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La nueva vida por MizaiTan

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Notas del capitulo:

Saben lo que significa junio para mi y mi familia? Mi papá, mi hermano y yo cumplimos, con solo 10 dias entre el primero y el ultimo, además ahi va día del padre de paso... Saben cuanto dinero he gastado? Todo mi sueldo de este mes se fue en eso. Uff y tras de eso el mundial. En conclusión: He tenido el capitulo en mi computadora hace rato y no he podido publicarlo *facepalm*

Ya ni me acordaba de qué trataba

En otra nota, en un rw había puesto que el tema de vacunas sería con Kosei a los cinco meses... Mi error, juraba que a los 5 meses había una dosis pero la cercana es a los seis meses... Aún no soy mamá por si alguien lo duda

Disfruten

Joey mira con horror absoluto a su prometido.-… ¿Qué? – Logra responder aun sin poder creerlo.

Kaiba voltea los ojos y rebota un poco a Kosei en su pierna que está fascinado con el brinco y gorjea feliz.- ¡Ghda!

-No es la gran cosa.- Responde finalmente Kaiba ignorando la expresión dolida de su novio.

-¿No es la gran cosa? – Repite respirando rápido y mirando fijamente a su novio como si estuviese demente.- ¡No pienso ir a ver algo así! ¡Acordamos que ese era tu trabajo!

Kaiba suspira exasperado y mira al rubio a su lado.- Estaré ocupado y no podemos perder el día de hoy.

-¡Prometiste que siempre tendrías tiempo para mí y Kosei!

Kaiba sujeta a Kosei con un brazo para que no se resbale de su regazo mientras con su otra mano se soba la sien. Sabía que sería complicado y que rebosaría su paciencia, por lo que trató de mantener la calma, algo difícil en él.- Deja el drama.- Lo mira sin emoción.- Sólo son vacunas.

-¡Sabes que le tengo pánico a las inyecciones! – Joey tiembla de pensarlo.

El castaño le da una mirada nada impresionada.- Hablas como si nunca te hubiesen inyectado, señor embarazado.

Joey se sonroja pero se cruza de brazos.- P-Pues sí. ¡Pero nunca veo cuando me las ponen! ¿Y ahora tratas de decirme que debo ver cómo inyectan a mi bebé tres veces? ¡Estás loco!

-En realidad, son cuatro.

Joey se tapa los oídos infantilmente.- ¡Cállate!

Kaiba ama a su novio. Congelaría el infierno por él… Pero ahora sólo quiere darle un golpe.- Joey.- Se resuelve a llamarlo poniendo su mano en su hombro. El rubio no lo mira, y sigue aun sin quitarse las manos de las orejas. Suspira.- No es la gran cosa, ni siquiera tienes que ver. Sólo debes encargarte de consolar a Kosei.- Aprieta más su hombro cuando Joey al fin voltea a verlo.

Joey aprieta su labio inferior.- ¿Y si mejor le decimos a Yugi? Yo puedo quedarme a un lado y en cuanto termine consolaré a Kosei.- La mano se quita del hombro para apretar su mejilla.- ¡Ay!

-No seas idiota. Ese es nuestro trabajo.

-¡No! – Replica de inmediato Joey con el ceño fruncido.- ¡Teníamos un acuerdo que era tú trabajo! – Se cruza de brazos y mira molesto a otro lado.

Respira Seto. Se dice como un mantra en su cabeza mientras respira varias veces. Con él te vas a casar, no lo mates.

Bueno, el plan A no sirvió, tendría que usar el plan B.

Kosei, que no entendía nada de lo que pasaba y disfrutaba de los brincos de la pierna de papá siente que se detiene. Y de repente es levantado para ponerse en frente de su papi que no se ve feliz.

-Cachorro.- Llama Kaiba para que Joey voltee su cara y de repente encuentre a su novio de pie en frente suyo, sosteniendo a Kosei por debajo de sus brazos, con sus miradas al mismo nivel a pocos centímetros.

Al ver la cara de su papi, Kosei se emociona y de inmediato estira sus bracitos para que sea cargado por él.

Antes que Joey pueda sostenerlo escucha a su novio.- Ya él puede reconocernos.- Joey lo mira para luego ver a Kosei riendo aun estirando sus brazos.- Las inyecciones van a dolerle.- Joey lo vuelve a ver con cara de miedo pero Kaiba aun continua.- Por lo que debe saber que uno de los dos estará con él.

Kosei aún no es recogido por su papi que no se ve feliz, por lo que sus ojos empiezan a aguarse y al sólo sonido del sollozo Joey se levanta para ponerlo en sus brazos.

Kosei de inmediato acaricia su cabeza en el cuello tan conocido para él.

- Te odio.- Joey mira con puñales a su prometido que sólo tiene una sonrisa de victoria.- No me puedo negar así.

Kaiba le besa la frente.- Lo sé.- Se retira al baño para prepararse para sus miles de reuniones aplazadas de hoy.

 

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Ahora que está mayor, Kosei ya puede ir al pediatra en lugar de recibir la visita, por lo que Joey está con su bebé en la sala de espera de muchos colores y juguetes esperando su turno.

Un turno que espera que demore mucho.

Estúpido Seto. Piensa mientras Kosei juega a su lado en el suelo con los juguetes que llevó en su segunda mochila.

Llámenlo primerizo, protector, asustado de gérmenes, pero con Kosei queriendo meterse todo a su boca no quiere que juegue con eso que otros niños jugaron con manos sucias, puestos en el suelo o babeado.

Se acerca y besa la cabeza de su bebé que sigue jugando inocente de su próximo destino. Y Joey lo único que quiere hacer es cargarlo y llevárselo de ahí.

-Jamie Detz.- La voz de la enfermera le hace entrar un escalofrío y mira hacia arriba para ver al único paciente que estaba antes que ellos irse con su mamá que no se veía para nada asustada, sino completamente calmada.

Voltea para todos lados, tratando de encontrar a alguien más que fuesen antes que ellos pero no, todos venían después.

No. Muy rápido. Aún no me preparo. Piensa asustado cuando de la nada escucha un grito seguido de un llanto y de inmediato carga a Kosei por un brazo mientras recoge todos sus juguetes.

-Nos largamos de aquí.- Le dice a Kosei que miraba hacia la puerta donde se escuchaba el llanto.

Poniéndose ambos bolsos, le pone el abrigo a Kosei, por estar entrando ya en la época otoñal, y camina a la puerta. Cuando ve dos rostros familiares del otro lado de la puerta de vidrio.

-Señor Joey. ¿Ya terminó? – Pregunta Mauro con su compañero a su lado.

-¿Qué hacen ustedes dos acá? – Aunque la respuesta era obvia.

-El Señor Kaiba nos pidió escoltarlo.- Responde Lucio con seriedad. La cual era una vil mentira. Superficialmente parecía que sería escoltado pero sabía que estaban más como niñeras para evitar que escape.

-Estúpido Seto.- Murmura hacia su novio. El maldito lo conoce muy bien. Mira a sus guardaespaldas tratando de dar una sonrisa reconfortante pero saliendo una mueca incomoda en su lugar.- Ya nos vamos a casa.

Lucio levanta una ceja con curiosidad.- Pero el pequeño Kosei no llora.- Y para dar aún más el punto, Kosei suelta una pequeña risa aun agarrado del abrigo del rubio.

Joey los mira derrotado.- Maldita sea, son buenos.- Ambos guardaespaldas se inclinan respetuosamente ante eso.- No fue un cumplido.- Se queja Joey de inmediato.

Pero a ninguno de los dos les importa en realidad, ya acostumbrados a Joey.

-¿Necesita algo de afuera, Señor Joey? – Pregunta Mauro.

Joey sólo suspira.- No quiero ver esas malditas inyecciones.

Y justamente, casi invocado por una obra llamada “hablando del diablo”, la puerta se abre con un llanto aún más fuerte y Joey siente un escalofrío en toda su espina dorsal y se voltea en cámara lenta para ver a su verdugo abrir su boca.

-Kosei Kaiba.- Llama la enfermera.

Joey se congela y aprieta con más fuerza a Kosei.

Lo que pasó en los próximos 3 minutos se podría describir como la gracia en los padres que acompañan, la confusión en los niños, el trabajo rutinario de los guardias y el terror vívido de Joey. Todo se volvió una confusión donde Joey aún no entiende cómo rayos llegó a estar sentado en la silla frente al escritorio del pediatra sin sus dos bolsos y con uno de sus guardias en la puerta, véase ruta de escape, más cercana.

Tres minutos donde trató de correr y fue contenido por sus guardias y siendo llevado al consultorio contra su voluntad. Nadie del personal médico actuó como si fuese algo extraño. Lo cual es extraño en sí mismo.

Kosei siente la angustia de su papi y empieza a llorar en cuanto entra a la habitación con muchos colores por todos lados.

Joey trata de mecerlo pero no se concentra porque el color de su cara se va al ver una bandeja con cuatro malditas agujas.

-Señor Wheeler. Por favor cálmese.- Habla calmadamente el pediatra y la enfermera a su lado sólo ríe con la escena que presencia ahora y presenció antes.- Haremos un chequeo con Kosei y luego las vacunas que no dolerán mucho.

-¡Eso es mentira! – Acusa Joey señalando con un dedo al pediatra.- ¡Eso duele!

El pediatra suspira, se nota lo acostumbrado y experimentado con el numerito que arma Joey porque no se ve desesperado.- Sólo será por un momento, luego volverá a jugar como si nada.

Joey mira a Kosei en su regazo que aún llora y se levanta para acomodar su cabeza en el hueco entre su cuello y hombro.- Shh.- Lo balancea haciendo a Kosei empezar a calmarse. Con sólo sollozos, Joey mira al doctor de nuevo.- ¿Podrían ser en medicina líquida? – Casi suplica y se desinfla al verlo negar.

-Una de ellas es líquida, las otras inyectadas.

El chequeo comienza, con Kosei agarrándose a Joey, por lo que otra pequeña lucha empezó para lograr medirlo y pesarlo. Al parecer Joey transfirió parte de su miedo a Kosei y sólo puede maldecir a su supuesto futuro esposo, porque el condenado sabía cómo se comportaría y aún así justo tiene una reunión hoy.

Todo con Kosei está en perfecto estado y por fin llegó el momento. En el cual Joey se dio fuerza así mismo mientras su bebé era medido.

Es tu maldita misión como su padre. Es hora de demostrar que era un hombre, Joey Wheeler. Puede que haya alzado su puño al aire mientras lo pensaba y también puede que la enfermera lo haya visto raro pero con la risa de Kosei de fondo al verlo hacer de payaso, le bastaba.

El pediatra se cambió de consultorio para atender a sus demás pacientes mientras ellos se quedaban con la enfermera.

Kosei tiembla en los brazos de Joey pues sólo lleva su pañal, la enfermera alista las agujas pero por primera vez Joey no le presta atención a eso, está más concentrado en hacer cómodo a su bebé.

Se levanta la camiseta sin pena alguna y pone todo el cuerpo de su hijo sobre su piel desnuda.- Está calentito, ¿verdad, bebé? – Le arrulla con cariño.- ¿Papi es un cobarde, no? – Besa su cabeza, donde empieza a verse más cabello. Tal vez deberían cortarlo pronto.- La próxima vez arrastraremos a papá así sea a la fuerza.

Joey lo abraza más y Kosei se siente feliz con el calor y el retumbe del pecho que produce la voz que más le gusta oír.

-Ehem.

Joey voltea para ver a la enfermera que lo ve con una sonrisa y señala la camilla. Se sonroja por olvidarla.

Camina a la camilla y acuesta boca arriba a Kosei.- Bien.- Le mira, para no concentrarse en la enfermera que saca la aguja del plástico… Si lo ve, se desmaya seguro. Agarra la mano de su bebé que no sabe que pasa.- Papi estará aquí contigo, no temas.- Aunque él es quien teme.

Kosei grita de repente y Joey comete la estupidez de mirar hacia sus piernas y ver la maldita aguja entrando en su pequeña pierna y grita al igual que su bebé.

-¡Que mierda tan gigante! ¡Maldición! – Toma la cabeza de su bebé y lo baña de besos para calmarse los dos.- Tranquilo.- Su voz tiembla.- No duele, no duele, no due-¡Ahh! – Vuelve a gritar con el siguiente grito de Kosei.

La enfermera se ríe con lo conectados que son ambos.

Kosei llora con fuerza y Joey se paraliza al ver la siguiente aguja.- ¡Oye! ¡Partirás su pierna con eso!

Pero la enfermera lo ignora y calmadamente pone la siguiente aguja.

-¡Wahhh!

Kosei estira los brazos para que Joey lo salve y él no quiere hacer otra cosa que librarlo de la cruel enfermera que los tortura a ambos.

Y lo peor es que aún falta una.- Será rápido.- Anuncia la chica poniendo la vacuna que faltaba, ignorando ambos gritos.- Listos.- Dice con una sonrisa.- ¿Ven? Nada del otro mun…-

Es interrumpida con el sonido de arcadas y al bajar la mirada ve a Joey vomitando en un cubo de basura al lado. Aún pálida mira a la chica.- Nada del otro mundo mi culo.- Le recibe el pañito húmedo para limpiarse la cara y se apuró a recoger a su bebé que solo quiero ir con él. Por lo que lo carga y lo pone en su pecho nuevamente libre de su camisa.- Ya, ya.- Pasa su mano por su espalda para tratar de calmarlo.- Ese enfermera mala no te volverá a poner ninguna aguja.

La chica ríe pero el destello peligroso en la cara de Joey le hace recordar que éste es el novio de Seto Poderoso Kaiba y que, de hecho, si puede hacer que ella no vuelva a poner ninguna aguja en su carrera.

Lucio trata de mirar con seriedad a Joey cuando sale del consultorio, pero le es imposible, pues él estaba en la puerta y podía oírle claramente gritando como si él mismo estuviese en una sala de torturas.

Bueno… Apostaría que incluso Mauro en el auto podía escucharlo con claridad.

.

Más tarde esa noche, Joey decidió dormir en el cuarto de Kosei en un futon preparado para estos casos. Lejos del maldito que formó todo el asunto en primer lugar.

Pero no antes de hacerle jurar que nunca más él llevaría a Kosei a poner vacunas.

-¡O te pido el divorcio incluso antes de casarnos, ricachón de mierda!

Notas finales:

Si me han leido desde hace un tiempo notarán que me enfermo mucho asi que me han inyectado en varios lados por diferentes razones: infiltración, cateterismo, suero, sacar la sangre, etc, Y siempre le digo a todas las enfermeras:

Puedes hacer lo que quieras siempre y cuando yo no esté mirando en ese momento.

Me da pánico mirar una aguja pasar por la piel. El dolor me parece minimo pero verlo me hace ponerme pálida, siempre debo mirar a otro lado. No importa si es otra persona no puedo soportarlo. 

Me gustan las peliculas de miedo pero las peliculas con cortes explicitos no las resisto.

Proximo Capitulo:

Boca.

 

Y ya parece que debo irme, hoy saldré a ver un partido en un bar con unos amigos. Bye!

EDIT: Se me habia olvidado decir que a partir de este capitulo las actualizaciones serán cada dos semanas. Sorry >.< pero veo que muchos están más interesados en mis otros fics asi que distribuiré mi tiempo diferente


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