Capítulo 7: “Los acompañantes del chico de la profecía”. Parte II
Los ojos de Asuka se abrieron sobresaltados al escuchar el relinchido agudo de un corcel, seguido de un gran bullicio, le pareció algo extraño, pues deberían ser no menos de las 3 de la madrugada. Miró a su esposo quien comenzaba a despertar también.
-¿lo escuchaste también, no?- exclamó la mujer levantándose de la enorme cama mientras se ponía encima de su bata de dormir un elegante camisón color cobre. El hombre asintió también alterado y después de vestirse similar a su mujer salieron de la habitación. En el camino hacia la entrada una de las amas de llaves les interceptó, al parecer también les buscaba.
-mi reina – exclamó la mujer con cariño y respeto sujetándose sus manos sobre su pecho por el desespero- el joven Keiichi acaba llegar a todo galope, está en el salón- habló súper rápido la mujer, quien solo observó como la reina abrió mucho los ojos y sujetando sus ropas se dirigió con rapidez hacia allí antes de agradecerle a la mujer. El rey le siguió de cerca, perseguida de la ama de llaves que también estaba curiosa por la situación.
-¡Keiichi!- gritó la peliplata al ver al muchachito de cabellos castaños claritos parado allí rodeado del mayordomo y una que otra empleada. El oji-miel la miró agitada por la carrera seguramente -¡¿Qué pasó cariño?!- preguntó exaltada encerrando al Keiichi en sus brazos. El menor se permitió derramar pocas lágrimas en el hombro de la mujer, quien al separarse y tomar las manos del doncel se exaltó más.
-¡¿Keiichi…qué es esto, quién lo hizo?! Me conocerá el que te haya tratado de tocar- advirtió la mujer preocupada e indignada al ver la morada marca en la muñeca del castaño -¡Keiichi!- insistió la mujer que no lograba que el muchacho dijera nada.
-no te preocupes Asuka-san por favor, te contaré ahora lo que sucede, ¿si?- tranquilizó a la mujer Keiichi, la mujer asintió y caminó con el después de haberle pedido al muchacho que le prepararan una habitación, pues sea lo que le fuera a decir no dejaría que se iría Keiichi a esas horas de la madrugada.
-por favor… cariño, te escucho- pidió la mujer, sujetando al doncel de un brazo. El muchacho guardó silencio por un tiempo y después habló.
-Sousuke me desterró del reino- dijo en tono neutro, Asuka se detuvo y miró con los ojos bien abiertos al otro, pero no la dejó hablar-me quería volver a casar….¿lo imaginas Asuka- san? …jamás me va a doblegar– dijo con una sonrisa triste, mientras comenzaba a llorar, la reina le abrazó con mucha fuerza.
-¡es un desgraciado no tiene derecho a hacer eso cariño, no tiene derecho!- decía la mujer.
-la marca que tengo en la muñeca él la hizo- dijo mostrando su muñeca a la mujer- él iba a pegarme, pero Yura no lo dejó-narró el muchacho en brazos de la reina, quien le acariciaba los cabellos castaños al muchacho- y no te preocupes, no vine solo hasta acá, Yura me acompañó hasta la entrada del reino Usami, y ya le dije el asunto de la misión de la profecía- dijo al fin separándose de la mujer, le sonrió tiernamente y su rostro se volvió decidido –aún sigue en pie mi decisión Asuka-san…pero quisiera pedirle un favor
-dime cariño, lo que sea- dijo la mujer sujetando las manos del muchacho.
-¿podría quedarme por un tiempo aquí?- preguntó con una sonrisa.
-¡claro que si Keiichi!, no hay problema, quédate el tiempo que quieras- sonrió la mujer. El oji-miel agradeció la atención, había sido su primera opción Usami…Asuka era una mujer increíble.
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Mientras tanto en otro lugar, las puertas de esa mansión se abrían apenas con el primer rayo del sol que entraba por la ventana. Esa mañana era muy especial, principalmente para los que vivían allí contra su voluntad, ya que la dueña de esa mansión no se encontraba.
-…falta poco Akihiko- pronunció un muchachito de ojos verdes recargado en la ventana que estaba en la habitación asegurada en donde permanecían ellos 2. El aludido le regresó a ver con rostro neutral, de su cabello grisáceo surgían las acostumbradas orejas largas de un conejo, frunció el ceño.
-sabes que ya no me importa mucho…-respondió el oji-violeta mirando hacia otro lado, él sabía a qué se refería su compañero…y no era verdad el que no le importara…solo que no quería hacerse falsas esperanzas.
-mentiroso…-canturreó el de oji-verde, mirando discretamente con una sonrisita al príncipe- se por fuentes confiables que Asuka-sama ha encontrado al correcto…-informó.
-o…-solo dijo Akihiko mirando por fin al menor, este asintió.
-es un doncel extraordinario, tanto que puede llegar a sorprender a cualquiera…según sé- exclamó el castaño mirando disimuladamente la cara de interés del otro con una sonrisilla- cuentan que no le importa nada de lo que ha prometido Asuka-sama para salvarte…¿te imaginas?…ni dinero , ni propiedades, ni un matrimonio contigo...¿impresionante, no?- siguió.
-pues si realmente sucediera algo así- dijo todavía incrédulo Akihiko – mejor para mí…no quiero comprometerme a nada con nadie…- dijo en su típico tono huraño. Onodera soltó una pequeña risilla mientras negaba con la cabeza y tocaba una de sus orejitas de gato.
-las cosas siempre pueden cambiar Akihiko…nunca digas nunca…
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Habían pasado ya tres días desde que Asuka había mandado a sus sobrinos de regreso a su reino. Eran tal vez las 8 de la mañana cuando Misaki acudió al llamado de la reina, es decir al salón principal, donde le presentaría a los que habrían de acompañarlo en la misión de la búsqueda del “príncipe conejo”…como solían decir los niños, sonrió ante su idea.
-con permiso…- exclamó Misaki -…ho…lo siento- se disculpó Misaki enseguida, pues vio como la peliplata, sentada en su trono hablaba con un hombre que acababa de dar una reverencia. Ambos personajes regresaron a ver a un apenado Misaki que había interrumpido, al parecer, la conversación.
-hola Misaki, buenos días, pasa…ya había terminado de hablar con el capitán- exclamó la mujer poniéndose de pie con una sonrisa. Misaki asintió, entonces se permitió analizar mejor al hombre que estaba frente a él. Era alto de complexión fuerte, lo veía aunque estuviera ataviado de una armadura plateada, sin el casco, pues este lo tenía en la mano. Sus ojos eran de un negro muy llamativo, al igual que el lacio cabello azabache, era muy atractivo, debería admitirlo…se sonrojó por eso.
-etto, buenos días majestad- saludó el castaño regresándole la sonrisa. En ese momento se abrió la puerta dejando pasar a otros 3 personajes que Misaki si conocía, y todos regresaron a ver hacia allí.
-chicos, que bueno que ya llegan- exclamó la reina, mirando a los 3 chico- Keiichi, Hiroki…Masamune- los 3 la saludaron. – bueno, Misaki, creo que por ahora somos todos…escuchen, pensé mucho en la cantidad de personas que acompañarían a Misaki, y llegué a la conclusión de que sería mejor que fuera el grupo más reducido que se pudiera…y pues, me he decidido por ustedes- finalizó la mujer mirando seriamente a los 5 chicos allí, los cuales se regresaban a ver de uno a otro.
-me parece bien- comentó Masumune con los brazos cruzados, los demás asintieron. La reina sonrió y prosiguió.
-ahora bien Misaki, quiero decirte especialmente a ti porque elegí a cada uno de estos chico como tus acompañantes, ¿te parece?- exclamó la mujer, Misaki asintió emocionado.
-bueno empezaré por la única persona que no conoces- exclamo mirando al pelinegro de armadura – él es el capitán Miyagi Yoo.
-un placer joven Misaki – respondió el aludido. El oji-verde reverenció levemente.
-igualmente-
-bueno Misaki…Miyagi es un gran oponente con la espada y cualquier batalla en general, sabe de estrategia y lectura de mapas, realmente les será de mucha ayuda, por algo es el capitán de Usami- alagó la reina. Misaki asintió.
- Hiroki es una caso muy especial – continuó la reina, Misaki regresó a ver al oji-avellana con una sonrisa , la cual fue devuelta – el recibió educación de doncel y educación caballeresca, es experto en la estrategia y una de las personas más inteligentes que he tenido el gusto de conocer-prosiguió.
-Keiichi tendrá un papel importante en su equipo, su sentido de ubicación y astucia es extraordinaria , puede pensar en posibles resoluciones de problemas en tiempo record , su facilidad de palabra pude ser que les sea muy útil
-por último Masamune, el manejo de armas es su especialidad, al igual que la batalla de cuerpo a cuerpo…su intuición es un asunto que no hay que ignorar, pero por sobre todo su sentido de liderazgo. Chicos, será Masamune quien los dirigirá- aclaró.
-Estoy de acuerdo – exclamó Hiroki.
-bien- acertó Miyagi con una sonrisa de lado.
-pues si no hay de otra…-bromeó Keiichi con su sonrisa impertinente, según Masamune.
-entonces todo esta decidido- sonrió la mujer con alegría- saldrán mañana a primera hora, su primer destino será Kiano, el reino vecino, donde buscarán a Kanade Mino-san, el mago que les dará las indicaciones para empezar la travesía- todos asintieron, la mujer se dirigió a Misaki y lo abrazó.
-gracias por todo Misaki…estaré agradecida toda mi vida contigo- susurró la mujer. El oji-verde empezó a enjugar sus ojos mientras sonreía.
-haré todo lo que pueda Asuka-san
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Continuará