a su bebé.

Notas finales:

A ver, ¿Qué te pasa cerebro? ¿Cómo pones algo tierno y de la nada hablas de algo sexual? 

¿Qué les pareció la escena bonus? Ah, tanto en un solo capitulo, fluff, intenciones sexuales e incluso drama y un poco de tortura. 

Les cuento algo curioso? Este viernes 16 me voy a graduar de la universidad! Es lo mejor, por fin! Lo malo es que aun no compro nada, NADA.

 

Proximo capítulo:

Tarde

Kosei se queda con Mokuba por un par de horas mientras sus padres duermen. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

 

Y solo digo que Mokuba casi no ha salido, asi que bum! Capitulo para él la otra semana. Que en realidad empezaré a escribir desde ahora porque estaré ocupada con el grado.

Hasta el otro sábado!


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