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Hominum por an_cafe_nyapyy

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La cena fue otra prueba a mi paciencia. La noticia del enfrentamiento verbal con el vómito rosa se había extendido a una velocidad increíble. Se oían cuchicheo alrededor, sin importarles que Harry estaba cercas. Los gemelos respetaron el carácter del pequeño y le animaban cuestionándole, porque habíamos salido de la clase justo después de la pelea-sin hablar exactamente de la pelea-. Los cuatro habíamos cenado relativamente rápido.

Nos dirigimos a la Sala Común, los gemelos entonces se desviaron dado a que habían quedado con sus conejillos de indias para la prueba de sus productos. Reon no me cuestiono en nada acerca de lo que había hablado con Severus, porque igualmente sabía que tenía estudios superiores que el hombre supervisaba, y me ayudaba. En cambio, el azabache me conto acerca de la carta.

Casi una hora de platicar, -en su mayoría escuchar al azabache- decidimos comenzar los deberes. Entre los dos habíamos terminado el ensayo de la guerra de los gigantes, y comenzar los de pociones al día siguiente.

Ambos nos fuimos a la habitación, el más pequeño se colocó su pijama, y se metió entre las mullidas sabanas de mi cama, me acosté aun con la ropa y me dispuse a leer sobre Runas. Media hora después y el moreno había caído directo a los brazos de Morfeo, aún tenía un ligero ceño fruncido que sabía cambiaría en el transcurso de la noche.

Precisé una hora más para que los demás estuvieran profundamente dormidos. Iría al área donde Severus me había dicho que podía entrenar en el bosque sin que alguien me descubriera. Me coloque la misma ropa con la que había salido a merodean la noche anterior –completamente limpia-.

Al salir de la Sala Común, me encontré con Severus, Ichibi estaba ligeramente consternado y yo levemente incómodo.

Interesante atuendo para entrenar. El hombre iba con unas túnicas más ligeras, pero seguían siendo unas túnicas.

— ¿Cómo sabía a qué hora saldría? Pregunte aun extrañado por su presencia “Supongo tiene sentido” mencionó pensativo “Te das cuenta que después de todo eres menor de edad aquí y sobre todo eres su responsabilidad”

La mayoría de los estudiantes están dormidos para las 12 supuse entonces que esa sería una buena hora para esperarle fuera, aunque temí que saliera antes. Finalizó de forma casual, dando media vuelta y comenzado a caminar por los pasillos con la varita en alto para ayudar a iluminar.

Camine hasta que nuestros pasos estaban a la par, el silencio era agradable, el rostro del mayor era relajado. La compañía era agradable pero el tiempo que consumía ir a la par con él era extenuante e innecesario. Había pasado media hora y apenas llevábamos un par de minutos ingresando al área boscosa, esta vez íbamos más lento y según el hombre debíamos estar al tanto del área.

Casi 30min después estábamos en una pequeña zona más desalojada que el resto, con algunos troncos y árboles caídos, había maleza y arbustos, muchos sonidos singulares del bosque, que ponían la piel de gallina al mayor.

Bien, aquí estamos. Comience de una vez para poder irnos pronto. Ladró para posteriormente curiosear por las plantas musgos o ligera flora que residía en el terreno.

Comencé con una ligera meditación, tenía más de tres semanas de estrés acumulado y necesitaba desahogarme un poco. La ligera caminata me sirvió como un pequeño inicio. Fueron 30min de meditación y Severus se había quedado dormido recargado en un tronco con algunas de sus hierbas embotelladas, sonreí transfigure una roca en una manta y lo cubrí con la misma.

Inicie entonces con taijutsu, -al que claramente necesito pulir-, para ello, transfigure algunas ramas en espantapájaros/blancos, para algunos golpes patadas y combos de ambos, con mi arena cree shurikens para lanzar a diferentes distancias, en movimiento, cree un clon de arena con el que pudiera entrenar para el kunai, patadas y otros combos. Y por sobretodo entrenaba algunas técnicas que Ichibi me recomendaba, algunas básicas con combinaciones, nada extremo dado que era el primer entrenamiento en un par de semanas, pero quería avanzar a ser más que solo defensa.

Tanuki era exigente y varias técnicas-así fueran patadas o golpes- me hacía repetirlas hasta que se perfeccionaran, fue gracias a él que paramos cuando faltaba apenas una hora para el amanecer-para las 6-, no había dormido nada estaba agotado.

Severus estaba abrazando una piedra como si fuera lo más especial del lugar, sus túnicas estaban llenas de arena, polvo y musgo; por el negro de sus túnicas la tierra se notaba muchísimo.

Lo cargue en forma de caballo seguía completamente muerto en mi espalda, si le despertaba y caminábamos llegaríamos a las 7 y siendo honesto deseaba relajarme al menos media hora. Corrí hasta el gran castillo, las piernas comenzaban a temblarme había hecho más ejercicio del que debí de haber hecho. Severus pesaba mucho, demasiado, gruñí tenía que llegar.

Gracias a un milagro de kami-sama llegamos al despacho del hombre. Recargue el peso muerto a un lado de la entrada del despacho. Y a su lado me senté. Estaba jadeando, me encontraba agotado y tan satisfecho. Tan liberador.

Ga-gaara. ¿Qué ha pasado? La voz gangosa a mi lado me indico que el hombre por fin había despertado. ¿Me he quedado dormido? ¿Cómo llegamos? ¿Cuándo llegamos?

Se ha quedado dormido en mi meditación, llegamos hace 15min y lo he traído yo, por supuesto. Conteste apenas dándole una ligera sonrisa. Ambos estábamos tan sucios y en mi caso más desastroso que el mayor.

Por Merlín, ¿en qué consiste su entrenamiento? Dijo sorprendido, levantándose del piso y me tendió la mano para hacerlo.

Intente a la próxima no quedarse dormido. Conteste divertido. El mayor tuvo la prudencia de desviar la mirada ligeramente sonrojado.

Le prometo que así será. Farfullo. Qué tenga un gran día. No olvide asistir a clases. No le perdone su inasistencia. Cuestionare a sus profesores del día, tengo una copia de su horario. Canturreo con una sonrisa socarrona y refrescante.

Su sonrisa y su trato me levantaron el ánimo, lo que me duro hasta llegar a mi habitación, todos seguían dormidos. Tome mi cambio y me metí a la ducha. Un buen entrenamiento junto a Ichibi y tiempo agradable con Severus y una buena ducha.

Desperté al moreno que aún seguía en los brazos de Morfeo, me miro con sus grandes esmeraldas, con esas largas pestañas tan negras cual ala de cuervo.

No has dormido en toda la noche. Reprocho pero toda señal de seriedad murió en ese gran bostezo con el que finalizo. 

Esta noche prometo dormir contigo. Le guiñe el ojo al lindo Reon el cual se sonrojo y murmuro algo como: tonto. Tomo sus cosas y se metió a la ducha. Al momento se levantó Nevielle que se lamentó no haberle ganado el baño antes a Harry.

Sa-sabaku No. Oí la voz titubeante de Nevielle y tuve un deja vu de una chica de Konoha tan tímida como el chico. La profesora Umbridge está furiosa contigo también. Supongo que McGonagall hablara contigo después de la clase.

Gracias por decirme Nevielle. El niño cuan tímido que era mascullo unas palabras que sonaron a: No hay de qué. Y se distrajo sacando unos calcetines del fondo del baúl. Thomas y Finnigan no mencionaron palabra alguna, aunque los dos habían estado atentos al intercambio de palabras.

Al pasar por la Sala Común, los gemelos estaban metros adelante junto a su famoso amigo Lee Jordan, en una esquina su insufrible hermana estaba charlando con un chico de cabello castaño, haciendo poses y movimientos sugerentes.

El día se había descompuesto. Durante casi la hora y media que había durado el entrenamientos, que fue bajo un cielo nublado y una ligera brisa fresca. Nunca se dio señales de lluvia, ahora en cambio ya estaba lluvioso y muchísimo más gris.

La sabelotodo se nos unió en la mesa sentándose enfrente de nosotros, tomo una taza de café, al igual que yo, la diferencia radica que el mío era amargo, sin nada de azúcar. Sin preguntarnos sobre como habíamos amanecido. Despotrico acerca de los gemelos y su ilegal negocio, el cual deseaba férreamente en denunciar a la profesora McGonagall. Harry asentía o hacia sonidos en señal de poner atención a lo que la chica decía, claramente no era así, aunque a la castaña no parecía notarlo o importarle y continúo todo el desayuno.

Las clases fueron un poco más desesperantes que el día anterior. Primero una clase doble de Encantamientos, los primeros 15min se la paso hablando de los TIMOS, futuro y superación. Luego estuvimos más de una hora repasando encantamientos convocadores; mismos que realizaba rápidamente de manera efectiva para no descargar las energías que conservaba. Y como no, el pequeño hombre termino encargando deberes.

La clase de Transformación no fue muy diferente, 15min de su gran discurso: TIMOS, futuro y trabajo duro.  Después practicar hechizos desvanecedores, necesite dos veces antes de quedar satisfecho, el caracol había desaparecido, al mismo tiempo que la castaña lo realizaba, recibimos puntos. El resto de la clase lo intentaba unos con verdadero esfuerzo otros parecían aún más agotados que yo-cosa ridícula y exasperante- logre ayudar a Reon a la forma correcta de realizar el hechizo, al quinto o sexto intento logro hacerlo. El chico estaba extasiado.

La felicidad se esfumo cuando ya nos levantábamos de nuestros pupitres y oímos la voz clara de la profesora.

Señor Potter y Señor Sabaku No, necesito hablar con ambos. La severa voz de la mujer no dejo espacio a replicas o excusas.

Dimos media vuelta e ignoramos la sonrisa socarrona y divertida de Weasley y nos dirigimos a la mayor.

Tomen una galleta chicos. Nos dijo apenas estuvimos frente a su escritorio. En un principio el menor chisto pero al ver que eran de frutilla tomo dos y comenzó a mordisquearlas. Señor Potter, fui informada por la profesora Umbridge de su castigo. Hizo una pausa en lo que se masajeaba el puente de su nariz. Y de ambos de su falta de respeto en haber salido sin permiso del aula. A ambos se les ha pedido que se disculpen con la mujer. Estaba sorprendido y una vena sádica reía a carcajada suelta-era ella junto con Ichibi-, el moreno se estaba ahogando con un pedazo de galleta, tuve que ayudarle a escupir el pedazo asesino de galleta.

¡¿Qué ha dicho?! Escupió el menor con la cara enrojecida de indignación.

Lo que ha escuchado. Gruño la mujer, como si ella misma no estuviera muy a favor. Por su falta de modales y por faltar el respeto a un profesor. Ambos deberán disculparse con la profesora durante su hora de castigo. Señor Sabaku No, ha sido castigado toda la semana a la misma hora del señor Potter.

Seré yo el que se disculpe. Fui yo quien saco a Harry del salón. Una parte de mi gritaba traición, cada célula de mi cuerpo se negaba a hacerlo, pero también sabía que fue infantil y estúpido de mi parte salirme de esa forma de la clase.

Puede intentarlo. La mujer de pronto se vio abatida y vio a Harry con ojos angustiosos. Ambos deben tener cuidado. El tono de su voz fue más lento y mucho más humano, el gesto más humano que me había dirigido

Fuimos al comedor, el pequeño moreno estaba un poco irritado ante la idea de asistir al castigo pero mucho más tranquilo al saber que después de todo iría con él.

Al llegar al comedor Hermione se sentó con nosotros para hacer lo que siempre hace, quejarse de algo o de alguien, ese alguien: Weasley. Siendo honesto no recuerdo ahora la razón por la cual estaba enfadada con el pecoso. El cual no se le veía por ningún lado.

El día se había puesto frío y ventoso, y mientras descendíamos por el empinado jardín hacia donde se encontraba la cabaña de Hagrid-al que Harry extrañaba demasiado-. La profesora Grubbly-Plank esperaba a los alumnos a unos 10mts de la puerta de la cabaña, detrás de una larga mesa de caballete cubierta de ramitas.

¡Hey Gaara!, veo que las cremas te van muy bien, tu cabello igual tiene un mejor brillo. La forma de saludo del rubio con esa voz seria me daba cierta gracia. También te puedo recomendar algo Potter para tratar de domar ese pelo de estropajo que tienes. Agrego mirando aburrido al moreno, el cual gruño en respuesta.

Sigue enojado por lo de Hagrid, discúlpalo. Conteste por él, el moreno me saco la lengua como muestra de madurez pero sin apartarse de mi.

Ya. La princesa parecía querer agregar algo pero mordiéndose los labio al último segundo. ¿Ya has hecho los deberes de Runas? Negué. Estábamos al fondo de los demás alumnos para no ser tan obvios, mientras la profesora daba la clase de bowtruckles. Genial, hagámoslo juntos.

Gaara los hará conmigo, maldito rubio roba amigos. Reprocho el moreno que me tenía bien sujeto del brazo. Aléjate de él, oxigenado barato.

¿A quién le dices oxigenado barato, maldito cuatro ojos? Gruño haciendo visible una venita de su sien que comenzaba a palpitar. Nunca dije que tu no podías venir, estúpido cara-rajada. Además ni siquiera estas en Runas. Finalizo tratando de contenerse. Reon al darse cuenta de ello pareció visiblemente más avergonzado.

—…tomen un puñado de cochinillas y un bowtruckles, hay uno para cada tres, y así podrán examinarlo mejor. Antes de que termine la clase quiero que cada uno de ustedes me entregue un dibujo con todas las partes del cuerpo señaladas. La voz de la profesora nos hizo volver a la clase. Al estar junto a la rubia princesa, los tres nos dirigimos por el animalejo.

Mudamente nos organizamos así, yo llevaba las cochinillas, Harry tomaba la pequeña criatura y Draco nos alentaba y farfullaba acerca del horrible polvo.

Encontramos un área verde donde poder sentarnos, para comenzar a dibujar, lo cual era casi imposible porque la criatura no dejaba de moverse. Al menos así era para mí y evidentemente para el rubio; en cambio Harry estaba concentrado en los trazos, el oji plateado le miraba boquiabierto el trabajo del moreno, estaba quedando estupendo, realmente era bueno en el dibujo.

Venga Potter, pero si esta quedando genial ¿has tomado clases de dibujo? Alabo el rubio que logro que el chico le mirara extrañado.

¿Me has halagado Malfoy? ¿Estás bien? Cuestionó bastante desconcertado.

Déjate de estupideces y por Merlin, continua. Gruño el chico tratando de basarse en el dibujo del chico para hacer el suyo, desistiendo de intentar dibujar a la criatura dado que no dejaba de moverse.

Opte por copiar también del trabajo del moreno, o al menos dentro de mis habilidades tratar de recrearlo. Fue la princesa que nos dio todos los datos necesarios de la criatura para finalizar con el trabajo, justo al terminar la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Nos despedimos de Draco, prometiendo que nos veríamos para realizar los deberes de Runas, y de las demás clases que compartíamos. Reon no replico ni farfullo acerca de estar en desacuerdo y lo tome como un paso a una mejor relación con el rubio.

Un poco separados del grupo de Gryffindor, viendo como la castaña parecía volver hablar/discutir con el pecoso, nos dirigimos a Herbología. La puerta del invernadero más cercano se abrió y por ella desfilaron unos cuantos alumnos de cuarto curso.

Pasaron unos segundos cuando salió una rubia muy conocida “La chiflada” se mofo Ichibi. Estaba rezagada del resto de la clase, con la nariz manchada de tierra y el cabello recogido en un moño en lo de la cabeza. Al vernos, los ojos saltones de la chica se desorbitaron por la emoción y vino a nosotros.

Yo sí creo que la muerte de Cedric no fue un accidente Harry. Dijo apenas llego a nosotros, muchos de nuestra clase la miraron realmente mal, e incluso el pequeño moreno le dio una sonrisa incomoda. Esa clase de cosas no se dice tan ligeramente.

Gra-gracias Luna. Balbuceo el moreno, saco un pañuelo de uno de sus bolsillos y le limpio la tierra de la nariz. La chica le miro tiesa, parecía muy sorprendida, y la tierra en su nariz, fue sustituida por un colorado muy notorio en su piel pálida.

Es-espero que estén bien. Y Gaara no te esfuerces mucho. Tartamudeo, en pasos torpes trato de alcanzar a sus compañeros para ir a la siguiente clase.

Los demás parecían riéndose a expensas de la chica, sobre todo las compañeras de cuarto de la sabelotodo.

La profesora Sprout empezó la clase como todos los profesores, con el sermón sobre la importancia de los TIMOS. Una de las clases que más disfrute, tenía un secreto oscuro acerca del placer del cuidado de las plantas, especialmente las especies de desierto-que novedad-.

Al final de la clase, todos nos encontrábamos cansados y muchos apestando a estiércol de dragón, el tipo de fertilizante favorito de la profesora.

Fue en el camino para el Gran Comedor que la tal Johnson abordo a Reon, con gritos y vociferes, al parecer muy, muy enfadad acerca del castigo del moreno, el cual soporto los chillidos con una mueca y asintiendo en momentos oportunos, los cuales ni siquiera ayudaban a bajar los gruñidos de la mujer.

Jamás lograre convencer al sapo rosa de que me deje el viernes. La voz seria confirmaba  lo indiscutible, el que la chica pensara que pudiera dejarle libre el día era creer que Severus se vestiría de rosa en una gala importante.

Ya. Pero podemos intentarlo. El asentimiento del chico confirmo que pese a la clara negativa no perdíamos mucho con intentar que el vómito rosa le dejara.

La comida fue agotadora, la chiflada-Luna- tenía razón estaba aún muy cansado aunque no lo dijera literalmente de alguna forma sabía que quería decir.

Severus nos miraba desde la mesa de profesores con una mueca severa de la cual yo lograba ver preocupación. Vi al pequeño azabache que masticaba un pedazo de papa, ¿qué clase de castigo nos pondría la detestable mujer?

A las cinco menos cinco, fuimos directo al despacho de la profesora Umbridge, en el tercer piso. Llamamos a la puerta y ella contesto con un meloso: pase, pase. Entramos, el oji verde de forma cautelosa, mirando a su alrededor. “Tengo una corazonada cachorro, extiende tu escudo de arena al cuerpo de Reon-chan”. Estaba agotado, sin embargo, Harry era más importante. Extendí el escudo. Vi como el chico se estremecía a la sensación pero antes de que pudiera averiguar que pasaba la capa bien camuflajeada con su color de piel. Estaba colocada.

El lugar era espantoso. Cada superficie estaba cubierta con fundas o tapetes de encaje. Había varios jarrones llenos de flores secas sobre su correspondiente tapete, y en una de las paredes colgaba una colección de platos decorativos, en cada uno de los cuales había un gatito de color muy chillón con un lazo diferente en el cuello.

Profesora Umbridge, lamento haber arrastrado a mi compañero fuera del salón de clase. Hice una pequeña reverencia, mientras Ichibi estaba enojado por mi actitud. Espero logre disculpar mi falta de respeto. Reon seguía estupefacto viendo todas y cada una de las decoraciones del cuarto.

Me alegro que al menos tenga la educación para pedir perdón de la forma correcta. Su voz melosa como quien le habla a un crio de tres años me revolvió el estómago. Sin embargo, aun espero las disculpas del señor Potter. Dejo mostrar sus dientes afilados en una mueca que intentaba parecer una sonrisa.

Como le he dicho profesora Umbridge, la culpa fue mía. Él no tiene que ver por mi mal comportamiento. Le mire de forma más directa sin dar cabida a una discusión. La mujer me miro severa visiblemente molesta por no dejarle continuar con su orden de hacer que Reon se disculpe. Suficiente conmigo no dejaría que el pequeño se disculpara.

Bien debido a su falta de respeto del día de ayer tomaran el castigo juntos. Su confianza y clara maldad volvió a sus ojos infames. Siéntense, por favor. Dijo señalando una mesita cubierta con un mantel de encaje a la que había acercado dos sillas. Sobre la mesa había un trozo de pergamino en blanco.

Este… empezó Harry sin moverse aún. Profesora Umbridge… este… antes de empezar quería pedirle… un favor.

Los saltones ojos de la bruja se entrecerraron y por un segundo pude ver cuán pútrida y cruel era.

¿Ah, sí?

Sí mire… estoy en el equipo de Quidditch de Gryffindor. Y el viernes tenía que asistir a las pruebas de selección para los puestos que quedaron libres, y me gustaría saber si… si podría liberarme del castigo esa tarde y hacerlo… cualquier otra tarde…

¿Nadie podía ver que esa mujer era la maldad hecha persona? A Shukaku le daría gastritis de tanto coraje que le daba con solo estar en presencia del vomito rosa.

— ¡Ah, no! Replicó. No, no, no. Lo he castigado por divulgar mentiras repugnantes y asquerosas con las que sólo pretende obtener notoriedad, señor Potter, y los castigos no pueden ajustarse a la comodidad del culpable. No, mañana vendrá a las cinco, y pasado mañana, y también el viernes. De hecho, me alegro de que se pierda algo que desea mucho. Eso reforzara la lección que intento enseñarle.

Era entonces entendible el enojo que Harry tenía en este momento. La profesora lo miraba con la cabeza un poco ladeada y seguía sonriendo abiertamente, como si estuviera muy consciente del gran enojo que en ese momento Reon sentía.

Veo que ya comenzamos a controlar nuestro temperamento, ¿verdad? Comenzó con dulzura. Ahora quiero que ambos copien un poco. No lo harán con sus plumas. Añadió cuando vio como comenzábamos a agacharnos por la mochila. Copiaran con una pluma especial que tengo yo. Tomen. Nos entregó una larga, delgada y negra pluma con la plumilla extrañamente afilada. Potter usted escribirá: No debo decir mentiras. Y usted joven Sabaku No-como supe que se llamaba- escribirá: Debo obedecer las normas. Indico con voz melosa. Shukaku estaba negado a escribir aquella frase que nos dejaba en una posición sumisa como le llamaba.

El vómito rosa parecía muy emocionada por el castigo, pese a ser simple. El moreno igual parecía sorprendido por la simpleza, y al mismo tiempo muy desconfiado. Una vez estuvimos sentado fue cuando me percate de algo extraño en Reon, una sensación distinta a su magia usual pululo de forma casi imperceptible pero extraordinariamente imponente, se sentía el alcance de poder que esa singular diferencia podía lograr.

¿Cuántas veces? Pregunte fingiendo educación, pese a que veía al oji verde que se encontraba en modo zombi, al no parecer estar consciente del alrededor.

Ah, no sé las veces que haga falta para que se les grabe el mensaje. Contesto con ternura. Pueden empezar.

No nos ha dado tinta. Observe, ambos teníamos un largo pergamino, la pluma en la mano pero hacía falta la tinta.

No la va a necesitar.

“¿Qué quiere decir que no la necesitara? ¿Con qué van a plasmar el mensaje?” no fue difícil como ambos logramos deducir; pluma afilada y sin tinta. “¿Sangre?” Ichibi y yo estábamos enfermamente de acuerdo, aunque una parte de mi quería creer que esa pluma bien podría crear una tinta mágicamente.

Harry fue el primero en poner la plumilla en el pergamino, escribió: No debo decir mentiras. No pasó nada, volvió a intentarlo y no pasó nada, la diferencia es que esta vez, se rasco el dorso de su mano derecha. Eso lo confirmo todo.

Esta vez lo intente yo queriéndolo sentir, coloque la plumilla en mi pergamino y escribí: Debo obedecer las normas. Como era de esperar no hubo ni un escrito, pero si la sensación de un <<algo>> queriendo penetrar la piel del dorso de mi mano.

Profesora Umbridge, ¿De verdad no necesitamos tinta? Pregunto con falsa educación llamando la atención de la despiadada vomito rosa.

¿A qué se refiere? Gruño la mujer con ligera molestia ¿no ha escrito en su pergamino?

Lo he intentado tres veces y no sé qué debo esperar.

Hágalo una vez más. La mujer se inclinó de tal manera de observar directamente el pergamino del menor. Harry entonces volvió a colocar la plumilla sobre el pergamino y de manera lenta intento escribir: No debo decir mentiras. No pasó nada, finalizo y como era de esperar no había ni una letra plasmada más que el hundimiento de la palabra pero sin color. La mujer miro todo de forma atónita.

¿Usted tiene el mismo problema? Cuestiono al ver que al igual que el pergamino del oji verde estaba en blanco, asentí; realice lo mismo obteniendo resultados iguales. No había una sola letra en mi pergamino.

La mujer estaba desconcertada, Ichibi reía muy divertido con la situación, al mismo tiempo que agradecía haber pensado rápido y haberle puesto el escudo de arena a Reon.

Cuando la mujer no supo que hacer nos dijo que usáramos nuestras plumas y tinteros, escribiéramos 200 veces nuestras frases correspondientes.

 

Salimos aun con tiempo de sobra para la cena, Reon estaba muy pensativo mientras íbamos andado al despacho de Severus, después de todo el hombre nos había pedido irle a ver a penas acabáramos el castigo.

¿Gaara, porque las plumas de la arpía esa no funcionaron? Cuestionó con voz extrañamente seria, sin connotaciones de emoción.

Supongo que no servían. Sabía que Harry no sería capaz de creer aquello era claro que la mujer realmente esperaba que lo que planeo hubiera funcionado, y más porque al salir claramente seguía furiosa.

Gracias por protegerme Gaara. Sonrió el chico con una sonrisa triste. “Piensa que no has de confiar en el” suspire y lo atraje a mí para revolverle el cabello.

No dejare que esa detestable mujer te haga daño Reon. Confía en mí. Sus mejillas se tiñeron de un ligero carmesí que lo hicieron ver adorable.

Llegamos al despacho del hombre que al parecer leía correspondencia a juzgar por sus caras indecentes, ligeramente sudoroso y jadeante apariencia, hablaba con Sirius, y por kami-sama no deseaba saber que se escribían esos dos.

Deben de tocar antes de entrar. Gruño molesto casi fulminándonos con la mirada, guardando rápidamente los pergaminos que había estado leyendo. No los esperaba tan pronto, tenía la sensación que los vería casi entrada la madrugada.

Nos ha dejado salir rápido. Conteste mientras me sentaba frente a él, en un sofá que había en el despacho se sentó Harry, al parecer no queriendo ser parte de la conversación.

¿Qué les ha puesto hacer? Cuestionó casi tembloroso por la posible respuesta.

Copiar. A Harry le ha puesto copiar: No debo decir mentiras. A mí en cambio: Debo respetar las normas.

¿Así de simple? La confusión en su voz dejo claro que sabía cuán despiadada podría llegar a ser aquella mujer.

Fue porque su primer castigo no funciono. Contestó Harry desde el sofá en el que ahora se encontraba acostado, Severus no parecía muy contento con tener los pies de Reon en sus amados muebles.

Expliquen.

Nos ha entregado una pluma al inicio. Sin darnos tinta nos ordenó comenzar hacer las planas. Pero ni una palabra logro plasmarse en el pergamino.

¿Plumas sin tinta? Su estupefacción era clara en sus ojos, para pasar a estar lívido. ¿Cómo eran?

Delgadas, largas y negras, con la plumilla extraordinariamente afilada. Los ojos del hombre no podían estar más abiertos, de estar horrorizado paso a estar claramente furioso.

¡Vieja, arpía! Grazno con voz peligrosa y ronca. Hacer eso a dos estudiantes. ¿Cómo se atreve a tratar de ponerles tan medieval y ruin castigo? Siguió gruñendo soltando su magia furiosa por todo el despacho. Tratar de ponerles las manos encima. Me va escuchar. Se puso de pie dispuesto a salir por la puerta con la varita bien sujeta.

Gaara nos protegió de ese ruin y cruel castigo. No nos ha pasado nada. La voz de Reon logro detener al hombre, aunque su magia seguía saliendo amenazante y punzante.

¿Ha sido así? Volteo a mirarme ligeramente más calmado y orgulloso.

No dejare que nadie dañe a Harry.

Decidimos ir a la biblioteca al ser sugerido por Severus con la idea de toparnos con Draco y hacer deberes. Reon estuvo de acuerdo.

Notas finales:

Admito que mi inspiración ha sido menos que nula las ultimas dos semanas. Realmente frustrante, solo espero que no sea un adiós y que sea un: necesito un respiro. 


Busco algo que me motive he encontrado cosas geniales pero bueno aun no parece ser suficiente. 


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¿Ya vieron la película de Mi villano Favorito? No viene al caso pero mi mente enferma no deja de buscar algún fic yaoi que incluya a Gru. ¿Por qué dios me haces tan enferma? u-u 


Sobra decir que solo me he leído una historia zukulentha de Mi villano Favorito, bastante buena tengo que decirlo.  Fuera de eso ni siquiera un Shonen Ai. Ni imágenes con las cuales pueda echar mi enferma imaginación volar ¿Dios odiara mis gustos enfermos? 


Por favor no me juzguen. 


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Ahora si algo que viene al cuento.  ¿Tienen ideas para una tortura a alumnos? ¿Que otro castigo cruel y despiadado pudiera poner Umbridge que no sea tan llamativo una pelea para ver quien es el primero en doblegarse? Siendo honesta no tengo nada.


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