Capítulo 3: “La profecía y Mino, el mago”
La reina de cabellos plateados caminaba relativamente lento por los pasillos de su enorme palacio, encaminándose a una habitación que conocía muy bien, desde hace ya más de 21 años , los mismos que tenía su amado Akihiko. Abrió la manija, entrando finalmente a la apenas iluminada habitación, encontrándose primero con la enorme estancia similar a una sala, cerró la puerta tras ella y continuó, hasta llegar al dormitorio que compartía con su esposo, el rey. Le vio como siempre, parado frente a la gran ventana, solo allí. La reina suspiró antes de acercarse a él.
-Hitomi…-llamó la peliplata al hombre que ni se inmutó en regresar a ver a su esposa. Asuka sabía la razón, por eso prefería callarlo…sabía que su rostro le recordaba a Akihiko…¡por Kami si eran iguales!... sobre el rey y su repentina “desaparición” del reino….tampoco se podía ocultar, al parecer la desaparición del joven príncipe había afectado más al rey, quien con el pasar de los años había dejado de hacer su trabajo, razón por la que Asuka, en la que calló la responsabilidad, tuvo que tomar cartas en el asunto y buscar a alguien que le ayudara a sobrellevar el reino, afortunadamente sus sobrinos aceptaron ayudarle…sin embargo eso no duraría para siempre…las reglas eran las reglas….y el reino necesitaba un legítimo heredero… - cariño…necesito hablarte- siguió tratando la oji-violeta.
-Asuka…-susurró el hombre regresando a ver al fin a su esposa con sus increíblemente ojos grises, pero estos parecían sin vida. La mujer sin pensárselo demasiado se abrazó al rey, tratando de reconfortarlo, pero no era tan fuerte…y lloró por un rato junto a él.
-Hitomi, yo quería hablarte de algo…-empezó la mujer, el hombre se separó lentamente de la reina y puso atención – escucha…hoy llegó un chico…y ¡es él!...Hitomi…estoy segura…-exclamó la mujer con lágrimas en los ojos y sujetando de la solapa de su traje al hombre de cabellos castaños frente a él.
-Asuka…no te hagas daño mi reina- rogó el rey con sus ojos tristes tomando entre sus manos las de su esposa, enterado de lo que había estado haciendo su esposa después de la profecía que les había dicho el mago.
-¡pero Hitomi estoy segura…esta vez…estoy segura de que es él!...te prometo que si no es él…dejaré de insistir- reclamó bajando el rostro lloroso .
-¿por qué estás tan segura?- preguntó el castaño acariciando distraído una mejilla de su esposa.
-es como él lo dijo...Mino-san – empezó la reina susurrando muy cerca del rostro de su amor-…él…encontró la estatua de Akihiko de alguna manera, y …¡sus ojos brillaron!...!por unos segundos los vi violetas¡- aseguró la mujer, Hitomi abrió mucho los ojos sorprendiéndose en demasía…¿eso era cierto?...no quería ilusionarse tan rápido…¿había llegado el momento?
//Flash-Back//
Ya había pasado un año desde que los reyes guardaban un profundo hueco en su corazón, desde que cansados de haber buscado por todas partes…simplemente no encontraban ni huella, un año desde que su pequeño Akihiko, ya no estaba con ellos.
Como todos los días, después de aquél infernal en el que la pelirroja mujer se llevó a su niño, ambos monarcas permanecían en la sala principal, cada uno ocupando su trono, a pesar de todo lo que estuvieran pasando, ellos seguían al pendiente del reino, y tenían la responsabilidad de ver por él. El hombre de brillantes ojos grises permanecía cabizbajo recargado en su trono con sus brazos laxos a los lados, la peli plata , el contrario , tenía su violácea mirada perdida al frente, mientras casi encogida en el enorme asiento suspiraba una y otra vez…aun esperaba ver a su bebé.
-¡majestades!- uno de los guardias interrumpió sus pensamientos, dirigiéndose en una apresurada carrera hacia ellos. La reina fue la primera que reaccionó.
-¿qué sucede?- preguntó con voz suave la reina, aunque un poco consternada por la exaltación con la que le hablaba el hombre.
-¡El mago que reside a la afueras de la ciudad vecina está aquí!- informó con asombro, los reyes abrieron mucho los ojos y se regresaron a ver para enseguida ponerse de pie. Ciertamente los magos eran personajes muy importantes y poderosos, además de ser también queridos por todos y que merecían un respeto tan grande como el de un monarca, por lo que Asuka y Hitomi no tuvieron que dar ninguna orden para que entrara, sino que esperarían a que el “usuario de la magia” estuviera frente a ellos. Después de todo, debería ser algo importante, pues no habían escuchado nunca que un mago fuera el que buscase a los humanos sino todo lo contrario.
Ambos reyes miraron expectantes la entrada de la sala, hasta que la espera terminó y una figura empezó a verse, los reyes se sorprendieron un poco por su apariencia, no parecía superar los 23 años, su piel era blanca…aunque no tanto, su cabello castaño y un poco largo al cuello, caminaba lentamente por la elegante alfombra que llagaba hasta ellos arrastrando su traje azul marino mientras su mano derecha sostenía con elegancia un cetro de una orbe azul cristalina.
-…bienvenido…-fue lo único que logró articular Asuka cuando el mago estuvo frente a ellos. Este le miró por un rato, como si estuviera adivinando todos los sentimientos encontrados de la mujer, y lentamente le regresó una sonrisa.
-gracias…-respondió lentamente el joven -…siempre es un deleite visitar reinos tan prósperos como el Usami, aunque…me he enterado que no es precisamente un buen momento ahora…-siguió el mago regresando a ver a ambos.
-mi hijo, Akihiko fue…- empezó nostálgico el rey
-lo sé- interrumpió el mago – y en parte por eso estoy aquí –sonrió como siempre lo hacía, los reyes se sorprendieron… ¿él les iba a ayudar?- primeramente permítanme presentarme…majestades, mi nombre es Kanade Mino y soy el mago que custodia el reino vecino, me he informado de su problema…y siento la necesidad de ayudarles- exclamó el muchacho con una sonrisa, la reina casi gimió de alegría.
-Mino-san…entonces…¿sabe dónde está mi Akihiko?- preguntó la reina juntando sus manos pidiendo al mago, quien asintió lento mientras sonreía.
-así es Asuka-san, sé si no es mucho, lo suficiente sobre el secuestro de su hijo Akihiko, el futuro heredero del reino Usami– empezó el mago, los reyes abrieron muchos los ojos y esperaron a que el menor siguiera- La bruja que se llevó a su hijo se llama Aikawa, ahora mismo lo tiene con ella en su mansión-informó con tono preocupado Mino.
-¡¿Dónde….por favor dígame?!- exclamó el rey exaltado…-necesitamos…-
-no es tan fácil- interrumpió el mago conmovido por la preocupación de los padres con su niño perdido – a los magos no nos permitido deshacer hechizos tan poderosos que incumban a terceras personas- vio a la mujer tapar su rostro mientras lloraba penosamente -…pero no es imposible…existe una solución-
-¡ruego por favor no nos haga saber...Mino-san!-la mujer se acercó al mago viéndolo intensamente con sus ojos violáceos.
-tenemos que buscar la solución que ha dado Aikawa…se trata de buscar a una persona-
-lo siento, no entiendo- murmuró la reina aun sollozando. Mino bajó un poco su cabeza, tendría que mostrárselo. Agitó un par de veces su cetro y brillo en color blanco sorprendiendo a los reyes.
-escuchen por favor – exclamó el castaño y la esférica orbe empezó a hablar. La reina frunció un poco el ceño al recordar esa voz…
“Una cosa a cambio de otra…no se cambian las reglas de juego cuando estás jugando conmigo; el reino Usami sabrá muy bien de lo que habló, y será algo que jamás olvidarán…pagarán lo que me hicieron…¡por tratar de engañarme!¡A MI!...¡LA TEMIBLE BRUJA AIKAWA!...pagarán con creces el querer tratar de ENGAÑARME…su hijo…su asqueroso hijo es lo único que les pedí…me negaron el pequeño capricho de comprometerlo con mi pequeña Haruna…ahora tendrán que soportar el jamás verlo. EL príncipe Akihiko permanecerá conmigo...convertido en un pequeño e indefenso …conejo- se escuchó la voz burlona –tan asustadizo, tan temeroso del mundo que lo rodea, tanta inteligencia…metida en costal de impotencia…pagará así lo que correspondía a sus padres…Solo una persona está destinada a romper esta…maldición – río de nuevo –y si…tiene el valor de venir a buscarle…se arrepentirá jajaja…”
El silencio reinó por mucho tiempo, los reyes apenas y asimilaban todo, su hijo secuestrado….y convertido en un animal…hasta que alguien se atreviera a rescatarlo…
-majestades- interrumpió el mago- no es imposible…y quiero que sepan que los magos y los guardianes estamos de su lado y no dejaremos que nada pase- exclamó sonriéndole a los monarcas mientras ondeaba su cetro y algo se empezaba a formar en el suelo…era una estatua…la reina abrió mucho los ojos, esa estatua era de su hijo….era tal y como lo recordaba, excepto sus ojos…ahora eran tristes – es la imagen de Akihiko- explicó Mino a los monarcas al ver terminada la estatua frente a ellos – refleja cómo es que pasan los años sobre el…tómenla como un regalo de mi parte y como una promesa de que tengo un compromiso con ustedes – explicó el mago poniendo su rosto serio – cuando la estatua muestre un brillo violáceo en sus ojos…habrá encontrado a la persona correcta-sonrió
-yo…muchas gracias…no tengo palabras para agradecerle Mino-san- exclamaba la reina con sus ojos llorosos y una sonrisa ilumina de esperanza.
-por favor no lo haga, ese es mi trabajo – sonrió el mago, se volteó dándole la espalda a los mayores, mientras se encaminaba hacia la salida levantando levemente sus vestidos, los guardias que habían permanecido tras el con las bocas abiertas se retiraron de inmediato con una reverencia dejándole pasar, este solo les sonrió y agradeció con un gesto de su cabeza.
-majestades…recuérdenlo…nosotros esperaremos lo que haya que esperar…estamos de su lado- dijo con una última sonrisa para salir lentamente de la habitación…
//Fin flash-Back//
-Asuka…¿estás segura?- preguntó una vez más el rey tomando las manos de su mujer, ella solo asintió lentamente mientras mordía sus labios, aun con lágrimas en los ojos.
-estoy segura que es él- explicó la mujer, el castaño le sonrió finalmente.
-entonces debe serlo y ha llegado la hora…- explicó el rey, mientras se soltaba de su reina, quien no lo veía tan alegre desde hace mucho tiempo - ¡tenemos que prepararlo todo!...¡Asuka…ellos deben saberlo!...además ¡quién va a acompañarlo?..- exclamó el rey llamando la atención de su esposa.
- a ELLOS ya les he mandado a traer, seguro que llegan mañana muy temprano- exclamó la mujer con una sonrisa – en cuanto a quien le acompañaran….seguro que ya se quienes serán – sonrió casi traviesamente.
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Continuará…