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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola otra vez :)


Bueno, les dejo este cap un poco intenso :p...


Verán lo que sigue con Yuu y la legión de Usami, un poco de la pareja terrorista y una escena batante interesante de Tsumori en la Mansión del amo Mason...


espero les guste...


Nos leemos pronto :3

Capítulo 18:”Un beso de buenas noches”


 


-¡hey!, ¿pretenden quedarse ahí?- preguntó Yuu con una  sonrisa mientras caminaba. Los 3 humanos aun recuperados de la sorpresa le siguieron rápido en silencio. No tardaron mucho en llegar a una pequeña cabañita en el centro del bosque, y después  de que Yuu abriera la puerta les pidió a los chicos que entraran.


 


-pónganse cómodos por favor, ahora vengo- exclamó el mago con una sonrisa, para seguido entrar por una de las puertas a alguna habitación. Los chicos se limitaron a obedecer todavía absortos por todo lo que pasaba, Mune se sentó en un sillón de dos plazas junto a Misaki y Yukina en un banco que estaba cerca del comedor. Misaki , como siempre, curioseó un poco en la sala donde se encontraban, observo como todo el inmueble era casi de madera, prevalecían los colores claros en especial los verdes y azules, era una casa pequeña pero bastante acogedora. Esquivando objetos, que consideraba de magia o cosas “que no debía tocar” algo le llamó la atención y con una sonrisa se acercó hasta la encimera arriba de la chimenea encontrando un portarretratos. Su sonrisa se ensanchó más  junto a una expresión de sorpresa.


 


-este…es…¡Masamune, mira ven!- expresó Misaki, el príncipe hizo caso al más pequeño y se acercó a ver lo que el otro veía, Yukina algo curioso también se acercó.


 


-es…¿Mino-san?-exclamó Mune con una sonrisa, observando en la fotografía como un “Mino” en versión adolescente abrazaba a un chiquillo de cabellos castaños alborotados y ojos Camín oscuros…Yuu, quien sonreía  haciendo una coqueta pose, que fue la que sacó una sonrisa a Misaki –ellos son…- Masamune estaba a punto de decir algo , cuando se vio a Yanase salir de la habitación con un grueso libro de color verde oscuro. Sonrió al ver a los chicos mirando su fotografía favorita.


 


-lo siento Yanase-san…- se disculpaba Misaki por curiosear sin permiso, pero Yanase le dedicó una sonrisa divertido haciéndole una señal con la mano para que le restara importancia al asunto.


 


-jajaja, no te preocupes pequeño, no me molesta- empezó, mientras  dejaba el libro en la barra de la cocina y se proponía a buscar algo en los estantes  de libros que Misaki no había querido tocar, los chicos se sentaron de nuevo poniendo atención- esa foto es cuando Mino y yo hicimos un viaje a Europa, ya saben cosas importantes que los magos tienen que ver con otros magos- hizo un gesto extraño que sacó otra sonrisa a su interlocutores- yo entonces todavía era su aprendiz, el primero que tuvo de hecho. Él no lo sabía en aquel tiempo….pero a mí no importaba mucho donde íbamos, estaba bien con estar junto a él. No fue hasta algunos años después que formalizamos lo nuestro- sonrió mirando a sus sonrientes y sorprendidos espectadores. Mune hasta entonces se dio cuenta de los rasgos finos del “guardián”…claro…era un doncel.


 


-¡¿fue su primer aprendiz?!- preguntó sorprendido Misaki, sin darse cuenta qua casi lo había gritado.


 


-sip- contestó sonriente el mago mirándolo por unos segundos, ocupado buscando en el estante todavía- el día  que llegue a su casa prácticamente estaba por gritarme que me largara de allí…pero supongo que ni él era tan cruel como para dejar a un huérfano congelarse en el frío invernal- exclamó y suspiró, los chicos hicieron un gesto lastimero- entonces me entrenó. ¿Saben?, el siempre pareció una persona fría... incluso pensé que después de mi no volvería a tener otro practicante…pero al parecer Chiaki también pudo con su humor- rio un poco al final, ocasionando la sonrisa del resto-…supongo ya lo conocen a él también, ¿cierto?-preguntó.


 


-si…de hecho fue él quien nos recibió el día que llagamos con Mino-san- exclamó Masamune.


 


-ya veo… ¿y qué tal?...¿les ha servido el mapa que les dio Mino-koi?...¿tardaron mucho en encontrar los lugares?- preguntó Yuu, mirándoles por unos segundos para seguir con su tarea.


 


-pues la verdad el mapa nos ha servido de mucho y hemos tratado de no desperdiciar el tiempo en cada lugar a donde llegamos. Chiaki-san es una persona muy amable- empezó Masamune –Mino-san, también- agregó rápido escuchando una risita de Yuu- pero si es algo más serio


 


-y parece querer hacer todo muy rápido- exclamó casi en un susurro Misaki con un puchero, recordando el día en que el castaño casi los corre de su casa.


 


-jajajaja, ese hombre es la puntualidad en persona- se burló Yanase de su novio –y si…preferentemente hace todo rápido- exclamó…después puso pose de pensar- bueno…casi todo- exclamó más para sí…con una sonrisilla pervertida, logrando una carcajada limpia de Yukina, una sonrisa divertida de Mune y un rostro sonrojado de Misaki- bueno…bueno…pero a lo importante- exclamó Yanase todavía con una sonrisa mirando a los chicos ya con un mapa que buscaba en la mano, tomó también el libro verde que había traído con anterioridad y se sentó con las piernas cruzadas en la mesa de centro de su sala, para poder ver a los tres jóvenes- …¿cómo les ha ido con las pruebas?- preguntó condescendiente.


 


-pues…no lo sabemos, hemos tenido que dejarlos a su suerte en el lugar en que marcaba cada prueba- empezó con gesto enojado e inconforme Masamune- solo espero que todos regresen con bien- murmuró.


 


-ya verás que si- reconfortó Yanase con una sonrisa- además…tengo entendido que Chiaki se le ha escapado decirles un poco de su futuro…¿no?- preguntó con una sonrisa traviesa, los chicos sonrieron igual asintiendo- todo está yendo de maravilla- aseguró el mago, entonces empezó a hojear el libro de  gruesa pasta verde mientras les hablaba- ¡¡ah!!, por cierto hace un par de días tuve la agradable visita de Kaoruko, llegó de improvisto justo a la hora del té…- dijo volteando los ojos con un toque de sarcasmo, Misaki sonrió divertido.


 


-¿Kaoruko?...¿la maga del amor?- preguntó sorprendido Yukina, quien había escuchado historias de la “hermosa mujer de vestidos rosados que iba en ayuda de los enamorados”. Yanase asintió. Mune y Misaki se vieron entre ellos sorprendidos.


 


-ella misma. Decía…entre tanto disparate y gritos que no logro comprender de esa mujer- exclamó el mago con gracia moviendo una de sus manos divertido contagiando al resto- me contó algo interesante, supongo que ustedes podrán tomar un respiro respecto a eso- dijo algo misterioso,  los chicos escuchaban intrigados- ¿conocen a un tal Haruhiko?


 


-¡claro, es mi primo!- exclamó sorprendido Masamune- ¿Por qué?- preguntó.


 


-ha pues, lo único que entendí de todo lo que dijo esa mujer fue…que ayudó a ese chico, lo encontró cabalgando en un camino solitario y “sintió” su dolor…por lo que decidió por detenerle. El chico le contó sus penas y que buscaba a alguien importante para el que había perdido y que sentía que ahora estaba en problemas .Al parecer le puso a prueba…ya saben….el clásico “te ayudare con lo que deseas si me das lo más valioso para ti”- exclamó con deje de flojera. Sin embargo los chicos están expectantes…¡¡¡¡¿Haruhiko buscaba a Keiichi?!!!!, bueno a menos Misaki y Mune que lo conocían- …al parecer el chico acertó…y ganó la recompensa de ser guiado hasta donde estaba esa persona importante- concluyó. Misaki casi estaba que se ponía gritar de felicidad…¡eso era una gran noticia!.


 


-maldito, que bueno que se decidió a tiempo- exclamó con murmuro Mune soltando un suspiro y colando en su rostro media sonrisa.


 


 


-supuse que los pondría de buenas- exclamó Yuu, los chicos asintieron y agradecieron- bueno, ahora a nuestro asunto- exclamó, los chicos se acercaron hasta estar frente a él  y este sosteniendo el libro con a una de sus manos – bien, primero me gustaría que supieran que estos mapas, la información y en sí, todo lo que hemos designado para su viaje fue estipulado y estudiado por nosotros- exclamó Yuu-  Aikawa propuso sus lugares y pruebas…pero nosotros pusimos el orden, según lo consideramos mejor, Mino y yo estipulamos el tiempo y reunimos a todos los magos que estaban dispuesto a ayudar- exclamó Yuu sorprendiendo a los muchachos- por su parte Chiaki y Hatori se encargaron de aquellos que “pondrían” un arma para que ustedes pudieran obtener una mínima ventaja contra Aikawa, a Chiaki no le costó demasiado hablar con las parlanchinas hadas-lili, quienes aceptaron gustosas  regalarles una de sus valiosas flores. En cambio Hatori se las vio difícil con Ijuuin-san, quien finalmente aceptó con tal de poner su propia prueba y así poder usar su poderosa espada- dijo con seriedad- así que no duden que este es el mejor camino y que los magos de toda la tierra están de su parte…pero también todos los brujos están en su contra


 


-mucha gracias- agradeció Misaki- algo así nos había dicho Tsumori-san…un mago que nos salvó hace poco de un ataque seguro de unos brujos- exclamó compungido Misaki. Yuu abrió mucho los ojos al escuchar el nombre.


 


-vaya muchacho…se las verá difícil con el castigo de su maestro, pero supongo que aceptará el castigo por una buena causa- exclamó más para sí   que para el resto, que se había quedado un poco sorprendido.


 


-¡¿castigo?!- preguntó el oji-verde casi alarmado.


 


-pues verás…él no tiene permitido salir sin permiso…es el aprendiz de Mason- exclamó con un deje obvio.


 


-pero estará bien, ¿cierto?...- preguntó el oji-verde. Yuu sonrió y asintió. “definitivamente tenía que ser él” pensó el mago.


 


-¿Quién es Hatori?- preguntó curioso Yukina.


 


-es el guardián de las montañas nevadas- exclamó  con una sonrisa Yanase, viendo la sorpresa en los dos mayores y la “decepción” en Misaki que en ese momento solo pensaba “¡más frío!”- ya pronto lo conocerán…será la última parada que harán antes de ir al castillo de Aikawa…él será quien los acompañe hasta allá- los chicos asintieron- como saben aún faltan otras dos pruebas…las cuales no necesitan de más “sacrificios”…pero no les garantizo que sean sencillos, el día de la “guerra”  lo más probable es que Yoshino esté  primero que nosotros, Mino y yo  llegaremos después y el resto de los magos y guardianes al final –explicó.


 


-¿Por qué  Yoshino-san llagaría primero?- preguntó Misaki con duda. Yuu sonrió pícaro.


 


-pues porque Yoshino y Hatori son pareja, ¿Por qué otra cosa sería?- exclamó Yanase soltando una risita divertida al ver el rostro expectante de sus escuchas- jajajaja- se reía el mago realmente divertido “y eso que no saben de Asaki”…pensó con gracia – pero  ya, en serio , luego lo conocerán, ahora es necesario que les dé el siguiente mapa, el cual marca la ruta que seguirán desde este punto hasta llegar con Hatori a las montañas nevadas- los chicos asintieron ansioso mientras miraban como Yanase  extendía el mencionado mapa en la mesita ratona en la mesa  y pasaba sus dedos indicando los lugares que visitarían. Todos platicaron un rato más hasta que se hizo más tarde, Yanase les comentó también que probablemente solo les quedarían 10 días más de viaje hasta las montañas nevadas, además de que los invitó a cenar y a pasar la noche en su casa, para salir temprano al día siguiente.


 


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Los pasos  resonaban con fuerza contra los azulejos azulados en el suelo. Era tarde, ya, tal vez las siete, y eso se podía observar en  las tonalidades rojizas y anaranjadas que entraban con premura por las ventanas de aquella gran mansión. En primer plano podían observarse a dos personas caminando con relativa prisa por los pasillos de aquella estructura, una siguiendo a la otra. Quien iba hasta el frente era ni más ni menos que el dueño de la ostentosa mansión, quien tenía su rostro completamente serio, ni rastro de felicidad, ni de enojo ni de nada, su flequillo azabache  ocultaba como siempre sus turquesas ojos, solo caminaba arrastrando el montón de trapos ordenados y carísimos que  era su ropaje de mago. Por otra parte, quien  caminaba tras él, era solamente su…preciado aprendiz, aquél que casi por todos era tratado a la par de su amo…pero que para el oji-azul pareciese no ser más que basura. Este oji-miel mantenía su cuerpo levemente rígido y su vista atenta a su maestro, siguiéndole sin decir palabra alguna. Sabía que le deparaba un castigo… y la mirada de su “sensei” se lo había dejado claro hace un par de minutos: cuando apareció en los jardines de la mansión y observó la penetrante mirada de  Mason escudriñarlo. Era un claro anunció de “sígueme, rápido y en silencio”. Si había algo que no soportaba Mason era que lo retaran…y definitivamente…al menos por ahora no pensaba hacerlo…o eso creía…


 


-entra…-la voz de Mason lo  despertó de sus pensamientos  y observó que se encontraban en la puerta de la habitación de su amo. Sin decir absolutamente nada solo obedeció entrando al cuarto, el azabache entró enseguida y cerró la puerta. Tsumori  se recargó  de espaldas la puerta con las dos manos tras la espalda  y la cabeza gacha. Esperando el sermón y/o el castigo que le daría. Mason por su parte solo se limitó a fruncir el ceño un poco mirando a su discípulo  (o eso creía el rubio por que no veía sus ojos), sin embargo por alguna razón Tsumori pensó que ese gesto no iba dirigido a él. Pasaron varios minutos en los cuales los nervios del rubio estaban por colapsar…hasta que finalmente el menor rompió el silencio.


 


-exactamente…- exclamó con voz casi inaudible…pero que sin embargo hizo mella en el discípulo, pues notó al instante el tono serio…y el golpe que dio el puño de su maestro en la puerta justo al lado de su rostro no le ayudó demasiado- exactamente… ¿Quién te dio permiso de salir?- exclamó con tono frio.


 


-yo…lo siento sensei…no fue mi intención desobedecerlo- hablaba con voz queda el oji-miel- pero los “chicos” estaban en problemas…y usted dijo que podríamos  ayu…-


 


-OTROS…podían ayudar- exclamó Mason aun sin mostrar su rostro a Tsumori , quien se encontraba sorprendido por el tono de voz de su amo, el cual, para ser sincero, NUNCA había escuchado gritar-…tú no tienes permitido salir…tu deber es quedarte aquí a servirme…¡tú eres mío!- soltó de enojado. Los ojos mieles se abrieron de par en par analizando esa última frase…sintió como una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo enterito ¡si, seguro estaba loco, solo él se puede emocionar en una situación como esa!, sin embargo no fue capaz de pensar mucho pues observó el rostro “hermoso” y colérico de su maestro, como esos ojos turquesa lo miraban queriendo  dejar un hueco hasta en lo más recóndito de sus pensamientos…


 


-lo siento…- exclamó el rubio algo ido todavía, y hubiera seguido disculpándose de no ser porque el azabache puso uno de su finos dedos sobre sus labios al mismo tiempo que susurraba muy cerca de su rostro un “shhhh” para que guardara silencio. Tsumori cada vez comprendía menos las acciones y reacciones de su sensei, lo último de lo que fue consiente fue de la sonrisa de su amo, seguido de una luz cegadora producida por magia, obviamente, de la varita mágica de Mason. Muy pronto todo se volvió negro…se había desmayado.


 


Despertó algo angustiado, sintiendo que no había pasado más que segundos desde que perdió la conciencia. Trató de moverse pero le fue imposible, podía sentir que  estaba atado de manos y pies…sin embargo la superficie sobre la que estaba era blanda… ¿una cama?...pensó de inmediato. Todo era oscuro…obvio tenía los ojos vendados… ¡pero que rayos! Se quejaba alterado el muchachito sintiendo dolor en sus brazos, que estaban sobre su cabeza, seguramente ya llevaban un tiempo así…


 


-¿a-amo?- fue lo único que se le ocurrió preguntar… ¿acaso era este el castigo de su amo?…se preguntó alterado. Por qué solo él podría haberle hecho eso ¿verdad?


 


-hasta que despiertas- se escuchó la tranquila voz de Mason. Por alguna razón calmó el nerviosismo del rubio, pero aun tenía otra pregunta… ¿Qué le haría?...


 


-¿sensei…cómo…por qué….qué…significa esto?- preguntó algo inseguro de cómo articular la pregunta correcta.


 


-no es nada importante Tsumori-kun- exclamó la voz del azabache con un toque de sarcasmo que estremeció al otro- considéralo como una sesión de clases…-


 


-¿clases?...-preguntó el rubio sabiendo que probablemente no le gustaría la respuesta.


 


-claro…la sesión de hoy será práctica- exclamó con un deje de diversión…si Tsumori hubiera visto la siniestra sonrisa que esbozó el oji-turquesa…seguro que mínimo hubiera temblado- nee…¿sabes sobre el filósofo griego platón?...Tsumori-kun- El rubio digirió con dificultad la pregunta para simplemente asentir no muy seguro…era uno de los representantes máximos en Grecia…no había leído mucho de él. Pero…- el tema de hoy es “la pedagogía platónica”- exclamó de lo más emocionado Mason -¿sabes de que trata?- preguntó con tono de burla al “amarrado” quien negó…-¿no?...pues…principalmente es aquella forma de aprender por medio de…-la voz del azabache se hizo más suave, el rubio por poco y no grita en ese momento…sintió claramente como la mano de su amo rozó  levemente su miembro sobre su ropa-…las sensaciones- finalizó con un tono por demás sugestivo…¡bien…su amo lo había logrado…lo había vuelto loco!...simplemente estaba fantaseando…¡si eso era!...no podía ser otra cosa…pensó Tsumori reprimiendo un jadeo cuando sintió los elegantes y  delgados dedos del menor “trepar” por su pecho.


 


-¿sensei…?- tartamudeó casi sin voz.


 


-shhh- lo calló- no quiero escuchar más que las respuestas…-murmuró la voz “¿sensual?” del azabache. Tsumori trago ruidosamente… ¿algo en su cabeza estaba mal?...porque seguramente ya se había vuelto loco…un momento… ¿“preguntas” dijo?...ha cierto…Mason le había dicho que esto era….una….sesión de clases. Sintió perder los estribos de su cordura, mientras esperaba lo que fuera que haría su maestro…en la posición en la que estaba se sentía por demás expuesto y frágil y más cuando sabía que no podía moverse ni ver nada de lo que ocurría a su alrededor…eso volvía locos al resto de sus sentidos…pero en lo más profundo de su mente se preguntaba seriamente  si tal vez el loco era su maestro.


 


-bien…empecemos  ahora- escuchó la voz del menor- dime…¿a qué grado  puede enfriarse el agua en su estado líquido antes de congelarse?- preguntó con premura, Tsumori se preguntó realmente si valía la pena todo eso….con que propósito hacerlo de “esa” manera, se cuestionaba refiriéndose al  hecho de estar atado. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por un estremecimiento que le recorrió todo el cuerpo.


 


-haa- no pudo evitar soltar un  pequeño gemido al sentir como “algo” muy frío rozó suavemente su estómago. Sus ojos se abrieron con sorpresa e impresión …”era hielo” adivinó de inmediato…”no te he escuchado…Tsumori-kun”…escuchó que el oji-turquesa recordó en un tono burlón- hammnngg…-volvió a gemir el rubio con los ojos muy cerrados y esta vez mas fuerte al  sentir el cubito de hielo en uno de sus pezones, hasta ese momento se había dado cuenta que su ropa que cubría la parte posterior de su cuerpo o no la tenía o estaba abierta- …menos…cuarenta y dos grados cent…centígrados…sensei-exclamó con dificultad.


 


-jeje…muy bien…-alagó el menor- veremos que tanto sabes…- exclamó con una sonrisa tétrica, que no vio Tsumori, por su puesto. La voz que había utilizado no admitía replicas y Tsumori pudo darse cuenta por esta que…esto apenas comenzaba….


 


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Yura observaba  desde la puerta de la habitación a su pequeño hermanito…tenía los ojos entrecerrados…y su rostro muy serio para lo que estaba haciendo “supuestamente”. El pequeño Kioshi se encontraba con sus piernas dobladas, sentado sobre su cama con un carrito de juguete que su madre le había regalado hace un par de años…pero simplemente no se movía…no sonreía…ni si quiera parecía estar jugando. Yura arrugó el entrecejo…algo estaba pasando…y no es por paranoia o el simple hecho de que odiaba al tipo…pero estaba 99% seguro de que era culpa del maldito padre de ese angelito…Sousuke.


 


Hace un rato que Yura había notado el drástico cambio del comportamiento de su hermanito…ya casi no salía a jugar ni corría de acá para allá pidiéndole incluso a los jardineros o a las mucamas que jugaran con él…todos en el castillo estaban preocupados también, en especial Kaede que no tenía ni una idea de lo que tenía su precioso bebé, incluso la cocinera se preocupó de no ver al pequeño oji-miel haciéndole pucheros para que le preparara un postre  a escondidas de su mamá. Y muy  observador también se dio cuenta que el pequeño temblaba como gelatina cada vez que veía a Sousuke…ese imbécil le había hecho algo…y por su cuenta corría que si así era se las iba  pagar…


 


-oie…Kioshi…¿quieres  salir a pasear conmigo?…hoy iré a ver a Yuki- exclamó con una sonrisa Yura, alertando un poco al menor que casi brinca…fue entonces que Yura se dio cuenta que no había notado su presencia. Observó con un poco de tranquilidad como el menor sonrió.


 


-¡si , Yura-niisan!- exclamó corriendo a su armario para “según el” escoger bonita ropa para salir. Yura sonrió ante la alegría de su hermanito…definitivamente iba a descubrir que pasaba…


 


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Ya habían pasado por lo menos  dos horas desde que había empezado su “castigo”. Tiempo en el que Tsumori se había dado cuenta, con creses, de que su querido amo no bromeaba…realmente se había metido mucho en el “papel” de ser un profesor de la clase y de retomar al pie de la letra “la sesión y el tema”…y de todo eso era testigo, ni más ni menos que su propio cuerpo. El azabache parecía disfrutar mucho la manera en que su cuerpo reaccionaba con cada pregunta que hacía y las sensaciones que “percibían” su cuerpo; para su mala suerte y de una manera extraña…su cuerpo también – haaa- Con la piel más sensible que nunca Tsumori gimió por milésima vez, quizás. Sus ojos seguían vendados y sus extremosidades amarradas, sin embargo, su cuerpo estaba ligeramente…hecho polvo. Si el hielo no hizo más que estremecerlo; no quería recordar lo que había hecho el oji-turquesa con su cuerpo cuando le preguntó sobre el punto de ebullición del mercurio, sobre las corrientes eléctricas en las tormentas, y sobre la  acupuntura. Tan solo de recordarlo le daban escalofríos.


 


-a...amo…-gimió de dolor al sentir un objeto punzocortante deslizarse con lentitud a la altura de su pecho ocasionando que la sangre brotara enseguida por la reciente herida- por favor…juro que no volveré a salir sin su consentimiento...pero…por favor…-rogó el rubio. Atento escuchó el bufido de su amo…seguido de unas cosquillas en su rostro…que identificó como el cabello azabache de Mason, al sentir también el tibió aliento sobre su oreja.


 


-lo sé…- susurró el menor, el oji-miel soltó un suspiró cuando sintió como la suave lengua de su sensei recorrió con lentitud la herida, lamiendo los restos de sangre y  causando un extrañó “placer- doloroso” cuando el travieso musculo húmedo intentaba internarse más en ella…-mmnn- reprimió un gemido….-“perfecto…ahora soy masoquista”- pensó sarcástico y rendido el rubio.


 


-tranquilo…no te muevas…si lo haces, te juro que te mataré…- exclamo el oji-azul…El rubio se sorprendió mucho por las palabras…más que el significado le importó más la “forma” en que lo dijo… acaso había notado…”¿nerviosismo?...-…también tienes prohibido hablar…si me desobedeces…despídete de tu amiguito- exclamó con frialdad…Tsumori tragó grueso al mismo tiempo que dio un respingo…pues la mano de su sensei había tomado con fuerza su pene- ¿me entendiste?- preguntó el menor…el oji-miel se limitó a asentir- bien…- solo murmuró para después proseguir, el rubio sintió como aflojaba el agarre sobre su miembro y en su lugar empezó a moverlo suavemente de arriba a abajo –“… ¡por kami!...”-quiso gritar el menor sin embargo solo apretó los labios lo más que pudo…no podía hablar…ni decir absolutamente nada…sus pensamientos quedaron en blanco y sus sensaciones se hicieron más fuertes…”¡sensei…sensei…me está masturbando!” era la loca idea que recorría su mente en ese momento .Era cierto que el  azabache gustaba de avergonzar y toquetear el cuerpo del mayor…que lo miraba con lujuria y que de vez en cuando “lo obligaba” a hacerle uno que otro “trabajito” a su miembro…pero de eso que a que le brindara placer…Nunca. Por un instante  dejo de sentir la cálida mano del otro sobre su cuerpo, pero enseguida percibió como la  cama se hundía en la parte de abajo…sus ojos se abrieron asombrados…no irá a….


 


-¡haaaa…!- gimió en un tono ronco, arrastrando casi la palabra “placer” en la garganta…si sentir su mano lo sorprendió…sentir la tibia lengua del menor en su miembro lo iba a hacer perder la cordura…el menor parecía saber lo que estaba haciendo…chupaba, lamía y succionaba justo en el momento preciso. Sentía su miembro gotear escandalosamente y el sonido morboso de las succiones en su pene no ayudaban demasiado a mitigar su libido. Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, sintió que todo estaba por terminar y sin previo aviso, porque no podía hablar ni moverse, se corrió con gran potencia… “carajo, ¡si había sido el mejor orgasmo de su vida!”…pensó el mayor, aun siendo víctima de las sensaciones del orgasmo.


 


-esto…tomará un poco de tiempo- escuchó el murmullo de su sensei. Sin embargo, no se atrevió a preguntar de que cosa hablaba, pues al parecer el dialogo no iba hacia él precisamente. Sintió como  la cama se movió un poco más, seguido de cintas y telas deslizándose hasta caer el suelo…Tsumori estaba atónito, era su impura imaginación o el azabache se estaba…desvistiendo…sintió su rostro arder en nerviosismo, vergüenza, escepticismo  y en especial de decepción “¡¿el acontecimiento e su vida estaba pasando y el sin poder hacer o ver nada?!”…la cama se volvió a mover, esta vez Tsumori pudo sentir por unos segundos como la piel blanca del otro rozó la suya. Los segundos pasaron hasta que volvió a escuchar sonidos de la boca de su sensei- tsk…- fue lo primero que escuchó…un leve chasquido de inconformidad…-ah…- aquello había sonado como un murmullo…pero si no se equivocaba eso era… un…”¡un gemido!” casi gritaba en su mente el oji-azul como si fuera el más grande descubrimiento…¿pero qué rayos estaba haciendo su maestro?...- bien…aquí ya no puedo arrepentirme- escuchó otra voz esa suave voz, Tsumori se moría por preguntarle a qué se refería…¿Por qué estaba haciendo todo eso?...¡¿qué carajo pasaba?!...sus ideas revolotearon de nuevo al sentir una suave mano del menor sobre su pecho…y….la otra agarrando de nuevo su ya despierto miembro.


 


-¡¿qué…?!...aah…-se atrevió a desobedecer el rubio la orden, al sentir la punta de su miembro tocar una superficie muy cálida…pero todas las dudas en su cabeza se resolvieron cuando percibió el leve tirón de su cuerpo cuando sintió como su miembro se enterraba en la misma calidez -¡carajo!- exclamó casi en un susurro con un placer indescriptible, sintió como la sangre se le aceleró en un segundo y corrientes eléctricas recorrían como locas todo su cuerpo…el audible “ammm…” de su se sensei…lo sacó de sus sensaciones…solo para perderse en la situación….¡¿POR  KAMI…Y LOS DIOSES DE TODAS LAS RELIGIONES EXISTENTES…ESTABA TENIENDO SEXO….Y NI MAS NI MENOS QUE CON EL MAGO MAS AMADO-TEMIDO-ODIADO DE TODOS LOS TIEMPOS?!....su sensei…estaba “dentro” de su amor platónico…intentó razonar el mayor… ¡carajo…esto no es posible!- aaah...sensei…-murmuró con voz queda.


 


-me has desobedecido…idiota- murmuró con claro tono de dolor, más Tsumori detectó también el placer, ambos se mantenían quietos, aunque el rubio se moría de ganas por moverse- solo espera…un poco…- el tiempo pasó silencioso…hasta cuando el rubio se dio cuenta que el azabache había empezado a moverse lentamente, de atrás hacia adelante  primero y después  a dar pequeños saltitos…


 


-sensei…-jadeaba el rubio…el menor se movía con rapidez  auto-penetrándose, mientras ambas manos acariciaban el torso desnudo del rubio, quien si no supiera que estaba despierto jamás hubiera creído lo que pasaba…era seguro que él amaba con locura a ese “oscuro” oji-turquesa y que incluso pensó muchas veces en ser “tomado” por él…pero…realmente ni en sus más pervertidos sueños…se hubiera imaginado aquello…se moría de las ganas por decirle al menor que le soltara y que dejara verlo disfrutar de su cuerpo…porque sabía que lo disfrutaba …su gemidos altos y constantes se lo decían…quería decirle que lo amaba…pero aun en la situación en la que estaban…no podía decírselo…


 


-aaah…aaah…amnn…mnng…ya…ya…casi- gimió con voz suave el menor, casi chillona, prediciendo el orgasmo que estaban por experimentar. Tsumori sintió como  el menor casi se salía por completo de su miembro para sentarse fuertemente de nuevo…haciendo un ruido vulgar entre el trasero del azabache y su pelvis…aquello fue le detonador de todo…y sin previo aviso el rubio terminó dentro del menor…que se permitió tomar unas bocanadas de aire antes de levantarse del regazo del otro sacando el miembro del mayor de su entrada en el proceso, todo acompañado de un precioso gemido. Mason respiraba agitado mirando una y otra vez con sus ojos preocupados y llorosos el cuerpo desnudo de su aprendiz…”carajo…” fue lo único que pensó…las lágrimas cayeron al fin de sus ojos cuando escuchó al rubio pronunciar esas palabras, sin embargo no fue capaz de quedarse a escuchar  más…y con un hechizo rápido desapareció de allí ya vestido…


 


-sensei…lo amo…-


 


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Un niño de aproximadamente 11 años de edad se encontraba muy atento y emocionado mirando por la ventana de su habitación. Su cabello era azabache y un poco largo hasta el cuello…sus ojitos también tan oscuros como la noche que atentos y vivarachos esperaban con ansiedad la llegada de una persona muy importante para él. Esta persona era ni más ni menos que su padre. Hiroto, era un hombre  de carácter fuerte y porte imponente, de ojos café claro y cabello tan oscuro como el de su hijo, sin embargo con su familia no temía derrumbar esa gran fachada de “amargado” y consentir a su mujer y a su pequeño.  Hiroto rozaba tal vez los 40 años de edad y laboraba nada más y nada menos como el general del ejército del reino Usami; este hombre era conocido como “invencible”, pues teniendo ya más de 10 años en su puesto  había logrado que los, pocos, enemigos que querían invadir el próspero reino  pusieran siquiera un pie dentro. Esta vez había sido mandado a llamar hace 2 días, pues había un asunto “importante…eso que los niños no pueden saber”…pero él no tenía miedo de nada…porque a su papá…jamás alguien lo había vencido…


 


El pequeño pelinegro observó  casi con euforia como a la puerta de su mansión  llegaba un carruaje  con el logo de “Usami”…pensándolo bien era algo extraño…pues su padre siempre regresaba a casa a caballo, pero su mente de niño no procesaba mucho en eso entonces, sin demora dejó su “puesto de guardia” en el ventana y bajó corriendo las escaleras, ya tenía muchas ganas de decirle a su papa cuanto lo había extrañado, pedirle que lo entrenara como siempre lo hacía, reprocharle un poco por que había tardado y tal vez después hacerle ojos de cachorrito para que lo llevara a cabalgar a los bosques de Usami…sin embargo su rápida carrera fue interrumpida por el mayordomo de la mansión que lo tomó con fuerza de un brazo, extrañado el morenito le regresó la mirada…


 


-lo siento joven amo, pero su madre ha dicho que no puede salir…-exclamó el hombre de cabellos castaños al igual que sus ojos. El niño hizo un puchero, observó el rostro lastimero del mayordomo y asomándose un poco más pudo ver a su madre, ataviada en un vestido rosado…el favorito de su padre…la cual hablaba con alguien…en la puerta… ¿Qué pasaba?...su pequeño corazoncito se comprimió cuando observó cómo su mamá recibía una carta…sus manos ataviados con guantes abrieron el sobre…y temblaron…al igual que todo su cuerpo.


 


-¿Qué pasa?- preguntaba el niño mirando al mayordomo, este no le respondió nada, solo bajó la cabeza. El morenito luchó un poco con el agarre del adulto  hasta que pudo soltarse y corrió hasta la entrada ignorando olímpicamente el “espere joven…” del mayordomo. Abrió más la puerta para fijar su mirada primero en dos miembros del ejército de Usami, y después en una mujer de cabellos largos y plateados con ojos violetas…los cuales estaban llorosos. El niño dedujo que no pasaba de los 27 años. Dejó a la peli-plateada y fijó su mirada en su madre quien parecía repetir una y otra vez la misma línea en la cata temblorosa en sus manos…


 


-mamá…¿Qué pasa?...¿dónde está papá?- preguntó  ya desesperado , ¡¿Por qué nadie le contestaba?!. Lentamente observó como la mujer de cabellos  oscuros y ojos tan negros como los suyos se daban la vuelta y se arrodillaba hasta ponerse a su altura. El niño no entendía nada…


 


-bebé…mi niño- empezaba la mujer todavía hipando por el llanto, su rostro estaba rojo y sus manos seguían temblando, sin embargo tomó entre su suaves manos las de su hijo- …la bruja…la reina…ella lo hizo…el pequeño príncipe…- la mujer ya no sabía cómo decirle a su niño…este estaba perdiendo la paciencia….quería saber que pasaba ¡y quería saberlo ya!...


 


-¡no entiendo!... ¡¿dónde está papá?!...¡QUIERO VER A PAPÁ!- gritaba ya también con su ojitos llorosos…


 


-hijo…tu papá ya no va a volver- explicó la mujer…el niño dejó caer una lágrimas, mientras se soltaba con fuerza de las manos de su madre mientras negaba con la cabeza.


 


-no es cierto… ¡no es cierto!... ¡papá va a volver!... ¡él va a volver! ¡El me lo prometió!... ¡no te creo!- gritó el chiquillo retrocediendo sin dejar que nadie le tocara, para después irse corriendo con todas su fuerzas hasta su habitación.


 


-¡hijo!... ¡hijo ven por favor!- gritaba la mujer de ojos negro. La peliplateada agachó la cabeza…ella también había perdido a alguien muy importante…-¡MIYAGI!- gritó el nombre del niño.


 


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-…¿Mi…yagi?-


 


Un susurro terminó por despertarlo. El azabache pasó una de su manos por su cara…hace tanto que no había recordado ese momento…su rostro se puso serio…después de que había pasado todo aquello, tardó mucho en superar la muerte de su padre…nunca imaginó que él  se pusiera también a las órdenes de Usami, y mucho menos que ocupara también el lugar de “general”…como su padre. Claro su padre había sido asesinado esa noche que  Aikawa regresó a Usami para llevarse consigo al príncipe Akihiko, quizás fue por eso que aceptó tan rápido la misión de ir en busca de Akihiko y vencer a Aikawa…no es que estuviera precisamente pensando en venganza…pero lo tomaba simplemente como justicia.


 


-¿Miyagi?- el moreno esta vez puso atención en la vocecilla que le había hablado, topándose en primero plano con los ojos grandes y brillantes color plata…los labios rosados y las hebras doradas que cubrían graciosas su rostro. El oji-negro sonrió acariciando una de las hebras doradas, dándose cuenta hasta ese momento de que él se encontraba totalmente acostado en el suelo boca arriba y el lindo muchachito de piel blanca justamente sobre el recargando sus manos en su pecho… ¿en qué momento se habían movido tanto?...se preguntó curioso…si la noche pasada se habían dormido solo sentados…-¿estás bien?- preguntó el menor con un tono preocupado.


 


-s-si- exclamó un tanto ido todavía tratando de quitarse de encima al muchachito. Este se levantó curioso y miró directamente al mayor recargándose en sus hombros por un intento vano de igualar su altura.


 


-no es cierto Miyagi, sabes…puedes confiar en mi, si quieres contarme algo- exclamó con su mejillas rojitas y desviando su plateada mirada- después de todo…tú también me has ayudado…- exclamó. Miyagi lo miró con sorpresa y sonrió, estos últimos días se le había hecho casi imposible no hacerlo…el niño, para bien o para mal, le estaba robando el corazón….y a esas alturas no sabía si era bueno o “malo”…


 


-gracias…estoy bien…- exclamó el mayor, titubeó un poco antes de continuar- …solo son unos recuerdos…tristes…- explicó al niño quien le miró condescendientemente.


 


-entonces no puedes dormir…por pesadillas- analizó Shinobu de lo más normal. Miyagi sonrió por la infantil que resultaba esa lógica – mamá me daba algo para que no tuviera pesadillas en las noches- exclamó nostálgico, pero una sonrisa adornaba su rostro.


 


-¿y que era?- preguntó curioso el oji-negro.


 


-un beso de buenas noches…- exclamó con una gran sonrisa el rubio. Miyagi abrió un poquito sus ojos. ”Un beso de buenas noches “repitió en su mente.


 


-¿un…beso?- repitió el mayor aun extrañado…sin duda era un lado tierno  de ese rubio...pero es que… ¡¿acaso no notaba lo que le  hacía sentir?!...


 


-si…uno así- susurró el menor, mientras con lentitud se acerca al rostro del  demás y dejaba un tierno besito en los labios del contrario…


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Continuará…

Notas finales:

Nos leemos pronto.

Gracias por leer, que tengan un lindo día¡¡¡

 

 

 

Misagi * *


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