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Problemas de clase por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holis~

Sólo por si acaso debo aclarar algunas cosas.

Esto NO es omegaverse a pesar de que he puesto algunas referencias de ese tipo, por lo tanto, aquí el m-preg no es englobado a todos los personajes. Ya expliqué que todo macho que NO sea clase A, NO podrá embarazarse, así que abandonen la idea de cualquier posibilidad de ese tipo.

Hayato está muerto, lo recalco una y otra vez no sólo por ver su dolor (¿cómo creen que me siento al recordarles ese detalle cada capítulo desde la tragedia? Es feo, pero no me quejo tanto porque me ayuda a mentalizarme para cada capítulo). Me veo en la obligación de aclararlo porque en la otra plataforma siguen llegándome comentarios con protestas por el tema o súplicas que lamentablemente tengo que ignorar porque no voy a cambiar la trama.

Esto no es un fic de cambia-formas, aquí todos mantendrán su faceta humana toda su vida.

Debo repetir que aquí el “amor” es visto de una forma diferente a la que están acostumbrados, así que busquen su “amor” borrando todos los parámetros establecidos en la sociedad.

El fic es duro de aguantar para muchos, me he dado cuenta que van abandonándolo con el pasar de los capítulos, incluso me han dejado comentarios despidiéndose. Para quienes ya no vayan a seguir, les agradezco infinitamente que hayan llegado hasta este punto, en serio, el apoyo que me han sabido dar es esencial para esta escritora. Y para quienes quieran continuar, espero que estén preparadas, porque incluso ingresé en una crisis existencial para narrar lo que sigue

Repito, esto no va a terminar de una manera tradicional, no todas las parejas establecidas terminarán bien y la crueldad estará presente como hasta la presente fecha. Por cierto, la “crueldad” no es solamente hacia los personajes, sino hacia los lectores también… eso incluye a la ficker, que está sufriendo igual o más que sus lectores.

Cambié las advertencias iniciales y las notas finales del primer capítulo. Tomar en cuenta la descripción también…

Creo que eso es todo

¿Sobrevivientes?

Muchos besos~

Disfruten.

 

 

 

 

 

 

La manada regresaba a la normalidad con el pasar de los días, lo hacía bajo el rango aceptable en ese mundo regido por instintos animales que surgían desde el nacimiento. Cada persona, sin excepción, nacía representando a un animal en particular y éste siempre era heredado por sus antecesores o por la combinación extraña de los mismos. Mas, esa habilidad nata siempre se mostraba en diferentes niveles y los clase A eran la punta de la pirámide hasta que algo más allá de su imaginación emergiera. La clase especial de seres que pisaban ese mundo tenía pocos miembros, un porcentaje casi despreciable en comparación al resto de los habitantes de ese mundo cruel en muchos sentidos, pero aun así se negaban a perecer. Por simple capricho dirían algunos, pero ellos definían su voluntad para vivir como su objetivo instintivo y por lo que lucharían constantemente, incluso contra sí mismos.

No era fácil para los clase A vivir a coste de una parte “no pensante” que los dominaba cada cierto periodo de tiempo, sin embargo lo intentaban con toda la fuerza posible. Además, su parte animal no era incontrolable y letal como todos pensaban, lo que era letal era la forma en que los “normalitos” combatían lo desconocido. Los clase A convivían en esa madriguera sin problemas graves, incluso cuando estaban en esa época donde solo gruñían, mordían y comían en exceso; y esa era la prueba mayor de que ellos no eran simplemente asesino, sólo eran diferentes. Si se les cumplía las necesidades básicas eran como cualquier otro animal conviviendo con los suyos, y era eso lo que los de la armada o cualquier persona promedio no entendía, porque simplemente no se daba el tiempo para hacerlo

 

 

—se encerraron en las habitaciones más profundas — cierta muchacha decía eso mientras sonreía — es normal, I-pin

—Elena… no sé cómo puedes sonreír así a pesar de que ¡acabas de ser atacada por dos machos que perdieron su lado pensante! — critica mientras intenta cortarle el paso, su voz se eleva mientras su ceño se frunce

—estás loca — sonríe mientras camina por el pasillo esquivando a la azabache

—¿cómo que estoy loca? ¡Ellos quisieron morderte!

—estaban jugando — ríe divertida mientras con su dedo acomoda el mechón rubio que cayó en su rostro — ¿no los escuchaste? Querían tumbarme para demostrar que eran más fuertes que yo. No son más que un par de idiotas; les falta diez años como para decirme eso

—¿cómo que jugar? — su nivel de confusión se eleva. I-pin nunca vio en aquel ataque ningún símbolo de que solamente fuera un juego

—oh — dice riendo bajito — olvidé que ustedes no hablan nuestro idioma

—odio cuando todo lo explican así — aprieta los dientes pues está consciente de que aún no conoce todo lo referente a esa especie — con eso del otro idioma

—estas aquí desde hace tiempo, ¿y aun no aprendes? — decía elevando una ceja — con razón hay reclamos de Mukuro

—¿qué dice ese idiota de mí? — gruñe bajito mientras aprieta los puños. Con sólo esos meses no dejará de ser la “nueva” de la manada

—que te arrancará el cuello la próxima vez que pierdas a un cachorro de la manada

—ya me disculpé por eso

—pero eso no nos sirve — Elena se pone seria de repente, mantiene su paso constante por el pasillo mas no pierde la altivez que la caracteriza — ¿sabías que, en los laboratorios de la armada, matan a toda cría de clase A que sobrepase los diez años? — mira a I-pin y ésta niega mientras la culpa se refleja en su mirada. Ella no estuvo el tiempo suficiente para saber los secretos de esos ancianitos y odiaba admitir que en esa época poco le importaban aquellos detalles — claro, esos vejetes lo esconden bien. Nos han robado a dos niños de esa edad y nunca logramos recuperarlos… siempre es trágico y sufrimos demasiado

—¿por qué los matan? — su voz baja de tono, porque a su memoria llegó el rostro de Baek

—a los diez años nuestros hijos tienen una transformación un poco brusca. Su apetito aumenta tanto que, si no se satisface, empiezan a descontrolarse… — Elena detuvo sus palabras y miró el asombro leve en los ojos de I-pin. Fue entonces que frunció el ceño notablemente — por dios, ¡¿por qué debo explicar hasta lo más básico?!… ¿no me digas que Skull no te dijo nada?

—dijo muchas cosas, pero yo no puse atención — elevó sus hombros sin interés, desviando su mirada porque ya presenció el enfado de Elena 

—resumiré eso — la rubia mostró un tic en su ceja izquierda y tuvo que sobar su cien para proseguir — Nuestro lado animal come, se aparea, pelea por territorio y todo lo que un animal hace, pero no es porque sea un asesino serial sino porque nuestras sensaciones aumentan a un nivel que nos nubla la mayoría de veces. Generalmente cuando comemos bastante eso pasa, es como un calmante

—eso explica lo del coma alimenticio

—¿qué coma?

—bueno… no creo que sea conveniente explicarte como va eso — suspiró y trataba de no demostrar que aparecieron sus nervios. I-pin no quiso decir que ella participó en una matanza en la armada y vio a los clase A entrar en coma alimenticio por ingerir demasiada carne humana… eso sería como tacharse a sí misma como una amenaza

—como sea… — soltó un suspiro resignado y trató de no mandar al diablo a esa niña — llama a tu hermano. Los veo en el comedor de arriba en media hora, no, mejor afuera de la madriguera

—¿y eso?

—Reborn debe saber que ni tú ni tu hermano saben las cosas básicas — suspira — sino le aviso ahora, después tal vez hagan algo estúpido y sinceramente no quiero otra pelea ni con Reborn ni con Tsuna o con los altos cargos. Squalo ya quiso destajar a Shun por seguirle el juego a Lambo

—no de nuevo. No quiero mas regaños del “jefe”

—son las reglas de la manda, así que te aguantas, porque no eres la única maldita cría fastidiada por los putos problemas que ocasionan ustedes mismos — gruñó y mostró sus colmillos. I-pin le dio frente sin bajar la cabeza, aprendió a sobrellevar los arrebatos de muchos “hermanos” en esa manada — sí, I-pin… ya recordé lo que hiciste hace dos semanas… levantarle la voz a Tsuna no fue lindo, ¡menos cuando esta así de sensible!

—oye, pensé que tú eras mi amiga — estaba lista para defenderse si es que esa mujer la atacaba

—¡soy tu hermana! ¡Si no entiendes ni eso, entonces me enojaré más! — levantó su voz y lanzó un gruñido, pero se detuvo de inmediato — No quiero escuchar nada. Te vas, esperas con Lambo y no digas nada más… ¡¿entendido?!

—no me grites

—cálmate, Elena — se decía a sí misma — no te alteres… cuenta hasta diez… uno, dos…

 

 

A veces el problema más grande de esa raza era la ira. Parecía que podían sentirla con tanta intensidad como el hambre misma, por eso cuando se enojaban peleaban en las afueras de su refugio hasta cansarse; eso era cosa de todos los días, pero cuando se terminaba todo parecía volver a la normalidad. I-pin estaba pensando que aquel accionar era lo que ella también requería para liberar su propio estrés; esforzar un poco su cuerpo no estaría mal, pero le seguía dando pánico enfrentarse a los de su edad porque no se sentía lo suficientemente fuerte como para darles cara… odiaba admitirlo, pero hasta los quinceañeros del lugar eran más fuerte que ella y lo comprobó de una forma vergonzosa en sus entrenamientos con Skull

La muchacha odiaba saber que todavía no estaba bien asentada en esa manada, ni siquiera con su matrimonio las cosas cambiaron demasiado; lo único que tenía de beneficio fue que ningún idiota intentaba buscarle pelea por rencores pasados porque, según ellos, con la familia no hay rencores que duren. Pero su querido hermano era otra cosa muy distinta. Lambo parecía que buscaba problemas a propósito y era obvio que su actitud se destinaba a que le pusiesen atención, pero de nada servía. En ese mes que pasó desde la boda, Reborn parecía concentrado en otras cosas más importantes que fijarse en los vanos intentos de Lambo por sobresalir de resto y debido a aquello era duro mantener al de ojos verdosos fuera de líos graves. I-pin se sentía la madre de su propio hermano, ¡por dios! ¡Ese no era su papel! Pero tenía que tomar ese rol si quería a su hermano vivo durante mucho tiempo más  

 

 

—no me regañes de nuevo. No he hecho nada — dijo el muchacho de rizos al ver a su hermana en la puerta de la cocina

—te delegaron a lavar platos, ¡qué lindo! — canturreaba con fingida y exagerada emoción

—no jodas, I-pin — rodaba los ojos y hacía una mueca mientras seguía en aquella labor

—¿qué hiciste ahora? ¿Peleaste de nuevo con Yamamoto?

—no — suspiró mientras su hermana se coloca a su lado para ayudarlo con la tarea — me metí al laboratorio de Verde — su hermana lo golpeó en el hombro con fuerza y el muchacho suspiró en respuesta — tengo cosas que saber y si no investigo por mi cuenta, pues…

—pregúntale al doctor — se queja con los dientes apretados. Está harta de cuidar de ese mocoso

—ese sujeto ha estado ocupado con lo del embarazado — bufaba insatisfecho — y no quiero ni siquiera cruzármelo

—dime qué quieres y yo pregunto

—¡no sé cómo aguantas a Tsuna! — reclama soltando el plato que mantenía en sus manos y golpeando el lavabo  

—no es tan malo cuando ese lado humanista suyo está a flote o hasta el melancólico. Es como un niño chiquito

—pues ojalá se ahogue con lo que traga — gruñó mientras dejaba de lado el último plato — o que su cachorro se mu… — pero su hermana logró cerrarle la boca de inmediato para hacer una seña para que detenga

—cállate y vamos. Nos regañarán de nuevo

 

 

Lambo sonreía al escuchar eso y empezaba con su caminata; la razón de su felicidad repentina era tan simpe que hasta I-pin se fastidiaba con eso. Quien los regañaba generalmente era Reborn, aunque en las dos últimas ocasiones había sido Squalo en representación, y ese sí que tenía un vocablo demasiado fino para recalcarles que eran la jodida putada de la manada. Oh sí, fueron buenos días los que pasaron siendo insultados de esa forma por quien cargaba a su cachorro en brazos. Extraña combinación, pero a Lambo parecía no interesarle los detalles, solamente con el simple hecho de una posibilidad de ver al líder estaba feliz. I-pin sabía que su hermano tomó una obsesión extraña y enferma con su padre, pero ya se cansó de intentar hacerle entender a Lambo que ya no tenía oportunidad con el líder de la manada

 

 

—veamos qué tenemos aquí — sonreía Lambo mientras buscaba con su mirada a quien les daría su castigo… y ahí estaba. Parado a lo lejos, admirando el horizonte, aquellos cabellos moviéndose con la brisa, con brazos cruzados y dándoles la espalda — qué buena vista

—no empieces, Lambo — I-pin empujaba a su hermano con furia — Reborn nos va a…

—callados ambos — era la simple orden dada por el azabache — me cansé de sus malditos errores

—hay no… ¿nos vas a desterrar? — se quejaba I-pin con un tono agudo, estaba burlándose de aquel hombre

—claro que no lo hará, somos familia — Lambo sonreía, su expresión se endulzaba y era admirable

—I-pin sigue aquí porque es mi hija y no tengo alguna otra maldita opción— su voz grave mostró su poderío. El mayor se giró hasta ellos, pero cuál fue la sorpresa de los chiquillos al ver que, en brazos de aquel imponente hombre, había un bebé de tal vez un año y medio, el mismo que mordía con entusiasmo un juguete de plástico y pataleaba — tiene suerte de llevar mi sangre — el infante colgaba de las manos de Reborn mirando a ambos adolescentes y dándole la espalda al líder

—¡qué demonios! — se quejó Lambo al ver esa extraña situación — ¿y ese mocoso?

—ustedes se han metido en muchos problemas últimamente — Reborn ignoró las miradas ajenas mientras gira al bebé y lo elevaba al cielo mientras éste soltaba el juguete y reía extendiendo sus manos para intentar atrapar al mayor — así que debería mandarlos al refugio del sur para que no den más líos

—dime de quién es ese bebé — reclama el de cabellos rizados, pues por alguna razón le da rabia ver a Reborn de esa forma

—no lo cargues así — obviamente I-pin se quejó de inmediato e intentó incluso acercarse a su padre, pero una sola mirada de advertencia fue suficiente para detenerla — trátalo bien al menos — se excusó apuntando al bebé que hacía ruidos con su nariz y boca  

—siguen aquí porque Skull es necesario y no pienso alejarlo. Si tú te vas, I-pin, él también — tomó al niño con cuidado y con uno de sus brazos lo apegaba a su pecho. Su expresión estoica no cambiaba mientras se acercaba hacia ellos — así que les daré una última oportunidad

—un entrenamiento de nuevo — ambos azabaches hablaban en coordinación, tal vez porque estaban fastidiados de siempre pasar por lo mismo — qué fastidio

—lo harán con el mejor de todos como su tutor, así que siéntanse agradecidos — pasó junto a esos dos, pero ni siquiera los miró o dio algún gesto negativo ni mucho menos positivo. Sólo agarró aquella mano infantil que intenta tomar sus patillas y escuchaba la queja inentendible del bebé

—no… Squalo no, por dios — suplica I-pin y Lambo dejó de mirar a ese mocoso insolente, debía calmarse

—claro que no… ese idiota saldrá a cazar desde hoy — Reborn miró al infante y le gruñó, pero la respuesta solamente era una risita divertida. Los bebés eran inmunes a sus órdenes

—¿entonces? ¿quién nos…?

—así que me das dos dolores de cabeza adicionales — esa voz causó que ambos excarceleros fruncieran el ceño instantáneamente — qué maduro de tu parte, cariño

—sé que lo harás bien, amore mio

—jódete — reclamaba mientras le quita a su esposo la custodia del infante — no me culpes si los castigo mucho

—en este punto, tú eres el único que los puede enderezar, Tsuna — sonrió divertido cuando el bebé empezó a tirar de la ropa del castaño e intentaba buscar los pechos nulos del mismo mientras hacía ruidos de succión con su lengua — veo que tu aroma empieza a cambiar… te diré mamma desde ahora

—ugh, odio eso — Tsuna se quejaba con maldiciones entre dientes mientras quitaba esas manitas de su pecho, pero no podía enojarse con el bebé — no soy tu madre ni una nana — reclama, sin embargo, termina sonriendo y dándole vuelta al bebé para cargarlo por sobre su abultado vientre, el mismo que asemeja a una pelota cada vez más grande cada día — con mi olor actual me siento muy raro

—hum — aspiraba el aire y suspiraba — levemente dulce… hueles muy bien por si quieres saberlo

—me lo dices todas las malditas noches, ya hasta me da náuseas escucharlo — el rostro de Tsuna no cambió de expresión mientras miraba a sus dos nuevos alumnos e ignoraba la caricia en su mejilla derecha por parte del líder — ¿qué miran, mocosos inútiles? — les retaba con un tono burlón. Amaba ver esas miradas asqueadas, enfadadas, especialmente la de Lambo

—¡ME NIEGO A ESTAR CON ESA COSA! — claro, Lambo estallaba como dinamita pues no aguantaba al castaño. Para él ese coqueteo del infierno es su peor tortura y tenía que aguantarlo cada día

—¿celoso? — sonríe Tsuna mientras gira su rostro para recibir el beso de despedida que el mayor le da. ¿Por qué lo hace sin quejarse? Tal vez porque adora hacerle la vida de cuadritos a Lambo — pues te aguantas porque ahora soy tu maestro y verás cosas como esta cada maldito día de tu puta existencia, hasta que yo lo decida

—te detesto y lo sabes — apretaba los dientes y puños, sus venas en el cuello se marcaban y sólo I-pin lo detenía para que no se acercarse — porqué mejor no te… — y de nuevo su boca era cubierta por la mano de su hermana, ¡odiaba eso! ¡quería gritarle miles de cosas a ese castaño!

—Bien pensado, I-pin — sonríe Tsuna mientras hace una seña con su dedo para que empiecen a seguirlo — ciérrale la boca o se ganará un castigo y quiero empezar bien durante al menos una hora

—más les vale no darle estrés a MI esposo — amenazaba Reborn, quien no detuvo su caminar dentro de la madriguera — porque si le pasa algo — se giró un poco para amenazar al par de mocosos que discutían dos metros detrás de él — me desquitaré con ustedes y no será bonito

—no necesito que me defiendas, Reborn — Tsuna se rió porque pudo oler y escuchar el odio de Lambo — mejor mueve tu trasero y sal de caza de una maldita vez

—¿otro antojo, mamma?

—di eso de nuevo y…

—¡¿podrían callarse?! — dictaminó I-pin quien estaba colgando de la espalda de Lambo, cubriéndole la boca con sus manos y obligándolo a seguir el camino trazado por los dos líderes — ya es difícil mantenerlo callado, pero con sus arrumacos Lambo se pone peor

—déjalo hablar entonces — sonrió Tsuna mientras escondía su sonrisa. Giró en un pasillo y Reborn al opuesto — será divertido escuchar lo que tiene que decir

 

 

Pero obviamente I-pin no era idiota y tampoco dejaría que su hermano lo fuese. Si alguno de los dos se atrevía a desafiar o agredir a la matriarca, estarían condenados a traslado, destierro o muerte, y eso no les beneficiaba en nada. Lo peor es que el castaño parecía gozar con todo eso mientras caminaba como si nada a través del silencioso pasillo. I-pin se la pasó discutiendo con su estúpido hermano hasta que este dejó de bufar y aceptó seguir el juego, porque obviamente Lambo algo planeaba para fastidiar a Tsuna… eso era malo y bueno a la vez. Solamente la risita del bebé que iba en custodia de Tsuna los sacaba de sus peleas visuales y gestuales, y eso era más raro aún, porque la calidez de las palabras y ronroneos del castaño al tratar con el bebé, contrastaban con el malhablado personaje estaba dominando ese cuerpo  

 

 

—matriarca divina — decía Lambo en burla — se puede saber qué haremos para auto-flagelarnos

—me dijeron que no saben lo básico sobre nuestra casta — responde sin inmutarse por la ironía ajena, cargando al bebito con normalidad y besándole la mejilla — empezaremos por ahí entonces

—¿con qué? ¿Una explicación teórica de nuestro cuerpo? — bufaba Lambo e ignoraba el golpe en su brazo — ya sabemos la teoría

—¡cállate, Lambo! — criticó la mujer mientras trataba de reconocer ese pasillo que invadían. No lo recordaba, tal vez porque nunca fueron allí, por esa ala — dime, ¿reconoces el lugar?

—para nada — respondió sin fijarse mucho en el maldito pasillo

—ni siquiera conocen toda la madriguera que consta de 10 pisos subterráneos, cortesía de Verde y de nuestro trabajo de tres años — bufó Tsuna mientras escuchaba los aplausos del pequeño — esto es más grave de lo que imaginé… Skull va a tener que oírme después, pues él fue su primer maestro. Debió obligatoriamente mostrarles estas áreas

—oye… no te atrevas a tocar a mi esposo — se quejó I-pin, sintiendo el miedo a que algo le pasara a su estúpido inmortal — ¡me oíste!

—si sigo con esta personalidad los mataré a ustedes — suspiraba Tsuna — así que negociaré un cambio con mis otros “yo”. Podré hacerlo si ustedes se callan y escuchan mis únicas órdenes por ahora — se detuvo en la puerta y giró hacia esos dos — ¿dónde inicia la manada?

—en la puerta — respondió Lambo y un zape por I-pin lo hizo reírse — ya, no seas agresiva. Empieza en el centro de la madriguera, en los cuneros

—perfecto — sonrió Tsuna mientras miraba a Lambo y le cedía el bebé — castigado por graciosito

—no sé cuidar niños — se negó a tomarlo, pero Tsuna gruñó amenazante y el bebé lo imitó con algo parecido a un ronco balbuceo mientras intentaba agarrar al azabache

—joder, no quiero sostenerlo — pero su hermana lo obligó a obedecer. Lambo se quejó al tener al niño en sus manos, lo miraba y le daba nauseas, lo escuchaba y sentía su sangre hervir — ni siquiera sé cómo agarrarlo — mas no terminó de decir eso cuando unos jalones por parte de Tsuna lo obligaron a tomar al infante de la forma correcta

—recuerda esa pose, la usarás este día y los siguientes — Tsuna incluso golpeó la frente de Lambo con fuerza y sonrió al final

—no quiero cuidar de este crío que ni siquiera sé de quién es — se estaba aguantando las ganas de soltar al bebé e ir por Tsuna. Lo hacía por su hermana, no quería meterla en problemas

—Huérfano — dijo con simpleza mientras abría las puertas y miraba a I-pin — entra, escoge otro

—Qué demonios — dice al entrar y ver decenas de cuneros — esto es…

—El área de maternidad. No importa si son huérfanos o si no lo son, todos terminan aquí y las madres se incluyen, porque no se alejan mucho de sus cachorros

—pero está vacío — criticó al ver sólo cuatro cunas ocupadas — ¿cuándo llegaron? Sólo había dos en el festejo

—hay tres refugios más aparte de este. Estos bebés llegaron aquí ayer en la noche porque estamos trasladando personal. Siempre rotamos a nuestra gente — explicaba Tsuna con simpleza mientras con la mirada ordenaba a I-pin a agarrar un niño. Luego agarró la ropa de Lambo y lo jaló para que no se aleje de I-pin mientras seguían caminando por la habitación

—maldita sea

—¡callados! Ambos — gruñó con furia mientras se paraba en frente de ellos — que queden las cosas claras. Ahora soy su maestro, así que harán todo lo que les digo sin chistar

—no me jodas — Lambo dejó al chiquillo en un cunero y sacudió sus manos — yo no haré eso… yo no te aguanto ni cinco minutos. Tu aroma me da…

—la manada empieza con los bebés — Tsuna ignoró al muchacho y acarició su vientre con delicadeza — ellos son prioridad y aprenderán a tratarlos como las joyas que son. Esa es su tarea desde este punto

—Que no sea lo que estaba pensando — suplicaba I-pin

—Serán niñeras hasta que yo decida que es suficiente

—No, ¡por dios!

—Deben cuidarlos, amamantarlos con los biberones, cambiarles el pañal y la ropa si lo necesitan. Es necesario tratarlos con cuidado, bañarlos, peinarlos, arroparlos, verificar si sus barriguitas están llenas, si los dientes están saliendo, su naturaleza, si tiene gasees, si necesitan algo… cosas más, cosas menos — los miraba con seriedad mientras decía todo sin detenerse — ahora… empiecen

 

 

El castaño los ignoraba después de dar las tareas a cumplir pues debía concentrarse en los bebés que necesitan cuidados continuos, especialmente Susu que era el más pequeño de todos. En eso se había concentrado Tsuna durante esos días, adaptándose meramente a las tareas de maternidad que le tomaban la mayor parte del tiempo. Reborn lo mandó allí -sin opción a réplicas- debido a que el médico de la manada le prohibió al castaño salir de cacería debido a sus cuatro meses, argumentando que ya debería empezar a cuidarse porque su movilidad estaría limitada por su vientre. El segundo líder se había tenido que tragar el orgullo y aceptar que su cuerpo, su bebé y su tarea de paternidad le quitarían decenas de libertades

Los estudiantes se vieron obligados a aprender, mas no significó que dejasen de discutir, gruñir, frustrarse, pero Tsuna los ignoraba con maestría; después de todo no podía enseñarles de otra forma que no fuese la práctica y si se equivocaban les tiraba del cabello o aplicaba un golpe en la espalda, así era como se hacía entender que estaban haciéndolo mal y que pusieran atención porque les mostraría la forma correcta una sola vez. El castaño se alejaba después de verificar que sus nuevos subordinados cumplieran las tareas e intentaba hacer que una de sus otras personalidades tome su lugar, sin embargo, éstas parecían negarse por simple capricho o pereza y no los culpa, habían sido días complicados con Reborn. La mente de Tsuna había sido un caos constante, por eso su agotamiento se estaba reflejando en su cuerpo y por ende el médico le mandó reposo, cosa que no cumplía a cabalidad porque era demasiado aburrido

El llanto de uno de los infantes comenzó, Lambo soltó un bufido largo sin saber qué hacer pues odiaba esa tarea y de no ser porque su hermana lo manipulaba para que se callara y cumpliera con el castigo, ya habría mandado todo al demonio. Lo peor de todo era la inspección recriminatoria del castaño. Tsuna corregía las fallas del azabache sin siquiera inmutarse por la mirada prepotente del otro, lo trataba como a cualquier otro niño idiota que estaba en etapa de rebeldía y recordaba que Reborn también le hacía lo mismo cuando pasó por esa edad. Agarraba esos cabellos rizados con fuerza, aplicando presión y estampando esa bonita cara en contra del barandal de la cuna mientras emitía un gruñido. Ese es el castigo por cada error ya sea del azabache o de la mujer que parecía menos renuente a obedecer, pero aun así los gemelos se estaban cansando

Mucho peor fue después de las cuatro de la tarde, porque llegaron cinco niños traídos de las parejas que se incorporaban a la manada; cinco mocosos de diferentes edades y que se lanzaron contra las niñeras para hacer alboroto en su nuevo hogar. I-pin luchaba por quitárselos de encima, eso niños eran activos en extremo y ella no tiene paciencia suficiente para jugar después de lo cansada que estaba por cuidar de los bebés. Lambo es otro que intenta quitárselos, y hasta les gruñó, pero ellos se rieron por la poca muestra de poderío y Tsuna los acompaña con una carcajada enérgica. Existía prepotencia en esa mirada chocolate cuando con un simple gruñido llamaba a los cachorros y los juntó a su alrededor para hablarles en idioma animal. Para los adultos más jóvenes era humillante saber que aquel menudo chico los supera en todos los sentidos posibles en torno a esa manada. El ambiente vuelve a estar bajo control… los gemelos deben admitir que el castaño tiene talento tanto con niños como con bebés. Pero se niegan a decirlo en voz alta

 

 

—Así que entrenas para ser buena mamá para el bastardo

—Cuida tu lengua, Lambo — amenazaba sin interés mientras dejaba en su cuna a uno de los bebés más pequeños, el de Squalo, quien suspira entre sueños — y verifica la temperatura de la leche

—Está perfecta —sonrió con malicia. Ya había soportado demasiado, era hora de mostrar sus dientes

—Su cuerpo se recuperará por completo en dos semanas más — dijo Tsuna mientras seguía con su tarea de cobijar a otro pequeño y miraba a I-pin hacer lo mismo — ¿escuchaste niña?

—Me lo dijo el doc — suspira pesadamente. I-pin ya entendió que su querido hermano está tan loco como para mentir y buscar castigos — no sabía que nosotros también tenemos esa habilidad para curarnos automáticamente

—Genial entonces — sonrió el castaño al tocar la mejilla del bebé faltante de alimentar, el mismo que estaba sentadito en la cunita mientras jugaba con sus propias piernas — Lambo te encargas de ese

—Cuando nazca esa cosa… Reborn lo va a rechazar — mencionó Lambo con altanería, gesticulando con sus manos para hacer una burla más notoria. I-pin suspiró, pero antes de que hiciera algo para callar a su hermano, Tsuna ya le ha quitado el biberón a Lambo y se lo había lanzado a ella

—Espera, Tsuna — la muchacha jadeó por la sorpresa, había olvidado lo rápido que se movían los clase A cuando querían atacar ¡¿Qué piensas…?!

—Encárgate tú — Tsuna ni la mira y aunque ella quiere interferir, esta vez no lo hace. Ya está cansada de parar a Lambo —que más… dime, Lambo

—Ha venido a verme cada noche para divertirse — mencionó con prepotencia mientras miraba al castaño más bajito que él — es insaciable — obviamente habla de Reborn y sisea como serpiente

—¿Algo más? — Tsuna hablaba con desinterés, pero estaba dándole la cara directamente a Lambo. Eso era una clara provocación

—Con esa panza debes darle asco

—Cuando tu tengas cachorros, ¿no sería igual? — sonríe como muñequita, pero es obvio que sólo finge

—No, pues él me adora, me desea… tú no lo entenderías, Tsuna

—Qué interesante — dejó de acariciarse el vientre abultado que tenía y sonrió — dime más, Lambo

—¿Ocultas tu dolor con esa sonrisa feliz que tienes?

—Una más — susurró solamente para Lambo — dime algo más

—Ojalá tu hijo se muera — eleva la voz como para que el sonido retumbe en la habitación

—¡Lambo! — I-pin intentó ir con él, pero no pudo… Lambo se condenó sólo

 

 

El puño de Tsuna se estampó en el rostro del azabache más alto, una patada lo mandó dos metros lejos de él y el golpe ocasionó un empuje en cadena hacia las cunas vacías. Fue tan rápido que I-pin no pudo reaccionar o moverse siquiera y sólo vio como Tsuna caminaba con gracia hacia el agredido. El ruido despertó a los bebés dormidos y ocasionó el saltito del faltante que cae de espaldas sobre el colchón que lo sostiene. El caos empezó con el llanto del primer infante y con el resto que lo sigue en una sinfónica de tono desagradable para una asustada I-pin.

Tsuna esquivó el ataque repentino de Lambo, lo tomó por los cabellos y volvió a lanzarlo porque su nivel de poderío está por sobre esos mocosos y así será mientras tenga la posibilidad de moverse con libertad; por eso se le asignó esa tarea solamente a él, sin nadie más alrededor. Aun así, Lambo no piensa rendirse y de nuevo se levanta para enfrentar a su más grande piedra en el zapato, su obstáculo materializado en un cuerpo humano, pero cae dos veces más antes de que sienta una patada en su estómago y el aire se le fuera. Tsuna elevó la cabeza de su estudiante idiota, el mismo que intentó atacarlo una vez más, pero al parecer… era inútil. El castaño sonrió con malicia, mostrando sus dientes, afilando su mirada mientras mantiene la presión de sus garras en el cuello de Lambo y sostiene con su mano libre el puño que intentó dar en su vientre

 

 

—Primero — dijo divertido mientras apretaba esa muñeca. Se escuchó un crujido, esos huesos se pueden quebrar en cualquier momento — no digas mentiras — Tsuna zafó el agarre del cuello y volvió a golpear a puño cerrado la cara de Lambo hasta que lo mandó contra una pared cercana —. Segundo… Reborn ha estado conmigo todas las malditas noches y en las mañanas su aroma siempre se concentra en los sectores de habitaciones, laboratorios, espacio de entrenamiento y afueras de la madriguera. Ni siquiera pasa junto a tu cuarto o algún lugar donde tu aroma se note

—Desgraciado infeliz. No te mereces a Reborn — se rió mientras se levantaba con esfuerzo. No tiene nada roto, pero estuvo a punto y aun así no pensaba en callarse. Esos golpes no eran nada comparado al dolor de verse humillado y dejado de lado — él es mucha cosa para una puta como tú

—Tercero… mi voluntad está por sobre la tuya, ¡mocoso miserable! ¡Si sigues vivo es porque yo he intercedido por ti!

—¡¿Y qué quieres?! — Lambo se siente incluso más furioso que antes porque Tsuna le está sacando en cara cosas de las que él no tiene nada que ver — ¿un beso mío?

—¡ya paren! — suplica I-pin, pero no puede interferir. Le preocupa los niños e intenta calmarlos, susurrándoles cosas, acariciándoles la barriga, pero sólo tiene dos manos y los otros adultos estaban peleando — por dios

—Quiero que entres en celo y le des un hijo a Reborn, pero ni para eso sirves — gruñó Tsuna mientras apretaba su puño y dejaba brotar sus colmillos — es un trabajo fácil y lo vas a disfrutar, entonces, ¿por qué demonios no haces eso al menos?

—Cuando lo haga, te robaré a Reborn, porque yo sí tendré un cachorro de su sangre

—Sueñas en grande, mocoso — sonrió mientras se limpiaba la sangre que le saltó al herir a ese altanero — pero no me interesa lo que pienses. Me interesa mi propia familia y nada más

—Sólo quieres algo para distraer a Reborn y salvar al bastardo que llevas en el vientre — ignora las súplicas de su hermana y el llanto fastidioso de los mocosos

—Lambo, pequeño — sonrió de pronto, cambiando su aura de enfado por una levemente más calmada — pregúntale a Reborn qué es este niño para él

—Mi hijo — esa voz resonó en la habitación y todo queda en silencio, hasta los niños que estaban viendo la pelea de lejos mientras lloraban, se quedan quietitos y minimizaron sus quejas — ¿alguna duda?

—Reborn… no es lo que parece — intentaba justificar I-pin mientras dejaba en una de las cunas al bebito que cargó. Se apresuró a acercarse para erguirse frente a su hermano, quien intentaba apartarla sin dañarla — eso, es que…

—¿Castigo por mal comportamiento? — Reborn se acercó al castaño para revisarlo por completo con la mirada. Ni siquiera le puso atención a los demás y momentáneamente ignoraba hasta los balbuceos de los miembros más jóvenes de la manda — tienes la mano roja — tomó a Tsuna con delicadeza para examinarlo y lamió la marca del golpe en los nudillos ajenos — no te sobre-esfuerces, Tsuna

—No me trates como a tu princesa — se quejó de inmediato y apartó la mano de un tirón — y sí, fue un castigo y será así de ahora en adelante

—Estás embarazado — sonrió divertido por la falta de delicadeza de su esposo. Lo adoraba

—Y así soy más peligroso — Tsuna miró a Lambo sin dejar su expresión serena — así que se aguante

—Por eso lo elegí— Reborn presumía, lo había hecho desde el mismo día en que decidió que el castañito que crió sería su esposo. Besó la mejilla del castaño a pesar de que en respuesta recibió un gruñido bajito y un codazo que logró bloquear — mi esposito sí que sabe poner orden en la manada

—¿Por qué regresaste? — Tsuna no está de humor para tratar con tantos idiotas, le basta con uno al día

—Sabía que el mocoso te daría problemas. Mandé a Skull en mi lugar — sonrió mientras abrazaba al castaño por la espalda, hundiendo su nariz en ese cuello y de paso acariciaba el vientre con una de sus manos — me gusta que huelas así

—Apártate de una maldita vez — se quejaba, removiéndose y tratando de alejarlo — tu cursilería me asfixia, ¡Reborn!

—¿Por qué me usas así? — al fin el jovencito habló pues debido a la furia dobló el barrote de una de las cunas con su mano desnuda y estaba a punto de lanzarla en contra de esos dos — ¿tanto te divierte?

—Cálmate, Lambo — suplica I-pin, pero la mirada de Reborn le dice que se aleje… I-pin obedece, sabe que su hermano tiene que abrir los ojos y tal vez ellos puedan lograr aquello. Lo único que le queda es retroceder y tomar al bebé que empieza a gimotear para llamar la atención

—¿Usarte? — sonrió el hitman — ¿no fuiste tú el que se ofreció para el trabajo? Yo no te uso porque me guste hacerlo. Tú te prestaste para eso y aunque yo intenté alejarte, tú sigues insistiendo y al final me cansé de negarte el privilegio de ser manipulado por mí

—¡Eres cruel! — se quejó I-pin. Elevando su voz con indignación — ¡le estás haciendo daño a MI hermano!

—Mira a tu hermano y dime quién es más cruel… quien lidera ésta manada prometedora o quien ha intentado envenenar a Tsuna dos veces y tiene tendencias homicidas cuando ve a un bebé indefenso — los labios de Reborn se curvaron en una sonrisa torcida mientras soltaba al castaño, pero no deja que se aleje. Lo atrajo hacia sí con su brazo derecho

—¿Qué? — la incredulidad de I-pin se mostró en su mirada esperanzada dirigida a su hermano, pero éste evitó mirarla

—¿O no, Lambo? — Reborn miró al mencionado y éste terminó soltando lo que agarró

—Entonces, ¿por qué me mandas a los cuneros? — I-pin negaba, ella no cree que su hermano pudiese tener esas insanas necesidades, pero Lambo no muestra duda o negación

—aquí todos sufrimos de demencia, es cuestión de arreglarte un poco — Tsuna con calma fue hacia los cuneros ocupados — además, si intentas algo, estos niños te comerán, ¿o no? — sonrió mientras miraba hacia la puerta, donde cinco caritas se asomaban con disimulo

—pasen — susurró Reborn mientras seguía al castaño para ayudarlo a cargar a los bebés faltantes. Los chiquillos ingresaron corriendo hacia donde está el castaño y por consiguiente donde está Reborn — respondan

—¡SI! — risitas y afirmaciones dadas con obediencia, aferrándose a las piernas de los líderes —defenderemos a nuestros hermanos, incluso de los nuestros — fue el cántico general, aunque unos lo pronunciaron mejor que otros debido a las diferencias de edades

—I-pin — sonrió Tsuna, trataba de entender aquella expresión incrédula de la muchacha — mira… esto es la familia de clases A… todos cuidan de todos y ustedes dos… — dijo mirando al par de hermanos — forman parte de esto, sólo falta que quieran aceptarlo y colaborar

—yo… — I-pin empezaba a entender el comportamiento de Reborn con referencia al bebé que vieron esa mañana. Lo estaba presenciando de nuevo, una forma cuidadosa de cargar a Susu en sus brazos, como si fuera su propio hijo

—JAMÁS — gritó Lambo sacando de sus pensamientos a la pelinegra y mirando a Reborn con el ceño fruncido — ¡no quiero!

—entonces eres libre de largarte — el líder hablaba con tono serio, expresión neutral mientras acomoda al bebé en su brazo izquierdo y permite que este chupe el dedo de su mano derecha

—espera, ¡no! — I-pin trató de ir con Lambo, pero un niño la detuvo — vete, pequeño

—vamos — susurró mientras tiraba de la falda de I-pin para que no se alejara del grupo

—deja que se vaya — Reborn ni miraba a Lambo. Tsuna, por su parte, caminaba para tomar en brazos al único bebe que falta de alimentar y éste sonríe animado elevando sus manitas al aire — si quiere que lo haga. Si vuelve que venga predispuesto a acatar órdenes y si no… que no regrese jamás

—¡Lambo! — I-pin estiró su mano para intentar agarrar a Lambo 

—¡estúpido Reborn! — pero el jovencito estalló — te ayudé en todo y ¡así me pagas!

—ya te hice el amor algunas veces, eso es lo único que ofrecí a cambio

—bastardos — gruñó exasperado, su mirada enfocada a esos dos — entonces… ¡yo…!

—vete — sonrió Tsuna mientras veía a Reborn tomar el biberón disponible y dárselo al pequeño que custodiaba — ¡corre! ¡largo! — junto a él, los niños ignoran la pelea verbal pues están más atentos en jugar con las cosas que hay en una esquina o en tratar de que los cargasen en brazos

—¡ja! — Lambo sonrió divertido mientras sujetaba su cabeza con fuerza, sentía punzadas dolorosas que lo hacían reír como maniaco. Momento perfecto para una migraña — ¿crees que te daré el gusto, Tsuna? ¿Crees que te dejaré la vía libre así de fácil?

—sí

—¡jamás! — su cabeza duele y aun así se aferra a la ira que estaba sintiendo — ¡Te juro que te robaré a Reborn! Te juro que tus bastarditos no me impedirán tener al jefe… ¡y por eso me verás por aquí todos los malditos días de tu vida!

—que duro — Tsuna ni siquiera se ofende por esas palabras. Sigue en lo suyo

—imbéciles

 

 

Lambo no soportaba más de aquellos bastardos, de ambos, Reborn y Tsuna, par de monstruos. Se encaminó hacia afuera con rapidez, acelera sus pasos, quiere un descanso y una aspirina. I-pin al fin logró deshacerse del pequeño que intentaba detenerla y no dudó en ir detrás de su hermano, siente que algo no está bien con él. Los demás volvieron a la normalidad y entonces la sonrisa de Tsuna se borró por completo. El teatrito se acabó

 

 

—fallé

—lo presionas demasiado, déjalo descansar — suspiró Reborn mirando a su esposo — además, hubiese deseado que se fuera de la madriguera

—faltó poco para que despertase ese bendito celo — Tsuna refunfuñaba mientras mantenía su atención en la puerta

—¿tan grande es tu deseo de que yo tenga un cachorro? — su voz fingía estar dolida, pero no se reflejaba en su rostro — Qué malo

—lo que quiero es que la naturaleza de Lambo despierte… si es así y se adhiere a la familia, ya no será una amenaza, porque estará es su manada

—O se larga

—No lo creo. Te desea demasiado — dictaminó mordiéndose el labio — pero mientras siga siendo “incompleto” será una amenaza constante

—Yo te protejo, amore mio

—Puedo solo, gracias — susurraba mientras desliza sus dedos por la cabecita del niño a sus pies —. Italiano tonto — insulta al mayor, pero este solamente se rió con gracia

—cuanta bondad de tu parte — miraba al bebé en sus brazos — lo que no hago por ti — susurró

 

 

Y era verdad, porque, por sí fuera... Lambo ya estuviera en el refugio sur, muy lejos y sin que le diera lata… pero complacer a Tsuna era su maldito placer personal. Así era Reborn

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

Capítulo corto porque no quise hacerlos esperar más. Estoy en finales en la universidad, así que tengo poco tiempo de ocio y simplemente vine a dejar esto antes de que alguien quiera matarme XD… ok no… pero, ¿les parece si hacemos un juego?... la verdad no sé qué tan efectivo sea, pero ni modo, me gusta hacer estas cosas de vez en vez y si funciona, pues veremos si puedo hacerlo de nuevo

La cosa va así: Yo hago una pregunta y si alguien me responde correctamente… le cumpliré un deseo (obviamente con sus restricciones. Si alguien pide que cambie la trama no podré hacerlo). Ofrezco un drabble (máximo 1000 palabras) de la pareja y con la temática que se desee, es lo único que puede darles esta ficker jajajaja, pero si eso no les interesa, puedo responder 3 preguntas (no spoiler) personales o sobre el fic… y si vamos a los extremos, le haré una mención en el fic (un oc ya sea de carcelero o de clase A). Obviamente sólo será para la primera persona que me responda we

 

Aquí va la pregunta:

¿Quién y qué le hicieron a Tsuna después de la masacre en donde una ciudad entera fue exterminada por órdenes de la armada de resguardo? (justifique su respuesta XD)

Me han tomado de buen humor XD. Nunca he hecho esto, así que no sé qué va a pasar, pero si alguien se anima, aquí está esta ficker que ofrece y cumple mientras le sea posible

Quien desee seguir en este fic, bienvenido sea a seguir esperando la actualización. Muchas gracias por leer ésta locura

Krat ama a sus lectores

Muchos besos y abrazos~

Bye-bye~

 


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