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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola, hola, chicos y chicas :), ¿cómo están?, espero que bien, yo estoy deshaciendome de gripa x´D. Pues bien, aquí vengo con otro capítulo más, recordandoles también, que estamos a 6 capítulos para que terminen los caps que tengo avanzados, sip...es un fic bastante largo, y les agradezco que hayan invertido tiempo en leer una de mis más largas historias xD y en comentar. Ya les iré avisando como procederá  esto de las nuevas actus xD...miestras tanto los dejo con otro cap bastante explicativo...¿que pasará con Misakito y con Usagi-san?...


Espero les guste la conty


Nos leemos pronto


 


Misagi * *

Capítulo 50: “¿Las predicciones se cumplen?”


 


 


En algún momento de aquellos escasísimos minutos Misaki dejó de gritar, dejó de patalear, incluso dejó de temblar. Sus ojos entornados y llorosos y su cuerpo sin un ápice de movimiento. Mune lo miró con preocupación y optó mejor por cargarlo en brazos hasta el lugar “seguro” donde estaba el resto.


 


-hey…hey…Misaki…- le llamaba en vano el varón. El pequeño parecía en shock- tsk…- pronunciaba agitado al escalar, bajar y subir rápidamente pero con cuidado de no tropezar con una piedra e ir a caer con Misaki a cuestas. Al fin llegó a la salida de Ijir, y su mirada se fijó en los 3 muchachos allí, que preocupados corrieron a su encuentro.


 


-¡Mune!...¿y Akihiko?...¡¿dónde está Akihiko?!- preguntó Ritsu alterado al no ver al oji-violeta por ningún lado, Mune hizo un gesto lastimero, el oji-verde  seguido le echó un vistazo a Misaki, quien iba también bastante herido, más lo que le preocupaba fue su mirada entornada y perdida, a punto de cerrarse.


 


-¡MISAKI!...-exclamó el rubio acercándose al otro doncel, y pasó lentamente la yema de su dedos por el rostro, pero el castaño no le regresó siquiera a ver… y cerró los ojos. El rubio emitió un gemido lleno de tristeza y regresó a ver a Masamune- ¡¿Qué ha pasado, porque está así?!- preguntó alterado. Takano lo miró una vez más.


 


-yo…hubo un derrumbe…cuando llegué a esta ellos, él estaba intentando…ayudar a subir a Akihiko- Masamaune no sabía cómo continuar, todos le estaban mirando curiosos-…debía ayudarlos…pero…no pude ponerlos a salvo a ambos


 


El silencio se extendió


 


-¿él….ha visto…lo que pasó con Akihiko?- preguntó cauteloso Miyagi. Ritsu frunció el ceño lleno de angustia y tapando su rostro esperando la respuesta a eso…y Shinobu tan solo atinó a apretar en su pecho la lastimada cabeza del “perdido” Misaki…tratando de asimilar y consolar ese posible dolor.


 


Mune negó lentamente.


 


-nada está seguro…tenemos que buscarlo- se dirigió a los donceles, dejando a Misaki cuidadosamente recargado en el tronco de un árbol – Miyagi y yo iremos a buscar a Akihiko- el capitán de Usami asintió- busquen un lugar cerca de aquí mientras tanto…cuiden a Misaki, sería muy bueno que pudieran hacerle reaccionar


 


Ritsu asintió. Shinobu se limpió algunas lágrimas que salían de sus ojos y se fue a sentar a un lado del castaño, haciendo que recostara su cabeza sobre  sus piernas. Los varones simplemente asintieron y partieron de allí rápidamente.


 


-mocoso…tienes que resistir…ya verás que todo…estará bien- el menor no sabía si se consolaba a él mismo o al abatido Misaki. Ritsu emitió una leve sonrisa tristona y se arrodillo también junto a ellos, acariciando las hebras castañas del doncel…fue entonces que se fijó que algunos mechones, cerca de la sien derecha, estaban empapados de sangre…su rostro se enserió.


 


-Misaki…-le habló un poco más preocupado tanteando otros lugares de su cabeza.


 


-¿Qué pasa?- preguntó el rubio sorbiendo su nariz, contagiado de la preocupación del mayor observando como el castaño mayor revisaba rápidamente todo el cuerpo del otro.


 


-tiene muchas cortadas profundas por todo el cuerpo…y un hombro dislocado…pero lo que más me preocupada es…un golpe muy fuerte en la cabeza…está sangrando….- explicó preocupado Ritsu- Shinobu…hay que despertarlo…¡hay que despertarlo ahora!


 


-¡rayos…Misaki despierta!...-murmuró el rubio acariciando las pálida mejillas de Misaki.


 


…………………………….


 


Masamune y Miyagi recorrían el camino de vuelta hasta la cúspide de aquella montaña, en donde hace escasos minutos yacía la cueva de Taya. Las piedras sueltas y los escasos caminos despejados agrietados hacían su recorrido mucho más difícil…cada vez que tropezaban esperaban que no fueran a ocasionar accidentalmente otro derrumbe…


 


 


-¡ya estamos cerca!- exclamó Masamune al recocer con dificultad un tumulto de rocas encimadas, Miyagi le siguió de cerca. Se encontraron prontamente ante un nefasto cuadro de suelo irregular agrietado- es por acá- murmuró Takano, asomándose hacia abajo…donde una gran cantidad de rocas había hecho el acantilado más “corto”. Tragó saliva tratando de disipar el profundo nudo de su garganta que se le formó al pensar en la posible muerte de su primo. Miyagi puso una mano en su hombro. Mune le regresó a ver.


 


-hay que bajar para buscarlo- sugirió. Mune asintió.


 


Con cuidado comenzaron un tortuoso descenso y empezaron a remover las piedras más livianas.


 


-¡Akihiko!...


 


-¡AKIHIKO!


 


Gritaban con la esperanza de que siguiera consiente.


 


Los minutos pasaban…Mune se pasaba desesperadamente las manos por sus húmedos cabellos castaños…no quería llegar con una noticia así con el resto de los chicos, no con el pobre de Misaki, no con su tía Asuka y su tío Hitomi…sintió sus ojos escocer, pero se tragó esas lágrimas…cubriendo su rostro, mientras se ponía en cuclillas.


 


-Masamune- escuchó la gruesa voz de Miyagi hablarle con cautela. Mune le regresó a ver de inmediato.


 


-¿Qué pas…


 


-shhh….escucha- ordenó el mayor. Takano afinó su oído….y un leve sonido de movimiento de rocas, sus ojos se abrieron en demasía, se puso de pie en un segundo…cuando volvió a escuchar lo mismo…


 


-¡AKIHIKO!- gritó intentado buscar el lugar aquel. Los ojos se Mune rápidamente dieron con una enorme placa de piedra que permanecía recargada junto a la roca más grande de la zona.


 


-¡es por allí Miyagi!


 


Ambos corrieron como posesos hasta allí, quitando más piedras…Mune casi podría echarse a llorar cuando  pudieron descubrir una parte del torso y un brazo de su primo. El pobre se veía horrible, muy mal, sus ojos estaban fuertemente cerrados, o al menos eso cría, porque todo su rostro se encontraba ensangrentado e hinchado su cabello completamente pegado a la cabeza que escurría ese líquido rojo tan vital, el pecho subía y bajaba dificultoso al respirar. Con gran esfuerzo Miyagi y Takano lograron mover la enorme piedra que cubría casi todo el cuerpo del mayor.


 


-M…mune…


 


-aquí estoy Akihiko…- respondió con rapidez el otro, dando un vistazo a las destrozada piernas de su primo. Mordió sus labios completamente aterrado y preocupado, si Misaki lo veía así una vez de haberse recuperado, seguro que se vuelve a desmayar- todo estará bien…Akihiko…solo…tan solo…tenemos que ir a un sanatorio…a un pueblo…o a donde sea…-murmuraba el mayor tratando de ver de aquel forma se llevarían al otro sin hacerle pasar horrores con el dolor.


 


-d-de… acuerdo…- exclamaba dificultosamente el peliplata, dudaba mucho que eso pudiera pasar, pero se permitió creer por unos segundo en lo que decía su primo…sentía un dolor envolverle todos los sentidos…no podía moverse en lo absoluto, las náuseas lo estaban matando pero no tenía fuerza ni para dar un arcada…estaba muy cansado, no creía que pudiera pasar de…-¿M…misaki?...- preguntó por su amado doncel…él era lo único que le importaba en ese momento. Sus últimos momentos, tal vez.


 


-él está…bien, está preocupado por ti- exclamó Miyagi. Akihiko viró con dificultad la violeta mirada de uno de sus ojos al mayor, la forma en que tembló su voz no le gustó para nada, frunció el ceño liberando un profundo y doloroso gemido al moverse…las lágrimas empaparon sus hinchados ojos…


 


-¡¿Qué…que… TIENE?!- preguntó alterado…


 


-¡tranquilízate!...¡todo estará bien!- intentó Mune, pero el peliplata  luchaba contra su conciencia…y el dolor profundo que se acrecentaba en su cabeza y brazo especialmente.


 


-M-mune…-gimió devastado


 


-tranquilo…vamos para allá Akihiko…solo resiste primo, por favor- consoló angustiado. Mientras comenzaba a pensar en cómo le llevarían.


 


-…Misaki…- murmuró por último antes de perder la conciencia.


 


-hay que darnos prisa…- exclamó Takano, se quitó el chaleco que vestía, igual que una pequeña tela a modo de capa que le cubría del sol o la lluvia en el viaje – haremos una camilla improvisada- explicó a Miyagi quien comenzaba a hacer lo mismo que el príncipe…muy pronto tuvieron las 4 prendas bien tensas y amarradas y con la mayor delicadeza con la que pudieron colocaron a Akihiko hasta allí.


 


El cielo se oscureció…no tan solo por la ocultación del sol, sino también por las nubes negras se desplazaban con rapidez sobre ellos…Mune frunció el ceño…los truenos empezaron a retumbar.


 


-vámonos…tenemos que salir de aquí antes de que comience a llover


 


Miyagi asintió…mientras su mirada se fijaba en el moribundo príncipe, no quería atosigar más a Masamune, Akihiko estaba demasiado mal, pero pensaba, casi igual que lo  hacía Akihiko…de  que sería muy improbable   que pasara si quiera la noche.


 


**************************************************


 


Las cosas habían cambiado un poco desde que Keiichi y Haruhiko habían ido a vivir temporalmente al reino de Sumi, por lo que las cosas en Usami ya habían estado por así decirlo, algo tranquilas. Aunque de vez en cuando se podía ver a una Asuka y a un Hitomi algo ansiosos por los preparativos para la reunión del Consejo que se llevaría a cabo allí en menos de dos semanas. Fuera de eso las cosas habían vuelto a la normalidad…casi todo.


 


-¡¿c-cómo?!- exclamó la bella muchachita de cabellos ondulados y castaños oscuros, mientras leía la carta que estaba en sus manos.


 


Manami aún no regresaba a América, su actual domicilio, puede que por ver resolverse los asuntos de Usami pronto, el estado médico de Keiichi o simplemente podría ser “culpa” de un hermoso mozo del cual se había enamorado recientemente. Mordió sus labios suavemente al recordar los bellos momentos que pasaba junto a su dulce “novio” y la cara que pusieron sus adorados tíos y ¡aún más sus padres! Cuando se enteraron de su relación con Takahiro. Rio divertida por un largo  rato más su preocupación inmediata fue expresada con un tierno puchero inconforme  al recordar el contenido de la carta…resumiendo todo el protocolo “americano”…tenía que regresar prontamente…el permiso de ausentarse había sido recortado.


 


Gimió en frustración…no quería volver aun, pero trabajo era trabajo, suponía…de pronto pasó una loca, ¡loquísima! Idea por su cabeza y apretando la carta en un puño entró de vuelta al castillo corriendo por los pasillos del extenso castillo buscando a su amor…con la sonrisa más grande del mundo en su rostro. Le encontró platicando amenamente con el cocinero principal, sin más corrió hacia la cocina dispuesta a abrazarle y besarle efusivamente…Takahiro algo desorientado apenas y pudo  enterarse y alcanzar a sostenerla en sus brazos.


 


-¡Manami!... ¿qué pasa?- preguntó sorprendido pero con una dulzura natural en él, después del arrebatador beso de su castaña preferida.


 


-hola mi amor- regresó a ver con sus ojos brillantes al otro hombre- hola Taki-saludó amable al hombre


 


-buenos días señorita, creo que los dejo solos- exclamó con una sonrisa cómplice el hombre y salió de allí.


 


-ha llegado una carta- exclamó casi emocionada mostrándosela muy cerca. El muchacho no entendía mucho- es de mi trabajo…en América- explicó quedito ella. Takahiro la miró sorprendido y después un poco triste…así que hasta aquí se acababa todo, ¿no?...


 


-¿y qué vas a hacer?- preguntó algo tristón, pero curioso por lo que fuera a decir, después de todo si alguien era buena para dar sorpresas esa era Manami…y vaya que no lo decepcionó. Manami casi chilla de alegría cuando le grito fuertemente la “propuesta”.


 


-cariñooo….¡¡¡ACOMPÁÑAME A AMÉRICA!!!


 


 


  ******************************************


 


El sol había desaparecido por completo, la lluvia se había detenido hace un rato, y tan solo lloviznaba ligeramente. El atardecer estaba a punto de ceder su lugar  a la oscura noche cuando los donceles vieron llegar a sus parejas cargando a alguien en una especie de cama improvisada. Ambos no pudieron evitar suspirar, mitad preocupados, mitad aliviados, después de todo, la pequeña charla que mantuvieron con Misaki les dejó mucho que pensar…


 


//Flash- Back//


 


-¡vamos Misaki!- insistía el castaño mientras hacía sencillas vendas con trozos de su camisa o de su desgastado chaleco. Hace poco habían podido limpiar con el agua de la lluvia y un paño algunas de las heridas más graves al castaño, mientras Shinobu había ido a buscar algunas hiervas que le sirvieran para calmar aunque sea de manera temporal los dolores del doncel. Ritsu  escuchó unos pasos acercarse rápidamente, no se preocupó sabía que era el rubio.


 


-¡ya llegué!- exclamó tumbándose de inmediato al suelo con un montón de hiervas entre los brazos-¡ kami, quien diría que esas clases de herbolaria serían tan útiles en estos momentos!- exclamaba el menor tallando entre algunas piedras algunas para crear alguna pasta.


 


-¿crees que servirán?- preguntó el oji-verde preocupado, acariciando el ahora afiebrado rostro de Misaki. Shinobu endureció la mirada un poco, negando lentamente, mientras seguía aplicando la pasta verdosa y viscosa en algunas heridas del doncel.


 


-solo es temporal…no podremos curar esas heridas así- explicó. Ritsu asintió tristemente y su mirada se concentró en el muchacho recostado en sus piernas.


 


-vamos pequeño, resiste…todo estará bien…aunque no lo creas…también te necesitamos -murmuró el oji-verde, quizás recordando la profecía.


 


-hay que confiar que Masamune-san y Miyagi traerán a Akihiko también- murmuró apesadumbrado Shinobu. Ritsu asintió a eso.


 


-usa…usagi-san…-murmuró muy quedito el lastimado muchacho. Los otros dos donceles le regresaron a ver curiosos y bastante complacidos de verle reaccionando. El chico murmuró otro par de cosas entendibles para ellos antes de empezar a fruncir el ceño, hasta que con dificultad y parpadeando continuamente abrió los ojos.


 


-¡Misaki….estás bien, ya despertaste!- exclamó el rubio. Misaki apenas y fue consiente de cuando el menor le abrazaba con efusividad, sus ojos seguían nublados y un millón de escalofríos recorrían todos su cuerpo…


 


-¿q-que me pasa?- murmuró con voz pastosa- ¿dónde está usagi-san?- preguntó más bajito, intentó llevar una de sus manos a su cabeza que sentía explotar, sin embargo de encontró con un dolor desgarrador proveniente de su brazo inmovilizado con  trapos y algunas baritas.


 


-tranquilo Misaki…- murmuraba Ritsu


 


-¿usagi-san?, oh ¡te refieres a Akihiko!...- el rubio sonrió enternecido y hasta cierto punto divertido por el gracioso juego de palabras que resultaba ese nombre en la situación en la que estaban, más misaki no tenía ni ganas ni energías para discutir algo más…las lágrimas cayeron de sus ojos. Ritsu se acercó a limpiarlas con ternura.


 


-Misaki tranquilo, todo estará bien…ya verás que…


 


-no


 


-Misaki…


 


-¡NO, nada estará bien…si Usagi-san no vuelve nada estará bien!- gritó agarrándose la cabeza con desesperación.


 


-¿a qué te refieres?- intervino al fin el rubio


 


-al futuro…lo que pasará si fallamos…lo que dijeron ellas…- murmuró a punto de entra en pánico de nuevo…ambos donceles si miraron extrañamente y le abrazaron intentando tranquilizarle.


 


-¿Quiénes Misaki?- preguntó Ritsu


 


-Aqua y Hana…las ninfas en Meire…lo que me hicieron ver…cuando...cuando ellas...ellas…me…- Misaki temblaba en brazos de los donceles.


 


-Misaki tranquilo….vamos…ya no…


 


-¡todo será un caos, todo será tristeza!- exclamó desolado echándose a llorar de nuevo.


 


-¿por qué?- preguntó el menor haciendo que Misaki le mirara a los ojos, sujetándole gentilmente por las mejillas.


 


- vi a Hiroki reinando Usami con Haruhiko y el bebé de Nowaki-san…-murmuró Missaki como recordando aquel triste recuerdo, si es que se puede llamar así. Ritsu y Shinobu lo miraban perplejos- eran tan triste verle llorar mirando por el ventanal…decían que era nuestra culpa…MI culpa…por que no pude cumplir con la misión, Taya lo dijo… ¡soy débil y cobarde!…no pude hacer mucho realmente…ese día solo regresaron Miyagi-san y tú…Ritsu- murmuró Misaki decaído, y quizás un poco desahogado de haber liberado aquella escena traumática que ocultaba solo para su sufrimiento personal.


 


-¡no digas eso!...¡TU NO ERES COBARDE!...nadie morirá aquí ¿entiendes?...¡todos regresaremos!...¿escuchas eso?- exclamaba Shinobu en un ataque de furia, preocupación y tristeza, por todas esas cosas horribles que había visto Misaki con las ninfas…no era tan bobo como para no indagar hacia donde iba todo eso…sin príncipe en Usami se cumpliría el contrato que habían hecho Hiroki y Haruhiko-san, Keiichi solo, él sin Miyagi…Ritsu sin Mune, sus ojos grises se llenaron de lágrimas -¡TODOS REGRESAREMOS SALVOS A CASA!...muy pronto…ya lo verás- murmuró apretado contra su pecho al sorprendido y ahora apacible castaño, quien asentía rítmicamente -…eres una de las personas más valientes que he conocido Misaki…solo que aún no te lo crees- exclamó el rubio.


 


-descansa Misaki…los chicos no tardan en llegar  ya verás…todo estará bien…confía en ellos- sonrió Ritsu. Misaki entrecerró los ojos y les dedicó una sonrisa antes de desvanecerse de nuevo, todo ese drama lo había dejado exhausto.


 


Shinobu y Onodera se dedicaron una mirada preocupada.


 


//Fin Flash-Back//


 


-¡hey, por fin llegaron!- exclamó Shinobu acercándose un poco  ellos. Ritsu  los miraba desde lejos, mas su rostro borró aquella pequeña sonrisa al ver el rostro devastado y preocupado de los dos varones, y se puso de pie de inmediato.


 


-¡por Kami!


 


Definitivamente ese comentario del rubio al ver a su peliplateado amigo  no ayudó a tranquilizarle. Cuando fue su turno de verle, sus ojos se llenaron instantáneamente de lágrimas y cubrió su rostro con sus manos. Los varones explicaron levemente lo que había pasado y rogando por primera vez en el día un poco de paz, se acomodaron un rato debajo del árbol para platicarlo. Curaron cuanto pudieron las heridas más superficiales del oji-violeta y limpiaron bastante sangre a igual que cubrieron heridas, el pobre se veía extremadamente pálido…mortalmente pálido. Los cuatro solo observando a tanto al castaño como a Akihiko…no podrían llegar de buenas a primeras así hasta Usami…más Akihiko, los donceles muy pronto comprendieron la gravedad del asunto…era indispensable encontrar algún médico…si no…


 


-díganme por favor que Misaki está mejor…- exclamó Mune apesadumbrado tirando su cabeza hacia atrás y después fijando su mirada en los improvisados parches de medicina herbolaria. Fue Shinobu quien contestó.


 


-no estés tan seguro, las heridas son profundas y también ha perdido mucha sangre debido a un golpe en la cabeza…no será difícil que coja una infección…y si está se agrava…-el rubio no terminó de decirlo. Mune emitió un largo suspiro.


 


-habrá que desviarnos hacia un pueblo para que puedan n curarlos, lo más rápido que podamos, es la única salida- dictaminó preocupado.


 


-no llegaremos a tiempo…ya nos faltaban pocos días para llegar a Usami…-murmuró Miyagi.


 


-los inconvenientes surgen y se superan- respondió Mune con seriedad brutal – no llegaremos a Usami si vamos así…- los donceles asintieron entristecidos- aun así la aldea más cercana está a kilómetros- exclamó por la bajo.


 


-además no tenemos provisiones, ni equipaje, ni la protección de la espada ni nada, perdimos todo en el derrumbe- exclamó angustiado el rubio. Todos asintieron a aquello.


 


-por suerte aún tenemos el mapa…- exclamó tratando de dar una luz de esperanza Ritsu ante tantas malas noticias, Takano asintió- podremos hacerlo chicos…seguro será agotador, pero tenemos que seguir adelante- Todos asintieron a aquello decididos.


 


Esa noche se quedaron a descansar allí, pues no tenían ganas ni para moverse, acordando por turnos cuidar a los dos chicos inconscientes. A la mañana siguiente, muy temprano, salieron…convinieron en no parar al menos que fuera algo extremadamente necesario, de cualquier forma cargar entre los cuatro, o preferentemente solo los dos varones, a dos desmayados era lo suficientemente arduo. Comían lo que encontraban en el camino, bebían cuando había oportunidad de pasar por un río o recolectar en alguna lluvia, descansaban solo lo necesario…Así pasaron 3 días. El camino a la aldea les había desviado bastante, pero estaban dispuestos a recuperar el tiempo perdido cuando los otros estuvieran mejor…confiaban en ello. Era un precioso amanecer cuando pudieron divisar las pequeña casitas que se tendían por todo la aldea…al fin sonrieron. Lo bastante animados se acercaron allí y coincidieron en encontrarse con la hija del “gobernador” de la aldea, sin embargo las noticias no eran tan buenas como esperaban…


 


-¿Qué dice?...n-no puede estar hablando enserio…- murmuró Ritsu abatido. La jovencita miró a los dos desmayados con tristeza.


 


-no hay los suficientes conocimientos de medicina en la gente de mi pueblo viajeros, les ruego nos disculpen. Los médicos son escasísimos y apenas con los mismos conocimientos de herbolaria que tú. Ellos requieren mucho más que eso- indicó al rubio quien le había contado sobre los parches de hierbas…- no podemos ayudarles


-no puede ser…hemos viajado de muy lejos para solicitar su ayuda- murmuró Masamune- ¿está segura de que no hay otra forma?- preguntó compungido. La mujer pareció pensárselo y con el rostro preocupado asintió…miró a los dos muchachos probablemente debatiéndose entre la vida y la muerte, sus rostros enrojecidos por la fiebre…y los cuatro amigos preocupados que harían lo que fuera por salvarles.


 


-hay una…pero es muy arriesgada- exclamó sobando sus manos con nerviosismo- yo no puedo ayudarles…mi pueblo no, pero conozco a unos que sin duda tienen los conocimientos para sanar cualquier cosa- murmuró con intriga.


 


-¿quiénes?, ¿están muy lejos?... ¿querrán algo a cambio?...—preguntó Shinobu enseguida quizás un poco nervioso e entusiasta.


 


-no se sabe que piden a cambio…nadie nunca de los que han estado ante su  presencia  a divulgado nada de lo que hablan con ellos, no están muy lejos de aquí…quizás un poco menos de un día…- explicó enigmática ella. Todos asintieron.


 


-llévanos por favor…necesitamos ir…- pidió Ritsu apurado.


 


-yo no podré llevarlos personalmente, pero quizás mi hermano si…pero…¿están seguros de que querrán ir con ellos?- preguntó sorprendida.


 


-¿Por qué lo dices?- preguntó hasta ahora Miyagi. Ella entornó sus preciosos ojos avellana.


 


-¿Qué por qué?...pues son seres muy fuertes  e inteligentes… ¡son seres mágicos!...¿no les da miedo estar frente a un usuario de la magia?...- Exclamó perpleja. Los chicos se miraron entre sí, no sabían si reír o llorar ante eso, ja…si todo el camino se preguntaron eso…


 


-no te preocupes por eso…lo que más nos importa por ahora es salvar a nuestros amigos- exclamó Ritsu sonriéndole para tranquilizarla un poco.


 


-si insisten- exclamó la mujer aun sorprendida- iré  a avisar a mi padre sobre todo y traeré a Zole, mi hermano…el los llevará a… Aki- ellos asintieron y la vieron correr de vuelta hacia alguna casita.


 


Minutos más tarde vieron acercarse a ellos a un robusto muchachito de algunos 18 años y piel morena y ojos avellana, quien se presentó como hermano de Kiri, la muchacha que les había recibió. Agradecieron de buena manera al muchacho y él les expresó los buenos deseos de su padre para encontrar la cura a los males de sus compañeros lo que ellos agradecieron gustosos. Con la ayuda del muchacho pudieron avanzar más rápido y cerca de la media noche el pasaje oscuro se vio iluminado con bellísimas luciérnagas alumbrando el camino que seguían. Los árboles se hacían más altos y espesos y el viento era lo suficientemente frío como para hacerlos temblar un poco, ahora más con la escasa ropa que llevaban todos.


 


-bien…es aquí…-exclamó el muchacho, observando todo a su alrededor- tendrán que pasar esos árboles de por allá- exclamó apuntando hacia enfrente  a escaso 5 metros- entonces estarán en Aki


 


-pero aquí no hay nada- exclamó Masamune.


 


-no olviden por favor que son seres mágicos…y no son tan amigables, les suplico que les hablen con sumo respeto- murmuró el muchacho.


 


-bueno…si estás seguro, pues muchas gracias, les estaremos siempre infinitamente agradecidos, por favor, se lo pagaremos en cuanto todo esto termine- exclamó con una sonrisa Mune, el muchachos sonrió.


 


-no es necesario, pero gracias…y suerte- prontamente se despidieron y el muchacho regresó por donde vinieron, mientras ellos al fin se decidieron a cruzar por donde Zole les había indicado.


 


-¿saben?...es curioso…pero no nos dijeron de que ser mágico estamos hablando- habló Miyagi.


 


-es lo de menos si pueden curarlos- exclamó Mune


 


-¿seguro que es aquí?...- exclamó Miyagi- no parece haber nada, solo oscuridad- todos regresaron a  ver a su alrededor pero solo los rodeaba una intensa penumbra…


 


-la oscuridad tan solo es la usencia de luz, y por ende el comienzo de todo… ¿Qué buscan aquí?


 


.


.


.


 


La voz tranquila y aparentemente inmutable los sorprendió en demasía y enseguida le buscaron con la mirada hasta encontrarle unos metros más adelante…Se trataba de un varón- uno muy hermoso…pensaron contrariados todos- De estatura alta, piel blanquísima, un cabello lacio y albino largo hasta la cintura, estaba ataviado en un traje finísimo de color plateado, blanco y verde y poseía una mirada fríamente aterradora pero sin embargo de un bonito y brillante dorado.


 


-…- todos se quedaron sin habla. Shinobu le dio otro leve escaneado reconociendo casi temeroso todos “los” rasgos, las puntiagudas orejas con pendientes del símbolo del Trébol azul  y la insignia en la cinta de su vestimenta aclaró sus dudas  y sin más, y casi rogando que el resto…por su vida, le imitara se postró  en suelo casi tocando la tierra con su cabeza, no ofreciéndole una leve reverencia sino algo mucho más serio…sus ojos temblaron, con razón el miedo y el respeto que le profesaban los chicos de la aldea a estos seres…ellos…


 


-Mune…-le murmuró al príncipe el rubio al ver que seguían muy sorprendidos. Takano prontamente dio la orden en silencio y con cuidado dejaron a los heridos en el suelo y reverenciaron también a la imponente figura frente a ellos, quien les miraba altivo y orgulloso.


 


-¿Quiénes son, Shinobu?- preguntó en voz baja Mune, preocupado por la situación en la que estaban. Shinobu le regresó la mirada.


 


-Mune…no estamos en cualquier aldea…este es Aki…seguramente uno de las aldeas de los nómadas del Trebo azul- explicó.


 


-no entiendo…- murmuró inconforme con la información. Shinobu frunció el ceño mirando levemente los ojos dorados que parecían querer desaparecerlos del lugar…¿y ellos les iban a ayudar?...volvió a bajar la cabeza preocupado antes de responder…


 


-son elfos, Mune…elfos médicos


 


-¿e-elfos?- Mune abrió con exaltación sus ojos almendrados…por Kami…


 


.


.


.


 


Continuará

Notas finales:

Besos de chocolate a todos

reviews?...

Que tengan un lindo día :)

 

Misagi * *


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