La cama parece ser el lugar donde ellos suelen mantener muchas de sus discusiones. Un lugar para hablar y planear. Definitivamente, es donde lidian con sus pensamientos y sentimientos, pueden ser ellos mismos, no lo que los otros esperan que sean.
Un lugar privado, intimido, diferente al trabajo. Un ambiente propio, establecen sus propias reglas. Tal vez por eso Koron suele aparecérsele a Yutaka en la habitación o el baño. Simplemente, no necesita otra intensa mirada en la casa, especialmente cuando pasa mucho tiempo caminando desnudo.
En este santuario interno, Yutaka no tiene que fingir su imagen. Aquella imagen que los fans tienen de él: Kai, el batero y líder de the GazettE, siempre sonriente, amable, dispuesto a tiempo completo a ayudar a sus compañeros, el buen líder que toma las decisiones correctas, que no padece tristezas y que usa su alegría para iluminar el oscuro día de las personas que lo rodean, nada lo derrumba, tiene todo bajo control. En realidad, no es nada de lo mencionado. Él no tiene una sonrisa tatuada, los problemas le bloquean la mente, el control se escapa de sus manos como arena. Simplemente, es Yutaka Tanabe, un hombre japonés promedio. Tiene tantos puntos negativos como cualquier otra persona.
En ocasiones, deja a Takanori tomar el control, ser quien dirija y asuma el mando, en cuanto a la banda se refiere.
Es consciente de la manera que lo ven los fans, en cuanto a rol sexual. En la cama, puede ser lo que él quiera, no hay activo o pasivo, solo son Takanori y él para complacerse, ambos son confidente y amante para el otro.
Yutaka es libre de mostrar tanto su debilidad como su fortaleza.
Similar para Takanori, no tiene que tratar de verse genial ni vestir telas extravagantes, no tiene que lucir como una diva total o usar botas de taco alto o maquillaje excesivo para causar un shock visual. También es consciente de esa imagen superficial y, a veces, negativa que tienen los fans de él, pero es entendible por todo lo que muestra en sus redes sociales. Puede llegar a parecer ostentoso, no importa, mientras sus letras conmuevan a las personas que lo admiran por su carrera musical.
En cuanto se siente confortado en su hogar, es solo Takanori Matsumoto, amante de la moda, soñador, caprichoso, sentimental y acaparador de las atenciones de Yutaka. Así se refiere a sí mismo, de manera divertida. Cuando tiene un bloqueo artístico o está triste, sabe que Yutaka está ahí.
Entonces, en la privacidad de esa escasamente amueblada habitación, pueden cambiar roles, alternar sus acciones públicas, explorar y disfrutar de lleno la gama de sus personalidades.
Ninguno es quisquilloso en público. Cuando salen al escenario y enfrentan a miles de personas, mantienen la compostura, las expresiones radiantes y frases de agradecimiento; la felicidad que muestran en real, les encanta hacer música y que aprecien eso es suficiente.Si bien durante las entrevistas hablan sobre sus vidas, nunca nada tan profundo como lo que realmente sucede, el ambiente artificial les estresa.
La recamara compartida es el antídoto, pueden relajarse, sosegarse o alborotarse tanto deseen. Un sitio para alejar las presiones del trabajo y ser ellos mismos.
Aquel maravilloso sentimiento de calidez y seguridad al despertar es lo que los mantiene satisfechos durante las primeras horas de la mañana. Aquel dichoso periodo de calma antes de que el cerebro funcione óptimo. Cuando todo luce tonto, borroso, ligeramente fuera de foco y algo cómodo.
No importa la hora, no importa el día ni el momento, encima de aquel mullido colchón, debajo o sobre aquellas suaves sábanas es que surge la magia, donde Yutaka Tanabe y Takanori Matsumoto demuestran el amor incondicional y reciproco.