Itachi no sabía dónde estaba cuando se despertó, y no le importó con quien se despertó. El chico pelirubio dormía abrasado entre sus brazos. Solo unas sábanas delgadas cubrían sus cuerpos. Era temprano. Itachi observó al ver que la única ventana de la habitación daba una vista hacía el sol de la mañana. Se incorporó un poco, estirándose para coger sus pantalones del suelo y se los puso, luego tomando su caja de cigarrillos y encendiéndose uno mientras se hecho hacia atrás para mirar al extraño, hermoso, rubio con moretones en el hombro.
-Sabes, sólo por que yo fumo no quiere decir que puedes fumar aqui adentro.- El muchacho dijo, inhalando profundamente mientras abría los ojos y se estiraba un poco.
-Y a mi que me importa.- Itachi dijo, soplando el humo por la nariz. -No me has dicho tu nombre.
-¿Realmente necesitas saberlo?- El chico preguntó al sentarse, bromeando mientras se apoyaba un poco al lado de Itachi. -Dudo que lo recuerde...- Gruñó un poco de dolor cuando Itachi lo agarró del pelo y lo jalo cerca para darle un beso.
-Lo digo porque eres mío de ahora en adelanté.- Itachi dijo, amenazándole con colocar el cigarro encima el hombro del muchacho. -¿Así que como te llamas?
El rubio sonrió, mirando el cigarrillo encendido como si no le molestaba. -Deidara.
Itachi miró a los ojos azules de Deidara, aunque no mostró alguna emoción mientras colocaba el cigarrillo entre sus labios. -¿Cuantos años tienes?
-¿Qué, me vez demasiado joven para ti?- Deidara sonrió, gimiendo un poco cuando Itachi le agarro del pelo otra vez. -Mejor dime cuantos años tienes tu.
-Te pregunté primero, ahora contesta.
Deidara se inclinó, haciendo caso omiso de los humos del cigarrillo mientras besaba suavemente la mandíbula de Itachi. -Soy lo suficientemente mayor.- Él susurró. -¿Qué tal tu, señor gruñón? ¡Ungh!- Deidara sintió el dolor cuando Itachi puso el cigarrillo sobre su hombro. No lo dejo por mucho tiempo, asi que no dejo ninguna marca sobre la piel.
-Parale con tus apodos. Me llamaras Itachi y nada mas.- Itachi dijo, entregándole el cigarrillo a el rubio y viendo cómo sensualmente, Deidara lo colocó entre sus labios.
-Sí, señor Itachi.- El rubio le dijo, soplando humo y sonriendo mientras Itachi lo recompensó con un beso.
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-Sasuke, guau, y yo aquí pensando que todavía estabas coqueteando con Karin.- Sai abrió la puerta a un Sasuke presumido. -Déjame adivinar, ¿te rechazó?
Sasuke se dejo entrar a si mismo y se sentó en la cama. -No estaba coqueteando, Sai. ¿Estás listo para mañana?
Sai cerró la puerta, caminando hasta la cama. -Naruto va a perder su mierda cuando se enteré. Te va a matar.
-Al igual que ti.- Sasuke añadió. -Eres tan culpable como yo.
-No me digas.
Asintiendo, Sasuke miró alrededor de la habitación. -Así que sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad?
-Vaya con la misma cosa. Si, hemos hablado de esto. Estare listo para recoger el regalo mañana y cuando menos se lo espera, ¡sorpresa!- Sai levantó las manos. -Se repiten las instrucciones en mi cabeza como disco rayado con tanto que lo dices.
Sasuke sacudió la cabeza, levantándose y saliendo de la habitación para a volver a su rubio cuando el teléfono de Itachi sonó, la pantalla mostrando el número de Minato. Escéptico por lo hecho, respondió justo al salir de la habitación de Sai. -Minato.
-¿Sasuke? Yo- ¿eres tu? Oh, dios, ¡gracias! Escucha, antes de que me cuelgas-
-Naruto esta dormido, ¿qué quieres?- Sasuke apretó el teléfono al recordar ese día. -¿Busca a molestar a su hijo otra vez?
-¡No, no! Escucha, yo solo... es su cumpleaños mañana.- Minato sonó apresurado. -Itachi no ha respondido a ninguna de mis llamadas en los últimos días y sólo ahora, sólo... por favor, dile a mi hijo feliz cumpleaños de mi parte y... que lo extrañamos.
-Claro. ¿Y qué le pasó a estar enfadado con él?
-Sasuke, por favor. La culpa me mata por actuar de la manera que lo hice, estoy feliz al saber que está a salvo contigo. Ésta bien el, ¿verdad?
Sasuke se dirigió a su habitación, abriendo la puerta para ver al rubio durmiendo en la cama, su pecho subiendo lentamente con cada respiro que tomaba. -Esta mejor aqui, si.
Minato se rió, sonando un poco triste. -Eso es bueno escuchar. Gracias, Sasuke. Por favor, cuida de mi hijo.
-Por supuesto.- Al colgar, Sasuke suspiró profundamente y se subió a la cama, quitándose la camisa y abrasando a Naruto cerca. Sonrió mientras se preguntaba qué tipo de cara Naruto haría cuando él y Sai le dieran su gran sorpresa.
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Sasuke se despertó antes de Naruto, corriendo a la ducha y vistiéndose antes de dirigirse a la habitación de Sai. -Es demasiado temprano.- Sai se quejó, usando nada más que los pantalones de ayer.
-Cambio de planes, no quiero hacer esto.- Sasuke dijo, corriendo adentro y hacia las persianas cerradas. Al abrirlas, ignoró los quejidos de Sai y corrió a la unica maleta, abriéndola y tirando ropa al azar al chico. -Date prisa y cambiate. Preguntale a Karin por la llave de la habitación y lleva a Naruto allí. Voy a ir por el regalo y-
-Espera, ¿qué? Pensaba que yo iba a recoger el regalo.
-Cambio de planes, Sai.- El Uchiha repitió. -Voy a cambiar el regalo por algo mejor. Mientras, distràelo y cuando llegue, le daremos la sorpresa.
-E-está bien, pero-
-Date prisa, Sai. Me voy ahora y regresaré en la tarde. Distráelo, ¿de acuerdo?- Sasuke salió a toda prisa de la habitación, dejando a Sai de pie para mirar a su ropa. -¡Vuelvo al mediodía!
Sai suspiró hondo, agarrando un cambio diferente de ropa y caminando hacía la ducha. Después, corrió hacía los ascensores, acercándose a la famosa Karin y convenciéndola con sus palabras dulces para que le diera la llave ya que la chica no le caía bien a el. Finalmente, después de una pequeña discusión y una llamada de confirmación de Sasuke, Karin le dio las llaves de la habitación y observó como Sai se alejó de nuevo hacía los ascensores.
-¿Sai?- Naruto se frotó el sueño de los ojos, de pie y haciéndose a un lado para dejar que el chico entre. -¿Qué pasa?
Sai miró al chico hacía arriba y abajo, pensando en la sorpresa que Sasuke y el tenían reservado para el chico y sonrió. -No mucho, Sasuke me puso en una misión de mayor importancia.
-¿Qué?- El rubio bostezó.
Sai tarareó un poco, caminando hacía Naruto con los brazos abiertos. -Feliz cumpleaños.- Le canto, al instante haciendo sonreír al rubio. -Ahora date prisa y cambiate porque tengo que distraerte hasta el rato.
-¿Qué hay al rato?- preguntó Naruto, haciendo lo que dijo Sai y acercándose a una bolsa de ropa limpia.
-Una sorpresa.- Sai dio a entender. -No te puedo decir, pero Sasuke me dijo que te lleve a un lugar en el que tendrás que esperar por él así que... muevete rápido.- Sai ordenó con una sonrisa en los labios mientras Naruto sonrió y asintió, corriendo al baño a vestirse.