*Esa misma noche…*
-Bien Andrés, necesito que le des una ojeada a esto- Menciono la peli rosa extendiéndole un manuscrito a su asistente.
-¿De qué trata esta vez, Hikari-san?- Pregunto el pelinegro con algo de miedo.
-¿Recuerdas a Eugeo? ¿Con el que fuimos hoy a almorzar?-
-Sí, ¿Por qué la pregun…?- En eso el oji morado se dio cuenta de la trampa. -¿No me diga que él también es una fuente de inspiración para usted?-
-Así es, resulta que tiene un novio y justo me comento que iba a salir con él esta noche-
-Y usted, ¿No me diga que…?-
-Cállate y disfruta- Dice ella dándole algunas hojas al chico, el cual comienza a leerlas.
*-w-*
Un hombre apuesto de cabellos naranjas descendía por unas escaleras con una lámpara en la mano izquierda. Después de un agotador día de trabajo, era la hora de relajarse ¿No lo creen?... bueno, este hombre en particular tenía otro tipo de “diversiones”.
El peli naranja llego a una puerta, y ni bien este la abrió pudo divisar su bella habitación de entretenimiento. Todo estaba tal y como él la dejaba: los “juguetes” estaban sobre la mesa de noche al igual que los “perfumes”, el espejo estaba frente a la cama. Y finalmente, además de importante, su querida presa estaba amarrada en la cama, totalmente desnudo, con los ojos vendados y amordazado.
En el cuerpo de aquel chico rubio enrulado se podían apreciar marcas de mordidas y de lo que parecían hechas por un látigo o fusta.
El mayor sonrió y se acercó donde estaba su tan deliciosa presa.
-Es lindo ver que me esperes listo- Dice el peli naranja pasando su dedo por la suave piel del joven, el cual se estremeció con aquel toque.
El mayor sonrió pícaro y le quito la mordaza y la venda de los ojos al rubio, dejando ver los ojos azulados acuosos del menor.
-P-Por favor… no más… ya lo hicimos 3 veces hoy- Dijo jadeante aquel chico.
Este inmediatamente chillo cuando el mayor apretó fuertemente su miembro.
-¿Cuántas veces te he dicho que debes obedecer a tu amo?-
Para el horror de aquel joven, los ojos del más alto pasaron a color rojo mientras unos colmillos se manifestaban en su boca.
De un momento a otro, el peli naranja ya se encontraba embistiendo salvajemente al pobre rubio provocando los rechinidos de la cama y que el chico tuviera la boca entreabierta con una hilera de saliva escurriendo de las comisuras mientras algunos gritos de dolor escapaban de su boca.
-Te lo dije muchas veces, no contradigas a tu maestro-
De un momento a otro el peli naranja clavo sus colmillos en el cuello del chico, provocando que este chillara más fuerte al mismo tiempo que el mayor terminaba llenando su interior. El pobre chico oji azul volvió a caer en la inconsciencia mientras el mayor sonreía maléficamente.
-Eres una presa muy rebelde, pero te voy a adiestrar como es debido- Soltó mientras los ojos rojos volvían a su color habitual.
*-w-*
El pobre pelinegro termino desmayándose debido al shock, mientras la peli rosa le veía algo molesta.
-No puedo creer que se desmayara de nuevo- Dice la chica cruzando los brazos. –En fin, es hora de una botana nocturna, espero haber guardado uno de esos fideos instantáneos-
Tras lo dicho, Hikari fue rumbo a su cocina para poder comer algo, dejando a su asistente en el suelo mientras decía cosas no evocables.
***
Al día siguiente, la rutina era la de siempre para los estudiantes.
Pancho iba a acompañado de su prima, a la cual logro convencer de ir a clases o sus tíos se enojarían con ella. A regañadientes, la peli chocolate acepto ir ya que si su padre se enteraba, le reduciría la pensión mensual que le entregaba para gastos, o peor aún, la haría regresar a casa.
Ninguno de los dos se dirigió la palabra hasta que se separaron para ir a sus respectivas clases. Esto hacía sentir mal al pobre peli arcoíris.
-Solo espero que no cause problemas, si mi tío se entera que ella estuvo faltando, la que se va a liar- Soltó temblando el oji negro de solo recordar los enfrentamientos padre e hija que tenían esos dos de cabello chocolate.
Decidió mejor distraerse de esos pensamientos pesados, quizás acosando al equipo de futbol para tomarles fotos comprometedoras o robarles la ropa interior. Todo sea por tener algo de dinero.
Por su parte, Filia pensaba exactamente lo mismo de meterse en problemas con su progenitor, ella se llevaba bien con su padre, pero no deseaba pelear verbalmente con él ¿La razón? De seguro estarían discutiendo por horas.
Ni bien la oji miel llego a su salón, sus compañeras se acercaron a ella.
-Filia, ¿Por qué faltaste en estos días?- Pregunto una.
-Le entregamos los deberes a tu primo, ¿Te los dio?- Menciono otra.
-Sí, no se preocupen. Gracias por preocuparse por mí- Dijo la peli chocolate sentándose en su lugar y charlando un rato con sus compañeras mientras el maestro de turno aun llegaba.
***
*A la hora del receso, en la azotea*
-¡¿Qué se van a casar?!- Dijo sorprendida Lu.
-No es necesario que grites, y si, si se van a casar- Explico Ren bebiendo de su botella de agua.
-¡Guau! Qué lindo, tendrás una nueva madre y hermano, ¿Pero porque luces como si eso fuera una mala noticia?- Pregunto la pelinegra algo confundida al ver el rostro de su amigo.
-Supongo que debería estar feliz, pero esto es demasiado repentino, no tengo nada en contra de que papá rehaga su vida y eso, pero lo que me dijo después de la cena es algo problemático…- Explico el azabache con tono cansino.
-¿Y eso es…?- Cuestiono la oji lila
-Papá dijo que debería pasar más tiempo con el hijo de Aikawa-san, el problema es que no sé qué hacer con él, recién acabo de conocerlo anoche, es repentino que me pida eso-
-Bueno, de seguro lo hace para que vayan acostumbrándose. Por como lo describiste, parece que es como uno de esos ratoncitos de biblioteca- Menciono Lu comiendo de sus galletas.
-No sé qué hacer, esto es jodidamente frustrante-
-Oye, dijiste que tienes la competencia del fin de semana ¿Verdad? ¿Qué tal si le invitas a ir?- Propuso la pelinegra.
-¿Y crees que eso funcione? No parece de esas personas que le guste los deportes- Menciono el heterocromatico.
-Por supuesto que funcionara, ¿Cuándo algunos de mis planes a salido mal?- Pregunto la oji lila.
-¿Enserio quieres que te haga recordar? ¿Recuerdas el proyecto de ciencias? ¿O cuando jugamos en el online? ¿O cuando quisiste poner una bomba apestosa en el auto de la maestra?-
-¡Basura!- Dijo molesta la chica comenzando a tirarle manotazos a su amigo.
Por otra parte en la azotea, Zele estaba conversando con sus compañeros de salón cuando en eso recibió una llamada y tuvo que ir a contestarla en privado.
-¿Hola?- Pregunto el albino.
-Zele, cuanto tiempo sin escucharte- Dijo una voz femenina del otro lado.
-¿Luka? ¿Eres tú?-
-¡Sí! ¡Al fin termine mi viaje de negocios y estaré de regreso mañana!- Explico la chica.
-¿Enserio? Qué bueno, ¿Y regresaras a trabajar a la editorial ni bien llegues?- Volvió a preguntar el oji azul.
-¡Claro que no! ¡Tendré un día de descanso y me reincorporo el día siguiente!- Explico Luka cuando en eso tocaron la puerta de su habitación de hotel. –Tengo que colgar, más te vale no haber roto nada de la casa y no haberte excedido en gastos, ¿Me oíste?-
-Sí, mamá…- Dijo Zele en tono cansino finalizando la llamada, no sin antes decirle un “cuídate” a su querida amiga.
Suspirando, el chico regreso con sus compañeros mientras pensaba que quizás debería comprar algo para cuando darle la bienvenida a su compañera.
-¿Quién te llamo, Zele?- Pregunto uno de sus compañeros.
-Una gran y problemática amiga- Fue lo simple que dijo el albino medio burlón.
***
Las clases al fin habían terminado y era hora de irse a casa. Lo que tenían club iban a sus respectivas aulas para empezar las actividades extracurriculares, y justamente Filia iba de camino al salón del club de artes marciales.
Ni bien esta llego, fue recibida por el maestro Gildarts.
-¡Quinzel! Me alegro que te sientas mejor- Dijo el peli naranja acercándose a la chica.
-Siento preocuparlo, sensei. No me he sentido bien en estos días, pero he vuelto con las pilas recargadas- Menciono la peli chocolate con rostro serio.
Y eso era verdad, las actividades del club le ayudarían a sacar el resto de ira que tenía en su interior, por supuesto que trataría de no pasarse o mandaría a sus compañeros a enfermería.
-En ese caso ve a cambiarte, empezaremos con la practica en unos momentos-
La oji miel asintió y fue a cambiarse, por su parte el adulto veía que la chica parecía sentirse incomoda o algo por el estilo, pero asumió que debían de ser temas personales.
***
Por otra parte, las hermanas Strauss iban caminando de regreso a casa, cuando en eso la menor de ambas decidió preguntar una cosa.
-Mira-nee, ¿Sigues molesta con papá?- Pregunto Lisanna, la hermana menor de Mirajane.
-Gracias a él y su “figura ética” tuve que romper mi relación con Filia, ¿Crees que sigo molesta?- Dijo con ironía la albina mayor, pero no sonando enojada.
-L-Lo siento Mira-nee, sé que ambas se querían mucho y todo eso…-
-No tienes de que disculparte Lisanna, es nuestro padre quien tiene la culpa, espero poder hablar con Filia cuando él se vaya de nuevo de viaje- Explico la oji azul.
-Ojala, es una buena chica, y al decir verdad tiene ese gusto por las artes marciales como tu durante la secundaria. No es justo que se separaran-
-Lo sé, gracias por animarme-
Tras esto, ambas hermanas continuaron con su camino de regreso a casa.
***
Andrés se encontraba esperando a que Hikari saliera de sus clases cuando en eso su móvil empezó a vibrar. Reconoció el número como el de su contacto para las fotos que necesitaba para la inspiración de la peli-rosa, contestando la llamada.
-¿Qué se te ofrece?-
-Estamos en problemas- El peli arcoíris sonaba nervioso.
-¿A qué te refieres?-
-¡El consejo estudiantil! ¡La presidenta regresa mañana y eso significa que todos los miembros también!-
-Sigo sin entender porque sería un problema- Andrés ahora estaba confundido.
-El consejo me anda cazando todo el día, soy su enemigo natural desde que comencé este negocio. Sera demasiado difícil para mí tomar fotos sin que el consejo este merodeando por ahí-
-Bueno, suerte con eso. Sin embargo, dudo mucho que te atrapen, siempre logras escapar o eso he oído por parte de otros estudiantes-
-Jejeje, me encanta agarrar de ingenuos a los miembros del consejo, especialmente a ese chico Akatsuki, siempre que intenta atraparme termina haciendo el ridículo-
-Ya entendí, te llamare cuando necesite tus servicios. Hasta luego-
-¡Adiós!-
La llamada finaliza y es ahí cuando el oji morado ve a su interés amoroso y jefa llegar.
-Siento el retraso, tuve que dejar unos apuntes para el maestro- La peli-rosa rebusco en su maleta y saco un envase de jugo. –Toma, acéptalo como disculpa-
-G-Gracias- Andrés la recibe, interiormente estaba brincando de alegría por el lindo detalle.
Un rato después, ambos chicos caminaban al departamento de la peli-rosa para poder escribir. Fue ahí cuando la chica decidió preguntar cierta cosa a su asistente, el cual bebía felizmente el jugo que le había obsequiado la oji-carmín.
-Andrés, sé que esto no me conviene tus asuntos personales, ¿Pero cómo te llevas con tu familia?-
Al escuchar la pregunta, el chico paro de beber el jugo y miro a la chica, esta última tenía una expresión seria en su rostro.
-¿A qué te refieres, Hikari-san?- El pelinegro parecía curioso e incómodo.
-Te escuche cuando hablabas con tu madre la otra vez que te quedaste en mi casa, ¿Acaso no te llevas bien con ella?- La peli-rosa esperaba que el contrario le respondiera, notando la incomodidad del contrario por la pregunta.
-N-No es nada, solo tuvimos una pequeña discusión- El oji morado esperaba no más preguntas, no le gustaba hablar de su vida familiar.
-Si tú lo dices, espero y no me estés mintiendo. Cambiando de tema, escuche que el consejo estudiantil volverá a funcionar con normalidad a partir de mañana-
-¿Quién se lo conto, Hikari-san?-
-Unas amigas, he oído que algunos miembros del consejo estudiantil tienen secretos oscuros…-
Andrés pudo notar un rostro sugerente y travieso venir de Hikari. Inmediatamente le dio mala espina aquella expresión.
-Hikari-san, ¿No sugerirá…?-
-Lo que piensas, intentaremos averiguar que secreto tienen algunos miembros del consejo. Y casualmente tengo a la primera víctima en mente…-
-Señor, protégenos- El pelinegro rogaba interiormente que no tuvieran problemas con la “magnifica” idea que había tenido la peli-rosa.
-Por cierto, ¿Te quedaras a cenar? Tengo ramen instantáneo-
-Seguro…- Acepto sin más. -¿Es que Hikari-san no puede cenar como persona normal?-
Ambos chicos continuaron con su caminar hasta su destino, una deseosa porque llegara mañana y el otro con las ganas de enfermarse ese día.
***
La noche iba tranquila para la mayoría de personas, con la excepción de cierto peli purpura que se encontraba en su habitación haciendo la tarea. No es que esta fuera tan difícil, pero enserio odiaba hacer literatura.
Fue en eso que recibió un mensaje de texto, esperaba que fuera de algunos de sus conocidos, pero desgraciadamente era de esa persona que lo tenía chantajeado. Dudo unos minutos si leer o no el mensaje, abriéndolo al fin de cuentas y leyendo el contenido.
-Te espero mañana después de clases, en el café cercano a la librería Buzan*. Se puntual-
El escalofrió que recorrió su espalda no era normal, era raro que le citara después del horario de clases, ¿Qué pretendía Laxus ahora? Interiormente rogo que no fuera nada que atentara contra su integridad física, aunque siendo sincero consigo mismo, prefería los besos contra su voluntad que aquellas palabras picaras y sugerentes que le decía el adulto. Le hacían sentir… completamente extraño.