Bajaron al salón, que había sido decorado con el tema Bajo del Mar. Tan pronto como Afrodita lo vio, dejó salir un gemido.
—¿Qué demonios? —dijo Death Mask con una cara de horror.
—Fue el tema de nuestra graduación —dijo Afrodita sin expresión.
—¿Estas bromeando? – con la esperanza de todo esto fuera una mala jugada.
—Desearía que fuera así.
Juno y Pandora vinieron con rapidez. Las dos usaban vestidos de coctel que las hacía lucir sexys y con clase al mismo tiempo. El de Juno era azul, mientras que el de Pandora era rojo.
—Lucen fantásticas, damas —dijo Afrodita.
—Y ustedes están rompiendo los corazones de todas ahora mismo —contestó Pandora.
—Tendrán que superarlo, porque este hombre es mío por toda la noche. - Death Mask se estiró y tomó la mano de Afrodita.
«Si tan solo fuera más que eso», pensó Afrodita. Con cada hora que pasaba, era más y más consciente de lo cerca que estaba de terminar el fin de semana. ¿Qué pasaría con él y Death Mask entonces? ¿Se separarían? ¿O continuarían siendo amantes una vez que llegasen a Tokio? Afrodita sabía que no quería que las cosas terminaran. Había llegado a preocuparse por Death Mask … mucho… y quería ver si podían formar una relación.
Ahora Afrodita solo tenía que encontrar el valor para decírselo a Death Mask.
La cena fue mejor que la de la noche anterior dado que comieron con el mismo grupo de antes, fue divertido. La conversación fluía agradablemente y Afrodita supo que había hecho nuevos amigos que le durarían toda la vida.
La música comenzó a sonar. Al menos era moderna. Era un baile lento. Death Mask tomó a Juno, mientras que Afrodita tomó a Pandora y las llevaron a la pista de baile. Afrodita estaba a punto de poner sus brazos alrededor de Pandora cuando ella lo detuvo. —No soy yo con quien deberías bailar —dijo. Entonces tomó la mano de Juno y se fueron, dejando a Afrodita y Death Mask de pie ahí. Death Mask estaba confundido de qué hacer, pero Afrodita supo qué pasaba. Tomó a Death Mask de la cintura y lo acercó a él.
—¿Me concedes este baile? —preguntó Afrodita.
*Te amo de Alex Clare* sonaba y ellos comenzaron a moverse con la música. Al principio Death Mask se sintió extraño, pero pronto se relajó y se perdió en la música. Incluso descansó su cabeza en el hombro de Afrodita.
Lo que más sorprendió a Afrodita, era que nadie parecía sorprendido u ofendido de que los dos estuvieran bailando. Actuaban como si fueran una pareja más.
Death Mask giró la cabeza, de manera que sus labios estaban a centímetros de la oreja de Afrodita. —¿Crees que sería grosero si nos vamos después de solo un baile? —preguntó.
—Espero que no, porque te quiero ahora —respondió Afrodita con honestidad.
—Entonces vámonos. Te necesito ahora. - Death Mask dio un paso atrás y estiró su mano.
. —Está bien. - Con el corazón latiendo rápido de la emoción, Afrodita entrelazó sus dedos con Death Mask
Se despidieron de las chicas en su camino de salida y subieron rápidamente. Tan pronto como la puerta se cerró tras ellos, estaban uno sobre otro, sus labios juntándose tan duro como apasionado.
Al mismo tiempo, comenzaron a quitarse la ropa del otro de una manera tan frenética que prácticamente casi la rompen, desesperados por tocar algo de piel. Afrodita sentía que si no llegaba al cuerpo de Death Mask pronto, iba a estallar de necesidad.
Luego Afrodita se separó con una maldición. —Demonios, no tenemos suministros.
Death Mask le dio una sonrisa malvada, se alejó y tomó una bolsa que trajo con él del pueblo.—Hice un viaje a la farmacia mientras comprabas las palomitas de todos en el cine. - La abrió y sacó condones y lubricante.
—Eres un dios. - Afrodita dejó salir un suspiro de alivio.
—Se supone que no debes decir eso hasta después del sexo. - Death Mask inclinó su cabeza hacia un lado.
Afrodita sonrió y negó con la cabeza. —Solo calla y ya prepárate para lo que viene, ya que te hare sentirte bien.
Con una sonrisa sexy, Death Mask comenzó a desvestirse lentamente. Afrodita hizo lo mismo. Lejos estaba el fervor de antes mientras comenzaban a molestarse uno al otro exponiendo sus cuerpos cuidadosamente centímetro a centímetro.
Lo primero de lo que se despojaron fue la corbata. Afrodita la tiró a un lado sin importarle dónde aterrizaba. Entonces comenzó a deshacer los botones de su camisa. Death Mask hizo lo mismo, frunciendo el ceño cuando las pequeñas piezas de plástico no querían cooperar. Pero estaba determinado y pronto se la quitó, revelando su pecho a Afrodita. Death Mask se había llenado un poco desde la escuela. Ya no era el tonto delgaducho. Ahora tenía un poco más de músculos en los lugares correctos y un abdomen un poco más apretado que Afrodita podría pasar toda la noche lamiéndolo. Afrodita terminó de quitarse la camisa, mostrando sus músculos bien definidos y un abdomen que daba envidia.
No había manera sexy de quitarse zapatos y calcetines, excepto en películas y libros, así que hubo varios momentos incómodos mientras brincaban alrededor como un par de idiotas. Lo superaron riendo juntos.
Una vez que eso terminó, regresaron al modo sexy porque era hora de quitarse los pantalones.
Esta vez, fue Afrodita quien se quitó los pantalones primero. Como no quería perder más tiempo, se quitó la ropa interior al mismo tiempo. Una vez que se los hubo quitado, se paró desnudo frente a Death Mask.
Death Mask tomó una respiración profunda. —Eres perfecto.
—¿Soy de tu agrado?
—Si, eres todo lo que podría querer y más.
Afrodita podía sentirse sonrojar bajo el elogio. Se sentía bien. No estaba acostumbrado a recibirlos. Ya que no había tenido muchos amantes y siempre estaba ocupado con su negocio, no salía mucho. Era bueno tener algo de atención de vez en cuando, no era tan malo después de todo.
Afrodita terminó de desvestirse y Death Mask dejó escapar una pequeña exclamación. No se había dado cuenta la noche anterior cuán grande era su pronto a ser amante. Su pene era gruesa y larga y se curvaba hacia arriba hacia su estómago. Aun mientras Death Mask miraba, se formó una gota de pre-semen en la punta. La boca de Death Mask se hizo agua por probarla.
—Ven aquí —ordenó Afrodita.
Death Mask lo hizo, pero en lugar de ir a la cama, cayó sobre sus rodillas frente a Afrodita. Tenía que probar el sabor de ese pene. Sacando la lengua, lamió la gota de semen, gimiendo ante el sabor de salada divinidad. Necesitando más, Death Mask lamió de nuevo, esta vez pasando toda su lengua por la cabeza.
—Si bebé, eso se siente tan bien —dijo Afrodita, sus manos enredándose en el cabello de Death Mask. Incentivado por la respuesta, Death Mask abrió los labios y tomó la parte de Afrodita. Como tenía una casi nula experiencia con las mamadas, sabía que no había manera de poder tomarlo todo. Pero al menos podía hacer algo.
Death Mask comenzó a subir y bajar su cabeza, succionando mientras lo hacía. Era confuso y descoordinado a lo mucho, pero a juzgar por los gemidos de Afrodita, no parecía importarle. Demonios, incluso comenzó a mover sus caderas y gritar el nombre de Afrodita.
Justo cuando Death Mask comenzaba a tomarle el ritmo, Afrodita se alejó. Death Mask dejó salir un gruñido de protesta porque le negaron su premio. Afrodita le dio una sonrisa indulgente antes de ponerlo de pie y empujarlo hacia la cama.
Antes de que tuviera oportunidad de reponerse, Afrodita estaba sobre él, su boca tragándose el pene de Death Mask. Placer como ningún otro que hubiera sentido corrió por su cuerpo.
—Oh, esto es bueno. —Jadeó Death Mask, ya que sus manos se encontraban arrugando las sábanas.
Afrodita lo chupó y lamió por incontables minutos, muchas veces estando cerca de llevar a Death Mask al orgasmo. Pero, cada vez, Afrodita se retiraba frustrantemente, dejando a Death Mask esperando.
Y justo cuando Death Mask pensó que nunca iba a encontrar alivio, un hábil dedo se presionó contra su agujero. Estaba frío, pero pronto se calentó, mientras trabajaba su camino dentro y fuera. Al principio la intrusión se sintió rara, pero el cuerpo de Death Mask se relajó a su alrededor.
Tan pronto como sucedió, Afrodita agregó un segundo dedo, llenando más a Death Mask. Death Mask dejó escapar un grito a la sensación de quemadura, pero no iba a protestar. Quería esto. No, necesitaba esto. Más de lo que necesitaba respirar.
Para cuando Afrodita agregó un tercer dedo, Death Mask jadeaba hecho un desastre. Luego Afrodita giró su muñeca y tocó un punto dentro de Death Mask, el más increíble placer golpeó su cuerpo.
—¡Santa madre! ¿Es esto lo que se siente cuando tocan tu próstata? —gritó Death Mask —. Siempre me lo pregunté.
En lugar de contestarle, Afrodita la tocó de nuevo. Death Mask dejó salir un grito de pasión mientras se arqueaba en la cama. —Si no te detienes justo ahora, te juro que me voy a correr, aaahhhh.
Afrodita le dio una sonrisa maliciosa. —No podemos dejar que lo hagas todavía. —Sacó sus dedos y luego Death Mask pudo oír el sonido del paquete del condón siendo abierto. Un momento después, encontró sus piernas trepadas sobre los hombros de Afrodita.
Mirando a Death Mask con la más amorosa expresión, Afrodita dijo: —Solo toma una respiración profunda y trata de relajarte. Dime si te lastimo demasiado y me detendré.
—Lo haré. - Death Mask asintió
Afrodita se deslizó lentamente dentro de Death Mask. Se sentía un poco de quemadura, pero era soportable porque Afrodita lo había preparado muy bien. Death Mask tomó una respiración profunda y la dejó salir gradualmente. Antes que lo supiera, Afrodita estaba todo adentro.
Los dos se quedaron quietos un momento para darle tiempo a Death Mask de acostumbrarse. Death Mask asistió para indicar que estaba listo. Afrodita comenzó a moverse, lento primero, como si tuviera miedo de romper a Death Mask.
—Está bien, Afrodita, no me lastimarás —le aseguró Death Mask —. Quiero esto tanto como tú.
—Gracias a Dios. Por que estoy a punto de perder el control — admitió Afrodita.
—Adelante, dámelo, puedo soportarlo. – tomando el rostro de Afrodita con ambas manos y brindándole un apasionado beso, el cual no pudo seguir, por el placer que le brindaba Afrodita a Death Mask.
Doblando a Death Mask casi a la mitad, Afrodita martilló dentro de él. Con cada golpe, Afrodita tocaba el punto dulce de Death Mask y dejaba salir lloriqueos de placer y fue cuando supo que no iba a durar mucho más.
Solo esperaba no decepcionar a Afrodita al venirse tan pronto.
Luego estuvo fuera de su control porque su cuerpo se hizo cargo. Dando un grito, Death Mask se corrió, calientes hilos de semen golpeando su estómago y pecho. Estaba por disculparse con Afrodita cuando el gritó su nombre y se corrió también.
Afrodita se sentó en sus talones, para que Death Mask pudiera desdoblarse mientras los dos recuperaban el aliento. Death Mask sintió que debería decir algo, como gracias o wow, pero estaba demasiado ido para pensar algo en este momento.
Afrodita se levantó y fue al baño, regresando un momento después con una toalla tibia. Luego, con la mayor ternura, limpió el estómago y pecho de Death Mask. Luego tiró la toalla a un lado y se metió en la cama.
Mientras Afrodita se acomodaba a su lado, de nuevo pensó en lo que pasaría después de regresar a Tokio. Se encontró a si mismo desesperado. No quería renunciar a esto. Se sentía tan correcto.
—¿A qué hora sale tu vuelo mañana? —preguntó Afrodita.
—A la una. ¿Qué hay de ti?
—Medio día.
Hubo un silencio prolongado y de repente Afrodita ya no pudo soportarlo. — Death Mask, ¿qué pasará con nosotros cuando regresemos a casa?
Apoyándose en un codo, Death Mask miró a Afrodita —¿Qué quieres decir?
—No quiero que regresemos a ser extraños. No quiero que esto termine.
Death Mask estuvo callado tanto tiempo, que el corazón de Afrodita se comenzó a hundir. Luego una gran sonrisa estalló de la boca de Death Mask —¿Sabes cuánto tiempo he estado tratando de juntar el valor para decirte lo mismo?
—¿De verdad? - La esperanza floreció en Afrodita.
—He estado preocupado todo el fin de semana de que esto solo era algo pasajero para ti y que no querrías nada de mí una vez que regresemos a Tokio.
—Pensaba lo mismo.
Death Mask jaló a Afrodita para un gran abrazo. —Gracias a Dios, porque me he enamorado mucho de ti.
—Tú también me importas mucho. – aceptando el abrazo y a su vez dándole besitos en la frente y mejillas
—Entonces cuídate Tokio, porque aquí vamos.
Seis meses después.
— Death Mask sera mejor que te apures o llegarás tarde al trabajo — gritó Sahory desde las escaleras.
—Si, si, si —gruño Death Mask mientras bajaba por la escaleras de la casa que conectaban con la cafetería—. ¿Quién iba a saber que cuándo me mudara tendría una madre en vez de una hermanita?
—¡Ja, ja! Que payasito —contestó, antes de darle una taza con café—. Sigue hablando así y no iré contigo a caminar este sábado.
—Amas esas caminatas tanto como yo, así que sé que es una amenaza sin fundamento, eehhh. —Le revolvió el pelo juguetonamente.
Afrodita entró por la parte de atrás. —Hey, Death Mask. No te olvides que Juno y Pandora vendrán a visitarnos este fin de semana.
—¿Cómo podría? Pandora no deja de mandarme mensajes al respecto. Está muy emocionada por poder ser un extra zombi en el set.
—No lo estará cuando la hagas usar ese enjuague bucal para poner su boca negra. —Sahory tembló—. Esa cosa es asquerosa. – mostro una cara de asco.
—Lo amas y lo sabes —dijo Death Mask.
—Lo amo todo, excepto esa parte es asqueroso, uuhhfff —admitió, antes de darse la vuelta a atender a un cliente.
Death Mask se giró hacia Afrodita para darle un beso. —¿Te he dicho hoy lo mucho que te amo?
—El dia de hoy, no — Afrodita negó con la cabeza.
—Bueno, te amo, Afrodita – Dándole un beso de amor
—Yo también te amo, Death Mask. Ahora ve y maquilla algunos zombis. Estaré aquí esperando por ti. Como siempre. - Death Mask no podía pedir nada más, ahora si que sentía lleno ya que se había librado del pasado para así poder tener un presente y un futuro lleno de paz y de felicidad.
Fin