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Abracadabra por MisagiRyuk

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, aquí con el último cap de hoy. Como les decía, a partir de este capítulo empieza "el regreso" hacia Usami , obviamente comienzan momentos de conquistas y la inmersión de otras parejitas. Espero difruten de estos caps con toquesitos mas románticos :p. Nos leemos pronto gente bonita...

 

Misagi * *

Capítulo 36: “¡¿Y ahora un baile?!” parte I


 


Eran aproximadamente las 8 de la mañana cuando  todos se encontraban saliendo de casa de Chiaki y Tori. Después de un buen desayuno, de más agradecimientos, de pataletas del pequeño Asaki y de una promesa de volver a verse, la fría mañana galardonó la salida de “regreso a casa” de nuestros viajeros-salvadores.


 


Al medio día, los 6 chicos se permitieron tomar un pequeño descanso y recolectando lo que pudieron disfrutaron de un pequeño almuerzo, en un par de horas estaban listos para seguir su camino. Hasta delante iban Mune y Ritsu, quienes iban a cargo de un pequeño mapa que les habían facilitado los magos sobre las mejores rutas que podían tomar para llegar más rápido a su destino. Si todo iba bien, planeaban no tardarse más de dos semanas, ya que a diferencia del otro mapa, en el cual tenían que buscar las pruebas y dar muchas vueltas, este era simple  y acortaban varias rutas. Detrás del oji-verde y Mune, iban Miyagi y Shinobu, quienes platicaban cosas triviales o  contaban gracias que hacían reír al rubio, de cuando en cuando  Miyagi cargaba en su espalda al lindo oji-gris, pues el grillete había lastimado el  tobillo  del rubio y constantemente le hacía cojear cuando  pisaba por mucho tiempo. Para “desgracia” de Misaki…él iba hasta atrás JUNTO  a Akihiko. Claro que él no sabía que los chicos los excluían al propósito para “ver” que podía hacer el peligris… con “aquél insignificante asunto”…


 


Misaki pensaba en que no podía ignorar al guapo príncipe, si este tan cortés iniciaba una plática con él, intentando entablar una conversación decente. El evitaba mirar esos ojos violetas que le ponían tan nervioso, y sonrojado bajaba la cabeza, apenado por esa penetrante mirada y la voz tan profunda y varonil que poseía el más alto. Él le preguntaba de todo, pero principalmente de su familia, de sus gustos, de sus pasatiempos…y el varón le contaba de todo el tiempo que estuvo encerrado en la mansión de aquella horrible bruja. Misaki se había resignado a hacerle compañía al caballero, pues no quería “ser un mal tercio” entre las otras parejas.


 


Akihiko, por su parte, observaba extasiado la peculiar manera del doncel de hablar y contar una historia, su bella  y jovial voz, la manera graciosa en la que movía su manos, los tiernos pucheros que hacía su cara al contar algo desagradable o vergonzoso…pero lo que lo tenía maravillado eran los dulces sonrojos que ocasionaba en el castañito y ese tierno intento por ocultárselos…fallidamente claro, definitivamente perfecto, pensaba el príncipe. Desde que le había visto prácticamente, Akihiko se había dado cuenta que definitivamente quería llamar la atención de aquél doncel y al ver la “química” que tenían por naturaleza, no lo dudó más. Esa noche se había prometido intentar a las buenas, conquistar  a su hermoso salvador…si, esa sería su meta.


 


Sin embargo sabía que su intento de “conquista” era un arma de doble filo, y eso era…


 


-oye…Misaki, quisiera darte las gracias de nuevo por todo lo que has hecho por mi y mi familia, siempre te estaré muy agradecido, no sé cómo pagarte- exclamaba con una pequeña sonrisa, que hizo estremecer al oji-verde, quien tenía su rostro rojísimo y avergonzado, más cuando la mano del mayor sujeto una suya.


 


-yo…yo…no diga eso alteza…por favor- rogó. Akihiko sonrió más por aquella humildad y ternura que emanaba el más pequeño.


 


-tonterías…debes pedirme algo. Te lo daré, sea lo que sea, tómalo como mi…agradecimiento- exclamo el mayor, mientras llevaba la mano sujeta del doncel a sus labios, y depositaba un sutil beso en el dorso de la suave mano…sin despegar su vista de la nerviosa esmeralda…


 


-¡A-Akihiko-san!- murmuró a punto de estallar de la vergüenza Misaki sin saber si retirar su mano por la gran vergüenza que sentía o dejarla por ser una falta de respeto.


 


-¿qué sucede Misaki?- exclamó  inocente el oji-violeta, despegando al fin sus delgados labios de la mano del menor, quien tembló como una hoja al viento cuando sintió  las yemas de los dedos del príncipe tocar su sonrojada mejilla.


 



 


-¡KYAAAAAAAAAA!- era el gritito que había escuchado Ritsu y más que rápido había regresado a ver a “esos 2”…encontrando con la deplorable imagen de un conejito gris en el suelo y un sonrojado Misaki alejado del animalito. Ritsu bufó irritado y Mune pasó una de sus manos por su rostro frustrado…Miyagi los regresó a ver y casi pudo leer en sus pensamientos un “¡que idiota!”. Shinobu sonrió divertido…si el príncipe “violeta” quería ganarse el premió “verde” tenía que esforzarse más y tener paciencia… ¡mucha paciencia!...después de todo se trataba de Misaki.


 


Con premura, y al ver que Misaki no se le acercaría al menos por bastante tiempo, Ritsu tomó a su orejudo amigo en sus brazos y siguieron caminando. Shinobu retomó una vaga plática con Misaki para pasar el tiempo, mientras Onodera susurraba un pequeño “¡¿Qué rayos le hiciste?!...y casi podía jurar que el esponjoso ser en sus brazos le regresaba una violácea y desesperada mirada de “¡yo no hice nada!”


 


Bien, tenían que arreglar ese asuntillo…


 


El día transcurría sin ningún inconveniente  y casi cuando la tarde estaba por caer Akihiko regresó a su forma natural. Misaki se sonrojó un poco…por qué presentía que aquello era su culpa, aunque no estaba muy seguro tampoco. Tan solo permaneció allí, al sentir como el  mayor se paraba a su lado, pero esta vez no decía nada, sino que respetaba su plática con shinobu. El rubio notaba todos esos cambios, el punto era sencillo…había chispa allí, solo hacía falta avivar esos sentimientos, para eso Misaki tenía que dejar de “temerle” al príncipe… rio un poco por eso.


 


Faltaba muy poco para que la noche llegara en todo su esplendor, los colores naranjas rojizos y amarillos adornaban el cielo del atardecer, y cansados de tanto caminar por el bosque se detuvieron un poco tomando asiento en un claro muy hermoso.


 


-chicos, ya es tarde, habrá que buscar un lugar seguro donde dormir- propuso Masamune. Todos accedieron ante esa idea, pero  Misaki observó como “algo” se movía entre unos arbustos.


 


-allá- exclamó más para sí que para el resto, aun así... no pudo evitar que el resto se pusiera de pie cuando este se levantó a perseguir “eso”.


 


-Misaki espera- exclamaba Ritsu , observando como el doncel buscaba entre los arbustos…y justo cuando pensó que no le alcanzaría lo atrapó en sus manos.


 


-¡te tengo!- exclamó con alegría. El resto se había acercado a ver de qué se trataba y sonrieron entre despreocupado y divertidos…Misaki perseguía a…


 


-¿un gato?- exclamó Shinobu, curioso, acercándose al pequeño minino negro de hocico y puntitas de las patas en color blanco.


 


-es lindo ¿no crees?- preguntó Misaki, el rubio asintió dándole la razón mientras tocaba esas esponjosas orejas. Misaki pensaba que era extraño que un gato se encontrara solo en el bosque, claro al menos que fuera un mago…pero no creía que fuera el caso…-¿te has perdido acaso?- preguntaba ladeando el rostro. El gato le imitó, con lo que podría parecer una sonrisa..


 


miau…


 


-¡Sorata!


 


Un grito de un infante, al parecer, les congeló la sangre por unos segundos. Aunque después de eso siguió la sorpresa, pues en unos segundos una niña apareció frente a ellos, con una gran sonrisa en su rostro y una cara de alivió cuando observó al gatito negro en brazos de Misaki…


 


La niña de cabellos castaños claros al igual que sus ojos que le miraron con agradecimiento.


 


-¡Hola!... ¡Muchas gracias por encontrar a mi pequeño gatito Sorata!, Me llamo Hiyori, ¡pero díganme Hiyo, por favor!- exclamó con una gran sonrisa.


 


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No tardaron mucho para llegar a su destino. Hiroki y Nowaki fueron muy bien recibidos de inmediato, Hiroki más sorprendido que el oji-azul, pues no había visto venir a Hisa-san hasta que le tuvo estrechando entre sus brazos.


 


-¡mi querido Hiro-chan! ¿Estás bien?, ¿te han  lastimado?- preguntaba preocupada estrechándole con innecesaria fuerza entre sus brazos. Hiroki se sonrojaba por la atención mientras sonreía nerviosamente.


 


-e-estoy bien Hisa-san, no tengo ningún rasguño- explicó.


 


 La pareja había pasado todo el resto de la tarde con la monarca contándole todo lo acontecido con la guerra “interrumpida” y lo que sucedió con Mason, la peli azul se había mostrado sorprendida y conforme con las decisiones que había tomado el oji-turquesa. Entrada la noche, y con el sueño invadiendo al lindo castaño, ambos se fueron la habitación de éste.


 


Apenas entraron Nowaki vio con bastante gracia como el castaño prácticamente se lanzaba a la cama, y boca arriba casi ocupando todo el espacio de la cama empezó a dormitar. El oji-azul le miro con ternura, más rápidamente una sonrisa traviesa adornó su hermoso rostro.


 


-hoy fue un día extraño…pasaron muchas cosas- exclamó Hiroki ajeno a los pensamientos de su koi, con los ojos cerrados- ¿Quién hubiera pensado eso de Mason-san?...¿no lo crees?- Hiroki volteó a ver hacia donde estaba su azabache cuando este no le respondió- ¿Nowak..?


 


El menor no había terminado de hablar pues su muy sexi tritón había capturado sus labios en un rápido movimiento, que el castaño apenas se había enterado cuando ya estaba sobre él. Aquello había sido inesperado y seguro reñiría al menor por andar interrumpiéndole al hablar, sin embargo no lo haría en ese momento.


 


-Nowaki…umm- gimió tan suavemente que pareció un susurró cuando sintió los tibios labios de su oji-azul recorrer su cuello-… ¿q-que…crees que haces… maldito… mocoso?- murmuró frunciendo el ceño con el  rostro sonrojado, más no por eso se abstuvo de rodear con sus brazos el cuello del menor, que lanzó una pequeña risita mientras se acomodaba mejor entre las piernas de su castaño…


 


-voy a amarte toda la noche…Hiro-san- susurró el menor, mientras recorría con una mano una de las firmes y suaves piernas del oji-avellana, quien jadeó levemente tratando de reprimir un gemido…quien sabe si por la caricia, si por la atrevida “advertencia” susurrada a su oído…o simplemente porque su “compañero” era él…


 


Bien, al parecer había una forma de quitarle a Hiro-san al cansancio, y mientras funcionara no la desperdiciaría… ¡bendita sensibilidad!...pensaba divertido el azabache…


 


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-Hiyo…-murmuró Misaki sin despegar la vista de la niña- un placer- sonrió sin quitar su rostro de sorpresa…¿Qué hacia una niña allí?- soy…Misaki


 


La infante mostró una sonrisa radiante al ver al muchacho oji-verde y a sus acompañantes.


 


-etto…toma, creo que es tuyo- exclamó el castañito extendiendo el pequeño minino de ojos brillantes, la niña lo tomó y lo estrechó entre sus brazos…- es muy lindo


 


-¡si!- habló Hiyori- me lo regaló mami, ¡desde entonces le he cuidado muy bien!- exclamó orgullosa. Los chicos la miraban curiosos, pero no decían nada- por cierto…ya es tarde, y puedo ver que son viajeros, mis padres estarán muy contentos de conocerlos y  de haberme ayudado a encontrar a mi pequeño Sorata, ¿querrían pasar la noche en nuestro hogar?... ¡vamos, está muy cerca de aquí!- preguntó con su enorme sonrisa y acariciando elegantemente la cabecita del minino. Los chicos se regresaron a ver entre si…


 


.


.


.


 


Bueno, aquella no había sido una decisión tomada con mucho tiempo…es más dudaban al menos haberla pensado…pero ya era tarde para arrepentirse. El oji-verde menor casi si atraganta con su propia saliva al ver el “humilde hogar” de la niña; pues cuando menos se lo esperaron ya estaban frente a una hermosa mansión de tonalidades azules y  crema.


 


-… ¿vives aquí?- no pudo evitar preguntar Shinobu con evidente sorpresa.


 


-si…aquí vivo junto a mi familia y Sorata, ¿les gusta?- exclamaba de lo más contenta la castañita. Algunos se permitieron susurrar un pequeño “si” y otros simplemente asintieron.


 


Recorrieron los jardines lentamente maravillándose con las bellas flores que había allí, el acabado de todo era sencillamente sublime. Atravesaron la entrada principal, observando con detenimiento el recibidor. Solo vieron como Hiyori dejaba al pequeño Sorata en el suelo  y este se fue corriendo hacia algún lugar.


 


-¡Hola  mami ya llegué!


 


Todos regresaron a ver hacia donde la niña miraba, observando sorprendidos a la silueta que aparecía justo al inicio de las escaleras que dan al segundo piso-Era también un…


 


-Eso es lo que veo…Hiyo- El poseedor de esa voz no era nadie más que un bello doncel que no pasaba seguramente los 30 años, de un porte elegante y mirada sobria y calculadora. De cabello oscuro al igual que sus ojos brillantes, lo que más sorpresa causaba en los chicos era que estaba ataviado en un bellísimo kimono japonés de colores azules y dorados…parecía como si fuera a ir a una…fiesta- …veo que has traído compañía…- la voz del doncel hizo que el resto pusiera atención- ¿pasó algo que tengas que decirme?- exclamó serio, Hiyo sonrió nerviosa y pícaramente antes de contestar.


 


-me han ayudado a encontrar a Sorata, son unos viajeros y pensé que tal vez…- exclamaba la niña jugando con sus dedos…


 


-Hiyo…- advirtió el doncel. La niña hizo un puchero.


 


-¡déjalos quedarse, por favor mami, además así podrían quedarse a la fiesta!


 


…. ¡¿fiesta?!..... Exclamó el subconsciente aterrado de los 6 chicos….


 


-disculpe…pero creo que no…- trataba de excusarse Masamune lo más antes posible para salir de allí.


 


-tonterías…la fiesta empieza en 2 horas, quédense…por agradecimiento a ayudar a nuestra pequeña Hiyo- exclamó una segunda voz, el resto regresó a ver a un bien parecido caballero de características idénticas a Hiyori…por lo que dedujeron rápidamente que era su padre… este, ataviado en un fino traje, se acercó hasta donde estaba su  doncel y se paró a su lado-por favor…Hiyo estará muy decepcionada si no aceptan mi invitación- dijo elegantemente.


 


Los muchachos se regresaron a ver con un gesto bastante preocupado y después vieron a Hiyo quien hacia tiernos pucheritos simulando su “decepción”…”malcriada” pensó Shinobu imitando un puchero así…haber en que lío se metían ahora.


 


-b-bueno…-murmuró Ritsu al observar como todos habían aceptado aquella “obligatoria” invitación.


 


-¡perfecto!, me alegra que hayan aceptado…ya verán  que será bastante…entretenido- exclamó con una sonrisa enigmática. Los chicos trataron de sonreír ante aquello, pero les dio un escalofrío extraño- ¡pero antes! Permítanme presentarnos…Mi nombre es Kirishima Zen ,  mi esposo Takafumi Yokosawa- exclamó abrazándole un poco, mientras este le regresaba a ver entre molesto y avergonzado  -y mi pequeña Hiyo, que ya conocen


 


-un placer…- exclamó el doncel. Lo chicos asintieron y respondieron.


 


-igualmente…


 


Unos segundos incomodos pasaron, hasta que Yokosawa fue el que  habló…


 


-pues bien…si han de quedarse habrán de vestir para la ocasión, no se preocupen de nada…por favor, la servidumbre hará su trabajo, nos vemos en un rato, disfruten su estancia aquí - exclamó, para sorpresa del resto, regalándoles la primera sonrisa en su rostro…


 


-g-gracias- murmuraron Mune y Misaki sin saber muy bien que decir ante aquello.


 


-un placer…- fue lo último que escucharon de aquél  azabache antes de que  6 mucamas salieran de “quien sabe dónde” y se los llevaran a  rastras a un lugar desconocido para ellos.


 


Unos silenciosos segundos pasaron, y la familia no se había movido de la habitación, el chillón aullido del pequeño Sorata interrumpió aquél sepulcral silencio. Hiyo lo tomó entres sus manos… y acercó el pequeño hocico del animal a su oído…como si este le dijera un secreto…


 


-¿eso crees Sorata?... ¿por eso me llevaste a ellos?- hablaba la niña, de lo más normal con el gato.


 


-así que ha anticipado su llegada…ha pesar de ser tan anciano no ha perdido su “toque” ese gato caprichoso- exclamó el doncel con media sonrisa.


 


-al parecer tienen problemas…- exclamó Zen sonriéndole a su marido, este le regresó la sonrisa-…habrá que ayudarles un poco….¿no crees cielo?


 


-haber que se puede hacer…- murmuró el otro, contra los labios del más alto, que lo agarró por la cintura para acercarlo a su cuerpo.


 


.


.


.


 


Aquel sorpresivo asalto de la servidumbre de la mansión los había dejado formalmente arrepentidos de haber entrado allí. Shinobu y Miyagi habían sido empujados a una habitación, en la cual mas sirvientes entraban y salían con varias “ropas”  y accesorios…unos con Miyagi en la recamara, y otras con Shinobu encerrados en el baño. Ritsu y Masamune habían ido  a dar también a otra habitación, el varón fue desvestido y vestido con rapidez con otra diferente en la pequeña ante sala de la habitación y el menor se resistía fervientemente a que le desnudaran y lo metieran en ropa tan “vergonzosa” …o eso había escuchado Mune que gritó cuando las muchachas  al fin lograron deshacerse de su ropa. Misaki y Akihiko estaban también en su propio problema, pues el mayor fue encerrado en el baño, negándole la salida hasta que saliera vestido con ese “traje”…mientras Misaki sonrojado intentaba impedir que le quitaran su ropa y le vistieran ellas…tanto que hasta había prometido ponérsela con tal de que ya no le tocarán más…sin embargo aquello era irreal… ¿Dónde se habían metido?...¡¿Qué carajos pasaba?! Y lo más importante ¿por qué vestían “ESO”?…


 


La puerta de la habitación en donde hasta hace poco vestían a Ritsu y Mune fue tocada repetidas veces… hecho un manojo de furia, vergüenza e indignación el oji-verde se dirigió a abrir la puerta…¡más le valía que si era un sirviente les regresaran su maldita ropa!… y es que una vez terminaron de “vestirles” se habían llevado toda prenda que se hubiese podido usar para cambiarse…¡ho si los mataría!...


 


-Hola…


 


Ritsu relajó “solo un poco” su ceño y miró a la niña sonriéndole divertida seguro por su apariencia…pero para a él eso era ¡¡¡sumamente vergonzoso!!!


 


-Hiyo…¿qué rayos acaba de pasar y porqué nos han cambiado al ropa?- exclamó con un tono lo más tranquilamente que pudo.


 


-¿Qué no lo recuerdas?...mami dijo que tenían que estar vestidos para la ocasión- exclamó con una mirada inocente. Ritsu frunció el ceño y una de sus cejas empezó a temblar… no quería saber la respuesta… de eso estaba seguro…pero no había opción… ¿en qué demonios se habían metido?....


 


-¿Qué…ocasión?- preguntó con voz entrecortada.


 


-…¡un baile de disfraces! Por su puesto


 


Ok… esto era formalmente espantoso.


.


.


.


Continuará…

Notas finales:

Hasta pronto :3, si me regalan un review, me haran felíz xD.


Que tengan un lindo día :3


 


 


Misagi * *


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