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La nueva vida por MizaiTan

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Notas del capitulo:

Hola! Dios mio, estoy viva, ni sé cómo lo logré. 

Saben lo que es estar internada en una clinica por 9 días? Fue horrible. Vomitaba hasta agua, con eso digo todo. Estaba muy débil. Me dieron de alta el jueves y me recuperé donde mi abuela porque no habia nadie que me cuidara en mi casa porque todos trabajan y además el sábado tenía una boda. No comí en la boda casi nada pero bailé y me relajé para olvidar los días de mierda que pasé antes.

El domingo que al fin llego a mi casa averiguo el horror del mundo... El capitulo que solo me faltaba editar del internado y este capitulo al parecer no los había guardado sino que me la pasaba suspendiendo el computador y claro, casi dos semanas lejos el computador se reinició... Si, perdí los archivos TT TT

Fue horrible... Reescribí este y creo que quedó bien, recordaba casi todo. Veamos si podré hacer lo mismo con mi otro fic.

Si, no es sábado. Había pensado en esperar al otro sábado pero resulta que el miercoles cumplo años y quiero actualizar todas mis historias entre hoy, mañana y ese día. Me lo propuse en la clinica. 

Espero no les moleste capitulo un lunes. Disfruten!

La apariencia no es algo fundamental para la vida de Joey. Nunca tuvo que preocuparse por eso porque no era necesario. En el instituto le decían que se veía cool con sus jeans rotos, cadenas, cabello teñido, sus chaquetas y sus camisas de distintos mensajes.

Nada de esa mierda era intencional.

Sus jeans estaban rotos por peleas y porque la idea de enmendarlos a cada rato era agotadora. Sus cadenas tenían dijes con fotos de su hermana que siempre llevaba. Su cabello es naturalmente rubio. Y sus chaquetas y camisas eran la mejor ganga en el mercado de pulgas.

El simplemente parecía combinarlo todo bien.

Salir con Seto Kaiba no lo hizo cambiar de estilo, porque simplemente ha vivido así toda su vida y se sentiría incómodo con pantalones formales o camisas manga larga, a menos que fueran del armario de su novio.

Claramente trabajó en su físico. Es la supervivencia del más apto. Siempre está propenso a pelear y debe estar en forma.

¿Eso tonificó su cuerpo y le dio buenos músculos y abdominales? Pues sí.

Pero no por lucirse ni mucho menos.

A él siempre le ha importado una mierda lo que otros puedan pensar de cómo se ve.

… O bueno, hasta ahora.

Cargando a su bebé de casi 5 meses camina por el primer piso de KaibaCorp. Kosei tiene su una de sus manitos apretando su camisa y su cabecita mira con sus azules ojos hacia todos lados curioso.

Es la segunda vez que lo trae a la corporación aunque en definitiva es la primera vez que avanzan pues antes se quedaron en la sala de estar del primer piso y todos los curiosos vieron al hijo del jefe jugar en el sofá mientras su risa, que ya podía escucharse claramente, llenaba el usualmente silencioso lugar a excepción de pisadas y murmullos apresurados.

Joey quiere que Kosei se empiece a acostumbrar a la oficina de su prometido. Es cierto que Seto trabaja todo el día pero él mismo ha dicho que quiere pasar tiempo con Kosei y ahora que está a un poco más de una semana para cumplir el quinto mes ya puede empezar a separarse un poco de él para que pasara más tiempo con su otro padre.

Ya se había dicho que esperará el próximo año para volver a estudiar pero no quiero volverse un ama de casa ni un mantenido, eso jamás.

Asi que ambos están en observación de campo y de paso hacerle una visita a su chico.

Y todo iba bien hasta que nota algunas miradas que antes no estaban.

Los superiores en el piso VIP siempre se han creído la ultimo soda del desierto y lo miran bajo sus narices como si fuese una inmundicia y Joey francamente le da burla porque sabe que no pueden hacer nada. Esas miradas no son nuevas.

Pero mientras va por el pasillo nota algunas personas curiosas mirando a Kosei, que se encoge un poco por la atención de extraños, y otros mirándolo a él.

A él.

Y con cara desagradable mirando sus brazos flácidos, no cubiertos con chaquetas por el calor del demonio que había azotado ese verano, su piel extra que se veía un poco cuando se agachó a recoger la pelota de peluche que se le cayó a su bebé.

Incluso escuchó susurrar.- Antes si veía mejor sin todo eso que le cuelga ahora.

¿Qué mierda?

Pero él es Joey Wheeler. Una persona que claramente haría la cosa más lógica en esa situación.

Se acerca donde la chica que habló junto a la compañera, que alcanzó a verla asentir, y tapa los ojos de Kosei mientras se inclina para estar a su altura.

Le alza una ceja.- ¿Tienes algún problema con lo que me cuelga?

La chica tiene una paleta de colores fascinante en la cara que va entre ponerse blanca como un papel luego azul por ahogarse con su propia saliva para luego sonrojarse como un tomate.

Quizás debió dejar que Kosei viera después de todo, así podría ver los colores de los que anda tan interesado últimamente.

Las dos chicas se inclinan casi en un ángulo recto.- ¡Lo sentimos, señor Joey!

Joey entrecierra los ojos para luego agitar su mano para restarle importancia, haciendo que Kosei mirara la mano que le había tapado antes con interés por el movimiento que hacía.

-Sí, sí. No le diré nada a Seto.- Joey sabe leer entre líneas y sabe lo que esa disculpa significa más allá de la cortesía por la ofensa.- Pero váyanse ya.

-¡Si, señor!

Y Kosei aplaude y se ríe por el sonido que hacen los tacones cuando ambas casi despegan a máxima velocidad.

Los murmullos se detienen cuando Joey gira su cabeza y muestra la misma mirada de advertencia haciendo a todo retirarse a sus asuntos.

No es el jefe de la compañía pero es bueno que la gente sepa no meterse con él más allá de su estatus de novio. Sabe que se ve amenazante incluso con un bebé con una camiseta de panda.

Sigue hacia el ascensor feliz de haber controlado los murmullos pero no calma lo que pasó. Es la primera vez que se siente tan consciente de sí mismo.

Claro que sabe que está más gordo. Estuvo embarazado, por favor. Y eso parece suficiente razón para que nadie alrededor de él dijera nada ofensivo. Era normal.

Pero, mientras se mira en el espejo del elevador nota que en definitiva se ha descuidado. La apariencia nunca ha sido lo más importante para él pero tampoco quiere parecer una babosa descuidada.

Bueno, quizás exageraba un poco. No estaba a reventar de gordura ni muchos menos pero la idea estaba clavada en su mente.

Le encantaría entretenerse burlándose de las personas en el elevador VIP pero lamentablemente iba solo.

Siente algo en su cara y se voltea para ver a Kosei que había puesto su mano en su barbilla y Joey le sonríe para besarle su nariz varias veces haciéndolo reír.

-¿Qué pasa? – Dice entre besos.- ¿Mi bebé consentido quiere atención?

Kosei mueve sus manos feliz y empieza a tratar de imitar el sonido del beso pero falla y sólo logra que saliva gotee por su barbilla mientras aprieta su labio inferior extendiéndolo para una sonrisa.

Joey sólo ríe mientras saca del bolso que lleva en su hombro una toallita húmeda para limpiarlo.

Bueno, con Kosei no es que necesite mucha distracción.

Llegan y justo cuando sale el gerente de… algún departamento que a Joey no le importa recordar, pasa al lado de ellos y le lanza una mirada no muy impresionada.

-Esto no es una guardería, Señor Wheeler.- Dice con un tono seco casi escupiendo la formalidad.- Los niños no están permitidos aquí, está contra las reglas.- Se cruza de brazos.

Joey voltea sus ojos.- Entonces vaya a presentar una queja a su jefe si le molesta tanto.- Dice y pone la toallita en el hombro del tipo.- Él fue el de la idea, sabelotodo.- Se retira y alcanza a escuchar un quejido detrás suyo pues al parecer apenas notó lo babosa que estaba la toalla en su traje de miles de yenes.

Ann levanta la vista de su escritorio al escuchar los pasos y su rostro se ilumina al verlo.

Al fin. Alguien genuinamente feliz de verlos en la compañía.

-¡Señor Joey! – Se levanta para rodear la mesa para estar frente al rubio.- Estoy tan feliz de verlo de nuevo. Aww.- Arrulla al ver al bebé en brazos de Joey.- ¡Es más bonito que en televisión! – Dice feliz.

Joey le sonríe de vuelta.- ¿Verdad? Es una preciosidad.- Dice mirando a su bebé que se había metido su pulgar en la boca.

Ann sonríe y acerca su mano para tocar la cabeza de Kosei y peinarlo. Joey casi ve corazones en su cara para luego mirarlo.- El señor Kaiba está en su oficina. No está atendiendo nada serio.- Dice sabiendo lo que quería el rubio.

Joey le sonríe.- Entonces nos retiramos por ahora.

Ann agita su mano en despedida mientras Joey abre una de las puertas dobles y entra para ver a su novio tecleando en su computadora pero se detiene al verlos y les sonríe.

-Hola, cachorro. ¿Cómo están los dos bebés hoy?

Joey se sonroja entrando por completo.- E-Eres vergonzoso. Menos mal cerré la puerta.

Kaiba solo se ríe mientras Joey deja el bolso en el sofá y avanza hacia su novio que simplemente rodó su silla fuera del escritorio para darles más espacio.

Joey se sienta en el regazo de Seto, poniendo sus dos piernas a un lado para que Kosei se pueda acomodar allí sin problema.

Kaiba de inmediato pone una mano sobre la nuca de Joey para acercarlo y besarlo rápidamente y luego se aleja para besar la cabeza de Kosei.

Y a Joey le sigue pareciendo increíble que la silla resista tanto.

El castaño no quita la mano de la nuca completamente sino que empieza a deslizarla por la espalda de Joey haciéndolo relajarse de la tensión que había cargado en el camino.

Kaiba mira a su bebé que se recuesta en el estómago de Joey. Pasa su mano libre por el cabello que ya empieza a crecerle.- ¿Tuvieron problemas para llegar? – Pregunta Kaiba aun sin detener la mano por la espalda de Joey.

Joey piensa un poco la pregunta. Pero en realidad tiene otra que le da más curiosidad. Y sabe que puede contar con que su novio le dará la verdad en este tipo de cosas aunque no le guste. Así es su relación.

-¿Estoy gordo?

Después de soltarla de sus labios pareció lo más cliché del mundo.

Pero Kaiba lejos de verse perturbado voltea a verlo.- Gordo no diría yo. Pero te falta hacer ejercicio.

Y eso fue un maldito fatality.

Joey se sonroja mientras deja a Kosei en el regazo de Kaiba y se levanta a toda velocidad.- ¿¡Cu-Cuándo pensabas decirme?! ¡I-Idiota! – Le señala con el dedo.

Kaiba le levanta una ceja.- Pensé que era obvio. Vienes de un embarazo.

-B-Bueno si, pero…

-Además que has estado cuidando de Kosei. Poco se puede hacer con eso.

Maldito novio suyo y su maldita lógica.

-Y ahora que podré cuidar a Kosei más tiempo estoy seguro que puedes encargarte de eso en un santiamén.

Maldito novio suyo y su forma de alentarlo incluso sin palabras dulces.

Joey quita su cara de angustia y pone su sonrisa característica orgullosa mientras levanta su puño al aire.- Acepto el desafío, Seto. Ya verás que volveré a tener mi cuerpo de dios para que no te atrevas a mirar a otro lado.

Kaiba sonríe mientras se levanta cargando a Kosei. Se acerca para estar frente a Joey y besar su frente.- No necesito mirar a otro lado con un perfecto 10 tan cerca de mí.

Maldito novio suyo y sus malditas palabras sexys.

 

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No es que Joey vaya mucho a gimnasios. Su fuerza viene más que todo de levantar cosas pesadas, correr en las noches, sus propias pesas, etcétera.

Dedicarle tiempo y dinero a un gimnasio nunca le ha parecido una prioridad.

Pero es cierto que ha ido algunas veces. Haciendo competencias con amigos de la universidad, membresías de un día. Cosas así.

Al llegar se le asigna un entrenador que lo mira, después de leer su chequeo físico del especialista que tomó sus medidas, y le dice.- No te presiones mucho. Podría ser muy pesado para ti.

Si, lo dijo en tono amable y es posible que esté preocupado por su físico pero demonios. No es ningún debilucho.

La doctora le dio luz verde para hacer ejercicio. Incluso le dijo – Pensé que ya lo habías empezado.- Otra vez pecando de primerizo. Al parecer desde los dos meses podía. Falla para él.

Le dijo que no empiece desde un 100% que lo mejor lo haga desde la mitad porque ella sabe que él es fuerte y lo mejor sería aumentar cada día.

Y sabe que en registro aparece como “Ejercicio post-parto” pero eso no lo hace sentir mejor con el entrenador.

Apuesto que al final puedo levantar más peso que él. Piensa mientras lo ponen en la caminadora.

Y no puede evitar pensar en su bebé cuando está haciendo aeróbicos. Sólo se han separado por una hora y sabe que será algo diario y solo por dos horas pero ahora entiende por qué Seto siempre se ve tan feliz de llegar a casa, después de un largo día sin verlo

De verdad siente que lo extraña y lo hace sentir tonto porque solo son dos horas. El resto de su día sigue dedicado a su bebé.

Se da un facepalm porque no puede creer que sea un padre de ese tipo.

 

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Pasan 5 días y Joey sigue asistiendo sin falta al gimnasio. No siente dolor y cada día le dice a su entrenador que le ponga a hacer más cosas. Siente que está recuperando la energía aunque los calambres al segundo día casi lo matan.

No todos los días puede dejar a Kosei con Seto. Aunque el gordinflón le cayera mal aún tenía razón en algo. KaibaCorp no es una guardería.

Seto tiene reuniones y compromisos que puede hacerles espacio por dos horas para cuidar a Kosei pero no siempre por lo que hoy Kosei está con Yugi.

Le habían sugerido una niñera pero no, ahora no, quizás con Kosei más grande.

Toma su bolso después de ducharse en el baño y ve en el espacio de aeróbicos a una entrenadora haciendo ejercicios parecidos a los que él hizo el primer día, pero lo que llamó su atención fue el bebé pequeño que estaba con la joven madre.

Podría ser que no tenía con quien dejarlo y lo había traído pero en realidad involucraba al bebé en los ejercicios.

El que hacia ahora era de hacer medias lagartijas y puso al bebé en sus manos para verlo mientras le ayudaba a evitar moverlas de esa posición.

Fue lindo de ver.

-Usualmente las madres traen a sus bebés para los ejercicios post-parto.- El entrenador, que se secaba las manos con una toalla, dice cuando se pone a su lado viendo la misma escena.

-¿Pero no es peligroso este sitio?

El entrenador se ríe poniendo una mano en su hombro.- De verdad que eres todo un padre ¿eh? – Joey frunce el ceño pero no desmiente eso.- No hay problema en esa zona. Ya sabes qué día de por medio son los días de sólo aeróbicos así que me pareció raro que no trajeras a tu bebé.

Joey mira otra vez a la escena a la chica, que en medio de su descanso, se encargaba de cargar y abrazar a su bebé.

Cuando llega más tarde a casa de Yugi un chillido de felicidad lo recibe y nota a Kosei en su propio gimnasio de colores pero que ahora lo veía a él.

Joey suelta todo y se tira al suelo para avanzar gateando hacia su bebé.- Mi bebé está haciendo ejercicio como su papi~ - Canturrea a lo que Kosei se emociona con su voz.

Al llegar a él lo pone de espaldas y levanta su pequeña camisa para hacerle bombas en su barriguita.

Se escucha una risa y Joey voltea para ver a Yami.- Eres un niño más, Joey.

-Y a mucho orgullo.

Joey levanta a su hijo y lo alza un poco sobre su cabeza haciéndolo reir. No hay nada más relajante que la risa de Kosei.

-¿Necesitas que cuidemos de él mañana?

Joey vuelve a acomodar al bebé en su cabeza para ver a su amigo con una sonrisa.

-Nah, creo que lo tengo cubierto.

 

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-Qué lindo es~

¿Es incorrecto sentir que se le infle el pecho de orgullo cada vez que alguien dice eso de su hijo?

No le importa pero acomoda la colchoneta donde se sienta y pone a Kosei de frente. Oh sí, no hay mejor espectador y ayudante que este chiquitín.

Solo esperen, trabajadores de KaibaCorp.

Denle un mes para que se coman sus palabras.

Porque cuando transcurra ese tiempo se verá tan bien que les dará vergüenza verse así mismo en un espejo..

Sonríe macabramente mientras hace lagartijas con Kosei abajo suyo que sonríe pues su papi cada vez que se inclina besa su frente

Notas finales:

La verdad tengo sueño pero aparte de eso me siento muy bien si alguien pregunta por mi salud. Es solo que mi tonto cuerpo a veces no funciona como me gustaría...

En otros temas si, cumplo años. Rayos, me siento tan vieja. Como un regalos hacia mi publicaré los capitulos de mis otros fics. Soy rara pero no importa jeje.

 

Proximo capitulo:

Vacuna.

 

Durante mi tiempo internada para pasar el tiempo leí tantos fics de Soukoku que hasta soñaba con ese par... Lo unico es que la mitad del fandom es angustia, ughh. Yo leo de todos los generos pero a veces necesitan darles un descanso. En serio.

Nos vemos el otro sabado... Creo, besos!

PD: Al menos este año mi cumpleaños no fue martes 13 o viernes 13 XD


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