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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo :D

Aquí les dejo el cap 10, bueno formalmente quí empieza la aventura, espero les guste.

Nos leemos. 

Capítulo 10: “Primera prueba: El dragón dorado”


 


Habían caminado el resto del medio día y toda la tarde para llegar a su dichosa “primera prueba”, entre pláticas, risas, anécdotas graciosas de Keiichi y unos cuantos regaños por parte de Hiroki el día llegó a su fin y el manto oscurísimo plagado de estrellas los cubrió, por lo que acordaron quedarse en las orillas de un claro río debajo de unos árboles a pasar la noche.


 


Keiichi y Misaki habían recorrido el pequeño paisaje boscoso buscando algo que pudieran comer, Masamune y Hiroki se encargaron de buscar ramas secas para hacer una fogata y prenderla; mientras que Miyagi había ido a inspeccionar un poco el terreno en el que se encontraban. Una vez todos sentados alrededor del fuego, se permitieron comer algunas frutas, semillas y raíces que los menores habían conseguido, al igual que compartían 2 grandes pescados que supieron asar muy bien.


 


-oigan, contemos una historia para pasar el tiempo- insistió Keiichi rompiendo el incómodo silencio.


 


-¿otra?, seguramente todos aquí conocemos tu vida- se burló Hiroki, el oji-miel hizo un puchero gracioso mientras el resto reía.


 


-hay algo que yo no conozco de ti Keiichi-san- exclamó Misaki con una voz bajita y su rostro apenado, el aludido le puso atención -… ¡¿cómo conociste a Haruhiko-san?!- preguntó avergonzado, el resto también se sorprendió, pensando que era algo…doloroso para Keiichi, el oji-miel solo sonrió tristemente, mientras se sonrojaba un poco.


 


-bueno…yo creo que podría contarte un poco- aceptó Keiichi recordando, mientras los demás escuchaban atentos la historia “completa”-…


 


//Flash-Back//


 


-¡no iré  y es mi última palabra! – gritaba el muchachito de cabellos castaños claros  y ojos mieles, que en ese momento permanecía vestido con un camisón celeste claro, sus pies descalzos, sus puños a sus costados representando su enojo y su ceño fruncido bien dirigido hacia su madre y el hombre que estaba a lado suyo. A sus 16 años de edad, aun 2 años después del nuevo casamiento de su madre con Sousuke, Keiichi no se había deshecho de su mal comportamiento, y lo que es más “grave” para la realeza: no obedecía regla alguna, ni siquiera sus clases básicas de tacto, amabilidad y servicio, que deben tener todo buen doncel. Todos estos problemas hacían que Kaede perdiera la cabeza pues así no podía presentar a su hermoso hijo ante “sociedad”, y Sousuke estaba hasta ¡la  coronilla! de ese niño caprichoso…que si no estuviera allí su mujer seguramente ¡ya lo hubiera arrojado por la maldita ventana!


 


-escucha keiichi, no pretendo repetirlo –dijo con voz cansina Sousuke tratando de sonar amable, claro, mal intento. Keiichi solo le miraba retador, esa mirada que sabía que Sosuke odiaba incluso más que la mismísima miseria- es NECESARIO que vayamos todos, es una reunión con personas importantes de la realeza, como representación de la unión en el reino de Sumi, debemos estar TODOS- exclamó su mirada oscura al oji-miel que apenas y retrocedió un poco reprimiendo un grito que nunca soltó, sus ojos se pusieron llorosos de coraje, más Sousuke no lo dejó hablar –te espero abajo en media hora, las sirvientas te ayudaran a vestirte – dijo sin mas el hombre y se fue, su madre tras él; Yura que desde el portal de su habitación lo había escuchado todo socorrió a su hermano encerrándolo en un abrazo como siempre para tranquilizarlo.


 


-lo odio- exclamó entre sollozos, abrazando a su hermano de 19 años.


 


-ya lo sé, pero nos guste o no , debemos aprender  a tratarlo Keiichi, no vale la pena que te desgastes tanto en él- unas sirvientas se acercaron al doncel y reverenciaron silenciosas a los príncipes. Yura se hizo a un lado  y dejó que hiciera su trabajo con  su hermanito- tranquilo Keiichi, todo estará bien, si algo te incomoda cuando estemos en Usami, simplemente diremos a madre que no te sientes bien y nos dejará volver, ¿de acuerdo?- reconfortó Yura a su hermanito, esto apenas asomó la cabeza por la puerta del cuarto y asintió.


 


-de acuerdo – dijo más animado el menor.


Una vez en el carruaje, los reyes en un carruaje y  los príncipes en otro, y a punto de llegar al reino Usami,  que sería donde se llevaría a cabo la reunión, Yura vio a su hermanito subir las piernas por completo al sillón y meter las manos bajo sus vestidos.


 


-¿Qué haces Keiichi?-preguntó dudoso el oji-gris, vio a su hermanito frunciendo el ceño mientras intentaba desabrochar algo debajo de su ropa.


 


-¡no me veas con tanta atención!- le dijo avergonzado el doncelito al mayor –solo me deshago de esta asquerosa prenda- dijo fastidiado. Yura soltó una carcajada cuando observó cómo se deslizaban por las piernas de Keiichi unas medias que debían de llegarle quizás hasta la mitad del muslo.


 


-neee…no creo que sea buena idea que hagas eso hermanito, de algo deben servir esas “prendas asquerosas”, ¿no?- intentaba Yura tratando de calmar su risa.


 


-¡cállate!, lo entenderías si tú las usaras, además ¡no sirven de nada!- recalcó el menor con un puchero. Y así siguieron el camino hasta llegar a Usami.


 


Cuando el carruaje llegó a su destino, Keiichi trataba por todos los medios de tranquilizarse, no era que no hubiera estado ya en eventos “de gran importancia”…pero siempre haba guardado cierto recelo a ellos. Los mismos reyes de Usami fueron quienes los recibieron: una mujer de cabellos plateados y ojos lilas y un hombre castaño de ojos grises.


 


-un placer recibir a la familia real de Sumi, bienvenidos, por favor pasen, el resto de mis invitados ya ha llegado- informó la peli-gris. Keiichi pudo notar la tristeza que emanaban ambos reyes…algo sabía del asunto de su hijo Akihiko y el rapto de una bruja…pero en ese entonces no era bien visto que los menores conocieran esas cosas.


 


-el honor es nuestro Asuka, nos alegra estar aquí- respondió Kaede sonriendo a la peliplata.


 


-muchas gracias- exclamó para seguido guiarnos hasta unos de los jardines del palacio, donde al parecer se llevaría a cabo el convivio- sigamos, los chicos pueden conocer al resto de los príncipes si quieren- sonrió amable Asuka .Yura trataba de permanecer cerca de su hermano todo el tiempo, mientras sus padres seguían a los reyes de Usami.  Tan pronto  llegaron  adonde se encontraban los miembros de la realeza más jóvenes reunidos, ambos ya se habían arrepentido de estar ahí. La mayoría de ellos les escudriñaban con la mirada; chicas, chicos y donceles que parecían tener peor  carácter que Keiichi y que solo se juntaban con “iguales a ellos”.


 


-Yura nii-san, ya me quiero ir- susurró el pequeño Keiichi  a su hermano mayor, este solo tragó saliva antes de responder a su hermanito.


 


-yo  también, pero acabamos de llegar Keiichi, seguro Sousuke se enojará si le decimos eso ahora, espera un poco- respondió.


 


En una mesa que estaba un poco más alejada del resto se encontraban dos chicos platicando…que no parecían tan malos. Ambos parecían compartir la misma edad que Yura, 19. El primero era un varón de estatura alta, ojos marrón claros  y cabellos oscuros; el segundo era un doncel, uno muy lindo y difícil, pensó Yura al observar sus movimientos ágiles y seguros tan solo al hablar, era castaño y de unos bonitos ojos avellana, éste curiosamente cargaba sobre sus piernas a una pequeña niña de unos 4 años tal vez, de ojos idénticos al doncel y un cabello rubio.


 


Keiichi y Yura estaban por acercarse a ellos, cuando escucharon el llamado de los anfitriones para dedicar unas palabras de bienvenida y…bla, bla, bla…cosas que a Keiichi le aburrían mucho. Después de haberse muerto del aburrimiento, se escabulló de su hermano y caminó sin saber realmente donde estaba, solo sabía que había llegado a otro jardín, pero era tan “enorme” que parecía un bosque. Muy pronto se vio perdido, más no se asustó, pues llegó a  la conclusión de que si no lo encontraban en la fiesta, seguro mandarían a buscarle, por lo que siguió caminando…o eso se proponía, porque una voz le sorprendió, haciéndole dar un brinquito por el susto.


 


-oye, no deberías estar aquí- escuchó. Keiichi regresó a verle rápidamente encontrándose con un chico de aproximadamente 20 años, alto, castaño oscuro y de unos ojos grises oscuros, vestía un elegante traje de príncipe en color azul marino. Era un varón, Keiichi se sonrojó sin poder evitarlo.


 


-y-yo…yo lo  siento, no sabía que no podía estar aquí- exclamó el oji-miel con un rostro de preocupación pero aun sonrojado.


 


-jejeje, no te disculpes, no lo decía por eso, solo pensaba que te podrías perder- respondió el otro con gracia al observar la cara de susto del doncel.


 


-ha, jejeje, eso ya lo sé…de hecho no sé cómo regresar ahora- sonreía avergonzado, al varón le pareció una reacción muy tierna – ¿podrías ayudarme a regresar?- pidió lo mejor que pudo Keiichi, se sentía nervioso… ¡maldita sea el día en que decidió no tomar sus clases de protocolo!..


 


-jump…-escuchó contener la risa al mayor- …¿sabes que puedes pedir “por favor”?¿y si quiera decirme tu nombre?¿no?- se burló un poco. Keiichi sintió que se le subía absolutamente toda la sangre a la cara para formar el “mejor” sonrojo de su vida. ¡Qué vergüenza!- no lo tomes a mal, por favor, descuida, es solo que me has sorprendido un poco- continuó el príncipe y dando una pequeña reverencia al oji-miel se presentó- mi nombre es Haruhiko  Usami , príncipe del reino Nakamura –


 


-mucho gusto Haruhiko- exclamó el doncel, Haruhiko le sonrió- mi nombre es Sumi Keiichi, príncipe del reino Sumi-


 


-un placer- respondió con coquetería el otro, tomado la mano del menor y besando el dorso de manera lenta, lo que avergonzó mucho al otro. Quien tratando de alejarse un poco del varón retrocedió rápidamente, pero no se dio cuenta que una raíz de un árbol  sobresalía del suelo y se tropezó, Haruhiko no fue capaz de alcanzarlo a tiempo, pues no se esperaba el brusco movimiento del menor. Mas apenas vio al pequeño en el suelo no le quitó los ojos de encima… Keiichi se sobaba la cabeza con ahínco pues le había dolido el golpe, una de su manos se había ganado un raspón, mas sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta que se encontraba con las piernas flexionadas y abiertas, por lo que su  vestuario se había abierto y dejaban ver sus largas piernas con nada más que las cortas botas cafés y un pequeño short a la mitad del muslo...¡las medias! ¡las malditas medias!...su cara se tornó mucho más roja al darse cuenta que “Haruhiko” le veía ¡atentamente!, y cerró sus piernas de inmediato.


 


-¡KYAAAAAAAA! ¡NO ME MIRES PERVERTIDO!- gritó con mucha vergüenza  retrocediendo aun en el suelo. Haruhiko reaccionó al fin también con el rostro sonrojado.


 


-¡guarda silencio!..¡no soy ningún pervertido!- se defendió tratando de acercarse al menor –te ayudaré a levantarte-  dijo.


 


-¡no no no!, ¡aléjate de mí!- dijo el otro todavía rojísimo tratando de que no le tocara, y justo cuando el mayor estaba por levantarlo, Keiichi retrocedió  cayendo al suelo de nuevo, está vez con el príncipe de Nakamura sobre él.


 


-¡baka!, ¡te estoy diciendo que dejes de moverte tanto!- dijo el mayor avergonzado por estar justo su pecho encima del de él doncel. Mientras se levantaba rápidamente.


 


-¡baka tu!...si te estoy diciendo que…- iba a reprochar el menor, que cada vez estaba más rojo pero…


 


-¡¿Qué pasa aquí?!- se escuchó una voz que  Keiichi conocía muy bien - ¡hey tu!- llamó al mayor. Mientras se ponía enfrente del menor.


 


-¡Yura!- exclamó el menor avergonzado y asustado ¡¿Qué había visto exactamente su hermano?! , ¿Cómo lo había encontrado?- Yura…espera- trataba de detener a su hermano que al parecer quería golpear a su nuevo…¿amigo?- no pasa nada, vámonos-insistía.


 


-¡¿cómo carajo no va  a pasar nada si estaba encima de ti?!- gritaba el oji-gris fulminando con la mirada a Haruhiko , quien no entendía nada, y estaba con cara de no creerse. Con tanto alboroto algunas personas llegaron corriendo al lugar. Keiichi reconoció  a los 2 chicos que estaban sentados solos en la mesa.


 


-¿qué hiciste Haruhiko?- preguntó alarmado el doncel de cabellos castaños que  miraba a Keiichi con su vestuario desabrochado. La niña rubia que ates le acompañaba ahora estaba tras él.


 


-¡yo no hice nada Hiroki, todo fue un mal entendido!- se excusó serio Haruhiko.


 


-ven acá y deja de estar causando problemas, tío Toshio te buscó durante todo el evento- advirtió el otro chico de cabellos oscuros y ojos marrón claros. Haruhiko frunció el ceño y les siguió, Yura estaba a punto de decir algo pero Keiichi le detuvo.


 


-siento las molestias- se disculpó  el que había “regañado” a Haruhiko- mi nombre es Masamune-


 


-Yura- dijo el oji-gris de mala gana aun enojado con el tal “Haruhiko”.


 


-Keiichi, de Sumi- exclamó corto el oji-miel.


 


-nos vemos- exclamó Masamune en forma de despedida y se fue junto a los otros 2.


 


-“lo siento”- susurró Keiichi culpable y sonrojado, dirigiéndose a Haruhiko, quien le pudo escuchar y  regresándolo a ver le dedicó una pequeña sonrisa. Muy a pesar de que Yura lo quiso matar otra vez. ¡¿Cómo se atrevía  coquetearle a su hermanito en sus narices?!....


 


//Fin Flash-Back//


 


-jajajaja…y ahí está otra lección de vida: ¡las medias!- se burlaban Hiroki y Misaki. Mientras Keiichi los miraba enfurruñado.


 


-con que eso había pasado realmente-  exclamó Masamune con una sonrisa que rara vez podía mostrar – Haruhiko nunca nos quiso contar qué había pasado ese día ¿no  Hiroki?-


 


-exacto, siempre pensé otra cosa jajaja- exclamaba Hiroki.


 


-¿por quién me tomas Hiroki? si yo soy un chico decente¡¡¡- recalcaba sonrojado Keiichi, mientras todos reían.


 


Una vez que se tranquilizaron todos y dejaron de molestar a Keiichi, decidieron por fin dar paso al descanso y dormir, deberían descansar y prepararse para un nuevo día, no sabían que les aguardaba en la primera prueba. Esa noche  cada cual soñó  y divagó en el futuro que les había predicado el mago Yoshino…soñaron que todo se volvía realidad y que muy pronto estarían en casa de vuelta…junto a Akihiko.  Muy pronto la oscuridad del cielo desapareció y la claridad llegó…el sol aparecía en todo su resplandor desde el horizonte. Ya había amanecido. Todos, ahora más descansados, prepararon sus cosas y siguieron su camino…


 


 


Caminaron toda la mañana y la tarde siguiendo siempre la ruta del mapa que les había dado Mino, y que ahora estaba en las manos de Hiroki. Cruzaron un río  y  rápido observaron el cambio de paisaje, pues este era menos verde algo más parecido a una pradera, sin árboles altos y con muchos pastizales. Todos estaban alertas ya, pues el mapa indicaba que estaban muy cerca de donde sería la primera prueba.  Observaron con detenimiento cada arbusto, la cueva que estaba pegada a unas montañas allí,  cada trozo de tierra en el que estaban, agudizaron sentidos y desenvainaron espadas y prepararon arcos. Cualquier cosa se podía esperar. Keiichi notó algo y de inmediato lo hizo saber…


 


-el pasto en el que estamos es mucho más corto que el que está alrededor- dijo serio, el resto miró con asombro que era cierto, empezaron a preguntar por qué. Miyagi escudriñó el territorio y poniéndose en cuclillas  cortó un poco de pasto de la tierra con mucha facilidad.


 


-este pasto está quemado…-dijo casi con pesar y una cara preocupada, después de llevarse el pasto a la nariz. Justo cuando se puso nuevamente de pie, un ruido escalofriante y muy fuerte los hizo retroceder un poco- aquí o hubo una guerra….o-


 


-¡ROARG!- se escuchó un fuerte rugido de nuevo, seguido de unas fuertes pisadas que hicieron temblar el suelo, Keiichi regresó a ver hacia la cueva con su arco bien tensado , listo para disparar, más abrió los ojos con mucha sorpresa…y miedo…


 


-…dragón…-susurró por lo bajo sintiendo su mano temblar de repente. Los demás que lo habían escuchado voltearon también, encontrándose con el terrible monstruo. ¡Era enorme!, de piel dorada, como si fuera de oro, sus grandes y fuertes alas se extendieron, estaba amarrado de una de sus patas a una cadena de plata que conducía hasta dentro de la cueva, aunque parecía tan larga que no se terminaba,  los terribles ojos rojos con orillas plateadas le pusieron los pelos de punta a todos, más a Misaki, que aún no podía creer lo que estaba viendo.


 


-¡u-un…un…d-dragón!- exclamó al fin aterrado, observando como el resto estaba en guardia esperando cualquier movimiento del poderoso animal que simplemente se puso enfrente de ellos, impidiéndoles el paso. ¡¿ESO ERA SU PRIMERA PRUEBA?! ¡DEBERÍA SER UN BROMA!


 


-¡no te separes de mi Misaki!- advirtió Masamune poniéndose enfrente de Misaki. El oji-verde pensaba hacerle mucho caso al príncipe.


 


Todos se quedaron muy quietos, mientras el dragón rugía y recorría el lugar de un lado a otro, solo caminando. Miyagi decidió dar el primer paso e intento dirigirse hacia el camino libre donde tenían que seguir, pero el dragón se dio cuenta y se puso frente a él de un movimiento rápido.


 


-¡Miyagi ten cuidado!- gritó Hiroki – no te muevas


 


Miyagi así lo hizo  y observó al dragón acercándose a él, el enorme hocico del animal quedó justo frente a su cara, él estaba aterrado y permanecía tirado aun en el suelo. El resto de los chicos contuvieron la respiración, Misaki cubrió sus ojos, no quería ver a nadie morir ¡demonios!. Pero se llevaron una sorpresa cuando el monstruo se alejó del pelinegro y se echó con gran comodidad en el suelo. Nadie se atrevió a mover un solo musculo por casi 20 minutos, mucho menos Miyagi que escuchaba respirar al poderoso animal justo a un metro de él.


 


-¿Qué haremos ahora?- preguntó Keiichi en un susurro, que se había quedado arrodillado en el suelo sin moverse.


 


-no sé qué trama ese dragón, si  hubiera querido, ya nos habría devorado a todos- exclamó con preocupación Hiroki, frunciendo el ceño, de pie junto a Misaki


 


-creo que nunca saldremos de aquí- exclamó Misaki con lágrimas de frustración en los ojos a punto de salir.


 


-tranquilo, Hiroki ha encontrado la respuesta- exclamó Masamune mirando al animal fijamente a los terribles ojos, tanto Misaki como Hiroki lo miraron con cara de “¿a sí?” – tu has dicho…”si hubiera querido”, el dilema es que no nos quiere comer…¿pero…que quiere?-exclamó pensativo.


 


-“Tres de estas pruebas requieren un sacrificio un poco más grande, Tres personas se quedaran en el lugar en el que sea esa prueba, por lo que no podrán continuar”- recitó Hiroki de repente sorprendido, todos le pusieron atención-¡eso dijo Mino-san!...tal vez…esta prueba es una de esas- exclamó.


 


-tiene mucha lógica- respondió Keiicchi preocupado, mirando a sus compañeros, ¿quién sería capaz de quedarse con semejante bestia?- ¿quién se quedará…?- preguntó el oji-miel  encarando al resto. Todos pusieron atención, incluso Miyagi quien permanecía sin moverse todavía, pero les escuchaba.


 


-tú no puedes ser Masamune, tu deber es llegar junto con Misaki con Aikawa- dijo Hiroki de repente, Masamune frunció el ceño de ninguna manera dejaría que se quedara alguien  más, sin embargo, tenía razón.


 


-tu tampoco puedes ser Hiroki- exclamó de brazos cruzados Keiichi-  tú debes guiarnos a como dé lugar, al menos hasta que lleguemos con el siguiente mago, no puedes dejarnos ahora- explicó. Hiroki miró hacia otro lado, era cierto.


 


-no creas que te quedarás tú- le dijo Masamune a Keiichi con preocupación.


 


-pues tú no puedes ser- le respondió con el ceño fruncido el menor de los príncipes. No podía mostrar debilidades.


 


-me quedaré yo- escucharon una voz, todos se sorprendieron al ver a Miyagi – ustedes tienen que acompañar a Misaki hasta que termine su misión. No se preocupen y vayan- exclamó poniéndose de pie, lo que hizo que el dragón se levantara también, rugiendo. Todos se encogieron de nuevo en sus lugares- ¡vayanse ya!- exclamó mientras se acercaba mucho más al animal con espada en mano. El resto  le hizo caso y lentamente  se dirigían hacia el camino libre para continuar el viaje.


 


-dragón, escucha- exclamó Miyagi frente al animal, que sorpresivamente pareció entenderle- cumpliremos con las condiciones que ha ordenado tu señora, la bruja Aikawa- el dragón rugió inconforme, cosa que sorprendió a los presentes- yo me quedaré aquí, hasta que sea el momento, mientras tanto deja ir a mis compañeros- pidió al animal, que rugió nuevamente, para prepararse para respirar fuego que creó  un nuevo camino  en el alto herbaje. Los chicos se sorprendieron mucho, según el mapa, ese sendero era el correcto…


 


-gracias…-agradeció Misaki al animal, dando sin pensarlo una reverencia pronunciada, sorpresivamente el dragón correspondió a la muestra de respeto, bajando su cabeza. Los príncipes cada vez se confundían más, pero recordando que el tiempo era importante  se dirigieron  hacia el sendero nuevo.


 


-¡Miyagi, te veremos pronto, recuerda!- exclamó Hiroki, y todos los demás se fueron corriendo, dejando al capitán de la guardia de Usami parado frente del animal. Permanecieron unos segundos así, hasta que el cuerpo del dragón empezó a brillar. Miyagi abrió mucho los ojos impresionado, dejando caer su espada.


 


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Ya llevaban mucho tiempo corriendo, y habiendo calmado sus corazones y creyendo pertinente la lejanía que habían recorrido se detuvieron agotados recargándose en sus piernas o dejándose caer al suelo.


 


-haaaa…haaa…no siento las…piernas- jadeaba Misaki acostado en pastizal.


 


-….eso..ha..sido algo raro- exclamó Masamune mirando hacia donde habían dejado a Miyagi


 


-espero que esté bien- rogó Keiichi preocupado.


 


-claro que está bien, se trata de Miyagi- exclamó Hiroki. Tan pronto se recuperaron siguieron con su camino. Su siguiente destino era: La montaña de Bishamon. El dios de la guerra.


 


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Miyagi tenía  los ojos bien abiertos, al igual que su boca desencajada…no podía creerlo…simplemente no podía ser verdad…


 


-…con que eres tú quien se quedará conmigo , ¿nee?-…susurraron con sorna esos…¿labios rosas?. Miyagi trataba en concentrarse cuando fue en que se había pegado en la cabeza o algo así, porque cuando el cuerpo del animal brilló intensamente…ese cuerpo cambió. Examinó lentamente de arriba abajo, los delicados pies descalzos tan blancos como el resto de la piel, unas piernas largas y firmes apenas cubiertas con un pequeño short casi transparente que parecía tejido con finísimas hebras de oro y  que llegaba difícilmente a la cintura, su pecho  desnudo y un vientre en su totalidad plano, el cuello firme y blanco apenas adornado con una cinta negra, su rostro delicado, labios rosas, facciones suaves, cabellos rubios y unos impactantes ojos grises. Definitivamente…un doncel.


 


-tu…-apenas murmuraba Miyagi confundido, el muchachito rio con ganas, mientras le daba la espalda al mayor con las manos en la cintura.


 


-¿Por qué tan callado…Miyagi?- volvió a preguntar. El pelinegro se permitió observar otra vez el sensual cuerpo frente a él, reparando en los tatuajes que poseía el menor, unas alas negras y doradas de ¡dragón! adornaban su espalda…la columna del tatuaje se perdía entre los pequeños shorts- Miyagi tragó saliva-  y salían de nuevo justo donde terminaban…el tatuaje grababa una cola de un dragón. El caballero apenas pudo poner atención a las “escamas” que parecían adornar algunas partes del bello cuerpo del niño.


 


-tu…tu….tu…-trataba de decir algo Myagi, pero no salía nada de su boca.


 


-Si soy yo…-exclamó el rubio sonriendo mientras  tosía pequeñas cenizas y tizas con fuego que caían en su mano sin quemarle- Takatsuki Shinobu, el príncipe dragón- se presentó sin más, dejando a Miyagi sentado en el suelo de nuevo y con la respiración agitada.


.


.


.


Continuará…

Notas finales:

:)

Nos leemos ornto¡¡

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