Carta para el Caballero
Para el Caballero:
Recuerdas que odiabas a nuestro Rey por ser un sangre pura, le aborrecías más que a cualquier vampiro, te molestaba saber que la mujer que decías amar adoraba e idolatraba a tu mayor enemigo.
Pero cuando te enteraste que ella también era un Vampiro sangre pura, tu odio empeoro, no se aplaco ni disminuyo, sino que creció y se hizo mayor.
Ella luego se marchó con él, te sentiste traicionado e utilizado como una pieza de ajedrez desechable, pero eras fuerte no te lamentaste, no te quedaste postrado en una cama haciéndote la victima ni mucho menos llorando por la mujer que amabas pero que mato tu amor cuando decidió marcharse con otro. Eras lo suficientemente fuerte como para seguir adelante por tu propia cuenta.
Pasados unos años, por tu trabajo como cazador te enteraste que cancelaron el compromiso de los hermanos Kuran ya que el Consejo no consideraba a Yuuki la mujer apropiada para nuestro Rey.
Pero eso a ti no te importo, ya habías madurado lo suficiente como para saber que ese amor no era verdadero, sino que en ese entonces habías confundido tus sentimientos por Yuuki, después de todo ella fue con la única mujer con quien te abriste y compartías todos los días.
Unos meses después te sorprendiste cuando viste a Yuuki Kuran en la lista de los Cazadores por lo que fuiste con el presidente de la Asociación. Yagari te explico que cuando cancelaron el compromiso, a ella la devoro su lado vampírico y empezó a matar a varios humanos drenándolos.
Luego de explicarte la situación, Yagari te ordeno vigilar a Kuran Kaname, según él, esa misión sería fácil, le vigilarías desde lejos y luego tenías que hacer un informe. Aunque te molesto al principio, aceptaste con la condición de que lo harías solamente un mes y por qué tu sensei te explico que no habían suficientes cazadores disponibles porque todos estaba ocupados eliminado a los Ex humanos convertidos por la princesa del Clan Kuran.
Las semanas pasaban y tu continuabas vigilándole, ya sabias que él se había dado cuenta de que lo hacías, pero no te importaba, solo estaba allí para cumplir con tu misión.
Pero todo cambio, cuando un día nuestro Rey se cansó de eso y te invito a almorzar con él y sus nobles, quienes estaban haciendo un día de campo, cosa que consideraste estúpida ya que ellos son vampiros, por lo que cuando te invito ni te inmutaste para negarte.
Nuestro Rey al ver tu negativa, no se molestó, sino que te tomo de las manos y te arrastro hasta donde estaban Takuma, Aido y los otros nobles.
Todos comían y hablaban, pero tú te mantenías retraído, ni comías ni hablabas. Estabas hay para vigilar a Kuran, solo por eso.
Cuando observaste su rostro te quedaste sorprendido, al ver la mirada de ternura que tenía al ver a sus nobles dialogando entre sí, y negando cuando Aido discutía con Ruka, pero cuando estos miraban hacia él, su rostro se volvía sereno y sin una muestra de sentimiento.
Poco a poco sin que él se diera cuenta, le observabas y empezaste a conocerle mejor. Comenzaste a notar pequeños detalles que antes pasabas por alto, tales como cuando sonríe sarcásticamente y alza una ceja al estar enojado, o como desvía por un segundo la mirada cuando estaba avergonzado.
En tan solo un mes conocías algunos de sus gustos, sin tener que hablar compartías con él, era como si te estuvieses convirtiendo en su segunda sombra. Es que acaso piensa que pasamos por alto cuando empezaste a eliminar a los niveles E que se acercaban a la mansión en donde estaba nuestro Rey.
Acaso piensas que pasamos por alto las veces que entrabas a su habitación y le veías dormir, si pensabas eso estas muy equivocado, siempre estamos al pendiente de él, nunca le dejamos solo, siempre le estamos vigilando y cuidando desde las sombras.
Pero volviendo al punto, después de que el mes transcurriera, el mismo día en el que acaba tu misión. Nuestro Rey se presentó ante ti y te pidió disculpas, te dijo que nunca iba a poder remediar su error, que por su culpa perdiste a tu hermano menor y que no era necesario que dijeras nada, el error que cometió al utilizarte seria su condena por toda la eternidad.
Nos molestamos, él no se tenía porque disculparse, después de todo él podía utilizar a todos los peones que estuvieran a su alcance para lograr su objetivo, él es el Rey de la partida si algo le pasa el juego se acaba.
Tú te sorprendiste, pensabas que lo conocías bien, pero él te sorprendió una vez más, le dijiste que esa no era su manera de ser, y le preguntaste que dirían los vampiros si el mostrara esa faceta en público, pensarían que él era débil, al terminar de decir eso el solo sonrió, una bella sonrisa que te regalo, que era solo para ti, y te dijo que tenías razón, luego se marchó sin voltear a mirarte y tú te quedaste allí, con la mirada y una sonrisa melancólica que no sabemos describir ni comprender.
Después de eso continuaste con tu vida normal, cazar a los vampiros que estaban en la lista, evitar que Cross hiciera algún alboroto en la academia, y entrenar con Yagari para ser el próximo presidente de la asociación.
Pero de pronto unos tres meses después de lo sucedido en la mansión Kuran. Yagari te mando a llamar y como un buen alumno acudiste rápido a su oficina, él era tu maestro, casi tu padre, por lo que noto un cambio en ti y sin darles muchas vueltas te pregunto qué pasaba.
Dimos pensabas decirle o no, que te habías enamorado de tu enemigo. Lo pensabas hacer sino fuese llegado Cross y les fuera interrumpido informándoles que un grupo de niveles E, liderados por Yuuki Kuran se dirigía hacia la mansión Kuran con la intención de matar a nuestro Rey, el objetivo de esa detestable mujer era destronarle y hacerse con el poder.
Al enterarte de eso, pensabas ir hacia la mansión, pero Yagari te detuvo diciendo que intervenir en una disputa por el poder de “los chupa sangre” no era trabajo de la asociación.
Nosotros estábamos vigilándote para saber cuál era tu intención con nuestro Rey, la supimos cuándo, liberaste tu mano del agarre de tu maestro y le dijiste que si se trataba de la persona que amabas si te correspondía intervenir.
Te fuiste sin mirar atrás dejando a Yagari y a Cross sorprendidos, no te importo, no tenías tiempo explicarles, con tu máxima velocidad te dirigiste hacia donde se encontraba nuestro amado Rey.
Llegaste a la mansión, al principio los guardias no estaban dispuestos a dejarte entrar, pero lo hicieron cuando nuestro Rey apareció y les ordeno hacerlo.
Ustedes caminaban por los pasillos, dinos te percataste de que estaba triste, sabemos que te diste cuenta de que le dolía lo que estaba haciendo Yuuki en su contra, pero él no se quejaba solo sonreía melancólicamente. ¿Porque? le preguntaste y él te dijo que una vez le propuso a Yuuki que si ella quería podía matarlo con sus propias manos, hay caíste en cuenta de que él no pensaba hacer nada, se iba a dejar asesinar por ella.
Dinos la odiaste como nosotros la odiamos en ese instante, estamos en lo cierto, la odiaste en demasía y ansiaste su muerte.
Le preguntaste, si dejaría que los compinches de Yuuki mataran a todos sus sirvientes, él te dijo que no dejaría que nadie de los que habitaban en esa mansión muriera, te pareció estúpido y se lo reprochaste después de todo, cuando Yuuki intentara matarle, los nobles y los demás vampiros no lo permitirían, porque le eran demasiado fieles.
Por estar hablando demasiado, no se dieron cuenta de hacia donde iban y cuando lo hicieron, estaban en una habitación nunca antes vista por ti, en la puerta de la misma había un extraño símbolo y por más que lo negaras esa habitación estaba impregnada con la esencia de él.
Por alguna razón quisiste entrar y él no te lo negó, entraron y estuvieron unos minutos, pero luego tu saliste solo, y cerraste la puerta, vimos como pusiste un sello en la puerta, y este abarco toda esa habitación.
Escuchamos su voz, ordenándote que le sacaras de allí y que no te metieras en los asuntos que no te concernían.
Pero tú no le respondiste, solo te quedaste unos segundos allí, hasta que una mano te toco el hombro, sin palabras se pudieron entender y salieron.
Takuma se puso a dar órdenes para proteger la mansión y todos los vampiros obedecían rápidamente después de todo si Takuma ordenaba algo, era porque Kaname se lo pedía, y si era su deseo todos obedecían.
Poco después los cazadores llegaron y tu sonreíste, era como si sabias que Yagari se pondría de tu lado.
La batalla fue dura, duro una semana entera, el ejército enemigo poco a poco estaba disminuyendo, hasta que Yuuki pereció en tus manos.
Solo faltaban como unos miles de niveles E por eliminar para acabar con esa guerra, pero sentiste un aura conocida, sentiste como el sello que habías puesto se rompió, lo primero que viste fue a Kaname, quien parecía muy molesto, pequeñas gotas de sudor corrían por su bello rostro, te mando un mirada gélida y vio a todos los cazadores y vampiros que estaban de su lado, quienes al verlo temblaron imperceptiblemente, apartándose y permitiéndole pasar.
Dirigió su mirada hacia los niveles E que restaban y a los nobles que se aliaron con Yuuki para destronarlo, su poder se liberó de manera alarmante, causando miedo y terror, con cada paso que daba, todos los traidores comenzaron a convertirse en cenizas.
Todos estaban el shock, algunos cazadores y vampiros tenían miedo, pero el camino serenamente hacia los cazadores quienes se llenaron de pavor, su rostro serio se suavizo y les sonrió de manera encantadora haciendo que algunos cazadores se sonrojaran y luego les agradeció a todos por haber ayudado en una guerra que no les correspondía y ellos respondieron un poco avergonzados diciéndole que no fue nada.
Maldita seas una y mil veces, después de la guerra, él se enamoró de ti, tus sentimientos hacia el fueron correspondidos, porque tu si eres capaz de verle sonreír, tu si puedes tenerle entre tus brazos, puedes beber de su pura sangre y puedes poseerle las veces que así lo desees.
¡Te Odiamos! ¡Te Odiamos! ¡Te Odiamos! ¡Te Odiamos!
Cumplimos con lo que prometemos, así como nos encargamos de hacer que el Concejo anulara el compromiso de nuestro Rey con esa mujer, de la misma forma nos encargaremos de ti.
No consideramos que seas digno de nuestro Rey, es que simplemente nadie lo es. Él es el único ser perfecto en este cruel, sucio y putrefacto mundo, el cual ilumina con su bella sonrisa.