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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola :3, ¿cómo han estado?


Siip, ya se que me he tardado un poco, lo siento, pero este cuatrimestre en la Uni me ha tenido un poco nerviosa y he tenido que aplicarme con más ganitas :/, estoy a 4  dias de salir de vaciones, así que espero con ansias poder aprovecharlo :). Muchas gracias por leer y estar al pendiente de mi fic, y muchísimas gracias por comentar, saben que lo aprecio enormemente <3


Pues bien, ahora si,al fic, ya saben lo que se viene, la defensa de la Legión de Usami a llegado, el reecuentro con la familia, algunos secretitos :p, espeto les guste el capítulo, iré respondiendo entre hoy y mañana sus lindos comentarios.


Beso de chocolate y abrazos a todos...


Misagi * *

Capítulo 57: “Bienvenida”


 


Toda la sala se había quedado ensimismada en un profundo silencio. La mirada de toda la familia Usami iba de la enardecida mirada del apuesto joven que decía ser el heredero de Usami al insulso vejete que no decía más que estupideces. Estupefactos, aun incapaces de  creer lo que sucedía frente a ellos. Ya había llegado la legión de Usami…los tres que faltaban, habían regresado a casa…y no venían solos.


 


Akihiko miraba furiosamente al hombre que pretendía dañar a su familia,  importándole bastante poco la palidez en el arrugado rostro; Misaki permanecía a su lado, a punto de un colapso nervioso. Cerró un segundo los ojos tomando una profunda respiración, no era hora de que se pusiera a temblar, en estos momentos Usagi-san lo necesitaba, la familia Usami lo necesitaba, era hora de ser fuerte. Era hora de defender a SU familia. Abrió los ojos y una nueva y determinada mirada inundó su rostro, mientras dejaba que su cuerpo drenara todo sentimiento de inseguridad y miedo, aferrándose con fuerza al brazo de su apuesto prometido.


 


El gemido de Asuka fue el único que interrumpió el sepulcral silencio. La hermosa reina no pudo contener el sollozo y un raudal de lágrimas que secundaron a éste. Sintió su corazón deshacerse de un gran peso y rebosante de una gran felicidad sin par.  Su bebé…su niño…ya estaba en casa. Se abrazó al pecho de su, también, lloroso esposo. No pudo evitar sonreírle a su muchacho con el rostro colorado y lleno de lágrimas cuando éste le regresó a ver por unos segundos  y le sonrió dulcemente…recordaba esa sonrisa de cuando era más pequeño, y le pareció que de repente nada faltaba en su vida... “mi pequeño…estás en casa”…le susurró sordamente, sólo moviendo los labios. Su corazón se regocijó cuanto el alto hombre en el que se había convertido su pequeño asintió, para seguido regresar su mirada al frente, al imbécil hombre del concejo.


 


Hiroki mantenía una sonrisa de lado, mientras veía la conmoción que había causado la entrada de estos personajes. Estaba expectante para ver que más sandeces se intentaba inventar el hombre estúpido. Por fin, después de tanto, se permitió respirar tranquilidad un poco, su mano viajó inmediatamente al anillo que pendía de su cuello. Una profunda paz lo inundo de inmediato. Sonrió. Seguro Nowaki venía en camino.


 


– Justo a tiempo, ¿no crees? – Hiroki escuchó que Haruhiko le había susurrado, suspiró asintiendo levemente.


 


– Malditamente cerca- le respondió con media sonrisa. Pensaba que no soportaría más tiempo.


 


– ¿estás bien? – le volvió a preguntar igual el varón. Hiroki asintió…


 


– no te preocupes


 


Todas las miradas se volvieron a centrar en Akihiko y Misaki contra el viejo que cambió cual pimiento en temporada a un profundo rojo, probablemente de rabia, de ver sus “metas” desmoronarse.


 


– T-tu…no deberías estar aquí – murmuró el hombrecillo aterrado y enfurruñado con la vida, mirando con un profundo odio al oji-violeta. Akihiko no inmutó el rostro.


 


– ¿no creerás que dejaría sola a mi familia, verdad?, ¿realmente crees que te regalaríamos el reino?, ¿Qué dejaríamos el bienestar de nuestro pueblo, en tus manos?, si lo creías de verdad, debiste haber perdido la cabeza– exclamó con voz profunda e intimidante.


 


– tú…. ¡seguramente ni si quieras eres hijo legítimo de Usami! ¡TAN DESESPERADOS ESTÁN QUE TENIAN QUE RECURRIR A UNA MENTIRA! JA, ¡les he descubierto! ¡No podrán engañarme con este farsante!


 


Todo el mundo miraba al hombrecillo como si estuviera demente, ¿era una broma, acaso?, el parentesco con Asuka era ridículamente obvio. El viejo estaba perdiendo la cabeza, mientras gruñía y respiraba fuertemente y nervioso, cual pez fuera del agua.


 


– ¿estás intentando irritarme? –  el tono de advertencia de Akihiko era atroz.


 


– tsk…


 


El viejo pareció un pequeño ratoncillo encerrado, mirando de un lado a otro, nervioso y siendo devorado a borbotones por la ansiedad. Solo observaba la intensa mirada que recibía por parte de toda esa familia, ¡con un demonio!... ¡estaba tan cerca!, ¡no podía perderlo todo!...tenía que idear un plan, tendría que haber una salida a todo esto…


 


Hiroki mantenía una mirada calculadora, desde su asiento, sobre el pequeño vejete que tembloroso seguro seguía maquinando una forma de quedarse con algo...pero él había adivinado, sea lo que dijera, no sería admitido, tal como estaba…solo podrían salir de su boca estupideces…


 


– ¡ah!, menos mal que ya estás aquí, ¡Usami al fin tendrá a dos príncipes en el trono! – exclamó con una enloquecida alegría, todos le miraban con profunda seriedad y desprecio.


 


– ¿Ahora de que estás hablando? – rugió Akihiko, habló enardecido, sentía una gran ira recorrerlo y sobre todo, una gran necesidad de estrellar su puño sobre el rostro de ese estúpido hombre.


 


– ¡sobre tu matrimonio con Hiroki!, ¿de qué otra cosa sería? – exclamaba el hombre. Akihiko se permitió soltar una leve carcajada, Hiroki frunció el ceño bufando, mientras cruzaba sus piernas y se cruzaba de brazos. Misaki sólo descompuso un poco su rostro, preguntándose seriamente si ese hombre pensaba que aún podría lograr algo, la situación se estaba tomando bastante ridícula.


 


 – ¿y a ti quien te dijo que yo me casaría con Hiroki? – preguntó el oji-violeta aún bastante risueño, lo que provocaba que el viejo se enfureciera…nuevamente, ¡¿acaso toda la familia Usami era tan impertinente?!...por Kami… ¡si aún sentía los ojos de Hiroki clavados como dagas a su lado!


 


 – pues tendría que ser eso, porque no considero correcto que el linaje, los futuros herederos de Usami queden vilmente manchados con...– miró con desprecio de arriba abajo al oji-vierde de fiera mirada que se había mantenido en silencio a lado del príncipe, lo que hizo que el peli-plateado le mirara con profundo odio –…la sucia sangre de un plebeyo…alguien indigno de la corona…un…


 


La sala pronto se llenó de gruñidos, maldiciones y uno que otro grito tragado…pero ninguno mayor que el de Akihiko. Todos parecían alerta, como si fueran a pegar un brinco en cualquier momento.


 


– ¿un qué?... –  retó la profunda voz encolerizada, que salió más grave de lo normal del pecho de Akihiko, quién apretaba con fuerza sus puños.


 


– ¡UN JODIDO HUERFANO!... ¡un bueno para nada, que jamás podrá estar a la altura de un integrante digno de la realeza! …¡¿de verdad quieres hacer tu esposo a un ignorante mendigo?!


 


Bien, al parecer alguien había estudiado. Misaki sintió lágrimas arder en sus ojos, sin embargo se extrañó al no sentir tristeza…ni lástima de sí mismo como pensó que sentiría .Sentía rabia, una profunda rabia hacia el hombre frente a ellos. Cuánto podría destruir un solo hombre, cuánto estaba dispuesto a hacer por obtener riquezas, cuántas familias estaba dispuesto a destruir por dinero,  sobre cuántas personas estaba dispuesto a pasar para obtener beneficios solo para él…si, Misaki estaba realmente furioso. Por lo que, antes de que Akihihiko fuera sobre el viejo a borrarle esa asquerosa sonrisa de un puñetazo, el oji-verde puso suavemente, pero con firmeza, la palma de su mano, sobre el fuerte y enardecido pecho de su prometido.


 


Todos en la sala se quedaron en un profundo silencio, después de algunos jadeos de sorpresa. Los ojos violetas lo vieron dudosos y después a regañadientes asintió levemente…


 


– ¿ahora qué?... ¿acaso quieres hacerme cambiar de opinión mostrándome un atisbo de piedad, plebeyo? – exclamó burlón el viejo acercándose demasiado a Misaki, quien también había dado un paso al frente, mirándole con profunda seriedad.


 


 – No exactamente, señor –exclamó Misaki con seguridad en la mirada, tanta que el hombre dio un paso hacia atrás, expectante. Todos en la habitación contenían el aire en sus pulmones – sólo quería hablarle…


 


– ¡¿Tú, hablarme a mí?!...Ja – se mofó el arrugado hombre, interrumpiéndole y mirándole con desprecio de arriba abajo – ¡jamás un doncel estará a la altura de un varón!...si ya me parece lo suficientemente despreciable dirigirle la palabra a un doncel de la realeza…  – exclamó mirando de reojo a Hiroki, quien ni se inmutó, cruzado de brazos, con su mirada terriblemente fría clavada en el vejete – hacerlo con un pueblerino me parece una…


 


– ¡No importa su opinión acerca de mi condición de doncel!- interrumpió tan fuerte que hizo eco en la cerrada habitación. Sus ojos verdes fijos en el hombre, sus puños apretados a sus costados.


 


El hombre, sintiéndose humillado, por ser callado “nuevamente” por un doncel, enfureció de golpe, con su rostro tremendamente rojo – ¡TU…!


 


– ¡AH NO!... ¡no volverá a interrumpirme!  – exclamó con un coraje naciente en el pecho el castaño, apuntando al hombre con su dedo índice, enardecido-  ¿no quiere escucharme?, una verdadera lástima, porque no pienso callarme pronto… ¡usted ya hablo!, ¡AHORA SE CALLA Y ME DEJA HABLAR A MI!


 


Hiroki se acomodó mejor en su silla, con una sonrisa de lado en extremo divertida. Mordió su pulgar preparándose para lo que venía… esta “conversación” se estaba poniendo  bastante interesante…


 


***********************************************************


 


– ¿qué has dicho? – la pregunta había salido de sus labios en un tono  bastante incrédulo. Sus ojos azules miraban a los cuatro personajes que permanecían allí frente a él, extendiendo unas brillantes sonrisas.


 


Todo había ocurrido muy rápido para el príncipe tritón de Ayami.


 


Primero, la noticia de que su amado reino había sido invadido había provocado que regresara de inmediato, dejando, muy a su pesar, a su precioso doncel enfrentando solo sus problemas. Segundo, la invasión resultaba ser la alianza de 6 reinos. Tercero, al parecer Umi-chan con su declaración, haciéndole sentir por un momento como un ser miserable y después la promesa de que resolverá todo el problema en el que estaba metido su reino. Cuarto, apenas Masumi termina de hablar con su madre y con el Concejo de Ayami  le dice que saldrá un momento y sólo desaparece en sus narices sin más… ¿y ahora?...


 


– Que ya puedes ir con tu novio, he arreglado este asunto, bobo – sonrió burlonamente Masumi al ver la cara perdida de estupefacción de su amigo de la infancia.


 


– ¿Estás bromeando? – exclamó el alto, levantándose como impulsado por un resorte de la banca, en el jardín trasero, donde se había sentado a pensar. La vista del aturdido príncipe viajaba  de un rostro al otro de los cuatro sujetos allí. Masumi le sonreía  con un guiño divertido y orgulloso, Ino con una sonrisa considerada, Yuna con una tranquila y su madre con una tierna y cariñosa. Muy pronto calló en cuenta que el lindo doncel frente a él no mentía, y entonces su boca y ojos se abrieron al máximo, llenando su corazón al fin de tranquilidad y dicha, aunque también una gran curiosidad – pero… ¡¿cómo?!...¡¿cuándo?! ¿Qué hiciste?... – murmuró en un tono intrigado al joven guardián frente a él.


 


– Tengo mis métodos, Nowaki…– exclamó con una sonrisa petulante  y graciosa – de algo debe servir ser un guardián de un gran sector – rio suavemente, haciendo un guiño. Nowaki sabía que no iba a obtener más información, había cosas que por muy amigos que fueran, un guardián no podía discutir con otra persona, pero por ahora…para él estaba bien – solo te diré que por el bien de todos y a pesar de quien sea, se firmó la paz…


 


Los ojos de Nowaki se convirtieron en una pequeña ranura… Las sirenas de Meire… ¿firmaron la paz?...eso resultaba difícil de creer…no en su era, al menos.


 


– no  entiendo…


 


– No es lo más importante ahora- intervino Yuna – es sólo sentido común – le calló con suavidad. Fue Ino quien continuó.


 


– yo creo que cualquiera lo pensaría antes de meterse con la fuerza y la autoridad de un guardián, con más de uno…sería un suicidio. Nowaki volteó a ver sorprendido a Masumi, quien le sonrió sinceramente.


 


– ¿les has amenazado, Masumi? – preguntó el peli-azul con una mueca de sorpresa y diversión. El pelirrosa  hizo un pucherito al mismo tiempo que hacia una seña de “un poquito” con sus dedos índice y pulgar. Nowaki se largó a reír ruidosamente…al parecer podría ver a su Hiro-san muy pronto… – te agradezco Umi-chan – murmuró serio el príncipe al bello doncel frente a él – no sé cómo pagarte lo que has hecho por mi pueblo…y por mí – exclamó quedando frente al otro.


 


Masumi se rio levemente y le regresó una mirada significativa y llena de sentimientos. Suspiró. Nowaki entristeció su rostro ligeramente, recordando  el rechazo de la confesión de su mejor amigo…la vida suele traer varias y tristes sorpresas…


 


– Umi-chan…


 


– Es mi trabajo, Nowaki- interrumpió con una radiante sonrisa el pelirrosa…para sorpresa de Nowaki – debo mantener la paz en este sector…pero también eres mi amigo, el bienestar de nuestro reino y tu felicidad también serán mi prioridad…-recitó con una pequeña sonrisa, mirándole intensamente. Nowaki no fue capaz de responder aquello, por lo que siguió escuchándole, sintiendo con pena, un nudo en la garganta – en fin…debo irme. Y tú también. Estaré  al pendiente de lo que pasé por acá, y de tu familia… ¡y no creas que me olvidado, gran bobo!- sonrió traviesamente, mirándole con un dedo acusador- vendré en poco tiempo a hacerles otra visita, quiero hablar con tu “Hiro-san” – exclamó el bello oji-celeste con una sonrisa graciosa. Nowaki también rio…bien, al parecer alguien había hablado con Masumi. Su pequeño hermanito estaba en problemas, pensó divertidamente.


 


– Seguro – exclamó Nowaki, viendo como su amigo se alejaba un poco de ellos, les sonrió a todos, y ondeando una vez su rosado cetro,  comenzó a brillar. Todos le reverenciaron profundamente antes de que desapareciera de allí.


 


Le costó un poco desperezarse. Al sentirse observado fijamente por Ino, Yuna y su madre carraspeó, algo nervioso…quizás un poco más emocionado.


 


– mamá…


 


–  ¿si, cariño?


 


– Tengo que ir a ver a Hiro-san…


 


– ya lo creo – sonrió divertida la preciosa monarca.


 


***********************************************************


 


– ¡¿cómo te atreves, plebeyo?! – rugió el hombre dando un paso al frente, quedando muy cerca del enardecido oji- verde.


 


– cuida tu lengua frente a mi prometido, señor – exclamó enfurecido, también Akihiko. Todos se mantenían expectantes a lo que se diría…creían que faltaba muy poco para que ese hombre saliera por su propias pies de allí.


 


– ¡SOY UN CONCEJERO, DEBES ATENDER A LO QUE DIGO!


 


– Creo que ha encontrado su equivocación señor…- exclamó tranquilo Misaki, lo más que podía al sentir la furia inundarle todo el cuerpo – un rey es el que da órdenes y decide lo mejor para el reino…un consejero…aconseja – murmuró cortante al hombrecillo arrugado, el cual estaba tan colorado que pensó que explotaría. Sin embargo, no quedó hasta allí, ¿El hombre había estudiado?, bien, él también…agradecía eso a Mune – Un miembro del Concejo, por más antiguo que sea, no tiene jurisdicción dentro de las decisiones internas y mucho menos a aspectos de la elección de un miembro de la realeza como prometido…por lo que, sinceramente, me parece bastante ridículo lo que trata de hacer aun aquí…


 


– ¡CÁLLATE!


 


– ¡Satori, basta! – se escuchó el  grito de otro de los ancianos.


 


Aquello había sucedió tan rápido que apenas lograron intervenir. Tan pronto Akihiko vio al indeseable sujeto frente a él empujar con malicia y una furia desmedida a su lindo doncel y a este dar un gran tropezón hacia atrás, fue a sostenerle entre sus brazos para evitar que callera. Haruhiko y Masamune habían corrido casi al mismo tiempo a enfrentar al, al parecer, desquiciado hombre. Los reyes dejaron escapar exclamaciones sorprendidas y preocupadas mientras bajaban de las bancas en donde estaban acomodados. Los guardias  le rodearon enseguida; mientras un no tan tranquilo Hiroki, iracundo se acercó a grandes zancadas hasta quedar frente del hombre y estampándole no una bofetada, sino un certero puñetazo…


 


 – ¡pensé que podría seguir escuchando tus estupideces por un rato más, pero ya vez que no!... ¡¿te dolió que Misaki te digiera la verdad?!...¡una pena!, cómo te dije la familia Usami estará unida para salir adelante, así  sea para abolir la necesidad de un Concejo externo o para cualquier cosa – gruñó – …ah y una última cosa… – Hiroki  respiraba agitado, sujetando  el chaleco del varón, con el ceño fuertemente, mientras los guardias le tenían inmovilizado – ¡Mi primo no se casará con nadie más que no sea Misaki!… ¡NO TE METAS CON MI FAMILIA!


 


El silencio había invadido todo aquello. Satori era sacado de la habitación a arrastras. Misaki vio  como Hitomi-sama y el padre de Haruhiko hablaban con unos avergonzados y derrotados viejos del Concejo; aunque ahora mismo a Misaki eso le importaba muy poco, aun sentía la adrenalina y su corazón golpear dolorosamente en el pecho, incluso ahora que había pasado el momento tenso sentía dolor en todo su cuerpo…y entonces recordó que seguía sobre el cuerpo de Akihiko, regresó a ver hacia atrás con el fin de ver el orgullo en los preciosos ojos violetas, pero su mueca cambió a una dolorosa y preocupada al ver el rostro ceñudo del mayor…estaba soportando dolor…su voz salió ahogada de su garganta cuando divisó un rastro de sangre en el pecho…


 


– ¡Usagi-san!


 


– M-misak…


 


Lo último que vio el oji-violeta fue el rostro de todos acercándose preocupados y murmurando cosas inteligibles para él…


 


………………………..


 


Gimió un poco por él, ahora, leve dolor en su pecho. Sintió su cuerpo en una superficie suave  y confortable y escuchó murmullos a su alrededor. Seguro estaba recostado en una cama. Una cálida  y muy familiar mano, mantenía aprisionada la suya…entonces intentó abrir los ojos…


 


– Hola… – murmuró el peliplateado con una sonrisa al ver los ojitos  pasar de la preocupación  a alivio instantáneamente. Misaki le regaló una linda sonrisa.


 


– Hola – susurró el doncel de vuelta con vos ronca. Akihiko apenas tuvo tiempo para extender sus brazos y poder recibir a  su precioso oji-verde cuando se aventó sobre él. Le devolvió un abrazo muy fuerte, sintiendo por primera vez, después de mucho tiempo, una calma inundarle el cuerpo…por fin estaban a salvo, por fin no había nada amenazándoles. Apretó con más fuerza la cintura de Misaki, aspirando profundamente sobre su cuello, donde mantenía el enterrado la cabeza…  


 


– eh Misaki, creo que te agradeceríamos si nos prestaras a mi primo por un rato


 


La divertida voz de Hiroki acompañada de algunas risitas de más personas los regresó a la realidad. Misaki avergonzado y con puchero en el rostro se separó de su príncipe, quien poco a poco empezó a incorporarse en la cama, con ayuda de su doncel y de Masamune.


 


– No le molestes – amonestó Akihiko con una sonrisa. Más que pronto tuvo a una parte de la familia rodeándole…pero no antes que el gran abrazo en el que se fundió la hermosa reina de cabellos plateados, quien lloraba y  hipaba en su hombro, desconsolada. Misaki al fin se levantó de la cama con una sonrisa, observando la íntima escena del reencuentro de una madre y su hijo…observando también como su peliplateado prometido había derramado también algunas lágrimas. Pero no pudo seguir observando más esa escena cuando sintió un pequeño tironcito de su brazo y enseguida se vio encerrado en los brazos de su “suegro”…


 


-¡Hitomi-san! – exclamó un poco sorprendido…y ¿por qué no decirlo? quizás también un tanto nervioso. De todas formas devolvió el reconfortante abrazo.


 


– Gracias  por devolvernos a nuestro niño, cariño.  Asuka y yo te estaremos eternamente agradecidos


 


Una vez se separaron, Misaki pudo ver en los brillantes ojos grises del hombre el agradecimiento y profundo amor por su familia y no pudo evitar regresarle una sonrisa con su rostro levemente colorado.


 


– No debería, Hitomi-san, no sé cuánto debería estar agradecido por haber traído a Akihiko si habrá de compartirlo  conmigo ahora…


 


La profunda risa del guapo y maduro hombre no tardó en estallar en  la sala acompañada de algunas risas e las pocas personas que prestaban atención a ellos. Misaki vio los rostros nostálgicos y felices de Mune y Hiroki…suponían ya extrañaban ese sincera sonrisa en el hombre. Tan pronto Asuka fue capaz de soltar a su hijo, formalmente la hora de las presentaciones y explicaciones dio comienzo…


 


………………………………..


 


La cena había sido espléndida.


 


Ya era muy tarde cuando Asuka había invitado a todos a tomar asiento en el gran comedor. Misaki había estado  seguro que la oji-violeta monarca estaba radiante y a punto de explotar de la felicidad, pensaba que era difícil que casi toda la familia se reuniera, después fue Hiroki quien le había contado que de no ser por su padre y los padres de Mune habrían estado todos completos. Durante la cena se puso al tanto de todo a todos, hubo risas, hubo comentarios burlones, coquetos y atrevidos…pero también hubo lágrimas. A Misaki se le había roto el corazón una vez más cuando  se narraron las peripecias que habían pasado después del encuentro con la Gorgona Taya y las sirenas en Meire y Asuka derramó más lágrimas. Hubo pláticas acerca del futuro….de identidades…de poderes, tal era el caso de Shinobu y Ritsu. Cabe mencionar que esos dos se volvieron otro pequeño trocito de corazón de la resplandeciente reina y prometió toda su ayuda a lo que necesitaran tanto el precioso dragón dorado como su fiel capitán Miyagi…había sentido empatía de inmediato con la madre de Shinobu. Quería compartir la alegría de encontrar a su hijo y saberla feliz y radiante como ella lo estaba ahora; en cuanto a Ritsu, todos mostraron su sorpresa , su admiración y su apoyo también y prometían estar con él fuera lo que fuera a pasar con Onodera Seiji. Por último, pero no menos importante, Misaki preguntó por su querido hermano; cabe mencionar que casi se va para atrás por la respuesta que recibió, el “al parecer tu hermano será mi cuñado…” que le dedicó Haruhiko con una sonrisa fue suficiente para dejarlo con la boca y los ojos bien abiertos, Asuka sólo había rematado todo diciéndole un “ah…por cierto, se fue con Manami a América, pero no te aflijas, regresarán pronto”


 


Bien, él no estaba afligido…quizás un poco ¡JODIDAMENTE ESTUPEFACTO!


 


Bien, trataría de tomar las cosas con calma…


 


…………


 


La profunda y silenciosa noche cubría Usami. Después de tanto tiempo, era una noche tranquila en él, ahora sí, completo y próspero reino. Pasaba de la media noche, pero eso no era  impedimento para algunos siguieran despiertos.


 


– ¿cómo  te sientes ahora, Usagi-san? – preguntó el menor acariciando el pecho recién vendado de su príncipe. Estaba sentado, justo sobre su vientre. Al mayor parecía tranquilizarle…alegaba que le relajaba sentirle cerca y seguro a su lado. Él no podría negarle nada…además secretamente, le encantaba dormitar sobre el pecho de su prometido…pensaba que sus ojos brillaban más hermosamente cuando lo veía desde arriba…


 


– Como si todo estuviera perfecto – sonrió, jalando a sus brazos al menor, dejándole recostado sobre su pecho, al mismo tiempo que tomaba profundamente sus labios en un beso arrasador. Akihiko, había metido sus manos por debajo de la holgada camisa de pijama que usaba su doncel, adorando la tibia piel de su cintura bajo sus dedos, mientras Misaki enredaba sus delgados dedos en sus hebras plateadas…había descubierto que él realmente amaba hacer eso…el Usami también le disfrutaba en demasía.


 


El beso no había durado más que un par de minutos, pero para ellos había sido perfecto. Pero sabía también, que aún había cosas que hablar…y supo de inmediato que no eran nada agradables cuando Misaki entristeció su rostro. Ambos se habían incorporado en la cama para poder hablar mejor, frente a frente.


 


– ¿qué pasó con los elfos, Misaki? – preguntó seriamente, mientras mantenía las años de su doncel dentro de las suyas. Vio y sintió un estremecimiento en Misaki…eso no le agradó ni un poco, y frunció el ceño – ¿qué te dijo Juro-san?...en ambas ocasiones – especificó. Misaki tardó un poco en contestar  aquello, bajando el rostro. Akihiko se preocupó importantemente cuando vio caer las lágrimas de sus ojos, mojando las celestes sábanas. Sujeto con suavidad sus rojas mejillas, levantándole el rostro para mirarlo – Misaki , ¿qué fue lo que pidieron primero?– solicitó de nuevo.


 


 – e-ellos lo querían…iban a arrebatármelo… – empezó con lagrimones en sus ojos, hipando.


 


 – ¿arrebatarte qué, bebé?  – preguntó intrigado, sacudiendo levemente los hombros de su doncel.


 


– e-ellos dijeron que la paga por salvarnos…era que tendría que, q-que tendría que darles a nuestro primer hijo…¡NO PODÍA ACEPTARLO!...yo no podía…y ella dijo…y yo…sé que es una tontería…ni siquiera…digo…yo sólo sé que…¡qué no podría hacerlo!…¡ay Usagi-san!....yo…ella dijo que Kanaye-san q-querría probar algo con él y d-después…


 


En algún momento el Usami había dejado de escuchar y deteniendo los tartamudeaos y sollozos de su prometido le había abrazados a su pecho, reconfortándolo y no pudo evitar enjugar sus ojos…¡Malditos!, así fuera mentira fue completamente cruel haberlo dicho eso a  su querido oji-verde; sin embargo algo le decía que aquella propuesta que comentaba el líder Kanaye no había sido del todo falsa…sabía de varias fuentes de la crueldad por una “buena causa” que ejecutaban los elfos…por algo eran respetados y temidos por igual…y agradeció profundamente fuera como fuera que aquella no hubiera sido la “verdadera paga” que pidieron, Kami-sama sabía que él tampoco hubiera sido capaz de entregar a su primogénito a costa de su propia vida…


 


– Tranquilo, ya ha pasado – consolaba el mayor, acariciando la espalda de su tembloroso amor.


 


– Ellos finalmente han pedido otra cosa – murmuró el oji-verde. Akihiko asintió aun sin despegarse de él, dándole a entender que le escuchaba – que querrían conocerle…y nombrarle también


 


El de cabello plateado le había despegado de su pecho, observándole fija y preocupadamente…eso no se escuchaba muy bien tampoco.


 


 – Misaki… –  Akihiko no quería perturbar a su precioso doncel, pero la idea no sonaba tan alentadora.


 


– Sé lo que piensas, Usagi-san…pero ellos me han dado su palabra, Juro-san lo ha hecho…quieren hacerle su protegido – murmuró casi incrédulamente. Akihiko le imitó…¡¿qué?!, ¡¿acaso había escuchado bien y los jodidos elfos de los bosques del este querían apadrinar a su primogénito?!


 


Tenía que pensar, ¡con un demonio si era frustrante hablar del peligro en un futuro, y probablemente a largo plazo!… tenía que pensar y dormir, quizás no en el mismo orden…


 


– discutiremos eso, cariño…necesitamos descansar por ahora – exclamó el mayor acomodándose al fin en la cama, jalando a su lindo doncel, ya más tranquilo sobre él.


 


– ¿ya se ha acabo todo, no es así, Usagi- san? – preguntó el menor acomodándose en el cálido pecho contrario. Akihiko sonrió, acariciando tiernamente el cabello castaño de su doncel.


 


– no, Misaki. Esto apenas comienza…


 


 .


 .


 .


 


Continuará…

Notas finales:

Que tengan una linda...noche?, madrugada, día o tarde xD....

Misagi * *


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