Sasuke y Naruto estaban disfrutando el silencio de la habitación, los dos acostados con la cabeza colgando sobre el borde de la cama mientras miraban hacia la pared. No había nada que hacer mientras la noche se hizo cargo sobre él cielo. Estaban un poco cansados ya que habían comido con Konan, Pein, e Itachi. Sai, sin saber por que, todavía seguía desaparecido y ahora no tenían nada que hacer más que mirar a un techo blanco. Ya eran las doce y él sueño no podía tomarlos.
-Adivina lo que viene en unos días.- Naruto retó, sonriendo hacía a Sasuke para ver si podía adivinar.
-Hmm... bueno...- pensó Sasuke. -Octubre viene dentro de unos días...
-Sí, ¿y qué hay en Octubre?- Naruto sonrió un poco más.
-Sé donde vas con esto.- Sasuke se rió. -Es tu cumpleaños en unos días más.
Naruto asintió. -Iba a pasarlo en casa con mis amigos de escuela, pero supongo pasarlo contigo es mejor.- El Uchiha sonrió ante eso.
-Me voy a asegurar que sea el mejor día para ti, entonces.- Sasuke prometió, haciendo todo lo posible para mover su cabeza hacia Naruto y besarlo. El beso fue interrumpido cuando un golpe se escuchó en la puerta. Suspirando, Sasuke se levantó demasiado rápido, tropezándose en su camino hacia la puerta. Hizo caso omiso de la risa de Naruto cuando lo abrió para revelar a Itachi. -¿Que pasa?
-Nos vamos, toma tus cosas y date prisa.- Itachi parecía un poco... enojado.
-¿Por que tan rápido?
-Date prisa y esperenme en el coche. Busquen a Sai o si no me voy sin el. No voy a esperar que aparezca. - Itachi arrojó las llaves del coche hacia el pecho de Sasuke y se fue.
-¿Qué pasa con él?- preguntó Naruto, uniéndose junto a Sasuke en la puerta.
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-Wow, ¿estás bien?- Preguntó Pein, abriendo la puerta para dejar entrar a Konan.
-Itachi.- Konan puso los ojos. -Algo le dio que se puso como bestia.- Ella dijo, echándole una mirada a Pein que se rió mientras caminaba.
-No te vio salir, ¿verdad?- Pein preguntó, echando un vistazo a los dos lados antes de cerrar la puerta.
-¿Estás bromeando? Se quedo dormido y me vine justo cuando lo hizo. Ahora, ¿vamos a hablar o a jugar?- Pein rió, abrazando a Konan por detrás y besando su cuello con suavidad.
-¿Estás segura de que tu cuerpo puede tomar otra ronda?- Pein pregunto y Konan solamente salió del abrazo atacó con avidez a sus labios.
-Basta de hablar y empieza. - Konan murmuró.
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Itachi había fingido estar dormido cuando Konan decidió levantarse lo más silenciosamente posible para cambiarse y salir de la habitación. Él la siguió en silencio mientras se dirigía a una habitación situada en el otro lado del edificio en el primer piso. Memorizando el número de la habitación, Itachi volvió a su cuarto, agarrando su maletín y caminando hacia el estacionamiento para tirarlo en el coche. Buscando algunas cosas en la cajuela del coche, las agarro y se las llevó con el a la habitación de Sasuke y Naruto, donde les instruyó que se dieran prisa y que lo esperen en él coche mientras al mismo tiempo ocultando los artículos que llevaba detrás la espalda.
Impulsado por la ira, Itachi se dirigió rápidamente hacia la oficina donde se encontraba un joven adolescente con aspecto frágil. El chico se sentaba detrás del mostrador y comía un bocadillo. -¿Tiene una llave extra a la habitación de dos cincuenta y tres? Estoy tratando de contactar a mi amigo, pero él no contesta. Me preocupa que está enfermo.- Itachi mintió.
-Lo siento, señor, pero no puedo darle la llave extra sin el permiso de su amigo. Es una regla de privaci...
-¿Qué?- preguntó Itachi, su rostro parecía un poco más aterrador bajo las luces colgaban del techo.
-Uh, quiero decir... a-aquí.- El pobre chico sacudió como una hoja mientras le entregaba Itachi la llave extra. -Sólo asegúrese de...- el chico se asusto cuando Itachi cerro la puerta detrás de él con fuerza. -...devolverlo.
Asegurándose de mantener sus pasos silenciosos, Itachi se acercó a la puerta donde había entrado Konan. Puso el oído a la puerta, escuchando un par de risas y frunció el ceño. Puso la llave dentro en silencio y poco a poco, con paciencia, abrió la puerta. Con lo poquito que la abrió, pudo ser testigo al ver a Konan y Pein caminando hacia el baño, cerrando la puerta detrás de ellos. Tomando la oportunidad, entro al cuarto para comenzar su venganza.
¿Venganza? Sí, pero él no iba a revelar que ya sabía sobre el asunto, no. Itachi puede parecer tranquilo y organizado en el exterior, pero en el interior... él era un Uchiha, y al igual que su padre, Itachi tenía sus mañas.
-¡Pein!- Konan gimió e Itachi escuchó un fuerte golpe en la puerta y frunció el ceño con disgusto; sabía muy bien que uno de los dos estaba contra la puerta del baño.
Apurándose, Itachi encontró que era mas fácil de lo que pensaba ya que las sábanas de la cama estaban dispersas. Con un paño que había sumergido en gasolina atrás en el coche, Itachi lo colocó debajo de la cama, conectado y atado a una soga gruesa que tenía en la cajuela. Al igual que el paño, la cuerda también estaba bañada en el líquido flamable. Estaba atado a la tela e Itachi se aseguró de que llegó desde la cama hasta la puerta, donde se ponía de pie y esperaba por él momento adecuado.
No pasó mucho tiempo. Itachi cerro la puerta ligeramente y mientras sacaba un encendedor de su bolsillo de pantalón, solo tubo que esperar a los dos que salgan. Mirando a escondidas a través de la pequeña abertura en la puerta, vio como caían directamente en su trampa; Konan con la espalda apoyada en la cama y Pein encima de ella, los dos claramente incapaz de oler el aroma del combustible.
Itachi abrió la puerta, dejando que la luz de la luna brille detrás de él, al entrar a el cuarto oscuro. Al darse cuenta de la luz, Konan se incorporó y con horror, vio a su novio, Itachi, de pie con un rostro inexpresivo en la puerta.
-¡I-Itachi!- Konan agarro las sabanas para cubrirse. Pein se quedo sentado junto a ella y se quedo en pánico al ver como el Uchiha no hacía nada más que mirar. -Itachi, p-puedo explicar, Pein y yo solamente...
-No gastes tu aliento.- Itachi dijo con calma. -No quise hacer nada al principio, pero al aparecer, guardo rencores.
-Itachi, lo siento.- Konan lloraba, las lágrimas cayendo por sus mejillas.
Itachi sacudió la cabeza. -Soy yo el que debe pedirte perdón.
-¿Qué?- Pein y Konan ambos preguntaron.
-Lo siento, Konan, pero ahora resulta que soy más aterrador que mi padre.- dijo Itachi mientras levantaba la punta de la cuerda. Pein y Konan siguieron la cuerda, notando poco a poco que se envolvía alrededor de los pies de la cama y hasta su almohada.
-¿Itachi?- Pein preguntó. -¿Qué estas...- Itachi encendió la cuerda y lo arrojó dentro al encenderla. -Itachi, espera, ¡no!
-Que se diviertan. - Itachi dijo muy calmado al ver como la cuerda era rápida para encenderse y el fuego aceleró hacia la cama. Konan y Pein saltaron fuera de ella antes de que las llamas se hicieron cargo de la cama. Con miedo, los dos corrieron a la puerta donde estaba Itachi, pero el Uchiha sin alguna emoción sólo se cerró la puerta antes de que pudieran llegar a él, encerrándolos en habitación de fuego ya que las llamas de la cama llegaron a la alfombra.
-¡Itachi!- Los gritos de Konan resonaban en sus oídos, aunque Itachi estaba demasiado enfurecido para sentir cualquier otra cosa que repugnancia hacia ellos. Rápidamente, se limpió las lágrimas que dieron ningún aviso y comenzó a alejarse. Eran apenas las tres de la mañana y nadie estaría despierto a estas horas para verlo caminar desde de la habitación en llamas hacia las escaleras.
Al respirar profundamente, Itachi se detuvo para componerse antes de llegar al coche donde Sasuke y Naruto lo esperaban con Sai.
-Dijiste que volverías pronto.- Sasuke se quejo. -Encontramos a Sai, por cierto.- Lanzó un pulgar por encima del hombro, donde Sai estaba sentado dentro del coche con los ojos llorosos mientras Naruto se sentó junto a él tratando de calmarlo. -¿Dónde está Konan y Pein?
-Se quedaran atrás para asegurarse de que no hay nadie que nos siga.- Itachi mintió, caminando hacia el asiento del conductor mientras Sasuke se encogió de hombros y abrió la puerta del asiento del pasajero.
-¿Los veremos después?- Preguntó él Uchiha, viendo a su hermano conducir hacia la salida.
-Sí, mañana se reunirán con nosotros.- Itachi respondió, mirando a ambos lados antes de conducir lejos. -O podrán quedarse atrás, ¿quién sabe?