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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, acá les dejo el último capítulo de hoy, espero les guste, seguimos con las historias del pasado, ¿qué tienen en común Mason, su ccruel maestro Gin y Mei, la madre de Ritsu?....


Disfruten la conty, nos leemos pronto :3


Misagi * *

Capítulo 39: “¡¿La cena?!” parte II


 


Akihiko chasqueó la lengua con evidente molestia y  preocupación, mientras aún seguía corriendo a través de aquél enredoso bosque, acomodó una vez más al convaleciente Misaki quien aún seguía inconsciente en sus brazos mientras volteó a ver hacia atrás todos venían tan apresurados como él, ¡y con justa razón!...¡el desgraciado monstruo seguía tras ellos!


 


Ritsu jadeaba cansado, mientras sentía como las piernas e temblaban. ¡No es que tuviera precisamente la mejor condición!, su corazón latía desenfrenado, sentía que muy pronto se le saldría del pecho.


 


-¡Vuelvan acá…serán mi cena!


 


Aquella gruesa y profunda voz les hizo estremecerse y por si fuera posible aceleraron, su de por sí, presuroso paso. Sin mencionar aquellos toscos y pesados pasos que corrían tras ellos dejando fuertes marcas, seguramente en la tierra. Ritsu casi podía jurar que tenía horas corriendo  para huir de ese feroz cíclope, aunque bien sabía que con dificultad llevaban escasos 2 o 3 minutos.


 


-¡Hey no se detengan, corran!- animaba Miyagi, quien también se las estaba viendo difícil con mantener el paso con Shinobu, pues hay que recordar, que el menor cojeaba un poco por la marca de la cadena; y había optado por ayudarla sujetándole por un hombro. Muy pronto vieron como los arboles comenzaron a escasear y el paisaje se fue convirtiendo en una zona mucho más despejada, casi como pastizales.


 


-¡joder!, esto no se ve bien- murmuró Takano, pensando obviamente en que ahora no había “obstáculos” que le impidieran la “carrera” a su perseguidor. Mas su cuerpo entero se tensó cuando se percató de que su oji-verde había tropezado-¡RITSU!- …trató de levantarlo, pero todo aquello fue tan rápido…


 


Akihiko apenas pudo doblar el cuello mirar hacia atrás al mismo tiempo que agrandaba con verdadera desesperación los ojos. Shinobu había caído de rodillas al suelo, por el cansancio, cuando Miyagi le había soltado para sacar su espada y apuntar a la “bestia”. Takano  instintivamente se había puesto enfrente de su castaño, que seguía tirado en el suelo cubriendo su cabeza y temblando de pavor.


 


Sin embargo no vieron llegar su “fin” inmediato.


 


-¡ARWWWWW!- se escuchó un gemido casi gutural, al mismo tiempo que escucharon el resonar con fuerza de… ¿unos cascos de caballos?... Los chicos se quedaron inmóviles por unos segundos, sin poder apartar la vista del corpulento ciclope, al cual le brotaba la sangre justo en uno de sus muslos, donde yacía, enterrada profundamente, una colorida flecha.


 


-¡Yifán!, sabes perfectamente que tienes prohibido el paso a nuestros territorios, ¡más te vale que te marches ahora mismo si no quieres sufrir las consecuencias!


 


Observaron solo por un segundo más, como el rostro del oi-ojo, compungido gemía quedito y daba media vuelta, al mismo tiempo que intentaba sacarse la flecha. Muy pronto, casi al mismo tiempo, los 6 muchachos giraron su cabeza, soltando un suspiro de puro alivio, para ver mejor a su salvador…pero sus ojos se habían abierto en demasía…


 


Había 5 figuras frente a ellos. Mitad humanos…mitad corcel. Todos ellos con un porte tan envidiable como el otro y cada uno de ellos con un arco en la mano…


 


-s-son…son…-tartamudeaba Misaki quien no cabía en su asombro.


 


-centauros…-completó en voz baja Shinobu, bajando, un poco la cabeza en forma de respeto, ante tan poderosos  y orgullosas figuras. El resto de los chicos, sin superar aun su letargo al ver a esos nuevos personajes, imitaron las acciones del rubio, bajando levemente la cabeza. Los 5 híbridos parecieron pensarse aquella temerosa reverencia y segundos después la devolvieron. Fue el que parecía el líder quien les habló.


 


-¿Quiénes son ustedes?


 


*********************************************************


 


/////


 


Era aproximadamente la una de la madrugada, y el silencio de aquella calurosa mansión en el desierto fue interrumpido por agudos sollozos que intentaban, sin éxito, ser callados. Un muchachito de escasos 15 años, de cabellos ébanos largos a los hombros y labios rosados  permanecía acurrucado en una de las esquinas de las escaleras que daban al tercer piso. Gemía de dolor e hipaba cada vez que se le iba el aire con cada sollozo, sus brazos, que se abrazaban así mismo,  parecían muy delgados…todo él era un destre comparado con el lindo doncel que solía ser hace algunos años atrás.


 


Unos pasos lentos y suaves se escucharon dirigirse hacia donde esta aquél desdichado, quien temeroso, ya acostumbrado a la vida de golpes que llevaba no hizo más que encogerse en su lugar y tapar su boca para evitar molestara los que habitaban aquella noche.


 


-… ¿pero qué haces aquí, cielo?


 


El muchacho levantó la vista, bastante aliviado de que fuera esa persona la que estaba frente a él y no…su maestro, por ejemplo. Sus ojos turquesa, hinchados y       rojos de tanto llorar, no pudieron detenerse,  y como animalito herido, lastimado ya, de todas las formas posibles, solo atinó a levantar los brazos hacia aquella mujer.


 


-no deberías estar aquí cielo, es muy tarde- se arrodillo a la altura del menor y lo envolvió en aquél abrazo que el chiquillo necesitaba-…menos mal que te he encontrado antes…si sensei te hubiera visto…- decidió callarse al sentir el temblor  y sollozos del menor incrementarse -… ¿lo ha hecho otra vez?- preguntó ella con el ceño fruncido y apretando el cuerpo del doncel contra el suyo con mucho más fuerza por el desacuerdo de aquello.


 


-s-si- tardó en responder el niño echándose a llorar de nuevo- …me ha lastimado más que otras veces…no he podido levantarme…- explicaba entre hipos  y con el rostro todo rojo y mojado. La mujer emitió algún tipo de rugido demostrando su desagrado… ¿Cuánto más tenía que sufrir ese niño inocente?


 


-ya, bebé, ya pequeño…todo pasará, cuando menos te lo esperes todo mejorará para ti…-exclamó ella entre lágrimas, la vida era tan injusto con los desdichados como ellos- yo te ayudaré, yo haré que todo esto sea menos horrible para ti…estaré contigo siempre ¿ok?, me crees… ¿verdad?, todo estará bien…solo confía en mi


 


-¿estarás conmigo para siempre?, no me dejarás solo con sensei…¿verdad, Mei?...- miró intensamente con sus ojos turquesas los verdes de la muchacha. Ella asintió mostrándole una linda sonrisa.


 


-así es, Mason, siempre estaré contigo


 


-Gracias…eres mi mejor amiga


 


/////


 


-¡Mason-sensei!


 


El actual líder  de la magia  parpadeó un par de veces al escuchar la voz de unos de los chicos que trabajan en su mansión, por lo que se acomodó mejor sobre el muro en la ventana donde estaba sentado. Apretó sus ojos un poco para quitar las traviesas lágrimas que había derramado al recordar a “aquella” persona, giró su vista para encarar al muchacho  y sonrió levemente.


 


-buen día Toru, ¿sucede algo?- preguntó amablemente.. El subordinado se sorprendió un poco al ver los ojos turquesa llorosos y la sonrisa al mismo tiempo.


 


-… ¿está usted bien, sensei?- preguntó preocupado.


 


- por supuesto, no te preocupes demasiado…por favor- exclamó con una sonrisa. El subordinado se sonrojó ante aquella respuesta  y solo atinó a asentir rápidamente y avergonzado, para todos los habitantes de aquella mansión aún era extremadamente extrañísimo ver a Mason rondando por allí sin esconder precisamente demasiado “su forma” natural de doncel…y es que nadie podía negar que era un doncel bellísimo. Escuchó a Mason reír y  él bajó el  rostro apenado.


 


-d-discúlpenme por favor- exclamó el muchachito en un reverencia- solo venía a avisarle que Tsumori-san  me manda a recordarle que quería hablar con usted sobre la próxima reunión que se hará con los usuarios de la magia- exclamó aun sonrojado.


 


-descuida, muchas gracias…no lo he olvidado. Ahora mismo iré a reunirme con él- respondió amablemente.


 


-entendido. Me retiro sensei- exclamó y se fue casi enseguida.


 


-propio- mencionó el azabache y de un salto bajó de donde estaba sentado. Emitió una pequeña risita mientras se encaminaba a encontrarse con su guapo novio.


 


-je…esto ha resultado bastante entretenido- exclamó con gracia. Bufó un poco antes de regresarle aquellos ojos verdes opacos a la mente y recordó también el rostro de aquél “humano” que había secuestrado Aikawa…no había duda…”Onodera Ritsu”…o quizás, siguiendo la antigua tradición de tomar el apellido más importante,  debería decir…”Shibatsu Ritsu”


 


-quizás…un día de estos podría ir a visitarle- se sonrió…2merece saber sobre Mei”


 


***************************************************************


 


Aquellos habían sido 3 días bastante agitados, en los que su “relación” se “tambaleaba en la cuerda floja”…mencionaba Manami con gracia, que obviamente el moreno no disfrutaba. Una vez Haruhiko había dicho “si” a explicar lo que sucedía a Keiichi, el menor no pudo reprimir la necesidad de lanzar preguntas y preguntas al oji-plata, quien con la mayor calma tomaba aquella situación.


 


Aquellas circunstancias llegaron a oídos de Asuka y el resto de los “involucrados” presentes…¿realmente era bueno contar aquello a Keiichi?. Al final no  hubo mucho que discutir, nada más que la condición de esconder pequeñas “nimiedades”, claro está que entre estas estaba Sousuke…”¡ante todo está su salud!” había gritado Asuka aquella noche en que se reunieron a conversar los pros y las contras de esa encomienda.


 


Haruhiko suspiró…después de ver aquellos ojos llorosos pidiéndole una explicación no pudo negarse. No quería arriesgarse a perderle para siempre…y sin embargo, al aceptarlo también se estaba jugando una parte del odio de su oji-miel…


 


Aquella tarde Haruhiko y Kaede, la madre de Keiichi, habían acordado que era un buen momento para que el menor “visitara” al menos su antiguo reino. El príncipe de Nakamura no tuvo razón para negarse, por lo que aproximadamente  eran las 6 de la tarde cuando  ambos príncipes tocaron las tierras de Sumi. Haruhiko bajó primero del caballo, para seguido extender su mano y ayudar a bajar al doncel, quien le agradeció el gesto silenciosamente.


 


-Keiichi…te quiero…-le había susurrado. El menor bajó la mirada y simplemente asintió, serio.


 


-¡cariño…ya han llegado! ¡Qué alegría verte!- exclamó la reina corriendo a su encuentro. El muchacho se dejó abrazar. Y después de invitarlos a pasar tiró de su doncel para que recorriera con ella el vestíbulo del castillo.


 


-¡wow!...es muy bello, ¿de verdad vivo aquí?- preguntó extrañado por todo lo que no recordaba. Su madre solo respondía con paciencia y en el fondo…también con tristeza…todo fuera porque su Keiichi volviera a ser el de antes.


 


Haruhiko se quedó un poco atrás mirando con media sonrisa como su doncel caminaba de acá para allá reconociendo su hogar. Sintió la garganta cerrársele de puro dolor, angustia, miedo…cada paso que daba sentía que perdía más a su amor. Sabía que sería difícil recuperarlo…pero esto…esto se salía de sus manos. Apretó los ojos con fuerza frunciendo el ceño, no quería llorar justo allí…la impotencia lo invadía…


 


-Hey…tranquilo


 


Haruhiko volteó a ver al dueño de aquella voz que apretaba  con una de sus manos su hombro, transmitiendo apoyo…vaya que jamás se hubiera creído a ese tipo de su lado…pero ahora, lo agradecía demasiado…-lo intento Yura…pero es complicado


 


-solo dale tiempo Haruhiko, ya deberías saber cómo es…necesita asimilar toda la información que le has dado, el necesita saber que está listo para dar el siguiente paso, necesita saber que no saldrá herido…otra vez. Solo dale tiempo… Él te ama realmente…


 


Ahora fue el turno de Haruhiko de asentir…”Yo también lo amo”…


 


……….


 


Keiichi ahora mismo se encontraba recorriendo los hermosos rosales que estaban plantados en el jardín trasero, hacia unos minutos que su madre le había dejado solo, pues tenía que ir a encargar a los cocineros la comida que se haría para ese tarde; por lo que le doncel de mirada miel recorría con tranquilidad relajante aquél hermosos lugar, extrañamente su corazón se sentía  sereno y comenzaba a pensar que todo lo que pasaba no era para tanto.


 


-¡hug!…


 


Un sonido parecido aun gemido de sorpresa intrigó al doncel, por lo que miró a hacia atrás sorprendiéndose al encontrarse con un pequeño doncel   de mirada miel y cabello negrísimo, el cual, más bien, parecía algo asustado de que le encontrara el mayor.


 


-…oi... ¿Quién eres tú, pequeño?- exclamó con curiosidad Keiichi.


 


-y-yo…yo...- exclamaba el menor sin  ser capaz de contestar nada, muy tentado a salir huyendo de allí, sabía que  no debería salir , ¡¿pero cómo iba a adivinar que él iba a estar allí?! El mayor le dirigió una mirada intrigadísima como si tratara de descubrir quién era…y muy pronto  recordó el primer día que Yura y su madre se habían presentado en Usami para verle…ese niño iba con ellos…¿pero quién era?...


 


-espera…yo te conozco...ya te he visto antes- Keiichi abrió mucho sus ojos, mientras sentía que todo le daba vueltas, la cabeza la dolía, entrecerró y miró sus ojos en los casi idénticos del menor. Recordó la suave voz del niño llamarle, con una sonrisa, “nii-san”. Keiichi abrió sus ojos enormes justo cuando pensó que se iba a desvanecer…-eres…e-eres…Kioshi…


 


*******************************************************


 


-centauros…-completó en voz baja Shinobu, bajando, un poco la cabeza en forma de respeto, ante tan poderosos  y orgullosas figuras. El resto de los chicos, sin superar aun su letargo al ver a esos nuevos personajes, imitaron las acciones del rubio, bajando levemente la cabeza. Los 5 híbridos parecieron pensarse aquella temerosa reverencia y segundos después la devolvieron.


 


-¿Quiénes son ustedes?-


 


Los 6 viajeros seguían ensimismados con la presencia de aquellos seres, sin embargo atendieron a  responder rápido, más bien fue el rubio quien habló, pues al parecer, era el que conocía un poco más sobre las criaturas mágicas  y poderosos que habitaban aquellos bosques.


 


-un saludo cortés, y nuestro agradamiento, señor, los chicos que ven a mi lado son la legión de Usami y el príncipe Akihiko. Yo soy Takatsuki Shinobu- habló así el menor de todos bajando levemente la cabeza en signo de respeto, pero sin despegar la mirada gris de los “corceles”.


 


-bienvenidos entonces, mi nombre es Horus- tardó en responder el centauro que había hablado- estábamos enterados  del encuentro que se daría en la morada de Aikawa-san, es un verdadero deleite saber que todo ha salido como Mason-san lo habría planeado- exclamó el extraño ser, el cual, su parte humana, al posterior, lucía un fuerte pecho y un rostro algo marcado y musculoso, rodeado de bello y de cabellos negros y largos. Mostró una sonrisa enigmática a sus “invitados” y los invitó a  seguirles a donde moraba su pueblo.


 


Misaki se había mostrado silencioso y asombrado por las grandes praderas que recorrían, y aún más cuando logró ver a todo “el pueblo” completo. Aquellos seres le parecían de lo más extraordinario…brillantes, sus ojos resplandecieron de ternura al ver a los pequeños centauros  que contentos correteaban de acá para allá.


 


-quisiera agradecerles de nuevo la gentileza que tuvieron que ayudarnos con ese enorme cíclope…sentí que realmente no escapabamos- exclamaba Ritsu, la risa del centauro, que parecía ser el líder de la “manada”, se escuchó en la escena.


 


-no es nada, Yifán lleva ya bastantes años viviendo en el bosque de a lado, generalmente no causa problemas…pero es un tipo bastante  impulsivo, por lo que tuvimos que poner una  barrera entre su territorio y el nuestro. Es un gran alivio que estuviéramos cerca o no hubiéramos podido enterarnos que necesitaban ayuda- el oji-verde asintió apresurado.


 


Horus había ofrecido a los chicos que se quedaran y así pudieran dormir tranquilos bajo su protección. Ellos aceptaron sin protestas; entre pláticas  amenas de los orígenes de los centauros y anécdotas de la guerra con  Aikawa, la noche al fin los cubrió y bien acomodados alrededor de un acogedor fuego la plática se tornó interesante con un comentario que levantó bastante curiosidad a todos.


 


-Horus-san, ustedes han vivido bastante tiempo, ¿verdad?... ¿quizás conocieron en vida a Gin-san, el anterior líder de la magia?- preguntó Ritsu, bajando un poco el rostro. El hibrido azabache lo miró fijamente y asintió serio.


 


-así es…conocimos a Gin-sama. Un hombre, si me permiten decirlo, de principios aterradores. Nunca nadie vivió más miedo que como se vivió durante su liderato. Pero… ¿por qué lo preguntas?- inquirió intrigado el azabache con cuerpo de caballo.


 


-Hay dudas que se han plantado en mi…desde mi arribo a la mansión de Aikawa- exclamó empezando aquella conversación que sabía difícil en todos los aspectos, su ojos se fijaron por unos segundos en Mune, quien le incitaba con la mirada para continuar-…Me he enterado por pergaminos antiguos que tenía Aikawa…que mi madre era una usuaria de la magia- exclamó, dejando levemente sorprendidos a los que lo escuchaban- pero no cualquiera, sino una muy cercana a ese hombre…yo quisiera saber si ¿sabrá algo…de ella?- preguntó dudoso pero con lágrimas en los ojos. Mune, que estaba a su lado sujetó su mano fuerte, transmitiéndole seguridad y apoyo, tomándolo un poco por sorpresa, Onodera le regresó la mirada verde y le sonrió.


 


-entiendo- exclamó Horus, mirando al muchacho- y juzgando por tu aspecto…podría jurar que de quien hablas es…Shibatsu Mei, ¿me equivoco?


 


-n-no… ¡es ella!- habló el Onodera mirándole fijamente con atención.


 


-Sí, tienes razón, la conocí hace algunos años…era inseparable de Gin-sama


 


-¿por qué?- se atrevió a preguntar el oji-verde. Horus lo había mirado inquisidor, levantando una ceja…¡cómo si aquello fuera tan obvio! Ritsu tragó saliva ansioso y el resto estaba callado a morir… ¿la madre de Ritsu…maga…o BRUJA? ¡Cercana al cruel Gin!...eso era algo intrigante.


 


-¿Qué por qué?...es claro, ella fue su primer aprendiz y  no solo eso…


.


.


.


 


Continuará…

Notas finales:

Nos leemos pronto gente bonita :3

Misagi * *


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