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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola, mucha sgracias por comentar. Espero que le vaya gustando el fic :). Si, hoy toca , nuevamente capítulo doble :3, en un rato subo el siguiente capítulo y respondo comentarios.

Bueno en el capítulo verán un prueba más y la historia de amor de otra parejita :D, espro les guste.

Nos vemos en un ratito.

Capítulo 13: “Debe ser él…el primer encuentro”


 


 


Los rayos de la luna se colaban apenas por la ventana…y en el barandal de ésta, a tan solo unos pasos de su “libertad” ,se encontraba un lindo minino. De pelaje visiblemente suave en un bello color café, de ojitos rasgados y verdes y el típico  collar verde asegurado en su cuello, el cual indicaba  que era “prisionero” de la odiosa bruja pelirroja…y que si en cualquier momento se le ocurre escapar no saldría vivo del castillo. Si estuviera en su estado de humano, seguro que habría suspirado fuertemente. El pequeño gato fijo sus ojos en el horizonte oscuro y tranquilo, mientras su colita se movía de un lado a otro acompañando sus pensamientos.


 


-“hace tanto que no te veo…”- se permitió pensar bajando sus orejitas, mientras su corazoncito se oprimía de angustia, tristeza, enojo y felicidad por igual…


 


//Flash-Back//


 


Un atolondrado oji-verde de algunos 17 años bajó con rapidez las escaleras que conectaban de su casa al negocio de su padre, ubicado en la planta baja. Había escuchado mucha bulla a los alrededores y las fuertes pisadas de un ejército entero  galopando. Ese día su padre no estaba, había tenido que viajar, pues las nuevas mercancías llegaban al puerto, por lo que a él le tocaba abrir la tienda. ¡Lo malo era que se había quedado dormido y se le había hecho tarde!. Cambiándose como pudo  abrió las puertas del negocio y espero a ver qué es lo que hacía tanto ruido. Aunque el indagaba algo…las pisadas de tantos caballos podía significar solo una cosa…era el ejercito del reino que venía quizás de alguna guerra o algún recorrido rutinario…comandado quizás por el rey…o por el príncipe- sus mejillas se enrojecieron de inmediato-. Él nunca había tenido la oportunidad de verle, ¡claro que no!, solo que los donceles y chicas amigos suyos decían que una vez le habían visto y que era tan… ¡hermoso! , ¡¿Qué diría su padre si lo descubriera suspirando por un varón, que encima ni conocía?¡ ¡peor si fuera el príncipe!...¡qué tan buena relación de  comerciante –comprador tenía con la gente de la “corona”!, sería un desperdicio echar todo a perder por las “tonterías” de un crío enamorado….¡¿enamorado?!-se sorprendió Ritsu al encontrar esa insulsa palabra en sus pensamientos... “no, no y No”


 


Sus pensamientos fueron interrumpidos  cuando escuchó unas personas entrar al establecimiento, se tensó un poco y solo se permitió mirarlos desde atrás del mostrador, definitivamente eran del ejercito de Marukawa. Eran tres. Dos de ellos algo mayores ya, y un joven. Más los tres le escudriñaron con la mirada  sin ningún tipo de vergüenza, él se sonrojó dando por inercia un pasito hacia atrás.


 


-hola ¿cómo estás hermoso?- exclamó el más joven de ellos recargándose en la vitrina  y mirando los  brillantes y avergonzados ojos verdes del doncel. Los otros dos se rieron, mientras se acercaban más al muchacho. Ritsu de la sorpresa y el miedo no pudo decir nada.


 


-hee… ¿pero qué modales tienes preciosura?... ¿acaso no te enseñaron a saludar a un oficial?- preguntó otro de ellos con coquetería


 


-yo…- intentaba el oji-verde sin poder decir nada.


 


-¡hey te están preguntando algo cariño, debes  responder! ¡Tienes que respetarnos!- exclamó el otro viejo tomando de la mano  y jalándolo hacia él. El castaño llenó sus ojitos de lágrimas…realmente estaba asustado y  resistiendo a ser “tocado” por esos bárbaros iba a decir algo…pero alguien le ganó sus líneas.


 


-no tienes derecho de exigirle respeto…, quítale tus asquerosas manos de encima o te las verás conmigo- escuchó una voz, Ritsu dejó de resistirse cuando escuchó esa voz y como la fuerza con la que estaba siendo jalado desapareció. Primero observó que la mano  del “bárbaro” que lo sujeta estaba siendo apretada por otra. Y después su vista se fijó en otro  “sujeto” que había aparecido, el no pudo verlo con claridad, pues se encontraba de espaldas.


 


-¡alteza!...¡digo capitán!...usted perdone mi atrevimiento…pero el chico se negaba a atendernos- mintió descaradamente mientras Ritsu fruncía el ceño…¡ho no, no se quedaría eso así!


 


-¡mentira!- entró a la plática el menor, ganándose la mirada sorprendida de todos, más del recién llegado. Ritsu lo miró sorprendido… “¿alteza?” “¿capitán?”…volvió a preguntarse mentalmente….¡¡¡era el príncipe!!! Tratando de no perder los estribos al ver el hermoso rostro varonil del chico de 21 años y ojos de color miel clarito siguió  hablando, mientras agachaba su cabeza en una pronunciada reverencia más que por respeto para que no vieran su rojísimo rostro sonrojado- ¡es mentira alteza!, mi señor- exclamó, para subir su rostro todavía un poco sonrojado y apuntando a los 3 hombres que no sabían de donde había sacado esa valentía el muchachito miraron aterrados a su capitán- esos hombres no me preguntaron nada del comercio…¡me estaban coqueteando y querían tocarme! – dijo aún mas avergonzado. El príncipe le miró con admiración al chico, para fruncir el ceño de manera aterradora hacia sus insulsos lagartos que tenía por guardias.


 


-ya decía yo de su tardanza por una simple cosa, ya lo haré yo- dictaminó con enojo- ¡largo de aquí o su castigo será peor! – gritó a los 3 hombres, que ni flojos, ni perezosos se fueron corriendo del lugar.


 


Ritsu se quedó sorprendido admirando una vez más al hermoso ser que estaba frente a él. ¡Lo había defendid el príncipe! .Su cara seguramente seguía muy roja, mientras observaba al muchachito castaño despedir a esos “brutos”…se veía muy sexy enojado…tenía que admitirlo…¡sus mejillas se sonrojaron más!


 


-siento mucho el rato incomodo que te hicieron pasar mis hombres, acepta mis disculpas por favor- Ritsu despertó de sus pensamientos al escuchar la  voz del príncipe suave, arrepentido con congoja, y con su rostro compungido y  admirándolo solo a él… ¡solo a él!- soy Masamune Takano, para servirte


 


¡Claro que sabía quién era! “¡Rayos! ¡Ritsu di algo por amor a Kami!, ¡no te quedes como idiota!”... se regañaba mentalmente el oji-verde y  regalándole la más linda sonrisa que pudo inclinó un poco la cabeza para presentarse también.


 


-Onodera Ritsu, alteza, para servirle- exclamó el muchacho mirando fijamente al muchacho que sonrío divinamente, tuvo que contenerse para no soltar un suspiro, por lo que decidió hablar- disculpe mi falta de atención, por favor, ¿Qué se le ofrece?- preguntó en su papel de comerciante el doncel mientras  se distanciaba…muy a su pesar…del príncipe.


 


-¡es cierto!- comentó el oji-miel, aun aturdido por la belleza de hermoso doncel- mi padre nos ha mandado para reabastecer las provisiones que serán llevadas al reino de Nara hoy  a medía día, como podrás ver…se me hace un poco tarde- explicó el mayor a Ritsu quien asintió con una sonrisa y se limitó a  tomar una lista que le ofrecía el mayor - ¿tienes todo, verdad?- preguntó casi preocupado.


 


-si no se preocupe alteza, ahora mismo lo buscaré- le regaló un sonrisa. Masamune se la regresó.


 


El príncipe no había hecho otra cosa más que observar como el hermoso doncel recorría de un lugar a otro el establecimiento moviendo algunos paquetes, medicamente, botellas de licor, especias y demás cosas que había en la lista. Sus ojos miel admiraban la belleza del chico, que cada que le descubrí mirándolo se sonrojaba y seguía con lo suyo. Sonrió por eso.  Se permitió observar las finas ropas que vestía el doncel haciéndolo parecer un lindo muñequito de porcelana: unas cortitos shorts azul marino que apenas llegaban un poco debajo de la mitad del muslo, una camisa rosa claro, un saco largo de ¾ de manga de azul marino también, unas botitas negras y por ultimo un lindo corbatín del mismo color. A sus ojos era: perfecto. Definitivamente por su cuenta corría que volvería verlo…se dijo convencido y con media sonrisa.


 


-alteza, está todo lo que pidió- avisó el muchachito entregándole la lista de vuelta al mayor. Este que apenas se enteraba se apresuró a tomar la nota, pero no solo eso sino que guardó rápidamente la nota para tomar directamente la mano al oji-verde.


 


-muchas gracias Ritsu, me gustaría venir a verte muy pronto, y disculpa de nuevo lo sucedido…tengo que retirarme- exclamó el príncipe con una sincera sonrisa. Depositando suavemente un beso en el dorso de su mano, haciendo que el doncel se sonrojara irremediablemente. Y después  de que el heredero de Marukawa dejara en sus manos una pequeña bolsita donde suponía él había dinero el chico salió del establecimiento. Ritsu no había podido hablar…Ritsu ni quiera se había movido… ¡por Kami seguramente Ritsu ni siquiera había respirado!


 


Apenas y se enteró cuando unos hombres entraron a llevarse las cosas…y después nada. Seguramente pasaron muchos minutos…hasta que él logró emitir un largo y deseoso suspiro… ¡por Kami…que alguien le diga que no se había enamorado por favor! ¡Y menos del príncipe!. Llevó sus manos al pecho, tratando de controlar su emocionado corazoncito, hasta que escuchó la puerta abrirse de nuevo. Sus ojos se relajaron ante el evidente “susto-emoción” de que fuera “su alteza”.


 


-hola Ritsu…¿estás bien?- cambió la pregunta el recién llegado mientras dejaba unas grandes cajas en el suelo y se acercaba a su lindo doncel.


 


-si, papi, estoy bien, solo algo cansado-  suspiró algo aliviado el oji-verde – ha habido buenas ventas- exclamó como quien no quiere la cosa.


 


-¿ha si?...cuéntame- pidió el padre distraídamente mientras comenzaba arreglar en los estantes las cosas que había traído.


 


-surtí una gran lista para provisiones a un viaje a Nara- comentó el doncelito, obteniendo la mirada atenta de su padre- vino el príncipe- dijo muy bajito, tratando de no sonrojarse. Seiji todo emocionado felicitó a su hijo por la prospera venta, pues él sabía bien que la realeza pagaba con monedas de oro… ¡eso era fantástico!...el hombre hablaba y hablaba cosas “sin sentido” según Ritsu…a él solo le quedaron  los recuerdos de esos lindos ojos miel mirándolo. Suspiró de nuevo.


 


…………………………………………………………………….


 


Algunos días después Ritsu se encontraba  en el enorme jardín trasero que tenía su casa, específicamente permanecía sentado en un columpio en la rama de un árbol que su padre había mandado a hacer para él cuando era más pequeño. Irónico era que aun siendo “mayor” su pies no tocaban el suelo, por lo que ahora se encontraba columpiando sus piernas. Seiji había visto extraño a su “bebé” desde hace algunos días, se le veía como más pensativo y nervioso, casi podía jurar que esperaba algo. Sin contar los inacabable suspiros. Por su puesto que él le preguntó a su doncelito la razón….pero su hijo simplemente lo negaba con una sonrisa. Esa tarde tenía algunos pendientes que hacer en el reino vecino, por lo que muy a su pesar y preocupado, dejó solo a su niño, no sin antes dejarle una lista de recomendaciones de que se cuidara y entrara a la casa antes de oscurecer.


 


Ritsu observaba el  amanecer y la preciosa mezcla de colores anaranjados, amarillos y rojos mientras se columpiaba. Sus ojitos brillosos admiraban el paisaje con una sonrisa, entonces lanzó el, quizás, milésimo suspiro del día.


 


-es realmente hermoso…-murmuró Ritsu cautivado por el paisaje.


 


-no tanto como tú


 


Ritsu se asustó por la repentina voz, pero se sonrojó al escuchar el mensaje y reconocer a su interlocutor. Bajó rápidamente del columpio solo para cerciorarse que quien le hablaba era…


 


-Masamune-san…-murmuró con su carita sonrojada mirando al muchacho que estaba tras la reja que encerraba el patio de su casa. Este le sonrió, mientras hacía amago de acercarse al menor. Ritsu rápidamente fue hasta la cerca y la abrió dejando pasar al chico, por inercia el retrocedió.


 


-Masamune-san…digo…alteza…digo, este…creí que no vendría, digo…no es como si le estuviera esperando, claro- hablaba todo nervioso y rápido el menor, haciendo sonreír al príncipe de pura ternura que le causaba el chico que cada que hablaba se ponía cada  vez más y más rojo, contuvo una pequeña risa.


 


-me alegra mucho verte también- dijo con una media sonrisa, mientras tomaba con sus manos las del doncelito, haciendo que el otro fijara su mirada verde en la suya- de verdad que quería venir desde mucho antes, por mi hubiera venido a penas el siguiente día que te conocí- admitió haciendo sonrojar más al otro- pero mi padre me ha mandado a algunos lugares  y me ha tenido ocupado en palacio - hizo un puchero gracioso, que terminó de derretir a Ritsu. Por su parte Masamune no sabía que pasaba con él,  ¡maldita sea de cuando a acá anda haciendo pucheros y sonrojándose ante el solo pensamiento de alguien!, abrió sus ojos sorprendido de el mismo -…”tal vez era él…” sonrió.


 


-esto…no debería molestarse…por alguien como yo, Masamune-san, digo alteza- exclamó el niño deshaciéndose del agarre de las manos del príncipe y desviando su sonrojado rostro.


 


-dime solo Masamune, te lo pido – exclamó el oji-miel- y no es una molestia venir a verte, de hecho…he venido porque se trata de ti- dijo sin ningún tipo de tapujo, haciendo sonrojar al otro.


 


-haa…Masamune-s…Masamune, no me diga eso- dijo totalmente avergonzado el doncel dándole la espalda al chico, quien solo le tomó la mano sonriendo por lo tierno que se veía el otro, y le dio un beso en la mano, tal y como la última vez que le vio. El mayor tiró un poco de la mano del pequeño hasta que hizo que se sentara en su columpió, donde en un cómodo silencio, el mayor lo empujaba muy despacio, y entre algunas platicas, bueno preguntas por parte del príncipe y respuestas por parte de Ritsu, el cielo se oscureció.


 


-creo que es hora de que me vaya, Ritsu- mencionó el príncipe- creo que es muy tarde para que estés fuera de tu casa- exclamó el mayor.  El castaño asintió sonrojado.


 


-si, mi padre llegará muy pronto seguramente- exclamó el menor levantándose de su cómodo asiento, siendo ayudado por la mano del príncipe.


 


-ha sido un verdadero placer volver a verte Ritsu, permíteme frecuentarte por favor- pidió muy seguro, el doncel no se lo creía, y desvió su rostro sonrojado. Masamune no había soltado su mano en ningún momento- espero verte muy pronto- exclamó el mayor…Ritsu esperó el acostumbrado beso en su mano…pero le sorprendió mucho que el oji-miel se acercara a su rostro y dejara un suave beso en su mejilla- hasta pronto- escuchó como se despedía ,y al final como salía a todo galope de allí.


 


Ok…Ritsu se había quedado sin respiración, otra vez.


 



 


Como el príncipe lo prometió le empezó a frecuentar muy seguido, y  casualmente cuando su padre no estaba. Ritsu cada vez le tomaba más confianza, platicaba con más soltura con él, a veces paseaban de la mano en un bosque cercano o lo subía a su caballo mientras él le seguía a pie platicándole las cosas aburridas que tenía que hacer en el palacio. Ritsu se reía con Masamune.  Ritsu disfrutaba realmente de la compañía de Masamune. Ritsu se había enamorado, muy a su pesar, de Masamune.


 


//Fin Flash-Back//


 


Un ruido hizo que Ritsu-neko despertara de sus recuerdos, y regresó a ver con gran agilidad felina de qué se trataba. Se relajó al observar  a un muy conocido conejito gris, que le miraba con sus ojitos lilas curioso. Muy pronto se vio un resplandor celeste y tanto Ritsu como el conejo tomaron la forma de  sus cuerpos “normales”.


 


-ha, eres tu Akihiko- suspiró el castaño regresando a ver de nuevo la oscuridad, y la hermoso luna. El ahora hombre peligris se acercó a su amigo y se recargó en el barandal de la ventana tal y como estaba el castaño.


 


-supuse que estarías aquí, ¿pasa algo?- preguntó tranquilo regresando a ver al doncel que seguía pensativo y solo negó con la cabeza.


 


-solo estaba pensando- dijo algo distraído, los ojos violetas la miraron inquisidores, tratando de saber más, Onodera odiaba eso de Akihiko…pero sonrió- recordaba a Masamune- dijo al fin, encogiéndose de hombros y tratando de esconder un pequeño sonrojo. Akihiko le sonrió, él sabía, más o menos, la historia de esos dos  porque Ritsu se lo había contado ya- ya sabes,  en que tal vez haya probabilidad de que sea uno de los que acompañan a “tu salvador”- dijo algo divertido. Akihiko sonrió igual.


 


-… ¿y que pensabas sobre él?- indago más el mayor cambando de tema.


 


-pensaba en cómo lo conocí- empezó- aunque ahora también pienso en la posibilidad de que no lo logren. Ya sabes…es inevitable no pensar catástrofes en una situación así- dijo algo compungido el menor. Akihiko solo asintió.


 


-seguro que el viene en camino…y seguro que te está buscando- consintió Akihiko. Eran pocas veces las que Ritsu podía ver el lado “tierno” del mayor, y como en esas veces lo agradecía mucho. Akihiko vio unas gotitas mojar el barandal de la ventana, se percató que eran lagrimas del menor que no había levantado aun la cabeza, entonces lo envolvió en sus brazos y acarició las orejitas de neko del castaño, quien se deshacía en lágrimas y temblores. Akihiko sonrió una vez más, ese muchachito se había convertido en un hermano para él…uno  que lo necesitaba tanto como él lo necesitaba a él.


 


-oie Onodera- intento el mayor para levantarle el ánimo al neko, pero sin deshacerse de su abrazo- ¿le hubieras dicho que si?-


 


-que sí que…-murmuró todavía en un puchero sin entender mucho Ritsu.


 


-¿si mi primo Masamune te hubiera pedido que te casaras con él? ¿le hubieras dicho que si?- preguntó en un tono entrometido y pícaro.


 


-¡Akihiko baka!- gritó rojo, mientras le pegaba un zape al mayor…para después volver a abrazarse a él – sabes la respuesta- murmuró muy bajito. Akihiko sonrió. Ritsu también.


 


********************************************************


 


-eres….eres…un tritón- dijo Hiroki con una cara de sorpresa total.


 


-así es- respondió tranquilo y con una bella sonrisa el oji-azul- soy Nowaki, el príncipe del reino Ayami- se presentó con una leve reverencia con su cabeza, Hiroki lo miró  fascinado aun con el sonrojo en su cara, lo que no veía venir es que el rostro feliz del oji-azul se convirtiera en uno preocupado…-tú eres uno de los que viene a romper el hechizo de Akihiko-san, ¿verdad?, dime, por favor, ¿tú me ayudarás a romper el hechizo de mi reino?- preguntó con mirada triste. Hiroki abrió mucho los ojos… ¿otro hechizo?... ¡¿heeee?!


 


-¡¿Hechizo dijiste?!- preguntó con exaltación Hiroki


 


-si, el hechizo que puso  Aikawa en mi pueblo desde hace casi 3 generaciones, ¿eres tú el príncipe del reino Kamijou, verdad?, el genio estratega… ¿Hiroki?- exclamaba el muchacho con emoción y una sonrisa,  queriendo acercarse al castaño que seguía tirado en el piso.


 


-¡¿cómo…?¡- intentaba Hiroki preguntar por qué le conocía…pero algo lo interrumpió.


 


-¡Hiroki!- escuchó la vos de Masamune, tanto el pelinegro como el castaño le regresaron a e ver como venía corriendo -¿Qué pasó?...- pero el recién llegado se quedó sin habla cuando observó la escena. A los pocos segundos llegó también Keiichi  acompañado de Misaki quedando igual de sorprendidos que los otros.


 


-¿Qué pasa aquí Hiroki?- preguntó el de Sumi- ¿tu…quién eres?- preguntó mirando detenidamente al tritón, que le miraba con una sonrisa amable y sus ojos azules tranquilos. Abrió la boca  con mucha sorpresa cuando vio juguetear en el agua la “aleta” del tritón.


 


-soy Kusama Nowaki,  príncipe del reino Ayami- empezó con una pequeña reverencia con su cabeza- es un placer conocerlos en persona…Sumi Keiichi, del reino Sumi - nombró primero mirándolo con una sonrisa- Masamune Takano, de Marukawa- continuó- y Takahashi Misaki, el salvador de Usami- nombró con una gran sonrisa- realmente lo considero un honor- concluyó con alegría. Todos allí contuvieron la respiración por la sorpresa… ¡¿cómo rayos sabía sus nombres?!


 


-¿cómo-cómo lo sabes?- tartamudeó Misaki su pregunta.


 


-es un mago tritón- respondió Hiroki , poniéndose al fin de pie. Los otros se quedaron sorprendidos por la respuesta. ¡Un mago!


 


-pero…se suponía que se habían extintito hace algún tiempo- exclamaba sorprendido Keiichi.


 


-eso es lo que Aikawa hizo crear a la humanidad- comenzó Nowaki- como le decía  a Hiroki, esta bruja puso un hechizo a Ayami desde hace 3 generaciones…y es este el cual nos inhibe nuestros poderes, y nos obligó a permanecer solo bajo el agua, cuando nuestra naturaleza es poder estar tanto la tierra como en las profundidades del agua-


 


-Aikawa otra vez- exclamó con enojo Masamune


 


-¿quieres decir que esto es otra prueba?... ¿una prueba que marca el mapa?- preguntó Keiichi.


 


-así es, y lamento decirlo, pero aquí…alguien más se quedará- dijo con seriedad. Todos lo miraron dolidos…así aquí se separaban de nuevo.


 


-¿y…tendremos que elegir nosotros o tú tienes alguien en mente?- preguntó Masamune imitando la seriedad del tritón- además ¿de qué se trata el hechizo?...porque supongo que esta persona tendrá que ayudarte ¿no es así?- exclamó Takano, con remarcado tono de protección hacia los donceles.


 


-tienes razón Masamune- sonrió gentil Nowaki- y por eso elegiré yo a le persona que necesito- hizo una breve pausa-Hiroki- todos regresaron a ver al oji-avellana algo exaltado y sorprendido mirando al “pervertido” tritón que le había robado un beso. Masamune frunció un poco el ceño- no me malinterpretes Masamune, es solo que he escuchado la gran habilidad que tiene como estratega y su maravillosa inteligencia, y creo que él sería el mejor para ayudarme-terminó sonriendo.


 


-no me has respondido la otra pregunta-comento Masamune. Nowaki sonrió antes de responder.


 


-Ayami, es un pueblo guerrero, ahora un pueblo reprimido. Que debido al hechizo que impuso  Aikawa, además de prohibirnos nuestra libertad en la tierra, quitándonos la habilidad de convertimos en “hombres”, redujo nuestros poderes y nos ha obligado a servirle, un ejemplo es esta “prueba”, pero generalmente “nuestro trabajo” es no dejar pasar a nadie por este sendero…pasar por la fuerza es…imposible- dijo el oji-azul con congoja- no somos una raza asesina- exclamó en un  melancólico susurró que dejó a  todos sorprendidos, después continuó- En el fondo de la ciudad de Ayami, tenemos la última esperanza de nuestra libertad, es la joya, el corazón que mantiene vivos y poderosos los corazones de nosotros los tritones. Aikawa encerró esa joya en una especie de jaula, protegida por un laberinto, el cual , hasta ahora nadie se ha atrevido a  cruzar para deshacer el hechizo- dijo el príncipe de ojos azules.


 


-¡¿Por qué?!...si es solo encontrar el camino y liberar la joya- exclamó Keiichi.


 


-no es tan sencillo- exclamó con una sonrisa amarga- cada pasillo del laberinto está asegurado con acertijos y pruebas complicadas…y con cada camino tomado de  manera incorrecta desaparecerá una porción de mi pueblo. Lo peor es, que solo tenemos 3 intentos…o Ayami desaparecerá-finalizó. Todos los que escuchaban estaban sorprendidos.


 


-no puede ser- exclamó Misaki conmovido y asustado por la condena de los tritones.


 


-Desde hace 4 años que me he estado haciendo cargo de mi pueblo, ¡Y sufrido con él  la maldición que tenemos por culpa de esa bruja!- exclamó con desdén el oji-azul, sorprendiendo a todos- yo, realmente lamento todo lo que pasa en Usami, pero…agradezco mucho que Aikawa haya dado esta oportunidad para poder comunicarnos con otros humanos…y así ayudarnos a salvar mi pueblo- dijo triste- ¿vez Masamune porque necesito a Hiro-san?- se dirigió al aludido, Hiroki se sonrojó y miró hacia un lado , preocupado y conmovido…todo le causaba un conflicto con el mismo. Pero claro que quería ayudar…maldito el mismo y su debilidad con la injusticia.


 


-¿estás consciente de lo que estás diciendo?- exclamó Masamune con su ceño fruncido, mirando al hombre pez- ¡¿estás diciendo que Hiroki irá, supongo, contigo al  lugar del laberinto…y si algo malo pasa morirá?!- preguntó enojado.


 


-yo no dije eso- se defendió Nowaki- recuerda que aún tengo poder, solo que no todo…yo te garantizo la seguridad de Hiro-san, no lo dejaría morir por una causa que pertenece a Ayami- dijo el muchacho serio-ni por ninguna otra- dijo más tranquilo mirando al sorprendido castaño, que no había dicho nada…seguía avergonzado. Pero logró calmar la ira de Masamune- si  todo esto sale bien y podemos salir de nuestro encierro, les aseguro que tendrán al ejercito real de los magos tritones en su batalla contra Aikawa- finalizó el oji-azul con decisión dejando sorprendidos a todos.


 


-pero…- Keiichi trataba de decir algo, pero Hiroki le interrumpió.


 


-¡basta ya!… han escuchado todo lo que tenían que escuchar, yo estaré bien- dijo Hiroki serio- haré todo lo posible por ayudarlos- aceptó decidió Hiroki, mirando a Nowaki, quien le sonrió en manera de agradecimiento, seguido vio a su equipo- mientras estamos discutiendo inútilmente, estamos perdiendo tiempo que es necesario para la misión, deben irse ya- finalizó. El resto asintió a su pesar.


 


-Hiroki, cuídate por favor- empezó Masamune abrazando al  castaño, este aceptó el abrazó y asintió.


 


-lo haré…pero por favor cuida también de Misaki y de este baka- pidió con media sonrisa, mirando a Keiichi quien había hecho un puchero gracioso.


 


-claro- aceptó con una sonrisa Takano. Después Hiroki se acercó a Misaki y lo abrazó.


 


-cuídate mucho Misaki, sé valiente y recuerda que todo va estar bien- le sonrió- te veré pronto- Misaki le regresó la sonrisa, algo preocupado, pero si el príncipe le había dicho que estaría bien, es porque así  era, y reprimiendo sus ganas de llorar lo volvió a abrazar. Por ultimo Hiroki se acercó a Keiichi.


 


-más te vale que estés vivo para el final de todo esto idiota- le dijo con media sonrisa- sé que cuidarás bien de Misaki…y cumplirás también tus metas…- le dijo. Keiichi le regresó al misma sonrisa arrogante y sorprendido recibió la espada roja que Bishamon había dado a Hiroki-…te la encargo- le dedicó por ultimo. Keiichi  asintió – ya tienen que irse -dijo alejándose al fin de ellos y acercándose  hacia donde se encontraba Nowaki.


 


-nos  veremos pronto- aseguro Masamune, mientras empezaban a retirarse junto con Misaki y Keiichi. Observando como Nowaki había extendido una de sus manos a Hiroki y este la tomó.


 


-podrás respirar en al agua…confía en mí- explicó Nowaki con una sonrisa al ver la cara de confusión del castaño. Hiroki al fin entró al agua. Lo último que vieron el resto de los muchachos fue desaparecer en la cristalina agua tanto a Hiroki como al tritón…seguido de un resplandor blanco bajo el agua….


.


.


.


 


Continuará…

Notas finales:

:)


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