Serenity no se siente bien.
Se ha sentido algo enferma pero nada grave. Sólo un pequeño resfrío que no podía afectarle de ninguna manera para caminar.
Pero había algo que la estaba matando.
Con el resfriado no podía acercarse a Kosei. Que un bebé tan pequeño se contagiara con sus defensas tan bajas era algo terrible y no podía ser. Así que acercarse a su sobrino estaba fuera de cuestión.
Y por tanto tampoco a Joey ni Kaiba por riesgo a contagiarlos. Estaba prácticamente en cuarentena.
Esto podría ser conveniente para descansar y todo eso pero había un problema.
Se iba mañana.
Por eso la estaba matando. No podría despedirse ni de su hermano ni de su sobrino.
Convencer a su madre de quedarse tanto tiempo fue un milagro y logró zafarse de un par de semanas de escuela para luego tomar un poco de las vacaciones pero la hora ya había llegado.
Sabía muy bien que había una gran posibilidad de volver en unos largos 6 meses o incluso más y quería pasar tiempo con ellos pero así era imposible.
Se asoma por la baranda del segundo piso para ver a Joey acostado boca abajo con Kosei enfrente suyo en la misma posición en una suave manta en medio de la sala de estar.
Estaba jugando.
-¿Dónde estoy?~ - Canturrea Joey tapando su cara con sus manos para luego quitarlas.- ¡Boo!
Koei ríe al ver a Joey.
-¡Boo!
Otra pequeña risa.
Era el clásico peekaboo.
Joey se acerca y besa a Kosei en la pequeña nariz para luego volver a ocultar con sus manos y destaparse.- ¡Boo!
Kosei ríe nuevamente.
Estaban jugando para ayudar a fortalecer el cuello de Kosei.
Serenity mira desde lejos porque es lo único que puede hacer.
Se va mañana y posiblemente no tenga la oportunidad volver a cargar a Kosei hasta dentro de un largo tiempo.
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Joey voltea cuando su hermana se retira nuevamente a su cuarto.
Él también se siente fatal.
Tiene un gran sistema inmunológico y hace un par de días fue a su cita pos-parto y todo está sobre ruedas.
Pero el riesgo de contagiar a un bebé sigue ahí y no lo expondrá
Su hermana también entiende es por eso que ni siquiera hace el intento de acercarse pero joder como duele.
Serenity nunca había estado por tanto tiempo desde que sus padres se separaron. Es gracias a la pequeña cosita de seis semanas que lo mira curioso.
Joey suspira recogiendo a Kosei y sentándose, dándole un abrazo.
Seto es su prometido y Mokuba su cuñado. Sabe que no está sólo, pero Serenity es su hermana de sangre y hace que ella sea especial.
Abraza a Kosei un poco más apretado pero sin llegar a lastimarlo mientras este babea un poco la camisa, aunque a Joey no le importa eso. Porque en cuanto Serenity se vaya Kosei será el único familiar de sangre que le quede.
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-Bien, todo está listo.- Dice Serenity mientras mira su trabajo.
Sus dos maletas están listas y también su mochila. No demoró tanto como creía así que la dejó a las 9 de la noche sin nada qué hacer.
Si estuviera bien estaría con la nueva familia en su habitación, quizás no lograra convencer a Kaiba de quedarse ahí pero pasaría allí todo lo que pudiera.
Una lágrima se desliza por su mejilla. Ni un abrazo adecuado puede darle al bebé antes de decir adiós. Incluso cambiaría su pañal ahora mismo sin quejarse.
Lo mejor que puede hacer es tomarse su medicamento y dormir tempano, que con suerte mañana estará bien.
Confía en estar bien mañana.
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¿Qué te pasa?
Joey voltea a ver a su prometido. Ambos sentados en la cama viendo televisión mientras Kosei duerme en su cuna a su lado.
Dentro de poco Kosei debía empezar a vivir en su propia habitación y era emocionante pero algo angustioso para padres primerizos.
Joey trata de sonreír pero no puede. Es su novio, no tiene por qué mentirle si además sabe leerlo a la perfección.- Es por Serenity.- Dice en un suspiro.
Kaiba asiente entendiendo.- Bueno, es mala suerte más que todo.
Joey lo mira con cara triste.- Ni siquiera podré despedirme de ella y quién sabe cuándo la volveré a ver.- Mira hacia la cuna.- Amo a Kosei y lo hago por él pero esto me mata, Seto.
El castaño lo abraza.
-Ni siquiera puedo ir con ella al aeropuerto.- Dice dejándose a abrazar por esos dos brazos fuertes.
Ni siquiera su todo poderoso novio podía hacer nada contra esto. Absolutamente nada.
El castaño lo sabe, ha leído lo suficiente para saber que un resfriado es terrible para los bebés tan pequeños y no quiere que nada le pase a su hijo. Pero ver a su novio así no hacía nada para hacerlo feliz.
Sólo de pensar que Mokuba se tendría que ir por mucho tiempo y que tras de eso no podía acercarse para despedirse lo mataba.
De repente se le ocurre una idea, no lo suficiente para aplacar todo pero al menos podría ayudar.
-Cachorro.- El rubio alza sus ojos de su pecho para verlo.- Tengo una idea.
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-¿Estás lista? – Pregunta Tea abriendo la puerta de la habitación de Serenity.
-Si.- Responda la chica que usaba una campera rosa en pleno verano. Además lleva un tapabocas y una caja de pañuelos a su lado junto a una pequeña bolsa para poner lo deshechos. Se levanta de estar sentado y hace una mueca.- Me siento horrible.
Tea se acerca y pone una mano en su hombro preocupada.- ¿Estás segura que quieres irte hoy? Podríamos conseguirte un nuevo boleto para que viajes dentro de unos días.
-No, eso sería una molestia.- Dice Serenity tomando su mochila. Sus dos maletas ya estaban abajo.- Además, mamá me espera impaciente hoy.
Tea suspira.- Si tú lo dices.
Ambas bajan para encontrar a Tristán junto a Yugi y Yami. Todos las acompañarán al aeropuerto en vista que Joey no puede.
Serenity baja por las escaleras y ve a Mokuba abajo.
-Mokuba, ¿Y si te contagias? – Pregunta con una voz congestionada mientras lo ve a cierta distancia.
El chico de quince años se acerca hasta estar a un metro de ella y alza su mano. Se ríe ante la cara confundida de la chica.
-La mucamas dijeron que te lavaste las manos demasiado esta mañana. Con esta distancia al menos podemos despedirnos con las manos ¿No?
Serenity asiente apretando su labio inferior, aunque nadie puede verlo por el tapabocas. Así que sacude gentilmente la mano del chico.
Tristán toma las dos maletas y las empieza a entrar al auto.
-¡Serenity!
La castaña voltea para ver a Joey en la pate de arriba de la escalera con Kaiba a su lado sosteniendo a Kosei.
Ella lo sabe por la cara que hace. Que Joey daría cualquier cosa por abrazarla.
De repente se le ocurre.
-¡Joey! – Señala hacia afuera.- ¡La ventana!
Ninguno entiende a qué se refiere hasta que ella corre fuera y vuelve a aparecer por la ventana desde la parte exterior. Joey capta y toma a Kosei bajando las escaleras hasta llegar a la ventana del lado interior.
No es lo mismo que tocarse pero están muy cercas solo separados por un vidrio.
Joey sonríe.- Serenity, yo…- Se detiene al verla mover los labios. ¿Eh?
Oh.
Claro, no podrían oírse y en realidad Joey se ríe por esto. Logra ver que Serenity también lo nota y su sonrojo por la fiebre se hace un poco más rojo.
Joey sostiene a Kosei por un brazo y pone su mano libre en el vidrio a lo que Serenity imita el gesto.
Te quiero.
Le habla con los labios a lo que Serenity ríe.
Yo más a ti.
Serenity baja la cabeza para estar a la altura de Kosei que mira a su tía con curiosidad. Por lo que ella decide sacar su lengua, un acto que sabe que sacará una sonrisa en el bebé, que efectivamente hace.
Ella se despide con su mano a lo que Joey toma una de Kosei y la agita.
Ambos sin ver que Kaiba le había pasado algo a Tea. Simplemente estaban en su mundo mudo.
Y finalmente Joey ve a su hermana partir, después de agitar su mano a Kaiba en despedida
Seto y Mokuba se ponen detrás de él, cada uno con una mano en su hombro.
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Serenity se despide de todos con un abrazo rápido y una sonrisa. Incluso ve a Tristán llorando dramáticamente.
Finalmente se despide de Tea que antes de voltear poner un papel en sus manos. La menor la mira con duda pero ella solo niega.
-Léelo cuando estés en el avión.- Dice dándole otro abrazo rápido.- Recupérate y adiós.
-Adiós, Tea. Gracias por todo.- Dice agitando su mano para despedirse de todos mientras ajusta su maletín.
Después de avanzar y que no estén en su campo de visión abre su mano y ve un pequeño pedazo de papel. Aún está confundida pero decide obedecer lo que dijo Tea y aplacar su curiosidad.
Debe estar en la sala de espera por otra hora por ser vuelo internacional y en realidad agradece un poco el descanso. Se siente agotada con el resfriado y solo quiere llegar a casa para poder dormir tranquilamente, porque en los aviones no siempre logra acomodarse bien para dormir.
Quizás tratará de ver alguna película que logre distraerla mientras pide a la azafata que le traiga un té caliente.
Al menos volando en primera clase, cortesía de Kaiba, hará que sea todo más cómodo y menos inoportunos para otros porque su asiente es individual.
Después de un corto tiempo por fin está acomodada.
La verdad los asientos se sienten mucho mejor que los comerciales y quizás logre dormir después de todo.
Pero antes.
Mientras los demás pasajeros entran ella desdobla el papel y levanta una ceja con el contenido.
Busca el archivo BD0025 del reproductor.
Que… Raro.
El avión despega sin problemas y todos ya están relajados.
Toma los audífonos dados por la aerolínea y se los pone mientras mira la pantalla enfrente de ella. Pasa las opciones de películas. Incluso hay algunas Premium y que aún están en cine.
Lo mira sin impresionarse alzándose de hombros. Gente rica. Sigue buscando hasta que al fin aparece el famoso archivo BD0025.
Lo abre y no encuentra una imagen de alta calidad, un tráiler donde se vislumbra la alta tecnología y costo.
No.
Un video casero. Abre sus ojos al ver al protagonista.
-Hola, Tía Serenity.- Es Kosei quien aparece en la pantalla, acostado boca arriba en la cama mientras mira hacia la pantalla con curiosidad.- ¿Estas en el avión? – Dice el intento de voz de bebé de su hermano.
La chica sólo puede reírse.
-Papi me dijo que estás enferma y por eso no has jugado conmigo.
-Si.- Responde Serenity a nadie en particular.
-Así que ven pronto para poder jugar otra vez.- Eso la hace derramar una lágrima que rápidamente quita y asiente. Debería sentirse como una tonta por asentir a una pequeña pantalla pero eso no está en su cabeza ahora.
La cámara se mueve mientras ve a Joey acomodándose para acostarse al lado del bebé de seis semanas con sus brazos estirados mientras sostenía la cámara y miraba con una sonrisa.- Ya oíste, debes volver pronto para jugar con tu sobrino. Es una promesa.
-Oh, Joey.
El rubio aun sonreí con su bebé a su lado que lo mira.- Espero te recuperes pronto y no olvides que te quiero, hermana. Considere éste nuestro abrazo de despedida
Y así de simple, un video corto de solo unos 32 segundos la hicieron llorar como al ver tontas películas tristes.
Esos dos son los chicos de su vida y puede que regrese en un largo tiempo al ser su último año y estar ocupada, pero siguen siendo su hermano y sobrino sin importar qué.
Y también está orgullosa, su hermano ha cambiado mucho de ser un delincuente a un padre tan amoroso que ha encontrado un novio que debió enloquecer a la aerolínea para que estos cortos 32 segundos llegaran a su asiento con tranquilidad.
Sonríe limpiando sus lágrimas mientras empieza a reproducir nuevamente el video.
Que gran familia tiene.