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Vainilla y Chocolate por Drakarys

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Notas del capitulo:

Pues nada, que estaba inspirada y termine el segundo capitulo antes de lo esperado y pense: ¿Para que esperar? asi que aqui lo traigo.

 

Gracias especialmente a las dos lindas personas que me dejaron sus comentarios: Girlutena y An-chan.  Y a todas las lectoras silenciosas tambien por tomarse la molestia.

Capitulo 2

Confrontacion

 

Lorelei caminaba en su departamento de un lado a otro. ¿Qué había hecho? Sabía que la droga era impredecible y que los daños podían ser catastróficos, pero nunca paso por su cabeza que fuera a pasar eso.

Minutos después de que Thor se marchara llamaron a su puerta; por un instante se le ocurrió la esperanzadora idea de que se tratara de él. Pero cuando abrió las palabras se le fueron de la boca. Frente a ella, con la ropa sucia y bañado en lágrimas se hallaba Loki; no hacía más que sollozar y sostener con fuerza su cuello. No necesito palabras para entender lo que había pasado, lo rodeo con sus brazos intentando reconfortarlo y el chico termino de quebrarse y ella junto con él.

Ella estaba preparada para asumir todas las consecuencias de la droga menos esa.

Unos fuertes golpes en la entrada la sacaron abruptamente de sus pensamientos. Apenas giro la chapa cuando la puerta fue violentamente arrojada junto con ella.

-¿Dónde está? –preguntó un enfurecido alfa entrando rabioso y buscando con la mirada por todos lados. –Dile que salga.

-Buenas tardes Býleist –saludo de mala gana la chica, enfadada por la intromisión a su privacidad. -¿Se puede saber a quién buscas?

-No te hagas la inocente que sabes muy bien porque estoy aquí ¡Loki! –Gritó a todo pulmón -¡Sal ahora mismo o juro que te sacare a rastras!

-¡Un momento! –lo detuvo la pelirroja cuando se disponía a hacer una inspección por cada recamara de su hogar –Tú no tienes ningún derecho a entrar así a mi casa. Vuelve por dónde has venido.

-No sin mi hermano.

-¿Qué te hace pensar que está aquí? Hasta donde recuerdo, tú me despediste.

-Porque le estabas llenando la cabeza de tonterías liberales.

-No es una tontería decirle que tiene el derecho a tomar sus propias decisiones.

-Pues bien ¡Magnifico! –Exclamo aplaudiendo sarcásticamente –hiciste muy bien tu trabajo, te felicito. Ahora Loki desapareció, huyo ¿Estas contenta?

-Te mentiría si dijera que no –el alfa se le acerco gruñendo pero Lorelei no dio ni un paso atrás. –A mí no me amedrentas con tus desplantes de macho alfa.

-Dile que salga de una buena vez, –le dijo con los dientes apretados y a una distancia de su rostro que podía ver el infierno dentro de sus ojos, – o juro que lamentaras ser una beta.

-A mí no me amen…

-Aquí estoy –interrumpió una voz temblorosa al final del pasillo. Su mirada estaba clavada en el piso, donde las gotas de agua, que escurrían de su cabello recién lavado, aterrizaban. Llevaba puesta ropa de Lorelei, demasiado grande para su cuerpo esbelto, dándole un aspecto más aniñado del que ya tenía. –No le hagas nada, por favor –suplicó a nada de iniciar con el llanto.

-¡¿Pero qué demonios?! –exclamó cuando el arma penetrante de un alfa inundo sus sentidos. En un par de zancadas libro el espacio existente entre los dos, arrojando a Lorelei en el trayecto.

-¡Ey! –reclamó la chica, mientras Loki retrocedía unos pasos pero era capturado por Býleist.

-Esto no es posible –gruñó y las lágrimas de Loki se escaparon de sus ojos incrementando su sospecha. Tomo a s humano de la playera rasgando violentamente la parte del cuello donde llevaba una gasa la cual arrancó de cuajo.

-¡Lo lastimas! -Exclamó Lorelei cuando Loki soltó un gemido y se llevó rápidamente la mano hacia la herida para cubrirla.

Pero Býleist ya la había visto. Ahí estaba, recién hecha y punzando, la marca de un alfa reclamando a su omega; un omega que había sido prometido a alguien más. La furia se apodero de Býleist y un golpe lleno de rabia se impactó contra la mejilla de su hermano derribándolo al piso.

-¡No! –gritó la chica corriendo hacia el pequeño para abrazarlo.

-Perdón –lloriqueó Loki.

-Perdón –resoplo el alfa tratando de contenerse. -¿Perdón? ¿Sabes lo que me costaran tus estupideces?

-Yo no quería…

-¿Quién fue? ¡¿Quién!? –exigió y su voz de alfa hizo temblar a Loki.

-No lo sé.

-¡¿Cómo jodidos no lo vas a saber?! Primero te entregas como una puta al primero que pase y ahora me dices que no sabes quien fue ¿me crees acaso un idiota? –Lo arrancó de los brazos protectores de la beta -¡Dime el nombre de ese desgraciado! –Lo zarandeó con violencia –dímelo de una  puta vez o te juro que… -levanto su mano para arremeter nuevamente contra él y Loki se encogió esperando llegar el golpe que fue detenido por la mano de Lorelei.

-¡Fue un Odinson! –gritó para hacerse escuchar por el alfa mientras se colgaba de su brazo y se interponía entre él y el pequeño protegiéndolo con su cuerpo. –Thor Odinson –declaró derrotada, ya que más daba decir la verdad. –Tu hermano no lo conoce, lo ataco cuando salía del edificio. Es un alfa de sangre pura, ¿tu hermano que podía hacer contra alguien como él? –de hecho, pensaba Lorelei, había corrido con suerte.

Býleist se fue hacia atrás como si las palabras que soltara la chica hubiesen sido golpes certeros. Conocía a los Odinson, no tenía buenos tratos con ellos y mucho menos con Thor. Se llevó ambas manos al rostro tratando de jalar aire y tranquilizarse, pero era casi imposible. Ese maldito bastardeo se había atrevido a marcar a su hermano y luego se había ido como si nada pasara; pero eso no se iba a quedar así.

Con una nueva furia quemándole las entrañas, Býleist camino de regreso por donde había entrado y salió del departamento justo como entro, como una tormenta dispuesta a azotar todo a su paso.

 

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

Odín explicaba a la junta los planes para el siguiente lanzamiento. La casa Asgard siempre se caracterizaba por estar a la vanguardia con un estilo único de elegancia, originalidad y distinción. Sin embargo, la mente de Thor no se haya ahí, se encontraba en un infierno personal el cual se había desatado desde el día anterior.

Tan pronto había dejado el edificio de Lorelei, condujo por la ciudad como alma que lleva el diablo. No podía creer lo que había pasado. No podía dar crédito a lo que había hecho. Sintiendo que no soportaba más ese cumulo de emociones que amenazaban con enloquecerlo, llego al único lugar donde, sabia, su mente tendría un poco de claridad.

Basto que Frandal lo viera para saber que algo andaba mal con él.

-¡Hogun! –Gritó a su pareja mientras sostenía el cuerpo de un Thor desmoronándose -¡Dioses! ¿Qué te ha pasado? –inquirió brindándole el apoyo necesario para llegar hasta el sillón de la sala donde lo recostó.

Temblaba y sudaba debido a la terrible fiebre invadía su cuerpo. Sus ojos estaban oscurecidos y desenfocados, afortunadamente no noto la dolorosa erección bajo sus pantalones. El aroma delicioso del omega inundo sus sentidos haciéndolo gruñir con deseo, aun sabiendo que se trataba de su mejor amigo.

-Sera mejor que te alejes –le recomendó Hogun llegando a tiempo y haciéndolo a un lado. El alfa protesto pero no tenía fuerzas para oponerse, se dejó revisar dócilmente por el oriental.

-¿Qué le sucede? –preguntó angustiado el omega. Thor había sido su mejor amigo desde muy pequeños y jamás lo había visto en ese estado.

-Parece ser que está bajo los efectos de una droga –le aclaro su pareja, quien era médico de urgencias en el hospital Alfheim –acércame mi botiquín, necesito tomarle unas muestras.

-¿Qué clase de droga? –Se cuestionaba mientras hacia lo pedido por su pareja –Thor no es de los que se mete esas cosas.

-Bueno, eso es lo que averiguaremos más tarde –contesto mientras extraía los elementos necesarios –pero tal parece que es una para aumentar el deseo sexual. Thor –se dirigió ahora a su paciente –soy Hogun, voy a tomar un poco de tu sangre ¿está bien? Sentirás un ligero piquete. –Thor asintió y su amigo procedió a realizar su trabajo.

-¿Cómo es que guarda un resquicio de conciencia? -Por lo que Fandral sabía, una vez que un alfa entraba en un “celo” como el que quemaba a Thor, nada podía detenerlo. Le sorprendía incluso que fuera capaz de llegar a su casa.

-Thor siempre ha tenido un autocontrol de hierro –le recordó Hogun mientras trataba de canalizarlo para conectarlo a una bolsa de suero y así administrarle inhibidores que contrarrestaran la droga. –De otra forma, ahora mismo ya estarías en cuatro. –le  dijo con una sonrisa.

-No es gracioso –se quejó Fandral, aunque sabía que probablemente así seria.

Unas  horas después y luego de una serie de vómitos, mas fiebre y una ducha de agua helada, Thor parecía más calmado. Estaba deshidratado y débil pero eso no impidió que les narrara lo sucedido, necesitaba sacarlo.

-¡Marque a un niño! –dijo derrumbándose frente a sus amigos. Con ellos no tenía que mostrar una fortaleza que en esos momentos no poseía -¡Maldición! Ni siquiera sé quién es yo…

-No eras dueño de tus actos –trato de explicarle Hogun.

-Eso no justifica lo que hice… la infamia… ¡¿Qué clase de monstruo soy?!

-¡No! –Trató de reconfortarlo Fandral –tú no eres un monstruo, ni siquiera el más alfa de los alfas hubiera podido resistirse a una droga como esa. Tranquilo. –lo abrazo y dejo que su esencia omega lo tranquilizara.

Thor se lo agradeció aunque eso no menguara el sentimiento de culpa que le carcomía el alma y que lo atormentaba a cada momento, incluso ahí, frente a su padre y la junta directiva. No sabía cómo verlo a los ojos sin sentirse indigno.

-¿Estás de acuerdo Thor? –pregunto Odín atrayendo la atención de su hijo.

-¿Perdón? Lo siento padre, me distraje un momento.

-Bueno, creo que todos estamos algo cansados –dijo el mayor tratando de justificar a su hijo- tomémonos un receso, reanudaremos más tarde. –Los asistentes estuvieron de acuerdo y empezaron a recoger sus cosas y a salir entre charlas de la sala de juntas. –Thor, acompáñame –pidió a su hijo cuando este se disponía a hacer lo mismo.

Thor lo siguió por el pasillo que llevaba desde la sala de juntas hasta la dirección general de la compañía. No necesitaba ser un genio para saber que su padre le llamaría “sutilmente” la atención por su pobre desempeño en la junta.

-Cierra la puerta – le ordenó luego que despachara a su asistente, quien se  había acercado a recopilar algunas firmas y recordarle los pendientes. –Bien –dijo como esperando una explicación de su parte.

-Lo siento padre, de verdad. El día de hoy no estoy en mis cinco sentidos.

-¿Problemas de faldas? –dijo su padre a manera de broma, tratando de aligera un poco el ambiente, pero la sonrisa forzada de su hijo le dio una idea aproximada de que tan gordo era el problema.

-Ojala –suspiró Thor tratando de encontrar las palabras precisas, pero un revuelo proveniente del pasillo lo interrumpio.

-¡Le digo que no puede pasar! –exclamó alterada la asistente de su padre al tiempo que la puerta era abierta y la imponente figura de Býleist hacia presencia.

-¿Laufeyson? –Thor se sorprendió por su tempestuosa entrada.

-Le dije que no podía pasar –se excusó la beta con Odín, quien se distrajo con la chica un segundo que aprovecho el recién llegado para estrellar su puño contra el rostro del rubio. La asistente soltó un chillido y corrió a llamar a seguridad.

-¡Tu, maldito hijo de perra! –vocifero con rabia.

-¿Qué demonios te pasa idiota? –inquirió Thor, mientras trataba de levantarse de la alfombra donde había ido a dar y se llevaba la mano al rostro ensangrentado.

-¿Qué que me pasa? ¿Y aun tienes el descaro de preguntar? –rugió furioso. –Eres el peor pedazo de escoria que conozco, peor que eso, eres… eres… -ni siquiera encontraba un adjetivo suficientemente denigrante para nombrarlo.

-Calmémonos un poco –ofreció Odín.

-¿Qué nos calmemos? –se volvió ofendido hacia el mayor.

-Me gustaría saber qué fue lo que mi hijo hizo para desatar su furia de esta manera.

-A mí también, –se quejó Thor, limpiando los rastros de sangre.

-Su querido retoño, su heredero, su orgullo –escupió con nauseabundo sarcasmo –cometió la infamia de ultrajar a mi pequeño hermano. Eso fue lo que hizo.

El silencio se impuso incluso entre los recién llegados, Heimdall el jefe de la seguridad personal de Odín y un par de guardias de la empresa, además de la asistente.

-El muy infeliz se atrevió a usarlo, a marcarlo y luego desecharlo como su fuese basura –la voz le temblaba, se notaba por la fuerza en que apretaba sus puños lo mucho que le estaba costando contenerse. -¡Ni siquiera ha tenido su primer celo! –exclamó fuera de sí y eso cayó como una loza sobre Thor.

-Debe tratarse de un error, mi hijo…

-¿Un error? –Inquirió ofendido -¡Dile! –Se volvió hacia el aludido –O te atreverás a negarlo como la rata inmunda que eres. Pero tú y yo sabemos que tu asqueroso hedor cubre ahora su pequeño cuerpo mientras su cuello lleva la marca de tu infamia, una marca que no se borrara tan fácil aunque quieras.

-¿Thor? –Odín se volvió hacia su hijo en busca de una explicación, pero este solo bajo la vista avergonzado. Era verdad, cada maldita palabra.

-Esto no se quedara así Odinson –Amenazo Býleist – te veré en los juzgados y te va a pesar. No descansare hasta verte tras las rejas. –Y dicho esto se fue siendo escoltado por uno de los guardias, mientras el otro se encargaba de dispersar a los mirones que se habían arremolinados atraídos por el chisme.

Heimdall se quedó a recibir órdenes de Odín par aponer a su familia bajo resguardo. A su asistente le pidió un te bien cargado y un whisky doble. Odín fue el primero en romper el pesado silencio que se formó luego de que todos los dejaran.

-Así que era esto –dijo con su voz calmada  refiriéndose al motivo inicial de su conversación.

-Padre yo… -se detuvo ante un gesto del mayor que le indicaba que aguardara, parecía estar haciendo un esfuerzo sobrehumano para procesar toda aquella información. –Lo siento –no sabía que más decir, se dio cuenta que le había fallado.

-¿Cuánta verdad existe en todas esas palabras? –inquirió, pero su hijo no podía expresar aquello, le pesaba decir la verdad… no hizo falta. –Ya veo –sentenció Odín y la decepción tiño aquellas palabras. Thor lloro, como hacía más de veinte años que no lo hacía, como el niño asustado que recurría a su padre en busca de respaldo. –Quiero suponer que existe un motivo para que todo esto pasar ¿Me dirás cuál es?

-Yo… Hogun cree que una droga entro en mi sistema de alguna manera, un potencializador de la libido. Tomo muestras que en este momento están siendo analizadas, me entregara los resultados en cuanto los tenga.

-Bien, partiremos por ahí. Esperemos que la suerte este de nuestro lado y salgan positivos. –camino hacia el escritorio donde se comunicó con su asistente para solicitarse que cancelara todos los compromisos para esa tarde. Que  citara a los abogados a más tardar en una hora y lo comunicara con su esposa y Heimdall.

Minutos después, la beta entro con un te bien cargado y sin azúcar como sabia le gustaba a su jefe y un whisky doble en las rocas como solía tomarlo Thor. Sin embargo antes de que este último tomara su bebida, su padre se le adelanto y se bebió el contenido del vaso de un solo trago dejando estupefacto a los presentes.

-El té es para ti –le señaló a su hijo, -lo necesitaras para tranquilizarte. Munin, tráeme otro igual, mucho me temo que necesitare más de uno. –la asistente asintió y salió presurosa por el encargo.  –Y tu –se volvió hacia su hijo –cuéntamelo todo, desde el principio y sin omitir nada. Si hemos de librar esta batalla más nos vale ir bien preparados, los Laufeyson no son gente fácil.

Thor suspiro, tomo la taza humeante que se le ofrecía y le dio un fuerte trago; estaba amargo pero comprobó que su padre una vez más tenía razón, eso era justo lo que necesitaba para abrir la puerta de su intimidad y sus demonios.

 

 

Notas finales:

Bien, que les parecio? no duden en hacermelo saber. 

Hasta el proximo.


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