Desperté con una fuerte punzada en las sienes de mi cabeza. Abrí los ojos finalmente y las blancas luces me alertaron. Estaba recostado en una camilla y ese olor a medicina me rodeaba. Caí en la cuenta de que estaba en un hospital.
Entre en pánico quise escapar de ahí pero mi muñeca estaba atada al barandal de la camilla con unas esposas.
-Tranquilo chico, estas en buenas manos-Me llamo esa voz. Voltee hacia ella y provenía de un señor alto en bata y cabello grisáceo.
-No lo entiende... yo no puedo estar aquí-Dije un poco alterado.
-Calma... te podrás ir pronto-Eso me calmo. -Pero antes tienes que contestarle algo a estos jóvenes-Dijo el señor dejando pasar a dos hombres uniformados. Era la policía.
El doctor salio de ahí, dejándolo solo con aquellas personas seguramente responsables de que el estuviera atado con las esposas.
-Muy bien muchacho ¿cual es tu nombre?-Le hablo uno de los oficiales como si de terapia le fuera a dar. Pero el era un psiquiatra y podría con ellos. Podría salir de ahí fácilmente.
-Soy Vegeta-Dijo actuando calmado analizando discretamente a las personas enfrente de el. Y uno de ellos mostraba signos de querer salir de ahí pronto. Pero volvieron las preguntas.
-Vegeta quisiéramos saber que hacías en medio de la nada-Ataco con la primer pregunta.
-Quería salir de viaje y mi auto se descompuso así que empece a caminar.-Contó tranquilo.
-Pues la persona que te iba a llevar al siguiente pueblo... es decir este pueblo, afirma que tu buscabas nuevas experiencias-Dijo el oficial intentando obtener respuestas.
-Claro, nuevas experiencias... nunca había viajado por estos rumbos-
-Si claro... y ¿usted se desmaya muy seguido?-
-No claro que no... Es la primera vez que me pasa pero debió de ser por el cansancio del viaje-Dijo un poco intranquilo de que las preguntas parecían no querer parar de llegar.
-Todo bien hasta ahora... Pero...-Y eso lo inquieto un poco más que lo demás. Algo le decía que tenia que tener cuidado con lo que decía. -¿Usted sabe quien es el?-Dijo el oficial mostrando le una foto de su antes paciente.
Vegeta se alarmo, pero tenia que guardar la calma y no levantar sospechas.
-No... Nunca lo había visto-Negó seguro
-¿Esta seguro? Hay fuentes que afirman que era su paciente-
-No, nunca volví a verlo-Dijo un poco intranquilo en el interior. -Si no hay más preguntas que me vayan hacer supongo que-Pero algo lo interrumpió.
-Alto...-Dijo exaltado el otro oficial. -Usted dijo "volví"...-. Y ahí fue cuando note mi error. -Es el!-Dijo finalmente el oficial.
-Suéltenme...-Empece a jalar mi muñeca en busca de libertad. -Exijo que me quiten esto!-
-Ahora no señor-Dijo el primer oficial tomando sus cosas.- Es responsable sobre la desaparición de Son Goku-Dijo para finalmente salir del cuarto con su pareja.
Y eso lo dejo atónito. Obviamente alguien del lugar donde trabajaba había dado el reporte supuso por que no se había presentado. Pero el no era responsable, el lo estaba buscando, lo amaba y quería estar con el, decirle lo mucho que sentía haberlo lastimado de esa forma.
Y quiso volver a escapar pero las esposas seguían atadas a su muñeca. Así que empezó a jalar de ella, solo provocando que se empezara a cortar y por consecuencia empezara a salir sangre de su muñeca ahora lastimada.
Le dolía demasiado pero sus ganas de salir en busca de su antiguo paciente eran mayores. Tenia un deseo enorme de encontrarlo. Así que hizo un ultimo jalón y su mano salio de aquellas esposas liberada. Se desprendió de todas las maquinas y agujas, se puso de pie y en una esquina de la habitación se encontraba su ropa dentro de una bolsa de plástico sobre una silla. Inmediatamente se empezó a desvestir, por que claro no podía estar con esa incomoda ropa por siempre.
Una vez termino asomo la cabeza fuera de la habitación, había enfermeras ocupadas en lo suyo y los doctores al igual, los oficiales no se veían cerca. Salio a paso normal un poco rápido pero sin correr no quería llamar la atención.
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Una vez fuera de ahí. Sintió como el aire fresco pegaba en su rostro. Hacia frio y su camisa roja de manga corta junto con sus jeans de mezclilla no ayudaban mucho.
Empezó a caminar lejos de ahí, abrazándose a si mismo, temblando de frio literalmente, sabia que debía de conseguir pronto una chamarra e incluso un gorro si se podía, su pelo podía llamar un poco la atención de las personas.
Siguió caminando hasta que llego a un café, se adentro en el, no compraría nada pero en ese lugar había calefacción, ya pensaría en algo mientras solo esperaba a que lo sacaran de ahí por no comprar nada.
-Ten sopa caliente-Ofreció una señora con un lindo uniforme azul celeste y el pelo recogido.
-No, lo siento no tengo con que pagar esto.-Dijo Vegeta rechazando el plato.
-Lo invita la casa.-Dijo amablemente la señora. Hasta que el antes doctor acepto.
-Bueno muchas gracias-Dijo para después empezar a comer la sopa, por alguna razón le sabia tan deliciosa, era eso o ya tenia mucha hambre.
El más bajo dirigió su mirada a la pequeña televisión que tenia enfrente.
-Se busca a un joven de entre 20 y 25 años aproximadamente, tiene pelo negro, ojos del mismo color, tez clara, se llama Son Goku-Y eso fue lo que llamo su atención. -Se le vio por ultima vez al norte de Pensilvania cerca del Condado Susquehanna-
Eso fue lo ultimo para que saliera corriendo. Por fin tenia más pistas de el. No estaban muy lejos, solo unos cuantos kilómetros y podría alcanzarlo. Para eso tendría que conseguir un auto. Miro alrededor y busco un auto ni muy grande pero tampoco tan reducido como para que fuera incomodo.
Y lo diviso a unos diez metros, un auto azul marino que no podría llamar mucho la atención, parecía que su dueño no estaba cerca así que discretamente llego hasta el auto, abrió la puerta y lo encendió como en las películas cuando no tienes llaves.
No tardo en arrancar en dirección a su paciente. No tardarían mucho en reencontrarse, serian compañeros, el estará feliz de verlo.
-----------------------------------Varias Horas Después-----------------------------
El frio empezaba a hacerse insoportable al punto de sentir como le ardían las fosas nasales con tan solo respirar. Detuvo el auto en medio de esa carretera solitaria rodeada solo de grandes pinos. Abrió la cajuela y por suerte encontró dos abrigos, se puso uno y pensó que era hora de descansar, así que se acostó en los asientos traseros del automóvil y se coloco el abrigo extra encima como cobija.
Estaba muy cerca de su compañero. Muchas veces había pensado en retroceder pero no lo haría ahora que estaba muy lejos.
-No escapara-
Claro que no lo haría. Podrían vivir juntos, ocultos, donde las personas no los molesten, donde puedan ser algo más que doctor - paciente, por que no quería curarlo, simplemente quería entender lo que ahora rondaba por su mente.