Un nuevo día comenzaba, y como de costumbre Andrés caminaba al instituto pero esta vez cargaba con mucho sueño. ¿Cuál era la razón para que el pelinegro tuviera cara de zombi mientras caminaba? Sencillo: La culpa era de su amor platónico, Hikari. El pobre oji morado tuvo pesadillas tras leer ese nuevo proyecto basado en los miembros del club de natación.
-Creo que no los veré con los mismos ojos desde ahora- Susurro Andrés mientras ingresaba al instituto, hasta que…
-¡Andrés!-
El pelinegro sintió un inmediato escalofrió al escuchar la voz de la peli rosa. Este giro la vista y ahí la vio tan feliz que parecía que esta era la misma alegría hecha persona.
-Buenos días, Hikari-san…- Dijo un poco desganado el chico.
-Tengo algo que contarte, vamos-
La oji carmín no le dio tiempo al chico de reaccionar cuando esta le tomó del brazo y fueron a un lugar secreto para que esta le contara la buena noticia. Estos llegaron a la plaza que tenía el instituto, en el cual se encontraban algunos estudiantes conversando tranquilamente.
-Muy bien escucha, ¿Recuerdas el proyecto que hice ayer?- Dijo la peli rosa emocionada.
-S-Si ¿Qué tiene?-
-¡A la editorial le gustó mucho y quieren publicarlo! ¡Además recibiré un aumento!- Chillo Hikari abrazando a Andrés.
El pelinegro estuvo en el cielo en aquel momento, pero no duro mucho ya que la peli rosa le soltó y prosiguió con su charla.
-En fin, espérame después de clases para poder ir comer por ahí y no te preocupes, yo invito. Nos vemos después de clases- Dijo la mangaka caminando cual caperucita por el bosque.
-Sí que se ve feliz, aunque para mí si fue algo perturbador- Menciono el oji morado temblando de solo recordar esa escena.
Andrés se dirigió a su salón y mientras caminaba no podía evitar sonreír como estúpido debido al abrazo que le había dado Hikari, para él era un buen progreso para llegar a ser algo más que un asistente para la peli rosa.
Al llegar a su salón este se dio cuenta de que la mayoría de sus compañeros aún seguían conversando. Este fue a su asiento y una vez sentado, saco de su mochila una libreta para dibujar y no aburrirse hasta que llegara el maestro de turno.
***
En otro salón se encontraba Ren esperando a quien le había llamado ayer por la noche, este estaba emocionado de que su compañera volviera a clases, ya que para él era aburrido no tener alguien con quien pasar el rato.
No fue hasta que la puerta se abrió y dejo notar a una chica de cabellos negros ondulados hasta la cintura y ojos color lila. El azabache levanto la mano para que la chica notara su presencia.
-¡Lu, por aquí!- Dijo emocionado el heterocromatico.
La chica vio la señal y fue rápido hasta su compañero.
-¡Ah, rayos, tiempo que no te veo cabeza hueca!- Menciono feliz la pelinegra abrazando al contrario.
-Ya extrañaba tus insultos aunque no lo creas- Comento Ren riendo.
Lu y Ren tomaron asiento, más que sobretodo porque los demás compañeros de su aula les veían de forma divertida.
-¿Y qué tal te fue? ¿Tu abuelo ya está mejor de salud?- Pregunto el de mechón blanco.
-Sí, mamá y yo nos llevamos un gran susto ya que él no es de enfermarse así de fácil- Explico la pelinegra notando algo peculiar en su compañero. –Veo que ya no es necesario que camufles tu ojo derecho- Comento señalando el ojo azul del contrario.
-Bueno, tarde o temprano todos se enterarían de mi heterocromia, además perdí el lente de contacto negro del ojo derecho- Explico el azabache desviando la mirada.
Justo en ese momento todos los alumnos callaron al escuchar la puerta abrirse y dejar notar a un maestro que todos, ¡todos!, en el instituto respetaban: El maestro de Historia, Laxus.
Los estudiantes tomaron asiento para comenzar la clase, claro que algunos comenzaron a sacar sus cuadernos de apuntes y lapiceros.
-Tengo que contarte algo en el receso. Vayamos a almorzar a la terraza-
-De acuerdo-
Así la clase con el “monstruo” dio inicio para ambos pelinegros.
***
La hora del receso dio inicio, pero cierto peli arcoíris tenía como misión informarle de algo al maestro del club de Artes Marciales. Este llego al salón designado para ese club, encontrando al maestro Gildarts leyendo una revista.
-Gildarts-sensei, tengo que decirle que Filia está enferma y no vino el día de hoy- Explico Pancho al adulto.
-¿Con que está enferma? Ya veo. Bueno no pasa nada, espero que ella se mejore- Dijo el peli naranja regresando a su lectura.
El oji negro salió del salón aun preocupado por el bienestar de su prima. Por mucho que ambos pelearan y que este recibiera gran cantidad de puñetazos, patadas, llaves, entre otros, este detestaba verla tan deprimida y molesta.
-Ya veré como animarla- Menciono Pancho dirigiéndose a la cafetería para comprar un bocadillo.
***
En la terraza del instituto, Ren y Lu habían llegado para comer y de paso, que el azabache le contara a su compañera algo importante.
-¡¿Cómo que la mujer con la que sale tu padre tiene un hijo?!- Exclamo la pelinegra casi ahogándose con su comida.
-Baja la voz- Dijo el de mechón blanco dándole una botella de agua a su amiga oji lila. –Créeme que me agarro de improviso, y encima hoy mi padre les invito a cenar, así que lo conoceré- Explico el heterocromatico comiendo su onigiri.
-Pareces tranquilo, ¿Ese chico es mayor o menor que tú?- Pregunto Lu tomando con sus palillos una salchicha de su bento.
-Menor por dos años, eso es lo que me preocupa- Menciono Ren tomando de su botella de agua.
-¿Acaso te preocupa que te vea como un delincuente por tus ojos? Porque créeme que yo pensé lo mismo cuando te conocí- Explico la pelinegra riéndose.
-¡Ahora si te mato!-
El azabache sin dudarlo comenzó a estrangular a la oji lila, mientras esta intentaba zafarse y salvar su vida antes que ese heterocromatico acabara con la suya.
-L-Lo siento, déjame v-vivir- Menciono a duras penas Lu.
Ren la soltó y continúo comiendo su onigiri.
-Ahora que caigo, ¿Qué paso con “tú ya sabes”?- Pregunto el de mechón blanco.
-Créeme, agradezco haber terminado con todo eso de una vez, me di cuenta que bueno… estaba interesada en ese chico peli azul que te conté- Explico la pelinegra algo decaída.
-Lamento que no funcionara como tú creías Lu, pero las cosas pasan por algo. Además recuerda que ella nunca me dio buena espina desde un principio- Menciono el heterocromatico.
-Ya lo sé… pero…- En eso los ojos lila de Lu se llenaron de algunas lágrimas. –Incluso me llegue a ilusionar sabes… y cuando trataste de hacerme ver la verdad, te trate realmente mal…- Continuo la oji lila cuando fue abrazada por su compañero.
-Eso es agua pasada Lu, lo importante es que te diste cuenta a tiempo- Menciono Ren separándose de su amiga y ofreciéndole un trozo de papel higiénico que la contraria acepto con gusto.
-Gracias ojos raros- Dijo la pelinegra haciendo que nuevamente su compañero se enojara y esta riera por su travesura.
Todo esto, sin querer, fue visto y tomado en fotos por cierta peli rosa que había subido a la terraza para comer con algunos compañeros.
-Esto me servirá para futuras escenas dramáticas- Pensó Hikari guardando su móvil con el que había tomado las fotos.
-Hikari-san ¿ocurrió algo?- Pregunto una de las chicas que acompañaban a la oji carmín.
-No nada, solo fue número equivocado-
Hikari regreso con sus compañeras de clases mientras esta reía por la cantidad de ideas que tenía gracias a esas fotos.
Pero mientras una persona se encontraba feliz, alejado de la multitud se encontraba Nanatsu mirando su móvil. Este estaba nervioso viendo la hora, solo faltaban un par de horas para que las clases finalizaran y el tuviera que reunirse con “esa” persona.
-Rayos, si alguien se enterara de esto…- Susurro el peli purpura guardando el móvil y retirándose a su salón.
Ya la suerte estaba echada, sus acciones fueron las que lo llevaron a esa situación.
***
-Bien, para la siguiente semana recuerden entregar su reporte- Dijo el maestro de turno en el salón de Andrés.
El pelinegro guardo sus cosas y saco su móvil, notando que había un mensaje de Hikari.
-“Estoy en el salón 3-2, espérame afuera, salgo en 15 minutos”- Decía el mensaje de la peli rosa.
El oji morado sonrió y fue rápido al salón ubicado en el tercer piso del instituto. El chico llego al piso y fue pasando viendo las aulas: el laboratorio de ciencias con algunos estudiantes aun en clases, el club de teatro estaba ensayando una obra, la sala de computadoras recibía a algunos estudiantes que iban a hacer trabajos, en el salón 3-4 se podía ver por la puerta entrecerrada a un estudiante y un maestro al parecer besándose, el salón 3-3 estaba vacío…
-¡¿Un momento?! ¿Qué diablos…?-
Tan rápido como el rayo e influenciado por la curiosidad, Andrés regreso a ver por el pequeño espacio abierto de la puerta y ahí vio, para su asombro y espanto, al maestro Dreyar y a uno de los miembros del club de natación… Nanatsu.
-¡¿Qué coño?!- Pensó el pelinegro al ver toda la escena con los ojos bien abiertos.
El maestro Laxus tenía arrinconado a Nanatsu contra la pared y este le besaba sujetándole del mentón, al parecer el peli purpura no se resistía. No fue hasta pasado unos segundos en el que el oji azul se vio en la necesidad de separarse del rubio.
-C-Con eso basta, ¿No, sensei?- Menciono Nanatsu con las mejillas rojas y jadeando.
-Por esta vez sí, solo asegúrate de seguir obedeciendo tan educadamente hasta ahora- Dijo el oji verde saliendo del salón, dejando a un avergonzado y molesto peli purpura.
-Maldición… ¿En qué demonios me metí?- Pensó para si el oji azul saliendo también del salón asegurándose de que nadie lo vio.
Para mala suerte de Nanatsu, alguien si llego a ver todo…
-Creo que no olvidare eso fácilmente- Fue lo que pensó Andrés escondido.