Jeff sonrió al sentir el toque cariñoso de su pareja, las manos de Jack habían subido desde su vientre hasta sus pechos y empezado a jugar con sus pezones, lamiéndolos como si fueran dulces, Jeff se sonrojó bastante y sentía que las orejas le explotarían si ese alfa continuaba así, pero solo lo dejó ser, hace solo momentos ambos se habían deshecho de las últimas prendas que cubrían sus cuerpos y ahora se encontraban rozando sus pieles desnudas.
Pero más que mostrar sus cuerpos desnudos, mostraban sus almas y enseñaban sus debilidades y anhelos, enseñaban su incondicional amor y el cariño que profesaban, sus ansias, sus miedos y sus recuerdos. Mostraban lo más profundo de su ser al desnudar su alma frente al otro y no temían que el contrario se adueñe de su ser, ya se pertenecían.
Unos labios fueron a parar con dulzura sobre los labios ajenos y Jeff solo correspondió a ese tierno beso que su alfa le ofrecía, el ambiente se llenaba con esa extraña combinación de menta y almendras y hacía que sus sentidos se sientan adormecidos por momentos.
Jeff abrazó al alfa cálidamente y sintió su excitación subir cuando el erecto falo de Jack se rozaba sin vergüenza sobre uno de sus muslos. Por instinto el cuerpo de Jeff se sintió aún más caliente y sintió aquella extraña lubricación que lo molestaba tanto, Jack rio sobre el cuello ajeno que estaba besando en ese instante.
—¿Tanto te gusto? —dijo burlón, Jeff solo cerró aún más los ojos para no verlo al rostro y relevar su vergüenza, se hundió en el cuello ajeno mientras que sus brazos rodeaban el pecho del alfa.
—¡Idiota! —dijo, ni él se creía sus insultos. Jeff sonrió de lado a lado mientras sentía los dulces besos de su alfa sobre aquella marca de propiedad.
—Te amo demasiado —susurró Jack solo empezando a rozar el cuerpo del contrario con leves embestidas, ninguno de los dos estaba en celo, así que esta vez no perderían el control y disfrutarían totalmente del otro.
Jack sintió el pene erecto de su pareja sobre su pelvis, sonrió ampliamente y se permitió colocarse aún mejor entre las piernas del omega, era el mejor lugar del mundo, estar rodeado por esos cálidos y blancos muslos hacía que al alfa el corazón se le acelerara ¿Acaso se sentía como un virgen nuevamente? Sus manos tomaron al omega por las caderas y este le dio una sonrisa mientras que recibía una embestida que hacía que sus cuerpos se rozaran.
Y cuando vio esa sonrisa en los labios de Jeff lo recordó, recordó esa primera vez y también lo lascivo que se veía al estar en celo, ahora no estaba en esa situación y aun así sentía más cercanía que aquella primera vez. Miró su cuello, esa hermosa marca que había esperado más tiempo de lo estimado hacer, miró a su precioso omega sonriendo con amplitud mientras que sus cuerpos se sentían uno al otro, esa divina sonrisa que lo hacía pecar con el simple pensamiento de poseerla y hacerla suya para que nadie más la disfrutara.
Jack levantó con cuidado el cuerpo de su pareja, haciéndolo recostar sobre unas almohadas que aminorarían la brusquedad de sus próximos movimientos, Jeff sostuvo al alfa de sus antebrazos mientras que este dirigía una de sus manos hacia la ya húmeda entrada del menor, aunque ya habían pasado por ello antes, no había tanta cercanía como ahora, en ese momento cada simple roce podía desencadenar todo tipo de notas bajas que hacían a ambos delirar de placer.
Solo imaginar la estrechez del cuerpo del omega hacía al alfa excitar, con aquellos dedos sintiéndola tenía en claro que la piel de su pareja lo apresaría y le gustaría. Los labios del omega se abrieron de par en par mientras sentía cómo el placer calaba hasta sus huesos, hace ya bastante tiempo no se sentía de aquella manera, necesitaba de su pareja en ese instante.
-O-olvida eso… -dijo Jeff en medio de un susurro, el alfa sonrió con amplitud mientras que lo observaba delirar, le encantaba saber que él era el causante de aquel sonrojado rostro y aquel sudoroso cuerpo que aún conservaba su saliva cálida en sus pezones-. No creo que lo necesite, por favor Jack…
-Tranquilo pequeño –susurró el alfa mientras dejaba de jugar con el interior de su pareja para luego rodear el cuerpo del contrario con un abrazo y hundir su rostro en el cuello de Jeff-. Voy a entrar en ti –Jeff asintió y abrazó al alfa mientras sentía cómo el ancho falo de su pareja se incrustaba bajo su piel con un parsimonioso ritmo que lo torturaba-. ¿Estás bien? – preguntó, Jeff solo suspiró pesadamente mientras que miraba de lado, estaba avergonzado por haber pedido tan repentinamente al alfa que hiciera eso, no quería verse como un urgido, solo asintió.
Jack sonrió de lado mientras que observaba cómo el rubor de la vergüenza cubría gran parte del rostro de su chico, era precioso y deseaba reclamarlo aún más, lo tomó de las caderas mientras que se agachaba sobre Jeff y lamía aquella marca sobre su piel, susurró un “Eres mío” mientras que sus dientes se incrustaban de nueva cuenta sobre la piel del contrario y con una final estocada el falo había llegado hasta lo más profundo de su ser. Jeff dejó salir un grito de dolor y placer, un pequeño camino de sangre se empezaba a escurrir hacia la base del cuello del omega, Jack rápidamente se deleitó lamiendo aquel cálido líquido de vida mientras que se acostumbraba a la casi claustrofóbica sensación.
Los brazos de Jeff fueron a parar sobre los cabellos del alfa mientras que ambos respiraban agitados por la cantidad de sensaciones que vivían y que empezarían a vivir juntos.
-Te amo Jack –susurró el omega, el alfa soltó una pequeña risa de ternura mientras que empezaba a mover su cuerpo para proporcionarle una delicada estocada que hizo al omega gemir por la impresión, eso no se lo esperaba, se miraron a los ojos como un par de niños jugando y Jeff entendió el juego en el que su alfa quería entrar-. Te amo, te amo, te amo… -decía como un mantra sagrado, Jack jadeaba mientras que con cada “te amo” le regalaba una estocada dentro del cuerpo de su pareja.
Jack sonreía con amplitud mientras observaba a su querido delirar entre esas hermosas palabras gracias al placer que le proporcionaba, sus estocadas solo se hicieron más duras y profundas y llegó un momento en el cual el placer era tal que las palabras ya no salían de los labios de Jeff, solo unos hilillos de baba se escurrían por su mandíbula mientras que sentía su cuerpo ser arremetido de esa manera tan placentera, llegando a escuchar su voz pedir más.
Y cuando Jack escuchó aquellas palabras que le pedían aún más de lo que le estaba dando, no se contuvo, sostuvo sus caderas con delicadeza mientras Jeff levantaba y flexionaba sus piernas y Jack se sentaba sobre sus rodillas para tener un mejor ángulo, dando un par de estocadas más Jeff llegó al orgasmo eyaculando sobre su propio cuerpo.
Observó aquel torso sudoroso y manchado con semen, supo que ambos estaban disfrutándolo por primera vez en sus vidas, Jack amaba ver aquel espectáculo y escuchar aquella hermosa sinfonía que juraba parecía un réquiem por lo hermosa que era, como la última que quisiera escuchar.
Y luego de unos minutos en aquella posición el alfa empezó a anudar dentro de Jeff, cerró sus ojos con fuerza mientras que sentía aquel característico mareo por el bajón de sangre, Jeff solo sostuvo un gemido de dolor apretando los labios y frunciendo el ceño mientras se sostenía por las sábanas, cuando sintió que sus músculos eran forzados a estirarse más de la cuenta dejó escapar un quejido y unas lágrimas se derramaron por sus mejillas. Jack se sintió culpable y lo abrazó mientras que repartía besos en su rostro y secaba aquellas mejillas.
-Solo un poco más –susurraba el alfa con la respiración agitada, Jeff asintió y lo abrazó, el dolor se hacía más llevadero mientras que tenía al abrazándolo de esa manera, respirando agitado sobre su hombro mientras que la semilla ajena se liberaba en su vientre, Jack tembló y abrazó aún más a su pareja. Solo cuando su potente orgasmo pasó notó que Jeff se había vuelto a correr y ahora volvía a tener las marcas de los dientes del alfa sobre su piel.
Besó una última vez su cuello como disculpándose por haberse llevado de esa manera para luego llegar a la boca de Jeff y regalarle un maravilloso beso. El omega no lo negó y se dejó sostener por esos brazos que ahora lo acunaban con cariño mientras que el beso se hacía más delicado. A los minutos ambos pudieron separarse, Jack se acostó al lado de Jeff y Jeff sintió que el semen de su alfa se escurría fuera, sonrió de lado mientras que llevaba una mano a su entrepierna, acariciando su sensible entrada.
-Tus futuros hijos se escapan, Jack –le dijo en medio de una broma.
-Mantenlos dentro, quiero al menos cinco –siguió el juego, Jack también rio mientras que se recostaba sobre uno de sus hombros y observaba a su pareja ya con las manos sobre el estómago y mirando al techo, Jeff suspiró.
-Eso fue realmente maravilloso –confesó, jamás había disfrutado el sexo hasta ese momento. A pesar de que sus caderas le dolían solo se acercó al alfa para poder estar aún más cerca de la piel ajena y sentir los latidos de su corazón y su respiración. Jeff sonrió ligeramente mientras era vencido por el sueño.
-Es maravilloso –corrigió el alfa en medio de un susurro y un beso fue a parar sobre los cabellos castaño que desde ese momento en más vería cada mañana a su lado.