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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola :D, ¿cómo están?, espero que bien.

 

Pues aquí estoy de nuevo, dejandoles el capítulo de hoy :).

 

Bueno, hay una prueba más...¿y un integrante se une a ellos?, ¿que pasa en Ayami con Hiroki?, y la carta ya llegó a manos de Haruhiko¡¡¡....

 

Espero les guste el cap.

 

Nos leemos pronto. 

 

Besos de chocolate.

 

Misagi * *

Capítulo 15: “Tercera prueba: un recuerdo letal”

 

 

 

Se podía escuchar perfectamente los fuertes pasos del príncipe heredero al trono de Nakamura resonar por todo el pasillo. Los pasos eran rápidos y con cada uno parecía querer enterrarse en el suelo con furia. El rostro de Haruhiko no demostraba lo contrario,  tenía sus ojos grises oscuros fijos al frente, su ceño fuertemente fruncido una de sus manos iba en puño, mientras la otra apretaba, al parecer, una carta con rabia. Cruzó casi medio palacio en ese estado ignorando a toda personan que se le atravesara, misma que se  apartaba de su camino mirando con extrañeza al tranquilo muchacho perder el control. Finalmente cuando se encontró frente a la puerta del salón principal, que era donde se encontraban sus padres, abrió de un portazo las grandes hojas del portón para después entrar y plantarse frente a los dos. El chico pareció tomar aire por unos segundos antes de hablar, dirigiéndose específicamente al hombre.

 

 

 

-¡¿Qué significa esto padre?!- gritó al hombre de aspecto estricto, los ojos  negros cansados e inexpresivos  del hombre de aproximadamente 50 años de edad y el cabello castaño oscuro, como el suyo. Haruhiko mantenía en su puño apretado la carta. La mujer a lado del hombre emitió un lastimero suspiro mirando los ojos furiosos y a punto de llorar de su hijo. Sabía que aquello no era una buena idea, y aun así no dijo nada.

 

 

 

//Flash-Back//

 

 

 

El joven príncipe acababa de llegar de una misión relativamente fácil, pues había sido de solamente un día, y ahora mismo se encontraba revisando unos documentos que le encargó su padre, por lo que estaba concentrado mirando los papeles en la privacidad de su cuarto, cuando unos toques en la puerta de su habitación lograron desconcentraron un poco.

 

 

 

-pasa-dijo con tranquilidad común en él.

 

 

 

-buenos días joven Haruhiko, la limpieza- explicó levemente. El príncipe despegó los ojos de su ocupación por un momento al reconocer la inconfundible voz de Nanami, una mujer  de cabellos negros y ojos jade, de  “cuarenta y tantos” años ya, a  la cual le tenía mucha estima pues había sido su nana.

 

 

 

-ah…buenos días Nanami-san, entra por favor- respondió algo corto mientras seguía con sus papeles, la mujer entró regalándole una sonrisa al “niño” al que le había regalado su amor durante su juventud y empezó a hacer su trabajo- ¿cómo has estado?, hace mucho que no tenía  el gusto de hablar contigo- preguntaba el príncipe mirándola de reojo.

 

 

 

-muy bien, muchas gracias…aunque solo un poco consternada, debo decirte- digo algo preocupada la mujer, mientras deshacía la cama  depositando las sabanas sucias en el canasto que había traído con ella. Haruhiko desvió su mirada de sus papales y puso atención a la mujer, algo sorprendido, Nanami, era una de las pocas personas con las que tenía una relación estrecha.

 

 

 

-¿Por qué Nanami-san?- preguntó dudoso esperando a  la mujer. Esta frunció un poco el ceño apretando las sábanas limpias contra su pecho antes de hablar.

 

 

 

-pensé que viajaría a Usami muy pronto, pero veo, que después de todo el asunto no era tan importante, ¿no es verdad joven Haruhiko?- preguntó casi con pendiente- sabe que mi señora Asuka-sama, es tan buena mujer…y yo no sabría qué hacer si estuviera en problemas…después de todo…usted es su sobrino y una de las personas a las que le tiene más confianza, por eso pensé que algo así traería la carta- dijo mirando con sus intensos ojos jade al muchacho que había levantado una ceja en un rostro de clara duda.

 

 

 

-¿de qué hablas Nanami-san?, ¿qué carta?- preguntó intrigado el muchacho, la mujer abrió sus ojos sorprendida.

 

 

 

-¡¿mi príncipe no recibió la carta que venía con su nombre, aquella que venía de Usami?!- preguntó exaltada.

 

 

 

-no Nanami-san, yo no lo sabía… ¡¿Por qué no he recibido esa carta?!- preguntó contagiado de la preocupación- tal vez, tal vez era algo importante…- exclamó alterado susurrando y empezando a dar vueltas en la habitación.

 

 

 

-mi príncipe, yo recibí esa carta personalmente- explicaba la mujer dejando momentáneamente su trabajo y sujetándose sus manos con nerviosismo- el mensajero que la traía, según yo sé, venía  con el caballo más rápido de Usami, parecía muy preocupado por llegar de inmediato, yo le hubiera entregado personalmente esa carta, pero su padre  me dijo que él lo haría…yo no sé por qué no sabía usted de esa carta. Yo me di cuenta de inmediato por que el sello de la carta mostraba claramente  el escudo de Usami…en cera blanca y  una rosa al centro- dijo mirando al chico que le regresó la mirada sorprendido.

 

 

 

-es el sello de tía Asuka-  dijo sorprendido, Haruhiko tomó las manos de la mujer preocupado- ¡dime Nanami-san hace cuanto que llegó la carta!..¡¿Sabes…si algo ocurre en Usami?!...¡Nanami-san!- insistió.

 

 

 

-la carta llegó hace dos días- informó la mujer conmovida-…sinceramente no sé mucho sobre Usami, mi príncipe, lo siento, pero hace unos días los rumores dicen que  Asuka-sama ha encontrado al chico de la profecía- dijo con un gesto extraño – pero no sé si tenga algo que ver- exclamó la mujer.

 

 

 

-¡¡¡dos días!!! ,¿lo encontró dices?...entonces es un doncel- dijo con un ceño extrañado-…espera…según la profecía...necesitan de varios guerreros que acompañen al doncel- dijo pensando y siguiendo dando vueltas en la habitación-…gente de confianza para ella…-  siguió en su debate mental, mientras Nanami lo miraba consternada-…sino mandaba la carta para que yo acudiera al llamado…es porque…- respiró con dificultad mientras empezaba a fruncir su ceño- ¡gracias por todo Nanami-san!...¡pero ahora necesito ver esa carta!..- y sin decir nada más salió con rapidez de su habitación, dirigiéndose al estudio de su padre.                            

 

 

 

Una vez allí, abrió de par en par las puertas, se dirigió específicamente al gran escritorio  y abrió el primer cajón, rebuscando entre todos los papeles dio con lo que buscaba: la carta. Tomó el aire perdido entre toda la carrera de su habitación hasta el estudio, con el ceño fruncido observó como el sobre que claramente tenía SU nombre escrito había sido despegado, entonces sacó la carta del sobre reconociendo de inmediato la caligrafía perfecta de su tía “oji-violeta”. Y sin poder aguantar  la espera, el nerviosismo y la intriga comenzaron a leer…

 

 

 

//Fin Flash-Back//

 

 

 

El rey frunció el ceño observando muy bien la carta en manos de su hijo, Haruhiko parecía realmente furioso, no le extrañó para nada.

 

 

 

-¡contéstame! ¡¿Por qué me ocultaste esta carta?!...¡no tenías derecho!... ¡era para mí!- discutió Haruhiko fulminando con la mirada a su padre, quien ni se inmutó.

 

 

 

-Haruhiko, cariño…tranquilízate…por fav…-la mujer de cabellos oscuros y peinados en una moña  y ojos azules, se había levantado de su trono para acercarse a su hijo pero se vio interrumpida por el mismo.

 

 

 

-¡no me pidas que me tranquilice!... ¡tú también lo sabías madre!...¡¡y no me dijiste nada!- dijo con reproche observando como la mujer bajaba la cabeza, después regresó a  ver al hombre otra vez -¡padre…contéstame!- exigió al hombre.

 

 

 

-¡no estás en posición de gritarme Haruhiko!, así que deja de gritar, parece que has perdido la cordura- exclamó el hombre levantándose lentamente mirando reprobatoriamente a su hijo- por eso mismo decidí no  darte esa carta, sabía que te pondrías así…ese doncel sería tu perdición…¡estoy seguro que irías tras el como un idiota!-

 

 

 

-q-que...qué… ¿lo decidiste?...¡¡¿lo decidiste?!!- dijo perdiendo el control el príncipe frunciendo el ceño furioso - ¡maldita sea!...¡no tenías el maldito derecho!...¡no tienes que opinar sobre...el…es mi maldita decisión si quiero que sea mi maldita perdición!....no puedes opinar sobre mi vida…¡por supuesto que iré tras Keiichi!...- dijo decidido dando una mirada a sus padres- y no podrás hacer nada para evitarlo - advirtió a su padre dándole la espalda.

 

 

 

-no permitiré que arruines tu vida Haruhiko, ¡regresa aquí!- exigió el hombre con el ceño fruncido y acercándose a su hijo - ¡no irás tras ese doncel de Sumi!, tu debes de casarte con Hiroki…¡tienes que cumplir tu palabra!-dijo reteniendo a su hijo del brazo fuertemente a quien sintió temblar-…¡lo prometiste!-

 

 

 

-ese compromiso se romperá- dijo sin voltear a verlo con su voz algo más calmada- ahora que regresen con Akihiko, porque sé que regresarán, sabiendo quienes fueron...-susurró por lo bajo- Hiroki estará más que complacido con esta decisión, él nunca quiso casarse conmigo, al igual que yo-

 

 

 

-deja de decir estupideces…-habló su padre- ven acá…o te arrepentirás- exclamó el hombre en su última gota de paciencia.

 

 

 

-cariño…tú lo has dicho, Keiichi estará bien…ellos regresarán sanos y salvos…y- trataba la reina pero fue interrumpida de nuevo.

 

 

 

-algo me dice que no será así del todo…necesito ir...madre…me voy…no puedo permitir que le pase algo….lo amo- dijo soltándose del agarre de su padre al fin y siguiendo su camino.

 

 

 

-¡¡Haruhiko , maldita sea, ven aquí o….!!- el rey Toshio empezaba  a perder la paciencia- ¡no dejaré que te cases con ese doncel nunca!- dijo sin pensarlo mucho, Haruhiko le regresó a ver con su rostro completamente serio y sus ojos grises inexpresivos. Atsuko miró horrorizada la escena, a su hijo  pareció no sorprenderle mucho la respuesta...pero temía lo que seguía…

 

 

 

-pues entonces ve buscando otro heredero que gobierne tu reino, no me casaré con nadie más- le contestó serio y se marchó de allí dando un portazo.

 

 

 

***************************************************

 

 

 

-no me parecías tan tonto como para venir al bosque más peligroso de todo el Norte y no saberlo- exclamó con burla haciendo que Masamune frunciera le ceño muy pronunciadamente- pero en fin, no eres el único. Este bosque es la perdición para quien no sabe el camino correcto… “los termina volviendo locos”- rio de manera extraña y dijo lo último en un susurró, como si se tratara de un secreto, los 3 de Usami lo miraron como si ese ya hubiera perdido el juicio- Estás en el Bosque del Recuerdo. Estos que ves aquí, son mis muy apreciados compañeros- exclamó extendiendo sus brazos y señalando a los hombres- y yo, mi  muy estimado amigo, soy Yukina, el ladrón del Bosque del Recuerdo- dijo con su típica sonrisa y con una pose de chulería bajó de un brinco de la rama del árbol.

 

.

 

.

 

.

 

 

 

-¿bosque del… recuerdo?- exclamó con dificultad Keiichi por el brazo que casi lo asfixiaba -… ¡Suéltame idiota!- le gritó al tipo que lo sujetaba. El recientemente presentado Yukina, miró la escena con media sonrisa y habló.

 

 

 

-así es, lindo doncel- ratificó Yukina sujetando por breves segundos la barbilla del oji-miel quien frunció el ceño disconforme- Luca, no maltrates la mercancía- habló al sujeto rechoncho que sujetaba a Keiichi, y enseguida dejó de abrazar al doncel sujetándolo solo por la mano.

 

 

 

-¡¿mercancía…?! ¡Pero quien te crees desgraciado?!...-maldecía Keiichi a diestra y siniestra, se enfureció más cuando escuchó la risa de Yukina.

 

 

 

-cállate ya Keiichi…¡¿Qué buscas realmente de nosotros?!...no traemos dinero que darte, además nos estás retrasando- exclamó Masamune con el ceño fruncido, aún en la misma posición, siendo sujeto por varios hombres y Misaki temblaba tanto que no tuvieron que sujetarlo. Yukina levantó la ceja con duda.

 

 

 

-¿y adonde te diriges con tanta  prisa, si se puede saber?- preguntó con premura acercándose al Takano.

 

 

 

-necesitamos llegar a la entrada de Towika…es nuestra siguiente prueba- habló por primera vez Misaki, ganándole la pregunta a Masamune. Vieron abrir los ojos muy grandes a Yukina, sorprendido.

 

 

 

-¿prueba dices, doncelito?- preguntó aun asombrado Yukina- entonces…ustedes…podrían ser…

 

 

 

-SOMOS la legión de Usami, y nos dirigimos al castillo  rojo de Aikawa para salvar a mi primo, el príncipe Akihiko- declaró Masamune con el ceño fruncido.

 

 

 

-pruébalo- exigió Yukina, dando una señal a sus hombres para que soltaron a los chicos, estos lo hicieron. Observó intrigado como Misaki sacaba de una pequeña funda en la cinturilla de su pantalón una daga plateada muy hermosa…¡con el escudo de la Usami!

 

 

 

-esta daga me la dio Asuka-sama cuando salimos de Usami- explicó el oji-verde mostrando el arma a Yukina, este asintió sorprendido.

 

 

 

-y este es el mapa que nos dio Mino-san, “destello azul”- exclamó Keiichi, sacando se sus ropas, muy bien escondido el mapa y mostrándoselo a Yukina quien observaba sorprendido todo lo que estaba señalado allí- marca el recorrido que tenemos que seguir, los lugares en donde debemos parar y las pruebas que tenemos que cruzar- explicó.

 

 

 

-increíble- exclamaba el ladrón todavía sin creerlo- nunca pensé que realmente sucedía…había escuchado rumores de que habían encontrado al indicado…”al chico de la profecía”- decía Yukina y miró a Misaki- … ¿eres…tu?- preguntó al oji-verde quien asintió sonrojado-esto lo cambia todo- dijo con algo de preocupación.

 

 

 

-¿a qué te refieres?- preguntó Masamune al fin viendo como el  ladrón empezaba dar vueltas por allí.

 

 

 

-¡hey…regresen su cosas a los salvadores de Usami!- habló Yukina a sus hombres quienes obedientes hicieron caso, los chicos estaban sorprendidos- todo esto es tan inesperado que me causa… ¡emoción!- exclamó con una sonrisa que dejó aturdidos a todos-¡tenemos que darnos prisa!, pero antes… ¿Quiénes están frente a mí?- preguntó reparando en que no sabía quiénes eran.

 

 

 

-Takano Masamune, príncipe heredero de Marukawa- exclamó el pelicastaño serio haciendo que los ladrones se sorprendieran por la desfachatez que estaban haciendo con ellos.

 

-Sumi Keiichi, príncipe- se presentó de mala gana el de ojos mieles- segundo hijo de los reyes de Sumi- finalizó cruzándose de brazos. Yukina  adivinó que sería realmente complicado disculparse con el “príncipe doncel” por los malos tratos y solo sonrió nerviosamente.

 

 

 

-Misaki…Takahashi- exclamó al último el oji-verde con voz cohibida.

 

 

 

-por kami,  que estamos compañeros, entre personajes de la realeza- exclamó hacia sus amigos- pido de manera solemne sus disculpas a todos- exclamó el ladrón- permítanme unirme a su misión como gesto de arrepentimiento ante tal ultraje cometido a su persona, prometo serles útil lo más que pueda y sobre todo guiarlos para salir  del bosque del recuerdo- exclamó dando una leve reverencia. Masamune levantó una ceja en duda, Keiichi frunció el ceño inconforme y Misaki lo miró sorprendido.

 

 

 

-eso no quita que estuvieron manoseándome- exclamó con reproche y mirando furiosamente al peli-chocolate, Yukina lo miró sorprendido y algo avergonzado.

 

 

 

-no me perdonarás tan fácilmente ¿cierto?, ¿alteza?- exclamó con una sonrisa deprimida el ladrón.

 

 

 

-tendrás que hacer muchos méritos, ladrón- exclamó con el ceño fruncido y mirando hacia otro lado Keiichi, a él no le perecía buena idea…pero de todos modos no tenía la última palabra- Masamune…- miró a su compañero, como pidiendo la última palabra. El aludido lo pensó y después miró seriamente a Yukina.

 

 

 

-¿sabes dónde queda la entrada a Towika?, ahí es donde debemos ir- exclamó Mune mirando al ladrón.

 

 

 

-este es el bosque de Towika- exclamó Yukina en tono insistente.

 

 

 

-¿nos quieres tomar el pelo o qué?, ¿no dijiste que este era el bosque del recuerdo?- exclamó con el ceño fruncido Keiichi.

 

 

 

-¡y lo es!- insistió Yukina, todos le miraron con duda y prosiguió a explicar- me refiero en que el bosque  se llama “El bosque del Recuerdo”, pero Towika es  el pueblo que vive a los alrededores de este bosque, nosotros nacimos allí- explicó Yukina señalándose a sí mismo y a sus compañeros- pero nosotros salimos de ese pueblo…y preferimos vivir aquí en bosque donde todo parece más tranquilo…casi siempre. No hay muchos que se atrevan a entrar aquí, los únicos que lo hacen son aquellos que no han escuchado de Towika -exclamó con un aire misterioso- aquellos rumores que dicen que Towika es un pueblo tan oscuro porque es habitado en  su mayoría por descendientes de brujos y que su fundador fue uno de los más peligrosos brujos que ha existido en el mundo: Hisashi

 

 

 

-¿y quién es ese tal Hisashi?- preguntó keiichi algo intrigado por la historia

 

 

 

-¿sabe que significa Hisashi, alteza?- preguntó Yukina al Sumi, este negó

 

 

 

-vida eterna- respondió Masamune mirando a Keiichi para que prosiguiera

 

 

 

-¡exacto Masamune-san!...la gente cuenta que Hisashi encontró  la poción de la vida eterna- dijo haciendo extraños movimientos con las manos- y lo probó en él… y así  vivió cientos de años. Cuentan también que el adoptó a una pequeña niña, a la cual convirtió en su aprendiz, enseñándole casi todo lo que sabía, llenándola de tanto odio como su cuerpecito pudo absorber de tal malvado ser- dijo de manera enigmática- ¿se animan a adivinar su nombre?- exclamó con media sonrisa. Todos los presentes fruncieron el ceño.

 

 

 

-Aikawa- exclamó Misaki sintiendo que un escalofrío le recorría le cuerpo al pronuncia ese nombre precisamente en ese lugar. Todos abrieron los ojos estando de acuerdo con esa respuesta.

 

 

 

-¡asi es!- continuó Yukina- Los viejos del pueblo…dicen que cuando el entonces actual líder de los “usuarios de la magia” vino junto con una legión de magos a asesinar a Hisashi pelearon en este mismo bosque  y que tardaron tres días y tres noches en derrotarlo, sin embargo, con el ultimo suspiro de vida Hisashi encantó este bosque, protegiendo de esa manera a la pequeña Aikawa que solo observó cómo mataban a su maestro y nunca intervino para ayudarle- finalizó el chico observando el rostro absortó de todos- bueno , desde entonces los pueblerinos llaman a este bosque Towika, al igual que el pueblo…

 

 

 

-“eternamente”- tradujo de nuevo Masamune

 

 

 

-exacto- exclamó Yukina de nuevo- porque por más que han tratado de deshacer el hechizo que envuelve a Towika, nadie lo ha podido hacer...muchos dicen que estará eternamente encantado- explicó.

 

 

 

-¿encantado en qué sentido?- exclamó Masamune

 

 

 

-pues verás, los que conocemos el bosque, sabemos que lugares son los más “fuertes” y que lugares son “inofensivos”, la hora también tiene mucho que ver, los caminos de este bosque te llevan perdición tras perdición, y otros…alucinaciones- dijo serio

 

 

 

-¿alucinaciones?...no te creo- exclamó Keiichi incrédulo.

 

 

 

-por algo se llama el “bosque del recuerdo”- exclamó frunciendo el ceño-…realmente es peligroso, yo no sé que tipo de “pruebas” tienen que cumplir ustedes, pero Towika no debería ser tomado tan a la ligera, el bosque “ha matado” a varias personas- dijo de manera preocupante- y si buscan la entrada de Towika…es la peor- exclamó mirándolos seriamente.

 

 

 

-¿por qué lo dices?- preguntó Misaki

 

 

 

-la entrada que está frente al pueblo lleva directamente con el corazón del bosque…nadie ha salido nunca de allí- exclamó Yukina dejando sorprendidos a todos- al menos no vivos. Todos han muerto y los pocos cuerpos reconocibles que han rescatado…han sido encontrados con gestos de terror y ojos desorbitados…apuñalados y con el cuchillo en mano- dijo preocupado- claros signos de demencia…ellos se mataban antes de seguir “recordando”. Son atacados por alucinaciones- finalizó, dejando sorprendidos a los presentes. ¡¡!¿ESO era su tercera prueba?!!... se preguntó exaltado y totalmente atemorizado Misaki…¡no podía ser!...intentó pensar las cosas un poco y solo fue peor…recordó que aún faltaba “un lugar en el cual quedarse”, Misaki casi grita, ¿¡acaso se quedaría porque al que le tocara…moriría!?...negó rápidamente para disipar esos pensamientos de su cabeza. Volteó a  ver hacia un lado mirando a Keiichi, parecía sorprendió…y algo asustado también, lo vio respirar un poco más rápido…Misaki quiso llorar…sabía que el que seguía era “él”…Keiichi.

 

 

 

****************************************************************

 

 

 

Sus ojos se abrieron después de un reparador sueño, se levantó de la cómoda cama y miró a su alrededor…una perfecta habitación de la realeza, adornada escasamente. Buscó ventanas pero no había, levantó una ceja extrañado. Entonces los recuerdos vinieron al fin a su mente. Estaba en Ayami, casi al mismo tiempo escuchó una voz pidiendo pasar, seguido de un resplandor.

 

 

 

-buenos días Hiro-san, espero hayas pasado bien la noche- exclamó el recién llegado con una sonrisa. Hiroki miró los ojos azules del príncipe y se dio cuenta que estaba en su “forma de humano”.

 

 

 

-hum…buenos días Nowaki, y gracias, he descansado bastante- exclamó Hiroki tratando se señorear, algo que simplemente salió como una mueca nerviosa y avergonzada. Le empezaba a poner muy nervioso ese oji-azul y su “extrema confianza con él”.

 

 

 

-me alegro… ¿nos vamos?- preguntó con otra sonrisa y extendiendo su mano al doncel para que  la tomara, este así lo hizo. Al instante una nueva luz los envolvió a ambos y tan pronto atravesaron la “habitación seca” Hiroki se vio convertido en “tritón” de nuevo al igual que Nowaki. Se dirigieron en un tranquilo silencio al interior del castillo, Hiroki estaba absorto viendo todo lo que había allí, hasta que reparó en la “servidumbre” que se detenía a observar tan “tierna” escena pues se había dado cuenta que aun “nadaba” de la mano del príncipe…se sonrojó un poco haciendo unos pucheros extraños en él y  miraba de reojo como las sirenas y tritones que trabajaban en el castillo lo miraban “¿esperanzados?” o muy contentos…a lo mejor pensaban que él y su príncipe…Hiroki abrió mucho los ojos sonrojándose “¡¡No, no , no y no !!” se dijo de inmediato e hizo un escándalo mental, negando rápidamente con la cabeza para disipar esas ideas.

 

 

 

-¿qué sucede Hiro-san?- preguntó el oji-azul al verlo alterado.

 

 

 

-emm….nada, nada, no te preocupes -respondió nervioso, Nowaki levantó una ceja, dándole a entender que no le había creído nada.

 

 

 

-umm, si tú lo dices- exclamó no muy seguro, seguido cambio su rostro con una sonrisa- bueno Hiro-san… primero te presentaré a mi madre-  anunció el oji-azul mientras abría la gran puerta, Hiroki asintió y pensó que seguramente ese era el gran salón principal…no se equivocó. Al entrar pudo observar la exquisita decoración, toda parecía tan elegante y las altas columnas que sostenían la estructura eran adornadas con perlas y conchitas de mar, la alfombra que llevaba de la entrada hasta el inicio de una pequeña elevación donde estaba el trono era de… ¿algas? se preguntó el castaño extrañado. Pero su atención definitivamente se la llevó la “mujer” que estaba sentada en el único trono allí. Era la más hermosa sirena que había admirado en todo su estancia en Ayami, no es tampoco como si les hubiera puesto mucha atención a  las otras…pero esta era hermosa. Es lo que pensó el castaño. Esta sirena miraba con sus ojos azules brillantes y llenos de alegría a su hijo a su lindo acompañante, Hiroki pudo jurar que esos ojos eran más brillantes incluso que los de Nowaki, y entonces reparó en el cabello de la monarca ¡era azul! Tal vez…era por ello los destellos azules en el cabello de Nowaki- pensó. La aleta de la mujer era en su totalidad plateada, y la prenda que cubría su torso, parecido a una blusa ceñida  era de un bello color turquesa, contrastando sus ojos de manera perfecta… y por si fuer poco parecía muy joven…¡por Kami, si bien pudieran pasar por  hermanos!. Hiroki miraba inconscientemente de madre a hijo alternadamente, fijándose en lo parecidos que eran. La risa discreta  de la reina lo despertó de su ensoñación.

 

 

 

-Nowaki-chan y yo somos muy parecidos… ¿no lo crees?- preguntó con una tenue voz, Hiroki la miró avergonzado por ser descubierto y se limitó a asentir mientras bajaba la cabeza en respeto- es un placer al fin conocerte, Hiroki, ayer ya no pudimos vernos- dijo con un puchero dirigido mas bien a su hijo quien sonrió nerviosamente- permíteme presentarme, mi nombre es Hisa,  soy la reina de Ayami, creo que es algo tarde, pero deseo darte la bienvenida-  exclamó la mujer con una linda sonrisa.

 

 

 

-muchas gracias Hisa-sama, el placer es mío- respondió educado el castaño haciendo una leve reverencia. Dejando complacida a la reina además de lindo, el doncel era cortés.

 

 

 

-dejemos las formalidades Hiro-chan, que ambos somos de la realeza- dijo al castaño con unas sonrisita- Nowaki, cariño…cuida muy bien de este lindo doncel- se dirigió a su hijo, riendo un poco divertida al ver el puchero de su hijo y el sonrojo de Hiroki.

 

 

 

-¡majestad!/ ¡madre!- reclamaron cada cual, mientras la mujer reía divertida  levantándose de su trono y dirigiéndose fuera de la habitación.

 

 

 

-si, si- se fue haciendo una movimiento de con su mano- vayan  a hacer sus cosas niños, que yo tengo que hacer las mías, nos vemos para el almuerzo- dijo saliendo de sus vistas. Ambos príncipes se miraron por un momento avergonzados…y después de un “lo siento” de Nowaki y de un “descuida” de un avergonzado Hiroki  salieron a continuar con sus asuntos. O eso se disponía, pues cuando estaban por salir de la habitación se encontraron con un pequeño “torbellino”…

 

 

 

-¡Nowaki nii-san…al fin te encuentro… ¿dónde te habías metido?!- exclamó una vocecita chillona llena de reproche, no fue hasta entonces cuando Hiroki se pudo dar cuenta que un pequeño tritón se encontraba aferrado al torso de Nowaki, y este al aparecer, tampoco lo había visto venir.

 

 

 

- hola Suki- respondió Nowaki con una sonrisa devolviéndole el abrazo al pequeño. Hiroki sonrió inconscientemente, la escena  le había recordado tanto a su pequeña hermanita Mikoto- lo siento mucho Suki,  sé que te prometí que te llevaría a la cascada ayer, pero…estuve ocupado con un invitado muy especial- explicaba el mayor al menor.

 

 

 

-¿especial?- preguntó ladeando su cabecita, entonces el pequeño reparó en Hiroki quien le miraba con una leve sonrisa y se deshizo del abrazo de Nowaki para mirar mejor al castaño.

 

 

 

-hola…Suki- saludó algo tímido Hiroki. El menor hizo un puchero. Hiroki se dio cuenta que el menor no pasaría de los 6 añitos, de cabellos negros como los de Nowaki , pero de unos ojos verdes muy impactantes. También se dio cuenta de que era un doncel, pues vestía como uno y su cuerpo era mucho más delicado y menudo que el de un “varón” a su edad.

 

 

 

-¡que sepas desde ahora que no te cederé a Nowaki tan fácilmente eeh…¡ ¡¡¡Nowaki nii-san es MIOOO!!!- gritó en puchero berrinchudo abrazándose de nuevo a Nowaki. Dejando a los dos mayores otra vez con los rostro sorprendidos -¡no dejaré que te quedes con él, ni aunque  seas lindo!- terminó el niño con ceño fruncido, reparando en que Hiroki era un doncel, quien se sonrojó de inmediato… ¡rayos donde iba a parar con todos esos tritones!... ¡¿podría morir de sonrojos excesivos?!...

 

 

 

-esto…mejor vámonos Hiroki, hey…Suki-chan, mejor ve a ayudar a mamá con los preparativos del almuerzo, ¿si?- exclamó Nowaki.

 

 

 

-¡claro que si nii-san!, adiós- dijo y el niño se fue como si nada.

 

 

 

-eso…fue…extraño- exclamó Hiroki mirando hacia donde se había ido el niño, y señalando hacia ahí “intentó” preguntarle a Nowaki ¡que rayos pasaba con su hermanito!-…él- Nowaki suspiró tomando de la mano a Hiroki para “seguir” saliendo del castillo.

 

 

 

- esto lo siento…de nuevo Hiro-san,- exclamó apenado el muchacho mirando levemente al castaño- no es mi hermano realmente- exclamó dejando a Hiroki sorprendido.

 

 

 

-¿entonces…el “nii-san”?... ¿por qué?- preguntó extrañado.

 

 

 

-bueno, él vive con nosotros casi desde que cumplió los 2 años, sus padres, mis tíos por parte de mamá, murieron en un incendio- exclamó, Hiroki lo miró con cara de “¡no me jodas…incendio ¿en el agua?!” – Sus padres, al igual que mi madre, eran humanos “completamente”- reveló a Hiroki,  haciendo que este abriera sus ojos desorbitadamente- verás…esto por donde empiezo- exclamó tallándose su nuca, Hiroki simplemente calló para escuchar la historia que venía, mientras ambos seguían nadando para salir del castillo-mi padre conoció a mi madre en uno de sus viajes a los “llamados” que hacia el líder de la magia…bueno, las cosas se dieron,  y cuando mi padre le contó  “lo que era” a mi madre, pues esta decidió “acompañarlo para siempre”, ya sabes…esas cosas- exclamó Nowaki con una sonrisa, contagiando a Hiroki quien se imaginaba mentalmente la historia de los padres del oji-azul –  mi padre convirtió a mi madre permanentemente en una “sirena”, se casaron…y tuvieron un hermoso hijo- bromeó Nowaki mirando al oji-avellana que divertido volteaba los ojos.

 

 

 

-¿y Suki?- preguntó  el castaño.

 

 

 

-bueno te decía, tras la muerte de los padres de Suki, mis padres decidieron hacerse cargo de él, mi padre convirtió al pequeño en un tritón…y desde entonces ha vivido con nosotros, aunque mi madre nunca lo ocultó la historia de su verdaderos padres él me dice a mi “nii-san”- exclamó. Hiroki solo asintió...

 

 

 

-oye… ¿y por qué solo tu padre?, ¿tu madre al convertirse en sirena…no tiene magia también?- preguntó Hiroki intrigado.

 

 

 

-no- negó rápidamente Nowaki- todos los que están aquí en Ayami, como los puedes ver, son tritones y sirenas, pero no todos son “magos”, solo algunos nacen con el don y otros no-exclamó el oji-azul,- es exactamente como en tu mundo

 

 

 

-oh baya, no lo imaginaba así- exclamaba Hiroki algo sorprendido por la nueva información.

 

 

 

-¡bien aquí es!- mencionó Nowaki mientras se detenía, Hiroki apenas se había dado cuenta que se había alejado mucho de la zona “habitada” del reino, ahí parecía más bien solo…y podría jurar que el agua era más fría.  Su vista acaparó especialmente la gran estructura que se levantaba ante sus ojos apareció un revoltijo de lazos de metal oxidado, un gran nudo de lazos metálicos, es lo que pensó el castaño. Entrecerrando sus ojos pudo enfocar mejor y observar que se veía una tenue luz parpadeante.

 

 

 

-eso…

 

 

 

-eso es el corazón de Ayami… y este es el “laberinto” que lo encierra, aquél que puso Aikawa- explicó Nowaki, mientras invitaba a Hiroki a que  rodearan la gran “maraña”. Hasta entonces pudo ratificar que eso era ¡enorme!. Tragó saliva antes de hablar.

 

 

 

-cuéntame más sobre esto- exclamó mirando seriamente y fijamente la cárcel. Nowaki asintió para seguido responder

 

 

 

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-ok, estás dentro- respondió Masamune- sabes los suficiente para guiarnos, además supongo sabes usar eso ¿no?- pregunto a Yukina  señalando la espada de oro que portaba.

 

 

 

-¡por supuesto!-  respondió Yukina con una sonrisa por haber entrado a la “misión”.

 

 

 

-ahora vámonos ya, que hemos perdido suficiente tiempo, llévanos a la entrada de Towika- pidió Masamune. Yukina a pesa de su propio temor asintió…¡a saber que querían esos príncipes con  Towika , pero el definitivamente  no entraría!. Caminaron por algunos minutos por el oscuro bosque, hasta que llegaron a una parte en donde se veían luces, al enfocar pudieron darse cuenta que se trataba del pueblo…

 

 

 

-ahí está Towika- informó Yukina señalando las escasas casitas alrededor de los arboles- la entrada  está del otro lado- completó. Muy pronto los ojos se fijaron en Keiichi, quien había soltado un lastimero suspiro que más bien se escuchó como gemido, tan solo todos lo vieron ponerse en cuclillas en el suelo, mientras tapaba su rostro. Misaki corrigió a abrazarlo preocupado. Masamune frunció pronunciadamente el ceño, sabía que Keiichi estaba asustado ¡¿y quién no lo estaría?! …¡maldita sea no podía ayudarlo…porque él tenía que llegar al final con Misaki!...frunció más el ceño, él quería protegerlos a todos y ahora no podría. Yukina lo miró con compasión…estos chicos no tan solo tendrían pruebas de fuerza e inteligencia, sino de resistencia en todos los sentidos…de alguna forma se sentía…cobarde, por no poder hacer nada para evitarlo.

 

 

 

-¡Keiichi!- chilló Misaki abrazado al tembloroso cuerpo del príncipe- ¡lo siento tanto! ¡Siento tanto no poder quedarme en este lugar para que tu no lo hicieras!- exclamaba el pequeño oji-verde conmoviendo en demasía al resto- si quieres…-

 

 

 

-no Misaki, lo voy a hacer- exclamó con una sonrisa Keiichi, algo más tranquilo, al menos ya había recordado como respirar. Midaki vio la tristeza en su ojos llorosos- yo no le tengo miedo a la muerte…- exclamó quedito. Misaki abrió los ojos.

 

 

 

-¿entonces a que le tienes miedo Keiichi?- preguntó intrigado.

 

 

 

-tengo miedo a saber que tan reales se verán las “alucinaciones”- susurró sorprendiendo al oji-verde y a Masamune quien se había acercado a escuchar todo-…tengo miedo a recordar algo muy…doloroso- terminó  tapándose el rostro de nuevo, pasaron unos segundos que todos consideraron pertinentes para esperar que el príncipe se tranquilizara un poco. Después observaron al Sumi levantarse dando un fuerte suspiro.

 

 

 

-bien, hay que darse prisa- solo comentó. El resto asintió- creo que por mi bien, es mejor no llevar armas…por si acaso- dijo algo dudoso, entregando su arco y la espada de Bishamon a Masamune, así también como el mapa que les había dado Mino-tienen que darse prisa, nos hemos retraso bastante- dijo poniéndose enfrente de la entrada del “bosque maldito”.

 

 

 

-¡Keiichi recuerda que nos veremos  pronto!- exclamó Misaki abrazándose por última vez al oji-miel, este asintió con una pequeña sonrisa.

 

 

 

-hey…Keiichi-esta vez habló Mune, con un rostro de preocupación palpable- recuerda que lo que veas allí no es real…tu sabes lo que pasó…no te dejes engañar… ¿de acuerdo?- keiichi asintió.

 

 

 

-Keiichi-san…solo tiene que cruzarlo…una vez pase el ultimo árbol del bosque se habrá terminado la prueba- recordó Yukina, el príncipe volvió a asentir. No supo cuánto tiempo se quedó mirando el oscuro lugar, solo reparó en que sus “compañeros” ya se habían ido. Keiichi tomó un gran respiro y se adentró entre todos los siniestros árboles.

 

 

 

Su corazón latía rápidamente, el miedo que antes había logrado disipar se aglomeró en su pecho, impidiéndole respirar bien, de nuevo. Una extraña neblina que no había visto venir empezó a inundar el lugar. El oji-miel regresaba  a ver hacia todos los lados, pero no vio nada. Los ojos le empezaron a arder mucho.

 

 

 

-¡hag!- gimió en su desesperación y se talló los ojos, sintiendo como “lágrimas caían” de ellos, sin embargo por impulso miró el dorso de su mano, con la que se había limpiado…estaba rojo…¿acaso…estaba llorando….sangre?...su corazón pareció dar la vuelta entera a su pecho “NO, NO KEIICHI, ESTO NO ES REAL…NO ES REAL¡¡¡” se repetía en su mente y cerrando fuertemente los ojos miró sus manos otra vez…no había sangre…

 

 

 

-uff- suspiró algo más aliviado y siguió caminando. Sin embargo la neblina empezó a disiparse…y  tras unos árboles salió un personaje…-

 

 

 

-Keiichi…hijo… ¿eres tú?- Keiichi abrió los ojos muy grandes al reconocer esa voz, observó con anhelo los ojos grises de ese sujeto…al igual que el cabello castaño oscuro… sintió las lágrimas recorrer sus mejillas de nuevo. Sin poder evitarlo caminó hacia él…

 

 

 

-¿p-papa?...-

 

.

 

.

 

.

 

Continuará…

Notas finales:

Nos leemos pronto

:3


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