Joey mira a varios lados sin poder distinguir nada con la cantidad de gente que salía. ¿Es que acaso todos en Domino están volviendo de Suramérica?
Oye un pequeño quejido y baja la mirada para ver a su bebé acostado en su carriola.
Tienen casi 5 coches en casa. Él no entendía para qué tanto pero eran regalos así que no lo despreciaría. El que lleva es negro con blanco y su bebé no mira hacia el camino sino que lo mira a él.
Se sentía más cómodo así con las miradas además que Kosei aún se acostumbraba al exterior.
Aún la noticia estaba un poco reciente pues sólo ha pasado una semana pero ya está empezando a pasar la bomba y sólo recibe algunas miradas curiosas que de inmediato se acercan a ver a Kosei.
Así que decide usar una chamarra con capucha para proteger su cabello.
El que sea rubio en una población mayormente de pelinegros no es buen factor de sigilo.
Pasa una mano por la mejilla de Kosei.- No te preocupes.- Kosei deja de gemir para ver la fuente del sonido inmediatamente. Joey le sonríe.- En cuanto recojamos a tía Mai iremos a un sitio más fresco.
Pone su mano grande y aprieta la pequeña de Kosei.
Es agosto y el verano en Japón está en todo su esplendor. Por mucho que Kosei sea friolento no hace que el calor sea más soportable.
La acumulación de personas también genera acumulación de calor por lo que no puede esperar en primera fila como siempre sino un poco más lejos, pero tiene los ojos pendientes a la puerta donde salen los que arriban.
Hasta que sonríe cuando ve una belleza despampanante que hace a algunos pasajeros que pasan a su lado voltearse a admirarla. Y esa belleza sabe que es bella pues se quita sus lentes oscuros para guiñar su ojo.
De inmediato alza su brazo.- ¡Aquí, Mai! – Grita y le importa un comino que todos lo voltean a ver como un bicho raro.
La rubia estira también su brazo.- ¡Joey! – Grita feliz de vuelta ignorando a los hombres que pensaban acercarse a pedir su número.
Toma sus dos maletas de animal print y corre a toda velocidad con sus altos tacones hasta llegar a Joey para abrazarlo y Joey devuelve el abrazo con fuerza.
Se supone que los japoneses no se saludan así, ni siquiera los esposos. Pero a Joey eso siempre le ha importado una mierda, él ama el contacto físico con su novio y sus amigos, si a alguien no les gustaba podía mirar a otro lado.
Mai se aleja y toca su cara.- A ver.- Lo escanea volteando su cara a varios lados y luego lo deja asintiendo.- Bien, Kaiba te ha cuidado bien.
Y Joey se sonroja en respuesta.- Cállate.
Ah sí, siempre Mai ha sabido derribarlo con comentarios.
Mai se ríe luego sus ojos se iluminan al bajar la vista al coche. Y Joey se ríe al verla y quita un poco la capa del coche para que Kosei sea más visible a lo que la rubia de inmediato chilla al verlo.
-¡Oh Dios! – Dice con emoción acercando su cara todo lo posible para ver a Kosei que la mira con sus ojos más azules que hace un mes. Y Mai sin pena vuelva a chillar cuando Kosei saca un poco su lengua.- ¡Eres más lindo en vivo y en directo! – Voltea a ver a Joey con emoción.
Joey sólo sonríe y se acerca a soltar las correas de Kosei para levantarlo con todo y su paño de ositos y se lo pasa a su amiga que tan emocionada como está también se ve nerviosa porque nunca en su vida ha cargado un bebé.
-Pones la mano aquí, y tu brazo así.- La instruye para que Kosei esté cómodo.
Aún se ve como si estuviese cargando un jarrón de cristal pero está feliz con Kosei en sus brazos.- Hola, cosita bonita~ - Le arrulla y besa su frente y Joey se ríe con la marca roja en la frente de su hijo. Mai no quita la vista de Kosei y se emociona cuando mete su pulgar en la boca.- ¡Es demasiado lindo!
Joey se ríe sacando un pañito húmedo de uno de los bolsillos del carro.- ¿Qué? ¿Quieres uno?
-No inventes.- Dice viéndolo por primera vez con una cara que como si él hubiese dicho la mayor estupidez del planeta.- Prefiero quedarme como la tía Mai que da regalos, muchas gracias.
Joey limpia la frente de Kosei que en realidad se ve muy cómodo a pesar de todos los chillidos agudos, quizás ya esté acostumbrado al escándalo.- Mientras estás aquí puedes ayudarme con su pañ…
-Cállate.- Le interrumpe y alza una ceja.- Ese no es trabajo de la tía.
Joey se cruza de brazos asintiendo de acuerdo.- Tienes razón, la tía solterona que no sabe nada de bebés a sus treinta es inútil.
Y con todo y Kosei en sus brazos eso no detuvo a Mai de pegarlo en la pinilla a Joey y sonreír con suficiencia al verlo quejarse.
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Ambos llegan al hotel gracias al auto que conduce Mauro. Usualmente Joey se quejaría que como japonés podía usar el transporte público, pero ni loco meterá a Kosei en un metro.
Mai rueda el coche por el pasillo mientras Joey arrastra las dos maletas hasta llegar a la suite.
Mai pasa la tarjeta que le dieron en la recepción para entrar a la habitación que al entrar Joey se pregunta si Mai es de la misma sangre que Seto al escatimar en gastos.
-¿Cómo rayos sobreviviste en el Amazonas? – No puede evitar preguntar.
Mai se voltea a verlo con una ceja levantada.- Obvio me quedaba en un hotel tropical, y claramente exigí la mejor habitación.-
Joey se le cae una gota porque de hecho eso haría ella.
Pone las maletas en la entrada y no entra. Mai tira una de las maletas al piso para sacar un bolso de gran tamaño y ponerlo en su otro hombro.
-¿Y eso qué es? – Pregunta Joey curioso mientras la rubia cierra la puerta.
Mai acomoda el bolso y camina devuelta al ascensor con su paso galante y poniendo sus gafas de sol nuevamente.- Sólo algunos recuerdos.
Joey sólo niega y ahora empuja la carriola de vuelta.
El plan siempre es el mismo, ambos almuerzan juntos y luego llegan a casa de Yugi donde hay una fiesta de bienvenida para Mai.
Mai es como una hermana mayor y ella siempre le ha dicho que lo considera la persona más importante de su vida. Así que disfrutan pasar tiempo a solas juntos.
Mai vive el Tokio y por trabajo no puede estar todo el tiempo en Domino, pero Joey ha vivido de larga distancia con Serenity casi toda su vida, así que su otra hermana haga lo mismo no le preocupa.
Es cierto que al principio a su novio no le gustaba que saliera a solas con ella, la llevara hasta la puerta del hotel, se emborracharan juntos, pero luego de un tiempo la consideró una más del grupo de amigo de Joey, y más aún con amenaza de Mai de partirle las pelotas si Joey no era feliz.
Usualmente optarían por un restaurante que tuviese una buena carta de licores para tomar una cerveza con el almuerzo, pero con Kosei eso estaba descartado.
Llegaron a un restaurante italiano familiar, aunque Mai no se veía muy feliz.
La rubia pone una mano en su oído cuando un niño grita.- Por eso odio estos sitios, no hay paz.- Gruñe no conforme con el ruido y luego mira a Kosei en brazos de Joey.- En cambio mi pequeño bebé es tan tranquilo.- Da una sonrisa tierna.
Kosei está cómodo sobre los brazos de Joey con su oreja justo en el corazón de Joey su chupete subiendo y bajando. Está despierto pero quieto y callado.
-Ah sí, todos dicen que es muy tranquilo.- Besa la frente del bebé y pone su cabeza sobre la de Kosei para acariciarlo.
Mai pone una mano en su mejilla y apoya su codo en la mesa.- Te hace bien el cambio. Recuerdo lo angustiado que estabas cuando me llamaste al principio si lo harías bien o no.
Joey se endereza y se alza de hombros.- Bueno, no viene con instrucciones.
El mesero se acerca con su orden y Joey está a punto de poner a Kosei en el cochecito cuando otro niño grita haciendo que Mai, que había tomado sus palillos y había acercado el espagueti lleno de boloñesa a su boca, se asustara y la pasta se le resbala de los palillos ensuciando su maquillada barbilla.
Joey se detiene y decide mejor sujetar fuerte a Kosei, pararse de la silla y alejarse un poco.- Oh vaya, creo que debo ir a cambiar a Kosei.- Pone la pañalera en su hombro y se apresura al baño cuando escucha el grito que puede desatar la tercera guerra mundial.
-¡¿Qué coño le pasa a ese niño?!
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-¡Este le queda perfecto! ¿Cierto, Yugi?
-E-Eh, si supongo.- Responde el chico con una risa nerviosa.
Joey toma un poco de su refresco mientras está en el sillón individual con su celular en su otra mano.
En casa de Yugi llegaron para la fiesta de bienvenida de Mai. Hablar tonterías, comer dulces, beber y ahora con el adicional de Kosei.
Y por fin descubrieron que los famosos recuerdos que tenía Mai en la bolsa no tenían nada para ellos, todos eran de Kosei.
O más específicamente.
Todo era ropa para Kosei. Disfraces de todo tipo.
Ahora tenía un pequeño disfraz de marinero después de haberle probada unos diez trajes antes.
Mai aplaude emocionada.- Sabia que todos estos se verían geniales en él.
-Mai, no trates a Kosei como una Barbie.- Dice Tristán haciendo mala cara al listón rosa en el cuello de Kosei.
Mai le da una mala mirada que le hiela la sangre.- ¿Te gustaría ser tú la Barbie o qué?
Y Tristán huyó de ahí a máxima velocidad pues sabía que esa mirada no decía que era una amenaza sino una promesa.
Yami se acerca a Joey que está en su teléfono. Puede que Kosei no le moleste que Mai lo cambie repetidamente o que le tome mil fotos pero al padre claramente no le debe gustar.
Asi que se acerca a preguntarle a Joey si le gustaría que distrajera a Mai para que pueda rescatar a Kosei cuando ve lo que hace en su celular.
Está en medio de una conversación por mensajes con Kaiba.
No debería leer pero su curiosidad va más allá cuando Joey le envía una foto con Kosei sentado en el regazo de Mai y su traje de marinero.
16:43
¡Mira este! No se ve lindo? <3
16:43
Me gusta, aunque quizás no rosa sino azul
16:43
Sabía que dirías eso ¬¬ Pero no te preocupes, mañana compraré un listón azul.
16:44
Eres el mejor.
16:44
Lo sé, amor. Lo sé.
16:44
Aunque el traje victoriano es el que más me ha gustado. Necesitamos una sesión de fotos. Enseguida me pondré en contacto.
16:44
Excelente
¡Oh! Mai se lo está quitando y ¡Seto creo que veo un sombrero vaquero!
16:44
Mandas la foto enseguida.
Yami decide mejor alejarse, y no meterse donde no lo han llamado.
ESCENA BONUS
Joey ve con una sonrisa a su bebé y a Mai. Ha terminado con los trajes y ahora saca varios juguetes mientras ella misma se asusta con los ruedos chillones cuando apretaba esos juguetes, asiendo gorgotear feliz a Kosei.
Voltea su vista a Yugi que decidió sentarse en el suelo junto a Tristán, que había vuelto unos minutos atrás, para tratar de llamar la atención a Kosei con títeres que sacaron de quien sabe dónde.
Alza un poco más la vista y ve a Yami llegando con un biberón recién calentado para dárselo en la mano.
Baja la mirada hacia su celular donde ve el chat que había comenzado con Serenity mandándole una foto de Kosei con un abrigo de panda mientras tiene una sonrisa sin dientes llenando su cara. Y lo siguiente del chat fue ella diciéndole que mandaría a agrandar la imagen para encuadrarla.
Abre otro chat de Tea donde le mandó a Kosei con una chaquetita de lana negra, unos shorts, un sombrero negro y los lentes oscuros de Tristán que Mai le quitó. El mensaje de Tea fue que pondría la imagen de fondo de pantalla, que de paso también alejaría al imbécil director de escena que trata de hacer que salga con ella.
Luego ve el último mensaje de su novio que dice que ya salió de la empresa y que pasaría pronto por allá.
Se levanta por acercarse a su bebé que había dejado de sonreír y a morder su labio inferior, señal que tenía hambre y que debía apresurarse para que no llorara.
¿Es normal que sonría como idiota solo porque le gusta tener todo esto?