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Problemas de clase por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holis~

Las cosas se pondrán extrañas desde ahora XD

Disfruten

 

 

 

Kyoya empezó su nuevo pasatiempo con esa simple tarea, alimentando al castaño con sus propias manos, obteniendo como resultado sumisión no completa, pero apreciable. La rebeldía ahora parecía ser simple juego en la jaula, las miradas eran incesantes y los pedidos de acercamiento muy sutiles. Kyoya progresivamente iba admirando a esa criatura como algo más que solo un carnicero, sino como una mascota. No progresaba mucho en los estándares, pero algo era algo y las cadenas fueron retirándose con ese “algo”. Poco a poco y en instantes cortos, pero lo hizo para experimentar. Cuando soltó a Tsuna en ese lado animal, este se paseaba por la habitación como reconociéndola, como si fuese la primera vez que se hacía algo así. Tal vez sí era la primera vez que lo dejaba explorar a gusto. Platos rotos, informes rasgados, cobijas desparramadas y un Kyoya pensando que fue mala idea darle libertad, eran el resultado

 

 

—está demente si cree que dejarme sin amarras es conveniente – dijo con claridad cuando la parte humana llegó al completar el primer mes después del celo – lo mataré

—hazlo o a menos inténtalo – susurró mientras le quitaba atención y se ponía a leer alguna cosa

—¿puedo preguntarle algo, Hibari-san?

—habla

—¿Ha descubierto algo más acerca de mi familia? — posaba su rostro contra los barrotes y observaba

—aparte de que son hambrientos sexuales en el celo – lo miró por un momento y vio por primera vez como esas mejillas tomaban un color rojizo, y no por la sangre de algún ajeno sino por la propia – no mas

—maldita sea, ¡es un maldito engreído! Solo porque logró lo que ningún otro pudo

—así que eras virgen de allí atrás — claro, se burlaba, le apetecía hacerlo

—ni que todos fueran la misma basura que usted – se quejó y le dio la espalda al azabache – quiero que se muera

—me gustabas más en tu faceta de gatito

—púdrase

—¿cuánto te quedaras? — miraba de refilón al castaño. Quería saber qué tanto debía soportar a la parte pensante de mismo

—hasta que me dé la maldita gana

—¿recuerdas algo de lo que haces mientras estas en modo animal?

—a veces, pero cuando el instinto es poderoso la memoria se me borra y solo recuerdo el aroma a sangre — bostezaba mientras removía sus piernas

—no eres tan desagradable, herbívoro

—soy un carnívoro. Corrija su expresión — no había emoción en su rostro. Un vacío en la mirada y un suspiro que escondía frustración

 

 

Disturbio…

 

 

La orden llegaba de improvisto, de un momento a otro y todos tenían que cumplir. Esa era la ley que los regía y no podían luchar contra eso. Les habían amaestrado para callar y obedecer. Sin preguntas, sin dudas, sólo fijarse la meta temporal y centrar todos los esfuerzos en ella. Todos los carceleros eran reunidos en sus respectivos grupos, pero en esta ocasión, novatos ingresados en el último mes, carceleros más antiguos e inclusive los más altos rangos, fueron reunidos en una sala enorme en donde, quien dirigía, era un viejo longevo al que no habían visto más que en fotos

 

 

—la orden es de exterminio total — sin pisca de preparación previa. Una bofetada directa y poderosa

—¿por qué? — alguien se atrevió a preguntar. Tal vez aun conservaban un poquito de libertad de pensamiento

—porque esa zona es enemiga. Están procreando clase A para un ataque masivo. Se prioriza la seguridad de nuestra gente por sobre todas las cosas, así que los sitios aledaños ya fueron evacuados con sutileza para no alertar a los enemigos

—¿cómo sabe qué es lo preparan? – I-pin lanzó aquello sin importarle ser tachada de insubordinada – ¿cómo diablos pueden saber que están creando clase A?

—es cierto. Los errores genéticos pueden ser reconocidos, pero solo se certifica cuando el cachorro nace mostrando un patrón o las evidencias aparecen en los siguientes años de vida – segundaba Lambo y los demás miraban con interés al anciano

—todos los miembros de esa comunidad son descendientes de depredadores, y a más de eso, el análisis a la sangre de todos los recién nacidos en un periodo de seis meses han dado positivos. Ustedes no están informados sobre los últimos avances en investigación genética

—sigo creyendo que es paranoia – reclamaba I-pin – ¿no se está apresurando?

—disculpe mi atrevimiento – Lambo levantó su mano y sin que le dieran permiso de hablar, siguió – ¿usted me quiere decir que han estado analizando sangre y experimentado con bebés sin que los padres lo supieran? En una zona que ahora mismo está siendo acorralada y que…

—¡BASTA! – todos se sorprendieron por la furia de aquel ancianito de rostro serio – ES UNA ORDEN Y SE LA CUMPLIRÁ

—se enojó – susurró Lambo mientras veía a su hermana, quien al parecer entendía su estado de “investigador por curiosidad”. Los murmullos empezaron, las miradas furtivas, las dudas en algunos, pero fueron callados de inmediato por los altos mandos. Una orden es una orden y se la cumpliría a cabalidad  

—Kyoya, la orden es que uses a Tsuna para el exterminio total. Skull, Reborn y Takeshi irán también – los viejos empezaban a dar entonces las divisiones de los grupos y no quisieron responder más dudas originadas en los carceleros jóvenes – en su grupo se incluye a Lu, Xian, Ken… 

—pero ellos no colaborarán de buena forma – Lambo siguió insistiendo, porque esa pequeña manía de ir contra los ancianos le gustaba – en esa zona habrá niños. El clase A de mi hermana no querrá hacerlo

—es verdad. Skull no…

—Se les entregó a los clase A para que fuesen entrenados, en este punto ustedes ya los tienen bajo control, eso dice sus informes. Deben recordar que ustedes son los dueños y ellos son sólo armas – habló el que estampaba el informe con los datos de la zona a atacar, en el pecho de cada novato – ustedes simplemente tienen que matarlos de hambre y los clase A no dirán nada cuando sean liberados en la ciudad

—eso es cruel — I-pin frunció su ceño por la agresión hacia su persona. ¿Quién se creía ese tipo?

—ellos son asesinos, no merecen piedad

 

 

Eran pocos los que veían los documentos en sus manos y sentían una opresión en el pecho. No solo porque obligarían a su clase A a comerse y asesinar lo que estuviera enfrente, pues habían descubierto que la parte pensante lo menos que quería era matar… sino porque en el mapa se mostraba limitada una gran ciudad. En ese lugar debían vivir centenas de personas, las cuales ni siquiera tendrían idea de que su muerte estaba cercana, planeada y sería ejecutada sin perder tiempo, en tres días para ser exactos, lo suficiente para matar de hambre a los clase A a cargo y quitarles la habilidad pensante. Estaba un asunto más escalofriante que el simple asesinato. Los ancianos hablaron de la procreación de clase A para un ataque masivo, entonces matarían a ¿bebés?... Infantes, niños, adolescentes, criaturas que, sin saber que nacieron con aquella mutación, estaban condenados… ¿qué clase de estrategia de supervivencia era esa?

Pero, así como había quienes se preocupaban por su salud mental, existían otros que le retaron importancia al mísero asunto y sólo se preocupaban por cumplir su trabajo, divertirse un poco, ganarse un cargo más alto, regresar como un héroe o algo por el estilo. Uno de los que más destacaba en ese ambiente era alguien que mostraba unas ligeras quemaduras en su piel y que bebía como condenado. El consentido de los ancianos porque cumplió centenas de tareas con éxito y rapidez, amaestrando a su clase A con mano dura y corazón frío. Xanxus era reconocido por eso, por cosas más y cosas menos, pero en ese momento estaba de mal humor y simplemente se sentó con una botella de wiski al final de la sala

 

 

—quítate de mi vista, escoria

—¿aun sufres por la pérdida de tu clase A? – se mofó algún pequeño desafortunado

—cierto… y debo sacarme la frustración – sonreía antes de levantarse

 

 

De lejos todos veían al atrevido caer poco a poco bajo los golpes de aquel cabrón, nacido de un tigre albino y un león. Agresivo como pocos, más letal que un clase B, y con las ganas de pelea que cualquier animal macho en celo mostraría al defender su territorio. Todos vieron cómo Xanxus se desquitaba con el osado y a la vez recordaban que ese moreno aún no se resignaba a haber perdido a su tiburón. Squalo era uno de los pocos descendientes de especies marinas y como si fuera poco, era un tiburón blanco, un asesino efectivo, y según los informes, sin piedad alguna. Eran tal para cual, y el hecho de que Xanxus perdiera a su compañero ideal en las cacerías, lo mantenía de un humor del asco, que solo se calmó cuando le asignaron otro clase A que al menos le daba diversión temporal

 

 

—¿cómo demonios controlas a tu clase A? – Kyoya tenía curiosidad, por eso se acercó cuando lo vio parado en uno de los pasillos de aquel edificio central – pues los rumores dicen que acabas de hacer el amaestramiento absoluto con el actual enemigo a tu cargo

—ese fue fácil, un par de torturas y se quedó callado — soltaba un suspiro y un bostezo largo mientras se estiraba — sabe que el que manda, soy yo

—no es eso — suponía que el otro no hablaría así de fácil. Estaba buscando una buena forma para convencerlo

—¿dudas acaso, escoria?

—debiste hacer algo más

—¿cómo qué? — sonrió de medio lado, pues reconocía a Hibari… y se estaba mentalizando en enfrentarlo

—marcarlo… tal vez – dijo sin inmutarse por la risa estruendosa que le daba a entender que el otro conocía las mismas cosas que él

—así que lo sabes, escoria… pues entonces, ¿para que me preguntas por el método? ¿querías confirmarlo?

—¿así conseguiste domar al otro? Al tal Squalo — con seriedad seguía preguntando y el otro parecía dispuesto a responder

—¿al tiburón? – dijo con una sonrisa amplia. Se repasaba los dientes superiores con la lengua – debo suponer que sabes sobre el celo y que esa información se le es negada a los novatos. Sólo cuando alcanzas un rango decente, te rebelan cosas un poco más interesantes – dijo con seriedad – buen chico, ¿cómo te digo ahora? ¿Hibari-sama? – se mofaba mientras empezaba a alejarse

—¿a Squalo lo marcaste en su celo?

—hice lo mismo que tú entonces – dijo mirando al otro con una sonrisa torcida – dicen los rumores que Tsuna ya te hace caso

—¿qué más sabes?

—no te diré nada, escoria. No te lo mereces. Aun eres sólo un mocoso gateando — se ponía serio mientras hacía una seña con su mano para despreciar a Hibari

—hum – estaba a punto de sacar sus tonfas y darle pelea por engreído, pero el otro se le acercó con calma hasta que pudo susurrarle

—cuando esté en el celo, dale todo el maldito sexo que quiera. Cuando no lo esté, somételo hasta que entienda que te pertenece. Y como sui fuera poco, trátalo como a tu puta personal. Su instinto de supervivencia y el deber de dejar descendencia reaccionará por sí solo

—sabes que es macho, ¿verdad?

—¿eso no importa? – dijo mirando al azabache de ojos metálicos – ellos se acoplan. Toman el rol de la mujer o el hombre según el comportamiento de su pareja. Así de fácil — se estaba aburriendo. Dejar esas pistas a un niñito que no sabía lo que era la crueldad, al menos le daría diversión… pues… Tsuna era especial

—¿algo más que sea interesante y que yo no sepa?

—¿sabías que los tiburones tienen un celo cada dos años? – se reía divertido – aprovecha a tu león, debe ser más activo. Desahoga al mini tú entre tus piernas y ya… el resto es complementario

—empiezo a creer que solo piensas en obscenidades

—son animales – dijo con burla – quieren sexo, comida y un lugar donde dormir. Compláceles en dos o tres cosas y serán tuyos

—como si no lo supiera

—entonces te diré algo más… — se alejó de Hibari y relamió sus labios — cuando los mates de hambre se volverán sus pesadillas personales

—¿que?

—esta es la primera vez que ustedes no les darán de comer por tres días… tal vez cuatro o más, dependiendo de los viejos. Con eso… su estadía será desagradable en todo maldito sentido. Ya lo he vivido y te recomiendo que compres tapones para los oídos o no podrás dormir

 

 

Kyoya no le creyó a Xanxus aquello de que serían los peores días de su vida. No lo hizo hasta que llegó la primera noche y Tsuna empezaba a morder los barrotes. Se le había hecho costumbre dejarlo sin bozal porque la parte animal no lo mordía. Ese animal lo aceptó como pareja así que su cuello estaba a salvo. Las raciones destinadas para los clase A fueron cortadas sin lugar a quejas. La advertencia era encadenarlos y solo darles agua hasta que el plazo se cumpliera para salir al exterminio. Todos los enemigos estaban atados de manos y pies para que no escaparan, porque aparte de la fuente exclusiva de comida proporcionada por la armada, sólo tenían la de ratas y pájaros, pero esos solo eran bocadillos para los clase A. Los enemigos no tenían permitido salir de sus jaulas y los carceleros, ni locos cazaban pequeños animales para llevárselos de contrabando. Sería un trabajo tedioso que nadie estaría dispuesto a hacer. Al menos eso pensaban los altos mandos

El primer día estaban los gruñidos, las amenazantes miradas, las mordeduras en lo que hubiere a disposición, la negativa de beber agua. El segundo día eran las suplicas entre sollozos leves y la caminata incesante en esa jaula de espacio reducido. El tercer día fue el problema, pues no pensaron que la falta de alimento, llevara al clase A a un comportamiento un poco extraño. Salvajismo desnivelado, arremetiendo contra la reja a pesar de dañarse, beber agua en enormes cantidades, jadeos excesivos, destrucción de todo lo que estuviera a su paso, aullidos, gruñidos, llamados por la pequeña ventana que estaba en la jaula. Esos llamados eran para pedir ayuda a los demás clase A y en los edificios conjuntos empezaba una sonata que no se detenía por horas. Al final del tercer día, cuando la noche llegaba, estaba lo que jamás esperaron presenciar. La parte humana despertó con fuerza y eso era lo peor, pues aún les aplazaron el trabajo un día para acudir a la masacre  

¿Qué tan inhumano podía llegar a ser un carcelero? No había limitaciones para una persona que vivió la mayor parte de su vida en soledad y después en entrenamientos arduos para forjar su carácter. Mentes retorcidas, cuerpos fuertes, privilegios que aumentaban su egoísmo, superioridad, mente criminal hasta cierto punto. Kyoya trataba de no centrarse en el mal comportamiento de Tsuna, lo ignoraba, pero cuando esa parte humana empezó a darle sermones eternos sobre lo hijo de puta que era, se hartó. Obviamente no se iba a quedar así. Se metió a la jaula e intentó someter al castaño a punto de maltrato físico que el otro correspondía con habilidad, eso a pesar de las ataduras a la pared. Era entonces que Kyoya terminó de cabrearse, porque el castaño no se sometía y siguió tentando al destino

Se acercó hasta estampar la cabeza del castaño a la pared, hizo que esa mejilla tocara el frío cemento, lo lastimó ocasionalmente, le gritó miles de cosas, entre ellas que no era una mascota estúpida que debía obedecer. Claro, someterlos era la enseñanza básica a aplicar. Pasaron dos horas y la sumisión de Tsuna no mostraba ni siquiera un progreso, por el contrario, el animal ganaba la conciencia total. Un descuido, un mal movimiento o lo que fuera hizo que Tsuna tuviera una sola oportunidad y la supo aprovechar. El cuello del carcelero quedó expuesto, el castaño no llevaba bozal, sus colmillos se extendieron y se incrustaron en el brazo derecho del azabache. Pelaron hasta que Hibari logró quitarse al castaño de encima y esquivó el ataque hacia su garganta. Gruñidos, jadeos, protestas, golpes al rostro y molestia incontenible… Tsuna se había perdido.

¿Solución? Irse del departamento. Kyoya tomó sus cosas y se largó a la enfermería… así no tendría que soportar a ese estúpido castaño. Eso sonaba tan perfecto que hasta el propio Kyoya se la creyó, pero en realidad era otra cosa. Mientras caminaba hacia la enfermería en medio de la noche, se topó con alguien que esperaba junto a la entrada del edificio central. Una botella era elevada al aire mientras se comprobaba que ya no había licor alguno y después era arrojada lejos. Xanxus no dijo nada cuando Hibari pasó a su lado y sólo sonrió ante la seña obscena que el lobo le mostró. Venganza por los días sin un sueño agradable, eso se pactó. Xanxus reía divertido mientras se relamía los labios y tomaba rumbo hacia el departamento de Hibari. La noche apenas empezaba, las cosas se ponían morbosas y una leyenda podía disfrutar de un fruto prohibido

 

 

—volviste maldito estúpido — gruñía con los dientes apretados al ver la sombra que se asomaba con fuerza — dame de comer o te arrancaré el puto cuello

—¿cuánto tiempo sin verte, escoria? — Una luz fue prendida, las pupilas de ambos humanos se vieron afectadas — ¿me extrañaste?

—¿Dónde está el lobo pulgoso? — con desconfianza trató de identificar a su carcelero en la entrada, pero no había nadie más y la puerta se cerró de un azote — ¿qué haces aquí Xanxus?

—vi que tu carcelero salió… tiene el mal hábito de dejar la puerta abierta a veces — reía mientras caminaba por la estancia y tomaba las llaves dejadas en la mesa, para jugar con ellas

—así que viniste de visita, cabrón de mierda — tiró de sus ataduras, pero estaba atado a la pared. Maldijo entre dientes y se obligó a mantener la mirada fija en el recién llegado

—tu aroma es tan nostálgico — rió mientras pateaba los barrotes y veía al castaño retroceder hasta arrinconarse a la pared — ¿sigues teniéndome miedo?

—vete — dijo con voz autoritaria, pero en realidad sus manos atadas por la camisa empezaban a sudar — te prohibieron acercarte a mi Xanxus. ¡LÁRGATE!

—una basura como tú reclamando algo — Mostró la llave en una de sus manos y vio el terror en esa mirada achocolatada — adoro... tus gritos — tomó la llave correspondiente y la introdujo en la cerradura — me excitan tus lágrimas — su sonrisa macabra se mostraba en esplendor mientras se daba vuelta la llave — ¿quieres recordar los buenos tiempos? — el rechinido hizo que el castaño intentara levantarse, luchando con las cadenas que lo aprisionaban

—LÁRGATE — gritó mientras la desesperación lo dominaba e intentaba pararse y darle frente — YA NO ESTOY A TU CUIDADO… LARGO — pero veía la reja abrirse. Sus ojos se abrían desmesuradamente mientras tiraba una y otra vez de las cadenas y forzaba sus ataduras — TORTURADOR MANIACO

—así que me recuerdas y eso que solo estuviste en mi departamento por dos meses — con cuidado ingresó a la jaula. Lento, en asecho, mirando a su presa — los mejores dos meses de mi vida

—FUISTE CAPAZ DE MUTILAR A SQUALO — gritó mientras el miedo lo invadía y los recuerdos llegaban. Estaba reclamando para no perderse en su doloroso pasado — ¡ERES LA PARCA DE MI FAMILIA!

—te dividí en cuatro personalidades aquella vez… hoy puedo dividirte en dos más, tal vez… a menos que me centre en volverme mi puta momentánea — sin dar aviso agarró el cuello del castaño y lo estampó contra la pared — también podría experimentar un poco contigo. Tal vez simplemente mutilar tu linda cara… no sé… improvisaré

—el lobo vendrá — dijo a pesar de que sus mejillas estaban siendo apretadas con fuerza y su respiración se agitaba debido al miedo — Timoteo te reclamará

—el viejito me ordenaba experimentar contigo — susurró en el oído de Tsuna, quien se quedó quieto un momento — ¿acaso creías que eras importante para él? ¡NO SEAS IDIOTA! — gritaba en el oído del castaño que empezaba a removerse de nuevo — ahora… tú mismo ahuyentaste al lobo, dudo que llegue pronto. Podría matarte incluso

—no lo harás… nunca lo haces — dijo cerrando sus ojos y acumulando odio por su antiguo carcelero. Timoteo era una basura — te gusta vernos sufrir

—es cierto — lamió la mejilla de Tsuna y este intentó morderlo, peor era inútil — ahora mi querido Tsuna… hay que empezar

—TE MATARÉ… LIBERARÉ A MI FAMILIA DE TU ASQUEROSA PRESENCIA… MALDITA… ugh

 

 

El primer maltrato empezaba, un golpe en el estómago de Tsuna que le quitaba el aire y lo hacía temblar, pero el castaño se iba a defender. Dientes expuestos, movimientos bruscos, todo el instinto de supervivencia que tenía se hizo presente. Las cadenas se rompían de a poco, el cuello de Tsuna era marcado por las uñas de Xanxus y la asfixia era temporal para el clase A. Maltrato físico, golpes sin pausa, daño a nivel abdominal que terminaba dejando tembloroso al castaño, para que al momento de liberarlo no lograra atacar con la suficiente fuerza. Era entonces que Xanxus arremetía con todo contra Tsuna hasta atarlo con las manos en la espalda y reír. Las ataduras de las muñecas solo eran la base para lo que seguía, pues el moreno enredaba las cadenas en la atadura y usaba la propia reja como polea. Tsuna entonces era elevado hasta el techo con todo su peso mantenido por sus brazos atados por la espalda y sus gritos agónicos debido al dolor que eso le producía empezaba, pues Xanxus tiraba de sus piernas para ejercer presión… y eso no era nada

Kyoya veía el reloj mientras la enfermera terminaba de cocerle la herida y vendarla. Se quedó allí mientras comía una manzana y hasta tomó una siesta larga, pues no había podido dormir demasiado debido a las quejas de Tsuna. En cierto momento la propia enfermera lo despertaba y sacaba del lugar, obviamente sus mañas para usar esas camillas como refugio no eran válidas. Así que regresaría a su departamento, después de todo Xanxus ya debió haberse divertido mucho con el castaño. La venganza estaba hecha, así tal vez Tsuna se dignara a comportarse, para que no perdiera la protección de su dueño. Bostezaba mientras subía los últimos escalones y desde ahí ya escuchaba a Tsuna gritar con desesperación. Se limpió los rastros de comida, se peinó los cabellos y decidió entrar con calma… lo que vio… fue interesante y grotesco a la vez

 

 

—¿qué demonios haces? — criticó mientras veía el desorden en su sala y a Xanxus fumar un cigarrillo en medio de esta

—torturando a Tsuna, quien es mi querida prohibición — sonrió mientras arrojaba el gastado tabaco al basurero cercano e ignoraba el grito del mencionado — lo extrañé — usando un trapo limpiaba sus manos un poco ensangrentadas y después lanzaba aquella cosa por ahí

—¿ya lo habías torturado?

—el mocoso se me fue entregado hace años — un nuevo grito y después silencio — me lo quitaron porque no querían maltratarlo demasiado. Es frágil… y “mimado” por Timoteo —se burló mientras veía su reloj — es hora

—¿qué le haces?

—aprende un poco mocoso — sonrió antes de entrar a la habitación seguido por Kyoya — no digas nada porque soy tu superior… no te quejes escoria, porque estoy por sobre ti

 

 

Kyoya frunció su ceño al ver a Tsuna reposar sobre el suelo de la habitación. En el cuello tenía una correa y esta a su vez tenía un tenedor atado… no… eran dos tenedores atados de tal forma que las puntas estuvieran clavados en la barbilla y esternón de Tsuna. La una punta ya estaba incrustada en la quijada, la sangre salía en abundancia pues suponía que era ocasionado cuando Tsuna abría la boca para gritar. La razón de los gritos era más grotesca aún. Tsuna tenía atadas las piernas a los extremos del pie de la cama, estaba desnudo desde la cintura hacia abajo y las manos detrás de la espalda. Xanxus lo pateó para despertarlo y que gritara un poco más. Kyoya se adentró un poco para admirar algo introducido por el ano del castaño y ese algo era el que infringía dolor, pues un leve charco de sangre estaba ya disperso en el suelo bajo aquella zona. Solo se distinguía una especie de manivela

 

 

—¿asco? — Xanxus reía mientras revisaba que la manivela no se hubiese movido — di algo novato

—suéltalo — ordenó cuando los ojos de Tsuna se abrieron levemente y arqueaba la cabeza hacia atrás para que el tenedor dejara de apretarle, apuñarlo — ahora — dijo con enfado. Nadie más que él podía tocar aquella zona del castaño

—a mí no ordenas nada, escoria — sonreía mientras se sentaba junto al castaño y volvía a mover la manivela. Instantáneamente Tsuna gritaba en desesperación y el tenedor se le incrustaba. La cabeza de Tsuna se echaba para atrás lo más que podía para no dañarse la garganta demasiado — ¿NO TE GUSTA SU LINDA VOZ?

—YA PÁRALO — exigió sacando su propia arma y apuntando a Xanxus, quien simplemente se reía al escuchar el dolor del castaño. Las lágrimas del mismo ya estaban secas en sus mejillas, pero unas nuevas recorrían la piel de los lados de su cabeza —AHORA

—qué delicado

—SUELTA A MI CLASE A, ¡AHORA! — amenazó y los ojos de Tsuna se cerraron como si estuviera aliviado

—no grites o los superiores vendrán

—¡qué es lo que pasa aquí! — pero era tarde, el escándalo había traído a una mujer madura de cabello azulado — ¿XANXUS QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?

—diversión mujer — se reía mientras se levantaba y procedía a abandonar el lugar — no te quejes que ya me voy

—se te prohibió acercarte a Tsunayoshi Sawada desde el incidente con químicos — criticaba la superior mientras pateaba al mayor y empezaba a discutir — LÁRGATE… necesitamos al estúpido clase A para el exterminio. ¡Maldito imbécil!

—cariño… ME VALE UNA MIERDA  

 

 

Kyoya entonces dejó de lado su arma y se acercó al castaño. Primero le sacó ese estúpido tenedor, le arrancó la correa, escuchando el suspiro largo del castaño y viéndolo sollozar aliviado. Desató ambas piernas y las vio caer al suelo, pero Tsuna gritó una vez más y supo que esa cosa debía tener algo. Hibari entonces vio aquello… esa manivela conectaba a algo que se expandía en la entrada del castaño. La manipuló con rapidez, ignorando los sollozos desesperados de Tsuna y lo sacó con un poco de delicadeza. Era una especie de pera, al menos tenía esa forma con la excepción de que terminaba en puntas que ahora estaban manchadas de sangre. La manivela expandía el artilugio, las puntas seguramente desgarraban las paredes anales del condenado y era… era grotesco. Tsuna entonces soltó un último sollozo y un «gracias» que a Kyoya le produjo una sensación extraña en los intestinos. El castaño dejó caer sus piernas, su cuerpo se aflojó y sus ojos se cerraron de inmediato. Tsuna se había desmayado debido al dolor

La superior volvió con rapidez, casi corriendo y tirándose junto al castaño para empezar a revisarle brazos y piernas con desesperación. Kyoya buscó algo limpio que empapó con agua de la llave y volvió para limpiar el rastro de la sangre seca en diferentes partes del cuerpo del castaño. La mujer soltó el aire en alivio mientras confirmaba que el castaño no había sido envenenado y que podía ir al campo de batalla. Kyoya ni siquiera le prestó atención porque le interesaba más saber qué tan grave era el daño en las entrañas del castaño, incluso metió sus dedos y solo veía sangre que salía. «Nunca más dejes a Xanxus con Tsunayoshi. El tipo le tiene una fascinación insana porque Tsuna es el consentido de los superiores junto con Reborn. Y por las heridas internas, no son graves, llamaré a una enfermera y con la curación, el maldito estará bien para el día pactado» No se dijo nada más en esa noche… no se pensó nada más en esa noche… se quedaría en el olvido, aunque… Kyoya aprendió que la venganza de un demente, no era de su gusto

 

 

Por allá…

 

 

—I-pin por favor, dame de comer – sollozaba Skull cuando su parte humana ya presenciaba el cuarto día

—Skull… déjame dormir por favor – se quejaba mientras veía sus ojeras en el espejo. A pesar de los tapones de oídos podía olerlo y sentir las vibraciones de los golpes en los barrotes. Era difícil de soportar

—te lo pido, por Dios. Dame de comer

—no tengo raciones. No tengo nada. Incluso mi comida está limitada para no hacer trampa

—no quiero volverme un asesino sin piedad – sollozaba con fuerza – no quiero… por favor — sus lágrimas eran ríos que se secaban con rapidez sobre sus mejillas

—¿ya lo has vivido antes? – el de cabellos lilas asentía e I-pin se sentaba en frente de la jaula – ¿me atacarás?

—sí, pues no sabré reconocerte incluso a ti… por Dios I-pin, dame algo de comer, un poquito al menos

—yo ni…

—¡CON UN DEMONIO! ¡DAME DE COMER! – gruñía asustando a la muchacha que intentaba calmarlo – DAME DE COMER… AHORA

—tranquilízate. Sopórtalo un día más — pues les habían extendido el plazo, nunca les daban razones de ese accionar

—ME QUIEREN VOLVER ASESINO Y SE ARREPENTIRÁN

—Skull cállate — suspiraba con cansancio

—LOS MATARÉ A TODOS. A TODOS SIN EXCEPCIÓN — pegaba su frente a los barrotes sin despegar su mirada de I-pin, mostrado sus dientes y tratando de morder la jaula

—cálmate

—no quiero matar – sollozó nuevamente – no quiero hacerte daño… PERO LOS MATARÉ – esa mirada mostraba desesperación y dolor, angustia y sed de sangre

—no puedo con esto – y la única opción de la chica, era irse

 

 

La muchacha salía de su departamento, escuchando detrás de ella los pedidos desesperados de Skull porque lo alimentaran. Escapaba de ese martirio saliendo a su pasillo, cerrando la puerta, pero escuchaba aun un leve sonido. Respiraba con dificultad y al ver en los espacios verdes a los carceleros reunidos en pequeños grupos, supo que todos pasaban por algo similar. El hecho de no soportar más los lloriqueos del clase A y las pocas horas de sueño, hacía que todos se decidieran por salir de sus hogares y dormir al aire libre. Su hermano bajaba en ese instante y ella sin decir nada se le unió. Descendieron con calma y compartiendo el chocolate que el ojiverde tenía en sus manos.

 

 

—Reborn está insoportable. Ya me ha dicho un montón de cosas y me ha amenazado — fue lo único que entre esos dos se dijo antes de que se dirigieran a uno de los jardines con margaritas y se sentaran a ver el sol que brillaba en esplendor y quemaba sus pieles.

—No aguanto — decía I-pin mientras cabeceaba y sentía las manos de Lambo en sus hombros. El de ojos verdes ayudaba a su hermana a recostarse en el suelo, para él hacer lo mismo y ceder al cansancio de esos días. Iban a dormir y a pesar de eso, a lo lejos escuchaban los aullidos de algunos clase A

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

Holi a todos, debo informar que ya pude recuperar mi compu, así que trataré de ir actualizando cada cuatro días... me esforzaré XD

Bueno, debo confesar que tuve que investigar sobre algunas cosas para escribir este capítulo, y que a su vez modificaré las advertencias... no pensé incluir la tortura gráfica, pero salió. Era hora de poner las cosas claras... todos están malditamente enfermos y la pregunta sigue. ¿Quién es el monstruo?

Muchas gracias para los que siguen sobreviviendo con esta historia. Creo que ya les di la impresión que quería darles, así que no más torturas por los siguientes capítulos... aunque... ya veremos XD

*la ficker se traumó un poquito*

Muchos besos~

Los quiere... KRAT

 

PD1: se me alargó el capítulo :v

PD2: ¿recuerdan que dije que el capítulo llamado “monstruo” fue difícil… este se ganó un puesto compartido ^^


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