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Fear me por Karenlauren

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Notas del capitulo:

Hola, 

Siento decir que este es el último capítulo, aún así muchas gracias a todos por leer y a Aoi ito y Valen por comentar en el anterior capítulo. 

K.<3

Ninguno de los dos dijo nada, no nos movimos.

 

Tan solo nos observamos.

 

- ¿Eres real...? - un susurro que fue ocultado por su pregunta.

 

- ¿Eres Naruto, el Guardián del Bosque? - Hice una mueca pensativa, le di la espalda mientras observaba fijamente el agua, en silencio. Al cabo de un rato, cuando conseguí volver a acallar los sollozos, me atreví a contestar.

 

- Lo era... - En ningún momento me atreví a mirarle a la cara. - ...Corté los lazos con el Bosque.

 

- Sabes que había otra salida, ¿por qué algo tan extremo? - me giré con incredulidad. La rabia se apoderó de mi.

 

- ¿Y qué se supone que hubiese hecho? - Le miré a los ojos, golpeé el agua con fuerza. - ¿¡Matarlos a todos?!

 

- O haberlos hecho olvidar. - dijo con serenidad. Me reí con locura.

 

- ¿Para qué? - dirigí mi mirada triste al suelo. - Los humanos aprenden de la experiencia... eso tan solo hubiese atrasado los hechos y no se puede evitar una guerra para siempre, Kurama.

 

- ¿Cómo sabes mi nombre? - No podía ser.

 

Esta vez no sentí mi alma ser machacada, simplemente no sentí nada.

 

Kurama me había olvidado...

 

¿Ese era el precio por haber vuelto a la Tierra?

 

¿Por no haberse quedado con los Dioses?

 

- ¿No sabes quién soy? - Él me miró confuso y negó con la cabeza.

 

Estaba en uno de esos momentos de mi vida qué no sabía qué hacer... Pero la desesperación se apoderó de mí. Me levanté con dificultad sintiendo el agua bajar por mis piernas mientras me deslizaba sobre el agua acercándome a Kurama.

 

Le cogí del cuello de la camisa e hice que nuestros labios se encontraran.

 

Al instante me encontraba en el suelo, me dolía la mejilla. No quise mirar hacia arriba, a través del reflejo en el agua pude ver su mirada... El hielo era un lugar más cálido que sus ojos.

 

- ¿Por qué has hecho eso?

 

La impotencia me recorrió junto a la adrenalina.

 

Kurama... ya no sentía nada por mi, si.... podía haberme olvidado pero su corazón me recordaría... lo prometió....

 

- Mentiroso... - Un suave susurro me dio fuerzas para alzar la cabeza y enfrentar nuestras miradas de nuevo; la mía no paraba de derramar lágrimas y la suya era más imperturbable que la de una estatua de mármol. - ¡Eres un mentiroso!

 

Su confusión me hizo continuar, con más seguridad.

 

- ¡ME PROMETISTE QUE NUNCA ME DEJARÍAS SOLO, QUE SIEMPRE ESTARÍAMOS JUNTOS! ¡ME PROMETISTE QUE NUNCA ME OLVIDARÍAS, DIJISTE QUE VOLVERÍAS A POR MI! ¡¿POR QUÉ NUNCA VOLVISTE!? - Todas las preguntas sin respuesta fueron vacíadas en un instante. - ¡HABLASTE DE ESTE MUNDO COMO UN LUGAR LLENO DE BONDAD PERO TAN SOLO HE ENCONTRADO SOLEDAD Y OSCURIDAD! ¡¿DÓNDE ESTABAS?! ¿¡POR QUÉ ME ESTUVISTE MINTIENDO TODO EL TIEMPO!?

 

- Eso es imposible, - afirmó con demasiada seguridad... tanta que hasta llevé mi mano a mi cuello, confirmando que su marca seguía allí. - es la primera vez que te veo.

 

Que nada había sido un sueño.

 

- Entonces cómo explicas esto... - Me bajé la camiseta dejando visible su marca de pareja. - ¿Por qué me has condenado, Kurama?

 

- Esa marca no es mía. - Una risa propia de un psicópata salió de mis labios... siempre había sido tan cabezota... pero no lograba hacerle entrar en razón...

 

Tan solo quería que lo dijera.

 

- ¿Por qué me juraste que me amabas? - mi voz era tan solo un hilo roto compuesto por sonidos. 

 

- Yo jamás he dicho eso... - me miró a los ojos. - Tú vida está terminando, necesito que establezcas de nuevo el vínculo con el Bosque, los Dioses me envían como nuevo Guardián. Tú eres demasiado problemático... - Así que eso era todo... - ...Te queda poco tiempo de vida, así que hazlo rápido.

 

Me quedé unos instantes en el suelo...

 

¿Cómo...?

 

¿Por qué...?

 

Me ha olvidado.

 

No me quedaba nada más por hacer en este mundo, tan solo arreglar lo que había destrozado y desparecer.

 

Me levanté tambaleándome, perdí el equilibrio, caí al suelo pero volví a intentarlo bajo su atenta mirada... me dolía tanto el cuerpo... había tantas heridas...

 

Llevé mis manos al cielo y toda la energía fue encerrada en una pequeña mariposa que volvió a mi corazón.

 

Como si nada hubiese pasado.

 

Era un día soleado de nuevo, sin rastro de viento... lo único que quedaba como prueba de mi pérdida de control era ese lugar destruido.... la casa de los Anbu, la Raíz.

 

Miré a Kurama y le tendí la mano, este me miró casi con asco.

 

Como si fuera un fracaso como Guardián...

 

Pero lo era, ¿verdad?

 

- Así llegaremos más rápido... - ese susurro le convenció para tomar mi mano, con desconfianza. En realidad podría habernos llevado sin aquél contacto pero... tan solo una última vez, quería sentir su piel.

 

Al abrir los ojos él casi se horrorizó al ver el estado del Bosque, era apenas una sombra de lo que había sido... de lo que hubiese podido llegar a ser.

 

- ¿A qué esperas? - me observó con impaciencia, no me gustaba que me tratase como a un extraño, después de todo... él siempre decía que éramos familia, que solo nos teníamos el uno al otro.

 

- Tengo un último deseo... - él resopló con pesadez.

 

- ¿Cuál? - Le susurré en el oído mi petición, haciendo que me lanzara bruscamente al suelo, golpeándome el hombro malo... esos brutos me lo habían dislocado y el golpe no ayudaba, no podía soportar el peso de mi cuerpo sin matarme de dolor. - No lo voy a hacer. Ahora establece el maldito vínculo.

 

No me levanté, tan solo me quedé acostado en posición fetal mientras trataba de encontrar el lazo roto.

 

En unos segundos mi cuerpo brillaba como una estrella.

 

Me levanté con dificultad de nuevo, quería darle un último regalo antes de irme.

 

Un suave viento levantó las hojas del suelo, puse mi mejor sonrisa y le extendí la mano a medida que mi cuerpo se convertía en un suave polvo dorado.

 

Mi última mariposa azul voló hasta el corazón de Kurama, quién distraído por el renacimiento del Bosque, no se dio cuenta de aquél pequeño ser que se colaba en su memoria perdida.

 

Apenas me quedaban unos segundos de vida, mi mano seguía extendida hacia él, esperando que funcionase.

 

Que pudiese oírlo una última vez.

 

- Naruto... - un suave susurró interrumpió la paz de mi muerte. Unos dedos rozaron los míos antes de que el viente me hiciese desparecer en el aire.

 

A Kurama bañado en lágrimas, arrodillado en el suelo, gritando a los cuatro vientos su amor por mi... ese fue mi último nuevo recuerdo.

 

Después de eso...

 

Tan solo hallé paz mientras mi alma vagaba en esos recuerdos felices de otra época, tan solo de buenos momentos, mi favorito era el que Kurama en su forma animal me abrazaba mientras me hacía cosquillas, bajo el sol de un atardecer de otoño... mientras me volvía a jurar amor eterno. 

 

Cumplí mi último deseo...

 

Oírle decir una última vez...



 

Aunque no llegues a escuchar estas palabras, dejé un susurro en el viento solo para ti...

 

 

 

<< ...Te amo, Kurama... >> 

 

 

-FIN-


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