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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola, ¿cómo están?. Aquí vengo a dejarles el siguiente cap. ¡Muchas gracias por los más de 10000 leidos!, me hacen muy feliz :)

Les dejo este lindo cap, no odien a mi lindo Misaki xD¡¡

 

Misagi * *

Capítulo 44: "Rescate"

 

 

 

Cálido. Tan cálido.

 

 

 

Después de haber perdido las esperanzas, cuando esas criaturas lo sumergieron hasta el fondo, perdió la conciencia. “Eso era bueno”, pensó…al menos no sentiría  cuando ellas devoraran su corazón. Después de la pérdida de la conciencia, vino la pérdida de la noción del tiempo. Seguido de la de las sensaciones, ¿qué había pasado?, ¿ya se había acabado?, ¿Por qué el dolor que lo torturaba en su pecho se había acabado entonces?...

 

 

 

¡Usagi-san!

 

 

 

“¡Misaki!”, reaccionó él de inmediato, su  lindo oji-verde le llamaba, se desesperó por encontrar su voz, pero no lo lograba, y se sintió tan culpable…tan miserable, ¿cómo pudo ser manipulado tan fácilmente por esas sirenas tan horrorosas? ¿Qué iba a hacer si los demás salían heridos?, ¿y si los otros varones también estaban en su situación?, ¿y Misaki?... ¡¿y si su lindo Misaki resultaba herido?! Aquella preocupación lo embargó por completo…su Misaki, ¡¿y si esas malditas le habían hecho algo?!

 

 

 

Aquellos pensamientos, si es que se podían llamar así, fueron interrumpidos por una cálida sensación que recorrió su cuerpo en menos de un segundo, sintió como aquella agradable llama incendiarle el pecho, seguido para dirigirse desde las plantas de sus pies hasta las palmas de sus manos. Y el pecho le dolió, haciendo encorvarse levemente ante la introducción forzosa del oxígeno que su cuerpo necesitaba. Eso debía ser una señal de que seguramente seguía vivo. Lucho y lucho por dar una señal y más cuando sintió como unas tibias manos  mantenían aferrado su cuerpo. Quería abrir los ojos, ¡de verdad que sí!...pero estaba tan cansado.

 

 

 

Y de pronto no sintió más esa calidez…sintió tanto vacío que puso todo de él para abrir los ojos.

 

 

 

Sus ojos se abrieron cansados y con horror, solo para ver como los verdes de su doncel se cerraban. Tardó varios segundos en notar la palidez anormal en la esa piel sonrosada que tanto amaba y otros tantos para intentar salvar a su doncel salvador, en todas sus letras, ¡él le había salvado!;  sujetó por la cintura a Misaki y alcanzando a duras penas la daga dorada que resbalaba de sus manos  nadó cuanto pudo hacia arriba, tratando de alejar a las insulsas mujeres que patéticamente trataban de seguir atrayéndolo con sus “encantos” con su engañoso disfraz,  pero el ya no tenía ojos para alguien que no fuera Misaki, nadó cuanto pudo solo deseando desesperadamente que su amor estuviera bien.

 

 

 

……………………………………………………………….

 

 

 

El sonido de un desesperado chapoteo en el agua y un agotado intento por exhalar algo de oxigeno fue lo que les regresó el alma y la misma respiración a los que esperaban fuera del lago.

 

 

 

-¡AKIHIKO!- gritó desesperado y con lágrimas en los ojos Ritsu, separándose momentáneamente de Masamune, quien acababa de recobrar el conocimiento, poniéndose lentamente de pie , para observar mejor aquél drama. Y como si fuera la señal para llegar a  la meta en alguna clase de carrera, todos corrieron como posesos hacia donde había distinguido al peli-gris trayendo a cuestas a un pálido Misaki.

 

 

 

-¡Misaki!, mocoso loco- exclamó Shinobu corriendo. Tardaron muy poco en darse cuenta, que las sirenas intentaban, aun, por todos los medios impedir que el maltrecho varón llegara a la orilla del lago.

 

 

 

-No nos dejaran acercarnos más- refunfuñó Miyagi, al ver como las horrendas harpías se aglomeraban enfrente de Akihiko y Misaki para evitar que los ayudaran. Los donceles fruncieron el ceño, irritados.

 

 

 

-la espada…- recordó Masamune como si fuera la idea del siglo, mirando hacia unos metros más allá de la orilla del lago, pues entre tanto habían dejado bolsos y armas lejos de la “acción”.

 

 

 

-¡bien pensado!- gritó Ritsu y entre tropiezos corrió hacia la olvidada espada roja de la “reencarnación” de Bishamon, más antes de que pudiera tocarla, esta empezó a emanar un brillo deslumbrante y sintieron miedo por la advertencia de Ijuuin-san de que la espada desaparecería, pero se llevaron una gran sorpresa al observar que la reluciente espada se había convertido en un bello arco de color rojo sangre y una flecha… ¡claro!…justo lo que necesitaban.

 

 

 

-¿quién tiene mejor puntería?- preguntó Shinobu, despertando del asombro al resto.

 

 

 

-lo mío no es el arco- expuso primero Miyagi.

 

 

 

-nunca he tenido la necesidad  de usar uno- obvió Ritsu levantando sus hombros. Masamune miró a Shinobu y este negó repetidamente a la pregunta muda del príncipe, quien tomó el arco en sus manos y se preparó tensando la flecha, chasqueó  la lengua al no poder fijar bien la mira en su “blanco”, las sirenas se movían demasiado.

 

 

 

-¿dónde estás cuando se te necesita, Hiroki?- murmuró recordando al doncel con mejor puntería que conocía- me inquieta la idea de que solamente haya una oportunidad- murmuró Mune, al pensar que solo había una sola flecha.

 

 

 

Meditó en medio de un respiro, cerrando sus ojos momentáneamente, dejando de escuchar los desesperados gritos de todos allí, exigiéndole que se diera prisa, y al final…la soltó. La flecha salió disparada.

 

 

 

*ZIIIIIIUM*

 

 

 

La flecha había perforado un costado de una de las sirenas que tenían sujeto a Akihiko, sin embargo no fue eso lo que sorprendió a todos los presentes, sino más bien, esa clase de sello rojo que había aparecido  extendiéndose sobre la superficie del agua, apenas la punta de  esta mágica flecha la tocó. Asombrados apreciaron como los verdosos seres se retorcían encolerizadas y gimiendo de dolor, marchándose a las profundidades de su lago.

 

 

 

“¡vaya!…al parecer Ijuuin-san no mentía con lo de estar de nuestro lado, ha preparado un buen truco para esta situación”…pensó Masamune, dejándose caer de rodillas al fin relajándose un poco.

 

 

 

-¡Akihiko, Misaki!-  Ritsu volvió a correr hacia los dos chicos. Miyagi había tomado a Misaki y le había cargado en brazos para llevarlo  a recostarlo en el suelo en algún lugar despejado, mientras Ritsu servía de apoyo para el maltratado oji-violeta, que apenas se podía poder en pie.

 

 

 

-¡¿pero qué rayos pasó allá abajo?!....pensamos que…- exclamaba alterado el rubio mientras se dejó caer a un lado de Misaki observando con preocupación su extremadamente pálida piel, y con rapidez acercó su cabeza al pecho del castaño, cerrando los ojos con fuerza,  concentrándose para escuchar el pecho del castaño, más la desesperación comenzaba a ganarle- Rit-su ¡Ritsu!...¡Misaki no respira!

 

 

 

El oji-verde se acercó con rapidez, no  tanta como Akihiko quien casi se cae de cara al intentar llegar lo más antes posible a lado de su amor.

 

 

 

-¡Misaki despierta!, ¡vamos Misaki!, ¡MISAKI!- gritaba el oji-violeta, con el rostro demacrado e inundado de tristeza, Mune lo sujetó por los hombros, para que dejara de aplastar inconscientemente al oji-verde. Los demás chicos miraban la escena agobiados y consternados.

 

 

 

-¡calma hombre, así no estás mejorando las cosas!- le riñó Masamune, Akihiko se separó del cuerpo del doncel y le  miraba con atención desde lejos- déjame ver qué puedo hacer, pero ten calma por favor, Ritsu dame permiso

 

 

 

El ojiverde asintió rápidamente con lágrimas en los ojos, haciéndose a un lado y permitiendo que su novio pudiera revisar al otro.

 

 

 

-bien Misaki, tu puedes, vuelve con nosotros por favor- murmuraba el príncipe de mirada almendrada y preocupada, mientras  daba sincronizados  apretones con ambas manos al pecho del inconsciente Misaki. Los segundos pasaban y la desesperanza invadía cada vez más a los presentes que atentos observaban con tristeza como el cuerpo rígido del “salvador de Usami” no respondía a los intentos de ser salvado.

 

 

 

-Misaki, ¿Por qué lo hiciste?, ¡¿no tenías que haberlo h echo?!- exclamaba encabronado con todo y con todos  el peli-plata, retorciéndose en los brazos de su amigo Ritsu, quien le abrazaba con fuerza, quien sabe si para tranquilizar al varón o a sí mismo- me ha dado el aire que le quedaba, le vi perder la conciencia cuando yo la recuperé -murmuró más bien para sí que para el resto, mas eso no impidió que todos miraran sorprendidos al Usami y seguido a Misaki.

 

 

 

-¿h-hizo qué?...-murmuró Shinobu sorprendido acariciando la frente del menor… “¿de verdad le quieres, no es así?...” se preguntó mentalmente el menor con una sonrisa tierna mirando al desmayado muchacho.

 

 

 

Segundos interminables pasaban…

 

 

 

-¡MISAKI ABRE LOS OJOS AHORA MISMO!- gritó Akihiko con sentimientos desbordándose de cada poro de su cuerpo, soltándose al fin de Ritsu y tomando la mano de su doncel, al mismo tiempo de juntaba su frente con la del inconsciente.

 

 

 

Shinobu abrió desorbitadamente sus orbes plateados….

 

 

 

*************************************************************

 

 

 

-¿Cuándo será la ejecución, madre?- preguntaba  Yura a  su madre, quien con seriedad absoluta recorría con lentitud por toda la  habitación, Yura permanecía sentado en una de las sillas que estaban alrededor de la gran mesa de reuniones, Haruhiko se mantenía de pie recargado en el respaldo de una de las sillas escuchando con atención aquella discusión, correspondiente a la sentencia que habían fijado a Sousuke.

 

 

 

- será en una semana- contestó la tensa mujer.

 

 

 

-será antes que el asunto del Consejo en Usami- recordó Haruhiko.

 

 

 

-así parece- respondió la mujer- no sé si vaya  a poder estar presente- murmuró la mujer de ojos mieles. Yura frunció el ceño.

 

 

 

-madre, ¡ese monstruo no merece ni tu lástima!

 

 

 

-lo sé, pero desearía mejor no ir- exclamó ella, su hijo frunció el ceño nuevamente.

 

 

 

-¿y dónde será?- interrumpió por el bien de aquello Haruhiko, hijo  y madre regresaron a verle.

 

 

 

-En Kimo- respondió vacilante Yura- al parecer los altos mandos del reino de donde es originario decidieron  hacerse cargo, ya sabes por “los malos ratos” que hizo pasar a Sumi- exclamó ente dientes, con los brazos cruzados el príncipe heredero y sin deshacer la mueca de desagrado- como sea, de alguna forma ellos se arreglaron con el resto de los reinos con los que Sousuke adquirió deudas. Tendrá una ejecución bastante “especial” - concluyó Haruhiko lo miró con titubeo y luego con pericia.

 

 

 

-¿te refieres a los cargos, no?-  comentó Haruhiko más que preguntar, Yura asintió- ¿cuáles enfrentará?- preguntó sutilmente.

 

 

 

-traición, usurpación, robo, intento de violación a un menor de edad- pronunció el oji-gris furioso recordando la desagradable escena de Sousuke tratando de aprovecharse de su pequeño Kioshi- …entre otros, ese desgraciado tendrá tantos cargos que ni siquiera los ha de recordar- exclamó irritado.

 

 

 

-baya…-silbó por lo bajo Haruhiko- se lo tiene merecido- susurró cruzado de brazos, Yura asintió reacio; Haruhiko mientras se separaban al fin del respalda de la silla en el que estaba recargado y caminaba lentamente hacia la ventana de la habitación para observar mejor la vista que tenía ese lugar hacia el jardín principal. Sonrió un poco al ver desde allí como su precioso doncel: Keiichi, jugaba junto a su hermanito, en compañía de aquél par de cachorros que les había regalado Manami. Sacudió un poco la cabeza y regresó a ver hacia donde estaban los otros dos - …supongo tendrán que partir los dos- indago Haruhiko refiriéndose tanto a Kaede como a Yura. Este último asintió.

 

 

 

-No quisiera que mi madre vaya sola- justificó rápidamente - tan pronto aquello termine regresaremos- aseguró.

 

 

 

-no quisiera dejar a mis pequeños justo ahora que ya están mucho mejor- exclamaba la reina compungida , sin embargo también   una sonrisa adornaba su precioso rostro, mientras se acercaba hasta donde estaba Haruhiko para mirar también a sus “pequeños” correteando – y sé que ha sido en gran parte gracias a ti- exclamó mirándolo.

 

 

 

-no diga eso Kaede-san, yo solo he estado junto a Keiichi por que le amo, el solo ha salido adelante porque es fuerte- declaró con unas sonrisa, obtenido la mirada rápida de la reina.

 

 

 

-a mí no contradigas- reprendió con un puchero fingido- yo conozco a mi niño, nunca ha estado más triste que cuando te fuiste de su lado, pero también, jamás ha sonreído tanto como cuando está contigo- confesó con los ojos llorosos y tomando la mano de su casi “yerno”- gracias por amarlo y cuidarlo. Gracias por no rendirte con él

 

 

 

-Kaede-san…-murmuró sorprendido- jamás lo haré…se lo prometo- exclamó conmovido. Yura le sonrió de lejos, así debías ser desde el principio.

 

 

 

-me alegra…- respondió sonriente la mujer- sé que mientas estés aquí, me puedo ir tranquila cariño

 

 

 

-se lo agradezco

 

 

 

TOC TOC

 

 

 

El sonido de toques en la puerta hizo que los tres en la habitación regresaran a ver hacia allí, pues casi inmediatamente se abrió la puerta revelando  a los dos donceles.

 

 

 

-¡oigan los estábamos buscando!- exclamó risueño el pequeño Kioshi, Yura no resistió y tuvo que cargarlo en brazos besando la regordeta mejilla de su azabache favorito.

 

 

 

-¿y se puede saber para qué?- preguntaba juguetón el príncipe.

 

 

 

-¡nii-chan ha recordado algo!- se apresuró a decir Kioshi, captando la atención de todos y revolviéndose en los brazos de su hermano para que le pusiera en el suelo.

 

 

 

-¡¿de verdad?, cariño, eso es fabuloso!- comentó la reina acercándose a abrazar a su muchacho ,besando también su mejilla.

 

 

 

-me alegro hermanito- exclamó sonriente Yura.

 

 

 

-es fantástico, amor- felicitó también Haruhiko encerrando en un gran abrazo a su novio, este enfurruñado y sonrojado trataba de deshacerse del meloso abrazo frente a su familia.

 

 

 

-no es para tanto…quizás ni es tan importante, es más ni si quiero lo entiendo...-murmuró algo desanimado.

 

 

 

-no importa, seguro después todo cobrará sentido, pro ahora recordar ya es un gran paso- explicó Kaede, todos asintieron a eso- … ¿y de que se trata cariño?

 

 

 

-mi cabeza sigue recordando una y otra vez el nombre de “Misaki”, y después algunas imágenes vienen a mi, parecen desordenadas, pero hay muchas que no entiendo…- explicaba confuso. Todos escuchaban atentos. Especialmente Haruhiko, quien por su tía Aduka sabía un poco más sobre la “misión”, sin embargo, junto con el médico se había acordado que por nada del mundo se le mencionara sobre esa “excursión” al castaño, hasta que recordara por sí mismo, dado que era muy probable que si le decía algo fuera a recordar de golpe “aquello” que lo había dejado en tan mal estado; por lo que sencillamente solo podían esperar a que mejorara la memoria de Keiichi…

 

 

 

-¿Cómo cuáles?- preguntó Yura después de aquél lago silencio

 

 

 

-recuerdo un rostro…era un doncel…parecía joven, castaño y de ojos avellana…- Haruhiko sonrió, ese debía ser Hiroki.

 

 

 

-¿no recuerdas su nombre?- preguntó Haruhiko, el doncel negó- de acuerdo, no te preocupes, ¿Qué más recuerdas?

 

 

 

-bueno recuerdo…un mapa, un mapa amarillento con varios puntos, pero por alguna razón estaba incompleto…no sé- trata de explicar con el ceño fruncido.- ¡ah!, ¡y también una espada!...era roja y muy bella- explicó casi emocionado.

 

 

 

-¿un mapa incompleto?- repitió Yura

 

 

 

-¿y una espada roja?- recordó ahora Haruhiko

 

 

 

-bueno…supongo que después encontraremos lógica a esto cariño, por ahora no te desesperes, todo irá bien- reconfortó la mujer, el doncel asintió.

 

 

 

Aquellas escenas se habían vuelto mucho más constantes de lo que esperaba cualquiera y aquello era bastante prometedor, todos sentían que de verdad Keiichi podría lograr recuperar su memoria del todo, fuera como fuera o se llevar el tiempo que se tuviera que llevar, todos apoyarán al doncel oji-miel hasta el cansancio; mientras tanto le evitarían recaídas innecesarias con todos esos problemas, que muy a su pesar aún seguían “ocultos” para el bello doncel, claro, empezando por Sousuke.

 

 

 

 

 

**********************************************************

 

 

 

Segundos interminables pasaban.

 

 

 

-¡MISAKI ABRE LOS OJOS AHORA MISMO!- gritó Akihiko con sentimientos desbordándose de cada poro de su cuerpo, soltándose al fin de Ritsu y tomando la mano de su doncel, al mismo tiempo de juntaba su frente con la del inconsciente…

 

 

 

Shinobu abrió desorbitadamente sus orbes plateados

 

 

 

…….

 

 

 

El cuerpo empapado y pálido se arqueó violentamente , mientras su boca se abría para coger todo el aire que podía, el contacto de la piel helada del oji-verde con la frente ya algo tibia del desesperada príncipe peliplata hizo que su cuerpo se estremeciera…y que conscientemente se abrazara a ese cuerpo que abatido pedía por su vida.

 

 

 

-U…usa..gi-san…

 

 

 

-¡Misaki!- gritó el oji-violeta estrechando cálida y  exasperadamente el frágil cuerpo de ese chico, sintiendo que un gran peso se liberaba de su alma misma. Masamune soltó un suspiro tan grande que temió devorarse el bosque entero, mientras se dejó caer de espaldas en el suelo, Shinobu chilló de gusto, dejándose abrazar también por su aliviado novio y Ritsu se aventó hacia el cuerpo de Misaki para darle un gran abrazo.

 

 

 

-¡maldita sea!...creímos que…que…- Ritsu abalaba con un nudo en la garganta, tanto que no pudo seguir pronunciando aquello- que bueno que estás bien…

 

 

 

El desorientado castaño solo parpadeaba un poco acostumbrándose a la casi extinta luz, mientras los distorsionados sonidos que escuchaba comenzaban a cobrar sentido, su garganta ardía y con vergüenza, admitió también que su cuerpo seguía estremecido por el intenso abrazo que le había regalado el peliplata y a pesar de estar escuchando, levemente, todo lo que el resto decía, sus ojos no se despegaban del agitado, sonriente y empapado peliplata. Misaki lo miraba satisfecho de que estuviera vivo y Akihiko lo miraba con tanta devoción que no alcanzaba comprender.

 

 

 

 “siento que “querer” se queda corto a esto que siento…Misaki…temo…presiento… que me estoy enamorando de ti…”

 

 

 

Logró sacudir la cabeza repetidamente, cogiendo al fin algo de color en sus mejillas. No. Era imposible…Era improbable…Sin embargo.

 

 

 

-Misaki

 

 

 

La voz de Akihiko volvió a inundar sus sentidos y le fue imposible dejar de corresponder la intensa  y preocupada mirada que le dedicaba el mayor. Quería pensar que no era lo que se imaginaba que era…por qué entonces estaría perdido…realmente perdido. Sim embargo frunció el ceño, sin saber realmente que sentir al respecto, pues la imagen de las sirenas, bajo el agua, medio desmayado y entregándose a la muerte no le agrado. Un tumulto de sentimientos confusos lo invadieron, y como pudo y tambaleándose se puso de pie.

 

 

 

-…tú…por tu culpa… casi…-jadeó algo agotado. Akihiko lo miraba curioso, mientras observaba como, sonrojado,  le señalaba acusador con su dedo índice. Todos lo miraban sorprendidos - hugh…-se preocuparon un poco al verlo inclinarse un poco  sujetarse su estómago y aún más cuando salió corriendo de allí. Mune indagó rápidamente que era debido al agua que había tragado.

 

 

 

-déjame ir a mi…necesito hablar con él, por favor- casi rogó el peli-plata antes de que cualquiera intentara seguir al castaño. Ritsu asintió rápidamente  y el sonriente peliplata corrió lo más rápido que pudo para darle alcance al doncel…

 

 

 

……

 

 

 

Después de dar repetidas y tremendas arcadas no logró vomitar absolutamente nada, sentía el estómago revuelto y el cuerpo totalmente debilitado y entumecido…¡con un demonio si hasta sus piernas le temblaban como fideos!, limpió los lagrimones que se juntaron bajo sus verdosos ojos y se recargó de espaldas en el gruesísimo tronco de un árbol, tratando de recuperar el aire, la postura y quizás un poco de su alma, se encontraba deshecho…pero vivo…vaya que era ganancia, ¡a estas alturas , parecía que sobrevivir se convertiría en su más grande hazaña!

 

 

 

-¿estás mejor?

 

 

 

No pudo evitar pegar un saltito de sorpresa

 

 

 

-¡baka!... ¡me has asustado!- le reclamó con un puchero, sin embargo no fue caz de sostenerle la mirada a aquél caballero de orbes amatistas…y solo la desvió hacia un lado. Misaki permaneció sonrojado y quietecito en su lugar sin mover ningún músculo, como si el otro no le fuera a ver con hacer eso,  solo sintiendo los acelerados latidos de su corazón.

 

 

 

-no me has respondido aun- recordó el mayor acercándose algunos pasos más al doncel, quien hasta entonces levantó un poco su mirada para encontrarla con la del varón.

 

 

 

-e-estoy… bien- pronunció odiándose por haber tartamudeado. Ambos se quedaron en silencio por un muy largo tiempo, mismo que fue Akihiko quien rompió.

 

 

 

-parece que allá estabas a punto de reclamarme algo que parecía muy importante- exclamó con una sonrisilla burlona muy suya, que hizo que el menor frunciera le ceño muy sonrojado, mientras se cruzaba de bazos.

 

 

 

-¡pues que esperabas, claro que es tu culpa!...tu…tu…¿¡para que te dejas capturar por las sirenas?- reclamaba con un hermoso puchero- esas harpías tramposas empezaron a resonar su cascabel , ¡y ahí van ustedes como babosos a seguirlas!- el menor cada vez se tensaba y se sonrojaba más, acelerándose al hablar, haciendo un tierno puchero en sus brazos, mientras hacía puños sus  manos -luego nosotros estábamos tan preocupados, no podíamos detenerlos, y luego tú y te aventaste al lago, mientras ellas intentaban por todos los medios ahogarme, pero no podía dejarlas…tenía que salvarte…porque después de todo este viaje es por ti…además cuando te vi…y yo pensé que…yo sentí…yo sentí que…

 

 

 

El menor al fin se detuvo. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que escuchó un sollozo proveniente de él. Su mirada verde y avergonzada se clavó en la de la persona que estaba frente a él…esos ojos violetas que estaban bastante abiertos, claro signo de que estaba sorprendido. Espero una burla, una risa, ¡cualquier reacción de ese apuesto hombre!...sin embargo…

 

 

 

-¡Misaki!

 

 

 

Cuando menos se lo esperó  su cuerpo estaba totalmente aplastado entre el enorme tronco del árbol y el cuerpo del peliplateado, quien le abrazaba con  tanto ímpetu  y energía que sintió que se derretiría ahí mismo; el olor…y el calor que emanaba ese varón le comenzaba a marear y sintió que sus piernas no lo aguantarían y caería irremediablemente al suelo. El aliento del príncipe en su cuello no ayudaba demasiado. Sintió el corazón de ese ser que le profesaba un amor tan puro e incondicional, lo sintió inquieto en su pecho, vibrando contra el suyo, que estaba igual o más agitado…y no resistió la necesidad de corresponder el necesitado abrazo…enterró los dedos de sus manos en el brillante cabello plateado y húmedo del príncipe, quien al contacto levantó su mirada, encontrándose con la contraria.

 

 

 

Esmeralda y violeta

 

 

 

Una sorpresa tras otra. De un momento a otro perdió de vista los preciosos ojos amatistas  para encontrase con los delgados y suaves labios del mayor asaltando los suyos. Misaki gimió por la sorpresa, cerrando los ojos al momento, sin soltar los mechones plateados. Sintió su corazón bombear como nunca. ¡Akihiko le estaba besando, otra vez!, ¡y el no lo había detenido!, se iba a morir, seguro que esa paz y felicidad que curiosamente sentía que desbordaba en su interior lo iba a matar. Y de pronto le pareció que morir así no era mala idea.

 

 

 

-Misaki, dime que sientes algo por mí, ya no me lo puedes negar, no ahora- pidió. No. Demandó el oji-violeta tratando de buscar la mirada extasiada del menor.

 

 

 

La grave y sedosa voz del príncipe deleitó sus oídos y su fuerte pecho contra el suyo elevó su temperatura y su pulso…y eso no estaba bien, ¡Kami-sama!, ¡nada estaba bien allí!, sintió el tibio aliento en su oreja izquierda, y no pudo evitarlo…

 

 

 

-haaa…-gimió quedito. La pequeña separación entre sus labios fue la invitación perfecta que esperaba el mayor para meter lentamente su lengua en la boca contraria, acariciando lánguidamente todo esa dulce cavidad, casi con timidez. Misaki se derritió en los brazos del mayor. El castaño movía muy lentamente su lengua sin atreverse a nada más que a acariciar ocasionalmente la contraria.

 

 

 

-di que me quieres…-insistió de nuevo el mayor, besando esta vez la barbilla y las mejillas del sonrojado doncel y  dejando al fin en paz la boca del mareado y atontado castaño, que ladeaba extasiado el rosto de un lado a otro.

 

 

 

-¡No!...-gritó en un gemido bastante descompuesto y apenado.

 

 

 

-sabes…ya no te creo- respondió atrevido el otro, mostrando una pequeña sonrisa de lado en sus finos labios- ¿y tu cómo crees que yo me siento?...vienes a salvarme de un destino cruel, me dedicabas esa mirada y una sonrisa que, probablemente de forma inconsciente, estabas seguro que me iba a atrapar…y me he enamorado de ti, perdidamente -susurró contra los labios contrarios, que rojos, por el anterior beso temblaron nerviosos- Misaki….te amo.

 

 

 

-yo…yo no quise…-se excusó el menor tratando de seguir con bastante dificultad aquella conversación, mientras tenia a escasos centímetros el rostro alucinante del mayor.

 

 

 

-probablemente…pero aun así, pretendo que te hagas responsable- “amenazó” coquetamente- tú estás jugando conmigo…- exclamó haciendo un gracioso puchero. Misaki iba negar aquello , mas Akihiko no le dejó hablar- ¿Crees que después de que me gané tu confianza, de que me salvaste por segunda vez y de celarme frente a ninfas  y sirenas te iba a dejar libre?-

 

 

 

La sonrisa ladina del mayor hizo que Misaki se coloreara desde el cuello hasta las puntas de sus orejas. El príncipe rio ante aquello, una reacción bastante tierna.

 

 

 

-yo…

 

 

 

Akihiko se acercó muy lentamente para susurrar algo al ido del tembloroso muchacho…

 

 

 

-¿o ya olvidaste que mientras no confiaras en mí, me convertiría en conejo?...

 

 

 

Misaki juró que ya no se acordaba de eso, ¡cómo era posible!

 

 

 

-yo…Usagi-san…

 

 

 

-Misaki, dímelo…-murmuró el mayor, recargando su rostro en el tibio pecho del doncel; Misaki lo miró y le enterneció la figura de ese hombre abatido…mucho más porque sabía que ese nudo en su garganta tenía desesperadamente la respuesta que el mayor buscaba…pero que desgraciadamente no podía pronunciar.

 

 

 

-no…-sollozó. Hay no. Iba a llorar de nuevo.

 

 

 

-Misaki…

 

 

 

-yo no puedo…

 

 

 

-por favor

 

 

 

-yo…lo siento

 

 

 

Akihiko pretendía separarse del cuerpo del doncel, más éste egoísta volvió a enterrar sus dedos entre los sedosos mechones plateados, sintió pequeñas gotas calidas en su pecho. Sorprendido abrió muchos los ojos. Y se sintió como un terrible monstruo.

 

 

 

-Usagi-san…yo

 

 

 

.

 

.

 

.

 

 

 

-¡Chicos, vamos ya es tarde!-

 

 

 

La voz de Shinobu deshizo aquella atmosfera extraña en la que se habían hundido ambos. Mas no fueron capaces de separarse a tiempo y cuando los otros cuatro aparecieron los encontraron tal y como estaban…Misaki aferrando a su pecho a un apesadumbrado peliplata.

 

 

 

-¿qué…?- la pregunta de un sorprendido Ritsu quedó inconclusa por la sorpresa. El resto estaba igual o más sorprendidos.

 

 

 

-gracias por salvarme Misaki…-murmuró Akihiko tan quedo que probablemente no había persona que pudiera haberle escuchado, pero Misaki sí –ya podemos seguir Ritsu- se dirigió ahora al mago oji-verde, y se separó del castaño acercándose al resto, con el rostro gacho. Misaki sintió que le perdía…y por más que quiso retenerlo junto a él, por siempre, no lo hizo…y a pasos vacilantes se acercó al grupo. Y en un desconcertante y confuso silencio todos siguieron con su camino.

 

 

 

Un Akihiko que no quiso hablar ni con Ritsu, Un Misaki que ignoraba olímpicamente las intenciones de Shinobu por hacerle plática y no miraba más que al peliplata, un Miyagi dirigiendo un constante mirada curiosa que pasaba del Akihiko a Misaki y un Masamune harto  de la incógnita de la situación. Eso es lo que había.

 

 

 

-Nos quedaremos aquí por ahora- anunció Masamune de repente deteniéndose entre algunos árboles frondosos, o eso parecía- no es bueno caminar de noche, podríamos perdernos- exclamó obviando la oscuridad y la enorme una que los alumbraba ahora.

 

 

 

-pero tampoco podemos quedarnos en un lugar desconocido a la intemperie- opinó Miyagi.

 

 

 

-¿y qué hay de este lugar?- preguntó Shinobu poniéndose de puntillas  para ver mejor el mapa que Mune tenía en sus manos- el mapa marca una desviación, parece una posada, si está aquí, debe de ser buena, ¿no?

 

 

 

Todos lo voltearon a ver  y seguido entre ellos.

 

 

 

-bien…solo porque de verdad es necesario- opinó Masamune

 

 

 

-además Akihiko y Misaki necesitan descansar, todos, de hecho…ha sido un día muy largo- exclamó Ritsu, mirando de reojo  a los nombrados, quienes apenas se miraron un segundo y desviaron su mirada… ¡le comía a la ansiedad por saber que había pasado con ellos!...pero se arreglaría, Akihiko lo haría por los dos…¿no?...

 

 

 

-¿pone algún nombre del lugar?- preguntó Shinobu curioso.

 

 

 

-no, solo es “un algo” parecido a una casa en color morado, ya veremos cuando estemos allá…- respondió Masamune, siguiendo el mapa y desviándose del camino marcado hacia la izquierda para ir a la “dichosa posada”.

 

 

 

.

 

 

 

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Continuará…

Notas finales:

Que tengan lindo día :3


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