Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Problemas de clase por 1827kratSN

[Reviews - 100]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi~

¿Sobrevivientes? Temer... ok no jajjaja

Hoy no es día de dolor, así que prosigan con calma 

 

 

 

 

Los clase A que daban a luz necesitaban de un tiempo para recuperar sus fuerzas, mucho más cuando se era un varón, puesto que la cicatrización de la herida dada por la cesárea demoraba… pero en el caso de Tsuna, ese tiempo se extendió todavía más de lo normal debido a que se negó a ceder ante una muerte inminente y prefirió quedarse dormido durante todo el tiempo en que su cuerpo ganaba estabilidad nuevamente.

Reborn se había hecho cargo del pequeño bebé que necesitaba de cuidados constantes en sus primeros meses, manteniéndolo con él durante el mayor tiempo posible. A eso se le sumaba Coel, quien no se despegaba del cuarto de Tsuna o del lugar donde su hermanito menor se quedaba. Todos los demás miembros de la manada tuvieron que acoplarse a ese cambio de rutina, pero sin cierta molestia las cosas se calmaron bastante y aunque a I-pin le doliera admitirlo, hasta ella estaba más tranquila.

Lambo fue condenado a quedarse en aislamiento hasta que Tsuna despertara, Reborn tomara una rutina más calmada, y ambos juzgaran el futuro del muchachito. Era como un condenado que esperaba el día de ejecución, pero que, en su caso, Verde aseguraba que la muerte no sería su futura compañera. Sonaría extraño para cualquier miembro ajeno a la manada que el “asesino en masa, Reborn” no hubiese degollado al causante de todos sus males, pero en la manada nadie se atrevía a cuestionar esa situación. Aunque eso estaba por cambiar y todos lo sabían con sólo escuchar los gritos dados en una de las plantas subterráneas de la madriguera.

Muchos se asustaron por la potencia de esos gritos repentinos, algunos entraron en pánico, pero después de pocos momentos todo se calmó y la mayoría emitían un suspiro de alivio porque ya era hora de que su segundo líder diera muestras de vida. Se escucharon las rápidas pisadas de quienes acudían a ese extraño llamado, se vio a todos agitados y a los niños siendo encerrados en los cuneros hasta que alguien informara sobre la situación. Después de todo, si Tsuna rugía de esa forma tan alarmante, nada bueno podría estar pasando

 

 

—Calma… cálmate — exigía el primer enfermero que lograba sujetar al castaño sin dejarlo levantarse de la camilla, pero este pataleaba y forcejeaba con fuerzas únicas de los clase A — ¡Necesito apoyo!

—Tsunayoshi-sama… ¡Ya pare! ¡No pasa nada malo! — Gritaba Asu mientras se trepaba a la camilla y se sentaba encima del castaño menudo que intentaba quitarse a los tres enfermeros que lo sujetaban

—¡DUELE! — sólo eso repetía constantemente mientras sus ojos saltaban de un punto a otro en la habitación en la que permaneció por dos meses y una semana — ¡DUELE!

—Está en un estado de shock — Shion preparaba una inyección con un tranquilizante fuerte — sujétenlo, le aplicaré…

—No le harás nada — la voz autoritaria de Reborn resonó desde la puerta — déjalo… que se desahogue cuanto quiera

—No se puede — Shion miró a su líder y suspiró — se hará daño. Seguramente piensa que aún está en el parto

 

 

Obviamente el médico fue ignorado. Reborn pasó a su lado sin siquiera mirarlo, alejó a uno de los enfermeros que a duras penas podía sujetar el brazo de Tsuna y él tomó el lugar. No dijo nada mientras atrapaba el brazo y hombro del castaño, evaluaba la situación, para finalmente llamarlo con voz autoritaria. Tardó un poco, pero cuando Tsuna lo enfocó, empezó a calmarse progresivamente al mismo tiempo que lloraba sin consuelo susurrando cosas inentendibles. Uno a uno, los enfermeros se fueron apartando de sus dos líderes hasta que salieron del lugar, cediendo privacidad a quienes se miraban en silencio.

Reborn dejó que el castaño se lanzara a sus brazos y temblara como un bebé debido al frío. Le besó los cabellos, le acarició la espalda, en silencio lo reconfortó hasta que fue capaz de besarle la frente y conectar sus miradas. Juntaron sus frentes y cerraron sus ojos. Fue el propio Tsuna quien unió sus labios con los del mayor antes de suspirar, brindar su primera sonrisa sincera, aliviada, y emitir su primera exigencia. «Quiero ver a mis hijos». Reborn lo ayudó a ponerse de pie, verificaron que Tsuna apenas podía mantenerse firme y al final el azabache cargó en su espalda al más joven para encaminarse lejos de ese lugar que desprendía aroma a medicina

Coel fue el primero en lanzarse a los brazos de Tsuna cuando lo vio, el castaño lo acunó con alegría mimándolo tal y como hacía antes de que su letargo de dos meses, se diera. Reborn acunaba en sus brazos a un bultito de color azulado que suspiraba entre sueños, esperando el momento adecuado para sentarse junto a esos dos que demostraban un afecto único a pesar de no llevar la misma sangre. No faltó mucho como para que Tsuna extendiera sus manos para agarrar al bebito que sólo una vez vio delante suyo. Lloró en silencio mientras acariciaba la carita de su pequeño hijo… de cabellos azabaches… y mirada azulada. No dijeron nada más durante la siguiente media hora, sólo estaban dos adultos que acunaban en brazos a dos pequeños rendidos por el cansancio, estrés, sueño y alegría.

Nadie se atrevió a interrumpir aquel momento, tampoco se atrevieron a molestar a esos cuatro durante los siguientes días, donde Tsuna se enteraba de lo ocurrido en la manada durante su sueño obligatorio. Había alegrías, tristezas, pena, frustración, pérdidas, lamentaciones, sonrisas y decisiones

 

 

—¿Qué decidiste hacer entonces? — cuando todas las cosas estaban en orden, al fin Reborn decidió entablar la conversación que estaban retrasando — te estaba esperando para poder decidir

—¿Por qué no le insististe a Squalo para que se quedara? Lo necesito… él me hubiese dado guía. Yo…

—Él se ofreció para ir a liderar la otra cede — Reborn aún sufría por esa pérdida, Squalo era uno de los más fuertes tanto en cuerpo como en mente — sabes qué tan terco es y no hubo quien lo hiciese cambiar de opinión

—Así que perdimos a Squalo porque él mismo quiso irse — Tsuna suspiraba pesadamente, le dolió perder a un gran amigo — y Susu… quiero encontrarlo cuanto antes

—Déjame eso a mí y a Takeshi — Reborn miraba con atención al castaño, algo había cambiado en él desde que despertó — él está como loco intentando obtener alguna información

—Entonces arreglaré “ese” asunto… — Tsuna apretó los puños con fuerza, no iba a esperar más — debo irme ahora

—Yo los cuido entonces — Reborn cargaba a Sora en sus brazos y dejaba que Coel lo agarrara del pantalón — sólo no te sobre esfuerces

—No lo haré — sonrió Tsuna, despidiéndose de los tres antes de salir de la zona de cuneros

¿Dode va mamma? — Coel ladeaba su cabeza al verlo desaparecer y se disponía a seguir a su padre hasta donde él dijera

—Va a hacer una visita — se recostó en el pequeño nido que armó para él y los otros bebés en la manada y se recostó con Sora sobre su pecho. Coel se acomodó a su lado y, como si fuera un imán, los otros dos pequeños que allí dormían gateaban hacia el mayor — no tardará

 

 

Las pisadas de Tsuna retumbaron en los pasillos, los saludos se daban con un “Hum” que acallaba cualquier cosa. Nadie detuvo el andar del castaño quien mostraba una mirada perdida en la ira, ni siquiera Verde se interpuso en su camino, quien junto a Liu acababa de obtener los datos de ese día sobre el único prisionero que la manada tenía. La dirección que Tsuna tomaba era obvia, pero nadie intervendría por quien merecía un escarmiento.

La puerta fue abierta con las llaves necesarias, pateada con tal fuerza que asustó al que reposaba dentro de la celda y se sacudió rebotando estrepitosamente, de forma que anuló el sonido metálico de las cadenas al ser removidas de su reposo inicial. Tsuna agarraba el cuello de Lambo mientras lo empotraba contra la pared y lo elevaba tanto como su estatura se lo permitió. La mirada achocolatada, que generalmente era pacífica, incluso altanera pero brillante, en ese instante estaba opaca, perdida en amargura, y lo único que demostraba era resentimiento.

 

 

—Maldita sea tu suerte — refunfuñó Lambo a pesar de que no podía apartar aquella mano de su cuello para poder respirar con normalidad — sigues… vivo 

—Y tú estás a sólo dos palabras de que yo te mate — con furia apretó ese cuello antes de aventar a Lambo contra la pared adjunta. El aire se le fue al muchachito, le tembló el cuerpo al estrellarse con el suelo después de sentir la pared y no pudo ni siquiera decir algo cuando ya sentía las manos de Tsuna jalarle los cabellos — maldito mocoso de mierda — Tsuna estampó el rostro magullado de Lambo contra el suelo en repetidas veces, lo suficientemente fuerte como para el piso soltara una estela de polvo que se elevaba como un manto sucio

—Agh… ah… mal… maldi… to — Lambo sentía la sangre recorrer su nariz, frente, labios, quijada. Le daba vueltas la cabeza, sentía las garras de Tsuna sujetándole el brazo y por primera vez en ese tiempo lo invadió el pánico

—¿Sabes por qué sigues vivo? — gruñó mientras presionaba la cabeza del muchachito contra el suelo y escuchaba esa risita molesta

—Deja… vu — sonreía dificultosamente

—Reborn no te lo dijo… ¿cierto?

—Mi madre… yo…

—Tu madre era una de las clase C más fuertes de esta manada, era una mujer que hizo lo que quiso, cuando quiso, porque quiso, usando las estrategias que quiso… por eso llegué a odiarla a pesar de que nunca la conocí y agradezco infinitamente no haberla siquiera mirado y que se muriera antes de que Reborn volviera a mí — gruñó con tanto odio que incluso le tembló las manos debido a la ira acumulada

—Estoy orgulloso — rió divertido

—Fue una ramera de primera — escupió con rencor — embelesó al mismísimo Reborn de tal forma que él se atrevió a dejar de lado la manada sólo por complacerla. Su mejor carta era la bonita cara que tú también tienes… la misma fachada de ¡puta!

—Me… halagas — a Lambo le dolía las garras que se enterraban en su piel, pero no dejaba de hablar. Soltaba cualquier cosa para provocar a su atacante

—¿Y sabes lo que hizo la puta de tu madre? — la voz de Tsuna adquiría un tono más grave mientras susurraba en el oído de Lambo — se acostó con el hermano de Reborn, el querido hermano de nuestro líder. Despreció a un hombre espectacular solamente por capricho, porque tu padre no le hacía caso en un inicio… y como si fuera poco hizo que Reborn prometiera cuidarte eternamente… Reborn no es capaz de romper promesas, se aprovechó de eso

—¿Reborn te traicionó? — rió a pesar de sentir la presión en su cabeza y cuerpo debido a que Tsuna estaba encima suyo

—No tienes idea de cuánto la odié solamente por ese detalle… porque Reborn la amó como a ninguna otra en ese tiempo y se vio herido a tal punto que… tomó a la primera clase A que le pareció conveniente… en ese caso, la madre de I-pin, quien nunca mereció ser usada como paño de lágrimas de nadie 

—¿Y qué?

—Eres la misma maldita basura que ella… eres el caos de esta manada… eres la viva imagen del delirio por poder y capricho, ¡mocoso idiota!

—Y… eso qué — repetía con diversión

—No volveré a permitir que seas el causante de la muerte de más de uno, solamente porque no te sientes “amado” en este lugar. Tu madre fue capaz de traer carceleros para que se llevaran o mataran a la mayoría de nosotros, solamente para que nadie le quitara su puesto… no dejaré que tú hagas lo mismo — Tsuna sentía su pecho oprimirse solamente con el recuerdo de cómo Takeshi le relataba todo lo que sucedió en la manada durante su ausencia, cuando compartían celdas adjuntas en la cede de resguardo

—Me temes

—Te detesto porque quiero detestarte… y después de lo que me has hecho, me doy cuenta que fue un gravísimo error mantenerme callado tanto tiempo

—Error tuyo, Tsuna… no mío — escupió la sangre acumulada en su boca y siguió con su estúpida provocación

—Soy quien debe mantener la estabilidad en este sitio… y por eso jamás volveré a permitir que dañes a alguien de mi manada… si no te compones por las buenas, lo harás por las malas

—Qué miedo — le ardía la mejilla que era restregada contra el suelo

—Jamás volverás a tocar a uno de mis hijos, jamás volverás a levantarle la mano a Coel o siquiera acercarte a Sora… jamás tocarás a mi familia

—Idiota… lo haré de alguna forma

—¿Sabes qué tortura te pega más? — Tsuna sonrió con diversión, sus ojos oscurecieron un poco, soltó un gruñido desde el fondo de su garganta y aumentó la presión en el agarre en Lambo — dime… en tu primer celo… ¿quién te acoplará? — susurró con la voz agravada

—Reborn… no hay duda

—Seré yo, mi querido Lambo — apretó el agarre en la cabeza del muchachito que iba a protestar. Lo estampó contra el suelo hasta que esa boca se llenara de suciedad y no pudiese articular palabra — ese será tu primer maldito castigo, Lambo. Te verás humillado debajo de mí… acoplado porque yo quise acoplarte, y después… créeme que no quieres saber lo que te haré después — soltó carcajadas guturales, dignas de cualquier asesino sediento de sangre

—… — Lambo escupió todo lo que se llenó en su boca, se esforzó en levantar la cabeza y protestó — ¡Prefiero morirme!

—Lástima… porque nuestra especie no permite el suicidio — sonrió al ver que Lambo se mordía el labio, a esas alturas el mocoso ya debía saber que auto-flagelarse no era siquiera una posibilidad

—Haré que me maten — jamás, jamás dejaría que ese estúpido castaño le hiciera lo dicho

—¡No te daré esa dicha, mocoso asqueroso! — con las garras expuestas tiró de la ropa de Lambo hasta desnudar el cuello, las hizo añicos hasta que estuvo satisfecho. Vio esa espalda marcada por las mordidas de Reborn hace tiempo, y rasguños dados por la tortura en esa celda

—¡Suéltame! — Lambo removió su cuerpo, pero era tal la presión que Tsuna ejercía sobre sí, que apenas podía moverse. Pataleó, pero no servía. Gritó, pero ahora se daba cuenta de lo solo que estaba — ¡Que me sueltes!

—Veamos qué tan bonita te sienta mi marca — Tsuna sonrió mientras dejaba sus colmillos expuestos y los relamía ante la atenta mirada de Lambo

—¡NO JODAS! — desesperado gritaba con todas sus fuerzas — ¡NO PERMITO QUE ME TOQUES!

—Lástima

 

 

Los dientes de Tsuna se clavaron en el cuello de Lambo tan profundo como para que el chico gritara de dolor y se removiera desesperado, pero no terminó ahí. Era muy poco como para castigar todas las cosas que ese muchachito hizo. Sin siquiera sacar sus dientes, Tsuna se dio el lujo de deslizar sus fauces cortando esa bonita piel y músculos, ascendiendo hasta el oído de Lambo y sólo ahí lo soltó. La voz del condenado resonó llena de desesperación, dolor, amargura, humillación e ira. Las cuerdas vocales resonaron con potencia hasta incluso hacerse daño y volver un tono ronco en la voz. Tsuna rió por lo bajo al verlo llorando como un niño asustado y herido, aspiraba el aroma pútrido de esa sangre heredada de una maldita perra demente e hipócrita. Pero no estaba satisfecho, claro que no.

Tsuna destruiría la amenaza que seguía latente en ese cuerpo que convulsionaba levemente debajo de sí debido al llanto que no lograba disimular. Destruiría todo lo que recordara a “ella”, a la mujer que posaba en esa fotografía escondida en la bodega de la madriguera, la zorra que hizo sufrir a su actual esposo y la causante de que su manada muriera cruelmente y casi desapareciera. Usó su garra expuesta en la piel del rostro de Lambo, rasgándole cada célula debajo del ojo izquierdo. Estaba trazando un signo formado por dos líneas horizontales y dos verticales, lo hizo tan profundo como para que incluso el hueso se viera rasgado. Tsuna dejó el pómulo y parte de la mejilla marcada por una cicatriz gruesa, fea, roja, y sólo cuando los alaridos de Lambo cesaron debido a que perdió la voz, lo soltó.

Tsuna limpió el sudor de su frente, escupió en el suelo junto al muchachito y lo pateó lejos de su camino para proceder a retirarse. Escuchó el aire escaparse de esa garganta, olfateaba el aroma de la sangre, lágrimas y tierra, pero… rió, lo hizo con la mayor satisfacción mientras volvía a asegurar la celda. Estaba ya satisfecho con su trabajo, sentía que por fin vengaba a todos los caídos de los cuales no pudo despedirse o siquiera darles un entierro digno. Hizo justicia a través del heredero de la mayor porquería que pisó sus tierras, libró de un peso a muchos en esa manada… o al menos eso quería pensar.

Sin darse cuenta, Lambo asesinó al Tsuna que hasta esa época se mantenía sujeto a reglas y limitantes estrictas dadas por su lado compasivo… y encendió la parte más escondida de su personalidad. Sin darse cuenta, Lambo le dio poder a dos de las personalidades más problemáticas de Tsuna… y asumiría las consecuencias.

 

 

—Lambo será trasladado a la cede este, después de que YO lo acople en su primer celo — dictaminó a las personas que estaban paradas frente a él fuera de la manda. Casi todos estaban presentes porque dio la orden mientras subía por los pisos correspondientes

—Claro que no te dejaré… — ella no entendía, no comprendía, no aceptaba

—TE CALLAS, I-PIN — Tsuna estalló en furia, ya no tenía la suficiente paciencia como para tratar con más mocosos estúpidos en la manada. Su voz fue tan potente que los más jóvenes temblaron e I-pin retrocedió dos pasos — O SINO TE APLICARÉ EL MISMO CASTIGO QUE A TU MALDITO HERMANO

—Tsuna, calma. No te metas con ella — Skull fue de los pocos que no se vieron afectados, se colocó delante de su esposa y frunció el ceño — no le tocarás ni un solo pelo, ¡entendiste!

—¡Cállate! — Reborn elevó su voz mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho. Él aceptaría todo lo que Tsuna dictara, porque estaba de acuerdo y le gustaba la ruta de las cosas — todos escuchen en silencio

—¡Pero Lambo!

—DALE GRACIAS A TU HERMANITO POR LO QUE PASARÁ AHORA — Tsuna miró con rabia a la mujer que insistía en hablar y sonrió — tú te quedas aquí, junto a tu padre — cruzó sus brazos y la seriedad que mostraba dictaba un: «no quiero réplicas» — tu entrenamiento empezará enseguida, para que puedas convertirte en candidata a sucesora del linaje. Ya que perdimos a Squalo hace tres semanas, tú te volverás su reemplazo a futuro y estarás bajo vigilancia constante… no correré riesgo a perder un candidato más.

—¡Me niego! Sin lambo no…

—¡LO HARÁS! — Reborn miró a todos y después posó sus orbes negros en su hija, la única — lo que Tsuna dice, se hace, así no les guste

—Reborn — Tsuna agarró su frente para calmarse un poco, estaba mareándose y eso no era bueno — llama a Byakuran, dile que tienes un niño para un intercambio

—¿Es en serio? — reía Reborn mientras se acercaba a Tsuna para darle soporte. Estaba feliz por el cambio de su compasivo esposo

—¿No querías una alianza para atacar a la armada? Pues la tendrás — dijo con rabia contenida y despreciaba la mano que le cedían

—Ahora sí estás pensando bien, Tsuna

—Le darás a Lambo cuando el segundo celo le llegue. No me importa lo que digas, I-pin — interrumpió el reclamo de la mencionada — si no te gusta te mandaré a ti también

—Sabes que jamás lo permitiré — Skull sujetó a I-pin por un brazo, debía defenderla, pero también debía pararla porque hasta él se estaba cansando de la actitud de su esposa

—Entonces cuida de tu esposita con empeño… estás tan enojado como yo por la actitud de Lambo, así que te aguantas, Skull — gruñó Tsuna

—Ya escucharon — Reborn rió divertido… estaba levemente sorprendido por ese comportamiento. ¿Dónde quedaría ese lado compasivo que tanto le costaba controlar a Tsuna? En la mierda suponía — ahora sigan con su trabajo

—Y Reborn… — Tsuna lo miró dolido — jamás vuelvas a ocultarme cosas… el asunto de mi hija era de mi interés… recuerdo lo que pasó antes de que cayera en coma — dijo antes de darse media vuelta y entrar en la madriguera. Le dolía la cabeza, el pecho, el estómago y quería descansar de tanta atrocidad…

 

 

Allá…

 

 

Las cosas no variaron mucho en ese tiempo, había misiones, cacerías, matanzas de vez en vez, asensos, novatos, clase A circulando por todos los lugares. Kyoya dejó de interesarse mucho por lo que ocurría a su alrededor puesto que tenía sus propias cosas que hacer, como, por ejemplo: vagabundear por sectores lejanos en soledad, darse un respiro con su misión de preñar a esa mujer e irse a una cafetería, pedir un café y leer algún maldito libro. Tal vez había perdido motivación o cosas así, pero lo que en realidad le pasaba era simple: estaba con el orgullo roto, y no se curaría hasta que volviera a ver a ese castaño y le torciera el cuello o le torturara hasta cansarse. Sonaría absurdo, pero así era. Kyoya sólo tenía eso como objetivo de vida

 

 

—¿Qué quieres, herbívoro? — replicaba al ver al soldado en frente de él

—Me ordenaron avisarle que debe volver a la base — relataba sin expresión alguna

—Diles que iré en dos horas

—Tiene que ser ahora

—Pues me importa un carajo — soltó su taza y miró al intruso en su día de descanso — vete… o kamikorosu

—Con su permiso — la opción más acertada era esa, irse. Ya cumplió con su misión, lo demás era por cuenta de Hibari

 

 

En otro lugar estaba el segundo carcelero especial, específicamente en su nuevo departamento, especialmente adaptado para tener a dos clase A enjaulados por separado, porque claro, Xanxus no iba a renunciar a la mascota que acababa de recuperar. La primera jaula estaba ocupada, en el fondo estaba la mujer de cabellos negros que sollozaba bajito, se cubría los oídos, posicionada en forma fetal en una de las esquinas. La otra jaula estaba vacía, con la puerta abierta y en evidencia de que el clase A faltante, estaba… bajo dominio de su entrenador

 

 

—Escoria — se reía mientras se sentaba en la silla cercana y apreciaba su obra maestra — me encantaba tu cabello largo y blanco… cortártelo fue tu peor estupidez

 

 

Sólo a un par de metros de él estaba un cuerpo, colgado de cabeza, atado con una serie de cadenas a un gancho en la parte superior del departamento, había una serie de cuerdas acopladas a palancas construidas artesanalmente por el propio Xanxus. La persona –aunque en la armada no se le considera como tal—, que estaba colgada en el lugar, era Squalo. De sus labios brotaba el líquido rojizo que evidenciaba la tortura que apenas acababa de soportar, atravesando sus mejillas se encontraban un par de tenedores de cocina. Jadeaba constantemente, mantenía sus ojos cerrados y movía su cuerpo en un intento de acomodarse, pero era en vano. Sus brazos estaban encadenados en su espalda, sus piernas estaban cruzadas por amarras de cuero, tenía colocado el pantalón de tela y nada más que eso. La suciedad cubría su cuerpo y la sangre seca marcaba porciones de su piel.

 

 

—Tiburón — reía a viva voz mientras se servía una copa llena de licor que consiguió en la central — ¿me tienes miedo, tiburón? — bebía con prisa, incluso derramando el líquido por un lado y soltaba un suspiro lleno de satisfacción — habla

—Mué… re… te — su pronunciación estaba dificultada por las cosas que tenía en la boca, seis agujas gruesas que atravesaron las encías de sus incisivos y premolares. Dolía como los mil demonios, sus lágrimas evidenciaban su agonía y eso no era todo

—¿Te molestó que te quitara esto? — sonreía mientras recogía aquella cosa del suelo y la ondeaba en el aire. Lo que sostenía era la prótesis de la mano izquierda de Squalo — esto te lo di yo… me pertenece… ¡Yo decido si te la pones o no!

—Ugh… su — murmuraba cosas para tal vez concentrarse en algo más que en la sangre acumulándose en su cerebro

—Aún recuerdo cuando te corté esa mano — decía lanzando la prótesis lejos de él hasta que chocó con los barrotes de una de las jaulas — tus gritos y lágrimas… te lo merecías por intentar matarme en medio de la misión. Fue una bella tortura, más porque tus gritos lo escucharon todos tus bastardos hermanos… les infundí miedo

—Mgh — no escuchaba, no lo veía, no quería recordar aquel día en que sintió algo peor que las torturas que le estaban aplicando en ese momento. Su mente estaba centrada en otra cosa, en lo único que le importaba y le daba valor. «Susu está bien»

Cortarte esa mano fue genial, debería repetirlo — Xanxus escuchó la respiración apresurada de Squalo, le infundió temor con solo esas palabras y eso lo llenaba de orgullo. También escuchó a esa mujer llorar amargamente en su celda, seguramente aterrada porque le hiciera lo mismo — pero… tu eficiencia disminuye. Sin una mano tu cacería se reduce en efectividad… por eso no te cortaré más extremidades

—Ugh… Ugh — «Susu está a salvo… está bien… debo vivir por Susu». Sus lágrimas se derramaban constantemente y no le importaba que Xanxus se riera de su dolor

—Pero puedo cortarte otras cosas — se levantó de su puesto y los ojos de Squalo se abrieron de inmediato — ¿qué me dices, escoria?

—Mgh — respiraba entrecortadamente, incluso el dolor se le fue al ver a Xanxus cerca de él. Negó desesperadamente porque sabía que ese demente cumplía con sus palabras y ya no quería seguir en la tortura… ya no más — ugh… ugh — después de vivir en paz en su manada… ya no quería volver a ser tratado como un saco experimental. Tenía miedo y no le daba pena admitirlo — ¡NO! — logró pronunciar, pero ni bien lo hizo, los dedos de Xanxus abrieron su boca y sin reparo arrancaron dos de las agujas introducidas

 

 

El grito de Squalo resonó con potencia una y otra vez mientras las agujas eran retiradas sin cuidado, dañando nervios, músculos, venas. Hana lloraba en su celda, ya no soportaba más de eso, quería que todo parase, incluso en su estado animal rogaba porque fuera na pesadilla. Xanxus reía mientras tomaba un cuchillo cercano y jugaba con este entre sus dedos. Al fin tenía a su tiburón y estaba escogiendo una parte de ese cuerpo que se retorcía de dolor, miedo y desesperación. Clavó la punta del arma blanca en el muslo derecho de Squalo y le dio una vuelta completa mientras el otro gritaba con potencia. Deslizó el arma hacia arriba dejando un camino del que brotaba sangre en abundancia y se detuvo a veinte centímetros de donde empezó. Dejó eso ahí y suspiró… alguien tocaba su timbre y dañaba el ambiente, así no podía seguir

 

 

—¿Qué rayos quieres, escoria? — Los gritos de Squalo resonaban aun, pero los carceleros los ignoraron

—Lo llaman al edificio central

—Diles que iré en unas horas

—Lo requieren de inmediato

—Seguro quieren a la basura de Kyoya, me llaman cuando llegue también — chasqueó su lengua y empujó al soldado

—Él llegó ya, por eso lo requieren de inmediato

—Maldita sea

 

 

Soltando maldiciones a diestra y siniestra, Xanxus ingresó a su departamento, arrancó el cuchillo de los músculos de Squalo y tiró de una palanca. El cuerpo cayó estrepitosamente causando un par de gritos más, pero de nuevo y como siempre, fue ignorado. Fue el soldado quien tomó al clase A y lo arrastró dentro de la celda. Xanxus colocó el seguro a la jaula y verificó la segunda antes de gruñir y salir de ahí. La puerta resonó en un golpe metálico y luego el silencio momentáneo. Era una crueldad que no se merecían. Poco después al verse en completa soledad, los dos enjaulados lanzaron los gritos llenos de pánico y dolor que se aguantaron hasta ese instante. Lloraron a viva voz informando a sus hermanos en ese lugar que seguían con vida… pero seguían en el infierno.

 

 

—¿Estás bien? — al ya recuperarse de su desahogo, empezaban con la plática a pesar de que no se veían directamente, pues una pared firme los separaba — Squalo… responde… por favor — suplicaba Hana en ese idioma animal que sólo les pertenecía a ellos

Sigo vivo — susurró sin moverse, pues aún estaba atado y adolorido — debo seguir vivo

—Squalo… no me dejes sola por favor

—Susu… mi bebé — sus lágrimas brotaron una vez más — está bien… lo dejé vivo… mi hijo sigue vivo y libre

—Lo encontrarán — Hana sollozó con dolor mientras se pegaba a los barrotes — estará bien… el no vivirá este infierno

—Vendrán por nosotros — susurró Squalo dándose valor y apoyando a su compañera — tengo fe… quiero pensar que será así

Tsuna y Reborn… jamás nos abandonarían

 

 

Después de las protestas porque cada uno fue interrumpido en su actividad favorita del día, se resignaron a recibir la orden del día. En esa ocasión fue Lancia quien los interceptó y se dio la tarea de guiarlos en la caminata hacia donde encontrarían a Ricardo, pero parecía que se hundían en tinieblas. Ingresaron a un sector en donde ellos solamente estuvieron una vez, cuando revisaban su cuerpo para recolectar los datos necesarios que revelarían cuan efectivas eran las inyecciones de químicos en su cuerpo. Estaba iluminado en ciertas zonas, en otras no debido a que algunos frascos no deberían ser expuestos a la luz directa, puesto que contenían alguna cosa extraña y sensible. Nada más acorde a esos científicos dementes

Kyoya observó algunos tubos con algo parecido a un embrión, el olor era terrible debido a los conservantes para tener las muestras intactas. Casi se estrella con el frasco de un feto completamente formado, se asqueó al ver que en el contenedor adjunto había un bebé que tal vez llegó a respirar completamente pero no duró más de dos meses. Asqueroso, pero así eran esos hombres de bata que les esperaban al fondo de ese laboratorio de investigación. Xanxus tosía porque al parecer empujó un frasco y lo rompió recibiendo directamente el aroma repulsivo de lo que fuera que se arruinó. Sus narices eran sensibles a eso, por eso casi retornan lo que habían comido en esa mañana, o al menos eso fingieron para que todos fueran a otra habitación mejor ventilada.

 

 

—¿Para qué interrumpes mi descanso, herbívoro? — Kyoya se sentó junto a Xanxus y empezó con su riña

—Bonita sala de torturas — halagó Xanxus al revisar el blanco e impecable laboratorio con mesas de trabajo llenos de probetas, pipetas y matraces — ¿cuántos experimentos tienen? — mencionó al ver una camilla cercana y una cortina que les impedía ver lo demás

—Los trajimos aquí para probar algo nuevo — Ricardo se sentó en frente de los dos carceleros e hizo una seña para que los de bata blanca trajeran lo necesario — es algo así como sus típicas inyecciones, pero más puras

—No jodas — Xanxus miró a su padre y sonrió — ¿Qué tan efectivo es esa cosa?

—Ustedes ya tienen en su sangre el gen defectuoso, lo acoplaron con sus genes, forma parte de ustedes, así que probar esto no les hará daño

—Así que somos tus conejillas de indias — Kyoya frunció el ceño — me niego

—Lo probaron en un carcelero en la cede sur, el resultado fue impresionante, por eso quiero que ustedes se arriesguen también — Ricardo ni se inmutó cuando abrieron la cortina y trajeron una camilla. Un jovencito de no más de quince años estaba recostado, vendado, amordazado, sujeto con amarras gruesas y al parecer sedado porque apenas y respiraba

—Un clase A — Kyoya miró al chico mientras los médicos empezaban a sacarle una muestra de sangre y colocaban al mismo tiempo un temporizador

—¿Qué le pasó al experimento? — Xanxus miró a su padre — ¿Sigue vivo al menos?

—Se curó de una infección viral — los miró un rato mientras en un matraz, la sangre estaba siendo combinada con una sustancia de color azulino con suma rapidez. El resultado fue puesto en la jeringa y revisado con cuidado para tener listas las dosis — una de transmisión sexual de la que aún no tenemos cura efectiva

—Genial — reía Xanxus — veamos a qué podemos ser inmunes

—¿Qué efectos segundarios tiene? — Kyoya extendió su brazo para que le inyectaran esa cosa, no iba a protestar mucho y Xanxus lo imitó

—En el experimento uno, dos y tres, sólo mareos, apetito extremo, un exceso de energía por dos días, pero al final estaban bien. Obviamente probé en varios sujetos de prueba antes de arriesgarme a usar a mis dos valiosas adquisiciones — les sonrió a los dos — una de ellas es mi único hijo — Xanxus ni se inmutó

—¡Joder! — se quejaron ambos carceleros especiales cuando el líquido ingresó a su sistema

—Esto arde como el aceite hirviendo — Apretó los labios y cuando sacaron la aguja, Xanxus se levantó para posar su cabeza en la primera pared que encontró y devolvió lo que ingirió hasta ese momento

—¡Maldita sea! — Kyoya se levantó para buscar algo que le quitara la molestia, pero no dio ni dos pasos antes de caer al suelo — maldición

—Ya pasará, se los aseguro — Ricardo se levantó mientras veía a ambos retorcerse un poco y a los médicos tomándolos de los brazos para guiarlos a las camillas vacías — sólo serán un par de horas y podrán regresar a sus departamentos. Les daré una enfermera a cada uno para que los cuide hasta que el malestar pase y recoja datos. Después les daré su siguiente misión

 

 

Ricardo esperó hasta que Xanxus y Kyoya estuvieran bien atendidos, reposando en las camillas con todos los instrumentos necesarios para monitorear los signos vitales y al final los dejó solos. Él se encaminó junto con Lancia a otra sección de esos laboratorios, necesitaban revisar cómo estaban sus otros sujetos de prueba. Cruzaron una puerta asegurada con un detector de huellas digitales y llegaron a su mayor fuente de información. Tenían jaulas en el fondo de tamaño ideal para contener solamente a una persona, de estas se denotaban las manos de su ocupante salir para agarrar lo que esté enfrente. Al lado derecho tenían varias camillas con clase A bien sujetos y sedados para que no dieran problemas mientras que los científicos aplicaban todos los aditivos experimentales que necesitaban o extraían muestras para estudio alterno. Ellos ignoraron esa sección para profundizar más en esa zona, platicaban sobre los resultados dados y al final suspiraron ante las cinco jaulas que tenían barrotes más gruesos de lo normal

 

 

—¿Qué pasó? — vieron a un grupo de soldados cerrar una funda negra del tamaño correspondiente a un ser humano adulto

—Se acercó demasiado, lo atraparon y arrancaron unas partes, señor  

—¿Hay sustituto?

—Lo reemplazaremos en seguida — dicho esto los hombres salieron sin más. En ese lugar la vida de un ayudante no era considerada importante

—Ninguno ha funcionado — Lancia suspiró al ver a las personas que gruñían dentro de las jaulas — siguen sin responder, sin conciencia, es como si la toxina buscara algo especial en los cuerpos

—Sólo Xanxus y Kyoya en esta sección — Ricardo frunció su ceño — tomen más muestras de sangre, quiero que descifren su código genético… quiero que encuentren alguna singularidad

—Lo han hecho durante años, esto no está funcionando — interrumpió Lancia

—No me importa, debe haber algo

—Tengo una nueva teoría que quiero aplicar

—¿Cuál? — Ricardo miró con extrañeza a su compañero

—Reemplazo total de su sangre… ya tengo tres sujetos de prueba para empezar, sólo debes darme la autorización y conseguiré los que me faltan

—Hazlo… pero dame los detalles antes de empezar

 

 

Líderes…

 

 

¿Cuánto puede cambiar una persona? Deberían preguntarle a quien sintió el dolor de desgarrarse a sí mismo con tal de dar vida a sus cachorros y que vio la muerte frente a sus ojos. Tsuna se volvió arisco con quienes se lo merecían, en especial con quienes consideraba “nuevos” en la manada y lo atacaron cuando él recién llegó. No toleraba a ciertas personas, discutía con algunos que no cumplían con sus labores a la perfección, pero con los demás era como siempre fue, gentil y amable. Quienes se vieron afectados por esa nueva forma de convivencia, empezaron a rogar porque el antiguo Tsuna volviera y no era para menos… porque extrañaban la calidez que ese ser implantaba en la madriguera. Se sentían excluidos de cierta forma.

I-pin pertenecía al grupo que deseó que Tsuna jamás hubiese pasado por todas esas cosas que lo desfiguraron emocionalmente. Apenas inició su entrenamiento supo que hasta ese punto su vida había sido un juego. Sus contrincantes recibían órdenes en el idioma animal que ella no se esforzó en aprender y por eso jamás pudo defenderse como era debido en una batalla física. Todas sus labores eran regidas por el propio Tsuna y aunque él no fuera su tutor directo, los que sí lo eran seguían las órdenes al pie de la letra. Nunca había sufrido tanto como en esos días. Tenía moretones por todos lados, rasguños, heridas que dejarían cicatriz por un tiempo, cansancio tan extremo que su cuerpo caía rendido en brazos de Skull quien la transportaba a su alcoba. Fue algo casi insoportable e imposible durante las dos primeras semanas y desde ahí… se forzó a acostumbrarse o moriría en algún momento.

Skull fue su tutor en cuanto a lenguaje, pero sólo por dos horas al día y después lo alejaban de sí para que no impidiese con sus rutinas. Esa “soledad” afectó a I-pin emocionalmente porque no podía estar lejos de su esposo, se volvió dependiente de esa dulzura y los besos diarios durante sus encuentros. Todo en su vida dio un giro que no quería aceptar, pero la obligaron, su padre la obligó. Cuando llegó a la etapa de negación, donde no quería seguir, donde exigía ver a su hermano porque también lo necesitaba cerca, Reborn le dio un alto drástico: se volvió su profesor personal. I-pin jamás pensó que ser entrenada por el propio Reborn fuera el infierno, pero lo fue, incluso olvidaba ocasionalmente a Lambo debido a la sobrecarga en sus actividades diarias. Sin embargo, después de un mes de estar diariamente con su padre, los resultados saltaron tan abruptamente que ella se sorprendió

I-pin entendió que la forzaron a que su cuerpo se extralimitara, que sintiera la necesidad de vivir a la par con quienes la rodeaban. Cuando llegó al punto de poder enfrentarse a los jovencitos de la manada y ganarles sin recibir rasguños importantes, sus garras brotaron. I-pin vio el primer cambio en su cuerpo, se motivó a seguir superándose y poco después fueron sus colmillos los que podía alargar. Ella nunca se dio cuenta de cómo su estructura física cambió, pero cuando Shion le mostró los datos médicos de cuando inició en la manada y cuando logró dominar sus aspectos de clase A, se impactó. Ahora era por completo una nueva persona, incluso las cicatrices que tenía cuando fue atacada de niña se habían borrado y su piel era un lienzo limpio. Sólo faltaba una cosa y “eso” pasó días después de que ella aceptara que heredó la naturaleza de sus padres reales. Su primer celo la sorprendió y con ello el siguiente paso en su vida, donde estaba en posibilidad de procrear

 

 

—¿Qué te pasa, Tsuna? – decía una pelinegra mientras se sentaba en la mesa frente al mencionado. Mientras su vida pasaba, se dio cuenta de que Tsuna no era el malo de la película, sólo tomaba su tarea enserio y sus decisiones fueron las correctas para mantener el bienestar general.

—Pensaba en el tiempo – respondía mientras masticaba alguna cosa que le prepararon

—Fue tan raro todo lo que ha pasado — respondió intentando forzar una sonrisa, aún estaba un poco dolida porque Tsuna mantenía prisionero a su hermano en una clase diferente de entrenamiento — y pensar que ya pasó un año desde tu llegada… hasta me acostumbre aquí

—Vivir en el subterráneo debería haberte sido difícil – dijo mirando las paredes que encerraban todo en ese lugar, la iluminación era artificial y la ventilación regida por sistemas diseñados por el propio Verde – una fortaleza bajo un gran desierto, hasta parece chiste

—A mí me gusta – sonreía divertida mientras frotaba su vientre — además… después de saber lo que les hicieron a muchos de los que viven aquí, haber logrado despertar mi naturaleza, de saber quién era mi padre y… aprender a quererlos a todos, yo…

—¿Es por el embarazo de Lili? — Tsuna la miró de refilón, a I-pin no le sonreía porque no confiaba plenamente en ella todavía — estás siendo amable conmigo, quien destrozó la carita de tu hermano y eso no es normal

—Creo que si es por el embarazo de Lili – decía haciendo una mueca de incomodidad. Hablar con Tsuna había sido difícil desde que le gritó sandeces al enterarse de que su hermano sería sometido a una terapia de electrochoques para corregir su locura – me pone un poco extraña

—Dime lo que piensas, no te lo guardes — bebió un poco de su jugo de naranja y le cedió a I-pin un trozo de pan que él consumía — grítame que soy una basura y que quieres a tu hermano libre

—… — negó con su cabeza y suspiró. Elevó su cabeza para mirarlo de frente y preguntó — ¿Funcionará el tratamiento?

—¿Ya aceptas que heredó la locura de su madre? — Tsuna ya no sentía pena por el mocoso, sólo desdén e incluso se estaba esforzando por volver a su carácter antiguo, pero simplemente Lambo opacó su bondad

—Sí — aceptó, pues con las pocas pláticas que tuvo con Lambo, lo entendió. Su hermanito no estaba bien — sólo quiero saber si estará bien después de que todo termine

—Lo estará

—¿Se curará?

—Según Verde, corregirá su comportamiento en cuanto a los niños de la manada. Ya no intentará matarlos… el problema sólo será conmigo

—Ya veo — suspiró un poco aliviada, porque al menos con eso dejarían a Lambo salir de esa jaula

—Me odia demasiado como para dejar de atacarme — Tsuna siguió comiendo como si nada — puedo defenderme solo. Lo que me importa es que todos los demás estén en paz

—Olvida todas las asquerosidades que te dije… lo siento, es que estaba alterada y no quería aceptar la realidad — inclinó su cabeza en muestra de respeto, pero sintió la mano de Tsuna que la obligó a elevar su rostro nuevamente  

—Es normal para una hermana defender a su estúpido hermano – sonrió ligeramente mientras escuchaba a alguien entrar y gruñirles como saludo – límpiate los pies, Liu – criticó Tsuna – no muerdas los muebles – pero sólo recibía otro gruido en respuesta – sí, sí, cazaremos mañana en la ciudad del distrito cinco

—Quisiera poder entenderlos totalmente – decía I-pin mientras se despedía con la mano de aquel hombre – es complicado entender la similitud de todos sus gruñidos

—Eres hija de Reborn, pero no heredaste todo el talento – Tsuna la miraba con cariño. A pesar de que no le sonreía, le tenía una estima enorme por el simple hecho de ver en ella, la fortaleza de Reborn – deja de lamentarte sobre eso… ya aprenderás y Skull te ayudará

—Aun así, todas las diferentes especies tienen sus voces distintivas y yo ni siquiera puedo imitar la de mi padre con facilidad

—Es porque viviste como una humana normal — suspiró — lo que tú estás intentando aprender, aquí se la enseñamos a los bebés… tienen diferentes ritmos de aprendizaje, un niño lo capta más rápido. Deja de refunfuñar sobre tu vida como humana promedio, porque al menos así lograste seguir con vida

—Engañada, claro – dijo con ironía – vivía lejos de los mios. Qué lindo fue

—Ya has visto la vida que los clase A tenemos en libertad – Tsuna se levantó con calma – bajo tierra, cazando en zonas lejanas por cinco o seis días. Escondiéndonos como ratas porque somos la minoría

—Pero deberíamos salir a la luz, después de todo no somos tan…

—I-pin… cállate – advirtió Tsuna – sabes que lo diferente es condenado en este mundo… nosotros somos lo diferente. No te crees falsas expectativas y apégate al plan de supervivencia actual

—Pero si la armada supiera que no somos sólo una manada de asesinos, sino que somos como ellos, pero un poquito diferentes… tal vez…

—¿Y crees que dejarán a unos asesinos en potencia convivir con ellos? – rió con ganas. Odiaba cuando esa mujer se ponía en faceta de pacifista – no me jodas, I-pin

—Lo sé – suspiraba – desearía que al menos esos ancianos no hubiesen experimentado de esa forma con nuestra clase

—La ambición jamás termina – dijo Tsuna ante de retirarse. De lejos vio a Skull llegar y saludar con un siseo para después pasar de largo, así eran ellos 

—Me pregunto si yo podré tener gemelos alguna vez — susurró para sí misma al ver a Tsuna desaparecer y su esposo tomar un rumbo indefinido después de darle un beso y una lamida en la mejilla. Skull parecía un gato cuando no estaba en su faceta pensante

—Tal vez tengas trillizos — Nagi pasaba por allí para revisar los ingredientes dispuestos para la comida — después de todo, las especies felinas y caninas suelen tener camadas amplias y en nosotras esa característica también es válida

—Después pensaré en eso — I-pin sonrió mientras se levantaba para ayudar a la muchachita de cabellos violáceos — ahora te ayudo con la preparación

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Confieso que a veces es difícil saber dónde cortar un capítulo, ahora mismo estaba dudando, pero al final lo dejé hasta ahí XD

Capítulo calmadito antes del desmadre y el último dolor que les causaré. Digo último porque será como un “arco” pero durará varios capítulos y disfrutaré de cada parte narrada.

Bueno, ya sabemos que Lambo no morirá por motivos de estrategia y por cosas personales de Reborn, también vimos que no soy tan mala y Tsuna sigue vivo XD, hablamos un poquito de I-pin y la trasformación que sufrió. No sé de quién me falta narrar, así que si me lo pueden recordar se los agradecería XD

Muchas gracias por seguir leyendo esta locura~

Muchos besos~

Los ama: Krat~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).