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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola hola, ¿cómo están?, espero que bien :3


Muchas gracias por leer y comentar, me alegra que les vaya gustando la trama. Pues si, hoy otra vez tienen capítulo doble, justo ahora les dejo un cap y en un ratito tendrán el otro :).


Espero les guste este interesante capítulo, que por cierto es uno de mis favoritos...


Nos vemos en un ratito...


Misagi * *

Capítulo 27:”Él está enamorado...”


 


 


Ya había perdido la noción del tiempo. Y no recordaba con exactitud cuánto hace que  se había despegado al fin del espejo en el que se miraba y se había metido a la cama, sentándose en pose de meditar, con la sábana cubriéndole completamente...lo cual le daba un aspecto por demás tierno. La verdad era que ya no tenía mente para pensar que le diría a su peli azul...o más bien...”cómo” le contaría la noticia...


 


Abrió los ojos, encontrándose con el peli-azul frente de él...mirándole  curiosamente.


 


-¿sucede algo Hiro-san?...- escuchó la voz como un eco. Hiroki se desesperó un poco, sintiendo como su corazón latía desenfrenado y sus lágrimas no le permitían ver bien.


 


-yo...tengo que decirte algo muy importante...-exclamó tratando de verse tan orgulloso e implacable como siempre...sin embargo su aspecto no logró el cometido.


 


-pues dime, te escuchó- exclamó con una sonrisa el peliazul tomando sus manos, lo cual logró calmar los nervios del mayor.


 


-de cuerdo...yo...yo...estoy... ¡estoy embarazado!...-exclamó con sus mejillas sonrojadas, mientras cerraba sus ojos con mucha fuerza. Sin embargo sus ojos se abrieron cuando sintió como las manos del oji-azul abandonaron las suyas, alejándose de él de inmediato.


 


-¡¿qué?!- exclamó el menor levantándose de la cama, donde hace un rato estaba sentado. El oji-azul se había llevado las manos a la cabeza- ¡¿Qué dijiste?!- exclamó con el ceño fruncido, un gesto que Hiroki no  había visto en él...y eso lo asustó por lo que llevó sus manos a su vientre por puro instinto.


 


-e-estoy embarazado Nowaki...tendremos un bebé, yo pensé que...- exclamó lloroso, sintiendo como las esperanzas de su amor “eterno” se desvanecían ante sus ojos.


 


-¡¿tendremos?!...oh no cariño... ¡tendrás!... ¿acaso crees que yo necesito un bebé ahora?... ¡claro que no!- exclamaba con desdén. El castaño negaba con la cabeza totalmente sorprendido y exaltado por la actitud de su amoroso tritón...él no podría estar hablando en serio, ¿verdad?...-¡maldita sea!... ¡¿qué dirá mi madre?!...¿te has puesto a pensar?...soy el responsable de este reino... ¡yo no puedo estar atado a ESTO!- exclamó frustrado. Hiroki aun con los ojos llorosos y su corazón destrozado se levantó de la cama en la que había estado y frunciendo el ceño se paró a la altura del tritón.


 


-veo que tu supuesto amor era puro engaño...pero no importa...créeme que te superaré pronto- exclamó con lágrimas en los ojos - seré fuerte por MI hijo... ¡y entérate que no  necesito nada de ti!... ¡ahora es más, sácame a la superficie!... ¡he salvado tu maldito reino ya, no me necesitas para nada más!... ¡me largo he dicho!, ¡jamás nos volverás  ver!, eso tenlo por seguro- exclama con rabia...


 


-¡haz lo que quieras!, como si me importará- exclamó el  azabache chasqueando la lengua.


 


Sin embargo Hiroki había empezado a hiperventilar demás y sus hipos eran bastante sonoros...sus lágrimas opacaron casi toda su vista...sintiendo que se desmayaría allí mismo...


 


-san...


 


-iro...


 


-¡HIRO-SAN!...


 


Hiroki abrió los ojos totalmente alterado y con temblores en todo su cuerpo. Se  cubrió sus ojos totalmente humedecido de lágrimas...sintiéndose parcialmente aliviado...todo aquello había sido un sueño...uno bastante cruel...fue hasta entonces que recordó la voz que le hablaba hace unos segundos...y se destapó el rostro solamente para verle con la cara de preocupación más dolorosa que había visto en su vida...tanto que observó cómo los brillantes ojos azules casi derramaban lágrimas.


 


-¡Hiro-san!..¿Qué sucede?, dime por favor... ¡¿te sientes mal?!- cuestionaba con preocupación tratando de esconder su miedo en un tono tierno. Hiroki sonrió...esta paranoia lo estaba llevando a pensar-soñar cosas muy raras...el idiota que estaba frente a él lo amaba tanto como él...claro que no siempre lo admitiría tan fácilmente.


 


-estoy bien ¡baka!...no hagas escándalo por nada...-exclamó con un puchero y un sonrojo murmurando con la cabeza gacha...el menor ya se encontraba frente a él...ambos sentados con las piernas dobladas en la cama...- solo...por ahora...¿podría pedirte un abrazo?...- exclamó casi como un murmullo. Nowaki abrió los ojos sorprendido... ¿que había pasado con su pequeño  “demonio”?...estaba seguro que de poder haber visto el rostro del mayor estaría muy rojo; sin embargo no se lo negó y lo estrechó en su pecho, tan fuerte...que pudo sentir la calidez de su castaño recorrer todo su cuerpo. Se quedaron por bastante tiempo así.


 


-Hiro-san, te amo demasiado...-hablaba así el menor, cuando tomando desprevenido al otro lo terminó de recostar en la cama y el  colocó sobre el castaño, que apenas y pudo notar el movimiento, sin embargo un gemido involuntario salió de su labios al sentir la mano del otro recorrer su pecho. Nowaki ladeó su cabeza...sonriendo ante el “ruidito” que emanó de su oji-avellano -¿Qué fue eso...?- preguntó pícaro a su novio. Hiroki se sonrojó fuertemente.


 


-c-cállate...- exclamó enfurruñado, escuchando las cortas suaves risas del tritón, quien se había lanzado por sus labios y apresando sus mejillas entre sus manos. Hiroki no negó para nada el beso... ¡y lo odiaba… porque desde hace un tiempo se le había hecho imposible negar las “atenciones” de su tritón!- Hiro-san...-murmuró contra los labios contrarios.


 


-Nowaki...- murmuraba como gemido Hiroki al sentir una de las traviesas manos de su tifón levantar un poco la camiseta que estaba vistiendo...y entonces sus ojos se abrieron en su totalidad...-¡ESPERA!...- casi lo grita, lo que dejó bastante sorprendió al menor, quien se detuvo de inmediato...mirando curioso a su amor- solo...un poco- exclamó sonrojado el castaño desviando levemente la mirada.


 


Nowaki cada vez entendía menos...


 


-¿qué sucede?, ¿Hiro-san...?- preguntó comenzando a preocuparse...había dejado lo anterior por la paz...pensando que era una simple “pesadilla”... ¿acaso era algo...más grande?...-¿tiene que ver con tu sueño?-...preguntó curioso... Hiroki bajó la mirada un poco, tomó una gran bocanada de aire y se volvió a  sentar en la cama para explicar mejor aquello...


 


-yo…


 


-¿si?...-animó el azabache poniendo atención a lo que diría su amor.


 


-yo...yo, Nowaki...hoy me di cuenta de algo muy importante...algo que vendría a hacer bastantes cambios por aquí...-exclamaba Hiroki algo ansioso y nervioso...sin saber bien que decir, sus mejillas empezaban a tornarse coloradas- algo que si estás dispuesto a compartir conmigo nos sacarán bastantes preocupaciones, atenciones...tal vez enojos...pero la mayoría del tiempo bastantes alegrías, emociones y risas. Algo a lo que personalmente, yo no me imaginaba ni en sueños...y algo que en estas circunstancias es algo...esto... ¿presuroso, espontaneo...?- exclamaba cada vez más nervioso y sonrojado. Nowaki entendía menos...pero su sonrisa apareció cuando al fin empezaba a enlazar todas esas ideas...-...algo que ocupará bastante atención de nosotros... y que tendrás que cuidar más que a tu vida misma...algo...que proteger y que amar...y...y...


 


El oji-azul había interrumpido el incesante hipeo que no dejaba hablar al lloroso castaño, y abrazándole con mucha fuerza lo atrajo hacia él recorriendo todo su rostro con tierno besitos, secando las lágrimas del castaño.


 


-Hiro-san...tú...-exclamó todo emocionado el azabache sin soltar aun tembloroso castaño, quien miraba con la más pura sinceridad al tritón que estaba más que sonriente.


 


-estoy embarazado...-murmuró contra el cuello del menor. Este le levantó el rostro como para comprobar la respuesta en los ojos avellano...y la encontró...


 


-¡por Kami...Hiro-san!... ¡soy el ser más feliz del planeta en este momento!- exclamó con alegría que sorprendió un poco a Hiroki, pero correspondió el abrazo y el beso que le entregaba su amor, dejándose envolver por esa algarabía- te amo Hiro-san...¡gracias por este hermoso regalo!...- si. Hiroki sonrió... ¿cómo podría haber pensado que su azabache no le agradara la idea?...


 


-te hizo feliz la noticia...-murmuró Hiroki contra los labios del otro, sintiendo su rostro sonrojado.


 


-¡bastante! estoy muy feliz, ¿sabes?...desde que murió papá había sentido a mi familia, algo incompleta...¡ahora me siento más feliz y lleno que nunca- exclamaba feliz. Hiroki sonrió, no lo admitirá jamás...pero le encantaba ver a ese idiota sonreír, sin embargo esa sonrisa se opacó un poco.


 


-aunque aún queda un pendiente por resolver...-exclamó Hiroki, Nowaki adivinó que sería el asunto de “quien se quedaría en que reino”, sin embargo el tritón sonrió...y esa sonrisa calmó bastante al castaño.


 


-no te preocupes por algo así, Hiro-san. No me importa nada más que estar a tu lado...tú...y este bebé. El fruto de nuestro amor...-hablaba así el azabache, tocando por primera vez el vientre de un sonrojado Hiroki...-¿puedo?...-preguntó señalando la prenda que cubría su abdomen...el castaño asintió...


 


-es tuyo también- sonrió...Nowaki lo miró a los ojos por unos segundos robándole un besito de los labios y después su pupilas azules se concentraron en la estrellita que adornaba el vientre de su Hiro-san...era hermosa...y sin poder evitarlo bajó su rostro hacía allí depositando un besitos en el azulado tatuaje, sintiendo al mismo tiempo como la piel blanca de su castaño se estremecía...sonrió coqueto, claro... “la sensibilidad”


 


-Hiro-san...yo ya había pensado un poco sobre la solución- Decía Nowaki con una sonrisa, recargando levemente su cabeza en el estómago de su amor...quien le prestaba atención - pero ahora más que nunca, creo que es lo correcto...- pausó un poco y siguió hablando-...después de la  guerra con Aikawa...que será en dos días...volveremos a Ayami, descansaremos algunos días y partiremos a tu reino...


 


-¡¿qué?!- exclamó Hiroki sorprendido...pero no se permitió sorprenderse por lo último- espera un momento dijiste “partiremos”...o sea... ¿los dos?- exclamó sonrojado, eso se lo veía venir...y no le desagradaba para nada...


 


-por su puesto...- hablaba el mago, al fin despegándose del lugar en donde “reposaba” su bebito...-después de todo…necesito hablar con tus padres...y pedir formalmente tu mano- exclamó con una sonrisa besando las manos de su oji-avelleno...este se había quedado sorprendido, mirando la seguridad de Nowaki...


 


-Nowaki...tú...


 


-si...ahora más que nunca… Hiro-san... ¡cásate con migo!...- El castaño observaba la suplicante mirada y la coqueta sonrisa de su tritón, pensando que si no amara demasiado ya a ese tonto seguro que lo terminaría de amar en ese momento...


 


****************************************************************


 


Después de aquél momento a lado del lago, en el que ambos trataban de catalogar como “incorrecto”, todo aquello había vuelto a la absoluta normalidad. Shinobu había recurrido a velar a la luna toda la noche, quizás mirándola con recelo...como reprochándole algo que sabía bien la esfera luminosa no tenía la culpa...ya no había vuelto a dormir, mucho menos en brazos del azabache. Miyagi había regresado a los monótonos y casi molestos silencios, que Shinobu bien podría odiar...o al menos tratar de ignorar, pero aquello se estaba volviendo cada día más incómodo e insoportable. Tanta era la treta aquella que un día el mayor pidió al rubio que cubriera su cuerpo...cuestionándole si no tenía pudor de estar “medio desnudo” frente a él...


 


Los ojos grises del niño buscaban los oscuros del guerrero...cuidándose de que no le fuera a descubrir...y cuando este le regresaba a ver se hacía el tonto y miraba hacia otro lado. Miyagi miraba también al rubio a escondidas, adoraba ver a ese muchachito de piel tan blanca admirando y contemplando la blanca luna...e inconscientemente se perdía en la bella figura de Shinobu...admirando todos su encantos, todo de él, hasta su sombra le parecía bella…estaba delirando...


 


Habían pasado varios días ya, y tan solo faltaban 2 escasos días para la guerra con Aikawa. Shinobu cada vez parecía más deprimido, lo extraño era que Miyagi lo notaba cada vez más sonriente...y eso destrozaba el corazón del mayor...por qué significaba que  el chiquillo estaba esforzándose por no causarle pesar, por fingir que estaba feliz cuando en verdad se desmoronaba poco a poquito desde adentro. Él se daba cuenta por que observaba como el rubio le profesaba un cariño “diferente” y como se desvivía por sonreírle y tranquilizarle mientras sabía que en cualquier momento podría ponerse a llorar como un bebé por su desgracia, desgracia que era nada más su culpa...


 


Aquella tarde, el menor había permanecido caminando sin aparente rumbo por todo el pastizal que estaba enfrente de la cueva...quizás pensando...quizás  consolándose a sí mismo...Miyagi no quería que Shinobu permaneciera como dragón por tanto tiempo...solo...triste. Cuando la tarde al fin se ocultó en el manto oscuro de estrellas brillantes, había tomado una decisión...le haría Miyagi una pequeña proposición...y aunque la sola idea le despertaba bastante temor, vergüenza y bastante pudor también...y en si no conocía sobre esos temas no pensaba echarse para atrás ahora...y con pasos tambaleantes, cual alcohólico en plena fiesta, se levantó de la roca en donde descansaba y entró a la cueva a paso lento hasta donde se encontraba el mayor...con la mirada perdida...sus ojos grises captaron la atención inmediata del hombre, quien le miró casi con añoranza...


 


-¿s-sucede algo...Shinobu?-escuchó que Miyagi le preguntó así, pronunciando su nombre con tanta suavidad que le enojaba, pues quizás inconscientemente, o eso pensaba él, el mayor alimentaba más su amor por él. Miyagi, mientras tanto permanecía atento al niño, que hace un buen tiempo por cierto que no le hablaba demasiado, escudriñando la mirada clara...tratando de encontrar el porqué de aquel acercamiento.


 


-faltan solo dos días para la guerra...uno y medio si recuerdas que tengo que “volar” hasta allá...- empezó el menor plantado ante al mayor, jugando nervioso con los dedos de sus manos y bajando el rostro...aquello le había parecido bastante sospechoso de su parte...


 


-si, no lo he olvidado...Shinobu-chin... ¿pasa algo?- exclamó todavía extrañado...y por si acaso volvió a repetir la pregunta. Y sin embargo verlo tan indefenso y tembloroso le daban unas tremendas ganar de protegerlo para siempre...pero...él y su estúpido...


 


-quiero...pedirte un favor antes de todo esto pase...solo esto y si aceptas...no tendrás que venir nunca más acá... ¿sí?...- casi rogó con lágrimas en los ojos. Miyagi estaba sorprendido... ¿que podría ser tan importante para el chico como para que estuviera dispuesto a no verle para siempre...arriesgando a perder la compañía de alguien...


 


-claro...si está en mis manos créeme que si...- respondió todavía tartamudeando, mirando hacia arriba al chiquillo, aun, pues él seguía sentado en el suelo...-pero no  es necesario que renuncie a...-el azabache estaba por decirle que seguiría viéndole sin problemas...pero el rubio lo interrumpió...


 


-...no creo que quieras hacerlo, si aceptas mi favor...-murmuró el niño bajando su rostro sonrojado. Ho ¡si, Shinobu sí que conocía el pudor, a pesar de las pocas vivencias que había tenido, sabía lo que era sentirse avergonzado por algo...y sabía discernir lo bueno de lo malo...tanto personalmente como para la sociedad...y lo que él quería iba contra algunas cuantas normas...pero su corazoncito...allí dentro de su pecho...no entendía razones y su cerebro ya no mandaba ideas congruentes para llevar a cabo su empresa...


 


-pues... ¿qué quieres pedirme...?- preguntó extrañado el azabache asombradísimo.


 


-solo...un poquito de cariño de tu parte...-murmuró el rubio...el caballero había abierto mucho los ojos impresionadísimo- quiero que al menos por esta noche...me dediques una sonrisa, una palabra...un beso...una caricia...yo no sé de esto...posiblemente me conozcas ya- siguió hablando con una sonrisa triste, lágrimas en los ojos y un bello sonrojo en sus rostro -...no tuve mamá ni nadie que me explicara este tipo de cosas cuando las necesitaba...alguna vez Risako intentó explicarme lo que es el amor...pero era un crío...y no sabía que cosas eran esas...ni me importaban...quizás piensas que son confusiones de un niño que no sabe de la vida...al cual se les has metido como un capricho en la cabeza...- suspiró largamente, al fin sentándose frente al pelinegro- ¡pero no es así!...aun no tengo claro ni lo que quiero pedirte...no sé sobre estas cosas...pero...mamá un día me dijo que solo se hacía con aquella persona con la cual estás dispuesto a recorrer cualquier camino sin importar dificultades...sintiendo que nada importa más...yo sé que no te quedarás aquí...no puedes...¡creme que lo sé!...por eso te pido  este favor...h-hazme el amor...-murmuró todo rojo, Miyagi casi se mure en ese lugar por la sorpresa y no pudo evitarse sonrojar un poco también-...por favor...y te juro que ni mi hechizo eterno, ni estar convertido para toda la vida en un monstruo me importará...solo...por favor...


 


-Shinobu...esto...-tartamudeaba el  mayor tratando de asimilar todo...sin embargo veía y sentí el dolor del rubio que lloraba a mares sin poder controlarse y hipear con su rostro sonrojado.


 


-por favor...- rogó el rubio e manera lastimera...Miyagi tomaba de los hombros para evitar que el chiquillo se le encimara...tratando de abrazarlo...


 


-Shinobu...no...


 


-¡por favor!... ¡¿por qué no quieres hacerlo?!....solo tienes que hacerlo y ya... ¡no te pediré más!...- exclamó hipando el rubio...y eso destrozó al mayor...lo miró con tristeza...al ver cómo había desistido de abrazarle...él sonrió un poco...eso había sido una confesión....y él niño ni siquiera  se había dado cuenta, había sido más valiente que él, sin embargo...todo eso no estaba bien...


 


-Shinobu escucha...- trató de calmarlo, pero el otro simplemente renegó su toque...hundiendo su rostro entre sus piernas...abrazándose...había sido tan vergonzoso, había pensado tanto como decirle...y solo había pasado vergüenzas...


 


-…soy un estúpido...-murmuró el rubio entre su llanto...ni si quiera para mendigar amor servía...Miyagi se sintió peor, no quería hacer llorar al muchacho...


 


-no, no lo eres...-animaba el mayor- Shinobu mírame


 


-...-el niño negó la cabeza en su lugar....no le haría caso...


 


-solo estás enamorado...y...yo siento que haya sido así...- exclamó el mayor resentido...


 


-yo no...- escuchó de inmediato la respuesta del rubio. Sonrió.


 


-esto no está bien


 


-no me importa...yo te quiero...-exclamó emberrinchado...interrumpiendo al mayor, quien suspiró contento...ya veía venir eso.


 


-lo sé...y yo también tengo que decirte algo, me temo...-exclamó serio mirando si había un cambio el menor- pero no te lo diré si no me miras y me pones atención...-exclamó con una sonrisa, al ver como el rubio con los ojos hinchados de llorar le miraba con atención- así es...-exclamó Miyagi acercando una de sus manos a los ojos del menor para limpiar sus lágrimas- ...así está mejor, sonríe para mí...-murmuró...lo que hizo que el niño se sonrojara sin remedio, avergonzado sacudiendo su cabeza en un gesto gracioso que hizo reír al mayor.


 


-que es lo que vas a decirme...-preguntó con un puchero mirando hacia otro lado.


 


-Shinobu...no voy a aceptar cumplir tu favor...-exclamó con un poco de seriedad, el menor lagrimeó de nuevo, se enteró que Miyagi seguía hablando- ...por qué no quiero que sea una obligación...yo no necesito un tiempo determinado, ni un lugar ni una fecha para demostrarte que...yo también te quiero-exclamó con una sonrisa, la cual se le antojó perfecta al niño, quien sonreía incrédulo.


 


-¿e-es verdad?- preguntaba dudoso mirando los ojos negros de Miyagi.


 


-claro que si, no jugaría con eso...ha sido muy complicado para mi desprenderme de la idea de que aunque no dejas de ser un niño, eres un doncel que siente y necesita amor...eres un doncel  muy hermoso...¿cómo no lograrías cautivarme?...- alagó sonrojando al rubio-...perdón por hacerte esperar tanto, Shinobu, no me merezco tus lágrimas, deja de llorar...¿sí?- le habló con suavidad. Shinobu lloraba pero ahora de alegría...


 


-Miyagi...-murmuraba con dicha limpiándose las lágrimas.


 


-ven acá...-le habló el mayor con una sonrisa... y el rubio ni tardado se tiró a los brazos de su amado. Volviendo a sentir esa calidez que lo envolvía, esa tranquilidad y el masculino olor del azabache. Ambos se abrazaban y se miraban a los ojos...con sus rostros muy juntos, como esperando el momento, y al fin pasó...el mayor terminó por acortar la distancia entre sus bocas y un beso suave y sonoro resonó en aquella cueva.


 


-Shinobu...quiero que entiendas que  hacer el amor...es algo importante...y es algo que no se puede tomar a la ligera, para eso...habrá que esperar-el mayor hablaba al más pequeño, quien se había sonrojado.


 


-pero...pero...yo quiero...-murmuró muy bajito...Miyagi todavía podía notar la desesperación en su joven amor...y sonrió.


 


-pero, Shinobu-chin, no sabes de esto...eres muy joven...y nuestra relación está comenzando- explicaba el mayor, Shinobu se había quedado divagando con felicidad en la palabra “relación”.


 


-¡pero si  ya nos conocemos!...además...tu puedes enseñarme...-murmuró con una sonrisa y sus mejillas rojas. Miyagi suspiró y tomó a su amor por la cintura...aprovechando que este se encontraba sentado en sus piernas...y le regaló otro beso en los labios.


 


-¿estás seguro?...-exclamó hundiendo su rostro en el cuello del menor que suspiró un poco, al sentir la respiración cálida en ese lugar.


 


-s-si…Miyagi- murmuró el rubio cerrando sus ojitos con fuerza cuando sintió un besito del mayor en su cuello.


 


-de acuerdo, te haré sentir bien...mi hermoso príncipe...si quieres que me detenga...dime y lo haré- aseguró el mayor, Shinobu asintió contento, emocionado y avergonzado... ¡¿en serio Miyagi lo haría?!


 


-s-si...


 


El mayor se separó un poco de Shinobu admirando la belleza del niño que seguía sentado sobre sus piernas...le sonrió y acarició con ternura una de sus mejillas sonrojadas. Volvió a acercarse a él tomando de cuanta nueva esos rosados y suaves labios, y apretando sus cintura tratando de acercarle más a su cuerpo.


 


-h-hay...- exclamó el rubio con un “terrible” estremecimiento cuando sintió las manos grandes y cálidas de su azabache acariciando su cintura y abdomen  por debajo de la holgada camiseta dorada que vestía. Miyagi sonrió por la reacción del niño, más cuando recostó entre algunas mantas de pieles que estaban en el suelo, quedó prendado de inmediato de la carita sonrojada del rubio mirándolo con ternura y excitación...una extraña combinación...


 


-¿qué pasa...Miyagi?...-cuestionó todo nervioso el menor, observado como los ojos negros de su amor lo recorría enterito...sintiendo vergüenza por la atención que le ponía...


 


-nada...solo que eres bellísimo...-exclamó con una sonrisa...


 


-baka... ¡no digas cosas vergonzosas!...-exclamaba el rubio, el mayor solo rio como respuesta y siguió con su labor, poco a poco se deshizo de la camiseta del niño...teniendo oportunidad para admirar una vez más ese blanco pecho adornado por los dos pedacitos de carne rosados...los acarició con las yemas de sus dedos sacando dulces jadeos de su niño...


 


-ummm...Mi-mi..yagi...-gemía quedito el rubio, sintiendo por primera vez lo que era el placer, como unas extrañas cosquillitas se acumulaban en su bajo vientre. Sintió como el mayor estaba de nueva cuenta su cuello , succionando trocitos de piel en ocasiones...sus dientes rozándole de vez en cuando...todo aquello le había hecho abrir su boca por los gimoteos y entrecerrar los ojos...sin embargo le daban vergüenza esos extraños sonidos que salían de su boca y por eso la cubrió con su mano...


 


-no lo hagas, Shinobu-chin...quiero escucharte...- pidió el mayor, logrando que el menor, con bastante pena siguiera soltando esos “ruiditos”. Los besos de Miyagi pasaron a su hombros, después a su pecho...poniendo extrema atención en los rosaditos pezones que empezaban a ponerse erectos por la nueva experiencia de su cuerpo...


 


-ha...Miyagi...que..¡haaa!...-gemía sin poder evitarlo al sentir la tibia y húmeda caricia que hacia la lengua de Miyagi sobre sus pequeños botoncitos...las manos del pelinegro tampoco estaban quietas, pues acariciaban todo lo que estaba su alcance recorriendo las blancas y largas piernas del muchachito quien se estremecía entre sus brazos. Los ojitos grises se abrieron con alarma y  una gran vergüenza cuando sintió como la mano de su azabache  intentaba adentrarse dentro de sus pequeños shorts...- espera...Miyagi...¿que...?...-


 


-tranquilo...lo sé...-tranquilizó el mayor al rubio besándole cortamente los labios, lo tomó de la cintura de nuevo y lo sentó en sus piernas- tranquilo...mi lindo dragón...aun no estás listo para dar el siguiente paso- Shinobu se sonrojó y asintió algo decepcionado...se había dado cuenta de eso, pero no se desanimó...pues tenían bastante tiempo por delante y asintió con sus mejillas sonrojadas...-por ahora...solo te haré sentir, bien... ¿sí?-


 


-b-bien...-tartamudeó el menor...con sus nervios hechos una maraña sintió como la mano de su amor  se internó en sus shorts cortos que apenas y escondían bien su intimidad...-- ¡haaa!...ha...Mi...ha...-gemía el rubio sintiendo que todo el mundo le daba vueltas, cuando la mano de azabache se cerró  en torno a su miembro , prontamente tomando un ritmo bastante enloquecedor...sintió como su pene “crecía” y se endurecía, nunca había sentido esas cosas...pero debía admitir que no le desagradaban...-Miyagi...no...Creo...que algo...algo saldrá...- exclamó con sus ojitos llorosos por el pacer y su cara roja, recargándose hacia enfrente deteniéndose a duras penas de Miyagi quien no dejaba de mover la mano de arriba hacia abajo entorno a su miembro.


 


-déjalo ir...vamos dragoncito, vente para mí- le susurró al oído. Shinobu estaba lo suficiente avergonzado, pero emitió un gemido mayor al sentir como un tironcito eléctrico recorría su estómago  y la longitud de su pene...


 


-mmng...¡aaaah...!- gritó agitado...al mismo tiempo que se corría. Observó avergonzado como la sustancia blanquecina  cubría la mano del mayor...y como este la acercaba a su boca dándole un lametón...sonrojándolo más.


 


-¡no hagas eso!...-exclamó avergonzado...


 


-...sabe a ti...- rio burlón el otro


 


-cállate...-murmuró contra el pecho del mayor. Miyafi lo abrazó con mucha fuerza, besando una y otra vez el hermoso rostro del muchacho, acariciando sus cabellos, su espalda ,logrando que el menor empezara a dormitar aun sobre el...acomodó la poca ropa del menor y se acurrucó con el chiquillo encima de él...admirándole.


 


-te amo, Miyagi...-susurró Shinobu antes de dormirse plácidamente en brazos de su amor. Miyagi lo miró con una sonrisa y besó suavemente una de sus mejillas...


 


-lo sé, yo también...estoy perdidamente enamorado de ti....-habló el azabache cerrando sus ojos mientras respiraba el olor del cuello de su adorado niño- ...pensé que podría dejarte aquí después de mi misión...y olvidarte...pero...no, te amo demasiado...no importa que tengo que hacer...te llevaré conmigo...quiero estar para siempre a tu lado...sin importar que...


.


.


.


 


Esa noche...nadie escuchó el pequeño “CRACK” que hizo el seguro de un grillete al abrirse.


 


**********************************************************************


 


La noche ya había caído en el reino Usami. Keiichi había estado algo inquieto los dos días que Haruhiko estuvo fuera...quienes le vieron seguramente  habrían pensado que intuía algo bastante peligroso para ellos. Ese día el príncipe oji-gris había llegado de su reino, Nakamura, con un rostro bastante alterado, sin embargo había pasado  a ver a su hermoso Keiichi...trayéndole de su reino un hermoso obsequio mandado por sus padres...un pequeño y precioso caballito tallado en la madera más fina del lugar; además de las acostumbradas rosas que el oji-miel adoraba recibir de Haruhiko. Pero para su mala suerte, no pudo estar toda la tarde con él debido a que  tenía una revisión médica, por lo que se habían separado prometiéndose verse al otro día.


 


Las primeras horas de esa noche Keiichi había tenido un extraño sueño. Un sueño extraño y bastante aterrador. Las imágenes habían pasado uno tras otro...su familia...las personas que “recién había conocido en Usami”...sangré...armas...clara señal de una guerra y eso lo había dejado derrumbado. Se despertó muy alterado respirando con dificultad...se levantó de su cama, aun medio adormilado y asustado se acercó al enorme ventanal.


 


-...es solo una pesadilla...-murmuró tratando de convencerse de ello...suspiró varias veces...pensando en que no podría dormir el resto de la noche. Se quedó observando por mucho tiempo los árboles que rodeaban al imponente  castillo, como el viento frío y fuerte los movía de un lado a otro. Los insectos eran los únicos que se escuchaban...cerró sus ojos tratando de respirar esa extraña tranquilidad...hasta que escuchó un ruido...parecían murmullos... ¿alguien hablaba en los pasillos a estas horas de la noche?...se preguntó el muchacho...y poniendo más atención y con la curiosidad que lo caracteriza se dispuso a descubrir aquello...


 


Con los pies descalzos, para evitar hacer ruido,  giró con mucho cuidado la perilla de la puerta para poder salir...sin hacer el mínimo de ruido salió de su habitación y caminó de puntillas más o menos dos pasillos del inmenso castillo...


 


...


 


-lo sé, me preocupa...y créeme que cada día me preguntó si esto  va a cambiar...o tendré que seguir así...-


 


Keiichi se había sorprendido al escuchar la voz de Haruhiko, tratando de no gritar demasiado...prontamente se enteró de que la persona con la que hablaba era su hermana...Manami-san.


 


-... ¿pero lo amas...verdad?...por eso sigues aquí...- fue lo que escuchó que dijo la mujer. Y sin querer Keiichi había entrado en pánico...y estaba comprendiendo todo mal. A caso... ¿Haruhiko estaba enamorado de alguien...y por su culpa este no podía irse con su amado...otro doncel...quizás?...pensó con los ojos llorosos.


 


-si...desde la primera vez que lo vi...Manami...juro que pensé que había visto a un ángel...el más bello que residía seguramente en el cielo. Tú lo sabes...por qué te lo dije- continuaba Haruhiko- él es tan...diferente a los demás...e hizo que mi vida cambiara por completo...cuando el aceptó salir conmigo fui...tan dichoso- exclamaba con voz triste...Keiichi pensó que lloraba...como él. Haruhiko parecía amar mucho a  ese doncel...seguramente era mejor que él...pensó acongojado...-y pensar que estuvimos tan cerca de casarnos...-exclamó con tristeza. Keiichi puso sus manos en la boca totalmente sorprendido...Haruhiko había estado comprometido...y el amaba a ese chico...sus lágrimas bajaban por sus ojos...tratando de no hacer ruidos siguió escuchando la plática.


 


-yo sé que papá hizo mal en apoyar aquello. Y no creas que estoy en contra de nada con Usami...pero simplemente podrían haber comprometido a alguien más con Hiroki... ¡hay hermanito....que no daría yo para volver a verlos a ambos felices!...tú llorando por él...y el....sin poder recordarte...- exclamó frustrada...


 


Keiichi había resbalado poco a  poco al suelo...entonces.... ¿Haruhiko deshizo su compromiso con “ese” alguien importante para él y lo comprometieron con alguien más?... su cabeza que estaba ya suficientemente confundida y maquinó otra idea cruel...¿y si lo comprometieron con él...y por eso Haruhiko pasaba todo ese tiempo con él?...el oji-miel había entrado en pánico...y sus lágrimas no habían dejado de caer...había divagado tanto que no escuchó varios diálogos  de la conversación...si no que puso atención a uno en especial...


 


-...y entonces... ¿qué vas a hacer con Keiichi?...-


 


El corazón del Sumi se detuvo en el acto...con los ojos muy abiertos...esa pregunta la había hecho Manami...y a su maltrecho ingenio se le había antojado bastante frío el comentario...e inconscientemente, también, esperaba la respuesta de “su” no tanto “amor”...


 


-...necesito decirle la verdad...antes de que sea tarde-


 


El oji-miel no pudo reprimir el sollozo que soltó al escuchar esas palabras, aun totalmente confundido salió de su escondite, sin importar que los otro dos le hubieran visto, bastante sorprendidos...


 


-¡¿K-Keiichi?!....-exclamó casi gritando Haruhiko, mirando al muchachito y después  a su hermana...quien estaba totalmente sorprendida...


 


-¡corre tras él, nii-saan!- exclamó Manami preocupada. Haruhiko solo asintió medio ido, gritando el nombre de su amor...¿qué es lo que había escuchado exactamente Keiichi? se  preguntó para verlo tan devastado...Corrió como si su vida dependiera de ello, siguiendo a Keiichi hasta su habitación...por alguna razón sintió que si no lo alcanzaba lo perdería para siempre....¡y él no quería eso!...Ese día Haruhiko comprendería la importancia de los “malentendidos”...


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Continuará...

Notas finales:

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