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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola a todos. Lo sé, me he tardado muchísimo en aparecerme con el final, pero porfin acá estoy :3. Gracias por su apoyo , pos sus lecturas y comentarios. mae alegra que hayan podido acompañarme en este proyecto.

Espero les guste el capítulo y nos leemos muy pronto con el Epílogo.

Capítulo 65: “Finales Felices”…Parte 2


 


Todo había salido perfecto, todo hasta ahora al menos. La ceremonia había sido preciosa; las peonias y los crisantemos habían predominado en los arreglos florales, el perfume que desprendían las flores de los cerezos que adornaban el inmenso jardín del palacio real aportaban magia y romanticismo para la ocasión y el río que corría a lado del bosque los arrullaba con su pacifico fluir.


 


El bello doncel había sido ataviado con una elegante yukata, muy de la realeza como se esperaba, con detalles plateados en las mangas y un obi color borgoña; el apuesto varón, por su parte, había optado por un precioso traje de gala más al estilo militar, pues como oficial que era, la elegancia de esa vestimenta le quedaba de maravilla. Después de los votos, vino el rito ceremonial y por último el acalorado beso de los ahora esposos, quienes se habían entregado al momento como si no hubiera un mañana haciendo reír a muchos de la concurrencia  y a otros aplaudir encantados.


 


– ¿Y? ¿Aún no se arrepiente de atarse conmigo para siempre, capitán?- murmuró con ojitos coquetos y una sonrisa juguetona el rubio contra los labios contrarios, aun colgado de su cuello. El mayor lo miró tranquilo y devolvió una sonrisa galante a su marido, apretando un poco más por la cintura al doncel.


 


– ni un poco, alteza


El rubio sonrió, encantado por la respuesta. Y juntos  invitaron a todos a formar parte del banquete que tenían preparado. Poco después dejó a su “esposo” – que hermoso se escuchaba- con su madre y hermana y fue en busca de sus queridos amigos, sabía de antemano que habían estado corriendo de acá para allá los últimos días, todo para ayudarlos con su boda. Se sentía feliz, agradecido y tremendamente querido.


 


Shinobu recorrió con relativa rapidez las poco concurridas habitaciones del palacio para llegar a la cocina, donde sabía, Misaki, Hiroki y Keiichi seguramente se volvían locos organizando que todo el espléndido banquete que habían organizado saliera perfecto. A diferencia de los otros tres él se había tomado un poco más de tiempo para planear el “gran evento”, así también como decidió que todo se llevará acabo en los jardines que se encontraban fuera de su palacio pues pensaba aprovechar la hermosa vista de los árboles de sakura en plena primavera y por los comentarios que había logrado escuchar de sus invitados, había acertado. Una pícara sonrisita de autosuficiencia adornaba sus labios cuando escuchó un alboroto que provenía de la habitación que ya tenía justo enfrente: La cocina.


 


Acelerando el paso solo un poco empujó las dos hojas de la puerta, pero para nada estaba preparado para presenciar lo que vio. Y tan solo se permitió abrir los ojos muy, muy grandes:


 


Ahí, frente a él, se encontraban un montón de servientas dando vueltas como locas, algunas charolas con comida regada en el suelo, otras sin adornar en las mesas, el cocinero principal del palacio, Sasori-san, se encontraba peleándose con Keiichi en los fogones, al perecer intentando remojar algunos manteles en agua caliente; Yuki hacía una exagerada imitación de inhalación y exhalación y Misaki  intentaba abanicar con una tapa de una cacerola a alguien. Y ese alguien, se encontraba despatarrado justo en el centro de aquel circo, con los cabellos pegados a la frente por el sudor  y gimoteando de cuando en cuando del dolor con las manos agarrándose con fuerza a su enorme vientre.


 


Oh no…


 


– Debe ser un jodida broma- murmuró el rubio con un tono extra-agudo y llevándose las manos a su cabello peinado en un bonito moño. Todo mundo lo regresó a ver apenas reparando en su presencia y se soltó a jalonearlo e intentar “informarle” entre gritos la no tan inesperada emergencia.


 


– Hola…Shinobu- exclamó Hiroki con una sonrisa. Shinobu podía ver como a pesar de que el mayor le sonreía sus ojos estaban nerviosos y con una pincelada de miedo. El rubio intentó calmarse y soltar el aire que no sabía que había contenido con tranquilidad…no necesitaba unirse a la panda de tontos y neuróticos allí.


 


– ¡AHORA, TODOS CÁLMENSE! – exclamó el rubio, haciendo que la gente recuperara un poco de compostura de una buena vez por todas – necesitamos estar tranquilos para Hiroki, no correr como dementes por todos lados. Ahora escuchen lo que haremos: Sasori-san organizará a los encargados de cocinar, Keiichi se hará cargo de la salida y arreglo del banquete, Misaki y yo llevaremos a Hiroki arriba y Yuki- el rubio miró al muchacho de ojos verdes con el rostro más serio que alguna vez le vieron-…trae a Nowaki-san.


 


Todo el mundo asintió y se movilizó enseguida. El pobre castaño gemía y gruñía de vez en cuando por el esfuerzo mientras subían las escaleras. Con toda la gente allí prefería que este asunto se llevara lo más privado y veloz que pudieran. Aún no habían terminado de llegar al final de las escaleras cuando  observó que Yuki ya venía de regreso con Asuka, Mitsuki-sama y la pequeña Mikoto corriendo como locas. Pero sin Nowaki.


 


– ¿y- y  Nowaki?- preguntó el oji-avellana exaltado, francamente preocupado sin obtener respuestas más que una pequeña negación por parte de Yuki, que más bien iba dirigida a Shinobu. Este tan solo murmuró algo entre dientes y siguió tirando de un cada vez más alterado Hiroki a la habitación con el resto siguiéndole. Más cuando el mayor fue depositado en la cama gimoteo exigiendo ser levantado de nuevo.


 


- ¡Hiroki!, escúchame, cariño- El oji-plata se había llenado de una paciencia  liderazgo de la situación como nunca  y esperó uno segundo  a que el adolorido castaño se tranquilizara y enfocara sus desorbitados ojos hacia él- todo estará bien…- Hiroki asintió respirando lentamente – tienes que ayudarnos…nosotros te ayudaremos, no te dejaremos solo, pero tienes que decirnos que necesitas-


Hiroki asintió. Y agitado habló casi enseguida


 


-a-agua


 


Y como un balde de agua fría un montón de raciocinio golpeó a todos de repente. ¡¿Cómo había podido olvidarlo tan pronto?¡…el niño que llevaba Hiroki en el vientre no era solo humano, era también parte tritón y muy probablemente un mago. El rubio tan solo tragó saliva asintiendo y ordenando a quien sea que trajeran llenaran de agua la tina de hierro…¡que lo condenen!, pero….¡¿Cómo demonios se supone que sabría él del alumbramiento de los tritones?!...¿cómo nacería el niño?... ¿nacería humano? ¿o con su aleta de tritón?¿qué tendría que hacer?¿cómo…?


 


Sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte golpe que hizo la puerta de la habitación  cuando por ahí se vio a un agitado  pelinegro todo desaliñado, con el corbatín del traje desanudado y el saco abierto. Detrás de él venían Akihiko y Miyagi bastante agitados.


 


– ¡HIRO-SAN!


 


A partir de ese momento todo pareció pasar muy rápido, y tan pronto el tritón pudo tener en sus brazos a su castaño y ponerlo en el agua sacaron a todos de la habitación y se dispusieron a traer al mundo a ese pequeño o pequeña que esperaban con ansias. Y tras una hora y gruñidos, gritos, palabras de aliento y una que otra maldición que los ansiosos amigos y familiares escuchaban a través de la puerta, por fin  escucharon esta abrirse.


 


Un sonriente y empapado Nowaki salió de la habitación.


 


– es un niño


 


……………………….


 


 Con los preparativos del evento por venir Misaki aún estaba un poco resentido de no haber podido estar presente durante la presentación del pequeño de Hiroki y Nowaki en Ayami. Shinobu le había contado solo maravillas del lugar y de la espléndida celebración que Hisa-sama había organizado para su primer nieto. El nacimiento del pequeño había causado furor y ocasión de una larga serie de fiestas en la ciudad bajo el agua, no tan sólo por ser el primogénito del príncipe Nowaki, sino porque se habían dado cuenta que el pequeño había nacido con el don de la magia, tenían ni más ni menos que el primer mago tritón nacido en la familia real sólo después de Nowaki. La gente de Ayami auguraba buena fortuna con el acontecimiento y aseguraba que el pequeño sería el futuro gobernante de la ciudad, uno de los más poderosos que se hubieran visto.


 


Después de lo que Shinobu había descrito como una “injusta apropiación a su súper planeado día especial”, aun cuando había aceptado ya de buena gana compartirlo aun con el pequeño bebé, las cosas habían cambiado un poco. Nada más que acontecimientos que ya se habían visto venir.


 


Una vez que el rubio dragón hubo terminado su entrenamiento con Nowaki-san tomó formalmente el puesto de guardián del reino, y aunque sus servicios no eran tan requeridos, ya sea porque el espléndido ejército de Usami o por lo buenos que resultaron ser los reyes con la política diplomática, el príncipe había tomado con gran entusiasmo su nueva responsabilidad; Hiroki y Nowaki, que habían estado en Ayami desde la presentación de su pequeño habían vuelto ese día, al igual que Yuki Y Keiichi, éste último junto a su marido.


 


Todos sus amigos habían regresado ese día, y no era para menos, hoy se llevaba a cabo la coronación del príncipe Akihiko Usami y su doncel, Misaki-san.


 


En la elegante habitación se podía observar como el matrimonio se arreglaba para lo que sería una nueva etapa en la historia de sus vidas; y, como era obvio, el varón observaba un poco divertido como su precioso oji-verde daba vueltas por todo el lugar intentando, al parecer, abotonar los botones de su elegante traje. Akihiko solía sonreír un poco cuando Misaki se quejaba de lo raro que sería que se dirigieran a él como “majestad” pues ya era bastante raro escuchar el seudónimo de “príncipe” junto a su nombre desde que había contraído matrimonio con él. Aunque el peliplateado demeritaba esas preocupaciones diciéndole a su amado que un título no significaba nada. “Sí, claro, como si fuera verdad” pensaba silenciosamente Misaki, él ya lo había  comprobado un montón de veces por la forma en que las damas y donceles de clase alta lo miraban por haber “capturado” al “increíblemente apuesto, poderoso y rico príncipe Akihiko”; menos mal que Keiichi y Shinobu le habían enseñado a deshacerse con “elegancia” de las  personas desagradables y oportunistas.


 


– Como sigas caminando así harás un agujero en el piso – exclamó divertido su oji-violeta. Misaki sonrió pero regresó  a ver a su marido con un puchero acusador. Akihiko observó con atención a su doncel…lo sorprendió una mirada que no había visto nunca en los orbes esmeralda - ven acá, cariño ¿qué te tiene tan nervioso?- abrazándolo por la cintura lo interrumpió antes de que el menor hablara – y no digas que es sólo por la coronación…no te creeré- murmuró contra los labios temblorosos. El peliplata tiró de su esposo hasta que estuvo sentado en la cama con éste sobre sus piernas.


 


– yo…


 


– ¿sí?


 


– y-yo… solo quiero que sepas que lo supe hace poco…-exclamó nervioso, mordiéndose los labios y con su rostro coloreándose lentamente en un lindo carmín. La intriga logro invadir al apuesto varón al ver las adorables reacciones de su pareja.


 


– ¿el qué?


 


Misaki, que nunca había sido un buen hablador, optó por mostrarle en vez de responder. Akihiko observó curioso  como el menor se desabotonaba la camisa del traje que tanto le había costado hacer y en lugar  reveló gran parte de su precioso pecho y  estomago; los pensamientos del futuro rey de Usami se estaban desviando justo cuando el doncel tomó su mano y la colocó sobre su abdomen, más específicamente sobre el plano vientre. Le tomó un par de segundos entender y recuperar la capacidad de respirar cuando sus ojos se encontraron con los brillantes orbes verdes llenas de lágrimas y la sonrisa nerviosa que nacía en el rostro de su esposo, seguido se quedó observando el pequeño tatuaje de una estrella de cinco picos un poco más abajo el vientre…solo observándolo con detenida atención.


 


– y-yo… no sabía cómo decírtelo- habló Misaki retorciendo sus deditos de las manos al ver la nula reacción de su marido, el creía que…- quería hablarlo después de la coronación, pero nunca he sido bueno ocultando cosas…ya sabes…- sonrió nerviosamente – ¿Usagi-san?


 


Los ojos violetas al fin lo regresaron a ver. Y la preciosa sonrisa del varón deshizo los nudos que los nervios habían hecho en su estómago. El apasionado beso que siguió después era algo que veía venir y el montón de “te amo” murmurados contra su cuello instalaron un calorcito agradable en su pecho. Lo que le causó intriga fue la gran carcajada que el varón soltó después:


 


– mamá enloquecerá cuando anunciemos que será abuela después de la coronación- exclamó como una travesura. Asuka había declarado hace apenas un par de días lo grande que sería la celebración que organizaría para anunciar la llegada de su primer nieto o nieta, celosa de las fiestas en Ayami en honor al pequeño príncipe. Misaki se carcajeó junto a su esposo…si, Asuka-sama enloquecería.


 


*********************************************


 


Si alguien le hubiera dicho a Misaki hace un año que se casaría y formaría una familia con el príncipe del reino al cual había planeado ir a solicitar empleo  se hubiera reído de él por la gran tontería. Si le hubieran dicho que conocería personas increíbles y que aquella aventura lo llevó a descubrir muchas cosas sobre él que ni siquiera creía posible: que era mucho más valiente de lo que pensaba, que era mucho más fuerte de lo que nadie esperaba, que su participación en aquella comitiva había cambiado el curso de la historia y de la vida de muchas personas…jamás lo hubiera creído.


 


Su atención volvió al presente cuando  observó cómo su marido le tendió la mano para que el la sostuviera, le sonreía suavemente, pero con los ojos llenos de amor. Akihiko ya portaba sobre sus plateadas hebras la corona ceremonial: elegante y ostentosa, justo después de haber pronunciado el juramento indicado para la ocasión. Ese era el momento cúspide, Yuki le había explicado con lujo de detalle aquello, era el rito emotivo que simulaba no sólo la invitación que hacía el rey a su consorte de reinar a su lado, en igualdad de condiciones, sino la presentación que éste hacía a su reino de su compañero de vida y responsabilidades, con el que cuidaría del reino hasta que la siguiente generación ocupara su lugar correspondiente.


 


Sin dudar tomó la mano de su esposo, mirándose a los ojos se sonrieron y después viraron su mirada al frente para escuchar los aplausos y la algarabía de su familia, amigos y súbditos. Misaki intentó contener una risita cuando Akihiko sonrió traviesamente y habló dirigiéndose a la audiencia.


 


– Muchas gracias por venir, es un placer para mí y para mi Misaki que hayan podido acompañarnos este día, sin embargo no es lo único que queremos celebrar hoy – Akihiko afirmó el agarre de la mano de su doncel y el oji-verde casi pudo sentir la mirada de Asuka sobre él y fue imposible ocultar una sonrisa divertida- tenemos una noticia más que darles a todos…


 


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FIN

Notas finales:

Muchaa gracias por todo, esperen el Epílogo¡¡

Besos.

Misagi * *


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