Casualmente esa misma noche, Lu se encontraba pensando por lo que había escuchado el día de hoy, su mente se encontraba en si asistir el día de mañana o no. No tenía intenciones de ver la cara de la presidenta del consejo, y mucho menos ver si ese bastardo peli azul iba a visitar a la presidenta durante el receso o algo así.
-Quizás no vaya…- Susurro para sí misma cuando en eso le llego un mensaje a su móvil.
Esta se levantó un poco perezosa y tomo su celular, viendo que el mensaje era de su amigo ojos raros.
-“Pasare por ti en la mañana. Ni se te ocurra faltar por el simple hecho de que la presidenta regresa”- Era el mensaje que leyó la oji lila.
Suspiro rendida, debía ir si o si, sino Ren tocaría la puerta de su casa hasta que ella le habrá. Recordó con humor la vez en secundaria cuando ella pretendía estar enferma porque no había estudiado para el día de exposición de proyecto de ciencias, y que el azabache la fue a buscar a su casa para evitar que faltara o perderían nota.
Una vez cómoda entre las suaves sabanas de la cama, Lu cerró los ojos y paso a entrar al maravilloso mundo de los ensueños.
***
Una nueva mañana comenzaba en la ciudad y la actividad rutinaria de varias personas daba inicio como siempre. Andrés se levantó de la cama dando un gran bostezo, notando por su ventana que el cielo estaba algo nublado. No le tomo mucha importancia y fue a darse una ducha, necesitaba prepararse mentalmente para la posible misión que tendría que hacer junto a Hikari.
Una vez llego al baño comenzó a quitarse la ropa que componía su piyama y una vez desnudo, ingreso a la ducha, abriendo ligeramente el agua tibia para darse un merecido relajo. Mientras se lavaba cuidadosamente comenzó a pensar en porque seguía enamorado de una chica que le gustaba las relaciones homosexuales y escribía sobre ellas.
Si se ponía a pensar un poco, no tenía ningún inconveniente con ver ese tipo de cosas en los mangas que hacia la peli-rosa, pero verlas en la vida real era una cosa totalmente diferente para su persona. Recordó cuando vio al temible maestro Laxus Dreyar y a ese chico del club de natación, Nanatsu, besándose en uno de los salones vacíos del instituto.
Fue en ese pequeño lapsus en el que pensó si esos dos tenían algo así como una relación, si hacían ese tipo de cosas debían de tenerla ¿Verdad? Después de todo, ese tipo de relaciones eran picantes y atrevidas, una especie de situación de pura adrenalina en el cual las vidas de ambos corrían riesgo de ser atrapados.
Rápidamente abrió la manija del agua fría y se mojó la cabeza, estar mucho tiempo con Hikari le estaba afectando.
***
Otro día en el instituto comenzaba, pero esta vez las cosas eran diferentes para todo el cuerpo estudiantil. Se podía sentir un aura realmente pesada en el lugar, y eso solo se debía por la simple presencia de los individuos más temidos del instituto: El temible consejo estudiantil de Fairy.
Se preguntaran: ¿Por qué habría que tenerles miedo? Fácil, el consejo estaba a cargo de la disciplina y que las normas se cumplieran, se podría decir que tenían el mando de todo, pero seguían siendo estudiantes que obedecían a los docentes y estaban por debajo del consejero y el propio director. Sin embargo, estos cuentan con las mejores calificaciones y un comportamiento intachable, estas cualidades les permitían ser miembros del consejo estudiantil.
Pero siendo sinceros, debían tener secretos oscuros bajo esa fachada de estudiantes modelo.
Como era de esperarse, los miembros del consejo se encontraban en una de sus reuniones, bajo el mando de la estudiante más estricta y con las mejores calificaciones del instituto: Erza Scarlett.
-Muy bien, necesito que organicemos el festival del instituto- La pelirroja se levantó de su asiento. – ¿Ya les llegaron las peticiones de los clubs para el festival?- Pregunto.
-Bueno, el club de beisbol, el de futbol, el de natación y el de básquet ya cumplieron con los requisitos. Los otros clubs lo estarán entregando en la semana- Explico el secretario del club.
-Bien, ¿Qué hay de la bienvenida a los invitados?- Volvió a cuestionar.
-Nosotros mismos daremos la bienvenida, presidenta. Cuatro de nosotros estarán en la entrada y les darán la bienvenida a los invitados mientras el resto patrulla en caso de que algo ande mal- Explica otro de los miembros.
-Bueno, eso está bien- La presidenta iba a terminar la reunión, hasta que alguien tomo la palabra.
-Presidenta, ¿Y qué haremos respecto al indeseable del instituto?- Menciono aquel chico de cabellos negros curiosamente amarrados en una coleta y de ojos verdes, con el típico traje del consejo estudiantil blanco que se diferenciaba del negro de los estudiantes normales, además de curiosos detalles rojos.
-¿Te estas refiriendo al “fotógrafo pervertido”?- Erza no parecía entender el punto.
-¿Qué hacemos si se le ocurre aparecer? ¿No sería la perfecta oportunidad para atraparlo?- El pelinegro parecía serio respecto al tema, mientras el resto le veía con notorio cansancio del tema.
-Akatsuki, no hemos tenido reportes de que este haciendo de las suyas últimamente. Tenemos temas importantes que atender en estos momentos, el festival necesita ser monitoreado cada momento-
-Pero presidenta…- El chico iba a continuar, pero la mayor se adelantó.
-El tema queda zanjado aquí. Después de clases tendremos tiempo para hablar-
Tras lo dicho, todos los miembros del consejo fueron a dar la ronda antes de ir a clases, necesitaban supervisar que no hubiera ningún problema o inconveniente que afectara al día. Por su parte, el pelinegro se fue de mal humor a supervisar por ahí.
***
Nuestra querida mangaka y su fiel asistente iban camino al instituto como todos los días, notando que la mayoría de estudiantes estaban correctamente vestidos sin ninguna joyería o aparato que pudiera ser decomisado por el consejo al ser considerado inadecuado.
Y hablando de eso, los uniformes tanto para chicos y chicas era realmente sencillo al decir verdad: el de chicos consistía en el típico gakuran color negro mientras el de las chicas era sailor fuku de mangas largas negro igual pero con la cinta blanca.
Mientras caminaban podían escuchar el disgusto de algunos estudiantes, posiblemente los que tienen mala reputación, hablando mal del consejo y que su presencia solo era sinónimo de “No diversión”. Bueno, siempre existía aquella guerra entre lo “correcto y lo no correcto”, la mayoría de estudiantes agradecía que la presidenta no permitiera que los bravucones se salieran con la suya gracias al consejo. Aunque ahora que lo pensaban… últimamente veían a la presidenta con una actitud de lo más extraña.
-Hikari-san ¿Está segura de esto? Mire que podemos meternos en muchos problemas- El pelinegro lucia temeroso por la idea de su amor platónico.
-Ya te dije que sí, y sabes que cuando tomo una decisión no cambio tan fácil- La peli rosa parecía sacar llamas de determinación por todo su cuerpo.
El chico suspiro rogando internamente que nada malo sucediera y el consejo terminara atrapándolos y dándoles un castigo ejemplar. Lo último que deseaba era meterse en problemas con el grupo disciplinario.
Casi a medio camino, el dúo se encontró con Gin y Eugeo. Estos les saludaron y fueron todos al instituto mientras conservaban de cosas triviales, aunque el tema del consejo estudiantil aún seguía presente para el grupito.
Graciosamente, dos pelinegros caminaban rumbo al instituto al mismo tiempo, siendo la chica de ambos la que parecía incomoda por el regreso de la presidenta.
-Si sigues con esa cara te saldrán arrugas- El azabache no parecía feliz de verla así de incomoda.
-Jaja, que gracioso…- Dijo ella con ironía y sarcasmo. –Si algo sale mal, créeme que terminare dejándote el ojo morado- Amenazo la pelinegra.
-Dudo mucho que la veas con lo ocupada que esta-
-Espero estés en lo cierto o te sacare el ojo con un tenedor-
Ambos continuaron caminando al instituto, siendo ahora el chico el que estaba asustado.
***
Las clases iban tan aburridas como siempre durante las primeras horas, por no decir que la mayoría ya quería salir de clases para divertirse.
En el salón de Pancho, este se encontraba fingiendo tomar nota mientras pensaba que jugarreta le haría a su víctima favorita del consejo. No era que odiara a Kaien Akatsuki, solo que le fascinaba molestarlo debido a la manía que este último tenía con su persona.
Y vamos, no era su culpa que le tomara una foto mientras estaba cambiándose en las taquillas con el trasero al aire y les diera varias copias a las chicas a cambio de una gran suma de dinero y que graciosamente una terminara en manos del pelinegro. Debía admitir que era gracioso hacerlo, y que felizmente el resto del consejo no le prestara atención a su persona.
Siguió “anotando” la clase mientras se preguntaba si su nuevo amigo y cliente favorito tendría un trabajo para su persona.
Graciosamente, en el salón de Filia, esta podía notar como a unas cuantos asientos se encontraba Nanatsu totalmente pálido y con el rostro hecho un poema, casi parecía que su mente no estaba presente en el salón en ese momento.
-¿Qué le pasara?- Se cuestionó mentalmente la peli chocolate. –De seguro estará ansioso por su competencia de mañana, pero no entiendo porque estarlo cuando es un gran nadador-
La oji miel debía admitir que era cierto, ya había visto al peli purpura nadar cuando pasaba sin querer por el club de natación. Si tuviera que describir al oji azul en unas palabras, diría que es como si fuera un tiburón blanco cazando a su presa. Si, así de rápido.
Regreso a la clase mientras pensaba que compraría en el almuerzo, pero el asunto más importante es que su jodido primo no se metiera en problemas con algún estúpido del consejo… y ya sabía quién sería la víctima.
***
La hora del almuerzo había llegado y como era de esperarse, nuestro simpático grupo de mangaka, asistente y víctimas se encontraban almorzando juntos en la azotea.
-Oigan, ¿No es extraño que todo este de lo más tranquilo?- Gin se detuvo de comer su bento para decir aquello.
-¿A qué te refieres?- Eugeo también se detuvo, a pesar de que él tenía por norma comer primero, todo lo demás al final.
-Es decir, el consejo parece estar más tranquilo de lo usual. Esta mañana los vi patrullar de lo más tranquilos con esos uniformes blancos y distintivos que usan- Explico el peli plata.
-Cierto, es como si ahora fueran menos estrictos y todo eso, ¿Qué habrá pasado para que ellos ya no sean tan estrictos?- El rubio regreso a su caja de almuerzo, comiendo con ánimo.
-Quizás… sea por ese rumor de hace un mes-
Lo dicho por Hikari alerto a los tres chicos, los cuales pararon de comer para ver lo que la chica tenía que decir.
-¿De qué habla, Hikari-san?- Andrés parecía curioso de lo que iba a decir la peli rosa.
-Verán, dicen que la presidenta del consejo tenía dos pretendientes, una de ellas era una estudiante de aquí y otro de una escuela de elite. Al parecer, la presidente prefirió al chico a pesar de que en ese momento se encontraba saliendo con la chica de aquí, cuando la chica se enteró obviamente cortaron y todo eso. Sin embargo, la relación de la presidenta con el chico no duro tanto porque ella le descubrió siendo infiel con otra chica y cortaron casi al instante-
Bien, en ese momento los chicos no sabían que era más inesperado: ¿Qué la presidenta estaba de pareja con otra chica? ¿O que ella estuviera jugando a las dos mejillas aun siendo la estudiante más destacada del instituto?
-Pero… ¿Cómo sabes eso, Hikari?- Pregunto Gin a su amiga.
-Tengo mis contactos- Dijo simple la oji carmín volviendo a su almuerzo.
Dejando a los chicos con su comida, en otra parte de la azotea se encontraban Ren y Lu también comiendo algo, aunque la pelinegra seguía ansiosa porque acabara el día.
-¿Podrías calmarte, no? Es como si fueras a morir de un infarto si la vez- El azabache internamente estaba preocupado por el bienestar de su amiga.
-Ya sé que estoy exagerando, pero no quiero verle la cara… al menos hasta que me gradué- La pelinegra volvió a comer su Onigiri, pero con bajos ánimos.
-Enserio eres un caso…-
Justo antes que el de mechón blanco acabara, cierta peli chocolate se acercó a ambos.
-Mizumi ¿Verdad? ¿Tienes un momento para hablar?- Cuestiono Filia al chico.
-Claro- Dijo simple el heterocromatico.
Ambos se fueron hacia un poco lejos y fue ahí cuando la oji miel tomo la palabra.
-¿Sabes que está pasando con Nanatsu? Últimamente lo veo muy angustiado, y hoy lo vi más alarmado de lo normal- Explico ella totalmente serena.
-Qué raro, en las practicas está normal y todo eso. Quizás sea por la competencia de mañana-
-Puede que tengas razón, pero te recomiendo que tengas un ojo en él. Puede que esté pasando por algo serio y necesite de apoyo-
-Lo hare, gracias por avisarme-
Ambos se despidieron y el chico regreso donde estaba su amiga.
-¿Qué quería? Parecía tener algo serio- Cuestiono la oji lila.
-No sé en verdad, pero puede que sea algo bastante turbio-
***
Al fin las clases habían acabado y era tiempo para que los clubs comenzaran sus actividades.
Como era de esperarse, Gin y Zele se encontraban en su práctica de futbol en la cancha del instituto. No tardo mucho para que ambos comenzaran a pelear por un gol fallido que ambos arruinaron. Curiosamente, Hikari y Andrés estaban espiándolos, al final el pelinegro pudo convencer a la peli rosa que meterse con el consejo era una terrible idea.
Curiosamente, la mangaka había sacado una libreta para apuntar algo que se le viniera a la mente al ver como ambos rivales peleaban entre si durante su práctica.
Dejando a ellos de lado, el consejo estudiantil se retiraba de su salón de reuniones tras una breve discusión sobre como manejarían el festival. Por supuesto, Erza negó escuchar a Kaien y su “obsesión” con atrapar al pervertido fotógrafo del instituto, según parece ella tenía mucho que archivar e informar al director.
El pelinegro camino por un rato por el instituto, hasta que vio algo sospechoso salir del baño de hombres. Podía observar a un sujeto con una gabardina negra, gafas negras, sombrero y cabellos negros salir siendo precavido de no ser visto… pero lamentablemente se dio cuenta del chico del consejo, saliendo pitando del lugar.
-¡Oye, tú!-
Rápidamente el de coleta fue en persecución del sujeto misterioso, no perdiéndole de vista y rastro por nada del mundo. Pasaron tres minutos de “cazar al ratón” hasta que llegaron a la plaza del instituto donde estaba la fuente, siendo el chico de gabardina quien se escondió al lado de la entrada. Una vez sintió los pasos de su “cazador”, este puso su pie esperando que este llegara, y como era de esperarse, el oji verde cayó redondito en la trampa.
En un movimiento irónico, Kaien termino cayendo en la fuente del pequeño patio que tenían en el lugar. Las risas de varios estudiantes no se hizo esperar, algunos tomaron fotos disimuladamente por aquello, no muchas veces veías a alguien del consejo hacer el ridículo, ¿Era mejor aprovechar, no es verdad?
El pelinegro estaba completamente empapado mientras escuchaba las risas discretas de algunos, pero afortunadamente un alma “caritativa” le ayudo a salir
-¿Estas bien?-
Abrió los ojos y ahí le vio, la única persona que le hacía sentir, en sus propias palabras, torpe durante unos pocos minutos o todo el rato que le estuviera viendo: Sting, el líder del equipo de beisbol del instituto.
El pelinegro se quedó embobado viéndole con el típico uniforme del club, la gorra cubría aquellos mechones rubios y en su mano llevaba el típico bate de beisbol.
-S-Si, gracias- Dijo aceptando el gesto del mayor.
-Menudo clavado te diste en el agua, ¿Cómo terminaste cayendo a la fuente?- Pregunto el oji azul.
Rápidamente el chico del consejo recordó que perseguía a ese sujeto sospechoso, pero al parecer le había perdido de vista. Internamente estaba que ardía, hasta que vio que el contrario le veía preocupado.
-Te heriste en la mejilla, creo que será mejor que vayas a la enfermería- El capitán del club ayudo a Kaien a salir de la fuente y lo llevo consigo a la enfermería. -¡Vayan adelantándose, yo voy luego!-
Tras avisarles esto a sus compañeros del club, Sting y Kaien llegaron a la enfermería. Curiosamente la enfermera no estaba por el momento, por lo que el rubio pensó que estaría en el baño. Busco por el cuarto y encontró lo que buscaba.
Con un poco de alcohol desinfecto la herida y luego puso un curita en la mejilla del contrario. Este último enrojeció al sentir la mano del contrario tan cerca.
-Listo, con esto debes estar mejor- Dijo levantándose del asiento disponible. –Sería mejor que fueras a cambiarte por ropa de reemplazo o te resfriaras, nos vemos-
Una vez de despidió el oji azul, Kaien tenía una cara de idiota digna de ser enmarcada. Paso su mano por su mejilla donde estaba el curita, aun pudiendo sentir la calidez de la mano del mayor.
Rápidamente salió del lugar y fue a los vestidores para cambiar su ropa por el uniforme deportivo. Agradecía tener una toalla y la ropa de reemplazo en las taquillas.
Dejándolo a él, la persona misteriosa que anteriormente había perseguido, había regresado a su anterior apariencia. Ahora mismo se retiraba a su casa tranquilamente después de la jugarreta que le hizo al chico del consejo.
-Joder, felizmente no me descubrió- Pancho había guardado el disfraz en su mochila e internamente reía por su travesura, aunque está casi le cuesta la vida. –A la próxima no le jugare tanto a la suerte-
Sin más, este continúo su camino a casa mientras pensaba si comprar una botana en la tienda cercana.
***
Kaien llego a los vestidores y ahí se quitó su ropa mojada, fue hasta las regaderas con cuidado de no ser visto, ya que cierto “problema” era bastante notorio. Una vez llego, abrió el agua y vio que el problema no pasaba.
Maldita sea era la palabra que se decía cada vez en su mente, de solo pensar como su interés amoroso se había preocupado por él y aquel toque en su rostro le había puesto bastante caliente. Maldecía ser parte del consejo en aquellos momentos, ¿Qué pensaría la gente si supieran que uno de los chicos del consejo le va al otro equipo? Seguro se armaría la grande.
Al ver que su erección no bajaba, no tuvo más opción que atenderse el mismo, a la par que rogaba que nadie llegara y lo viera así. Comenzó a masturbarse mientras el sonrojo crecía en su rostro, imaginaba escenas no tan puras de Sting y él haciendo cosas pervertidas, lo cual no era ninguna novedad para él.
No soporto más y metió uno de sus dedos a su entrada, estimulándose más para poder acabar lo más rápido posible con aquel momento ardiente. Tras unos segundos más de estar en su pequeño mundo pervertido, Kaien termino corriéndose y jadeando, viendo como el agua se llevaba su semilla por el drenaje.
-Si alguien me viera así, estaría devastado…- Susurro para terminar de lavarse y cerrar la manija del agua.
Una vez termino de secarse, se colocó el uniforme deportivo, el cual era un traje de buzo completo de color azul con algunas franjas blancas en las mangas y en los lados del pantalón. Guardo su uniforme húmedo en una bolsa y se cerró su taquilla.
Ya hecho, este se fue a casa con la vergüenza comiéndoselo. Si alguien le hubiera visto, su vida estaría acabada en todos los sentidos.
***
Al mismo tiempo, cierto peli purpura se preparaba para aquel compromiso impartido por el docente Dreyar. Trago saliva y se vio en el espejo, quizás esto se pondría feo, pero era mejor afrontarlo antes que evadirlo como loco.
-*Suspiro* Espero y no sea nada grave-
Sin más, este salió de su habitación para dar el encuentro al mayor.