Chocolate's day.
14 de febrero día especial en que las parejas derrochan miel por los rincones del país, es la fecha donde las chicas preparan chocolates para su ser amado y confesarle sus sentimientos, dos amantes en particular enlistaban lo que ocuparían para sorprenderlos deleitándolos con su presencia.
A las cuatro en punto un Mercedes Benz negro se aproximaba a su hogar dulce hogar sin imaginarse que sus planes tomarían un giro inesperado, antes de llegar fueron interceptados por una camioneta blindada, lo último que pudo ver fue a su secretario amagado por unos tipos altos, cuando despertó se dió cuenta que estaba amarrado de las muñecas y tobillos separados en cada extremo de una cama metálica, lo supo por lo frío del fierro y el sonido de sus ataduras al moverse, tenía los ojos vendados además de estar desnudo.
— No podrás escapar amor, ni lo intentes, estás aquí para complacerme. La voz femenina lo puso a pensar sobre quién sería la estúpida que no valora su vida y por ello lo secuestro.
— Quien quiera que seas, en cuanto me liberes te asesinare, verás conmigo nadie se mete y... Una ligera descarga lo forzó a guardar sus palabras para después.
— Asami Ryuichi se quien eres y lo que sabes hacer aún así no me provocas temor, al contrario me dan ganas de torturarte más. Acercandose le dió un beso el cual fue rechazado, con su mano estrujó la entrepierna de su presa obligándolo a abrir la boca y aceptar su lengua.
Estaba a punto de morderle pero la dulce fragancia que llegó a su nariz le indico quien era su captor. — Gatito malcriado, desatame para darte una lección.
— No seas aguafiestas. Dejando de lado el alterador de voz. —Sabes lo difícil que fue capturarte sin llamar la atención, Kirishima casi se infarta tuve que decirle la verdad para que no llamase a los otros, en cuanto recibí el mensaje de exito, deje a los niños en casa con estricta vigilancia, así que no te preocupes tenemos la noche para nosotros.
— Akihito preparate, ese lindo trasero no te salvará está vez, voy a hacerte sufrir tanto que imploraras perdón.
— No te voy a soltar, ya después sufriré por jugar un ratito contigo. Colocando la cama en forma horizontal, comenzo a cubrirlo de besos acariciando parte de su piel, saco una pluma vibradora de su mini maletín. — Estas muy tenso, relajate un poco lo vas a disfrutar. Pasando la lengua por los pectorales seguido de la pluma ambas sensaciones le generaban un estímulo placentero además de las minúsculas descargas cada cinco minutos, sin previo aviso le metió un dedo por el recto, mientras jugaba con el glande succionando lentamente, en algún momento de la felación cambio su dedo por un vibrador, sincronizando ambas acciones le torturaba, deseaba tanto oírlo gemir además de pedirle que fuese más rápido, sin embargo su pareja se resistía manteniendo los dientes apretados, moviéndose de un lado a otro haciendo fricción con sus ataduras.
Disfrutaba ver al yakuza en ese estado, ahora entendía por qué le gustaba tratarlo así, para hacer más entretenido y lograr su objetivo le enterro el consolador aumentando la velocidad vibratoria, solo en ese instante un quejido fue audible, feliz por esa acción se colocó encima del empresario moviendo su trasero cerca del miembro, con esa incitacion Asami buscaba penetrarlo elevando la pelvis. — Desesperado ya y eso que apenas estamos comenzando, te dije que jugariamos toda la noche. Susurrando sobre el oído, paso a morder el cuello hizo un camino hasta el abdomen bien marcado, cada parte de su pareja tenía su huella impresa y eso le gustaba, se entretuvo un rato con los abdominales para después descender a la parte baja que imploraba por algo de atención, ese trozo de carne erecto y duro fue lamido como si fuese una rica golosina a su vez estrujaba la bolsa escrotal.
— Si vas a hacer algo hazlo de una puta vez. Fue lo que dijo al límite, no lo iba admitir pero al verse en esa situación y ser devorado por su Akihito le daba un estímulo extra mandando muy lejos su cordura, el rubio habiendo obtenido su premio fue complaciente con su amante llevándole a lo que quizá fuese su mejor orgasmo. Lo dejo descansar cubriéndolo con las cobijas ocultas en un rincón de la habitación, con cuidado guardo la cámara donde quedaría grabado el momento, sin hacer mucho ruido lo liberó de sus ataduras apagando la batería que generaba los toques eléctricos, antes de irse le dejo una botella de *Dalmore 64 Trinitas junto a la tarjeta que decía " Feliz día de San Valentín"
En otro lugar, más preciso decir dentro de un cuarto de hotel, se ubicaban un chino y un ruso celebrando con botellas de vodka *Russo-Baltique , Feilong se encargó de conseguirlas para su futuro esposo, Mikhail al entrar y ver la bebida aún lado del cuerpo semidesnudo del dragón de Baishe quien a su vez desprendía un aroma dulce, lo primero que hizo fue tirarsele encima, probando su exquisita piel, recordando lo que le había dicho Akihito, cambio las posiciones para tener mayor control. El tigre ruso se dejó hacer y por ello no se percató del instante en que fue amarrado a la cabecera.
— Esto te encantará además será satisfactorio para ambos. Bajando la intensidad de las luces, comenzó a quitarse la poca ropa que traía puesta moviendo sensual la cadera llamando a la perversión, el ruso en su mente planea mil formas de hacer gemir al dragón.
— Es mejor que termines pronto, tengo mucho que hacer contigo y ese hermoso cabello me será muy útil. Lo conocía de tiempo y sabía muy bien cuánto le gustaba que jugasen con sus largos cabellos.
— Me parece que necesitarás de ellas para hacerlo posible. Quito la cinta con lo que ató sus manos, al momento de verse liberado le tumbó sobre el colchón pronunciando en tono erótico sobre su oreja, provocándole un cosquilleo en todo su ser.
— Espero que al amanecer te puedas mover con todo lo que te haré no estoy seguro que lo logres. Ahí dió inicio una danza placentera, dos cuerpos volviéndose uno solo, para Feilong fue descubrir cuánto es amado y deseado por su pareja, en cambio Mikhail recordó porque le gustaba tanto al grado de quererlo exclusivamente para si mismo. Con cada gemido que salía de los finos labios rosados el ruso sacaba más de su fiereza, penetrandole como si fuese la última vez pero sin olvidar tocar esas partes que al dragón lo hacían enloquecer.
Sentados sobre el colchón, recostados, parados en la ducha, dentro del jacuzzi o por encima de los muebles, no hubo rincón de esa habitación que no sirviese para que los amantes tuviesen intimidad, una neurona de Feilong manda la indicación que detuviese todo aquello de lo contrario tendría consecuencias severas, algo de eso era cierto su cuerpo no estaba acostumbrado hacer tratado con salvajismo, pero los placeres de la carne apagaron esa vocesita permitiendo a todo el cuerpo sentir el calor crecer haciendo vibrar cada célula.
— No te duermas, aún no termino contigo. Le dijo sobre el cuello, dándole un ligero masaje a su trasero, boca abajo como lo tenía era capaz de apreciarlo mejor, mordió su oreja antes de pedir que levantase el culo y follarselo a conciencia. — No cubras el rostro, déjame escuchar tu linda voz. Tomandole del cabello le dió un tirón obligándolo a alzar la vista, inclinándose un poco le dió un beso ahogando unos cuantos suspiros. Aún en altas horas de la madrugada se podía escuchar el rechinar de la cama pidiendo un momento de paz, algo que la pareja le concedió cuando sus cuerpos quedaron exhaustos. Creyendolo dormido, acaricio su largo cabello negro, susurrándole cuanto lo ama y lo mucho que desea formar una familia con el, aunque solo fingía estar en el mundo de los sueños, no pudo evitar sonreír y aferrarse más al cuerpo de su amante deseando que pronto amaneciese para comenzar los preparativos de su boda.