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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo...


Espero que els guste la conty, miren que trae cositas bastante intereantes xD...


Nos leemos en un rato :3


Misagi * *

Capítulo 21: “Suficiente resistencia”


.


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.


 


-sensei…usted…usted…es…un…¡¡ ¿DONCEL?!!-


 


 


Mason miró con una seriedad impresionante a Tsumori, observando como los ojos mieles estaban abiertos en su totalidad. El oji- turquesa frunció levemente le ceño, mirando casi con reproche al mayor…no pensaba que lo descubrirían…al menos no tan pronto.


 


-…es un doncel…-exclamó todavía extasiado el rubio, mirando al hermoso y despiadado chico frente a él.


 


-y ahora que lo sabes… ¿Qué vas a hacer?... ¿me vas a delatar?... ¡¿vas a hacer eso, verdad?!...¡porque alguien como yo no podría haber llegado a ser alguien en este mundo!...-le gritó el azabache furioso, sonrojado y con lágrimas en los ojos. El otro se sorprendió mucho por las palabras.


 


-¡por supuesto que no!- respondió inmediatamente, y se acercó casi de un brinco al menor, quien instintivamente intentó dar una paso atrás – sensei…jamás haría algo que le hiciera daño o lo perjudicara- exclamó quedito contra los labios rosas. Mason lo miró entre sorprendido y enternecido… ¿cómo podría ser eso?- sensei…lo amo, es enserio, y me encargaré de recordárselo cada día de su vida…-finalizó dando un beso en la frente del azabache. Tsumori se alarmó un poco al sentir como el otro temblaba, muy pronto se dio cuenta que el chico de ojos lindos estaba…llorando.


 


-sensei…- le consoló acariciando  casi con las yemas de los dedos la mejilla sonrojado del otro- no llores…-


 


-no entiendo por qué haces esto…- exclamó entre sollozos el menor. Tsumori lo miró con ternura y limpió con sus pulgares las lágrimas que ensuciaban las suaves y coloradas mejillas del menor.


 


-por qué te amo…- le dijo sencillamente con una sonrisa.


 


-amar a un idiota, te convierte en un idiota más grande….baka…- exclamó entre risas, bajando su mirada un poco, mas no pudo permanecer más tiempo así , pues el rubio le había levantado el rostro…


 


-pues que así sea- puso fin a la discusión besando de nueva cuenta los suaves labios de su sensei…


 


-yo…no sé por qué sigues a mi lado…te traté como basura…perdón…te necesito junto a mí-susurraba quedito el azabache. Tsumori atendió a abrazarlo con mucha fuerzas, por fin sentía que todo aquello que había pasado al fin había rendido frutos, sonrió.


 


-es cierto que sufrí tu indiferencia sensei…pero lo tomaba como un reto para nunca dejar vencerme, quería a como diera lugar que al menos supieras mis sentimientos. Aunque jamás te culpé…y tampoco lo hago. Tu solo intentaste ser fuerte e imponente ante todos- exclamaba el muchacho rubio al oído del otro-…pero ahora ya no debes ser tan fuerte…déjame ser tu fortaleza, nunca dejaré que te lastimen…y estaré siempre a tu lado…déjame acompañarte siempre…déjame amarte con todas mis fuerzas…Mason…-


 


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//Flash-Back//


 


-oye…Shinobu…dijiste que alguna vez saliste de esta cueva, ¿no?-


 


-si…pero de hace, ya pasó un tiempo… ¿a qué viene eso Miyagi?- exclamó el rubio cepillándose sus cabellos rubios con sus dedos…


 


-o sea que tu cadena…puede estirarse…-


 


-pues sí, algo así…es mágica… ¿Por qué?- exclamaba el rubio con curiosidad  por lo que decía el pelinegro.


 


-¿no te gustaría ir al lago que está a algunos metros de aquí?...- preguntó con una sonrisa de lado, que  de inmediato fue correspondida por el oji-gris.


 


//Fin Flash-Back//


 


Después de aquello, nuestra pareja, aun-no proclamada, se había dirigido hacía allí. Shinobu entre brincos y risas caminaba aferrado al brazo del pelinegro totalmente feliz. Miyagi no había podido borrar la sonrisa de sus labios pensando en lo tierno que se veía el hermoso rubio…aún conservaba rasgos de infantilidad…y eso le daba una ternura extrema, sentimiento que se contraponía…peligrosamente según él…con la creciente atracción y amor-no fraternal que estaba sintiendo por el bello doncel. Apenas llegaron al lugar el menor se sentó a la orilla del hermoso lago y metió sus pies moviéndolos y empezando a salpicar agua. Miyagi lo miró contento.


 


-¿te gusta, Shinobu?-preguntó el pelinegro al menor, detrás de él…casi susurrándole al oído. Shinobu se estremeció por la acción, sin embargo emitió un suspiró y regresó a ver hacia atrás con una sonrisa…quedando sus rostros muy cerca…


 


-si, es hermoso- respondió con sus mejillas rojitas. Ahora el nervioso fue Miyagi, quien con prudencia se separó del hermoso doncel.


 


-me alegra que te guste…- respondió corto. Shinobu le regresó la sonrisa-ahora vengo…traeré algo para que comas


 


En unos minutos Miyagi regresó a lado del rubio trayendo entre sus brazos una gran variedad de frutas que encontró en algunos árboles cercanos, algunas raíces y  agua  de un río que estaba algunos metros más adelante. Al general de Usami se le hacía increíble ver como el pequeño devoraba todo con ganas y con una felicidad que no había visto a nadie expresar tan solo con probar algo…el rubito estaba extasiado con los sabores que hace tanto que no probaba.


 


-¡¿es que acaso no comías?!- exclamó alarmado Miyagi.


 


-no, hace mucho que no lo hacía…no lo necesito, el hechizo me permite sobrevivir sin beber o comer nada…-exclamó con una mueca despreocupada…


 


-…- el mayor no supo que responder. Solo miró con cara de verdadero odio al grillete que apresaba el tobillo del menor que despreocupada y de piernas dobladas tenía en su mano izquierda un colorado durazno y con la otra una manzana verde. Miraba con deleite como los labios rosas y delgados se movían con dicha cada que masticaba…y como la lengua rosada limpiaba cualquier gota de néctar frutal que osara escapar…


 


-¿Qué sucede…Miyagi?- preguntó extrañado el oji-gris al ver cómo le ponía demasiada atención.


 


-esto…-y…el autocontrol de Miyagi se había ido formalmente de vacaciones…-…solo quería probar  a qué sabe el durazno que estas comiendo…- exclamó con los ojos fijos en los del doncel…este inocente extendió la fruta hacia el pelinegro con una sonrisa. Sin embargo, el azabache lo sorprendió tomando su muñeca y apartando su brazo de su camino para acercarse directamente hasta el rubio y probar la dulce fruta directamente de la boca del rubio.


 


-umm…-fue el pequeño suspiro que emitió el menor  al sentir los labios del mayor sobre los suyos, y después la legua de este saboreando todo los rincones de su boca…lo que hizo que se sonrojara sin remedio. Muy pronto lo que quedaba del durazno y la manzana quedaron olvidados en el suelo…pues los brazos del rubio estaban muy ocupados rodeando el cuello del mayor- M-miya..gi- gimoteó el oji-gris en los brazos del otro, quien sonrió…ese niño le encantaba en un nivel inimaginable…


 


-es delicioso…-exclamó el mayor…refiriéndose al durazno…el mayor sonrió con las mejillas sonrojadas aun…


 


-es una lástima…se ha caído…- exclamó el rubio mirando la fruta tirada en el suelo y llena de tierra. Miyagi  estiró un poco el labio inferior de Shinobu antes de volverlo a besar…esta vez con la simple intención de probar el sabor del rubio. Shinobu sentía como se derretía todito, él nunca había dado besos “de grandes”…y todo lo sentía tan nuevo, tan extraño y tan…rico…


 


-Shinobu…-“me gustas mucho”…quiso decir el mayor casi con desesperación…pero no podía hacer eso.


 


-¿Qué será de mí… cuando tú te vayas?- “me he enamorado de ti...”quiso gritar el menor con impotencia…pero no podía hacer eso…y exclamó con un puchero aun sonrojado el rubio, recargando su frente en el hombro de Miyagi, mientras seguían sentado en el suelo. El azabache acarició el cabello del doncel, consolándose y consolando al niño bonito…


 


-¿Qué pasará el día de la guerra con Aikawa?- preguntó el mayor


 


-ella no tendrá el suficiente poder para retenerme con todas su fuerzas aquí…y escaparé por un momento en mi forma de dragón para ir a dejarte con tus amigos…- exclamó triste el rubio- después regresaré a mi puesto…como siempre…-dijo resignado- o…tal vez pueda dominar un poco el hechizo…pero una vez  convertido en dragón…como seguiré atado a la maldición de Aikawa aunque ella muera, no podré irme de aquí, pues seguiré atado a la cadena…además no podré convertirme en  humano en mucho tiempo…quizás pase otros  5 años…no lo sé…- finalizó soltando amargas lágrimas, se le hacía tanta desgracia su vida… por primera vez sentía que se había enamorado…y quería quitarse el corazón…dolía mucho…no faltaba demasiado para que se deshiciera en mil pedacitos…


 


-…no…-susurró el mayor con tristeza y asombro, él no pensaba que las maldiciones perduraban aun después de la muerte de los brujos. Y lo intuía…se culpaba por eso…pero él sabía que los ojitos grises del doncel lo miraban con un brillo tan especial que…que no quería lastimarlo- no puede ser- exclamó para sí…-


 


-¡no te preocupes por eso Miyagi!- exclamó el rubio tomando las manos del  mayor…y el azabache se sorprendió al ver que a pesar de que Shinobu estaba llorando le regalaba una hermosa sonrisa…-solo tienes que preocuparte por regresar con tus amigos a tu reino…solo prométeme algo, ¿sí?-


 


-…-Miyagi lo miró expectante…


 


-…no te olvides de mí…y prométeme que vendrás a visitarme al menos una vez más… ¿sí?...exclamó con sus ojitos llorosos y enamorados- estar a aquí solo será muy aburrido…- dijo con un puchero algo forzado al igual que su sonrisa. Miyagi no pudo hacer más que soltar una lagrima…


 


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-¿cómo sigue?...-exclamó Misaki terminando de vendar con una tela improvisada uno de los brazos de Yukina, este hacía un gesto poco disimulado de dolor, pues había recibido una herida muy profunda en un descuido, y una flecha casi atravesaba su brazo.


 


-estoy bien, no te preocupes tanto Misaki- le sonrió el oji-chocolate. Misaki asintió y se acercó esta vez a  Mune, quien limpiaba cuidadosamente un poco de sangre que le escurría de una herida no tan profunda que tenía en la mejilla.


 


-¿estás bien Masamune?- preguntó con un gesto preocupado.


 


-excelente, hay que irnos, nos hemos tardado un poco ya- respondió el príncipe poniéndose al fin de pie con un llave dorada en la mano. El oji-verde asintió.


 


La batalla se  llevó a cabo de la manera más rápida que pudieron, pues tanto Mune como Yukina estaban conscientes de que  ellos podrían cansarse, en cambio las armaduras no. Tan pronto Mune había alcanzado a rozar con su espada el hilo que mantenía la llave dorada en el cuello de la armadura y esta se desprendió, habían ganado la batalla. Pues tan solo pudieron observar como las figuras se desarmaron ante sus ojos. Todos habían suspirado de puro alivió, y prontamente Misaki había corrido a auxiliar a los heridos muchachos.


 


Masamune guardó bien la llave entre sus ropas y sacando el mapa obtuvieron un nuevo sendero y se encaminaron con rapidez hacía allí. Caminaron el resto del día y cuando anocheció buscaron un lugar para quedarse a descansar…


 


Misaki miraba atento el fuego que ardía con ímpetu en la fogata y que  calentaba su cuerpo satisfactoriamente, pues el  frío era ya casi insoportable…El oji-verde había adivinado que no estaban haciendo nada más que seguir “subiendo” , por ende el frío le congelaba hasta las ideas…


 


-¿Qué pasa Misaki?- preguntó Mune curioso, que hace un rato había visto al lindo doncelito muy pensativo…casi preocupado. El oji-verde se permitió fruncir un poco el ceño y después mirar al príncipe con un intento muy vago de sonrisa…


 


-…no sé si deba preocuparte…-respondió quedito…


 


-me preocuparás más si no me lo dices- exclamó el otro con media sonrisa.


 


-…no lo sé…solo…tengo un mal presentimiento, creo que algo…algo no saldrá bien…-exclamó abrazando sus piernas el oji-verde y perdiendo su mirada en el fuego rojo. Mune puso su rostro serio…


 


-no pienses eso…ya verás que todo saldrá bien…solo nos falta una sola prueba…- trató de convencer el príncipe, aunque realmente el presentimiento de Misaki le había dejado muy preocupado…


 


-…- el oji-verde asintió lentamente…de repente le habían venido a la mente los rostros de Miyagi, Keiichi y Hiroki, quería creer que no era algo que ver con ellos…


 


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Hiroki tapó su rostro con sus manos con frustración y casi emite un grito ahogado de desesperación…sentado en el  suelo, recargando su espalda en la base de la cama, sentía un desesperación enorme… ¿había hecho lo correcto?, ¿necesitaba alejarse realmente de Nowaki?, ¿esa era la mejor opción?...quería decir abiertamente que deseaba que el oji-azul se enamorara de una buena mujer-sirena-doncel  y que se casara…pero sabía que no era verdad, porque muy en el fondo…él quería al joven príncipe tritón para él.


 


-no voy llorar…no por él...y no por esto…- se había dicho los dos días que había permanecido allí…”extrañamente” no había visto a Nowaki más que una sola vez y después para nada…al parecer para él todo esta fue más fácil, pensó triste el castaño. A parecer estos estúpidos sentimientos nada más los sentía él. Maldita sea.


 


Y tenía tan mala suerte, estaba seguro, que si en ese momento Nowaki se aparecía frente a él…no podría seguir con la farsa. Y como el destino es tan cruel…sus pensamientos se materializaron y solo pudo alcanzar a  ponerse de pie en un brinco…mirando hacia la puerta sintiendo que su corazón se saldría de su pecho…


 


-Hiro-san…hola…-


.


.


.


 


-…H-hola…¿Q-que haces aquí?- exclamó el castaño nervioso mirando fijamente al príncipe poniéndose todo el autocontrol de su parte para no sonrojarse allí mismo, mientras sentía como pasito a pasito el oji-azul se acercaba a él, pues recordemos que cada vez que Nowak entra a la habitación de Hiroki, que es sin agua, toma su “forma” de humano.


 


-solo…quería hablar contigo…-respondió el menor. Hiroki pudo identificar una mirada dolida en nowaki…y eso le desconcertó y sorprendió por igual.


 


-pues…yo creo que no tenemos nada de qué hablar…-exclamó algo intranquilo el oji-avellana. Nowaki frunció el ceño y terminó de acercarse al mayor de un solo paso, encarándolo directamente y tomándolos de los hombros…por lo que sus rostros quedaban muy cerca….peligrosamente cerca. Hiroki abrió mucho los ojos por el rápido y brusco movimiento y sin remedio se sonrojó… ¡maldita sea el mocoso de Nowaki y su estúpida altura!...se reprochaba el mayor.


 


-¿te parece nada, sobre nosotros?- exclamó con voz firme, pero profundamente triste el azabache, sintió al mayor temblar un poco bajando la mirada…


 


-¿nosotros?... ¡¿nosotros qué Nowaki?!....no somos nada-respondió con toda su cordura puesta en su lengua que disparaba un discurso letal al corazoncito de nuestro tritón.


 


-¡eso no es cierto!...- exclamó el menor con un reproche y levantando la voz, Hiroki nunca lo había visto así…y se sorprendió mas el observar que estaba a punto de llorar -¡Hiro-san…yo te amo!- casi lo gritó  tomando entre sus manos las del otro. Hiroki perplejo y sorprendido no pudo moverse para nada… ¿había escuchado bien?....


 


-yo…-


 


-… ¡no intentes negarlo!...¡sé que no te soy indiferente!...al menos no del todo…- susurró contra los labios del sorprendido y sonrojado doncel…


 


-no es cierto…¡estás mintiendo!...y además…¡¿quién te crees para asegurarte de que yo te amo?!...- respondió con saña, y lágrimas surcaba sus ojitos avellana…


 


-solo lo sé…¡y no te miento!...¡Hiro-san estoy enamorado de ti!...dime…dime que correspondes a mis sentimientos…-rogó el azabache mojando con sus lágrimas las manso sujetas de Hiroki. El castaño, en cambio, tenía un gran conflicto mental… ¿lo que decía ese ser…era cierto…?.


 


-yo…yo no- intentó decir Horoki, sin embargo fue demasiado tarde, pues el oji-azul ya lo estaba besando…después de 2 días sin haberlo hecho. Primero fue una tierna caricia, pidiendo permiso…tan pronto su corazón se fue calmando el beso se tornó furioso y salvaje…y eso era algo que pese a cualquier circunstancia Hiroki no iba a permitir…se sentía débil…y traicionado por su cuerpo y sus sentimientos…


 


-¡te dije que no me besaras!- espetó totalmente avergonzado y con sus labios rojos, sus ojos llenos de lágrimas y empujando con toda la fuerza que pudo expulsar en ese momento a Nowaki, quien dio un tropezón hacía atrás…


 


-…no te mientas Hiro-san…te haces daño…y me haces daño a mi… ¿a qué le tienes miedo?- preguntó con voz suave, mirando de frente al menor, quien desvió su mirada inmediatamente, cubriéndose la boca, suponía avergonzado todavía por el anterior beso….


 


-¡no opines sobre mi!... ¡no sabes nada de mí!- espetó con crueldad…


 


-¡pues dímelo…Hiro-san, quiero saber todo sobre ti!- respondió al borde de la desesperación


 


-¡lo nuestro no puede ser ¿si?!....¡estoy  comprometido!...soy un doncel que tiene  a responsabilidad de dos reinos en sus manos…así…que aléjate, me haces daño…porque…t-te quiero…aléjate…por favor…por favor…- susurró lo último dejándose caer con cansancio en la cama…ya no podía gritar, ya no quería, ya no tenía fuerzas…había quedado lo más desprotegido que  podía…se sentía vulnerable…ya no valía mucho la pena…sus mejillas seguían rojas…señal de la vergüenza que le ocasionó declararse  tan “directamente”…puso sus manos sobre su rostro tapándolo y empezó a sollozar. Nowaki mantenía un poco la distancia. Hiroki había hablado más de lo que esperaba…a pesar de las sorpresas y de todo lo que esas palabras significaron…su corazón saltaba de emoción…”lo quería…su Hiro-san…lo quería”….sonrió casi tontamente. Y con pasos tambaleantes y cortos se arrodillo a la altura de la cama…donde Hiroki seguía sentado…


 


-Hiro-san…sabes que el matrimonio se anulará cuando se encuentre a Akihiko-san…no dejes que tus responsabilidades opaquen tu felicidad-  exclamó el menor descubriéndole el rostro y limpiándole las lágrimas con las manos…acercó sus rostro a los labios del menor…-Hiro-san te amo…-susurró antes de que tomará suavemente los labios tibios del Kamijou. Hiroki emitió un suspiro tan  profundo que temió hubiera hecho eco en la habitación…sintiendo como sus penas era succionadas por el amor tan puro que descubrió en el azabache… sin embargo habían tanto pendientes…tantas contradicciones…tantos problemas…- Hiro-san…olvídate del resto, solo piensa en nosotros- susurró contra el oído ajeno el seme logrando que el castaño diera un ligero respingo…y sintiera como era tumbado hacia atrás…quedando totalmente recostado en la cama, con un  Nowaki comenzando a  besar esta vez su cuello…cerró los ojos muy fuerte por la sensación.


 


-¡no!...para…para Nowaki…-gemía quedito el oji-avellana tratando inútilmente de resistirse…no se dio cuenta cuando exactamente…ya había sido arrastrado por el sentimiento…se había dado cuenta que no quería resistirse…


 


-te amo…-susurró el oji-azul en el oído de Hiroki, este atinó solamente a cerrar muy fuerte sus ojos tratando de tranquilizar el temblor que recorría todo su cuerpo…sentía como quemaban las manos de Nowaki que poco a poco se iban metiendo entre su camiseta, acariciando su vientre y sus costados…sin embargo ese abrazador calor no le molestaba… ¡quería quemarse en ese momento!...y que no quedara nada de él. Nunca había sentido todo lo que Nowaki le hacía sentir…era cierto que los pocos pretendientes que tenía habían tratado de cortejarlo…sin embargo jamás había “estado” con nadie… ¡kami lo librara de tal ultraje!...y sin embargo en ese preciso momento era lo último que le importaba.


 


-Nowa…-los labios del menor dejaron al fin su cuello y volvieron a tomar sus labios, suaves y dulces… Hiroki ya no podía ni quería pensar, solo quería sentirse amado y correspondido por ese “tifón” que  egoístamente lo había conquistado, volviéndolo loco a mas no poder hasta el último de sus cabellos. El castaño pasó lo brazos por encima del cuello del oji-azul, correspondiendo con mucha fuerza el beso que le era entregado…solo para él. Tomó una gran bocanada  cuando al fin sus labios se separaron y se limitó a sentir como las manos de Nowaki subían su camiseta, hasta quitarla completamente…- haa…ha…-cerró los ojos con fuerza sintiendo  como los labios del menor recorrían su pecho  y ocasionalmente daba una que otra mordida, lamiendo y jugando con sus pezones que ardían por el placer que estaba experimentando por primera vez. No pudo aquietar la curiosidad de ver a su apasionado tritón y levantó el rostro…observando con su rostro sonrojado como el azabache jugaba ahora con su ombligo introduciendo de manera lenta su lengua. Jugó un poco ahí, dándole olas de placer deliciosas al castaño, quien abrió con sorpresa y excitación sus ojos surcados de pequeñas lágrimas al sentir como la mano del oji-azul acariciaba por encima de la ropa su miembro…


 


-aah…aah….espera…no toques ahí…- exclamaba con las mejillas sonrojadas, mirando al azabache, quien le regresó  una sonrisa sin dejar de acariciarlo y le dio un besito en los labios…


 


-tendrás que poner suficiente resistencia, amor- susurró con una sonrisa ladina, haciendo sonrojar y enfurruñar por igual al oji-avellana.


 


-¡i-i-dio…ta!- gimió en un tono para nada suave cuando la cálida mano del menor tocó su pene directamente, debajo de la ropa, para después quitarla definitivamente, dejándolo completamente desnudo…


 


-cálmate un poco Hiro-san…voy a  hacer que te sientas muy bien- exclamó con una sonrisita pícara. Hiroki se retorció en la cama soltando un gemido muy audible cuando sintió como los labios de su amado recorrieron el tronco de su pene, muy inmediatamente su miembro estaba completamente dentro de la cálida cavidad del menor.


 


-aah, aah, ahhh…Nowa…haa…ki…para ¡para!- gritaba con desesperación mientras veía con excitación como la mata de cabellos negros azulados del príncipe bajaban y subían entorno a su pene. Extraños y delirantes corrientes eléctricas recorrían todo su cuerpo…y era imposible no tensar todas las partes de su cuerpo…y por inercia llevó sus manos a la cabeza de su amado tritón  para indicarle un ritmo mucho más rápido…- ah… aah…me... ¡me vengo!- gritó con verdadero éxtasis, sintió como se corría como jamás lo había hecho en su vida…


 


-¿cómo ha estado Hiro-san?...casi me asfixias…- exclamó con una sonrisa ladina haciendo avergonzar una vez a castaño, pero como este estaba tan cansado no le respondió nada, solo trataba de recuperar el aire, su cordura y tal vez el control de su propio cuerpo…Mas Nowaki  no se detuvo sino que se posicionó a los pies de la cama y desde allí acarició casi superficialmente las piernas del oji-avellana, deleitándose por la suavidad y firmeza de estas…para después abrirlas… tan rápido que apenas Hiroki se enteró levantó la cabeza mirándolo.


 


-¡¿QUÉ CREES QUE ESTAS HACIENDO?!- exclamó con las mejillas más que sonrojadas, tratando de cerrar las piernas, pero el azabache no se lo permitía, su vergüenza no disminuyó al  observar como el oji-azul miraba  fijamente su parte más íntima, con mucha atención…-¡n-no mires… pervertido!- reclamó con reproche…al fin tuvo la atención de Nowaki, pero este se limitó a dejar un pequeño besito a un lado de su rodilla…y después de regalarle un sincera sonrisa  comenzó a trazar con besos una línea hasta sus muslos…y de ahí por fin bajó hasta su objetivo principal.


 


-¡aahh…no…no  hagas eso joder!...¡no¡...¡aah..mmmn!- Hiroki seguro que ya había perdió sus sentidos, más cuando sintió el húmedo y caliente musculo…invadir su entrada virgen, tratando de hacerse paso y dilatarla un poco- ¡AAAH!- enloqueciendo verdaderamente cada vez que Nowaki lograba entrar más en él- ¡Nowaki!..ya…-


 


-espera un poco…-respondió el oji-azul por saliendo de entre las piernas de su lindo castaño y regalándole al fin su mirad azulina- descuida…jamás te lastimaría, Hiro-san- susurró con tanta ternura, que Hiroki juró que le creería cualquier cosa. El mayor solo derramó unas lágrimas…no sabía ni por qué y asintió…recibiendo inmediatamente un apasionado beso que respondió de muy buena gana. Nowaki siguió besando a su lindo castaño poniéndose entre su piernas y acariciando todo ese cuerpo que le llamaba a adorarlo…mientras tanto una de sus manos se coló entre ellos hasta llegar a la entrada de su Hiro-san y metió fácilmente el primer dedo, dado que ese lugar seguía un poco húmedo…


 


-hou¡…-exclamó Hiroki, sintiendo un dedo del menor jugando dentro de él…no le dolía, pero era una sensación extraña. Sin embargo, ni la entrada de los dos dedos, ni el movimiento de los tres dedos dilatando su entrada permitió que dejara de besar a su tifón…


 


-Hiro-san…voy a entrar…-escuchó la voz lejana de su amor, solo asintió…y muy pronto sintió como la punta del gran miembro de Nowaki trataba de abrirse paso en ese angosto y virginal canal, que Hiroki había cuidado con tanto recelo de cualquiera que no fuera el “indicado”…


 


-ahhh…ahhh…-gimió de manera entrecortada cuando sintió que su interior estaba totalmente lleno- haa... Nowaki…ya -gimoteó presintiendo que terminaría muy pronto. El menor entendió y empezó a moverse muy despacio. Hiroki gemía con mucha fuerza cada vez que sentía como ese miembro se deslizaba hasta su interior tocando su punto. Las envestidas se tornaron muy rapidas, destrozando la cordura de ambos. Nowaki no cansaba de susúrrale al oído a su castaño tiernos “te amo”, mientras que Hiroki ya no sabía de donde agarrarse de tantas sensaciones y pasiones que estaba sintiendo en ese momento…y solo asintió a sujetarse hasta la muerte a la espalda de su azabache.


 


-aah…ya…ya no puedo…-exclamó como podía totalmente inentendible Hiroki, sintiendo que estaba por terminar todo.


 


-yo tampoco…Hiro-san…hagamoslo juntos- respondió el azabache, y con una estocada más profunda que el resto golpeó el centro de placer de su amor, gritando los dos al mismo tiempo, liberándose; Hiroki entre ambos y Nowaki dentro de su castaño…


 


-Hiro-san…te amo…te amo demasiado…quiero estar por siempre junto a ti…-exclamó el azabache con demasiada ternura abrazando por la cintura a su lindo doncel, el cual estaba tan cansado que muy pronto caería presa del sueño, le miró con sus ojos avellana directamente y sus mejillas aun sonrojadas por la reciente acción…


 


-yo…yo…también…te amo…no quiero alejarme de ti…- exclamó escondiendo sus rosto sonrojado en el pecho del menor. Nowaki sonrió…y sintió que su mundo estaba perfecto así como estaba, acunó entre sus brazos al amor de su vida y  después de darle un beso en los cabellos castaños se quedó dormido junto a su Hiro-san. Hiroki se durmió pensando  que no le importaba nada el resto del universo…todos los problemas sin resolver, matrimonios y demás estupideces…solo quería permitirse sentirse así de pleno por ese momento, aunque todo cambiara…o incluso fuera un sueño…


.


.


.


 


Continuará…

Notas finales:

:3


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