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Gekkan yaoi Hikari-chan por Luz neko fullbuster

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Notas del capitulo:

Asis: Buenas a todos, nuevo capitulo para alegrar su fin de semana.

Disfrutenlo.

Llego a casa tranquilamente como era de esperarse, estaba completamente empapado y con la herida que le dolía como los mil demonios. Dicho y hecho fue a por el botiquín del baño para curarse la herida, si su padre le veía así de seguro que se preocuparía bastante… eso era lo último que el quería. 

Mientras desinfectaba la herida agradecía que su padre no estuviera en casa, ya que dijo que estaría todo el día en la oficina trabajando, y de seguro luego se iría a cenar con Aikawa-san. Así que tenía tiempo para armar alguna mentira para cubrir el hecho de que ese viejo psicópata le arrojo un ladrillazo.

Una vez curado, decidió ir a cambiarse la ropa húmeda y secarse, pero fue en ese momento que tocaron la puerta de la casa.

Abrió la puerta de su domicilio, dándose cuenta que se trataba de su amiga pelinegra. Esta ingreso seguida de Zarena, viendo ambas el lugar del impacto del ladrillo ya curado y protegido por vendas. Lu no aguanto la rabia y le dio una bofetada en el rostro al azabache, el cual paso su mano en la zona del impacto.

-¡Eres un completo idiota! ¡¿Qué hubiera pasado si ese hombre tenía una pistola y te mataba?!- La expresión de la pelinegra no era nada amistosa. -¡Prometiste que ya no irías nunca más! Y mírate ahora… ¿Cómo crees que se pondrá tu padre si se entera de esto?-

-Él no tiene por qué enterarse, prometiste que no le dirías nada-

-¡Si tu obviamente cumplías con tu promesa y no lo hiciste! ¿Qué demonios tienes en la cabeza? ¿No dijiste que queri…?-

-¡¡Ya se lo que dije, maldita sea!!-

Aquel grito descoloco a Lu y Zarena, esta última estaba preparada para intervenir si la cosa se salía de control. No era que ambos se agarraran a golpes, pero sí se podían decir de todo si la situación empeoraba.

-Se lo que dije y soy consciente de que cometí una estupidez, pero no podía evitarlo, tú sabes como soy respecto al asunto- El heterocromatico desvió la mirada.

Otra cachetada se escuchó en la sala.

-¡¡Lu, basta!!- A la oji ámbar no le estaba haciendo ni pizca de gracia el asunto.

-Eres un idiota Ren, no entiendo que hago preocupándome por ti cuando ni siquiera aprecias eso y sigues lastimándote con el pasado- Cada palabra de la oji lila era una mezcla de rabia y tristeza.

-Lo mismo digo… No entiendo que hago preocupándome por ti cuando no eres capaz de sacar a Erza de tu mente- Soltó el de mechón blanco como si nada.

Aquello fue la gota que derramo el vaso para la pelinegra. Esta le iba a dar otro golpe al azabache, pero este último detuvo su mano, sujetándole el brazo con fuerza.

-Tú al menos tienes a la persona que te gusta viva, tu no la perdiste en ese accidente de tránsito, TU no le viste morir frente a tus ojos ¡Y TU no fuiste vetada para no estar en su funeral porque SU familia te considera el asesino de su hijo!-

El apretón se volvió más fuerte, haciendo que Lu soltara un quejido.

-No estoy ahora para tus regaños Lu, lárgate- Dijo el chico soltando el agarre.

Lu se fue frustrada de la casa del heterocromatico seguida de Zarena, esta obviamente sabía que esas palabras crueles hirieron demasiado a su amiga. No le iba a echar la culpa a ninguno, ambos tenían la culpa por igual al sacar los trapos sucios así como si nada de forma tan brusca.

Una vez ambas se fueron, el azabache bajo la mirada y termino subiendo a su habitación. Una vez llego, este tomo una de las almohadas de su cama y la comenzó a golpear para desquitarse por completo, cada golpe era más fuerte que el anterior y se aseguraba de darle en el mismo punto.

Una vez satisfecho, este fue hacia el baño para darse una ducha  y olvidarse de todo. Fue ahí que busco en su bolsillo y se llevó una gran sorpresa al ver que no llevaba el collar ahí, el último recuerdo que le quedaba. Suspiro ya cansinamente, este día no se podía poner peor para su persona.

***

En la cafetería, Danny esperaba la llegada de Hikari, cuando en eso la vio llegar acompañada de un chico pelinegro. Ambos se acercaron cuando la albina alzo la mano para indicarles donde estaba.

-Danny, siento la demora- Su mirada paso al oji morado. –Andrés, esta es Dannysa, Danny para abreviar, es mi amiga de la editorial- Presento la peli-rosa.

-M-Mucho gusto- Dijo el pelinegro de la forma más educada posible.

-El gusto es mío-Devolvió el elogio la albina.

Los dos recién llegados tomaron asiento y fue ahí que se acercó una camarera. Danny ordeno un café expreso con una tajada de pastel de chocolate, Hikari ordeno un chocolate caliente y una galleta grande con chispas de chocolate, y Andrés solo pidió un café sencillo ya que no tenía mucho dinero.

Una vez hablaron y se conocieron un poco mejor, cosa que a la oji verde le fue fácil ver que el chico pelinegro se moría por su amiga y esta era tan despistada que no se daba cuenta, la oji carmín tomo la palabra.

-¿Y bien Danny? ¿Sobre qué era lo que querías hablar?- Pregunto Hikari dándole otro mordisco a su galleta.

-Bueno, en realidad no es mucho pedir espero, pero necesito que me consigas algunos fotos de personas para basarme en ellos y crear nuevos personajes. Tengo planeado iniciar una nueva historia y necesito tener modelos como referencia- Explico la albina dándole otro sorbo a su café.

-No hay problema, Andrés puede ocuparse de eso ¿Verdad?- Sugirió la peli-rosa, lo cual hizo que el pobre Andrés se atorara con su bebida.

Justo cuando iba a protestar, Danny le tomo de las manos y lo miro con brillitos en sus ojos, lo cual hizo que el pobre asistente se pusiera rojo por la acción tan repentina.

-¡¿Enserio lo harías?!- La oji verde estaba emocionada tras la propuesta de su amiga.

Andrés no supo que hacer, entre la mirada que le daban ambas chicas y el pequeño escándalo que habían creado en el local haciendo que algunos clientes les vieran, era suficiente para que su espalda comenzara a sudar.

No tuvo de otra y se relajó para responder.

-S-Sí, claro que puedo- Soltó su respuesta, emocionando a ambas mangakas.

-¡Muchas gracias, Andrés! ¡Prometo que te recompensare generosamente por tu trabajo!- Danny estaba emocionada porque su pedido fue aceptado.

Claro que, ver como la albina estaba feliz y la sonrisa burlona de Hikari hacia su persona, hizo que necesitara relajarse un momento.

-V-Voy al baño un momento- Dijo levantándose y yendo directo a los servicios higiénicos del local.

Al ver como el pelinegro se fue, ambas chicas comenzaron a reír debido a la vergüenza del chico. Sin que Danny supiera, Hikari pensaba (Estúpidamente) que su amiga y su asistente serian una linda pareja.

Una vez en el baño y después de que se refrescara por la vergüenza, Andrés saco su móvil y llamo a su contacto especial para esta clase de trabajos.

-¿Diga?- Se escuchó la voz de Pancho.

-Soy yo, creo que tendrás más mangas nuevecitos si me haces un favor- Explico el oji morado.

-Soy todo oídos, querido- Dijo el peli arcoíris comenzando a escuchar todo.

Una vez termino de explicar, Andrés se despidió del oji negro y colgó la llamada. Salió del baño y vio que ambas chicas habían ordenado más galletas y pasteles, preguntándose dónde demonios cabria tanta comida.

Una vez terminaron sus alimentos, charlaron un poco y pagaron la cuenta, Hikari y Andrés se despidieron de Dannysa, decidiendo el pelinegro de acompañar a la peli-rosa hasta su casa. Al decir verdad hacia mucho frio, la lluvia aun no cesaba y parecía durar hasta mañana.

***

Tanto Sting como Kaien se encontraban comiendo  hamburguesas en un local de una conocida cadena, después de estar un buen rato jugando en el árcade cercano al instituto, al rubio le termino dando hambre y decidió invitar a comer al pelinegro.

Fue gracioso que Kaien fuera malísimo para los juegos, aunque en los de lanzar pelotas para encestar estaba realmente decente. Bueno, no era culpa del pelinegro, siempre fue malísimo para los juegos de consola.

Ahora ambos estaban en la mesa continuando con sus alimentos, cuando en eso el pelinegro decidió preguntar una cosita que le ayudaría a saber un poco más de gustos personales del rubio.

-Y dime Sting…- Trago saliva y soltó su pregunta. -¿Q-Que clase de chicas te gustan?- Soltó intentando de ocultar su notorio disgusto.

El oji azul paro de comer su comida rápida y pensó por unos segundos, decidiendo responder.

-Al decir verdad nunca me lo he preguntado, pero si tuviera que decidir…- Le dio un sorbo a su soda para luego continuar. –Me gustaría una novia que fuera como tú-

Aquello hizo que el pobre pelinegro se terminara atorando completamente, siendo auxiliado por el líder del club de beisbol. Una vez se sintió mejor, decidió preguntar al mayor a que se refería.

-¿A qué te refieres con que sea como yo?- Pregunto algo apenado el oji verde.

-Bueno, eres responsable, inteligente y por lo que he visto no fallas en los exámenes. Aunque creo que las actividades deportivas no son lo tuyo debido a que te vi en gimnasia la anterior vez y parecía que se te saldría el alma cuando estabas corriendo- Explico Sting mientras alguna que otra risa escapaba de sus labios.

Kaien ahora estaba con ganas de que se lo tragara la tierra, ver la linda sonrisa del rubio y que este le hubiera visto en su peor momento (Durante gimnasia) le hacía latir el corazón a un ritmo bastante malo para su salud.

Una vez terminaron, ambos salieron del local y caminaron un poco. Cuando llegaron a la bifurcación de caminos, el oji azul deportista se despidió del oji verde, este último no podía creer que la cita saliera tan… natural.

En ese momento negó con la cabeza varias veces.

-Eso no fue una cita, fue una salida como amigos- Se repitió durante su trayecto con retorno a casa.

***

Ya era de noche en la ciudad, Ren se encontraba haciendo sus deberes en su habitación cuando alguien toco el timbre de la casa. Se preguntó quién seria, ya que su padre tenía la llave y él nunca olvidaba llevarla, además que este iba a salir con su pareja TODA la noche, o eso entendió.

Pensó por un momento que tal vez sería Lu, aunque dudaba que fuera ella debido a la pelea que habían tenido en la tarde por culpa del… asunto. Además, sabía que la oji lila no se disculparía con él así como si nada, se habían dicho cosas muy feas y la termino lastimando.

Bajo las escaleras y se dirigió tranquilamente a la puerta, pero antes de abrirla saco un garrote de madera detrás de donde estaban las sombrillas. Si era ese viejo psicópata de Macao Conbolt no tendría más opción que defenderse si en caso ese sujeto hubiera venido a acabar con su vida.

Abrió la puerta con cuidado, llevándose una  gran sorpresa al ver que no se trataba de ese viejo mala muerte, sino que se trataba del hijo de Aikawa-san, su futuro hermanastro.

-H-Hola- Yoshi traía su uniforme de secundaria además de un paraguas que le protegía de la lluvia. Llevaba una mochila negra en su espalda, y curiosamente una bolsa que llevaba en una mano.

-Hola, ¿Qué ocurrió? Aikawa-san no está aquí- Ren regreso el garrote de madera a su lugar rápidamente, dejando pasar al castaño.

-B-Bueno, estaba de paso para irme a casa ya que tuve que hacer un trabajo  con unos amigos y…- En eso mostro la bolsa con al parecer comida. –Me preguntaba si podríamos… comer juntos- Finalizo un tanto avergonzado.

En realidad esto no estaba en los planes del oji jade, pero su madre le había dicho que sería buena idea que socializara más con su futuro hermano mayor. Y claro, no se le ocurrió mejor cosa que usar el método más fiable para unir a las personas: la comida.

-Claro, no veo porque no-

Ambos fueron al comedor y ahí el azabache vio que Yoshi había comprado hamburguesas, papas fritas y dos sodas. Le pareció raro pero algo considerado, al menos comería bien para cerrar el día… pero ahora que lo pensaba ¿Cómo este sabía que solo estaría él en casa?

No le tomo importancia y acepto el gesto, realmente estaba agradecido por aquello. Fue ahí que decidió preguntar una cosa para librarse de sospechas.

-¿Acaso te da miedo estar solo en casa y por eso viniste aquí?-  La pregunta del azabache hizo que el castaño diera un brinco de sorpresa.

No era cierto, realmente siempre se quedaba solo en casa y estaba tranquilo, solo que esta vez creía que sería buena idea hacer buenas migas con su futuro hermano mayor. El brinco fue porque temía que su plan fuera descubierto, felizmente el heterocromatico no lo noto.

-B-Bueno, no es eso. Solo que bueno, creo que la comida es mejor cuando la compartes ¿No?-

-Supongo que sí, gracias por el detalle-

Fue en ese momento que el oji jade le pareció ver como si los ojos del mayor volvieran a brillar. Ahora que lo pensaba, ¿No estaban sus ojos como apagados cuando le abrió la puerta? Bueno, quizás vio mal y todo eso.

Sin más, ambos agradecieron por la comida y comenzaron a comer.

***

En otra casa, Filia y Pancho se encontraban cenando tranquilamente, aunque parecía que la peli chocolate iba a enterrar su tenedor en la mano del peli arcoíris en cualquier momento, ¿La razón de esto? Sencillo, la chica seguía de mal humor por su encuentro con Mirajane.

El oji negro quería decir algo, pero la mirada amenazante de su prima le hacía temblar. Fue en ese momento que el móvil de la oji miel comenzó a sonar, tras lo cual ella decidió atender la llamada. Abrió los ojos de sorpresa y la expresión siniestra desapareció, contestando rápidamente.

-¿Diga?... ¡Ah, cuanto tiempo!... Sí, yo estoy bien como siempre…- En eso la mirada de Filia paso a Pancho, dibujando esta una sonrisa macabra que le dio mala espina al chico. –Sí, el idiota sigue como siempre… ¡¿Enserio?!... ¿No mientes, verdad?... ¡Claro, solo avísame cuando regreses, tenemos mucho de qué hablar!... Si, tu también cuídate, adiós…-

Listo, ahora Pancho trago duro y su cara paso a estar pálida, solo había unas pocas personas que podían sacar el lado feliz de Filia, y quien acababa de llamar era una de esas, y desgraciadamente la peor de todas.

-Parece que tendremos visitas, Pancho. Será divertido ver qué tal le fue a ella en sus viajes, y dice que está MUY emocionada de verte- Esto último la peli chocolate lo dijo de forma burlona, haciendo que Pancho se estremeciera por completo.

Sabía que este día llegaría, pero no que fuera tan pronto. Si ya con Filia su vida era un infierno, con la otra… preferiría que le metieran 20 vibradores eléctricos por su culo a tener que soportar a ese dúo maléfico.

***

Otro nuevo día empezaba en el instituto como siempre, solo que esta vez el ambiente en el instituto se sentía un poco triste debido a los charcos y las nubes aun grises que persistían desde ayer.

Alex se encontraba escribiendo un poco en su aula de clases, cuando en eso llego a Jack al salón y le saludo. Ambos se sentaron platicar un rato cuando en eso escucharon el cuchicheo de algunos otros compañeros de clases.

-Has oído que ese grupo de indeseables se ha vuelto más activo- Dijo una de las chicas de aquel grupito.

-¿Te refieres a esas idol?- Cuestiono uno de los chicos.

-Sí, esas cretinas. Al parecer ya encontraron la forma de burlar al consejo estudiantil debido a que tienen un grupo de admiradores masculinos que las defienden de las acusaciones- Explico otro de los chicos.

-Para colmo dicen que estos amenazan a las víctimas de esas cretinas bajo amenazas para que nieguen todo. Sí que son un grupo de lo más asqueroso- Finalizo otra chica con gafas.

Al oír eso, Jack no aguanto la curiosidad y le pregunto a su amigo sobre el tema.

-Alex, ¿Quiénes son esas Idol de las que hablan?- Pregunto el castaño-albino.

-Créeme, no querrás saber quiénes son ellas. Solo te diré que las reconocerás ni bien las veas- Explico el peli naranja terminando de dibujar lo que parecía un zorro con varias colas.

***

En otro lugar, una pelinegra se encontraba llegando a su respectivo salón con un humor bastante decaído que no iba con ella. Realmente discutir con su amigo le había hecho mal, pero no se iba a disculpar así porque si ya que el tonto del azabache había roto la promesa que le hizo.

Cuando llego al salón vio que Ren ya estaba ahí, pero se encontraba sentado alejado de ella. Lu no le dio mucha importancia y se sentó donde siempre, no se iba a disculpar a menos que el tonto de mechón blanco lo hiciera primero.

Por su parte, Ren tampoco se iba a disculpar con Lu así como si nada, las palabras de la chica seguían retumbando en su mente, además de las dos bofetadas que la oji lila le había asestado. Lo peor fue que de seguro le había dejado marcado el brazo por el apretón que hizo para detener la tercera bofetada, ahora si ambos no se iban a hablar por un buen tiempo o al menos hasta que la culpa se encargara de hacer caer a uno de ellos.

Fue ahí que el maestro de turno entro, seguido de un nuevo chico que nadie había visto antes. Era bastante apuesto y alto, tras lo cual la mayoría de chicas cayeron un tanto rendidas ante el encanto de aquel chico peli oscuro de ojos tan azules como el mar.

Fue ahí que Ren se le quedo viendo por unos segundos, se le estaba haciendo familiar de alguna parte. Este se presentó ante el resto de estudiantes una vez término la típica palabrería del maestro.

-Mucho gusto a todos, mi nombre es Nakamura Hiroshi, espero que podamos llevarnos bien- Dijo educadamente el chico, provocando que ahora las féminas del aula fueran flechadas por aquel joven alto de piel ligeramente acanelada.

-Muy bien entonces, puedes sentarte al lado de Mizumi- Indico el maestro a donde estaba el azabache de mechón blanco.

Fue ahí que ambos se vieron y sin decir palabra alguna, algo en sus mentes hizo clic.

-El sujeto de ayer/Es el chico de ayer…- Pensaron ambos al reconocer quien era cada uno.

Notas finales:

Asis: Dudas, no olviden dejar Rw.

Nos vemos.


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