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Problemas de clase por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holas~

Yo solo subo esto ahora, porque el viernes no pude hacerlo XD

Disfrútenlo 

 

 

Kyoya analizó todo lo dicho por su clase A por sí solo, investigó mientras las horas pasaban en esa oscuridad y escuchó en silencio las pláticas de los ancianos en la mañana en que se reunían para su trabajo correspondiente. Miraba a un Tsunayoshi atado por la camisa de fuerza y las correas bien puestas, con bozal apretado más de lo normal por uno de los altos mandos, quien se justificaba con “asegurar la vida de todos”. Ese hombre sujetaba la correa con fuerza mientras arrastraba a Tsunayoshi, pues este se negaba a seguirlo por voluntad propia. El castaño se removía y frotaba su cara contra las paredes, era obvio que el apretado bozal causaba ese comportamiento pero Kyoya lo ignoró. El azabache veía a los demás novatos llegar con sus respectivas mascotas, muchos de ellos trataban a los clase A peor que a animales, golpeándolos, haciéndolos caer, insultándolos y riéndose por el sufrir ajeno. Otros en cambio, trataban al clase A como un compañero cualquiera, respetando el espacio personal y condiciones, pero aun así ignorando la presencia del ser “inferior”

Kyoya notó el comportamiento de los ancianos en esa mañana. Ellos estaban un poco tensos y no paraban de mirar a todos los novatos mientras designaban las zonas de trabajo para ese día. Escuchó a unos decir que pusieran atención a un novato porque no viviría mucho, eso era obvio, mucho, si el mencionado trataba a su clase A como basura. Cualquier ser vivo siendo tratado tan deplorablemente se defendería y en el caso de ese muchacho, terminaría siendo devorado sin remedio, se lo merecía. Hibari también notó la singularidad de dos muchachos que trataban a su enemigo como a un perro, esos también perecerían rápidamente, porque descuidarse era letal. Allí, después de tanto formalismo para las designaciones, estaba también la “revisión de rutina” en donde llevaban a los clase A lejos de su carcelero, seguramente ahí les colocaban las dosis de alguna droga para evitar que se salieran de control

Hibari se trasladaba con Gokudera, I-pin y Lambo a su misión correspondiente… los clase A estaban perfectamente escogidos en su caso, esa fue la conclusión a la que llegó el azabache al final de la cacería de tres carnívoros de clase B que causaron un lio en un pueblo. La misión duró como tres días, tuvo la oportunidad de analizar el comportamiento de los clase A con cuidado. Todos y cada uno de ellos atacaban a sus carceleros en cuanto tenían oportunidad, por eso la necesidad de atarles y ponerles bozal era vital. Pero había algo que no consideró antes y que Tsunayoshi le había recalcado, el hambre. A un clase A se le alimentaba en la mañana y noche con porciones exageradas, cuando eso pasaba se mantenían en calma durante dos horas y después volvían a ese comportamiento exageradamente agresivo.

Eran animales, lo entendió desde un principio, pero tratarlos como uno también estaba errado, porque su parte pensante existía a pesar de todo. Después estaba relacionarlos con sus “parejas” como las denominó Tsunayoshi… era exactamente como lo dijo. Parejas, siguiendo la premisa de “lo opuesto se atrae”, era repugnantemente obvio. Opuestos al comportamiento uno del otro. La parte humana de Yamamoto era calmada y alegre, contraria al explosivo que Gokudera era, opuestos en extremo. I-pin era gentil y amable cuando quería, pero siempre precavida y pensaba las cosas antes de hacerlas, pero el tal Skull se lanzaba con todo sin siquiera pensarlo. Lambo era despreocupado, no tomaba precauciones extremas, se pasaba molestando a Reborn pero este lo ignoraba completamente, al menos hasta que veía a Lambo descuidado y se le lanzaba directamente al cuello. Le fastidiaba lo bulliciosos que podían ser

 

 

-presa… ¿presa? – escuchó esa voz salir de los labios de Tsuna cuando eran las tres de la tarde de su último día. Kyoya vio al castaño mirar al frente, al otro clase A, al tal Reborn que ahora estaba en silencio sentado y atado a un árbol mientras Lambo iba a revisar las nuevas órdenes del grupo

-¿quieres ir con él? – sonrió divertido cuando Tsunayoshi forzaba las correas de la camisa para desatarse

-presa… presa… presa – repetía constantemente y Hibari iba a hacer un experimento sencillo, puesto que era el tercer día de análisis meramente visual – Reborn… presa

-ve por él – sonrió divertido pues quería ver qué pasaba

 

 

Solo fue cuestión de soltar la correa, si era un caos, nada tenía que perder. Kyoya dejó a ese castaño suelto y ni bien lo hizo, este se lanzó al ataque. Tsuna empujó con tanta fuerza al azabache de patillas que el amarre se soltó apenas. Estaban imposibilitados de usar garras o colmillos, así que solo se golpeaban las cabezas, como luchando con cornamentas. Reborn era uno de esos analíticos y esquivaba ataques como podía, logrando que Tsunayoshi se hiciera daño por cuenta propia y allí Hibari sonrió. Soltó al otro clase A para ver qué pasaba y detuvo a quien quisiera interponerse, pues estaba admirando una batalla campal entre clase A con hambre, porque fueron prescindidos de la ración de alimentos necesaria.

Reborn y Tsunayoshi pelearon como animales. Lo hicieron hasta que uno de ellos recuperó parte humana y llegó la confirmación que Kyoya quería. “Dame-Tsuna, sabes que es territorio mío… soy más longevo que tú. Es mi presa, no la tuya” liderazgo según territorio y experiencia, definitivamente eso iba a ser divertido de investigar. Lo más curioso fue que la parte humana de Reborn era mucho más aterradora que la animal, sonaría raro pero ese hombre erguido completamente, con esa mirada tétrica que analizaba a todos los carceleros cercanos, causaba escalofríos. Todos retrocedieron instintivamente cuando escucharon una leve risita nasal por parte de Reborn, quien apenas tardó un momento en lograr que en un ataque, Tsuna le quitara el bozal por “error”.

Ese hombre se relamió los labios cuando quedó libre, las alertas sonaron de inmediato pero nadie pudo detener al de patillas, quien derribó a uno de los novatos más crueles y sin siquiera pensarlo le rasgó el cuello. El grito desgarrador que lanzó el muchacho antes de perecer, estremeció a todos. La figura de Reborn sosteniendo el pedazo arrancado entre sus fauces mientras pisoteaba el rostro del difunto, les daría pesadillas a todos. Para rematar, cuando la imagen no podía ser más horrenda, los huesos del brazo del cuerpo en el suelo resonaron como castañuelas cuando el pie de Reborn las dividía con agilidad. El sonido de la carne al ser masticada, cuando fue tragada, el suspiro lleno de satisfacción del asesino, una nueva porción al ser desgarrada y la risa maliciosa fue lo único que les indicó a todos que jamás debían jugar con esos seres.

 

 

-el hambre es poderosa, y ustedes son el mejor alimento – Reborn se giró hacia ellos mostrando aquella sustancia roja resbalar por sus labios y quijada. Se relamía con lentitud mientras abandonaba el cuerpo y daba pasos dirigiéndose al grupo de carceleros – ¿quién sigue?

-joder… ¿qué pasó? – uno de los altos mandos llegaba con apuro para revisar la alerta dada – maldición – dijo poniéndose en guardia y sacando el arma que todos deberían tener oculta entre su uniforme – quieto Reborn

-me tienes miedo – sonreía mientras daba un paso sin inmutarse por el arma y el hecho de que él estuviera aun sujeto por las cadenas en sus pies y la camisa de fuerza – tal vez te mate primero

-¡todos atrás! ¡Esto ya dejó de ser un juego! – se quejó cuando dos carceleros experimentados se le unieron

-ayudaremos – exigieron algunos muchachos a pesar de las advertencias de los mayores

-les dije que… - la voz del mayor fue opacada por el primer disparo a la nada, porque Reborn había saltado esquivando la bala y ahora se abalanzaba al grupo – ¡corran!

-MALDICIÓN… TODOS ESTAMOS EN PELIGRO, ¡CORRAN!

 

 

Muchos empezaron a obedecer, pues ya su trauma estaba impuesto, no querían morir bajo las fauces de un ser tan irracional. Reborn atacaba con todo, esquivando las balas con habilidad de su especie, riéndose y jugando con los carceleros, “ya no soy presa fácil, ¿verdad?”. Pocos novatos se quedaron en un rango inadecuado, vencidos por la curiosidad se quedaron allí, sosteniendo la correa de su compañero que exaltado intentaba ir en dirección de Reborn. Kyoya escuchaba el sonido parecido a un lloriqueo que salía de la garganta de Tsuna y simplemente se encaminó junto a él en dirección de Reborn. Pero dejó que el mencionado siguiera peleando con los más experimentados, él rodeó el campo de batalla porque Tsunayoshi lo guiaba a otro lugar. Escuchaba los gritos ajenos en advertencia y bufó molesto porque no le interesaba la compasión ajena, él solo quería alimentar a su compañero para que dejara de darle lata

 

 

-ahí está – Hibari jaló a Tsuna hasta sujetarlo por el brazo y hacer que lo mirara – come – sin inmutarse por el cadáver de su antiguo compañero de aprendizaje, Kyoya simplemente desató el bozal de Tsuna aunque no la correa

-¿qué haces? – una voz ajena hizo que Kyoya sonriera, pues sabía que ese niño no era del todo idiota – ¿no fue nuestro compañero? – Lambo estaba parado a pocos pasos – iagh… qué asqueroso – mencionó cuando Tsuna ya se hallaba sobre el cuerpo medianamente desgarrado y con habilidad empezaba con su frenesí. El sonido que ocasionaba era opacado por el caos que generaba Reborn, así que los otros dos simplemente ignoraron la forma de alimentación del clase A cercano

-herbívoro, tu compañero está matando a medio mundo – sonrió sutilmente mientras veía la cara despreocupada de Lambo, quien se rascaba la cabeza

-hacemos lo mismo Hibari-kun – sonrió ignorando los sonidos causados por las fauces del castaño que disfrutaba de su comida – le dejo comerse a quien quiera, me importa poco

-¿por qué?

-Reborn me dijo que se calmaría si comía algo, pero claro yo no planeaba esto – mencionó apuntando a la batalla campal entre Reborn, los carceleros experimentados y novatos queriendo ser héroes – además me tiene harto sus intentos por morderme el cuello

-eres cruel

-me lo dice quien soltó a todos por diversión – dijo bostezando – pero bueno, si no lo detengo I-pin me dará lata. Buen provecho – mencionaba con asco viendo a Tsuna sostener alguna parte de las vísceras del desdichado entre sus dientes

 

 

Lambo pasó a paso calmado ignorando las manchas de sangre de algún desafortunado. Miró si alguien estaba desmembrado por allí y al verificar que Reborn solo jugaba porque estaba siendo dominado por el lado inteligente, suspiró. Él planeaba llevarse a Reborn en mitad de la noche, para que se comiera algunos pájaros, ratas, lo que fuera, pero lejos del perímetro del campamento y Kyoya le arruinó el plan sutil. I-pin se le unió a medio camino, regañándolo por no controlar bien a Reborn y Lambo solo le sacó la lengua antes de correr hacia el patilludo y llamar la atención del mencionado. Fue predecible que Reborn quisiera matarlo en serio y el de ojos verdes tuvo que forzarse a defenderse usando todas las habilidades que tenía, necesitaba buscar el espacio correcto para sujetarlo.

 

 

-¡vaca estúpida! – alguien entró en escena de pronto – haz tu trabajo correctamente – se quejaba Gokudera que se unía a los más experimentados para enfrentar a Reborn

-más idiotas – Reborn no dejaba de mostrar esa sonrisa burlona – a los que les destrozaré el orgullo

-IDIOTA – gruñó Hayato mientras apuntaba a Reborn con su arma y los demás rodeaban al mencionado – HAZLO AHORA

-que rudo – se burlaba Reborn mientras evitaba el ataque de alguien que se le lanzaba encima – así que te amansó – sonreía en burla mientras tacleaba a un pelinegro que estaba completamente libre – Takeshi… eres tan…

-basta de muerte – el pelinegro miraba a Reborn con furia mientras mostraba los colmillos y lo derribaba – ya basta

-tu corazón humano me repugna – susurraba el de patillas mientras peleaba por quitarse al de marrones ojos de encima – se fiel a nuestra gente Takeshi

-NO – gruñó golpeado el rostro de Reborn con su puño cerrado – NO QUIERO

-te traicionarán de nuevo – sonrió antes de golpear la frente de Takeshi con la suya – como todos

-mucho cuchicheo – Lambo aparecía de pronto detrás de los clase A, apartó de un tirón a Takeshi y miró a Reborn – a dormir – con un solo movimiento clavó el táser en el cuello de Reborn y enseguida una descarga eléctrica potente hacía convulsionar el cuerpo del enemigo

-al final fuiste inútil, Yamamoto – gruñó Gokudera mientras tiraba del mencionado para alejarlo de Lambo – así que quieto

-lo siento – sonreía en respuesta dejando que el bozal le fuese colocado de nuevo – estoy un poco tenso porque no puedo moverme regularmente

-ni loco te quito esto – decía el de cabello plata mientras colocaba la camisa de fuerza y apretaba las correas de cuero – solo lo hice porque era una emergencia y tu parte humana volvió… no te acostumbres maldito Yamamoto

 

 

Cuando todo acabó y los clase A fueron puestos en aislamiento, Lambo fue regañado por los ancianos, no fue el único, pues I-pin se había escapado con Skull desde la tarde y apenas había llegado. Gokudera se salvó porque era del tipo que sigue las órdenes sin chistar y al final estaba Hibari, quien se mantenía sereno mirando a Tsunayoshi como en estado de éxtasis después de su festín. El saldo final fueron dos muertos, cinco heridos de gravedad y muchos asustados, nadie reclamaba nada porque cosas como esas sucedían comúnmente. Lo único diferente en esa ocasión fue que uno de los novatos dejó que su clase A asignado se alimentara de un compañero caído y que le fue indiferente la lucha contra la amenaza. Kyoya fue “entrevistado” por todos los ancianos, quienes juzgarían su estado mental, ya que el comportamiento del azabache no fue aceptable. Las cosas se terminaron cuando Kyoya mencionó, “la orden de los altos cargos, fue alejarse debido a la peligrosidad del enemigo. Además se nos  ha sido prohibidas las raciones de comida para los clase A y no tuve opción, no me prestaré para ser devorado por negligencia con mi clase A”

 

 

Mucho después…

 

 

En los siguientes dos meses, Kyoya confirmó teorías basadas en la investigación del reino animal y aunque le molestara, tuvo que plantearse un mundo prescindiendo de las enseñanzas dadas por años. Dichas enseñanzas decían que los clase A eran humanos sin sentido de culpa y que solo vivían para matar y comer. Hibari los empezaba a ver como se merecían, como animales guiados por instinto de supervivencia. Incluso tuvo que considerarse parte de ese sistema también, para al final, después de que ya cinco de sus compañeros murieran desagarrados por los propios clase A que custodiaban, le diera las respuestas finales que necesitaba. Los clases A eran demasiados específicos en lo que se consideraría la “elección de pareja”, un solo defecto en el individuo a prueba y les esperaba la muerte

Hibari había hecho algunos otros descubrimientos también, el primero era el que hacía su sangre hervir, pues resultaba que los ancianos le negaban tener información acerca de investigaciones anteriores acerca de la genética de los clase A. En pocas palabras, los ancianos ocultaban algo con extremo celo y cada generación de carceleros simplemente eran conejillos de indias para seguir con dichas investigaciones. Trató de conseguir material por diferentes medios pero siempre terminaban en una pérdida de tiempo, fue desde entonces que sus investigaciones eran solo suyas. Cada cosa que descubría se la guardaba para sí, anotándolo en una bitácora que le estaba costando completar en soledad, pero trabajar con alguien más tampoco le llamaba la atención. El resto de descubrimientos los hizo por mero aburrimiento, pues el registro de Tsunayoshi decía que tenía dotes de león… entonces era un gato, por eso le dio ciertas facilidades

 

 

-deja de hacer ruido – exigió cuando ya llevaba más de quince minutos escuchando leves ronroneos desde esa celda en su departamento

-caja – fue la única respuesta que recibió para después seguir escuchando los ruiditos de movimiento

-creo que no debí poner eso dentro – con fastidio se acercó a la celda en donde tenía a Tsuna. Frunció su ceño cuando lo identificó al fondo – sal de ahí – le exigió cuando admiraba la caja que ingresó en esa celda para experimentar una vez más – Tsunayoshi

-caja – los dedos del castaño asomaban y las garras brillaban con la luz mientras estas jugaban con una de aletas tirando de ella hasta cerrar la caja

-un gato – frunció su ceño al notar aquel comportamiento y se alejó

 

 

Hace tiempo quiso probar muchas teorías, pero la parte inteligente de Tsunayoshi no había surgido, así que no pudo hablar con el mencionado. Los días no podían dirigirse a esperar respuestas y decidió probar algunas teorías, entre ellas la de los gatos. Tsuna se ponía agresivo cuando no comía adecuadamente, así que Kyoya le aumentó las raciones a tres veces diarias en porciones iguales, funcionó perfectamente para mantenerlo a raya y que no intentase morderlo cada que le quitaba el bozal o salían a sus misiones. Pero había veces que seguía con ese comportamiento altanero, peleando por todo, mordiendo los barrotes y quitándose el bozal a la fuerza incluso si se dañaba. Optó por mirar al castaño como un gato, le colocó una cama alta para que se trepara, le dejó escoger juguetes para que los mordiera, y al final le dio esa caja fastidiosa. Miraba al castaño morder las aletas, rasgar las caras, meterse dentro y de cierta forma era divertido

 

 

-¿pero qué diablos? – Lambo había llegado de visita. No le importó entrar sin llamar porque Hibari  dejaba la puerta abierta a veces. Tal vez un defecto ocasional – ese clase A está… – pero no tuvo opción a completar la frase porque una tonfa se le clavó en el estómago

-largo

-olvidé que eres antisocial – se quejó esquivando otra cosa voladora y sonrió acercándose a la jaula – diablos, es un gatito frágil – metió sus dedos pero retrocedió casi instantáneamente porque Tsuna casi lo muerde

-largo y no lo repetiré – amenazó con furia pero el otro parecía no entender

-debo intentarlo con el mío – se reía el de ojos verdes mientras metía sus dedos en otro punto de la jaula y Tsuna intentaba alcanzarlo – aquí no, mira acá – alternaba sus manos atrayendo la atención de Tsuna que saltaba de un lado a otro intentando atraparlo – lo amaestraste

-por lo que veo tu no – dijo con burla al ver el vendaje del cuello de Lambo, así como la marca horrenda en uno de sus brazos – estás a días de que te mate

-no se me había ocurrido tratarlo como un gato. Reborn es pantera, supongo que lo intentaré – se reía cuando Tsuna estiraba su mano para intentar arañar sus manos, pero no era ningún ataque, era un juego  

-¿a qué vienes?

-Gokudera te buscaba – sonrió alejándose de Tsuna y mirando al azabache – dijo que era algo importante

-él ya supo controlar a su clase A – dijo con calma. Desde hace un mes se había planteado hablar con el de cabellos plateados, pues era el más apto para ayudarlo en su investigación – ¿dónde está?

-en el hospital – Lambo se puso serio – un clase A intentó matarlo en medio de una misión. Lo único me dejó por mensaje para ti fue esto – estiró una nota para Hibari y este con seriedad la tomó

-hum – leyó el papelito con atención, solo una frase resaltaba, “Ya llegó el tiempo. Creo que tú sabes lo que significa. Ellos nos juzgarán pronto”. Kyoya ya había percibido que lo espiaban de vez en cuando, el albino tal vez descubrió lo mismo que él o tal vez simplemente el clase A le dijo algo

-Hibari-san – la voz del castaño llamó la atención de ambos carceleros – ¿por qué tengo una caja en mi jaula? ¿Y por qué no estoy sujeto? – el castaño admiraba sus manos libres y suspiró – podría matarlo, está siendo muy arriesgado

-bienvenido a la inteligencia – sonreía Lambo saludando al castaño con un apretón de manos pero alejándolas cuando las fauces de Tsuna casi le arrancan un dedo

-al fin regresas, Tsunayoshi… tengo algunas cosas que necesitan respuestas

 

Continuará…

 

Notas finales:

No sé en qué pensaba mientras hacía este capítulo, ni el siguiente, pero ñeeee. La idea estaba plasmada de esta forma ^^ 

Muchas gracias para quien siga leyendo esta locura~

Besitos~


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