Sasuke se despertó al día siguiente, envuelto en mantas cálidas y junto a un rubio que dormía tranquilo a su lado. Se incorporó y escudriñó la habitación, preguntándose cómo llegaron aquí, y mas importante, si alguien los había reconocido.
-Mm.- Naruto suspiro con pereza al abrir los ojos y dando una sonrisa cuando sus ojos azules se posaron en los oscuros de Sasuke. -Buenos días.- El chico murmuró.
-Buenos días. ¿Cómo te sientes?- preguntó Sasuke, peinando sus dedos entre él pelo rubio del otro chico.
-Debería yo preguntarte eso.- Naruto rió, enterrando la cabeza hacia abajo en las sabanas. -Sai dijo que podíamos estar aquí. No hay muchas personas que pasan por aquí, así que hay menos posibilidades de que las autoridades locales vengan.
Sasuke frunció el ceño. -¿Sai, eh? ¿Cómo sabemos que no está pensando en entregarnos?
-Tengo mis propios problemas con la policía.- Sai interrumpió mientras lentamente abrió la puerta, empujándola abierta con su cadera y arrastrando un carrito de desayuno al cuarto. -La chef les envía su amor.- Él chico sonrió mientras miraba hacia la comida preparada para los dos chicos. -Es posible que tendrás hambre, todavía sigues enfermo.
Sasuke observó con recelo el chico. -¿Qué problemas tienes con la policía?
Sai, ocupado abriendo las persianas, se detuvo y lentamente puso sus manos a su lado, apretando los puños al recordar una memoria que debería haber sido olvidado. Al esperar una respuesta, Sasuke miraba desde donde estaba sentado en la cama a el chico sonriente que solo inclinó la cabeza y dijo: -Sólo un pequeño malentendido, es todo.
Levantando una ceja, Sasuke entonces miro a Naruto, quien sacó la cabeza debajo de las sabanas y olfateó el aire. -¡Gracias, Sai!- Naruto inmediatamente retiro las sabanas y se acercó a él desayuno.
Sai sonrió una vez más. -No hay problema. Vuelvo a la tienda si me necesitan. Siéntase libre de mirar a su alrededor, si quieren. Hay muy pocos locales aquí, así que no creo que se tienen que preocuparse acerca de ser reconocido. Todos aquí casi piensan que la televisión es mala.
-¡Gracias de nuevo, Sai!- Naruto dijo, un trozo de pan en la boca. Sai sonrió con calidez hacia el chico e inclinó la cabeza hacia Sasuke antes de cerrar la puerta detrás de él.
-Es muy agradable, ¿verdad?- preguntó Naruto, ocupado en comerse otro trozo de pan tostado.
-Si, seguro.- Sasuke asintió. -Ey, no te comas toda la comida.
-¿Por qué, quieres?- Naruto bromeó.
-Idiota, por supuesto que sí. Entregalo.- Bromeando, Sasuke se acercó a él pan tostado en las manos del otro chico, Naruto riendo y moviéndose para escapar él agarre del azabache. Al final, Sasuke cogió la muñeca del rubio y bajó la mano de Naruto para tomar un bocado del pan. -Esta bueno.
Naruto tragó saliva, mirando a Sasuke morder y masticar. Poco a poco, los ojos del chico de cabello oscuro se atraparon en los del rubio y sonrió lascivamente cuando Naruto coloco el alimento en el plato y se lanzo encima fe él para darle un beso.
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-Detenté.- Naruto rió en bajo mientras Sasuke lo abrazaba por la espalda, poniendo sus labios entre el cuello del rubio.
-No quiero.- Sasuke habló, haciéndole cosquillas en el cuello de Naruto cuando movía sus labios en el proceso.
-¿No puedes mantener tus manos lejos de mí?
-¿Por qué querría hacer eso?- preguntó Sasuke, levantando la cabeza cuando la puerta del ascensor se abrió. -Me gusta tocarte.
Naruto se sonrojo. -Sí, pero acabas de tocarme no hace mucho tiempo. Y no muy cariñoso. Eras áspero, si puedo añadir.- Sasuke rió entre dientes mientras el rubio recordó lo que acaba de ocurrir en su habitación de hotel.
-No se puede llamar áspero si todavía puedes caminar.
-¡Sasuke!- Las mejillas del rubio enrojecieron un poco más.
-Relajate, Naruto. Al menos nadie nos escuchó. Apenas hay nadie en este...lo que sea que es.- Sasuke encogió los hombros, caminando por delante de una tienda cercana. -Ey, mira, mejor veremos alrededor, ¿no?- Él azabache señaló hacia una sala de juegos vieja.
Detrás del chico de pelo oscuro, Naruto miro alrededor a las pequeñas tiendas que les rodeaba. Solo había un tres centros comerciales cerca de tres hoteles y una sala de juegos. La única gasolinera que había visto hasta el momento era la que trabajaba Sai.
-¿Disfrutando del paisaje?- preguntó Sai, sorprendiendo a la pareja. Sasuke se dio la vuelta y frunció el ceño. -Tranquilo, Sasuke, sólo voy de paso.- Sai sonrió, irritando el Uchiha aún más.
-Ah, s-si.- Naruto habló, ignorando la mirada de Sasuke y sonriendo hacia el otro chico. -Estamos mirando alrededor.
Sai asintió, -Entonces regreso a mi camino.- Comenzó a caminar a su destino, pero se detuvo al recordar algo. -Por cierto, la señora del restaurante quiere saber si están interesados en unirse a nosotros para una hoguera esta noche.
-¿Hoguera?- preguntó Naruto.
-Es sólo algo que hacemos cuando tenemos visitantes.
-Sasuke, ¿podemos ir?- Naruto volvió ver a Sasuke, pidiendo con los ojos y esperando que el Uchiha estaría de acuerdo.
Suspirando, Sasuke rodó los ojos y colgó su brazo alrededor del chico rubio. -Esta bien.
Celebrando, Naruto sonrió y dejo un pequeño beso en la mejilla de Sasuke.
-Muy bien, entonces espero verlos de vuelta en el hotel.- Sai se despidió. Sasuke se quejo ya cuando él chico dio la vuelta en una esquina.
-¿Por qué no le agrada?- El rubio le preguntó, verdaderamente curioso en por qué a Sasuke no confiaba en el otro chico.
-Llámalo instinto. Sólo sé que va a hacer algo.- Respondió Sasuke, su voz demasiado grave para que Naruto diga otra cosa más.