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Acorde Gemelo por andherezu_rosui1

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Notas del capitulo:

Hol@

Les actualizorapido el dia de hoy...

Lean y disfruten!

 

La fiesta había inundado inmediatamente sus oídos con música, la intensa luz que iluminaba el salón de baile por un momento lo cegó. Odiaba las fiestas. Alcanzo a notar como sus hijos menores se tensaban inmediatamente después de reconocer a su madre y a él. No era de extrañar esa reacción, pues sus tres hijos no la habían visto desde hacía más de un año, Mikoto se mantenía muy ocupada por los negocios de su editorial, había estudiado periodismo con la esperanza de convertirse en una corresponsal internacional, sueño que la llevo a crear una empresa editorial al no encontrar oportunidad en ninguno de los periódicos más reconocidos de Japón, y convertirse en la directora de la misma, razón por la cual rara vez la veían pero cada que regresaba a casa era como si solo se hubiese ausentado por un día, pues siempre saludaba a sus hijos como si estos no se sintieran como extraños cada vez que la miraban.

Estaba claro que para los tres chicos su presencia era irrelevante, pues desde muy pequeños se independizaron por la ausencia de su madre, en cambio la responsabilidad de educarlos había caído en su hija mayor, quien con ayuda de Itachi habían suplantado el papel de padres para los gemelos.

Pues los mismos respetaban más a su hermano que a él, Incluso si esto debería molestarlo, no lo hacía pues sabía que era lo mejor en esas circunstancias, el matrimonio que mantenía con Mikoto era solo de apariencia y ella misma lo aceptaba, tal vez en algún momento antes de casarse con ella imagino la pequeña posibilidad de ser una familia y de amarlo, incluso Mikoto se lo había insinuado un par de ocasiones, pero eso era imposible, el jamás podría corresponder ese sentimiento ahora muerto en su esposa.

***

Mikoto se había acercado a Itachi primero mientras este le sostenía la mano y depositaba un beso en ella acompañado con una reverencia de respeto, los gemelos más renuentes que obedientes, se acercaron unos minutos después de ser llamados por su hermano, ya que no habían reaccionado a la presencia de su madre. Fugaku llego justo a tiempo para escuchar el estoico saludo de ambos chicos y la reticencia que mostraron al notar su presencia, no pasó desapercibida para su madre. Era más que evidente que no lo soportaban.

-Ha sido mucho tiempo, madre…- Dijo Sakura mientras se inclinaba en una reverencia, Sasuke repetía el proceso mientras decía- No esperábamos verla esta noche…

-Era evidente, que no…- Respondió algo melancólica por la indiferencia e incomodidad de sus hijos para con ella, no era fríos, pero si distantes y eso a pesar de ser su culpa dolía, lo peor de todo era esa asquerosa actitud imperturbable que los hacía tan parecidos a su padre, tan arrogantes y seguros que era imposible penetrar a la primera la pared invisible que les separaba.

Comenzó a recordar las acciones que desencadenaron las actitudes de sus hijos de ese modo…

**

Cuando se embarazo por primera vez de su esposo su ilusión de crear una familia enseguida se destruyó, ya que Fugaku le dijo en incontables ocasiones que ya era hora de que hubiera un heredero, Fugaku jamás le había prestado ninguna atención mientras estuvo en cinta con saber que su heredero crecía sano era más que suficiente, y ella misma comenzó a desarrollar cierta indiferencia por su hija cuando esta nació inmediatamente fue dejada a  cargo de una institutriz que la crio y se ocupó de cuidarla mientras, ella se dedicaba a alcanzar su sueño, abandonándola en el proceso.

Cuando la volvió a ver, la niña tenía cuatro años, era preciosa de cabello y ojos negros como la noche rasgos que compartían su esposo  y ella en la niña y por un breve instante se sintió orgullosa de que fuera su hija, pero su perpetua lejanía la hizo darse cuenta de que la niña no la llamaba “mama” sino que se dirigía a ella como Oku-sama*, era formal con ella pero jamás sintió la necesidad de acercarse a ella por alguna caricia, en cambio las recibía todas de su institutriz, y supo que era demasiado tarde para recuperar a su hija, por lo que decidió intentarlo de nuevo con Itachi lo mantuvo con ella a donde iba, pero no paso del primer año de vida del niño, pues su vida ajetreada no le permitían cuidar de él y nuevamente lo dejo a cargo de la misma mujer que había cuidado de su hija, pero está enfermo y pronto se vieron con la realidad de que había muerto, después de todo era una mujer mayor, sus hijos tenían 6 y 2 años respectivamente cuando ese evento desafortunado aconteció sobre sus vidas, la lloraron, la enterraron y entraron en duelo como si en realidad fuera su propia madre la que había muerto.

Aun recordaba el funeral, recordaba perfectamente como Shizune tomaba la mano del pequeño Itachi mientras cubría su rostro lagrimoso frente a la tumba de la institutriz, se había acercado para de alguna manera reconfortarlos pero la pequeña en cuanto la vio acercarse había limpiado su rostro, hecho una reverencia y tomaba el camino de vuelta al coche que les llevaría a casa no le había dirigido ninguna palabra, solo una mirada de completa indiferencia.

No paso mucho tiempo para que Fugaku llamara a otra institutriz para sus hijos pero ambos niños habían decidió que por ellos mismos estarían mejor y ahuyentaron a cada mujer que llego a su casa para cuidarlos, hasta que Fugaku acepto que ellos podían valerse por sí mismos para variar.

Cuando los gemelos llegaron la historia se repitió, la incapacidad para cuidar de sus hijos  la habían llevado a preguntarse si ella podría ser alguna vez una buena madre, pero lo dudaba, y la realidad le golpeo en la cara, cuando nuevamente Shizune se hizo cargo de los menores con ayuda de Itachi, ambos tenían siete y tres años cuando tomaron la responsabilidad de cuidar a los gemelos y totalmente resueltos a  hacerlo bien.

De vez en cuando, llegaba a casa tarde por la noche, y escuchaba ruido en la habitación de los bebes, se acercaba a ver qué pasaba y se encontraba con su hija en pijamas atendiendo a los más jóvenes como toda una hermana mayor… No, más bien como una madre, cantaba para ellos en un susurro para que ellos se durmieran mientras les arrullaba. Cuando se dio cuenta sus hijos estaban fuertemente unidos entre ellos, se reían y bromeaban cuando creían estar solos pero cuando Fugaku o ella aparecían ante su presencia se volvían indiferentes y serios y no les culpaba por ello.

Shizune era la heredera, la que mantendría las empresas Uchiha a flote y se encargaría de hacerla más poderosa de lo que ya era, pero sin darse cuenta ella tenía sus propios planes y sueños que secretamente había escondido de su padre, la joven de 17 años, era hermosa, llevaba el cabello largo hasta la cintura, su piel era pálida como la de ella misma y era encantadora para cualquiera que la conociera, cuidaba y quería a sus hermanos con dedicación y este afecto era regresado en igual cantidad en especial por Itachi que simplemente la adoraba, cuando él la miraba era como si viera al más hermoso ángel que jamás existió, acostumbraba a cepillar su cabello, costumbre que Sasuke adopto con Sakura tiempo después, la joven estaba a punto de graduarse del instituto, había sobresalido en todo durante su estadía, era popular y querida por cada alumno de la escuela y sobre todo admirada. Pero justo antes de que ella pudiese graduarse Fugaku había descubierto su secreto.

Él quería que su hija fuese fuerte, astuta y hasta fría, con el temple digno de un Uchiha, como la heredera de su empresa se veía obligada a mantener una imagen fría  y distante, pero la sensibilidad de su hija, era imperdonable una debilidad, sin embargo Shizune era talentosa amaba la música y había formado su propia banda y creado su propia música, para Fugaku eso era el peor insulto jamás dado a su persona, odiaba la música por que le recordaba su pasado, no permitiría a su heredera ser débil como lo fue el una vez.

-“Si supiera”- Se dijo así misma sínicamente siguiendo el hilo de sus recuerdos…

*

La recluyó en la mansión la alejo de su guitarra y la música, le prohibió ser débil, pero su hija con la misma fuerza se negó a ser cautiva de su padre repudiando su nombre, como consecuencia abandono su hogar, lloro por Itachi y los gemelos, quienes se limitaron a ser simples observadores de las circunstancias por pedido de la mayor.

Itachi le pidió ayuda para proteger a su hermana pero ella temerosa de lo que pudiese pasar no hizo nada, otro error que lamento días más tarde, cuando se enteraron del accidente de tráfico que involucraba a la joven heredera, Fugaku fue quien supo primero del incidente y con la más grande indolencia les dijo que había muerto. Los tres chicos habían quedado devastados, en especial Itachi que solo la miro con mucha decepción al ver su incertidumbre.

Fugaku se limitó  a llevar a cabo el sepelio de la joven con la soltura que aquello implicaba, y ella se juró que algo así no pasaría de nuevo, no si ella podía evitarlo. Los tres jóvenes restantes se tornaron apáticos, fríos y hasta cierta forma resentidos.

Aun así sabía que su hijo mayor Itachi, no la culpaba por nada, él sabía que de cierta forma siempre estaba con ellos, aun sin estar presente sus pensamientos eran dirigidos a ellos, cada vez que miraba los videos de sus hijos en alguna presentación no podía sentirse más orgullosa, la música que odiaba Fugaku y que ella amaba con todo su corazón era lo que mantenía un pequeño lazo con sus hijos, aun si estos no sabían que estuviera al tanto de sus movimientos, ella lo sabía y haría lo que fuese para que Fugaku no lo descubriera.

No quería perder a nadie más de su precaria familia, su primogénita había enfrentado la ira de su padre debido a la música y que sus chicos repitieran la historia, la dejaría devastada.

No permitiría que sus hijos sufrieran esta vez, no quería ver decepción en los ojos de Itachi de nuevo, no podría soportarlo. Había tomado decisiones erróneas en el pasado, con la esperanza vana de que el mayor reaccionaria y recordaría su propio pasado, y que por fin se daría cuenta de que se había convertido en aquello, que odiaba cuando lo conoció.

Pero con el paso de los días, que pronto se volvieron años lo tuvo claro Fugaku, jamás cambiaria, incluso si en el fondo el recuerdo de su yo pasado aun lo atormentaba, y decidía que se había equivocado en su interior, nunca lo diría honestamente su orgullo era apabullante y admitir algo así sería una humillación mil veces más grande que la insolencia de sus hijos.

**

Con toda su nostalgia presente, el ambiente se tensó al grado de que los gemelos decidieron que era hora de tomarse un respiro, por lo que se alejaron sin ningún cometario hacia la pista de baile, vistos por su madre, que era abrazada conciliadoramente por Itachi.

Él sabía que su madre tenía sus razones para haberse mantenido alejada de ellos como lo venía haciendo desde que tenía memoria, en su momento el también sintió rechazo hacia ella antes de descubrir su verdadera identidad, para él su hermana había sido su figura materna y resultaba lo mismo para los gemelos, al perderla sintió mucha soledad pero se dijo a si mismo que era él, quien debía apoyar a los menores para que su padre no estropeara sus vidas como lo había hecho con su hermana unos años atrás.

Mientras bailaba con su madre Itachi pudo ver como su anfitrión se acercaba a saludar a su padre y por un segundo tuvo un mal presentimiento, no podía escuchar lo que hablaban pero era evidente que algo habían dicho que había provocado la atención del mayor, pues después de fijar su atención en los menores Uchiha que ahora se dirigían hacia la mesa de las bebidas, indiferentes de las miradas escrutadoras que su padre les mandaba, de pronto su mirada fría se dirigió a él, se encontraron de manera que el entendimiento de que el otro ocultaba algo fue más que suficiente para que el moreno sacara conclusiones que no parecían pronosticar nada bueno.

 

El mayor siguió la conversación con su anfitrión sin perder detalle de nada, descifrando cada reacción del mayor de sus hijos y estaba claro que algo no le satisfacía del todo, y el encontraría las respuestas a todas sus preguntas aun a causa del silencio de sus hijos.

Su anfitrión Orochimaru, se mantenía hablando con él desde que habían llegado, apenas le había mostrado atención a lo que decía, atento a las inusuales reacciones de su hijo mayor, de lo poco que había escuchado era que la esposa del hombre llegaría más tarde pues esa noche se había cruzado con un trabajo que le fue imposible rechazar alegando que era una oportunidad única.

De repente, Orochimaru se apartó de él mientras se dirigía con mucha emoción hacia una mujer morena vestida de morado, que iba del brazo de un joven rubio de ojos azules en esmoquin blanco y llevaba el cabello largo suelto sobre su espalda.

Sintió nostalgia, al notar el color profundo de sus ojos, un sentimiento extraño pensó. Puso más atención sobre la pareja, hasta que se dio cuenta de que lo miraban y se dirigían a su encuentro, Orochimaru fue quién hizo las presentaciones.

-Fugaku-san, es un honor presentarte a mi esposa Anko Mitarai- Dijo mirándolo a él para después dedicarle una mirada de ternura a su esposa que le devolvió el gesto con una sonrisa cálida y reconfortante. Y dijo a esta- Querida él es Fugaku Uchiha nuestro nuevo socio en el grupo Hebi

La mujer lo miro atenta y después de sonreírle educadamente y estirando su mano para estrechar la suya le saludo de manera formal.

- Es un placer conocerle Fugaku-san, mi esposo me ha dicho que ha sido un gran tino hacer una fusión son su grupo, espero y no se haya equivocado –Dijo la mujer a manera de broma por lo que ignoro el comentario, le dio un beso en el dorso de la mano a forma de saludo evitando estrecharla como si se tratara de un hombre, y fijo su atención en el joven que permanecía aun lado de la mujer en silencio. Al notar su atención Anko procedió esta vez a presentar al joven.

-Discúlpeme por no haber estado aquí a tiempo para poder recibirlo como es debido en mi casa, pero no he podido persuadir a mi acompañante antes de venir. -Hizo una pausa- Por lo que tuve que pedir un poco de ayuda.-Dijo recordando cómo había pedido a sus padres que le obligaran a acompañarla a la fiesta- Permítame presentarle a este joven es muy talentoso... –Decía la mujer mirando al chico rubio- Su nombre es Namikaze Deidara…

Justo en el momento que escucho su apellido, sintió un escalofrió recorrerle la espalda ¿Namikaze? Había dicho, el conocía ese apellido y sintió furia al escucharlo de nuevo, pero algo más se arremolino en su pecho y eso era nostalgia y tristeza emociones selladas en su corazón hacía mucho tiempo, y con todo el autocontrol que le conferían años de práctica disimulo su repentino mar de emociones a la perfección.

El chico lo miro, mientras estrechaban sus manos en un cordial saludo y procedía a presentarse a sí mismo.

-Mucho gusto en conocerle, señor Uchiha, Madame Anko me ha invitado para poder tocar esta noche en honor a los nuevos eventos- Dijo fluidamente el joven rubio mientras alzaba un estuche que seguramente era el de un violín como para hacer énfasis en lo que había dicho.

-Este chico es muy famoso sabia, es un honor haber podido estar en el mismo escenario el día de hoy. - Dijo la mujer muy satisfecha

Ahora recordaba que Anko Mitarai era una famosa cantante de ópera, su voz había sido la responsable de ganar el corazón de Orochimaru a pesar de ser mucho mayor que ella, se habían casado y ahora tenían un hijo y una familia de las más respetadas y qué decir de acaudaladas de todo Japón, razón que lo había llevado a unirse a ellos con el propósito de expandir las empresas Uchiha, aunque fue una decisión muy tediosa eran negocios y las costumbres de sus socios no eran su problema siempre y cuando pudieran invertir era bien recibido.

Le resto, importancia a la música o talento que pudiese tener aquel joven. Saber a ciencia cierta que era hijo de aquella persona, lo desoló y sobre todo lo hizo odiarlo. Nada de lo que pudiese oír de él le importaría, sin embargo debía mantener las apariencias y parecer alagado por lo que sea que fuera a hacer el joven en el estrado dispuesto en el salón de fiesta.

Notó como la mirada del joven se distraía sobre algo en la pista de baile y pensó que miraba el lugar donde suponía tocaría su instrumento, pero al notar un sonrojo en él supo que no miraba “algo” sino a “alguien”, he intrigado dirigió su mirada en la misma dirección que el rubio y la encontró directamente con unos ojos ónice igual a los suyos, la mirada de sorpresa de su hijo mayor y el desconcierto de el mismo ante los hechos lo impactaron de repente.

Continuará…

Notas finales:

Vamos a la que sigu!!


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