—Detenté.
—¿Ahora mismo?
—Dije que te detengas, maldita sea.
—Itachi, nunca vamos a llegar a ninguna parte si seguimos parando. Lo que debería haber sido un viaje de tres días se convirtió en dos semanas por completo. ¿No se supone que deberíamos estar escondidos?
—Sasuke, sigue hablando y juro que voy a hacer que este jodido coche se voltee en un accidente. Para aquí.— Itachi se despertó de mal humor a casi las nueve horas del día. Se despertó con un dolor de cabeza enorme y al despertar, se dio cuenta de que Sai y Naruto estaban dormidos a sus lados. Señaló hacía un hotel de color gris oscuro que parecía ser gigante entre los demás edificios. —Da vuelta aquí.
Suspirando, Sasuke cambió de carril y esperó a que la luz cambie a verde. Mientras Sasuke buscaba en donde estacionarse, Itachi empujó a los dos chicos a cada lado de él y los despertó casi al instante ya que detectaron la parada del coche.
—¿Nos vamos a parar de nuevo?— preguntó Naruto, mirando hacia afuera y viendo el cielo oscuro de la mañana temprana.
—Espéran aquí, volveré con nuestras llaves.— Itachi se puso de pie, en cuclillas mientras pasaba por encima Sai para salir del coche.
—¿Cuál es su problema?— Sai preguntó, cerrando la puerta de el coche detrás de Itachi. Sasuke se encogió de hombros al frente y apoyó la cabeza sobre él volante. —Y tu, ¿dormiste bien?— Sai pregunto hacia él rubio que evidentemente, todavía estaba medio dormido. Sai se rió suavemente, dejando que Naruto se incline en su hombro. —Ey, ¿que no dijo que los otros se reunirán con nosotros en alguna parte?
Sasuke levanto la cabeza del volante y se giro hacia Sai y Naruto. —No se. Le pregunte y no me ha dicho nada sobre eso.
—Extraño.— Sai asintió. —Oye, cambia conmigo que esta pesado.— Sasuke se rió, extendiendo un brazo para rizar el pelo del rubio. Naruto se movió un poco y sonrió, asomando un ojo abierto y levanto su mano para agarrar la de Sasuke. Sai dijo algo sobre dejarlos solos y salió del coche, estirando su cuerpo y sonriendo a las grietas suaves mientras lo hacía.
—¿Cómo has dormido?— preguntó Sasuke, ahora completamente girado en su asiento para mirar hacia su chico.
—Huelo sucio y a alcohol.— Naruto río.
Riéndose ante el comentario del rubio, Sasuke estuvo de acuerdo. —Bueno, estabas durmiendo sobre Itachi. Apesta.— Sasuke acarició la mejilla del chico, dándole una sonrisa mientras el rubio volvió a bostezar. Un golpe en la ventana llamo la atención del azabache y miro hacia la ventana donde Sai señalaba hacia Itachi. —Vamos.— Sasuke ordenó, saliéndose del coche con él rubio detrás de él.
—Ten.— Itachi empujó las llaves a Sasuke y a Sai, luego girándose para caminar con rabia hacia el elegante interior del hotel.
—Vaya, hasta que eligió algo mejor ¿no crees?— preguntó Sai, mirando hacia el hotel y entrecerrando los ojos para ver hacia arriba. —Bueno, no es que me queje, pero los otros hoteles eran terribles.— Dijo con una sonrisa, girando las llaves en su dedo y caminando por delante.
—¿Necesitas ayuda para caminar, todavía?— Sasuke bromeó, Naruto dándole un pellizco en el lado cuando los dos comenzaron a caminar detrás de Sai. Entrando, fueron recibidos por una pelirroja muy ocupada en su trabajo para prestarle atención a los tres. Tenía unas gafas gruesas y su pelo estaba en una cola de caballo mientras escribía algo en su computadora; su escritorio limpio y ordenado salvo por algunos papeles.
El interior del hotel era elegante, el piso era brillante en un color gris, complementando las paredes oscuras que los rodeaban. La decoración era minimalista; una mesa de café al lado con sillones blancos y algunas revistas sobre la mesa. Una pequeña biblioteca tomaba parte de la pared, organizados por los nombres de autores y todos eran de colores negros o blancos. Habían lámparas de metal que colgaban del techo, dando la sensación de estar en un museo en vez de un hotel.
Uniéndose con Sai en el ascensor, los tres se dirigieron hacía el undécimo piso, saliendo en silenció para no hacer mucho ruido a los demás.
—Nos veremos más tarde.— Sai dijo con un bostezo en busca de las llaves de la puerta marcada con los mismos números. Sasuke y Naruto asintieron, entrando en su habitación a sólo unas puertas de distancia.
La habitación estaba a oscuras al entrar, sin embargo, al encender las luces, se descubrió que la habitación era nada más que oscuro. Las paredes eran blancas, la cama de matrimonio estaba decorada con sabanas negras gruesas, una sabana ligera y delgada doblada y colocada encima de las almohadillas rojas, blancas y grises. Persianas oscuras cubrían toda la pared justo delante de la puerta. Caminando hacia ellas, Sasuke las abrió para descubrir una vista de toda la ciudad.
—Tu hermano está loco.— Naruto comentó, caminando hacia la cama y sentándose sobre ella. Sasuke, cerrando las persianas y apagando las luces, se acercó también. Se quedó frente a Naruto, los dos frente a frente en la oscuridad y escuchando la respiración del otro. —Te amo.— Naruto susurró, sintiendo el pulgar de Sasuke por debajo de su labio.
—Por supuesto que me amas.— Sasuke dijo, burlándose del rubio al reírse un poco.
—Dilo de nuevo, idiota.— Naruto dijo con una sonrisa, los ojos cerrados ya que todavía tenía sueño y le estaba ganando poquito a poquito.
Sasuke se inclinó hacia delante, sus labios justo encima de su dedo pulgar que le guiaban a los labios de Naruto. Dando una pequeña risa al besarle, Sasuke se despegó de él y le susurro. —Te amo, mi amor.— Le dijo, esta vez besando la piel cálida del cuello de Naruto antes de volver a sus labios.
—Mm.— Naruto rió al sentir besos chiquitos por su mandíbula. —Dilo otra vez.
—Te amo.— Sasuke murmuró, chupando la piel sensible. —Te quiero mucho.— Levantó los labios del cuello del chico y lo abrazó más cerca a él, ahora ambos meramente pulgadas de distancia. —Tengo una suerte para estar junto a ti.
Naruto sonrió, sus manos acariciando ciegamente la cara de Sasuke. —Yo también te amo.— Él rió suavemente, disfrutando de los labios de Sasuke en su cuello, justo entre los huesos de la clavícula. —Pero engañame con otra y te mato.
Los dos se rieron, aunque Sasuke asintió lentamente mientras sus labios se hicieron dueños del cuello del rubio.
—Lo digo en serió.— Naruto habló. —Engañame a mi y te juro que te mato.
Sasuke sonrió, rodando para quedar sobre él rubio. —Juro que dejaré que me mates si alguna vez te hago daño— El azabache dijo, suavemente mordisqueando el labio inferior del rubio. —Pero al igual, engañame a mí y en vez de que tu me mates, seria yo quien ira detrás de ti.— Él dijo con una sonrisa, disfrutando de un poco la poca sangre del labio que caía del rubio y escuchando un gemido del chico debajo de él mientras sus manos empezaron a enredarse entre pelos rubios.
—¿Prométeme que no me vas a engañar?— preguntó Naruto cuando los labios de Sasuke se movieron hacia la su pecho.
—No te voy a engañar.— Sasuke murmuró, disfrutando de los gemidos.
—Prometeme.— Naruto gimió suavemente.
—Lo prometo.