Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De cafés mañaneros y bailes nocturnos. por Raven Rotten

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Escuchenla prro xd :

    https://www.youtube.com/watch?v=E3BjONhtBa0

 

 

 

"La vida es un ruido entre dos grandes silencios.”

-Isabel Allende.

 

Había empezado la fiesta no más que hace unos minutos, pronto tendría que ir a sentarse a comer con su familia. No creía que pudiera comer siquiera, el apetito no aparecía ya hacía meses, así que ésta noche tampoco se presentaría.

 

Por lo menos podía fumar, toda su familia era fumadora y no le cabía duda de que iban a fumar mientras comían o bebían.

 

-Itachi. – Escuchó que lo llamaban, volteó y vio a su primo. – Ya es hora de la cena…

 

Él asintió.

 

-Ya voy, Shisui… - Primero esperaría a que el cigarro se le terminara.

 

Su primo entró a la sala de celebración. El cigarro duro menos de lo que le hubiese gustado. Se vio obligado a entrar a cenar, notarían sino se presentaba; era el hermano del novio y quien se tenía que sentar a su lado en la mesa de la familia.

 

Pasó por entre las mesas con manteles blancos y adornados con rosas de color rosado y azules, en honor a los novios. Caminó con pasos tranquilos, pero en su mente sólo planeaba en cómo salir corriendo de ahí lo más rápido posible.

 

-“Tal vez si saltara sobre la mesa de los padrinos podría salir más rápido de aquí…”. – Pensó viendo a los amigos de infancia de la pareja sentados, riéndose de cosas estúpidas que decían. – “No me resistiría las ganas de pisarle la cara a Naruto, así que me retrasaría” – Dejo de lado su plan de escape, cuando ya estaba tomando la silla para sentarse. Se sentó, ignorando todo lo que hablaban su madre y la madre de Sakura tan alegremente.

 

Su hermano y su “cuñada” estaban fumando un cigarro de color rosa, mientras hablaban con sus padres. Fugaku fumaba su habano cubano, compartiéndole al padre de Sakura. Mikoto ya llevaba el quinto cigarro y la señora Haruno ya prendía el cuarto. Así que no importaba si se ponía a fumar su segunda cajetilla.

 

Sólo se dedicó a mirar su comida cuando se la pusieron en frente, no quería comer, sólo tenía asco en el estómago.

 

-Así que…¿Pensaste en propuesta para ir Londres a pasar su luna de miel? – Preguntó Fugaku a Sasuke, quien tomaba un poco de champaña de su copa. Itachi levantó la mirada, viendo a su padre y luego a Sasuke.

 

Sasuke negó.

 

-No iremos, nos quedamos acá… - Dijo el menor, sonriéndole. – No me gustaría alejarme de mi familia, menos de mi hermano…- Miró a Itachi dedicándole una sonrisa.

 

El mayor lo miró, inhalando el humo, le sonrió anchamente, soltando el humo por la nariz. Su sonrisa casi no duró, se esfumó como se esfumó el humo del cigarro. Y volvió a mirar a su comida.

 

Había sido derrotado, pisoteado, por una niñita con cabeza de chicle. A pesar que él siempre estimó a Sakura, no podía evitar sentir rencor por haberle arrebatado lo más importante en su vida. Aunque todo su rencor no siempre iba hacia la Haruno a un cien por ciento, si calculaba bien, el 56% era para él. Se tenía rencor por no ser egoísta con los demás y haberse quedado con Sasuke.

 

No pasó mucho para los fiesteros de los Haruno y los borrachos de los Uchiha, se pusieran a bailar en la pista de baile. Los más locos, eran los novios saltando gritando cuando recordaban la letra de las canciones, movían la cabeza despeinándose. Si se fijaba más, podría jurar que parecían dos amigas de fiesta, que novios en su boda.

 

Sintió como una mano se le posaba en el hombro. Hizo una mueca de fastidio, sabía lo que venía ahora.

 

-Tú también deberías casarte hijo. – Escuchó decir a Fugaku. – Ya sabes; enamorarte de una chica bonita, sentar cabeza. No morir solo, Itachi.

 

-Sabes que eso no es posible. Además, si no es una chica de alta alcurnia, no me dejarías casarme. – Dijo Itachi con algo de enojo, estaba harto de escuchar a toda su familia decirle que él también debía casarse.

 

-Bueno si, la verdad. – Reconoció de inmediato el empresario.

 

-Sasuke tuvo suerte de haberse enamorado de la hija de actores…- Dijo bajito el joven adulto, con un tono triste, melancólico y algo devastado.

 

-¿Qué? – Fugaku no lo había oído.

 

-Que quiero pegarte un tiro en la cabeza…- Masculló el de pelo largo.

 

A Fugaku no le sorprendió esa respuesta, Itachi era de personalidad peleonera y siempre le buscó pelea, llevándole la contraria a todo lo que decía, hasta que cumplió los 20, pero su actitud pendenciera volvió hace unos 4 meses. El patriarca no era pendejo, se daba cuenta que algo estaba mal con su primogénito; el muchacho se veía deprimido, hablaba menos de lo que hablaba antes, dejó de usar su ropa limpia y bien cuidada que empezó a usar cuando entró a la veintena y en cambio usaba esas ropas de vago que usaba cuando era un adolescente rebelde. Se hizo el desentendido, pero, cuando fue de visita a su departamento y no lo encontró, vio su guitarra hecha trizas en el piso de madera. Lo que algo de que temer, ya que Itachi adoraba su guitarra.

 

También notaba lo mucho que fumaba últimamente, los pocos alimentos que ingería, lo pálido que se estaba poniendo, lo flaco que estaba.

 

Pensó qué el que Sasuke anunciara su matrimonio siendo tan joven, le hubiese afectado de cierta forma a Itachi; Sasuke siendo tan joven casándose y él teniendo 24 ni novia tenia. Tal vez por eso insistía tanto en que se casara con una bella dama, pero eso no iba a ser posible.

 

Este año Itachi cumpliría 11 años de haber salido del closet y habérselo dicho a él y a su mujer. Y ellos, como la gente prejuiciosa que eran, lo mandaron a múltiples centros psicológicos, ya hasta consideraron tomar la propuesta de un doctor de hacerle electroshock. Si Sasuke no hubiese interceptado, diciéndole que esa no era la solución y que sólo había que aceptarlo tal y como era, si el en ese entonces niño no hubiese abierto la boca, habrían hecho que unos doctores le tostaran el cerebro a su hijo de 13 años con 400 voltios.

 

Itachi y Fugaku giraron su vista a la pista de baile y admiraron a los novios. Sakura movía esa esponjosa falda gracias a como balanceaba sus sueltas caderas, Sasuke le aplaudía junto con sus demás amigos. La peli rosa dejó de bailar y tomó a mano de una supuesta peli roja más alta que ella.

 

La “chica” se sacó sus zapatos de tacón agujas color verde manzana y quedó descalzo. Agarró su falda de tul y la empezó a mover siguiendo la música.

 

Esa chica colorina, era un amigo en común de Sasuke y Sakura, hace ya 2 años que era travesti. Al sólo mirarlo no se notaba que era hombre, pero al escucharlo hablar se notaba.

 

El chico con extensiones fue donde Sasuke y lo hizo ponerse en el medio a bailar, a lo que él se negó avergonzado. Pero finalmente, quedó en el medio y se atrevió a bailar.

 

Su ahora esposa se sacó el velo y se lo amarró en la cadera a su marido. El Uchiha menor movió sus caderas tal y como lo había hecho Sakura con anterioridad.

 

Todos empezaron a silbar y a aplaudir.

 

El primogénito se levantó, se despidió de su padre, mientras éste miraba al joven de pelo largo con algo de preocupación. Al final, Itachi dio las zancadas más largas y rápidas que había dado en su vida y se largó de la sala de celebración.

 

Y Fugaku, casi muere. Su hijo no lloró cuando nació, ni cuando se cayó de su bicicleta, ni cuando su perro murió, ni cuando se quebró el brazo, ni cuando su querido tío Madara murió de sobredosis por heroína, ni cuando su primo (Casi hermano) Obito falleció tras un accidente en las montañas. Pero ahora… ahora… casi desfallece, cuando vio los ojos cristalinos y escuchó la voz rota de su hijo. Se le rompió el corazón.

 

Cuando quiso buscarlo, ya no lo vio más.

 

 

__________________

 

 

 

Itachi se sentía asfixiado, no respiraba, su cara estaba roja y caliente, las lágrimas ardientes aumentaban la asfixia y temperatura corporal.

 

-…Ya basta…-Murmuró, con sollozos en la boca, tapándose la cara como un intento bobo de que el agua desapareciera en sus manos. – Basta, por favor…- Su voz parecía la de un niño abandonado por sus padres.

 

No lo soportaba ya más, jamás nunca tuvo algo por qué llorar, sólo para sentirse triste, pero no para llorar.

 

Ahora había encontrado una razón… su puta razón para llorar es un estúpido niñato de 19 años, ese niñito caprichoso, ese maldito crio que le robó el corazón… ¡Desgraciado!   

 

Ese niño lo hizo llorar con tan sólo bailar junto a su ahora esposa, se veía tan lindo bailando, mostrando sus grandes dotes de bailarín, con esa sonrisa deslumbrante. Y, sin embargo, le hacía feliz verlo junto a Sakura, después de todos, ellos dos siempre tuvieron mucha química entre ellos.

 

Ambos, bailando descalzo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).