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Guardián Erótico por MyLittleGirl

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Notas del capitulo:

Hola mis bellas criaturas del señor!!!

Muchas me pidieron una continuación de esta historia, y debo confesar que ya tenía un borrador.

Primero que nada, quisiera aclarar algunas cosas: en este fic de ángeles y demonios voy a estar usando algunas referencias a la divina comedia así como uno que otro nombre de ángel. No se preocupen, voy a poner las aclaraciones al final de cada capitulo, como ahora, para que no se pierdan. También debo advertir que algunos personajes serán emparejados de formas que o se imaginas (parejas crack)

Además les quiero agradecer por tomar atención a este fic, significa mucho para mí que les guste tanto como a mí me gusta escribirlo. En serio, muchas gracias <3

Por favor, dejen un comentario con sugerencias o alguno que otro chiste, los leeré todos :D

Hasta la próxima!!!

Humano: Kuroko Tetsuya

Problema: Siente una atracción amorosa hacia su compañero, Kagami Taiga.

Misión: Hacer que se confiese exitosamente.

El Arcángel Chamuel* sonreía mientras Ryouta miraba la hoja completamente confundido. Hacia no mucho tiempo había sido creado, y hasta ahora había servido a Chamuel como un simple asistente en el cielo, encargado de revisar cada unión que él predecía como duradera y entregando a cada ángel su respectiva pareja asignada para unir. Ese día, por alguna razón, Chamuel le pidió que dejara todos sus deberes y él mismo le entregó una carta de misión, y no cualquier misión se le había encargado, era la confesión de un hombre a otro hombre y además debía ser una confesión exitosa.

- Disculpe, señor Chamuel....

- ¿Sí, mi querido Ryouta?

- Me podría explicar.... ¿Qué significa esto?

- Pues, es precisamente lo que parece, una carta de misión.

- Eso lo tengo claro, pero ¿por qué me la está entregando?

- Porque esta es tu misión, obviamente.

El semblante, antes confundido, se había convertido en un poema de horror. Su arcángel a veces podía ser alguien increíblemente molesto si se lo proponía, pero esto era pasarse de la raya. …l era un ángel asistente, no un maldito cupido.

- No entiendo por qué estás tan sorprendido Ryouta, como un ángel dejado a mi cargo, es normal que tarde o temprano se te asignara una misión.

- ¡Pero se supone que estoy aquí para designar misiones y evaluar el desempeño de los demás ángeles! Dios me mandó aquí para ser un asistente, no un maldito cupido.

Un golpe en su cabeza fue suficiente para callarlo. Los golpes de kasamatsu no eran nada comparado con las regañaduras de Chamuel, incluso cuando tomó prestadas sus túnicas para poder visitar a los querubines y terminó regresando cubierto con pinturas divinas, la paliza que recibió esa vez de parte de su senpai había sido una caricia comparado con los golpes de Chamuel.

- ¡Escúchame Ryouta! Aunque realmente aprecio tu ayuda, tenerte cerca se ha vuelto algo muy problemático con el trabajo.

- Pero.... Hago mi trabajo correctamente....

- ¡Sí! ¡Pero en el proceso has atraído a tantos ángeles y querubines que Dios se ha enojado conmigo por el atraso de sus tareas!

- Pero si son ellos los que se acercan, no es mi culpa que al final no puedan olvidarse de mí....

- En serio, entiendo que seas atractivo por fuera, pero si supieran como eres por dentro... En fin, para mantenerte menos tiempo en el cielo, he decidido que ahora harás misiones para los hombres. Este es un nuevo amor que los humanos por fin han reconocido y Dios quiere que vean lo muy pura que puede ser una pareja del mismo género. Será una buena experiencia para ti y te tomará mucho tiempo, suficiente para calmar las cosas.

De una patada, Chamuel lo hecho por la ventana del templo junto con su carta y un morral con las herramientas que pudiera necesitar.

- ¡Más te vale no decepcionarme!

_________________________________________________________________

Luego de evitar una horrible caída y perderse por unas horas, Ryouta llegó a la academia Seirin, lugar donde se supone encontraría a su pareja designada.

- Veamos – Kise sacó las descripciones que Chamuel había guardado en el morral para ubicar a su objetivo – Cabello del color del cielo, ojos inexpresivos como el mar, piel pálida y actitud tranquila.... Este chico se parece a un alma.

Se puso un uniforme de Seirin y entró al recinto a buscar al tal Kuroko Tetsuya.

- Según el informe, a él le gustan los libros... ¡Seguro está en la biblioteca!

Fue por cada pasillo hasta llegar a la biblioteca, pero no había nadie ahí. Recorrió los caminos que formaban los estantes de libros, revisó las mesas de estudio y preguntó a algunos encargados, pero no había ni rastro de Kuroko Tetsuya.

- ¿Me habré equivocado?

- Disculpa... ¿Estás buscando a Kuroko Tetsuya?

Un chico con lentes, cabello oscuro y ojos color verde sonreía mientras sostenía un libro de historia.

- Si estás buscando a uno de mis jugadores, será mejor que vayas al gimnasio. Ahora están entrenando para un partido de práctica contra Rakuzan.

- Gracias... Por cierto....

- El gimnasio está al lado del comedor. Es un edificio blanco con un letrero en la puerta. Dudo mucho que te pierdas.

Con una reverencia agradeció la ayuda de aquel chico tan extraño y se fue en dirección al gimnasio. En el camino, muchas chicas lo miraban y susurraban cosas, algunas solo se sonrojaban y otras casi se desmayaban. Kise estaba acostumbrado a esas reacciones por los querubines y otros ángeles que veía en el cielo, pero siendo honesto, a él no le interesaba en lo más mínimo tener una relación amorosa. Era irónico que un ángel que trabajaba en la sección de uniones divinas no quisiera ninguna relación, pero tenía sus razones y por más que le preguntaran, no tenía deseos de compartirlas.

Escuchó el sonido de los balones y los gritos por parte de algunas fanáticas cerca. Apresuró el paso hasta chocar con un grupo de personas amontonadas en la puerta del gimnasio. Sorprendentemente, no todas eran chicas, ahí también habían algunos chicos jóvenes y uno que otro maestro viendo la práctica, algunos hasta parecían próximos ingresantes y entrenadores de universidades.

"Son muy famosos..." Pensó mientras trataba de adentrarse entre todas esas personas hasta quedar cerca de la puerta. Fue ahí que lo vio, a aquel par al que se le había asignado juntar a como dé lugar: Kagami Taiga resaltaba por su complexión y su forma de jugar, dejando atrás a cualquier jugador que se metiera en su camino; ni siquiera sus senpais podían vencerlo o bloquearle el paso siquiera. Un salto descomunal fue suficiente para hacer una cesta desde media cancha. Cualquiera pensaría que era un jugador con talento, pero luego de que este se moviera, dejó a la vista a un joven de cabellos claros como las nubes y ojos azul cielo.

- ¡Buen trabajo, Kuroko! – Kagami chocó puños con aquel chico y este sonreía mientras correspondía el gesto.

- Tú también, Kagami –kun.

- Vamos, te invito una malteada en Maji's.

Terminado el partido, el grupo se dispersa de espectadores se dispersa. Kise trata de irse lejos pero es detenido por una mano. Se gira para ver a aquel que lo detuvo y se encuentra con el rostro del mismo chico que los guió hasta ellos, sonriendo con autosuficiencia.

- ¿Qué te parecen?

- ¿Qué?

- Aquella dupla milagrosa, ¿no son increíbles? – La sonrisa amplia en su rostro y sus ojos llenos de brillo mostraban su orgullo ante el desempeño de su equipo – Son mi mayor creación hasta ahora, aunque no he podido hacer que su relación progrese.

- Espera... ¿Tú los creaste?

- Sí. Kasamatsu me contactó hace unos momentos para avisarme de tu llegada. Sí que la tendrás difícil en tu primera misión como enviado del cielo.

- No lo entiendo.... ¿Acaso tú...?

- Sí. También me enviaron aquí, pero yo soy un enviado de Uriel*.

Cuando los rayos del sol tocaron su espalda, dejó ver un par de alas de blanco puro y su aureola brillando levemente sobre su cabeza. Kise no sabía que decir, no esperaba encontrar a otro ángel guardián cerca para ser su guía, o en mayor estancia, su apoyo.

El ángel mayor extendió su mano en señal de amistad y Kise la estrecho con un poco de temor.

- Mi nombre es Junpei Hyuga, pero por tu bien te recomiendo que me digas Hyuga- senpai.

- Un placer conocerlo, Hyuga-senpai.

- En fin, seguro tienes muchas preguntas en tu cabeza, así que mejor te daré un resumen que podría contestar la mayor parte de tus dudas. En primera, yo fui enviado aquí para garantizar que esos dos se conocieran y se complementaran como equipo, más que nada por el deseo del equipo anterior que en serio los necesitaba. Segundo, mi nivel de intervención ya alcanzó su límite, y tal vez es por eso que tú estás aquí, porque he notado el brillo que hay en el corazón de Kuroko, y cosas del corazón escapan de mis manos. Tercero, seré tu apoyo en lo que dure tu misión, que según palabras de Wakamatsu, tendrá un tiempo límite de 9 meses para concretarse, porque Kagami irá un tiempo a Estados Unidos, todo el equipo lo sabe, incluido Kuroko, y lo mejor sería que su relación se afianzara antes de su periodo de ausencia en el verano. Y por último, te voy diciendo que no necesitaras de tu disfraz más que el día de hoy, porque como ángel guardián de su relación futura, debes estar enteramente pendiente de Kuroko, y la mejor forma de hacerlo es siendo invisible. Así podrás actuar como su conciencia en el plano amoroso.

Kise escuchó atentamente cada palabra dicha por su senpai, anotando todo en una hoja imaginaria de su mente para siempre tenerlo presente. Hyuga no parecía ser alguien nuevo en el campo y seguro sería de mucha ayuda en su misión. La información que le dio era relevante, hasta el más mínimo detalle, incluyendo lo del uniforme falso.

- Te agradezco mucho la información, Hyuga-senpai.

- No hay problema. Puedes preguntarme lo que quieras mientras aún esté por aquí.

- ¿Disculpa?

- Cierto, no te lo dije. Yo soy visible ante ellos como un supuesto senpai, y como todo senpai, me graduaré en unos meses. Por esa razón, solo voy a acompañarte hasta mitad de camino.

- Pero.... ¿Cómo...?

- Eso te toca descubrirlo tú mismo – Hyuga comenzó a rascarse la cabeza, pensativo – Siento que estoy olvidando algo...

Por detrás de Hyuga apareció otro chico, mucho más alto, de cabellos del color de las castañas y una mirada serena color café. Kise se quedó mudo ante aquel tipo tan alto como una torre y palideció cuando este rodeo con sus brazos a Hyuga, depositando un beso en su nuca. El chico de anteojos enrojeció ante aquel gesto y apartó al extraño mientras lo miraba con desdén.

- Maldita sea Kiyoshi, para de hacer eso. Íncubo idiota.

- Me alegra que hayas encontrado a tu enviado, Junpei.

Hyuga chasqueo la lengua en señal de molestia y maldijo por lo bajo. Ahora recordaba lo que estaba olvidando.

- Pusiste un hechizo en mí de nuevo, ¿verdad?

- ¿De qué hablas? No es necesario poner un hechizo en ti para hacer que olvides las cosas.

- No te hagas el desentendido. Ustedes los íncubos son especialistas en eso.

- Bueno, si te refieres al pequeño servicio que te di hace un rato....

- ¡Basta! – Hyuga le dio un golpe en la cabeza y se giró para mirar a Kise, quien se encontraba muy confundido – Este tipo molesto de aquí es un íncubo mandado hace tiempo para causar algunos estragos en el equipo y entorpecer su desempeño. No puedo decir que no ha logrado su cometido, pero gracias a mis intervenciones, los daños han sido mínimos. Se supone que también tiene un enviado, pero seguro no lo ha encontrado aún si ha venido a fastidiar el ambiente.

- Decir que vine por aburrimiento es algo frío de decir para tu novio ¿sabes?

La boca de Kise bajaría hasta tocar el suelo del inframundo si fuese posible, ¿aquel ser infernal había dicho la palabra "novio"? ¿Acaso las relaciones entre ángeles y demonios era siquiera posible?

Hyuga le dio otro golpe a Kiyoshi y este dejó salir sus alas, cuerno y cola. Al ver la expresión del ángel rubio, no pudo evitar reírse. Como demonio le gustaba crear algunos desastres, mucho mejor si era uno de los ángeles cercanos su víctima. Hyuga se masajeo las sienes y suspiró frustrado, aquel íncubo sin duda era un dolor.

- No te equivoques Kise, nosotros no estamos relacionados de esa forma. No es como si no pudiéramos, el cielo no tiene problemas con estas uniones siempre y cuando no interfieran con nuestras tareas, pero verme con este tipo por el resto de la eternidad es una pesadilla que no quiero hacer realidad.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Pues lo que es. Una unión entre especies es un lazo eterno que se formaliza cuando ambos copulan apropiadamente, claro está con la aprobación de los respectivos jefes del dominio. Si esta no es aprobada, ambos individuos son castigados con el olvido eterno, haciendo imposible que estos sufran por la separación repentina, pero volviéndose completos desconocidos que nunca más se volverán a ver. Creí que en el cielo te lo habían dicho.

Cruel, ese era un castigo muy cruel. Dos seres que se aman y no pueden estar juntos, además de perder sus memorias solo porque no se les permite amarse, era una tortura silenciosa que no causaba dolor pero que igual hacía daño.

Hyuga trató de explicarle lo mejor posible sobre el mecanismo del equipo mientras apartaba a Kiyoshi, que intentaba por todos los medios robarle un beso.

Cuando la plática estaba a punto de acabar, Kise sintió un escalofrío recorrer su espalda. Tembloroso, se abrazó a sí mismo y miró en todas las direcciones para cerciorarse de que todo era obra de su imaginación.

- ¿Kise? ¿Qué sucede?

- Sentí.... que alguien me observaba.....

- ¡Ah! Ya está aquí - Kiyoshi soltó a Hyuga mientras caminaba en dirección a un árbol cercano al gimnasio - ¡Me alegro de que no se haya perdido en el camino!

Ambos ángeles dirigieron la mirada al árbol y en una rama vieron a un joven de piel morena, ojos color azul eléctrico y cabellera del mismo color. Kiyoshi lo invitó a bajar y lo atrajo hasta ellos.

Una vez cerca, el chico recorrió a Kise con una mirada lasciva, poniéndolo incómodo.

- Bien, este es el gimnasio, y estos dos son ángeles enviados del cielo. Preséntate con ellos.

- ¿El protocolo no dicta que nuestras identidades deben permanecer ocultas?

- Ya te vieron de todos modos, al mal paso darle prisa.

El chico se relamió los labios al ver el rostro temeroso de Kise y extendió su mano para estrecharla con el ángel rubio.

- Aomine Daiki, incubo profesional en explotar el erotismo de cualquier objetivo. Un placer conocerte.

La mano temblorosa de Kise llegó a rozar la palma de Aomine antes de ser bruscamente jalado por el mismo. Con un brazo lo afianzó de su cintura y con la mano libre recorrió su rostro hasta llegar a la barbilla.

- Tienes un rostro bastante erótico angelito rubio. ¿No quieres pasar una velada inolvidable conmigo? Soy un experto en lo que a placer se refiere.

- ¡Suéltame! - Kise empujó a Aomine, quien lo soltó para que cayera de bruces contra el suelo.

- Altanero y algo torpe.... Me gusta eso.

Hyuga ayudó a Kise a levantarse mientras este se quitaba el polvo de encima, dedicando una mirada llena de odio al incubo. Kiyoshi rodeo a su recién llegado mirando la escena con diversión.

Aomine ignoró la mirada glacial que le dedicaban los ángeles y echó una mirada dentro del gimnasio, ubicando en seguida al chico de cabellos celeste y mirada color cielo que se le había encomendado. Miró fijamente su corazón y sonrió al ver las diversas fantasías que tenía con su amor platónico.

- Esta misión será fácil - El incubo comenzó a reírse a carcajadas, logrando llamar la atención de los dos ángeles.

- ¿Ya encontraste tu objetivo?

- Sí. Ese tal Kuroko Tetsuya tiene mucho para explotar. Cuando termine con él, Kagami no podrá vivir sin él.

- ¿Qué planeas hacerle a mi protegido?

Kise se acercó a Aomine hasta donde Hyuga le permitió llegar con una mirada llena de preocupación. El íncubo, al notarlo, se volvió a reír, desesperando aun más al ángel.

- Me enviaron para explotar todo el erotismo que Kuroko tiene para ofrecer a su platónico. Ese chico tiene muchas cosas en mente, será fácil corromperlo.

- ¡No puedo permitir que hagas eso! ¡No es lo que él quiere!

- ¿Y tú que sabes de él? Estoy seguro de que en su corazón no hay ni una pizca de deseo por un amor puro.

Kise centró su mirada en Kuroko y notó algo en su pecho: el lugar en donde estaba su corazón tenía dos colores, un rojo color vino y un rosa puro. Ambos colores estaban divididos a la mitad estando cerca de Kagami y a él le enterneció cuando pudo leer un pensamiento que él tenía guardado en su mente.

"Quiero estar por siempre al lado de Kagami - kun"

- Te equivocas - Kise enfrentó a Aomine, quien solo se dedicó a mirarlo sin inmutarse - Kuroko quiere tener una bella relación con Kagami y disfrutar el tiempo que le queda a su lado. No puedo permitir que un pervertido del infierno como tú se dedique a destruir las esperanzas que tiene de que eso se vuelva realidad.

- ¿Acaso me estás retando, angelito?

Kise tragó profundo y llenó su pecho de aire para infundirse valor. Por sus alas y por el bien de Kuroko se enfrentaría a ese demonio.

- Sí, en efecto, te estoy retando - Con paso firme, se plantó a pocos centímetros del rostro de su nuevo enemigo, decidido - ¡Eromine idiota!

A poco centímetros, Hyuga y Kiyoshi miraban la escena con asombro. Hyuga se puso un poco nervioso con las palabras que dijo su protegido, pero bien sabía que no podía hacer nada más que apoyarlo. En cambio, Kiyoshi no podía contener la emoción que le provocaba la actitud del ángel, no sabía nada de su nuevo protegido, salvo por el hecho de ser uno de los seres más pervertidos en el infierno y por tomarse muy en serio los retos.

Aomine se río por última vez en la cara de Kise y se relamió los labios otra vez, teniendo en sus ojos una chispa de excitación.

- Eres muy osado angelito.... Me gusta eso también - Se apartó del ángel y se fue con su senpai, no sin antes decir unas últimas palabras - Esta misión sin duda será muy divertida.
Notas finales:

* Chamuel es el arcángel conocido como "el arcángel del amor". Su nombre significa "El que ve a Dios" o "El que busca a Dios". Su labor es fomentar en los seres humanos la gratitud hacia Dios y el amor incondicional y desinteresado. Como el arcángel del amor, puedes pedir su ayuda y presencia si deseas integrar a tu vida sus virtudes dones y servicios.

* Uriel es uno de los siete arcángeles . Se le llama Ángel de la Presencia de Dios, su nombre significa "el fuego de Dios". Representa la fuerza todopoderosa del espíritu de la vida. Su atributo es una llama de fuego que representa su misión de despertar la conciencia de los seres humanos con el fuego de la verdad.  


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