Mis ojos seguían cerrados, tenía mucho frío... Acerqué mis manos a mi pecho, tan siquiera acordándome que antes mis muñecas eran abrazadas por unas terribles cadenas.
Traté de parar el temblor de mis manos... Era tan frío... Tan oscuro... Tan solo...
Tan... ¿Húmedo?
Abrí los ojos pero todo estaba oscuro, miré mis pies, tratando de buscar mi cuerpo en medio de todo ese perfecto caos.
Y lo que encontré me asombró, estaba acostado en un charco de agua, podía ver como crecía a causa de dos pequeñas cascadas pero no lograba encontrarlas... Puse mi mano en mi mejilla y de pronto lo entendí...
Eran mis lágrimas.
Mis lágrimas... Eran hermosas. Daban algo de luz a este lugar.
Abracé mis piernas, acostando mi cabeza en las rodillas, contemplando con indiferencia como cada vez había más y más lágrimas...
Una frase apareció en mi mente, palabras dichas mucho tiempo atrás... Palabras que resonaban en mi mente como una dulce condena...
<<Hay dos cosas que no se pueden evitar en esta vida, por mucho que huyas, por mucho que intentes evitarlos... Naruto... El destino y la muerte. Son torres inexpugnables.>>
Hermoso.
Hermosas...
Hermosa soledad.
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POV HIBIKI
Mis ojos no podían creer lo que veían, la Raíz, hogar de los Anbu, mi hogar... Estaba arrasado, estaba siendo arrasado.
Un tornado que no parecía querer moverse se abalanzaba sobre la tierra como el castigo de un ser divino.
Era aterrador.
¿Cómo había podido pasar eso?
Sentí una presencia a mi lado. Al girarme vi a Sai con cara de pánico, juro que el mundo se acababa.
- Mierda... - él habló en un susurro pero cuando nuestros ojos se encontraron supe por qué estaba tan alarmado. - ¡Hemos llegado tarde!
Todo parecía perdido.
El equipo siete se reunió alrededor de su miembro que lloraba en silencio por esa luz que se apagaba en la oscuridad.
Pero algo nos dio una última esperanza, alguien demasiado veloz pasó por nuestro lado entrando en esa fortaleza de viento, tierra, agua y rayos que fortificaba el cuerpo de Naruto. Era una sombra apenas, pero pude ver el color de su pelo.
Un hermoso tono anaranjado.
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POV NARUTO
No sabía cuánto tiempo llevaba así pero no me apetecía moverme.
Una marioneta tenía más sentimientos que yo en estos momentos. Qué irónico, ¿verdad? Aún siendo una de los Dioses, seguía atrapado en esta oscuridad.
¿Por qué mi destino debía ser así?
Aún si me esforcé por cambiarlo, por cambiarme, por seguir adelante... El resultado era el mismo. Dejé que una mano cayera sobre la superficie de agua, ahora parecía un mar infinito... En el que no me hundía. Estaba encima del agua como si fuera un fantasma.
Tan sólo un alma volatilizada.
Acaricié el agua.
Era tan cristalina, me preguntaba qué habría en el fondo...
Alargué mi mano, sintiéndome atraído por esa paz que me causaba el toque con mis propias lágrimas... con mi propio dolor.
- ¡ALTO! - Esa voz me hizo reaccionar como si me hubiesen tirado un cubo de agua helada por la cabeza.
Abrí tanto mis ojos que parecían querer salirse de mi rostro, mi boca se entreabrió, susurrante de palabras vacías mientras contemplaba la figura que se alzaba ante mi.